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Historia y Sociedad

versão impressa ISSN 0121-8417

Hist. Soc.  no.27 Medellín jul./dez. 2014

https://doi.org/10.15446/hys.n27.44647 

http://dx.doi.org/10.15446/hys.n27.44647

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA

 

La participación del Centro de Historia de Santander en el Centenario de la muerte del ''Cóndor de los Andes'': Bucaramanga (1930)*

 

The participation of the Santander History Center in the Centenary of the death of the ''Condor of the Andes'': Bucaramanga (1930)

 

 

Gabriel Samacá Alonso**

** Historiador y Candidato a Magíster en Historia de la Universidad Industrial de Santander. Docente de Cátedra de la misma universidad. Dirección de contacto: davidsalon16@gmail.com

 

Artículo recibido el 28 de febrero de 2013 y aprobado el 14 de septiembre de 2013

 


Resumen

El Centro de Historia de Santander inició labores el 20 de julio de 1929 como entidad encargada de organizar la conmemoración del centenario de la muerte de Bolívar en 1930. La primera gran actividad en la que decidieron comprometerse los letrados locales fue la organización de la efeméride, con el fin de posicionar el nombre de Santander y sus héroes en el concierto nacional. El resultado de la participación fue que el Centro consiguió reconocimiento local y nacional como espacio de sociabilidad dedicado al cultivo del pasado regional a propósito de un evento de carácter nacional y sentó las bases para desarrollar otras conmemoraciones en los años treinta y cuarenta.

Palabras clave: Centro de Historia de Santander, conmemoración, centenario, Bolívar, historia patria.


Abstract

The Santander History Center began operations on July 20, 1929 as the body responsible for organizing the centennial commemoration of Bolivar's death in 1930. As the first major activity, local intellectuals decided to engage fully in the organization of the event in order to place the name of Santander and its heroes in the national context. As a result of their participation, the Center won local and national recognition as a socializing space dedicated to cultivate the regional past due to this national- scale event and set the foundations to develop other commemorations in the thirties and forties.

Key words: Santander History Center, commemoration, centenary, Bolivar, national history


 

 

Introducción

El Centro de Historia de Santander (CHS), entidad predecesora de la actual Academia de Historia de Santander, fue creado en 1928 por Ordenanza N.o 46 y entró en funcionamiento el 20 de julio del año siguiente.1 Aunque entre 1908 y 1912 se creó el Centro de Historia de Bucaramanga, solamente hasta finales de los años veinte se estableció con apoyo oficial la entidad dedicada al rescate, invención y difusión de la memoria regional.2 La creación del CHS estuvo directamente asociada a la conmemoración del primer centenario de la muerte de Bolívar, tal y como quedó consagrado en los artículos uno, dos y tres de la Ordenanza que le dio vida legal.3

Las conmemoraciones jugaron un papel relevante en la configuración de sus labores durante los dieciséis años que existió como Centro de Historia, antes de ascender a la categoría de Academia. Muestra de ello fue la organización de eventos públicos y homenajes literarios para rescatar la memoria de personajes regionales como Eloy Valenzuela, Solón Wilches y Vicente Azuero.4 Entre 1939 y 1940, el Centro estuvo vinculado a la conmemoración del primer centenario de la muerte del General Santander, evento en el que desplegó la experiencia de una década de liderar este tipo de actos de memoria.5

Interesados en las conmemoraciones como objeto de estudio, entenderemos estas como aquellos eventos públicos en los que diferentes actores sociales pretenden administrar la memoria social y cultural. Ello comporta una serie de intereses políticos y culturales que buscan generar y mostrar la existencia de un consenso fundado en un pasado común. No obstante, el deseo de llegar a acuerdos simbólicos se traduce en la imposición de visiones particulares del pasado, que desembocan en la acentuación de las diferencias y los conflictos por definir la historia común. Sin importar el objeto de la conmemoración, la intención de propiciar la unidad y la armonía suelen intensificar la conciencia de la diferencia y el desacuerdo. Burke anota el carácter de las conmemoraciones en cuanto distorsionan la historia a través ''de la simplificación de lo que es complejo, la desinfección de lo desagradable y la mitificación del pasado, dividiendo a los actores en héroes y villanos''.6

Las conmemoraciones están íntimamente vinculadas al desarrollo, despliegue y establecimiento de la historia patria como forma paradigmática de escritura y relación con el pasado.7 Según Nikita Harwich, en ellas se juega la inculcación de ciertas virtudes cívicas en los futuros ciudadanos, con el fin de trabajar en la creación de una tradición común y de una identidad nacional y regional.8 Este autor llama la atención sobre los eventos públicos de carácter patriótico, concretamente los funerales de hombres de Estado y las conmemoraciones del nacimiento y la muerte de estos personajes, algunos de los cuales alcanzaron la condición de héroes. La historia patria, entonces, se encarga de la definición de un panteón de héroes tutelares llamado a representar los valores y atributos que deben compartir todos los ciudadanos. Por lo tanto, este tipo de historia entraña un alto grado de búsqueda de la conciliación, de reducción de los conflictos que se presentan en el mundo social y político, a través de una síntesis simbólica de un nosotros encarnado en los padres de la patria.9

Por otra parte, como lo recuerda Feliciano Páez-Camino, las conmemoraciones se refieren a la cristalización de la memoria colectiva apoyada en convenciones cronológicas. En este sentido, los actos públicos referidos –que también pueden ser privados– comportan una visión de la historia como maestra de la vida, en los que las sociedades y los Estados otorgan gran importancia a la creación de una simbología colectiva estrechamente ligada a la definición de un pasado común.10 Finalmente, compartimos con Jelin que las conmemoraciones como fechas públicas son una expresión concreta de las disputas por lo memorable, lo que conlleva una territorialización de la memoria a través de marcas que reconfiguran el espacio dotándolo de ciertos sentidos. En este caso se habla de una monumentalización patria de carácter oficial.11

En tal sentido, proponemos en este artículo que el CHS, como entidad creadora y difusora del pasado regional, hizo del centenario de la muerte de Bolívar la principal actividad en sus orígenes. La participación que tuvo en esta efeméride le permitió posicionarse en los ámbitos regional y nacional como una institución que velaría por la gestión de la memoria nacional desde las regiones. Como lo ha sugerido Alexander Betancourt, las academias y centros regionales de historia fueron espacios de sociabilidad letrada que jugaron un papel importante en el establecimiento de una memoria compartida con tintes oficiales.12 La política de la memoria, entonces, no solo se reduce a la expedición de leyes de honor, sino que involucra actores de diferente tipo, individuales e institucionales, responsables de la aplicación de los planes y programas oficiales.

El estudio de la conmemoración en torno a la muerte de Bolívar en clave regional permitirá complementar los trabajos sobre el significado del Libertador en nuestro país, toda vez que se ha asociado su imagen a las posiciones más conservadoras y autoritarias, incluidas las de izquierda.13 A pesar que en Colombia la figura de Bolívar no es objeto de culto, uso y abuso, como en Venezuela,14 se impone la necesidad de una revisión a la forma en que esta nación ha planteado su relación con el ''Padre de la Patria''. El texto se divide en cuatro partes, así: en la primera se describen las formas como el CHS se vinculó a la conmemoración, desde los planes que se trazaron hasta sus logros. La segunda se centra en el homenaje literario que el Centro preparó con esmero y que constituyó la primera publicación de la nueva institución cultural. En tercer lugar, se abordan algunos aspectos de la programación general contemplada para la ciudad. Culmina el texto con la mención de otros usos locales de la conmemoración, generalmente inclinados hacia el aprovechamiento comercial.

 

1. El papel del Centro de Historia de Santander: Iniciativas y logros

En 1930 se conmemoraron los primeros cien años de la muerte de Simón Bolívar. Como en otras partes del país, en el departamento de Santander este acontecimiento movilizó a la ciudadanía, situación que fue asumida y liderada por los miembros del naciente Centro de Historia.15 En diferentes partes del país personas prestantes se organizaron para la celebración de este centenario, tal y como lo muestra la creación del Comité Bolivariano de Empleados de la Ciudad de Santa Marta. Dicha asociación exhortó a la Gobernación de Santander para que además de impulsar la conformación de un comité similar, les ayudara materialmente para rendir el homenaje que se merecía la memoria del Libertador, catalogado como el ''más grande hombre de América''.16 La respuesta de don Narciso Meléndez Torres, a la sazón gobernador del departamento, consistió en redirigir la comunicación al Centro de Historia, pues Santander ya contaba con una entidad dedicada a temas relacionados con el pasado de la Patria.17 Con esta misiva el Centro de Historia confirmaba que el año 1930 iba a consagrarse a la conmemoración de la muerte de Bolívar, oportunidad inmejorable para posicionar al departamento de Santander dentro de la Nación y, por consiguiente, al mismo Centro.

La participación del CHS en este evento fue destacada, no solo por el empeño que sus miembros le imprimieron a las actividades desarrolladas, sino por el amplio abanico de tareas que se impusieron y llevaron a cabo durante todo el año. Varios de los integrantes del Centro expresaron interés por hacerse partícipes de la conmemoración, ocasión que serviría para afianzar la idea sobre la participación santandereana en la gesta emancipadora. Así fue como don Emilio Pradilla propuso que se realizara un listado de los próceres santandereanos de los que se tuviera algún retrato, con el fin de actualizar su imagen en aquella oportunidad y brindar un homenaje a Bolívar.

Desde el mes de septiembre de 1929 el Director de Educación propuso un listado de dieciséis próceres, además sugirió la necesidad de crear una comisión para que seleccionara los cuatro restantes, para un total de veinte prohombres santandereanos que debían ir al óleo.18 Por su parte, Martín Carvajal sugirió que mientras se creaba la seccional del Comité Bolivariano, el Centro estaba llamado a cumplir esta misión mediante el diseño y puesta en marcha del conjunto de actividades que recordaran la participación de los santandereanos en la Independencia. Para ello lanzó la idea de erigir una columna en la Quinta de San Pedro Alejandrino que evidenciara este legado a la historia nacional.19

Estas propuestas ya se venían gestionando por parte de los integrantes del Centro, incluso algunas de ellas se encontraban muy adelantadas a partir de la justificación que la Ordenanza N.o 46 de 1928 le daba al Centro para liderar estas actividades. Para Carvajal, el Centro tenía la misión de participar de la conmemoración como un gesto de ''elemental patriotismo'', más aún cuando este sentimiento permeaba todo el territorio nacional. El liderazgo y la ejecución de todas las ideas para ensalzar la participación de Santander en la efeméride corrieron por cuenta del doctor Carvajal. 20 Antes de finalizar el año 1929 el socio Luis Reyes Rojas propuso que se escribieran las biografías de los próceres santandereanos, de quienes se estaban compilando imágenes, idea que tuvo buen recibo por sus colegas y que marcaría el quehacer del Centro en el año de la conmemoración.21

En la primera sesión de 1930 se retomó la discusión acerca del listado de personajes que debía hacer parte del selecto grupo de héroes santandereanos. Las socias Margarita Díaz Otero y Elena Gómez propusieron los nombres de Crisanto Valenzuela, Ramón Lineros, José Elías Puyana y Petronila Nava de García. Al parecer, la elección de los personajes fue uno de los temas que más tiempo llevó a los socios, empezando por el mismo número, del que no se sabe si eran más de veinte.22 La consecución de los retratos de los próceres se dio, entre otras formas, a través de la copia de imágenes que aparecían en revistas de otras ciudades, como El Repertorio Boyacense, órgano del Centro de Historia de Tunja, así como de la misma capital de la República.23

En la sesión del 23 de marzo los cinco socios asistentes definieron los últimos hombres y mujeres del grupo que representarían históricamente a Santander en la efeméride a finales de año en la ciudad de Santa Marta. La lista sería remitida al Director de Educación Pública, para que él gestionara los retratos que serían exhibidos en la Quinta de San Pedro Alejandrino.24 El mismo día se acordó pasar una nota a un grupo de socios para que elaboraran los ''rasgos biográficos'' de cada uno de los próceres. Los miembros escogidos fueron: Simón S. Harker, Emiliano Uribe, Saúl Luna Gómez, Margarita Díaz Otero, Elena Gómez, Ernesto Valderrama Benítez, Manuel Serrano Blanco, Leonardo Martínez, Benicio Collazos, Luis Reyes Rojas, y Joaquín Pinzón Quijano.25

Dos meses después Martín Carvajal Bautista informó la adquisición de veinte retratos al óleo de próceres santandereanos, cuyo destino sería la Quinta de San Pedro y comentó sobre una cotización que realizó con la Casa de Cuellar Hnos. & Pierotti para la fabricación de un busto de Custodio García Rovira. Ante esta noticia, el socio Emilio Pradilla sugirió la posibilidad de sustituir tal busto por una columna conmemorativa ''que resuma y concrete la colaboración santandereana en la obra emancipadora de Colombia''. En tal monumento se registrarían las acciones de los hombres de Santander que contribuyeron a la Independencia entre 1788 y 1830.26

A comienzos del mes de junio las gestiones para incrementar la participación de Santander en la conmemoración no cesaron. En esta oportunidad el doctor Carvajal refirió una propuesta del gobierno del Magdalena para que diferentes administraciones departamentales adquirieran una parcela en la Quinta, con el fin de erigir allí algún monumento como tributo al Padre de la Patria. Este tipo de iniciativas que pretendían impactar la constitución urbana de las ciudades también se replicaron en Santander, por lo menos en teoría, puesto que el mismo Carvajal aseguró que la municipalidad de Bucaramanga había dispuesto la cesión de algunas obras en la ciudad para homenajear a Bolívar.27

A fines del mes de junio, nuevamente, don Martín Carvajal informó sobre las actividades relacionadas con el centenario de la muerte de Bolívar. En esta ocasión compartió con el Centro una copia del acta de entrega de la parcela que el gobierno del Magdalena cedió al de Santander para que emprendiera las obras en honor al Libertador.28 Este proyecto del gobierno de Santa Marta no solo pretendió acercar a los diferentes departamentos de la República, sino que también fue ofrecido a naciones vecinas para fortalecer los lazos de cooperación a partir de la figura de Bolívar.29 Para el Centro de Historia, y especialmente para Carvajal, la invitación a participar del embellecimiento de la Quinta de San Pedro fue un acontecimiento muy importante, al punto que propuso colocar los planos de la parcela que correspondería a Santander en el salón de conferencias del Centro.30

A principios de julio, el artista encargado de los óleos, don Luis Alberto Acuña, quien también pertenecía al Centro, llegó a proponer que de los escritos biográficos para la conmemoración se debía derivar una historia de Bucaramanga, liderada por Emilio Pradilla y acompañada por los demás miembros del CHS.31 La discusión por estos días sobre los héroes que debían hacer parte del panteón santandereano en Santa Marta, arrojó como conclusión el interés de los socios del CHS por destacar el papel de varios prohombres socorranos.32

Las expectativas que despertó el centenario de la muerte del Libertador fueron tales que en el programa diseñado por el Centro para la ciudad de Bucaramanga se llegaron a incluir objetivos como la adquisición de una imprenta que se inauguraría el 17 de diciembre; el arreglo completo del Parque Bolívar y del local del Centro de Historia, ''suprimiendo la escuela que funciona allí para unir su local al del Centro e inauguración de ambas cosas el mismo día 17 de diciembre'', e inauguración de una estatua de Bolívar hecha por el escultor italiano Teneranni. Como Centro, esperaban lanzar el día exacto del centenario el primer número extraordinario del órgano institucional, realizar una sesión solemne con el fin de inaugurar la biblioteca y estrenar el mobiliario que se pretendía adquirir para la fiesta patria y las insignias definidas para sus miembros.33

Para el mes de julio, el Centro de Historia de Santander enfocó sus esfuerzos en tener una decorosa y destacada presencia en la fiesta nacional del 17 de diciembre de 1930 a través de varias acciones entrelazadas. Un mes después, llegó al despacho del doctor Carvajal la cotización de una marmolería de la ciudad de Cartagena para escoger el diseño y las dimensiones de la escultura que el gobierno santandereano fi- nanciaría. Preocupado por definir todo lo relacionado con el monumento, este convocó una reunión de emergencia en el Centro para proponer que el monumento debía llevar el escudo de la Nueva Granada y una inscripción en homenaje de las escuelas.34 El diseño del monumento le fue solicitado al maestro Acuña, quien realizó tres propuestas.35

 

2. Próceres Santandereanos: Tributo literario

Más allá del interés por la figuración que pudiera alcanzar Santander en aquella escenificación de la unidad nacional bolivariana, el Centro se dedicó al tributo escrito con el que pretendía articular su fe en el Libertador y el protagonismo de sus mejores hijos en la gesta independentista. La elaboración de una obra sobre los próceres santandereanos fue el proyecto más ambicioso del Centro en su primer año de actividades, iniciativa que no estuvo exenta de dificultades y avatares, pero que finalmente salió a la luz pública como la primera publicación con el sello del CHS.

La propuesta consistió en la publicación de un folleto con las biografías de personajes santandereanos vinculados a las luchas que libró Bolívar por darle la independencia a Colombia. La escritura de los breves relatos fue la ocasión para incorporar en las reuniones un momento de formación colectiva a partir de la lectura de las obras adjudicadas a cada socio. La lectura en voz alta de los trabajos fue distribuida el 12 de agosto a los socios presentes en dicha sesión, mientras que se les remitió una nota a quienes no asistieron.36 Desde esta misma fecha se le pidió al doctor Carvajal que iniciara las gestiones para la publicación del folleto, labor que emprendió a los pocos días.37 A través de un contrato con la casa editorial La Cabaña, celebrado por la Dirección de Educación Pública, se publicaría un libro de los próceres de quienes se tuviera imágenes, ya fuesen óleos pintados por Luís Alberto Acuña o fotograbados. Con una edición de 10.000 ejemplares, el despacho de Carvajal y el CHS pretendían rendir un ''homenaje literario'' a la memoria del Libertador, proyecto que lideró la señorita Margarita Díaz Otero.38

Pese a las buenas intenciones y al liderazgo de Carvajal en varios frentes para dejar en alto el nombre de Santander y de su Centro de Historia, algunos miembros presentaron objeciones para cumplir con el compromiso de escribir una biografía para el mencionado folleto.39 El 18 de agosto de 1930 el señor Fermín Mantilla ofreció excusas al Centro por no poder cumplir con la obligación de escribir la nota biográ- fica del prócer Vicente Vanegas. La razón esgrimida por Mantilla fue la de no tener el tiempo necesario para dedicarse a las labores que exigía el Centro, además manifestó su disgusto porque este no consideró sus limitaciones en materia histórica.

La crítica de Mantilla resulta muy interesante, pues al tiempo que reconocía la importancia de la actividad del Centro, señalaba que quienes hacían parte de él ya habían renunciado a toda actividad productiva. De allí que se dedicaran al cultivo del ''patriotismo más cálido''. En palabras del mismo Mantilla: ''Si yo hubiera conseguido ya el patrimonio para mi hogar, o si careciera de éste, gustoso dedicara mis años al servicio de la Patria sin exigir remuneración alguna, para imitar modelos de desinterés y patriotismo''.40

La adjudicación de las responsabilidades corría por cuenta de Martín Carvajal, razón por la cual los elegidos no siempre contaban con la disposición y competencia para cumplir la labor encomendada. Designado el 25 de septiembre, el señor Alfredo García Téllez respondió que no podía hacerse cargo de la biografía del prócer Isidro Molina por el poco tiempo del que disponía para acopiar información sobre el personaje. A esto se sumaba que el mismo Centro ya le había impuesto la tarea de escribir la biografía del ''Magistral Rosillo y Moruelo (sic)'', trabajo que también se vio afectado por el texto paralelo que estaba escribiendo Luís Reyes Rojas.

Por estas razones, García Téllez terminó desistiendo de los dos trabajos, máxime cuando sus ocupaciones de ''oficina'' le impedían escribir cualquier texto histórico. 41 Manuel Serrano Blanco se manifestó en el mismo sentido respecto a la biografía del Arzobispo Gómez Plata, pues el escaso tiempo del que disponía no se compadecía con las labores de archivo que tenía que realizar en Zapatoca, Medellín y Bogotá. Por este motivo terminó proponiendo que en el folleto se transcribiesen las notas que el reconocido historiador Julio César García había escrito sobre el citado Arzobispo, pues no era propio del Centro emplear las referencias existentes en los textos de enseñanza primaria.42

A pesar de estas dificultades, que dan cuenta de los avatares en la creación de conocimiento histórico durante la primera mitad del siglo XX en el seno de las academias de historia, el plan de lectura de algunas biografías se llevó a cabo. Se continuó, asimismo, la programación de esta actividad para las sesiones venideras e, incluso, se solicitó a algunos socios que estaban fuera de la ciudad el envío de los relatos para dar forma al libro.43 Ello sucedió con la biografía del canónigo Rosillo y Meruelo, remitida desde Bogotá por Luis Reyes Rojas, la cual fue incluida finalmente en la publicación. En la sesión en que se aceptó este trabajo, no sucedió lo mismo con el texto escrito por Horacio Torres sobre el prócer Eustaquio Mantilla y se solicitó al gobernador se dignara a ordenar la impresión de la obra en los talleres de la Imprenta Departamental ''ya que están los materiales listos''.44 Una semana después de este anuncio, el Secretario de Gobierno del departamento envió una carta al Centro contando que había impartido las instrucciones para que iniciara la impresión, razón por la cual se dispuso enviar una nota de agradecimiento. La lectura de los trabajos por parte de los socios continuó sin ningún inconveniente, tal y como lo hicieron Martín Carvajal con el relato sobre Juan Conde y José Fulgencio Gutiérrez con el de José Antonio Galán.45

En el proceso de elaboración colectiva de la obra y su respectiva publicación, el mismo Secretario de Gobierno, encargado de autorizar la impresión en los talleres departamentales, intentó participar como coautor sin haber hecho parte de la nómina de elegidos para tal labor. De esta manera se podían cubrir algunas de las declinaciones de los designados. Como se mencionó, un señor de nombre Fernando, vinculado a la Secretaría de Gobierno del Departamento, solicitó su nombramiento como miembro de número del Centro. Al tiempo, y seguro de que se surtiría su elección, puso a disposición información sobre los héroes de la provincia de García Rovira que lucharon en la ''batalla magna''.46 A pesar de ello, su contribución no fue incluida en el folleto.

No hay duda de que este personaje estaba enterado de la iniciativa de publicación del Centro, ya que como Secretario de Gobierno autorizó al administrador de la Imprenta Departamental para que se iniciaran las pruebas editoriales de la impresión de la citada obra. En el convenio con la gobernación, el Centro tenía que aportar los materiales para el tiraje mientras que el gobierno departamental facilitaba las máquinas de su imprenta para llevar a feliz término esta empresa.47 Hay que recordar que inicialmente Carvajal pretendió concretar la publicación con una imprenta privada, La Cabaña; pero finalmente el apoyo dependió de la administración departamental, que siguió su curso tal y como se evidencia en la discusión sobre cómo debía ser la portada en la que iría solamente el título.48

Así como hubo miembros que no pudieron cumplir con los compromisos adquiridos en la elaboración del homenaje literario al Libertador, se dieron casos de socios que entregaron sus trabajos a tiempo. A partir de ellos, es posible elaborar una idea de la manera como se elaboraba el conocimiento histórico desde el Centro. El 1 de septiembre, don Benicio Collazos hizo entrega oficial de su trabajo al Secretario del Centro, don Guillermo Otero Wilches, consistente en las biografías del ''ilustrísimo señor Obispo de Pasto Doctor Don José Elías Puyana y el Doctor Don José Vicente Azuero''. Disculpándose por la demora en la entrega, Collazos anotaba que la tardanza se debió al tiempo que gastó en el acopio de información sobre los personajes estudiados, específicamente, la partida de bautizo del doctor Azuero y la confirmación de la fecha de erección de la parroquia de Floridablanca.49 La publicación se terminó de conformar gracias a los aportes de personajes que no estaban vinculados directamente al Centro. Este fue el caso de Belisario Matos Hurtado, miembro de la Academia Colombiana de Historia, quien puso a consideración una obra sobre el doctor Fernando Serrano y Uribe, incluida finalmente en el libro.50

La lectura de los trabajos antes de su publicación fue la primera actividad propiamente histórica que llevaron a buen término los letrados congregados en el Centro de Historia de Santander. Aunque la mayoría de concurrentes no se estrenaron en el mundo de las letras con estos breves relatos, la conmemoración bolivariana sirvió para confirmar las dotes y capacidades literarias y patrióticas de varios de ellos. El 12 de octubre don Martín Carvajal Bautista, impulsor principal de todos los actos e iniciativas, leyó su trabajo sobre el ''soldado y prócer desconocido'' Juan Conde, escrito que le valió el comentario del Secretario del Centro sobre su ''estilo muy florido y fácil''51. Situación similar aconteció con Alfredo García Téllez, al haber leído su trabajo sobre el Canónigo Andrés Rosillo, el cual le generó ''un aplauso muy merecido''52.

A pocos días de la celebración, algunos socios del Centro decidieron impulsar nuevas acciones para confirmar el compromiso de Santander en la conmemoración. Benicio Collazos propuso la creación de una comisión compuesta por ''distinguidas damas'' residentes en Bucaramanga y naturales de Venezuela, Ecuador y Colombia, quienes debían colocar ''la lápida que la Dirección de Educación Pública mandó labrar en homenaje de las escuelas públicas de este departamento al Padre de la Patria.'' Acto seguido, don José Fulgencio Gutiérrez postuló como integrantes de la comisión grancolombiana a las siguientes damas: ''señora Dolores Rosa Collazos de Martínez, colombiana, descendiente de prócer; ecuatoriana, doña Virginia Anda viuda de Puyana, y venezolana, la señorita Ana Paula Chávez'', la cuales podían hacerse representar en caso dado que no pudieran asistir de cuerpo presente al evento. La proposición fue aprobada y se decidió pasar carta de invitación a las citadas representantes de la feminidad bolivariana.53

Un mes antes de celebrarse el primer centenario de la muerte de Bolívar, la socia Berta Camacho de Gómez puso de presente la necesidad de escoger a un miembro del Centro para que pronunciara ''una oración alusiva a la dolida fecha''. El nombre propuesto fue el del doctor Daniel Jordán, mientras que Alfredo García Téllez sugirió los nombres de Manuel Serrano Blanco, Saúl Luna Gómez, Carlos O Pérez, y Daniel Peralta, haciendo énfasis en este último. Finalmente, el mismo García Téllez declinó su idea para apoyar el nombre de Jordán, para lo cual complementó la propuesta inicial con la conformación de una comisión que informara al ''meritísimo'' socio la labor a cumplir el esperado día de diciembre. Margarita Díaz Otero, José Fulgencio Gutiérrez y doña Berta Camacho fueron elegidos para esta labor.54

El ''folleto'', como lo llamaron entonces, y que fue más bien la primera obra publicada por el Centro de Historia de Santander, salió a la luz entre noviembre y diciembre de 1930 con diecinueve trabajos sobre los prohombres santandereanos de la Independencia. Fue presentado como un homenaje del pueblo santandereano y del Gobierno a los ''próceres regionales'' y, desde luego, al Libertador Simón Bolívar. En la advertencia preliminar, el Centro reconoció las limitaciones que presentaba el ''opúsculo'', obra de una institución ''incipiente'' a través de la que se procuró cumplir los altos fines patrióticos para los que fue creada:

En todo caso, no será, leve descargo de sus innegables deficiencias la consideración de ser ésta una obra primigenia que tiene el mejor derecho a ampararse con la exculpación del gran libro de Montaigne: ''Este es un libro de buena fe''. Eso es asimismo este folleto, y a mayor abundamiento, obra de regionalismo bien entendido, de vulgarización de nuestros valores históricos, afirmación de nacionalismo, primero, y luego, de espíritu francamente bolivariano: obra de buena voluntad, en resolución.55

Debido a la inexistencia de documentación, no podemos aseverar cuál fue el desenlace de todos los preparativos en los que participó el CHS para homenajear la memoria de Simón Bolívar. La única información que tenemos se refiere a la sesión solemne del Centro el día 16 de diciembre, celebrada en el salón del Concejo de Bucaramanga y a la cual fueron invitados todos los socios, que según la versión de la prensa, no asistieron como se esperaba. Al acto concurrieron, por las autoridades departamentales, el señor Gobernador y el director de Educación Pública, mientras que de los miembros del Centro hicieron presencia Alejandro Botero, Joaquín Pinzón Quijano, Miguel Roberto Sarmiento y Berta Camacho de Gómez.

Como actividades principales, el Director de Educación, Carlos Valencia Estrada, leyó unos fragmentos del texto Bolívar y su obra, del Subdirector de Educación, don José Fulgencio Gutiérrez, quien se encontraba en el municipio de Los Santos como delegado del gobierno departamental para la misma conmemoración, mientras que doña Berta Camacho recitó un poema al Libertador. El autor de la nota de prensa aseguró que hubo otros números desarrollados satisfactoriamente a los que habría asistido gran cantidad de público.56

 

3. El programa general

Llama la atención que los esfuerzos de casi un año por parte del Centro hubiesen culminado con una sesión de la que ni siquiera se dejó registro en los libros de actas de la institución. En el diario conservador El Deber del 13 de diciembre apareció un programa que evidenciaba todo un movimiento de la ciudadanía bumanguesa y santandereana para rendir tributo a Bolívar, plan que tenía una duración de tres días, pero cuyo desarrollo no se conoce. Para el 16 de diciembre se tenían preparadas dos actividades: A las seis de la noche, se iluminaría el Parque Santander como un obsequio de la Compañía Eléctrica de la ciudad. Dos horas después, en el salón donde sesionaba el Concejo de la ciudad tendría lugar la sesión especial del Centro de Historia, con la lectura de fragmentos de la obra de José Fulgencio Gutiérrez y la declamación de una poesía a cargo de Berta Camacho.

Al día siguiente se tenían preparadas unas salvas en el Parque de los Niños; acto seguido se llevarían a cabo unas honras fúnebres con la presencia de las autoridades civiles, militares y eclesiásticas en el templo de San Laureano. En representación del Centro de Historia, el doctor y presbítero Daniel Jordán realizaría la respectiva oración. En la mañana se esperaba inaugurar dos escuelas de nombres Sotomayor y Bolívar, edificios ubicados en los barrios de los mismos nombres y que tendrían que ser bendecidos. En la tarde se realizarían varios actos: A la una y tres de la tarde se contempló que los ciudadanos guardaran cinco minutos de ''religioso silencio''; se dispararían salvas desde Morrorrico y doblarían las campanas de las iglesias de la ciudad a la una de la tarde y ocho de la noche. Pasado el medio día, el señor gobernador realizaría una alocución desde los balcones del palacio municipal, actividad a la que se esperaba que asistieran las autoridades políticas, militares, de policía y religiosas, más el cuerpo consular radicado en la ciudad. Después, las tres mujeres pertenecientes a las naciones de la Gran Colombia descubrirían la lápida que los niños de las escuelas del departamento ofrendaron al Libertador. En este acto la palabra la tendría el Director de Educación Pública, doctor Carlos Valencia Estrada.

Luego se realizó un desfile hacia la Avenida El Libertador encabezado por el señor gobernador y con presencia de las más altas autoridades políticas, militares y religiosas del Departamento y la ciudad, incluidos altos funcionarios de la rama judicial, dignatarios del Centro de Historia, clubes de Bucaramanga, periodistas y ''choferes''. El propósito era inaugurar el monumento en homenaje a la estadía de Bolívar en Bucaramanga y la misma avenida, antes llamada del Norte. El discurso en tal acto correría por cuenta del prestigioso abogado conservador Manuel Enrique Puyana. Entrada la tarde, se inaugurarían algunas obras de embellecimiento en el Parque Romero, y obras de caridad, como sesenta camas y cuatro salones en el Asilo de Niños Desamparados, con discurso de Roberto Serpa. Más tarde se proyectaron dos retretas en los parques Romero y Bolívar, respectivamente. El último día se esperaba abrir, en la Quebrada de la iglesia, una granja llamada del Libertador.57

El desarrollo de este programa dependía de la creación de una Junta Patriótica creada por decreto de la Alcaldía de Bucaramanga a mediados del mes de octubre como parte del ''deber de las autoridades y ciudadanos'' de honrar al ''Padre de la Patria'' y ''fundador de nuestra nacionalidad y del hombre más grande de América''. La llamada Junta Bolivariana de Santander estaría conformada por el Alcalde de Bucaramanga, el Director de Educación Pública, el personero municipal, tres damas y cuatro caballeros designados por la Gobernación. Varios de los elegidos tenían nexos con el Centro de Historia, como Pedro Elías Novoa, Alejandro Botero y Roberto Carreño. Las damas designadas fueron Cecilia Serrano de Pradilla y las señoritas Myriam Gómez y Leonor Silva Azuero. El presupuesto adjudicado por la Alcaldía para efectos de arreglar el Parque Bolívar y sufragar otros de la conmemoración fue de $5000.58

 

4. Otras iniciativas y usos de la conmemoración

Ya fuese en la elección de los miembros de la junta patriótica oficial y en varios de los actos del programa, el Centro de Historia de Santander jugaría un papel relevante en el tributo que Santander quería darle a la memoria de Bolívar. A la celebración, que contó con el apoyo de las autoridades, se sumaron iniciativas de otros actores sociales como los militares, el Colegio San Pedro Claver y la prensa local. En el mes de septiembre Vanguardia Liberal afirmaba que de todos los proyectos ideados para el centenario de la muerte de Bolívar, ninguno contaba con las erogaciones públicas o privadas para ser realidad. Por esta razón, y haciendo eco de una propuesta que surgió en el Departamento de Magdalena, sugirieron a la ciudadanía santandereana que la manera más económica y sentida para tributar a la memoria del Libertador era la de llevar el luto el 17 de diciembre. Para ello discriminaban entre los ciudadanos de a pie y los funcionarios, quienes debían llevar un atuendo más estilizado de acuerdo a la posición que ocuparan: ''Un mes, una semana, un día de recogimiento verificado en esta forma por la familia colombiana, sería el mejor homenaje a la memoria del padre caído en su ostracismo''59.

El Colegio San Pedro Claver, prestante institución en la que se formaron varios socios del Centro de Historia, también se quiso hacer presente en la conmemoración bolivariana. Aunque no sabemos cómo se desarrolló, el periódico El Deber publicó el programa de la ''velada lírico-literaria'' que se realizaría en el local de Benito Luna en honor al Libertador. Firmado por la Junta Patriótica en la ciudad de Girón el 14 de diciembre, el programa estaba compuesto por veinte puntos, así: 1) Apertura con el himno nacional; 2) Discurso preliminar del bachiller Roberto Ordoñez; 3) Música; 4) Canción titulada Júrame, de Julio Enrique Santos; 5) Poesía a Bolívar, a cargo de José Alejandro Mantilla; 6) Dúo Garza conformado por Carlos Parra y José Valdivieso; 7) Primer acto de la comedia titulada La Posada de Pratorraso; 8) Canto con Fernando Valdivieso; 9) Poesía a cargo de Arturo Regueros; 10) Plegaria-Canto, con Julio Enrique Santos; 11) Segundo acto de la comedia; 12) Música; 13) Dúo Rayito de Sol a cargo de Carlos Parra y José Valdivieso; 14) Concierto, noche de reyes con Fernando Valdivieso; 15) Música; 16) Tercer acto de la comedia; 17) Canto, caballo bayo por Parra y Valdivieso; 18) Palabras del párroco; 19) Variedades y 20) Marcha Final.60

Por su parte el Coronel Pedro Julio Dousdebés, Oficial del Estado Mayor de la Quinta Brigada con sede en Bucaramanga y quien sería uno de los más asiduos colaboradores del Centro de Historia, propuso un tributo al Libertador denominado La Piedra de Bolívar. El objetivo de la iniciativa era ''marcar de una manera material, el paso del Libertador por la tierra colombiana''. Para ello, se exhortó a cada alcalde de los municipios del departamento para que marcara en piedra natural, a la salida y entrada de cada pueblo, la fecha exacta en la que transitó Bolívar. Las respectivas piedras debían tener unas dimensiones de un metro y medio de alto por sesenta centímetros de ancho, y llevarían la inscripción PASO EL LIBERTADOR, debajo de esta, la fecha exacta que se adjuntó en la nota y una flecha que mostrara la dirección que siguió. Fuesen o no naturales, las piedras se ubicarían en el costado izquierdo de la última parte construida del pueblo. El modelo de carta terminaba con un llamado del Ministro de Guerra al respectivo alcalde para que se comprometiera con la iniciativa, llamado que también fue hecho al párroco y personas notables para que dieran muestras de patriotismo con la erección de este ''pequeño monumento''.61

El comercio no fue ajeno a la fiesta bolivariana ya que aprovechó la efeméride para promocionar algunos productos, que según los anuncios facilitarían una mejor conmemoración. El ''Salón Víctor'' del señor E. Olarte S. ofreció un disco especial con la grabación de la última proclama de Bolívar, la cual tenía que ser adquirida: ''Como un deber debe usted (sic) adquirir uno. Es una memoria propicia y querida al corazón de todo latinoamericano.''62 Por su parte, la Lotería de Manizales también se promocionó so pretexto del centenario, bajo la misma lógica para celebrar ''esta magna fiesta de nuestra patria'': ''Compre usted ahora mismo su billete [y prepárese para] celebrar dignamente la fiesta del centenario de la muerte del Libertador''. El billete se podía conseguir con el agente Juan de J. Ogliastri.63

La farmacia del Carmen con sede en Cúcuta fue la encargada de convocar al concurso ''Jarabe Indiano'' de la casa Prato & Co., cuya fecha inicial era el 17 de diciembre para conmemorar el centenario de la muerte del Libertador. La actividad consistía en enviar una carta comentando las propiedades curativas del jarabe en mención, las cuales no podían pasar de 350 palabras.64 El almacén ELOSPINA fue aún más lejos y abrió su publicidad con la frase en negrilla: ''Obedezca al señor alcalde'', haciendo alusión al decreto expedido con motivo de la conmemoración, en el que supuestamente se ordenaba que: ''Todos deberán concurrir, en peregrinación patriótica, a los actos a que se refiere el programa, elaborado por las autoridades, llevando en el vestido una insignia con la efigie del Libertador''. Desde luego, la insignia se vendía en el citado almacén ubicado en la calle 4a con carrera 13.65

El deseo de participar de esta fiesta nacional también llegó a las autoridades locales más cercanas a Bucaramanga, tal y como lo muestra el caso de la municipalidad de Girón. Teniendo como intermediario al Centro de Historia, el señor Francisco Reyes se comunicó con el presidente del Centro para comentarle la decisión de hacerse partícipes del centenario a celebrarse el 17 de diciembre de 1930. La manera como harían presencia en Santa Marta sería mediante dos placas de mármol que simbolizaban el recibimiento que hizo Girón a Bolívar en 1828. De las dos lápidas, una sería enviada al pabellón que tenía el departamento en la Quinta de San Pedro, mientras que la otra se colocaría en el frontis del templo contiguo a la casa donde le habrían ofrecido un baile la noche en que pernoctó en Girón. La inscripción de las lápidas rezaría en la parte superior: ''GIRÓN AL LIBERTADOR EN EL CENTENARIO DE SU MUERTE''; y en la parte de abajo: ''Bolívar visitó a Girón en 1813 y 1828. En 1828 los seculares muros de Girón albergan al Genio de los libres. Un grupo de damas conduce su corcel con preciosa cadena de oro''.66

 

A manera de cierre

Pasada la festividad, en 1931 el Centro cosechó importantes honores por la labor desarrollada el año anterior en la conmemoración centenaria del ''Cóndor de los Andes''. El impacto que tuvo la obra Próceres Santandereanos de la Independencia fue importante para dar a conocer la institución no solo en el ámbito local, sino en el nacional. Al tiempo que se utilizó como estímulo para los nuevos miembros, esta primera obra fue requerida en diferentes lugares del país. Por citar un par de ejemplos, el 5 de septiembre de 1931 el señor González Fernández, quien se desempeñaba como Secretario del Ministerio de Relaciones Exteriores, solicitó el envío de varios ejemplares del opúsculo, toda vez que había sido solicitado en las oficinas del ministerio.67 En el mismo sentido, el eco del libro llegó al Ministerio de Hacienda y Crédito Público, en donde el socio Alejandro Botero envío un par de ejemplares para conocimiento de sus amigos en este importante despacho.68 Con ello, el Centro de Historia de Santander cumplió con el cometido para el que fue creado e hizo gala de un espíritu bolivariano que se mantendría durante gran parte de su existencia. La obra Próceres Santandereanos permitió al Centro ganar un espacio en el mundo académico nacional, lugar que mantendría con el correr de los años y que confirmaría una década más tarde.

Como se pudo apreciar, la conmemoración fue la ocasión precisa para que el grupo de letrados reunidos en el naciente Centro de Historia de Santander determinara la creación de una memoria nacional a partir de la región. El sentido pedagógico de este tipo de actos, impulsados por los poderes políticos, sociales y culturales, fue claro al pretender impactar en el espacio público, tal y como lo señala Jelin. Aunque la efeméride pretendía encumbrar la figura de Bolívar, el CHS aprovechó la ocasión para posicionar a sus héroes regionales, sin cuya participación el Libertador no hubiera alcanzado la grandeza reconocida. En este caso, el espíritu de conciliación en torno a la figura del caraqueño predominó y, más aún, puede decirse que la ocasión sirvió para escenificar la unidad nacional que incorporó a algunos prohombres regionales.

Regionalismo y nacionalismo catalizados por un franco espíritu bolivariano otorgaban el sentido a la participación del Centro de Historia de Santander en la conmemoración del centenario de la muerte de Bolívar. Esta primera gran empresa conmemorativa no solo se desplegó en la producción de una obra histórica y en el recibimiento de un terreno en la Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta, sino que se enmarcó en un movimiento de las elites locales por expresar su amor y gratitud al más grande de todos los héroes, considerado como padre de la nacionalidad y la patria. La Galería de próceres santandereanos, la columna a erigir en la Quinta de San Pedro con los nombres y datos de todos los hijos de Santander que ofrendaron su vida en la gesta emancipadora y el libro que recogió sus perfiles biográficos fueron los motores que impulsaron la acción de los letrados agrupados en el Centro de Historia de Santander para posicionar al Departamento en los ámbitos nacional y continental.69

 


Notas al pie

* Este artículo hace parte del proyecto titulado ''El Centro de Historia de Santander 1929-1946: Una institución creadora de memoria regional'', financiado por Colciencias y la Universidad Industrial de Santander a través del programa Jóvenes Investigadores e Innovadores 2012- 2013.

1. Juan de Dios Arias Ayala, Una institución cultural santandereana: Academia de Historia de Santander, Biblioteca ''Santander'' y Revista Estudio (Bogotá: Imprenta Nacional, 1954). El CHS fue uno de los centros regionales de historia que podríamos denominar tardíos para el caso de una capital de departamento. Hay que recordar que la Comisión de Historia y Antigüedades Patrias, creada en 1902 y que dio origen a la Academia Colombiana de Historia, promovió la creación de espacios similares en ciudades como Medellín, Tunja o Cali, por citar algunas. Ver: Academia Nacional de Historia, ''Personal de los Centros de Historia establecidos por excitación de la Academia'', Boletín de Historia y Antigüedades Vol: VI n.º 61 (julio de 1909): 50. Una visión desde la misma Academia Colombiana de Historia que arroja información factual relevante para este trabajo: Roberto Velandía, Un siglo de historiografía colombiana: Cien años de la Academia Colombiana de Historia (Bogotá: Academia Colombiana de Historia, 2001).

2. Edmundo Gavassa Villamizar, Academia de Historia de Santander 1908-2006 (Bucaramanga: Academia de Historia de Santander, 2006), 31. ''Carta de Daniel Martínez a Martín Carvajal, Director de Educación Pública de Santander'' (Bucaramanga, 17 de julio de 1929), en Archivo Academia Santandereana de Historia (AASH). Este personaje refiere la creación del Centro entre 1908 y 1912, el cual habría desaparecido porque sus miembros dejaron de reunirse.

3. ''Ordenanza N.o 46 de 1928 (Abril 27). Por la cual se establece en la capital del Departamento un Centro de Historia, anexo al Museo Boliviano creado por Ordenanza número 25 del año en curso, para contribuir a la conmemoración del Centenario de la muerte del Libertador'', Revista Estudio n.º 1 (julio de 1931): 41.

4. Gabriel Samacá Alonso, El Centro de Historia de Santander y la gestión de la memoria ejemplar regional: Conmemoraciones centenarias de Eloy Valenzuela, Solón Wilches y Vicente Azuero (1934-1944). Texto inédito.

5. Aunque con algunos avatares, la labor del Centro se sintetizó, por lo menos literariamente, en la publicación de un número especial para conmemorar el centenario de Santander. Ver: Revista Estudio n.os 97-100 (1940).

6. Peter Burke, ''Hacía una antropología histórica de la conmemoración'', en 200 años de independencia: Las culturas políticas y sus legados, eds. Yobenj Chicangana Bayona y Francisco Ortega Martínez (Medellín: Universidad Nacional de Colombia, 2012), 437-438.

7. Una lectura de las principales características de la historia patria en el mundo educativo en: Alba Patricia Cardona Zuluaga, ''Repensar la historia patria: materialidad, formas narrativas y usos. Colombia segunda mitad del siglo XIX'', Revista de Historia de la Educación Latinoamericana n.º 16 (enero-junio de 2011): 33-56.

8. Nikita Harwich Vallenilla, ''La historia patria'', en Inventando la nación: Iberoamérica siglo XIX, coords. Antonio Annino y Francois-Xavier Guerra (México: Fondo de Cultura Económica, 2003), 533; para el tema de la invención de las tradiciones ver: Eric Hobsbawm y Terence Ranger (Eds.), La invención de la tradición (Barcelona: Crítica, 2002).

9. Nikita Harwich Vallenilla, ''La historia patria'', 538-546.

10. Feliciano Páez-Camino Arias, ''Conmemoraciones y conocimiento histórico'', Íber. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia n.º 48 (abril-junio, 2006): 7-17.

11. Elizabeth Jelin (Comp.), Las conmemoraciones: Las disputas en las fechas ''in-felices'' (Madrid: Siglo XXI, 2002); Elizabeth Jelin y Victoria Langland (Comps.), Monumentos, memoriales y marcas territoriales (Madrid: Siglo XXI, 2003).

12. Alexander Betancourt Mendieta, ''Espacios de la memoria: dos Academias de Historia Regionales'', en Miradas de contraste: Estudios comparados sobre Colombia y México, coords. Alexander Betancourt Mendieta y Renzo Ramírez Bacca (México: Universidad Autónoma de San Luís de Potosí/Universidad Nacional de Colombia-Sede Medellín/Porrúa, 2009), 9-53; Alexander Betancourt, Historia y Nación: Tentativas de la Escritura de la Historia en Colombia (Medellín: La Carreta, 2007), 45-84.

13. David Bushnell, ''La última dictadura de Simón Bolívar: ¿abandono o consumación de su misión histórica?, en Ensayos de Historia Política de Colombia: Siglos XIX y XX, David Bushnell (Medellín: La Carreta, 2006), 57-116. Rubén Sierra Mejía, ''La lectura conservadora de Simón Bolívar'', en La restauración conservadora 1946-1957, ed. Rubén Sierra Mejía (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2012), 79-104. Iván González Pucetti, ''La revista Bolívar y el discurso conservador sobre hispanidad y nación'', en La restauración conservadora, 371-408. Bernardo Tovar Zambrano, ''Porque los muertos mandan: El imaginario patriótico de la historia colombiana'', en Pensar el pasado, eds. Carlos Miguel Ortiz Sarmiento y Bernardo Tovar Zambrano (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia/AGN, 1997), 168.

14. Germán Carrera Damás, El culto a Bolívar (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 1987).

15. En la Biblioteca Luis Ángel Arango se puede consultar una compilación de actas y decretos del Concejo, la Alcaldía Municipal de Pereira y las autoridades de policía y militares que se adhirieron la conmemoración en diciembre de 1930. Cfr. ''Centenario del Libertador: Pereira 1830-1930.'', en http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/89660/brblaa126876.pdf (consultado 26 de octubre de 2012). En el mismo sentido se puede consultar la edición del diario El Tiempo del 17 de diciembre de 1930 en la que casi todo el periódico fue dedicado a la memoria del Libertador. Se incluyen notas sobre discursos de personajes como Guillermo Valencia, las casas de Bolívar, los libros que se publicaron con motivo de la conmemoración, poemas, entre otros. Ver: El Tiempo, 17 de diciembre de 1930. http://www.eltiempo.com/eltiempoimpreso/index.pp?modeq=poranio&anio=1930 (consultado 24 de octubre de 2012).

16. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 26 de agosto de 1929), en AASH.

17. ''Carta de Martín Carvajal Bautista a Simón Harker, Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 16 de agosto de 1929), en AASH. En esta carta se transcribió la respuesta del gobernador a los miembros del Comité Bolivariano de Santa Marta, labor que cumplió el mismo Carvajal al remitir esta comunicación al Centro de Historia. Hay que recordar que el Centro de Historia fue creado en 1928 como parte de los preparativos para dicha conmemoración.

18. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 16 de septiembre de 1929), en AASH.

19. ''Carta de Martín Carvajal al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 30 de mayo de 1930), en AASH.

20. Martín Carvajal Bautista fue el principal promotor de la creación del Centro desde el despacho de la Dirección de Educación Pública del departamento. Médico cirujano de formación lideró varias iniciativas desde el Centro entre 1929 y 1930, cuando todavía pertenecía a la administración departamental. Como médico-historiador se dedicó posteriormente a la exploración del pasado prehispánico. ''CARVAJAL BAUTISTA, Martín'', en Académicos de la Academia de Historia de Santander: vida y obra de cada uno de ellos en 75 años de existencia: 1929-2004, Cristóbal Acosta Torres (Bucaramanga: Sic Editorial, 2005), 233-251.

21. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 16 de diciembre de 1929), en AASH.

22. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 3 de febrero de 1930), en AASH.

23. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 19 de febrero de 1930), en AASH.

24. El listado final se compuso de los siguientes nombres: Crisanto Valenzuela, Ramón Lineros, José Elías Puyana, Petronila Navas de García, Ramón Arango, Vicente Azuero, Diego Fernando Gómez, Antonio Obando.

25. ''Acta del Centro de Historia de Santander (Bucaramanga, 23 de marzo de 1930), en AASH.

26. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 23 de mayo de 1930), en AASH.

27. ''Carta de Martín Carvajal al Secretario del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 21 de junio de 1930), en AASH.

28. ''Carta de Martín Carvajal al Secretario del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 28 de julio de 1930), en AASH.

29. ''Carta de Martín Carvajal al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 10 de julio de 1930), en AASH. El interés manifestado por Carvajal y el Centro respecto a la parcela fue evidente, tal y como lo muestra la correspondencia entre el Director de Educación Pública y el Secretario del Centro, en donde se prometían el aviso inmediato de noticias al respecto. Ver: ''Carta de Martín Carvajal al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 3 de julio de 1930), en AASH.

30. ''Carta de Martín Carvajal'', en AASH. La parcela fue oficialmente entregada el 13 de junio de 1930. Al departamento de Santander le correspondió la parcela n.º 5 con una extensión de 8000 m2. Al acto de entrega asistieron: por el gobierno de Magdalena, el Gobernador General Gabriel Bermúdez, el Secretario de Gobierno Gabriel Vides Jaimes, el Secretario de Hacienda Alejandro Martínez Robles y el Director de Educación Pública Teodosio Goenaga. Por parte del gobierno de Santander, el comisionado Doctor José de Jesús García. Ver: ''Acta de cesión de la parcela en la Quinta de San Pedro Alejandrino'' (Santa Marta, 13 de junio de 1930), en AASH

31. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 1 de julio de 1930'', en AASH.

32. Algunos de los nombres resaltados eran: José María Mantilla (de Piedecuesta), Félix Soler (de Aratoca), Emigda Tryana (del Socorro), Antonio Obando (de ilegible), Félix José Rangel (del Socorro), Joaquín Salgar (de San Gil), Sinforoso Mutis Consuegra, María Durán, Vicente Vanegas, Petronila Navas (de García Rovira).

33. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 3 de julio de 1930), en AASH.

34. ''Carta de Martín Carvajal al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 1 de agosto de 1930), en AASH. Un mes más tarde, la marmolería ''La Nueva Industria'' ofreció sus servicios con motivo del centenario de la muerte de Bolívar aduciendo que a ellos, a diferencia de otras empresas, no los movía únicamente el afán de lucro, sino que por contar entre sus propietarios a colombianos, el patriotismo los llevaba a realizar interesantes ofertas para los diferentes gobiernos departamentales. Ver: ''Carta de Francisco Pigna al Presidente de la Sociedad Bolivariana de Santander del Sur'' (Bogotá, septiembre de 1930), en AASH.

35. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 4 de agosto de 1930'', en AASH.

36. ''Para el doce de agosto, Margarita Díaz Otero, Custodio García Rovira. Elena Gómez, Cristancho Valenzuela. Para el 26 de agosto, Señorita Berta Camacho de Gómez, Antonia Santos y Señor Luis Alberto Acuña, Manuela Beltrán, Señor Fulgencio Gutiérrez, José Acevedo Gómez. Fueron también designados los siguientes miembros que irán leyendo biografías en las fechas indicadas por el centro: Doctor Emiliano Pradilla, Francisco Berbeo, Señor Ernesto Valderrama Benítez, ilustrísimo señor Caycedo y Flórez, Señor Alfredo García Téllez, Canónigo Rosillo, Señor Fermín Mantilla, Vicente Vanegas, Doctor Martín Carvajal, Juan Conde''. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 12 de agosto de 1930), en AASH.

37. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 12 de agosto de 1930), en AASH.

38. ''Carta de Martín Carvajal al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 20 de agosto de 1930), en AASH.

39. Conocedor de la dinámica embrionaria del Centro, el mismo Carvajal insistió en el compromiso que debían tener sus miembros, previendo lo que efectivamente sucedió en cuanto a las dificultades que tuvieron varios integrantes en el cumplimiento de sus compromisos con el folleto. La exhortación estaba dirigida a la ''colaboración patriótica y eficaz en este asunto de tanta importancia en los anales de la historia de nuestra Patria''. ''Carta de Martín Carvajal al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 20 de agosto de 1930), en AASH.

40. ''Carta de Fermín Mantilla al Secretario del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 22 de agosto de 1930), en AASH. Cuatro días antes, el mismo Mantilla había renunciado a la categoría de miembro de número del Centro, arguyendo que sus ocupaciones en la Gobernación no le dejaban tiempo para ''dedicarme a la búsqueda de datos en los polvorientos archivos''. Reconocía además que su presencia en las sesiones del Centro obedeció sencillamente a la tarea impuesta por la administración departamental para que rindiera informes al Centro sobre los avances en la conmemoración del centenario de la muerte de Bolívar. Ver: ''Carta de Fermín Mantilla al Secretario del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 18 de agosto de 1930), en AASH. La reacción de los demás no dejó de mostrar cierto desacuerdo con la decisión tomada por Mantilla. En el acto de la sesión en que se dio a conocer la renuncia se puede leer: ''[El Centro] se dispuso contestarle diciendo que aunque no se encuentran justas las razones para excusarse se le considera excusado ya que este trabajo es más bien de patriotismo que de lucro y seria indelicado exigírselo cuando no hay voluntad''. Ver: ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 19 de agosto de 1930), en AASH.

41. ''Carta de Alfredo García Téllez al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 30 de septiembre de 1930), en AASH.

42. ''Carta de Manuel Serrano Blanco al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 30 de septiembre de 1930), en AASH. La sugerencia de utilizar el texto de García se fundó en la reconocida autoridad de este personaje en materia histórica, además, para aquel entonces se desempeñaba como Director de Educación de Antioquia. Ello se puede corroborar en: ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 30 de septiembre de 1930), en AASH.

43. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 19 de agosto de 1930), en AASH; ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 26 de agosto de 1930), en AASH; ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 2 de septiembre de 1930), en AASH; ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 9 de septiembre de 1930), en AASH.

44. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 16 de septiembre de 1930), en AASH.

45. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 23 de septiembre de 1930), en AASH.

46. ''Carta de Fernando ¿? al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 18 de septiembre de 1930), en AASH.

47. ''Carta de Fernando'', en AASH.

48. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 8 de octubre de 1930), en AASH.

49. ''Carta de Benicio Collazos a Guillermo Otero Wilches, Secretario del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 1 de septiembre de 1930), en AASH. La consecución de documentación original para confirmar la información sobre los personajes estudiados se reveló como una práctica de varios miembros del Centro. Por solicitud de Joaquín Pinzón Quijano, quien escribió finalmente el texto correspondiente al Coronel Vicente Vanegas, se reunieron fuentes relacionadas con la carrera militar de este personaje. Algunas de las piezas documentales consultadas fueron: La hoja de servicios del Coronel expedida por el Secretario de Guerra de la República el 24 de marzo de 1869, un artículo publicado en el Diario Nacional n.º 4789 del 16 de septiembre de 1929, de la pluma del abogado e historiador Ramón Correa, en el que se detallaba la época y las circunstancias exactas del fusilamiento del Coronel Vanegas. Ver: ''Carta de Miguel Roberto Vanegas al Secretario del Centro de Historia de Santander'' (Moniquirá, 6 de octubre de 1930), en AASH.

50. ''Carta de Matos Hurtado al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Bogotá, 7 de octubre de 1930), en AASH. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 21 de octubre de 1930), en AASH.

51. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 12 de octubre de 1930), en AASH.

52. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 21 de octubre de 1930), en AASH.

53. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 11 de noviembre de 1930), en AASH.

54. ''Acta del Centro de Historia de Santander'' (Bucaramanga, 18 de noviembre de 1930), en AASH.

55. Centro de Historia de Santander, Próceres santandereanos de la Independencia. Bucaramanga: Imprenta del Departamento, 1930, 1-2. El trabajo constó de los siguientes capítulos, que incluyeron una carta publicada inicialmente en Vanguardia Liberal y un listado de los próceres originarios de cada provincia del departamento, divididos en héroes, mártires y heroínas. Este trabajo fue realizado por la señorita Margarita Díaz Otero. El índice fue: 1) Historia de los Comuneros, por Juan Ortiz G. 2) José Antonio Galán, por José Fulgencio Gutiérrez. 3) Don José Acevedo y Gómez, por José Fulgencio Gutiérrez. 4) Biografía del prócer de la Independencia, doctor don Vicente Azuero, por Benicio Collazos. 5) Doctor José Miguel Ángulo (Tomado de la Vanguardia Liberal). 6) Doctor Emigdio Benítez, por Alejandro Botero L. 7) Doctor Fernando de Caycedo y Flórez, por Ernesto Valderrama Benítez. 8) Juan Conde, por Martín Carvajal. 9) Biografía del General Custodio García Rovira, por Margarita Díaz Otero. 10) Coronel José Ramón Lineros, por Calixto Camacho C. 11) Biografía del Canónigo Magistral don Andrés María Rosillo y Meruelo, por Luis Alfredo García Téllez. 12) El Canónigo Magistral don Andrés María Rosillo y Meruelo, por Luis Reyes Rojas. 13) Antonia Santos, por Berta Camacho de Gómez. 14) Fernando Serrano y Uribe, por Belisario Matos Hurtado. 15) Fernando Serrano y Uribe, por Simón S. Harker. 16) Doctor don Crisanto Valenzuela, por Elena S. Gómez. 17) Coronel Vicente Vanegas Olarte, por Joaquín Pinzón Quijano. 18) Glosas históricas, por Emilio Pradilla. 20) Lista de los próceres santandereanos, por Margarita Díaz Otero.

56. ''La sesión solemne del Centro de Historia'', Vanguardia Liberal, Año XII n.º 3458, Bucaramanga, 20 de diciembre de 1930.

57. ''Programa de los actos con que el departamento de Santander y la ciudad de Bucaramanga conmemoran el centenario de la muerte del Libertador'', El Deber, 13 de diciembre de 1930, 4. El 18 de octubre Vanguardia Liberal publicó una nota en la que se mencionaron varios puntos del programa difundido por El Deber, entre lo que se destacaba la partida para los arreglos del Parque Bolívar, la inauguración de la Avenida del Norte y la apertura de la escuela en el barrio Páez de Sotomayor. Ver: ''La celebración del centenario de la muerte del Libertador'', Vanguardia Liberal, 18 de octubre de 1930.

58. ''GOBERNACIÓN DE SANTANDER. Decreto No. 120 del 18 de octubre de 1930. Por el cual se crea una Junta Patriótica'', Vanguardia Liberal, 21 de octubre de 1930.

59. ''Bella iniciativa para el Centenario de la muerte de Bolívar'', Vanguardia Liberal, 11 de septiembre de 1930.

60. ''Programa de la velada lírico-literaria que darán los distinguidos jóvenes claverianos, el miércoles próximo, en el local del señor Benito Luna, en honor del Libertador en el primer centenario de su muerte'', El Deber, 16 de diciembre de 1930, 4.

61. Pedro Julio Dousdebés, ''La piedra de Bolívar: Itinerario del Libertador en tierra santandereana'', Vanguardia Liberal, 31 de octubre de 1930. La nota de prensa incluyó el itinerario completo desde 1819 en Bucaramanga hasta 1828 en Guavatá. Dos días antes, el mismo periódico publicó el itinerario de Bolívar por todo el país. ''Itinerarios del Libertador Simón Bolívar en tierra colombiana'', Vanguardia Liberal, 29 de octubre de 1930.

62. ''Un tributo al Libertador Simón Bolívar. Anuncio'', Vanguardia Liberal, 26 de noviembre de 1930.

63. ''17 de diciembre. Anuncio'', Vanguardia Liberal, 26 de noviembre de 1930. ''Para el centenario. Anuncio'', El Deber, 2 de diciembre de 1930, 4.

64. ''Centenario del Libertador-Concurso 'jarabe indiano'. Anuncio'', El Deber, 15 de diciembre de 1930, 4.

65. ''Obedezca al señor alcalde. Anuncio'', El Deber, 16 de diciembre de 1930, portada.

66. ''Carta de Francisco Reyes al Presidente del Centro de Historia de Santander'' (Girón, 14 de octubre de 1930), en AASH.

67. ''Carta de A. González Fernández, Secretario del Ministerio de Relaciones Exteriores al Presidente del Centro de Historia Santander'' (Bogotá, 5 de septiembre de 1931), en AASH.

68. ''Carta de Manuel ¿? a Alejandro Botero L.'' (Bogotá, 12 de agosto de 1931), en AASH.

69. El 31 de agosto de 1930, el Director de Educación, fundador y miembro de número del Centro de Historia, don Martín Carvajal, publicó una nota en Vanguardia Liberal en la que se aprecia el sentido de la conmemoración para las elites políticas y sociales del departamento. Además de referir cada una de las actividades lideradas por el CHS, Carvajal explicitó que a través de la obra Próceres Santandereanos, ''se harán conocer también nuestros héroes fuera del país''. Líneas más adelante señaló: ''Por lo expuesto, si los anhelos de la gobernación y los esfuerzos de la dirección de educación pública del departamento se realizan, como es el deseo y la intención de quienes comprenden sus deberes y ponen en oportunidad los medios, bien representado quedará el departamento en la exhibición de amor a las glorias patrias, que será el centenario del día en que el Cóndor de los Andes, vencedor en mil combates, abatió sus alas triste y doliente, como el sol que se puso en el mar caribe el mismo y triste día''. Martín Carvajal, ''Stder. y el centenario de la muerte de Bolívar'', Vanguardia Liberal, 31 de agosto de 1930.


 

 

Bibliografía

Fuentes primarias

Archivo

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