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Historia y Sociedad

Print version ISSN 0121-8417On-line version ISSN 2357-4720

Hist. Soc.  no.36 Medellín Jan./June 2019  Epub May 17, 2019

https://doi.org/10.15446/hys.n36.69454 

Tema libre

Olga Cossettini y el Colegio Libre de Estudios Superiores en Rosario (Argentina), 1939-1940*

Olga Cossettini and the Colegio Libre de Estudios Superiores in Rosario (Argentina), 1939-1940

Olga Cossettini e o Colégio Libre de Estudos Superiores no Rosario (Argentina), 1939-1940

Sandra Fernández** 

** Doctora en Humanidades por la Universidad Nacional de Rosario (Rosario, Argentina). Investigadora Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) (Buenos Aires, Argentina). Profesora titular de la cátedra Seminario Regional y de posgrado en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (Rosario, Argentina). Coordinadora de la maestría en Enseñanza de la Historia de la misma institución. Durante los últimos años sus trabajos se han centrado en los estudios regionales y locales y, especialmente, en el análisis de la sociabilidad y el espacio público en las primeras décadas del siglo XX argentino https://orcid.org/0000-0001-6528-1606 fernandez@ishir-conicet.gov.ar; 7acequias@gmail.com


Resumen

Este artículo explora la organización de la filial Rosario del Colegio Libre de Estudios Superiores (CLES), emblemática agrupación de fuerte impronta intelectual en el escenario argentino entre los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo XX. En particular, haremos énfasis en el contexto de inserción de la filial y en las tramas de sociabilidad que reunieron a un ecléctico grupo de colaboradores y simpatizantes, con plurales posiciones intelectuales, estéticas y políticas. En tal sentido, pretendemos detenernos especialmente en la figura de Olga Cossettini y su rol dentro de la gestación de la filial, de la que fue secretaria general entre los años 1951 y 1954.

Palabras clave: (Tesauro) intelectuales; educación; enseñanza. (Autora) sociabilidad; Colegio Libre de Estudios Superiores (CLES); Cossettini; Rosario

Abstract

This article explores the organization of the Rosario branch of the Colegio Libre de Estudios Superiores (CLES), an emblematic association with a strong intellectual imprint on the Argentine scene in the 1930s, 1940s and 1950s. In particular, we will focus on the context of insertion of the subsidiary and on the sociability weaves that brought together an eclectic group of collaborators and sympathizers, with a variety of intellectual, aesthetic and political positions. In this sense, the leading figure of Olga Cossettini and her role in the gestation of the subsidiary, of which she was General Secretary between 1951 and 1954, are carefully considered.

Key Words: (Thesaurus) intellectuals; education; teaching. (Author) sociability; Colegio Libre de Estudios Superiores (CLES); Cossettini; Rosario

Resumo

Este artigo explora a organização da filial Rosario do Colégio Libre de Estudios Superiores (CLES), emblemática agrupação de forte impronta intelectual no cenário argentino durante a decada de trinta, quarenta e cinquenta do século XX. Em particular, faremos enfase no contexto de inserção da filial e nas tramas de sociabilidade que reuniram a um eclético grupo de colaboradores e simpatizantes, com plurais posições intelectuais, estéticas e políticas. Neste sentido, pretendemos nos deter especialmente na figura de Olga Cossettini e seu papel dentro da gestação da filial, da que foi secretária geral entre os anos 1951 e 1954.

Palavras chave: (Tesauro) intelectuais; educação; ensino. (Autora) sociabilidad; Colégio Libre de Estudios Superiores (CLES); Cossettini; Rosario

Introducción

El Colegio Libre de Estudios Superiores (CLES), emblemática agrupación del escenario cultural argentino de los años 30, 40 y 50 del siglo XX, insistió desde sus orígenes en llevar adelante un programa de organización de filiales que permitiera establecer no solo su proyección institucional sino la organización de una red intelectual que superara exclusivamente el entorno de la ciudad capital. En tal sentido sus gestores, a través de una figura como Luis Reissig, mantuvieron importantes lazos sociales con personajes del medio rosarino, entre ellos Olga Cossettini, quien fue una de las figuras que hicieron posible la instalación formal de la filial en 1940. Poco se ha escrito de esta experiencia, en particular por las escasas fuentes que pueden rastrearse sobre el tema. Sin embargo, al ligar los pasos de la institución a la figura de Cossettini, el panorama se torna un poco más alentador. Olga Cossettini estuvo vinculada desde muy temprano al CLES, y llegó a ser la secretaria general de la filial entre los años 1951 y 1954. Los indicios de este contacto pueden encontrarse en un puñado de misivas ubicadas en el archivo que lleva su nombre. La colección epistolar conservada por la misma Cossettini, y entregada luego de su muerte al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) permite recomponer fragmentariamente los trazos del CLES en Rosario1.

La articulación de la información vertida en estas notas y esquelas, con documentación obtenida de la prensa local, de la revista Cursos y Conferencias y de archivos institucionales, entre otros, hace posible estudiar un tejido de sociabilidades que reunía a un ecléctico grupo de colaboradores y simpatizantes, con plurales posiciones intelectuales, estéticas y políticas. En tal sentido pretendemos trabajar en un contrapunto entre una institución (CLES, filial Rosario) y una figura (Olga Cossettini), deteniéndonos específicamente en esta última, al tomarla como eje para aproximarnos a la visualización de una red intelectual, cultural y educativa en el medio rosarino. La utilización de las misivas es funcional para tal interpretación, ya que la receptora de las cartas toma el rol de ego de la red, y otorga densidad al ejercicio de comprensión del fenómeno de la sociabilidad fuera del marco exclusivo de lo institucional. El recorte espacial, si bien enfatiza en la ciudad de Rosario, la excede al involucrar líneas de contacto que transitaban entre ciudades como Santa Fe y Buenos Aires. El corte temporal lo instalamos en el año 1940, momento germinal de la seccional.

Al tratar instituciones como el CLES debemos tomar en consideración la fuerte carga programática que conllevaba la entidad, inspirada en parte en las tradiciones intelectuales argentinas que tenían como meta la divulgación y el debate ideológico, científico, cultural y educativo, así como también las transformaciones propuestas por el clima del período de entreguerras, que permitieron una integración de líneas político-ideológicas que no tenían antecedentes en el país. Este es el escenario donde observamos el surgimiento de nuevas entidades, que sobre cimientos construidos desde expresiones propias de la sociabilidad informal, se configuraron como referentes del medio, y por ello la importancia de abordar el análisis de tales instituciones desde el soporte metodológico. Al fin la figura de Olga Cossettini, no es simplemente un rastro clave en la configuración de una red de sociabilidad que habilita la consagración de una sucursal rosarina del CLES, sino que es una figura de aquello que los estudios realizados desde la historia socio-cultural han llamado "los otros intelectuales". Tal línea de trabajo que viene desarrollándose en los últimos años se ha enfocado en particular sobre los intelectuales del normalismo -maestras, maestros, inspectores y funcionarios-. De esta forma se discute al interior de la historia intelectual con una definición del intelectual y del experto que supera los cánones clásicos para incorporar el examen de figuras (muchas de ellas mujeres) que desde una praxis ligada al hecho educativo y a la gestión estatal intermedia y de base, transformaron el medio cultural, instalándose en escenarios de debate nacionales e internacionales. La materia de estudio propone una aproximación alternativa a los grandes centros de producción intelectual. Esto ha posibilitado generar espacios para las distintas investigaciones que dan cuenta de esos actores fuera de Buenos Aires, poniendo en juego la relación centro/periferia, mostrando sus estrategias y las dinámicas culturales en los distintos espacios regionales, a la vez que reinterpretan la acción de los emergentes intelectuales en medio social.

En esta línea de trabajo los aportes de Ricardo Pasolini, sintetizados en su libro de 2013, se anclan en la hipótesis central según la cual desde mediados de la década de 1930 en Argentina se articularon la tradición liberal, el marxismo y el debate europeo en torno del antifascismo2. Esta línea argumental abreva en los estudios sobre el movimiento antifascista en Argentina entre los que debemos destacar el de Sandra McGee3, Andrés Bisso4 o Jorge Nállim5. Si para McGee ha sido fundamental explicar la fuerte capilaridad entre las agrupaciones antifascistas autóctonas con referentes del medio mundial haciendo énfasis desde un punto de vista de género y de las tradiciones político-ideológicas en el rol de las mujeres, quienes se desempeñaron como hacedoras de organizaciones femeninas y de otras entidades más transversales; Bisso pone el foco en la sociabilidad formal desplegada por las asociaciones antifascistas y sus formas de acción y transformación durante los años en cuestión. Nállin, por su parte, reconstruye no solo la materia del antifascismo argentino, sino que introduce la pregunta germinal alrededor del origen del antiperonismo, a partir de la tesis de que el núcleo que aglutina el antifascismo sería fundamental en los años de 1940 y 1950 para conformar el relato antiperonista. Por otro lado, retomando el argumento de Pasolini sobre del medio antifascista argentino, es fundamental que señalemos la importancia que este autor otorga al diálogo centro/periferia para la constitución de un mundo intelectual, mostrando sus diferencias, compensaciones y estrategias entre grandes centros urbanos como Buenos Aires y otros espacios de la geografía argentina, reconsiderando el impacto de la discusión en torno del autoritarismo en el período estudiado6.

Por ello hay que sumar además los aportes que estudiaron a la ciudad de Rosario7; pero también los que abordaron específicamente los posicionamientos de la izquierda argentina durante la década de 1930. El estudio del cambio de orientación del Partido Comunista (PC) y de la izquierda argentina en general8, ha sido sustancial para comprender este proceso. Para el caso rosarino un puñado de investigaciones ha dado cuenta de este tema. Merecen destacarse sendos trabajos de curso de Alejandro Cincolani y Roberto Frutos9, así como el trabajo de grado de Pablo Suárez10, los cuales incorporan el análisis de la transformación de la lucha de clases al frente antifascista desde 1935; y al fin el estudio de Emiliano Pereyra11 específicamente sobre los años formativos del PC y sus estrategias locales de acción. Tales textos, más clásicos en su abordaje, permiten establecer un estado de la cuestión sobre la izquierda argentina en clave regional, que hace posible entrever nuevos actores y acciones particularizadas en términos espaciales, sustrayéndola del análisis habitual más circunscripto a la perspectiva institucional de alcance nacional.

Por otra parte el estudio del asociacionismo cultural e intelectual no ha tenido una línea común de desarrollo. Por el contrario, trabajos diferentes convergen para componer un universo muy rico de interpretación en el que se cruzan análisis específicos sobre instituciones con reconstrucciones desde contextos biográficos de los personajes más sugestivos en la creación y gestión de estas entidades12. Concretamente para el CLES pueden mencionarse en estos últimos años trabajos como el de Mabel Cernadas13, Juliana López Pascual14 y Héctor Guzmán15, quienes hacen hincapié en el estudio de sus filiales -Bahía Blanca y Santiago del Estero repectivamente-. En ellos se expone la dinámica relacional de la aparición de estas filiales, haciendo foco en el estudio de la organización institucional en centros urbanos alternativos al de la ciudad de Buenos Aires. Debemos mencionar además algunos textos centrados en la articulación del CLES con el surgimiento del campo psicoanalítico argentino16, ya que Aníbal Ponce y, transitivamente la propia entidad, reflexionaron tempranamente sobre la problemática, instalándola en el debate intelectual continental.

Justamente la revista del CLES, Cursos y Conferencias, ha sido una publicación fundamental para la difusión de la psicología en el espacio intelectual argentino, y por ello ha sido intensamente estudiada para describir la conformación del campo disciplinar vernáculo17. Por otro lado, el análisis de la figura de Aníbal Ponce sintetiza de alguna forma al mundo intelectual argentino de la década de 1930, siendo una figura trascendental del marxismo latinoamericano a pesar de su temprana muerte en México en 1938. Siendo discípulo de José Ingenieros, su formación teórica, su perfil profesional orientado a la psicología y la educación, su compromiso con la organización de entidades culturales para operar decididamente en el espacio público propiciando el debate intelectual abierto, lo convirtieron en un referente en Argentina y también en Latinoamérica. Son numerosos los abordajes que expresan la importancia de un intelectual multifacético como Ponce en una etapa tan convulsionada como el período de entreguerras, no solo para comprender las derivas de la izquierda, sino por su marcado compromiso por transformar la realidad tanto desde una profusa producción escrita como desde una praxis didáctica que lo llevó a consagrar al CLES como alternativa de formación académica hasta el momento desconocida en estas latitudes18. En esa línea de estudio hay que destacar las aproximaciones de Nerina Visacovsky (con especial referencia al área educativa)19, orientadas al análisis de la figura de Aníbal Ponce como referente intelectual del medio argentino. Finalmente, para el caso rosarino que nos convoca, pueden citarse una serie de trabajos que han estudiado el surgimiento de entidades de índole cultural y sus vínculos específicos con el Estado20. Estos trabajos representan una base fundamental para entender el contexto de instrumentalización que tuvo la filial rosarina del CLES. Tales textos permiten comprender las tramas sociales previas que hicieron posible el éxito de las actividades del CLES en Rosario, al propiciar la emergencia de la entidad a partir una activa red cultural e intelectual que venía operando desde hacía más de una década, tanto en el medio estatal como asociativo.

Estas líneas convergentes de tratamiento plasman la riqueza que el tema adquiere, al desvincularlo de una perspectiva interpretativa dominante (el análisis institucional de la filial) y pensarlo en el marco de las relaciones sociales que gestaron y contuvieron esta experiencia. De allí la relevancia por insistir en el estudio de las redes informales de sociabilidad que sostuvieron la aparición de una filial del CLES en Rosario. Los aportes realizados sobre el asociacionismo cultural, y sus relaciones con el Estado municipal rosarino permiten observar la capilaridad social previa al surgimiento de la filial, necesaria para el éxito posterior de tal empresa. No hay que descuidar tampoco las investigaciones ligadas al rol de las mujeres, en particular maestras, y su actuación en el sostenimiento de estas redes de debate y solidaridad intelectual y programática21. Estos trabajos hacen posible entender el modus operandi de instituciones que eran sostenidas por redes sociales que no estaban, por ejemplo, para el caso rosarino, delineadas por una sola área de interés, sino que tenían una estructura polifuncional, reuniendo a distintos actores que lejos de ubicarse en una línea ideológica exclusiva, se caracterizaban por la pluralidad y hasta el antagonismo de sus posiciones intelectuales.

Al fin, en el caso de Olga Cossettini, su trayectoria es asimilable a la de un sinnúmero de educadoras argentinas, formadas en el normalismo, quienes a partir de los años veinte. Del siglo XX abrazaron el escolanovismo como práctica pedagógica. Por estos años, tanto la tradición normalista como la escolanovista, imponían una férrea formación profesional para las maestras. De allí que muchas de estas mujeres no funcionaran exclusivamente como educadoras, sino como gestoras culturales, mediadoras o delegadas de los organismos de Estado. Son numerosos los aportes derivados de los análisis desde la historia de las mujeres, que colocan a las maestras en el segmento de las intelectuales y las expertas, ocupándose de sus trayectorias individuales y grupales. Tales estudios superan la mirada tradicional de la historia de la educación que cifra sus análisis en la lógica escolar femenina22. Por el contrario, desde una perspectiva crítica, los nuevos estudios ubican sus interpretaciones en la operatoria de las mujeres en el espacio público, sus acciones, negociaciones y deslizamientos. Tal aproximación permite desplazar a Olga Cossettini del lugar de maestra y pedagoga, para instalarla en un espacio más complejo que la relaciona con la constitución de un campo cultural y educativo que supera ampliamente el ámbito escolar santafesino23.

Una maestra en la configuración de una red intelectual

Hoy se reconoce el nombre de Olga Cossettini como el de una educadora fiel a los preceptos de la Escuela Nueva, modelo que desde su crítica al normalismo transformó las prácticas escolares, tomando además desde los años de 1940 un importante lugar dentro del mundo intelectual y cultural vernáculo. Sin embargo, poco se sabe de la cadena de eventos que permitieron este salto cualitativo de Cossettini al parnaso académico argentino de mediados del siglo XX. Si un acontecimiento puede marcar un punto de inflexión para el conocimiento de la figura de Olga Cossettini en el medio argentino es la muestra titulada "El niño y su expresión" realizada en noviembre de 1939 en el Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino; y la posterior edición del libro homónimo llevada a cabo en 1940 por parte del Ministerio de Instrucción Pública y Fomento de la provincia de Santa Fe (MIPFSF). Ambos episodios constituyeron un escenario perfecto tanto para la difusión del ideario de Cossettini como para su praxis escolar desplegada como directora en la Escuela Carrasco.

El libro publicado en 1940 tuvo una tirada de mil ejemplares, y fue distribuido sistemáticamente por el propio MIPFSF a nivel continental. El impacto editorial rindió rápidamente sus frutos haciendo de Cossettini una figura destacada y requerida. En pocos meses, el conocimiento de su labor se multiplicó geométricamente. Si en Argentina este acontecimiento reavivó los lazos que Olga Cossettini venía trazando desde hacía varios años, asimismo propició nuevos vínculos con espacios muy plurales del mundo latinoamericano y estadounidense24. En Estados Unidos, la difusión del libro en el medio académico y educativo y entre las organizaciones ligadas al ideario panamericanista le abrió las puertas a la presentación de la muestra "El niño y su expresión", primero en Washington, en 1940, y luego a través de un periplo por distintas ciudades, en donde la difusión de los trabajos de los niños y niñas de la Escuela Carrasco habilitó el conocimiento del proyecto educativo liderado por Olga Cossettini en Rosario. El corolario de esa experiencia fue la obtención de la Beca Guggenheim, oportunidad que posibilitó el arribo de Cossettini a Nueva York a fines de 194125. Otros ecos de la divulgación del libro fueron menos novelescos, pero igualmente importantes. Primero ubicó a Cossettini como un referente pedagógico a nivel nacional; segundo visibilizó una experiencia educativa escolanovista, desarrollada en un ámbito escolar público; y por último, permitió la consolidación de una sociabilidad cultural e intelectual que teniendo como epicentro a la ciudad de Rosario, reunió a un variopinto espectro ideológico, político e intelectual.

Es sobre este último punto en donde debemos detenernos para insertar las actividades del CLES en la ciudad y su vinculación con Olga Cossettini. En principio hay que destacar que Cossettini formaba parte de un grupo de difícil definición que reunía a un sector ilustrado local de diferente prosapia ideológica y social. Varios apellidos ligados al CLES, entre los que pueden mencionarse a Castagnino y Hernández Larguía, provenían del grupo burgués consolidado en las últimas décadas del siglo XIX, enriquecido por la actividad comercial y productiva, con fuerte incidencia en la vida económica, política y social de la ciudad. Otros, como los Guido, hijos de inmigrantes de la primera generación, desarrollaron su actividad profesional en el ámbito de la arquitectura, la ingeniería y el arte. En ese mundo de varones letrados, la participación de las mujeres fue mucho más escasa. Sin embargo las maestras, y en particular las que provenían de sectores medios, se preocupaban por tener una activa vida pública que superaba el ámbito exclusivamente escolar.

Entre ellas pueden mencionarse a las hermanas Olga y Leticia Cossettini, pero también otra importante escolanovista como Dolores Dabat. El caso de Dabat es muy significativo ya que dirigió entre 1920 y hasta su muerte en 1940 la escuela Normal n.° 2, ámbito natural de formación de maestras en la ciudad. Seguidora de Ovide Decroly, su andar en la dirección escolar no se sustrajo exclusivamente al espacio áulico y a la difusión del ideario escolanovista26. Comprometida con el medio social a partir de su praxis educativa pero también por su condición de socialista, Dabat se embarcó en proyectos como la "Unión del Profesorado de la Universidad Popular"27, la militancia antifascista y propuestas editoriales como la revista Quid Novi28. Así Dabat junto con Olga Cossettini representaron este paradigma de mujeres educadoras fuertemente comprometidas con la cuestión intelectual en el medio rosarino de entreguerra, pero fue Olga Cossettini, la que nos dejó mejores rastros para documentar su accionar.

Por otro lado, estas maestras funcionaron en un espacio social que venía mostrando desde hacía dos décadas una creciente preocupación por el hecho cultural y educativo en la esfera pública. Las acciones de Dabat y Cossettini, especialmente de esta última, se conjugaron con la preocupación que había demostrado el grupo dominante local, a través de algunos referentes ligados a la gestión cultural oficial y privada, de ubicar a la ciudad en el escenario nacional. Museos, universidad, actividades públicas orientadas al arte y la cultura se tradujeron en un auge que llevó a la generación de nuevas cátedras universitarias, a la discusión en el seno de las instituciones municipales sobre el hecho cultura y a la trascendencia de proyectos educativos, que al fin hicieron viable una serie de transformaciones ideológico-políticas enmarcadas en el revulsivo clima social y político del período de entreguerras en Argentina29.

El Colegio Libre de Estudios Superiores en el escenario argentino

El CLES fue una institución de índole privada creada en 1930 por Aníbal Ponce, quien tuvo una activa participación en el medio cultural argentino. A pesar de funcionar casi en forma paralela a las instituciones académicas públicas, aquella entidad se nutrió de los cuadros universitarios que por aquellos años encontraban serias dificultades en desarrollar sus actividades en el ámbito de las aulas de facultades e institutos. Fundamentalmente el CLES concibió la transmisión cultural ligada a lo popular, oponiéndose a la idea de circunscribir las producciones específicas al ámbito universitario, sin renunciar al nivel académico impartido. Sus integrantes proponían un discurso alternativo en relación con las temáticas que eran abordadas en la universidad u otros espacios oficiales, a partir de su currículo. Así, por ejemplo, mientras que en 1939 la universidad silenció el sesquicentenario de la Revolución francesa, el Colegio, contrariamente, dictó en treinta y tres clases un curso colectivo sobre esta. Otro ejemplo que da cuenta de su modalidad de transmisión lo observamos en el listado de los alumnos que asistían a dichos cursos y conferencias, los cuales poseían variadas profesiones y oficios o prescindían de títulos universitarios30.

Entre los fines del CLES se proponía la organización de un conjunto de cátedras libres (incluidas o no en los planes de estudio universitarios) que desarrollarían contenidos que no eran ampliados o se encontraban al margen de los programas en las distintas facultades. Para llevar adelante esa tarea se recurrió a docentes universitarios de reconocida trayectoria, pero también a otros referentes que no se encontraban vinculados a la educación superior. La institución se sostenía a partir de fondos producto de "la contribución material, intelectual y moral de todas las personas interesadas en que aquella sea un elemento de acción directa en el progreso social de la Argentina"31. Este mecanismo de financiamiento visibilizaba el "esfuerzo a favor de la cultura superior" que un segmento de la sociedad argentina valoraba, y que le permitió al CLES perdurar en su labor durante casi tres décadas. Por ejemplo, en cada uno de los números de su revista observamos la mención de las distintas contribuciones individuales e institucionales, así como la publicidad de revistas y textos, que junto con las suscripciones a Cursos y Conferencias y la venta directa de los números, materializaban el mecanismo de financiamiento elegido32.

El Colegio expresó desde sus orígenes un profundo compromiso con la transferencia y difusión de sus actividades científicas y culturales. De allí el esfuerzo, durante toda la década de 1930, por fundar filiales en la mayor cantidad posible de ciudades. La tarea política que llevaba a esta meta se encontraba marcada por la búsqueda de una alternativa intelectual y científica al desborde conservador que incidía en los espacios universitarios y en los medios públicos. Impulsando ideales de izquierda y del liberalismo reformista, con algunos trazos de reivindicación nacional, los encargados de dirigir el CLES desarrollaron un fuerte compromiso con la lucha antifascista. En este último objetivo convergieron con otras instituciones del contexto argentino, estimulados por los sucesos internacionales33. Así, en el número 10 de su revista, Cursos y Conferencias, se informaba de las actividades que ya comenzaban a realizarse en Rosario: "El Comité Organizador de los Cursos del Colegio Libre de Estudios Superiores, de Rosario ha anunciado el programa de los cursos del corriente año, que se iniciarán el día 2 de Mayo próximo a las 21:15 horas, en el salón del Círculo Médico, sito en Italia n.o 663. Para el acceso a estas clases en imprescindible solicitar anticipadamente la tarjeta de inscripción..."34.

Desde la sede de Buenos Aires, y merced a la sistemática articulación de redes de contactos, se inició una importante acción en pos de generar filiales. Luego que en 1940 se lograra su personería jurídica35, el proceso se disparó. Inmediatamente se crearon y ratificaron las filiales de Bahía Blanca, Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, Córdoba, La Plata, Mendoza, Paraná, Santa Fe, Rosario, Santiago del Estero y Tucumán36. Entre ellas, las que perduraron más tiempo fueron las de Bahía Blanca y Rosario. Para Bahía Blanca el estudio de Mabel Cernadas propone con claridad la profunda interpenetración que la filial logró con base en una sociabilidad intelectual y cultural, pero además en la proyección social que tuvieron las actividades propuestas37. La consolidación y proyección del CLES también obedeció a una estrategia que le permitió desplegar su conocimiento por todo el país, y en tal sentido su órgano editorial, la revista Cursos y Conferencias, habilitó un significativo nicho de generación de opinión y de divulgación del plural ideario progresista de la institución.

El grupo fundador integrado por Roberto Giusti, Carlos Ibarguren, Alejandro Korn, Nicolás Laclau, Aníbal Ponce, Luis Reissig, Francisco Romero y Jorge Thénon amplió su base incorporando a figuras del escenario científico e intelectual argentino. Al respecto debemos subrayar dos nombres de esta primera comisión: Reissig y Romero, pues estos fueron interlocutores fundamentales de Olga Cossettini; al igual que Jorge Romero Brest, quien también formó parte de sucesivas comisiones directivas38. La revista se convirtió en la mejor caja de resonancia para la proyección de Colegio. Sus fundadores -quienes en su mayoría dictaban los cursos y conferencias- publicaban posteriormente sus disertaciones. Los números de la revista se completaban con otras colaboraciones, muchas de ellas escritas por futuros miembros de las filiales. El esquema se reproducía de forma piramidal. Los cursos y conferencias dictados en estas sucursales eran publicados en Cursos y Conferencias, mixturando colaboradores, ampliando progresivamente el público lector y sus adherentes, y haciendo más natural la constitución de nuevas sedes de la entidad. En el caso de Rosario las actividades se desplegaron en la sede del Círculo Médico, asociación profesional que reunía a la comunidad médica de la ciudad39.

Esta no fue tan solo una forma singular que adoptó el CLES para su proyección institucional sino que fue algo común en la gestión de entidades que no disponían de presupuestos estables, y que subsanaba las dificultades funcionales y económicas. Al fin si Aníbal Ponce fue el mentor institucional del CLES, imprimiéndole a la institución una marca de gestión que la acompañaría hasta su desaparición, Luis Reissig fue el mejor intérprete del proyecto luego de la muerte de Ponce. Su figura como divulgador y administrador de la entidad fue esencial y, para el caso que nos ocupa, Ressig también fue el interlocutor privilegiado de Olga Cossettini, en la configuración de una red que hizo posible la articulación de la filial en Rosario.

El inicio de la experiencia del Colegio Libre de Estudios Superiores en Rosario

El 14 de agosto de 1940, Luis Reissig le escribió a Olga Cossettini, con cierta familiaridad, designándola como su "Estimada amiga". En una nota a máquina con membrete oficial del CLES, Reissig habla de los contactos previos mantenidos con Cossettini e inmediatamente comienza todo un acto de persuasión para involucrarla en la gestión de la filial Rosario:

Al buen recuerdo que conservo de Ud. se une su generosa colaboración, que es mucho más importante de lo que Ud. misma piense. Ud., aún sin ensanchar mucho más su tarea es un amplio pilar para lo que proyectamos. Y si Ud. me atribuye a mí un don de persuasión, que he de atribuirle a Ud? En todo caso, hago lo que Ud. con sus niños, más que persuadir, sacar lo que tienen dentro.40

Reissig se explaya en su carta sobre los viajes que debía emprender entre agosto y septiembre para consolidar la creación de filiales, en particular la de Tucumán, donde fue invitado especialmente para la asamblea constitutiva de la misma. A su retorno le propuso a Cossettini visitarla para ajustar los detalles de las acciones del CLES en Rosario. Lo más importante es que descargó en la maestra la responsabilidad de reunir a un grupo de personas que pudieran llevar adelante la tarea: "Ya sea el jueves a mediodía o el viernes iré a visitarla a Ud. para luego reunirnos con las personas que UD. indique. Le avisaré con tiempo. El miércoles posiblemente hablaré aquí en la Asociación Cristiana de Jóvenes, para dar a conocer el plan de creación de la cátedra Sarmiento a fin de movilizar opinión desde aquí. Ya nos extenderemos"41. La cátedra Sarmiento42 -herramienta fundamental de construcción de la línea de acción del CLES- aparece como un tema recurrente en el intercambio epistolar. Siendo un referente para la diagramación de la trama de sociabilidad cultural, la cátedra resultó una instancia superadora de distintos intereses, intelectuales, políticos e ideológicos:

Dentro de las líneas generales del funcionamiento de esa cátedra convendría que Ud. conversara ya con algunas personas que se dedicarían en especial a esa tarea, como también cuál sería el plan a ampliar para el momento. Sería muy importante que, una vez constituido aquí el Comité Central, pudiéramos reunirnos con Ud. a fin de semana. Le sería posible hacer un viaje relámpago, si fuera necesario?43

La misiva desnuda no solo la cordialidad de Reissig, sino en especial la importancia que Cossettini tenía para la configuración de la red que iba a contener el tiempo inicial de la filial. La confianza depositada por Reissig no es menor y cabe preguntarse por los hilos invisibles que sostenían a Olga Cossettini en ese privilegiado papel. Cossettini fue consultada y, según esta nota, fue el instrumento principal de las metas del CLES en Rosario. La segunda misiva -escrita seis días después- nos permite inferir que Cossettini llevó adelante la misión que Reissig le encomendó, quizás de manera demasiado vehemente:

... Yo soy también un poco más dictador de lo que parece [...] sería inconveniente una primera reunión de 15 personas -o algo así- sin antes habernos puesto de acuerdo entre 3 ó 4 [...] Tendré mucho gusto en hablar al paso del tren y le agradezco su atención de ir a la estación [...] Mi opinión personal es que para secretario hay que buscar una persona que no tenga la mano muy hecha a otras cosas (Calp y Neuschlosz), por ejemplo con ser personalmente muy buenos quizás tienen sus puntos en otra parte que el resurgimiento nacional; así: nacional a secas [...] Pueden ellos orientarnos, darnos consejo, etc. Pero hay que buscar otra pasta. Si Ud. no estuviera ya amarrada a otras tareas! No se asuste por la inclusión de Nelson y otros. Yo sé que se han pasado la vida discurseando. Pero es mejor tenerlos de nuestro lado que en la vereda de enfrente.44

Reissig delimitó el terreno y, aun de manera didáctica, ofreció a Cossettini una aproximación para la construcción de la comisión de una institución como el CLES, indicando la oportunidad de reducir los referentes para la discusión sobre el comité rosarino, e instruyendo sobre la elección específica del secretario de la filial, en donde subyace tanto el ofrecimiento de Reissig a Cossettini, como su rechazo. Es interesante observar como Reissig manifestó su opinión alrededor de alguno de los representantes de locales, dando cuenta de la importancia del vínculo relacional entre ellos. La expresión "la mano muy hecha a otras cosas" y "tienen sus puntos en otra parte que el resurgimiento nacional" muestran que a pesar del fuerte compromiso con un proyecto común que reunía a los reformistas y a la izquierda, el debate sobre la cuestión nacional era transversal a la propuesta. Inmediatamente lamenta lo que de hecho debe haber sido una negativa de Cossettini para hacerse cargo de la secretaría. La faceta didáctica de Reissig continuaba al pedirle a Cossettini que no se asustara por el "discurseo" de otros convocados, lo cual nos permite inferir que Reissig pretendía proteger un nuevo recurso humano como Olga Cossettini, fundamental a la hora de otorgar proyección a las actividades de la filial.

En el caso de Neuscholsz, se hace referencia a Simón Marcelo, médico de origen húngaro emigrado, que creó en los años treinta la cátedra de Física Biológica de la Universidad Nacional del Litoral. Neuscholsz estuvo muy vinculado a las instituciones antifascistas entre las que hay que destacar la Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE), cuya filial en Rosario se encargó de dirigir. Neuschlosz fue un científico de renombre que publicó entre otras revistas académicas, en la Revista Médica de Rosario45, en Cursos y Conferencias46 y en Minerva47. Su producción bibliográfica previa a los años de 1930 -escrita en alemán y húngaro- fue muy importante. Además desde 1937 publicó de manera sistemática en Argentina48. Su preocupación por vincular el pensamiento científico con la especulación filosófica, lo llevó, por un lado, a estar muy relacionado con referentes del campo de las ciencias "duras" como Enrique Gaviola y Bernardo Alberto Houssay; y, por otro, a ser muy cercano al mundo intelectual y filosófico a partir de personajes como Francisco Romero y Mario Bunge49.

Neuschlosz fue un asiduo participante de las reuniones convocadas por el Colegio y de las actividades desplegadas por el Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino. Dictó trece conferencias en el Museo, cuyo resultado fue un libro que publicó la Dirección de Cultura Municipal, dirigida por Manuel Castagnino50. En particular, Simón Marcelo Neuchlosz fue uno de los convocados para las charlas inaugurales del CLES en Rosario durante 193151, y sus colaboraciones fueron incorporadas en distintos números de la revista52. Los rastros documentales de su participación no son explícitamente políticos sino académicos, vinculados en mayor medida a la alta divulgación. Evidentemente la opción elegida por Neuschlosz fue reflexionar sobre el conocimiento científico y transformarlo en un hecho político al instalarlo en la agenda del debate público. Posición que sintonizaba con las metas generales del CLES.

Las cartas entre Luis Reissig y Olga Cossetini otorgan pistas acerca de la construcción de la trama social que rodeó al CLES. Reissig se constituyó por estos años en un gran operador en la articulación de la red de filiales, y en un agudo observador de las necesidades de las mismas, por lo que fue una autoridad para perfilar los postulantes que podrían tener a cargo las filiales. La insistencia de Reissig por Cossettini es significativa, y quizás obedecía a las cualidades académicas y capacidades de gestión que la educadora poseía para sostener la filial en Rosario. Pocos días después, Luis Reissig volvió a escribirle a Cossettini. Allí terminó de cerrar lo que sería la efectiva organización de la filial, pero asimismo observamos en la nota, el reconocimiento que el CLES otorgó a la obra pedagógica y, en especial, a su reciente muestra de arte infantil:

Se me va la mano -o la máquina- para escribirle. Muchas cosas conviene que conversemos, pero lo haremos de viva voz. Yo estaré en Rosario el 8 a la tarde para una reunión general con el Consejo Directivo nombrado el otro día y el que Uds. hayan ido completando [...] Le he escrito a Castagnino para que organice la reunión. Creo que estaré allí a las 17 hs. Esa misma noche saldré para Córdoba a visitar a los amigos de la filial allí.53

Como afirmamos más arriba, la intensa actividad de Reissig, en pos de organizar la red de filiales del CLES, era vertiginosa. En este párrafo el autor introdujo además el nombre de una figura que particularmente sugestiva: Manuel Castagnino. Castagnino era el director de la Dirección de Cultura Municipal de Rosario y tuvo mucho que ver con la designación del arquitecto. Hilarión Hernández Larguía al mando del Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino. Desde esa posición, Hernández Larguía trabajó en consonancia con Manuel Castagnino. Así, entre la Dirección y el Museo fue construyéndose una línea conjunta de acción que marcó la cultura rosarina de los años treinta y cuarenta del siglo XX54. Esa labor implicó premios, muestras estables e itinerantes, conferencias, visitas de destacados intelectuales y artistas y también procuró establecer un vínculo sólido y cercano entre la sociedad en general y con la infancia en particular. Es por eso que, aprovechando los aires del "siglo del niño", la dirección del Museo estableció un diálogo con numerosas escuelas primarias de la ciudad de Rosario y, entre estas, con la dirigida por Olga Cossettini55. Manuel Castagnino provenía de una familia que se había consolidado en el segmento del comercio de importación, y cuyos miembros formaban parte de diferentes espacios corporativos y asociativos, entre los que se encontraban la Bolsa de Comercio, el Jockey Club, el Club Rosarino de Pelota, El Círculo y la Asociación del Hospital e Instituto de Enseñanza Médica del Centenario56.

Castagnino se destacó en el ámbito público como director de la Dirección de Cultura Municipal, pero también fue reconocido a finales de los años de 1930 y primeros años de la década del cuarenta, por incorporarse a distintas entidades vinculadas a las redes antifascistas. En 1940, Castagnino formó parte de la filial local de "Acción Argentina" en el marco de una campaña de "reafirmación democrática" llevada adelante por ese organismo a nivel nacional. La comisión directiva estaba integrada -entre otros- por Mario Antelo, Francisco Bodetto, Alejandro Carrasco, Manuel Castagnino, Ceferino Campos, Cortés Pla, Manuel Rodríguez Araya, Carlos Silvestre Begnis y Horacio Thedy y, en especial, por Olga Cossettini. La pluralidad ideológica y profesional era demostrativa de la amplitud del frente que agrupaba a todos aquellos que veían en el avance del fascismo y de la derecha un inminente peligro que no solo afectaba a Europa sino que impactaba de lleno en la sociedad argentina, comenzando a dividir las opiniones políticas en una clave diferente a la manifestada en los años previos57.

Luis Reissig había depositado su confianza en algunos rosarinos. Olga Cossettini, Simón Marcelo Neuschlosz y Manuel Castagnino aparecen en sus misivas como referentes, no solo en la construcción política de la filial, sino como fichas para frenar la inclusión de alguien como Ángel Guido dentro del consejo directivo. Guido, ingeniero y arquitecto de fuerte perfil nacionalista, era considerado como uno de los puntales del pensamiento "euríndico". Amigo personal de Ricardo Rojas, Ángel Guido tuvo varios escritos que adherían desde la arquitectura a los presupuestos de la simbiosis entre el arte español y el arte incaíco; matiz que aplicó a sus proyectos y obras arquitectónicas58: "Le dije anoche a Dieulefait -que estuvo aquí- que le hablara a Neuschlosz y Castagnino para que no incluyeran a Guido en el Consejo Directivo; pueden colocarlo en la Comisión Cultural en todo caso"59.

Reissig dio indicios en sus comentarios que la filiación nacionalista de Guido lo hacía un colaborador no bienvenido para conformar la comisión directiva. Sin embargo, Ángel Guido había sido un referente muy importante en los inicios del CLES en Rosario. Su conferencia aparece en el programa de 1931 de las actividades del Colegio en el Círculo Médico de Rosario60. Por otro lado Guido siguió colaborando con Cursos y Conferencias durante 193161 193462 y 194463, lo que demuestra que su vínculo no fue esporádico o fruto del azar, sino que se mantuvo a lo largo de la década del treinta y durante la primera mitad de la del cuarenta. Sintomáticamente, la figura de Guido se opacó con la aparición del peronismo, movimiento político con el que Guido estuvo vinculado desde fines de los años de 1940, como lo demuestra su designación por parte del presidente de la nación, Juan Domingo Perón, como rector de la Universidad Nacional del Litoral en 1950. Luis Reissig fue muy claro en la consigna de una incorporación ampliada de colaboradores: "Cuando compongan al Consejo Directivo no olviden si hay alguna persona que se interese incluir por sus vinculaciones con cuestiones económicas de la provincia"64. En particular, Reissig se mostraba interesado en profundizar los contactos con algunos referentes del Partido Demócrata Progresista (PDP), separados del Gobierno provincial por la dura intervención federal de 193565:

Me alegraría encontrarla en Santa Fe o Paraná. Yo llegaré el sábado por la mañana; posiblemente no salga enseguida para Paraná, pues el Dr. Shaw, que me acompaña, desea conversar con el Dr. Luciano Molinas y eso tendrá que hacerlo por la mañana del mismo sábado. Lo probable es que lleguemos a Paraná poco antes del mediodía [...] Podemos volver con Ud. el domingo. Yo buscaré la forma de que podamos conversar de lo que nos preocupa, ya sea en el viaje, o en Rosario.66

Debemos recordar que el CLES ocupó de forma intensa al político Lisandro de la Torre. A numerosas disertaciones y artículos en Cursos y Conferencias se le suma la aparición de la cátedra de economía "Lisandro de la Torre". El contacto con Luciano Molinas, el exgobernador del PDP por Santa Fe y referente partidario, se enmarcó en este proceso. La cátedra de De la Torre fue planeada para abordar temas económicos67 y, como ya se mencionó, estuvo acompañada por otras dedicadas a distintas problemáticas de interés público y académico68. Como afirma Mabel Cernadas, todas ellas al desarrollar sus respectivas actividades cumplían con la doble función de ser simultáneamente "tribunas de exposición" y "centros de estudio" de las más variadas disciplinas tal como lo habían propuesto en su oportunidad los directivos de la agrupación69. Las misivas de Reissig también permiten observar la importancia que tuvo para Cossettini el vínculo con la casa central del CLES: "Encantado de que pueda venir en fin de semana. Ya planearemos algo para Ud. y antes hablaremos de su libro. Gracias por la carta de Luz Viera"70. Desde la secretaría Luis Reissig permitió que la muestra "El niño y su expresión" viajara con su gestora a una exposición organizada en Buenos Aires:

Haremos la exposición en el Colegio, pues no pueden hacerse muestras escolares en el Salón del Consejo Deliberante. Inauguraremos la exposición el mismo día que Ud. dé aquí su conferencia inaugurando a su vez la 'Cátedra Sarmiento'. Hemos fijado su conferencia para el 17 (martes); conviene que Ud. esté aquí el lunes para arreglar cualquier detalle de último momento. Falcini me pide que Ud. nos escriba dándome los datos de la cantidad de cuadros a exponer, metraje de cada uno, orden que prefiere y cómo vendrán preparados. Luego escribiré a Orfila para la exposición en la UPAK.71

Mi estimada amiga: Optamos por el 17 para facilitar el anuncio de la conferencia y para que no coincidiera con otras, pues aquí todos los días hay algo, a veces 4 clases al mismo tiempo. Anoche nos imprimieron los programas. No le mando con ésta porque quedaron el Colegio y deseo aprovechar el correo. O irán mañana o los llevaré yo.72

La exposición funcionó nuevamente como una carta de presentación, ya que no es un dato menor que Cossettini inaugurara con su conferencia nada menos que la Cátedra Sarmiento, insignia del CLES, en 1940 en Buenos Aires. A la vez las actividades propuestas por el Colegio abrieron una profusa difusión del libro en los medios gráficos de alcance nacional y destacaron la vinculación de Cossettini con otra institución del campo progresista de esos años: la Universidad Popular Alejandro Korn (UPAK)73. Sobre la conferencia, Reissig pidió a su interlocutora lo siguiente: "Traiga varios ejemplares de su libro sobre 'El niño y su expresión'. Preparé un resumen de su conferencia (una página) para los diarios. Conviene me envíe una bio-bibliografía suya y una fotografía. Seguiría escribiendo pero quiero que alcance el tren"74. En ese sentido, las misivas, las notas periodísticas y las actas del Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino muestran la febril actividad que desplegaron Luis Reissig y Olga Cossettini. La brevedad del período ilustra el gesto de movimiento programático que las actividades del CLES querían imprimir a la sociedad argentina. Asimismo, estos documentos muestran la organización de redes que iban más allá del simple contacto o afinidad ideológica, permitiendo observar la dinámica en que las relaciones sociales se gestaban.

Conclusiones

El análisis de entidades asociativas ha sido un lugar recurrente en el estudio de la sociabilidad formal. La documentación requerida para este tipo exámenes está conformada en su mayoría por fuentes escritas de carácter institucional, así como por prensa y documentos administrativos, entre los más significativos. La interpretación de todas ellas desnudan la trama de las relaciones sociales que hacen posible la creación de una asociación, pero encubren las formas vinculares más sensibles e informales, y que en muchos casos representan el cimiento sobre el que se construyen las instituciones. Epistolarios, testimonios orales, por ejemplo, muestran los lazos sociales que subyacen en el surgimiento y consolidación de las asociaciones. A partir de ellos observamos la urdimbre de la sociabilidad informal que como una epidermis social sostiene y alimenta el quehacer asociativo. La reconstrucción de ese tejido es compleja y provisoria, por la movilidad y volatilidad de los contactos, pero también es enriquecedora porque expone un sinnúmero de "otros" agentes más opacos en la enunciación de las fuentes escritas tradicionales.

En estas cartas, notas y esquelas, los contactos se corporizan en acciones más humanas y reconocibles que la simple exposición en un diario de un nombre que forma parte de una comisión directiva. En la carta ese nombre dice, proyecta, narra su agencia, habla de sus vínculos, y de este modo pone en eje el análisis de las relaciones sociales, superando el examen individual de los sujetos. En este artículo hemos tratado de recomponer ese núcleo relacional a partir de una figura como Olga Cossettini. A simple vista la maestra santafesina puede resultar una excusa para pensar al CLES en Rosario, sin embargo, las cartas en que aparece como destinataria permiten asomarnos a la configuración de una red intelectual que, superando geografías, representó un ideario de época en la construcción de un campo cultural en Argentina. Al esfuerzo de los hacedores del CLES por fundar filiales se le contrapone el no menos esforzado compromiso de amplios sectores profesionales de distintas ciudades argentinas por componer un universo intelectual y cultural que no solo referenciara posiciones académicas y científicas progresistas de muy diferente ralea, sino que convirtieran tales acciones en hechos políticos en un clima nacional e internacional marcado por el giro conservador y autoritario.

La creación de la filial Rosario del CLES involucró a distintos actores. En principio, para su conformación se recurrió a una matriz proveniente del grupo ilustrado local que, adhiriendo laxamente a los principios de un liberalismo reformista, anidado desde la década de 1910 y con un elenco heterogéneo, participó activamente de distintas experiencias ligadas al mundo intelectual, de la cultura y la educación. Desde su rol de funcionarios o formando parte de entidades asociativas, sus integrantes se desenvolvieron en el espacio público rosarino desplegando distintas esferas de interés. En general la meta que subyacía a sus acciones siempre se encontraba cercana a revalidar el perfil ciudadano de Rosario, como una urbe capaz de superar la condición de escasa tradición cultural y universitaria. En un primer momento, encontramos nombres ligados a las familias que habían acumulado capital desde fines del siglo XIX, prosperando en el mundo de los negocios.

Para las primeras décadas del siglo XX, una segunda y tercera generación de estos profesionales, en general dedicados a la medicina o la abogacía, formaron parte del núcleo de interés primordial de estos gestores culturales. En este grupo podemos inscribir a Manuel Castagnino e Hilarión Hernández Larguía. Un segundo grupo lo representan los sectores ligados a la izquierda de profusa actividad durante la década de 1930. En virtud del cambio de eje de acción a partir de 1935, numerosos militantes realizaron un esfuerzo por integrarse a los sectores relacionados con la universidad, con entidades asociativas e incluso con actividades propiciadas desde la gestión municipal. A los cuadros vernáculos se sumaron profesionales y científicos que, exiliados de su Europa natal, representaron el núcleo más duro de acción antifascista. El representante más significativo de este sector para el desenvolvimiento del CLES fue Simón Marcelo Neuscholsz.

Y el tercer núcleo del CLES, de difícil definición, se recorta sobre profesionales y expertos argentinos de primera generación, que no habían nacido en hogares del grupo dominante local y que, en virtud de su trayectoria personal, intereses y una fuerte acción en el espacio público se convirtieron en figuras reconocidas del mundo letrado rosarino. En particular, podemos reconocer un sector de marcado perfil nacionalista, identificado con nombres como los de Ángel y Alfredo Guido. Sin embargo, también dentro de este grupo podemos señalar a varias maestras, entre las que se destacan Olga y Leticia Cossettini y Dolores Dabat. Es muy importante señalar el rol de estas mujeres que disputaron un espacio de excepción en un campo donde eran minoría. Pocas plazas fueron ocupadas por mujeres y su condición de maestras exalta aún más la proyección de sus actividades. En circunstancias en donde habitualmente se excluía a las mujeres de lugares de decisión e interpelando a una historiografía que aún en la actualidad las margina del lugar de intelectuales, maestras como Olga Cossettini fueron parte de la trama de sociabilidades que gestaron instituciones fundamentales durante el período de entreguerras en Argentina.

El vínculo del CLES y Olga Cossettini que mostramos en estas páginas expone, a la manera de un hilo de Ariadna, la permeabilidad de los contactos entre distintas líneas ideológicas en pos de, por lo menos, dos metas comunes. La primera tuvo que ver con la organización de un fuerte frente antifascista. La segunda, con la conformación de un espacio privilegiado de puesta en común y de debate ideológico, político, educativo, científico y cultural, que recorrió la década de 1930 y de 1940 en Argentina. Adicionalmente, nuestra investigación también insinúa que el debate y el compromiso intelectual, académico y científico no estaba exclusivamente anclado en Buenos Aires, sino que se encontraba fuertemente arraigado en prácticas políticas en el espacio público de diferentes asentamientos urbanos argentinos. El caso rosarino se encuentra atravesado por Olga Cossettini, no solo por su participación en el escenario intelectual local, sino además por su enjundia para dejarnos huellas escritas alternativas.

Referencias

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[55] Welti, María Elisa. "El profesorado de dibujo en la Escuela Normal n.° 2 (Rosario, 1935-1949): una escuela de 'formación estética para el futuro niño argentino'". Revista de la Escuela de Ciencias de la Educación n.° 6 (2011): 253-270. http://www.revistacseducacion.unr.edu.ar/ojs/index.php/educacion/article/view/39. [ Links ]

[56] Zoppi, Carolina. "La revista Quid Novi?: un camino de enseñanza hacia la libertad. Rosario, 1932-1934" Estudios del ISHiR Vol: 15 n.° 13 (2015): 95-119. http://revista.ishirconicet.gov.ar/ojs/index.php/revistaISHIR/article/view/578. [ Links ]

* Este artículo es producto de una investigación en el marco de la carrera de investigador científico del Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) y no contó con financiación complementaria.

1 El epistolario cuenta con casi 1900 cartas, más un número importante de telegramas. En su mayoría son cartas, esquelas y notas recibidas fundamentalmente por Olga Cossettini. En menor medida se encuentran un puñado de cartas escritas por Olga Cossettini a sus familiares más directos, en particular su hermana Leticia, durante sus viajes o por motivos laborales que las apartaban de la ciudad de Rosario. La colección no tiene libro copiador, y la forma de organización no es temporal, sino que obedece a caprichosos criterios temáticos. Desde 1931 y hasta el año 1950, toda la correspondencia recibida alude a cuestiones teóricas sobre el movimiento de la escuela activa o a la experiencia concreta de la Escuela Serena; y refleja una vasta red de vínculos entre los que se destacan colegas, intelectuales y artistas.

2Ricardo Pasolini, Los marxistas liberales: antifascismo y cultura comunista en la Argentina del siglo XX (Buenos Aires: Sudamericana, 2013), 6-23.

3Sandra McGee, "La derecha durante los primeros Gobiernos radicales", en La derecha argentina. Nacionalistas neoliberales, militares y clericales, David Rock et al. (Buenos Aires: Javier Vergara, 2001), 71-112; Las derechas. La extrema derecha en Argentina, Brasil y Chile (Bernal: Universidad Nacional de Quilmes, 2005); Crossing borders, claming a nation. A history of argentine Jewish women, 1880-1955 (Durham: Duke University Press, 2010).

4Andrés Bisso, el antifascismo argentino. Selección documental y estudio preliminar (Buenos Aires: CEDINCI, Buenos Libros, 2007.); y Acción Argentina. Un antifascismo nacional en tiempos de guerra mundial (Buenos Aires: Prometeo, 2005).

5Jorge Nállim, Transformación y crisis del liberalismo. Su desarrollo en la Argentina en el período 1930-1955 (Buenos Aires: Gedisa, 2014), 67-73.

6Ricardo Passolini, "Intelectuales antifascistas y comunismo durante la década de 1930. Un recorrido posible: entre Buenos Aires y Tandil", Estudios Sociales n.° 26 (2004): 81-116.

7Laura Pasquali, "En defensa del gremio docente y oposición al Gobierno provincial: el Partido Socialista en los años 1930", en Ciudad oblicua. Aproximaciones a temas e intérpretes de la entreguerra rosarina, eds. Sandra Fernández y Oscar Videla (Rosario: La Quinta Pata & Camino, 2009), 21-38; Sandra Fernández y Marisa Armida, "Una ciudad en transición y crisis (1930-1943)", en Rosario en la historia: de 1930 a nuestros días, coord. Alberto J. Pla, t. 1 (Rosario: Universidad Nacional de Rosario, 2000), 23-152.

8Hernán Camarero, A la conquista de la clase obrera. Los comunistas y el mundo del trabajo en la Argentina, 1920-1935 (Buenos Aires: Siglo XXI, 2007), 397; Daniel Campione, El comunismo en Argentina. Sus primeros pasos (Buenos Aires: Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Centro Cultural de Cooperación Floreal Gorini, 2005), 171; Nicolás Iñigo Carrera, La estrategia de la clase obrera, 1936 (Buenos Aires: La Rosa Blindada, Programa de Investigación sobre el Movimiento de la Sociedad Argentina —PIMSA—, 2000), 318.

9Alejandro Cingolani y Roberto Frutos, "el Partido Comunista y el movimiento obrero en los '30" (trabajo de curso del Seminario Regional, Universidad Nacional de Rosario, 2003).

10Pablo Suárez, "Buscando al fascismo. Los comunistas rosarinos y la política, 1928-1935" (tesis de licenciatura en Historia, Universidad Nacional de Rosario, 2000).

11Emiliano Pereyra Lucchese, "Los comunistas rosarinos en los años 20: nuevas tácticas para enfrentar el capital", Estudios del ISHiR Vol: 4 n.° 9 (2014): 34-54, http://revista.ishir-conicet.gov.ar/ojs/index.php/revistaISHIR/article/view/357; "El proceso de proletarización de los comunistas rosarinos en sus primeros años. 1918-1928" (trabajo de curso del Seminario Regional, Universidad Nacional de Rosario, 2014).

12Remitimos nuevamente a Pasolini, quien de manera particular analiza la Asociación de Artistas e Intelectuales Antifascistas en clave sociabiliar. Ver Ricardo Pasolini, Los marxistas liberales, 73-93. Así mismo, recomendamos ver Flavia Fiorucci, "Los escritores y la SADE. Entre la supervivencia y el antiperonismo: los límites de la oposición (1946-1956)", Prismas, revista de historia intelectual n.° 5 (2001): 101-126, http://www.unq.edu.ar/catalogo/230-prismas-n-05-/-2001.php.

13Mabel Cernadas, "El entramado cultural de Buenos Aires desde las páginas de Cursos y Conferencias", en El pensamiento alternativo en la Argentina del siglo XX. Tomo II, Obrerismo, vanguardia, justicia social (1930-1960), eds. Hugo Biagini y Arturo Roig (Buenos Aires: Biblos, 2006), 605-618; "Una propuesta cultural alternativa para la región en la década del cuarenta: el Colegio Libre de Estudios Superiores en Bahía Blanca. Problemáticas sociopolíticas y económicas del Sudoeste Bonaerense", en Actas de las III Jornadas Interdisciplinarias del Sudoeste Bonaerense, eds. Mabel Cernada y María del Carmen Vaquero (Bahía Blanca: Universidad Nacional del Sur, Secretaría General de Comunicación y Cultura, Archivo de la Memoria de la ciudad de Bahía Blanca, 2005).

14Julieta López Pascual, "Intelectuales: cartas, redes e instituciones. El archivo epistolar del Colegio Libre de Estudios Superiores de Bahía Blanca en el cruce de la Historia y la Antropología (1941-1952)", Revista de Estudios Marítimos y Sociales n.° 4 (2011): 107-117, https://estudiosmaritimossociales.org/wp-content/uploads/2014/01/rems-nc2ba-4-dossier-ii-4-1.pdf.

15Héctor Guzmán, "El Colegio Libre de Estudios Superiores frente al peronismo en Santiago del Estero 1950-1951", La razón histórica. Revista hispanoamericana de Historia de las Ideas n.° 24 (2013): 59-65, https://www.revistalarazonhistorica.com/24-5/.

16Lucía Rossi, "La psicología en las publicaciones periódicas en Argentina en la década del 30", Anuario de Investigaciones n.° 12 (2005): 209-304, http://www.redalyc.org/articulo.oa7id-369139941032.

17Lucía Rossi, "Publicaciones periódicas en Argentina: Producción discursiva e institucionalización. Referencias a la Psicología", Anuario de Investigaciones n.° 12 (2005): 157-164; Magalí Jardón, "La producción del discurso Psicológico en Cursos y Conferencias revista del Colegio Libre de Estudios Superiores de 1931 a 1960", Anuario de Investigaciones n.° 14 (2007): 147-155, http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=369139943046.

18Ver Adriana Arpini y Marcos Olalla, "Humanismo y cultura: el pensamiento marxista de Aníbal Ponce", en El pensamiento alternativo en la Argentina del siglo XX. Tomo II, Obrerismo, vanguardia, justicia social (1930-1960), eds. Hugo Biagini y Arturo Roig (Buenos Aires: Biblos, 2006), 21-50; Diego Parra Moreno, "Aníbal Ponce, marxista latinoamericano: apuntes sobre su obra psicológica y recepción en Chile", Revista de Psicología Vol: 25 n.° 1 (2016): 1-6, http://dx.doi.org/10.5354/0719-0581.2016.42512.; Cinthia Wanschelbaum, "Educación y lucha de clases. Aníbal Ponce", Perfiles Educativos Vol: 37 n.° 149 (2015): 219-228, http://www.iisue.unam.mx/perfiles/articulo/2015-149-educacion-y-lucha-de-clases-anibal-ponce.pdf.

19Nerina Visacovsky, "El legado pedagógico de Aníbal Ponce" (trabajo inédito, 2014); Argentinos, judíos y camaradas tras la utopía socialista (Buenos Aires: Biblos, 2015), 173; "Una historia antifascista: Argentina, Brasil y la identidad icufista", Travesía. Revista de Historia Económica y Social Vol: 17 n.° 1 (2015): 79-103, http://www. travesia-unt.org.ar/pdf/volumen17/04-Visakovsky.pdf.; "Entre odas a Sarmiento y la fe bolchevique: Aníbal Ponce y sus marcas en la cultura comunista", Claves. Revista de Historia Vol: 3 n.° 5 (2017): 37-70, http://www.revistaclaves.fhuce.edu.uy/index.php/Claves-FHCE/article/view/151.

20Sandra Fernández, "Sociabilidad, arte y cultura. Una experiencia en la Argentina de entreguerra", História Unisinos Vol: 17 n.° 3 (2013): 248-256, http://dx.doi.org/10.4013/htu.2013.173.05.; Valeria Príncipe, "Cómo fundar un museo. La construcción de un espacio institucional para el arte", en De la Comisión Municipal de Bellas Artes al Museo Castagnino: la institucionalización del arte en Rosario, 1917-1945, Pablo Montini et al. (Buenos Aires: Fundación Espigas, 2012), 13-78.

21Sandra Fernández, "Trascender la escuela. La proyección continental de Olga Cossettini a partir de la experiencia de 'El niño y su expresión'", ponencia, II Congreso de Historia Intelectual de América Latina, Buenos Aires, 12-14 de noviembre de 2014, 1-21.

22Dos trabajos que ilustran este tipo de tratamiento son la compilación adelantada por María Herminia Di Liscia y José Maristany, eds., Mujeres y Estado en la Argentina: educación, salud y beneficencia (Buenos Aires: Biblos, 1997) y el artículo de Flavia Fiorucci, "Los amores de la maestra: sexualidad, moral y clase durante el peronismo", Secuencia n.° 85 (2013): 45-66, http://148.207.158.9/index.php/Secuencia/article/view/5976.

23Ver Paula Caldo y Sandra Fernández, "La vida como pretexto. Una aproximación a la relación entre biografía e historia a partir del caso de Olga Cossettini, Santa Fe, 1898-1987", Estudios del ISHiR Vol: 2 mo 4 (2012): 174-187, http://revista.ishir-conicet.gov.ar/ojs/index.php/revistaISHIR/article/view/189.; "Biografía, historia y mujeres: la revisión de un vínculo complejo a partir del caso de Olga Cossettini, 1898-1987", Avances del Cesor mo 7 (2010): 115-142, http://www.ishir-conicet.gov.ar/archivos/avances7.pdf.

24Sandra Fernández y Paula Caldo, La maestra y el museo. Gestión cultural y espacio público. 1939-1942 (Rosario: Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia de Santa Fe —SECTeI—, El Ombú, 2013), 75-83.

25Sandra Fernández, "Trascender la escuela", 1-21.

26María Elisa Welti, "El profesorado de dibujo en la Escuela Normal n.° 2 (Rosario, 1935-1949): una escuela de 'formación estética para el futuro niño argentino'", Revista de la Escuela de Ciencias de la Educación n.o 6 (2011): 253270, http://www.revistacseducacion.unr.edu.ar/ojs/index.php/educacion/article/view/39.; y Carolina Zoppi, "La revista Quid Novi?: un camino de enseñanza hacia la libertad. Rosario, 1932-1934" Estudios del ISHiR Vol: 15 n.° 13 (2015): 95-119, http://revista.ishir-conicet.gov.ar/ojs/index.php/revistaISHIR/article/view/578.

27Sandra Fernández y Marisa Armida, "Una ciudad en transición y crisis", en Rosario en la historia, t. 1, coord. Alberto J. Pla, 129-139.

28Carolina Zoppi, "La revista Quid Novi?", 95-119.

29Sandra Fernández, "Poder local y virtud. Legitimación burguesa en el espacio local. Rosario —Argentina— en las primeras décadas del siglo XX", en Estado, región y poder local en América Latina, siglos XIX-XX, ed. Pilar García Jordán (Barcelona: Publicaciones y Ediciones de la Universitat de Barcelona, 2007), 229-250.

30Magalí Jardón, "La producción del discurso psicológico", 49.

31"Revista Cursos y Conferencias Año 1 n.o 2, agosto/1931", en Archivo del Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CEDINCI) (ACEDINCI, Buenos Aires, Argentina), contratapa.

32Por ejemplo, para el año 1931 la suscripción anual de Cursos y Conferencias en Argentina costaba 12 pesos, mientras que para el exterior costaba 1 libra esterlina o 5 dólares. El precio del número individual era de 1.50 pesos.

33Para Pasolini resulta central la tesis del antifascismo como factor aglutinante del reformismo y del comunismo. Ver Ricardo Pasolini, Los marxistas liberales, 55; "Intelectuales antifascistas y comunismo", 81-116. En sintonía con esta perspectiva, los trabajos de Andrés Bisso también abonan esas líneas de tratamiento. Ver Andrés Bisso, El antifascismo argentino, 23-63; Acción Argentina, 368; y Andrés Bisso y Adrián Celentano, "La lucha antifascista de la Agrupación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE) (1935-1943)", en El pensamiento alternativo en la Argentina del siglo XX. Tomo II, Obrerismo, vanguardia, justicia social (1930-1960), eds. Hugo Biagini y Arturo Roig (Buenos Aires: Biblos, 2006), 235-266. Para el caso específico del CLES podemos citar a Mabel Cernadas, "El entramado cultural", 605-618.

34"Revista Cursos y Conferencias Año 1 mo 10, julio/1932", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias, p. 447.

35"Revista Cursos y Conferencias Año 9, mo 10, 11, 12, octubre, noviembre diciembre/1940", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias, s.p.

36Las lazos intelectuales del CLES hicieron posible la creación en 1944 de una "Escola Livre de Estudos Superiores" en Brasil.

37Mabel Cernadas, "Una propuesta cultural", 4-6.

38Una parte significativa de las misivas que tienen a Olga Cossettini como destinataria entre 1935 y 1944 muestran el profundo intercambio entre ella y referentes del mundo académico e intelectual nacional. Al respecto ver Archivo Cossettini (AC, Rosario, Argentina), Epistolario, Cajas 342 y 343. Para profundizar sobre los vínculos amistosos sostenidos por Cossettini, puede consultarse a Sandra Fernández "'Amiga mía...'. Las tramas de la sociabilidad de una maestra argentina en las décadas de 1930 y 1940 a través de su epistolario", en Desde la Historia: homenaje a Marta Bonaudo, eds. Diego Mauro, María Sierra y Juan Pro (Buenos Aires: Imago-Mundi, 2014), 253-275.

39En distintos números de la Revista se observa la publicidad de las actividades del CLES en Rosario, citando los encuentros y reuniones en la sede del ya señalado Círculo Médico.

40"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 14 de agosto de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

41"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 14 de agosto de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

42Recordemos que la institución creó ocho cátedras con el objetivo de que cada una de ellas se convirtiese en una alternativa al debate en los claustros universitarios argentinos del período, así como un ariete para la difusión del debate intelectual, científico y político en los medios académicos y el espacio público. La cátedra Domingo F. Sarmiento tenía como meta el estudio de temas educativos; la cátedra Alejandro Korn estaba dedicada a la filosofía. La aproximación a la literatura nacional tenía cabida en la cátedra Juan María Gutiérrez, los estudios jurídicos y políticos encontraban eco en la llamada Juan Bautista Alberdi; así como los temas la cátedra Bartolomé Mitre referida a temas históricos. Posteriormente se organizaron la Cátedra de Estudios Brasileños y la Franklin Delano Roosevelt dedicadas a las discusión americanista.

43"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 14 de agosto de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

44"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 20 de agosto de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

45"Simón Marcelo Neuchlosz, 'La universidad ideal. A propósito y al margen de un libro de Flexner', Revista Médica de Rosario Vol: 21 n.° 7 (1932): 534-550 y n.° 8 (1932): 633-652", en Archivo del Círculo Médico de Rosario (ACMR, Rosario, Argentina), Sección Revista Médica de Rosario.

46Ver nota 21.

47Simón Marcelo Neuschlosz, Las bases físico-químicas de los fenómenos vitales (Rosario: Lagos y Cía., 1933).

48Los títulos más significativos fueron Simón Marcelo Neuschlosz, Análisis del conocimiento científico (Buenos Aires: Losada, 1939); y La medicina como ciencia y como actividad social (Buenos Aires: Losada, 1944).

49En particular puede consultarse Karina Ramacciotti y Edmundo Cabrera Fisher, "Un subsidio científico trunco. Bunge y la Asociación Científica para el progreso de la ciencia", Res Gesta n.° 48 (2010): 153-176.

50Simón Marcelo Neuschlosz, El hombre y su mundo a través de los siglos, historia de la evolución del pensamiento humano: trece conferencias (Rosario: Dirección Municipal de Cultura, 1942).

51La conferencia de Neuschlosz titulada "Bases físico químicas de los fenómenos vitales" estaba programada para ser desarrollada entre mayo y agosto de 1931, en la sede el Círculo Médico de Rosario. Ver "Revista Cursos y Conferencias Año 1 n.° 10, julio/1932", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias, p. 447.

52"Simón Marcelo Neuchlosz, 'Las dificultades conceptuales de la física moderna', Revista Cursos y Conferencias Año 6 n.° 4, abril/1936", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias, pp. 336-345; y "Simón Marcelo Neuchlosz, 'Los problemas filosóficos planteados por la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica', Revista Cursos y Conferencias Año 6 n.° 5, mayo/1936", 403-436.

53"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 3 de septiembre de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

54Castagnino fue parte de una de las familias del grupo dominante local, que habían participado en 1910 en la creación de "El Círculo de la Biblioteca", entidad cultural que fue germen de buena parte de las instituciones orientadas a promover el desarrollo de la cultura en el espacio público rosarino. Ver Sandra Fernández, "Sociabilidad, arte y cultura", 248-256.

55"Acta n.° 41 de la Dirección Municipal de Cultura de la ciudad de Rosario" (9 de noviembre de 1939), en Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino, (MBAJBC, Rosario, Argentina), Libro de Actas, f. 132.

56El propio Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino, llevaba el nombre del hermano coleccionista, Juan Bautista, muerto a mediados de la década del 30. Su madre Rosa Tiscornia decide como homenaje a su memoria donar a la Municipalidad de Rosario, el edificio para el museo. El diseño y construcción del mismo, sería realizado por Hilarión Hernández Larguía, primer Director de la institución, amigo personal de Olga Cossettini.

57Sandra Fernández y Paula Caldo, La maestra y el museo, 32-47.

58Ángel Guido había ganado con su propuesta "Invicta" el nuevo proyecto para la construcción del Monumento a la Bandera. La obra largamente ambicionada por Guido se terminó en 1957. Ver Leticia Rovira, Diego Roldán e Ignacio Martínez, "'La Patria a su bandera'. Discusiones en torno a la erección de un Monumento a la Bandera en la ciudad de Rosario", Prohistoria n.° 3 (1999): 299-310; Ronen Man, "Sociabilidades rosarinas de entreguerras, el oxímoron de un urbanismo patriótico", en La ciudad en movimiento. Espacio público, sociedad y política, Rosario, 1910-1940, ed. Sandra Fernández (Rosario: Ediciones del ISHiR, Conicet, 2012), 51-75.

59"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 3 de septiembre de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

60"Revista Cursos y Conferencias Año 1 n.° 10, julio/1932", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias, p. 447.

61"Ángel Guido, 'Arqueología y estética de la arquitectura', Revista Cursos y Conferencias Año 1 n.o 2", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias.

62"Ángel Guido, 'Génesis, apogeo y crisis del rascacielo. Primera clase', Revista Cursos y Conferencias Año 4 n.° 4 1934", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias; "Ángel Guido, 'Génesis, apogeo y crisis del rascacielo. Segunda clase', Revista Cursos y Conferencias Año 4 n.° 5 1934", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias y "Ángel Guido, 'Génesis, apogeo y crisis del rascacielo. Tercera clase', Revista Cursos y Conferencias Año 4 n.o 7 1934", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias.

63"Ángel Guido, 'Arquitectura del siglo XIX', Revista Cursos y Conferencias Año 13 n.° 147 1944", en ACEDINCI, Revista Cursos y conferencias.

64"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 5 de septiembre de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

65El PDP había llegado a la gobernación de la provincia de Santa Fe en 1931, solo un año después de producido el golpe militar. De la mano de Luciano Molinas, quien sería el gobernador electo, y de su líder, el prestigioso político liberal Lisandro de la Torre, el partido ganó en elecciones limpias. Su oposición al régimen conservador fraudulento a nivel nacional, lo hizo foco del hostigamiento de radicales "concordancistas" y del propio Ejecutivo nacional, encarnado en la figura de Agustín P. Justo. La posibilidad cierta de un nuevo triunfo del PDP en Santa Fe en 1937, esta vez con de la Torre como candidato, hizo que en 1935 se diera curso a la intervención federal en la provincia, desandando un camino de reformas políticas y sociales, e inaugurando una etapa de censura, fraude y proscripción.

66"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 5 de septiembre de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

67Recordemos la importancia del senador por la provincia de Santa Fe en el encendido debate en torno de la firma del pacto Roca-Runciman, entre Argentina y el Reino Unido por la comercialización de carnes. De la Torre había presidido la comisión investigadora del Senado argentino, que hizo público en 1935 un inquietante informe en donde se señalaban los perjuicios que el citado pacto comercial para Argentina.

68Ver cita 35.

69Mabel Cernadas, "Una propuesta cultural alternativa", 5-7.

70"Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 20 de agosto de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

71"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 3 de septiembre de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

72"AC, Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 3 de septiembre de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

73Si bien no es objeto de este artículo, el vínculo entre Olga Cossettini y la UPAK fue muy fluido por estos años. La correspondencia encontrada en el Archivo Cossettini permite comprender los alcances de esta sociedad.

74"Carta de Luis Reissig a Olga Cossettini" (Buenos Aires, 3 de septiembre de 1940), en AC, Epistolario, caj. 342/3.

Cómo citar / How to cite item: Fernández, Sandra. "Olga Cossettini y el Colegio Libre de Estudios Superiores en Rosario (Argentina), 1939-1940". Historia y Sociedad n.° 36 (2019): 133-159. http://dx.doi.org/10.15446/hys.n36.69454

Recibido: 15 de Diciembre de 2017; Aprobado: 01 de Mayo de 2018; : 26 de Noviembre de 2018

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