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Historia y Sociedad

versão impressa ISSN 0121-8417versão On-line ISSN 2357-4720

Hist. Soc.  no.43 Medellín jul./dez. 2022  Epub 22-Ago-2022

 

Carta a los lectores

Carta a los lectores

Orián Jiménez Meneses* 

Daniela López Palacio** 

*Director-editor

**Coordinadora editorial


Antes de profundizar en los contenidos del segundo número del año, nos alegra informar que durante el primer semestre de 2022, Historia y Sociedad fue indexada en el índice de revistas certificadas del sistema de información científica Redalyc, Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal, un proyecto destinado a la difusión mundial de ciencia en acceso abierto, con fines académicos y sin ánimo de lucro, el cual es administrado por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México). Dado el alcance de esta plataforma, este reconocimiento es un paso importante para la visibilización de la revista y para la circulación amplia y diversamente geográfica de sus contenidos. Agradecemos al equipo editorial por el juicioso trabajo que permitió cumplir satisfactoriamente los criterios de evaluación y obtener así un espacio académico significativo para la divulgación social del conocimiento publicado en la revista.

En su edición 43 (julio-diciembre 2022) Historia y Sociedad incluye contenidos de tema libre que tratan de manera amplia -tanto temporal como temáticamente- la historia latinoamericana moderna. Con una prevalencia de los textos centrados en el siglo XX, los autores provenientes de diferentes países de la región nos presentan sus investigaciones sobre aspectos de la historia política, social, intelectual y urbana brasilena, argentina, colombiana y paraguaya con interpretaciones novedosas en clave antropológica o con guinos a la experiencia y coyunturas del presente; por ejemplo, el ruido como característica urbana, la confrontación publicitaria entre medicina profesional y tratamientos alternativos de dudosa legitimidad científica, la insurgencia opuesta al Gobierno de turno, o la historia de la corrupción política. Por otro lado, los artículos situados en el siglo XIX trabajan la historia colombiana y venezolana para profundizar en los significados de la transición colonial a la republicana en términos de cambios y continuidades y de las singularidades propias de ese momento de fragmentación continental y consolidación de las naciones.

En ese sentido se presenta un interesante ejercicio desde la historia política para identificar las condiciones y lenguajes que legitimaron la libertad de imprenta en las primeras repúblicas colombianas. Siguiendo una línea semejante, otro autor estudia los intentos del recién formado Estado de Venezuela por consolidar su soberanía en la península de la Guajira, aunque con resultados cuestionables. Lo importante de este texto es que estudia la historia política en un sentido trasnacional y permite contrastar las consecuencias de la disolución del experimento grancolombiano y la persistencia de discursos coloniales que se mezclaban con los republicanos. Pero este tipo de continuidades, aunque son revisadas críticamente, también presentan consecuencias creativas. Por ejemplo, en un provocativo artículo sobre historia gastronómica, las autoras construyeron un léxico de dulces coloniales neogranadinos/colombianos para identificar cómo el pasado y el presente siguen conectándose en nuestros paladares. En esta misma línea de presentaciones innovadoras sobre viejos problemas decimonónicos se encuentra también la presentación de un libro sobre los viajeros extranjeros en Colombia, pues se destaca su enfoque reflexivo y filosófico sobre el significado de esta mirada artística a la geografía del país.

Por último, contamos con un par de contribuciones situadas en la época colonial, específicamente en el siglo XVII y enfocadas en el actual territorio colombiano. Los textos también tienen en común el hecho de tratar la información para reivindicar el lugar de sectores subalternos en la experiencia cotidiana de la vida colonial. En un caso, el abordaje se da a partir de la historia urbana de Bucaramanga pues se pretende visibilizar a los indios que habitaban dicho territorio y que han quedado opacados para destacar el protagonismo de los fundadores españoles. En otro caso la autora retoma expedientes inquisitoriales del tribunal en Cartagena para hacer una de prosopografía de algunas mujeres de origen africano acusadas de estos delitos en los que hoy se nos presenta una ventana a la historia cultural de sus prácticas y a las tensiones que están generaron con el poder masculino y católico del Imperio español.

Pasando ahora revisión más detallada a la composición del número, tenemos, en primer lugar, el artículo escrito por el argentino Gustavo Vallejo quien estudia cómo fue la recepción en Brasil de la biotipología italiana y de la biocracia francesa en el Brasil de los años de 1930 y cómo estas ideas influyeron en la arquitectura y promoción de un ideal de hombre nuevo. A continuación, se presenta el texto del argentino Facundo Petit quien parte de herramientas antropológicas para reconstruir a partir de la información de revistas bonaerenses del primer tercio del siglo XX, la experiencia social de la escucha, en este caso del ruido expresado en la sonoridad de las bocinas y del escape libre. Así se identifica en las reacciones legales y aurales de los ciudadanos cómo se vivió este fenómeno y la manera en que llegó a caracterizarse como una manifestación (a veces no tan deseada) de la modernidad y el progreso.

Situada también en esta temporalidad, pero en Colombia, la colombiana Juanita Solano estudia una de las facetas menos exploradas del fotógrafo Jorge Obando y es su uso del formato panorámico. La propuesta de la autora es que esta técnica no es neutral, sino que refuerza un discurso visual en el cual se hace patente la transición del país hacia la modernidad, sobre todo, expresada en fenómenos como la masificación y producción serial de la vida y los artefactos urbanos. Ubicados también en la primera mitad del siglo XX los colombianos Victoria Estrada, Víctor García y Jorge Márquez estudian la modernidad colombiana, pero desde el ámbito de la institucionalización de nuevos campos de saber y de nuevos mercados asociados a estos. En este caso el énfasis se puso en la tensión entre la profesionalización de la farmacéutica y la medicina universitaria que pretendía subordinarla, pero, sobre todo, en la manera en que, a pesar de esta tensión, el concepto de salud pública jugó un rol fundamental en la regulación del mercado de medicamentos y la conformación de un monopolio estatal en su distribución.

Por su parte y cerrando las investigaciones centradas en la Colombia del siglo XX, el colombiano Juan Daniel Guisao estudió sistemáticamente los periódicos El Colombiano y El Tiempo para extraer las noticias sobre "insurgencia" publicadas entre 1960 y 1971. El propósito fue identificar en el contexto de la guerra fría cómo funcionó la guerra psicológica a nivel de opinión pública y la manera en que se pretendió instaurar un miedo discursivo, aunque al tiempo los militares reconocían que los insurgentes no contaban con la capacidad atribuida por los medios para desestabilizar al Estado. Cerrando las contribuciones centradas en el siglo XX nos encontramos con el aporte del paraguayo Eduardo Tamayo, quien propone una historia intelectual trasnacional para analizar la ideología nacionalista paraguaya de mediados de siglo, la cual se caracterizó por un fuerte sesgo hispanista que celebraba el mestizaje y la subordinación que este suponía de la parte guaraní a la española. Para ello, el autor profundizó en la obra del embajador español Ernesto Giménez quien defendió esta lectura del pasado colonial paraguayo para reforzar un nacionalismo nostálgico que trenzó un puente ideológico entre los Gobiernos dictatoriales de Franco (España) y Stroessner (Paraguay).

Situándonos en la transición del siglo XVIII al XIX tenemos el texto de las colombianas Rosa-Isabel Zarama y Cecilia Restrepo-Manrique quienes combinando historia y antropología proponen una conexión entre pasado y presente que, sin caer en el anacronismo, nos permite identificar continuidades coloniales en la primera república y hasta el presente a través de una historia cultural de la gastronomía. El trasfondo antropológico reside en la intención de recuperar prácticas concretas, en este caso el consumo de dulces. Como no es posible una evaluación in situ de esta actividad, las autoras realizaron una compilación sistemática y exhaustiva de un léxico de dulces de la A a la Z a partir de diccionarios históricos, archivos y diccionarios y recetarios contemporáneos, con el fin de caracterizarlos e identificar su evolución, permanencia o desaparición. Por tanto, el texto es una contribución a la comprensión del patrimonio colombiano actual al leer en clave diacrónica sus tradiciones culinarias.

Siguiendo en el siglo XIX colombiano, en esa etapa de transición hacia nuevas formas de organización política, el investigador Juan Carlos Vélez realizó un análisis discursivo del debate para el establecimiento de un marco común que definiera los términos legítimos y legales de la expresión pública de la controversia y el descontento en Colombia y en la Nueva Granada, y, por tanto, de los criterios para la penalización en el uso de la imprenta. Para tal fin el autor revisó los debates presentes en la legislación, la prensa y las hojas sueltas, especialmente, aquellas que circularon en la provincia de Antioquia. También en este siglo se sitúa el texto del venezolano Pablo Palmar, quien se ocupó de la primera década tras la disolución del experimento grancolombiano (1830-1840) para estudiar una de las estrategias de consolidación del nuevo Estado de Venezuela y, especialmente, de su presencia territorial en la frontera compartida con Colombia en la península de la Goajira. Para ello se enfocó en el concepto de piedad Ilustrada el cual inspiró un conjunto de leyes que pretendían secularizar los regímenes misionales para proteger a los indígenas e incorporarlos a través del comercio a la vida republicana venezolana. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados, porque en el fondo siguieron aplicándose mecanismos coloniales de relación con los indígenas basados en la violencia de las entradas militares.

Yendo un poco más atrás en el tiempo, nos encontramos con el artículo de la colombiana Angélica Bautista quien estudia varios casos de la Inquisición de Cartagena sobre hechicería y brujería relacionados con mujeres de origen africano en el siglo XVII. Apelando al enfoque de la historia cultural, la autora interpreta estas prácticas cotidianas como acciones de supervivencia, sociabilización y de saberes singulares que les permitían a estas mujeres hacerse un lugar en la sociedad colonial aún a riesgo de ser acusadas por el tribunal. Por otro lado, en la sección documental, el colombiano Luis Rubén Pinzón nos presenta un conjunto de transcripciones en las cuales recupera el protagonismo de los indios que habitaron la actual ciudad colombiana de Bucaramanga, la cual fue "fundada" hace exactamente 400 años (1622) precisamente como un resguardo, pero en un episodio que le ha dado excesiva recordación a los "fundadores" españoles (un militar y un sacerdote). Por eso, el propósito del autor es visibilizar a la población indígena que fue su razón de ser, a través de tres documentos que los describen a ellos y a su territorio: "Descripción de los yndios lavadores de Guaca y Bucarica del capitán Juan de Velasco", "Auto sobre la libertad de las Indias de Guaca y Bucarica", y "Vissita de los Yndios del pueblo de Bucarica que llaman Bucaramanga".

Posteriormente en la sección de resenas nos encontramos con tres propuestas llamativas por los autores o los temas tratados. Por un lado, tenemos la presentación hecha por el argentino Adrián Almirón del libro póstumo del famoso historiador Eric Hobsbawm, Sobre América Latina ¡Viva la Revolution! (2018), el cual fue compilado por el compatriota y colega Leslie Bethell, quien reunió 30 artículos escritos en los sucesivos viajes realizados por Hobsbawm a distintos países de América Latina desde su llegada a Cuba en 1960. Por tanto, estos combinan la densidad historiográfica con la agudeza etnográfica y contienen reflexiones que cubren desde 1960 hasta 2002, siendo el eje central el estudio de los movimientos insurgentes y sociales, sobre todo, aquellos de origen popular con énfasis en la comprensión del campesinado como su protagonista. Además, estas observaciones llevaron a que el británico pronosticara la relación entre debilidad institucional y la posterior generalización de la violencia asociada al narcotráfico en el continente.

A continuación, la argentina Silvana Ferreyra resena el interesante libro Historia cultural de la corruption política. Prácticas, escenariosy representaciones contemporâneas (2019), en el cual se propone una historia conceptual del término, para luego, en un contrapunto entre España y Argentina, estudiar las prácticas y los umbrales de tolerancia ante lo corrupto, así como la forma en que sus protagonistas justifican sus acciones. Para ello se presentan casos que van desde la corrupción en la Iglesia católica del Antiguo Régimen, pasando por la ocurrida entre los bancos y el poder político en el siglo XIX, hasta llegar al siglo XX y analizar películas que tratan sobre el fenómeno, por ejemplo, exponiendo la corrupción en el sector inmobiliario. Por último, la colombiana Verónica Uribe trae una lectura crítica de Constelaciones visuales: la mirada del viajero durante el siglo XIX en Colombia (2021), ya que con ella justifica el valor de esta publicación que aparentemente trata un tema y un periodo muy estudiado, pero no a la manera de esta propuesta, pues según Uribe, este tiene la virtud de tomar el arte viajero como un género artístico y a diferencia de otros investigadores que lo han mirado de manera individualizada, analiza de manera unificada sus significados y simbolismos a partir de una interpretación que no solo recurre a la historiografía sino a la filosofia y a la estética, y por tanto refresca la lectura del viajero al identificar en él un puente en donde arte y ciencia se unieron para alimentar los discursos nacionalistas que entonces daban forma a un país ciernes a pesar (y por) su vocación regional.

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