EDITORIAL

La investigación jurídica y socio-jurídica
de Uninorte al servicio del Caribe

Atendiendo nuestro compromiso misional, hemos fijado claramente nuestro objetivo de apoyar el desarrollo de la región Caribe a partir de la investigación. Por ello, en un esfuerzo por conceptualizar la experiencia social de esta región, nos hemos dado a la tarea de conocer a fondo su historia, así como las reales condiciones de vida de sus gentes.

A partir de estos ejercicios, que nuestro equipo de investigadores viene haciendo desde la creación misma del Grupo de Investigación en Derecho y Ciencia Política -GIDECP-, hemos encontrado un muy positivo capital histórico y natural de base que nos motiva a trabajar día a día en la reconstrucción social, en el fomento de la solidaridad, la cooperación y el desarrollo de la creatividad.

Siguiendo las orientaciones metodológicas de Orlando Fals Borda y su Investigación-Acción Participativa, algunos miembros del Grupo han optado por conjugar en sus trabajos de investigación, el pensamiento y la reflexión teórica con el terreno, con el fin de imprimirle a la acción las resultas de los análisis científicos que aprendimos de los maestros que nos sirvieron de guía.

Hemos tenido la oportunidad de vivir experiencias sociales y políticas muy ricas que nos han permitido caracterizar, desde muchas perspectivas, a los pueblos del Caribe: identificar sus problemáticas y potencialidades, las características de su cultura tan única y su cosmovisión, con el propósito de teorizar sobre los elementos que debería tener un modelo institucional que promueva su desarrollo integral y que al tiempo respete su esencia social.

Los investigadores han podido vivir el Caribe y con él todos sus dolores: poblaciones azotadas por las más crueles violencias; comunidades que durante siglos han sido pobres testigos de las más aberrantes inequidades; situaciones de desplazamiento que cercenan la chispa de la vida a familias enteras; el escape de nuestros cerebros mejor formados que se van en busca de ambiciosos horizontes; tierras fértiles que yacen improductivas engordando unos pocos patrimonios o que son explotadas para el beneficio exclusivo de sus rentistas, instituciones débiles y fragmentadas fruto de un centralismo recalcitrante que las somete a la marginalidad; terribles índices de mortalidad por causas que ya la medicina ha superado hace siglos; los más bajos niveles educativos de un país en que ya de por sí son bajos; gentes que no reconocen el Estado ni atienden a sus normas porque no reciben nada de él y no se sienten parte del mismo; y una población que crece en medio de la desesperanza, la crisis moral y la corrupción.

Parecería un sin salida, un laberinto como el de Minotauro, imposible de descifrar; una región inviable. Sin embargo, somos optimistas, porque este proceso también nos ha permitido reconocer el potencial de nuestra gente, su generosidad, su actitud positiva y de lucha, su confianza, su capacidad de trabajo, sus deseos de cooperación. Y eso es justamente lo que nos compromete y le da sentido a lo que hacemos: cada vez que nos ponemos frente a un escenario desolador que parece no tener solución a partir de la teoría, cada vez que en el camino de la investigación nos enfrentamos a realidades que nos llevan a concluir que estamos frente a grietas estructurales en nuestras instituciones, aparecen esas personas que sin saber justifican un esfuerzo más por encontrar soluciones.

Este es un año muy especial porque se inician los gobiernos departamentales y locales en Colombia. Es una oportunidad de recomenzar: nuestra apuesta ha sido apoyar a los nuevos gabinetes de la región Caribe para intentar, a partir de estas alianzas Universidad-Estado, nuevas y mejores aproximaciones a nuestras realidades, así como mayores impactos en nuestras comunidades. Esperamos que pasado el período de gobierno actual, podamos recoger los frutos de esta estrategia y que estemos en breve contando al mundo cómo desde la academia, una academia inicialmente creada para formar profesionales del derecho, podemos apalancar el desarrollo de nuestra sociedad. Esta, nuestra Revista, será herramienta fundamental para difundir estos y otros resultados.

Silvia M. Gloria De Vivo
Decana
División de Ciencias Jurídicas
Universidad del Norte