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Cuadernos de Desarrollo Rural

Print version ISSN 0122-1450

Cuad. Desarro. Rural vol.9 no.69 Bogotá July/Dec. 2012

 

Problemas en la extensión rural paraguaya: modelos de extensión en la encrucijada*

Problems in Paraguayan Rural Areas: Extension Models at a Crossroads.

Problèmes à l'intérieur de la vulgarisation rurale paraguayenne: modèles de vulgarisation au carrefour

Fernando Landini**

*Este artículo es el resultado del proyecto de investigación "Mejora de la seguridad alimentaria y nutricional en Paraguay", financiado por la ONG Acción Contra el Hambre con recursos provenientes de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Convenio Seguridad Alimentaria y Nutricional 10-CO1-064, 2010-2014).
**Doctor en Psicología, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Magíster en Desarrollo Rural, Universidad Politécnica de Madrid, España. Docente e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de la Cuenca del Plata, Argentina. Becario posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Correo electrónico: landini_fer@hotmail.com

Recibido: 2012-04-23 Aceptado: 2012-04-25 Evaluado: 2012-05-30 Publicado: 2012-12-30


Cómo citar este artículo:

Landini, F. (2012). Problemas en la extensión rural paraguaya: modelos de extensión en la encrucijada. Cuadernos de desarrollo rural, 9 (69), 127-149.


Resumen

La extensión rural constituye un factor clave en la mejora de la calidad de vida de los pequeños productores. Se llevó a cabo un estudio cualitativo de la problemática de extensión rural en Paraguay, con particular énfasis en el departamento de Caazapá. Para esto se realizaron entrevistas a pequeños productores, extensionistas y referentes institucionales, las cuales fueron desgrabadas y su contenido categorizado. Se concluye que las dinámicas político-institucionales poseen un rol estructurante de la problemática en estudio; que la pobreza, la pérdida de fertilidad de los suelos y la escasa productividad de la agricultura campesina son fenómenos emergentes de un sistema complejo, y que la implementación de metodologías de extensión rural transferencistas constituye un elemento nodal del entramado problemático.

Palabras clave: Extensión rural, pequeños productores, Paraguay.

Palabras clave descriptores: Desarrollo rural, explotación agrícola en pequeña escala, aspectos socioculturales, Paraguay.


Abstract

The rural area constitutes a key factor for improving the quality of life of small producers. We conducted a qualitative study on the problems of the Paraguayan rural area, focusing particularly on the department of Caazapâ. To this purpose we conducted interviews with small producers, extension agents and institutions, which were transcribed and categorised according to contents. It was concluded that political-institutional dynamics play a leading role in the problem at hand; that poverty, the lack of fertility of the land and low agricultural productivity are phenomena that are part of a complex system, and that the implementation of transfer methods of rural extension constitute a key element in the problem under discussion.

Keywords author: Rural extension, small producers, Paraguay.

Keywords plus: Rural development, small farms, sociocultural aspects, Paraguay.


Résumé

La vulgarisation rurale est un facteur clé dans l'amélioration de la qualité de vie des petits producteurs. Une étude qualitative sur la problématique de la vulgarisation rurale au Paraguay a été réalisée avec une emphase particulière sur le département de Caazapa. Pour le réaliser, des entretiens ont été faits aux petits producteurs, aux vulgarisateurs et aux référents institutionnels et celles-ci ont été écoutées et son contenue a été catégorisée. En conclusion, les dynamiques politico-institutionnelles ont un rôle structurant de la problématique en observation et la pauvreté, la perte de la fertilité des sols et la faible productivité de l'agriculture paysanne sont des phénomènes émergeants d'un système complexe et l'implémentation des méthodologies de vulgarisation rurale transférantes font partie d'un élément nodal de la trame problématique.

Mots-clés auteur: Vulgarisation rurale, petits producteurs, Paraguay.

Mots-clés descripteur: Marché à l'exportation, produits laitiers - la vente coopérative, l'industrie alimentaire.


Introducción

Las actividades de extensión rural y los proyectos de desarrollo orientados a pequeños productores constituyen un factor clave para la mejora de la calidad de vida de los agricultores campesinos (McLeod Rivera y Qamar, 2003; Pérez y Silli, 2007). Y esto, particularmente en un país como Paraguay, que posee un índice de ruralidad del 43,28%, según el último censo del 2002 (DGEEC, 2011), a lo que se suma una decisión política del gobierno central de aumentar el plantel de extensionistas de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg), órgano público de extensión rural, algo que ha sucedido en los últimos cinco años. La DEAg, que depende del Ministerio de Agricultura y Ganadería del Paraguay (MAG):

... tiene a su cargo la asistencia técnica integral al productor, mediante el desarrollo de acciones conducentes, para que el productor adopte los materiales biológicos y los métodos más ventajosos, concernientes a la producción, manejo y comercialización de sus productos; así como la aplicación de técnicas de conservación de sus recursos productivos y del medio ambiente1.

La DEAg, para alcanzar estos fines, cuenta aproximadamente con 800 extensionistas que se distribuyen territorialmente en 19 Centros de Desarrollo Agropecuario (CDA), de los que dependen 170 Agencias Locales de Asistencia Técnica (ALAT). No obstante, pese a los importantes recursos volcados a las actividades de extensión tanto en Paraguay como en otros países, las iniciativas de extensión y desarrollo rural suelen enfrentar una variedad de problemas como financiamiento irregular, políticas públicas desarticuladas, degradación de los recursos naturales y dificultades para generar emprendimientos asociativos entre los productores (Landini, 2007), los cuales limitan sus resultados. Por esta razón, diversos autores han planteado la necesidad incorporar contribuciones provenientes de diferentes disciplinas científicas (Carballo, 2002; Leeuwis, 2004). Atenta a las dificultades que enfrenta la extensión rural en Paraguay, la ONG Acción Contra el Hambre (ACH) se propuso realizar un estudio con los objetivos de: 1) comprender los problemas a los que se enfrentan los pequeños productores y los extensionistas rurales que trabajan en el departamento de Caazapá desde su propia perspectiva, 2) describir la visión de la problemática de extensión que tienen diferentes instituciones ligadas en Paraguay a la extensión rural, y 3) identificar propuestas generadas por los propios actores para superar estas problemáticas.

La decisión de focalizarse en el departamento de Caazapá se debe a que la ONG tiene allí su base de actuación. Cazaapá posee una superficie de 9496 km2 y una población de i50.9i0 habitantes (DGEEC, 2011), de los cuales 82% vive en zonas rurales. Es históricamente uno de los departamentos más pobres del país, el 57% de la población vive en condiciones de pobreza (ACH, 2009). La actividad productiva se concentra en la producción agrícola, particularmente soja, algodón y maíz (en el caso de la agricultura empresarial), y algodón, mandioca y caña de azúcar (en el caso campesino).

El presente artículo, que constituye una síntesis de dicho estudio, se apoya en dos desarrollos conceptuales. El primero refiere al concepto de extensión rural y a su evolución histórica. En su propuesta original, exportada a América Latina desde los Estados Unidos hacia mediados del siglo XX (Cimadevilla, 2004), la extensión era concebida como un proceso unidireccional de carácter individual de transferencia de tecnologías desde los expertos a los productores del campo (De Schutter, 1982; Schaller, 2006) orientado a la modernización y tecnificación de las explotaciones agropecuarias (Alemay y Sevilla, 2007). Esta perspectiva dio lugar a estudios de difusión de las innovaciones (Leeuwis y Aarts, 2011). Desde fines de la década de los sesenta surgen diferentes críticas a este modelo apoyadas en los trabajos de Freire (1970, 1973), los cuales critican el carácter unidireccional y jerárquico de este modelo, proponiéndose como alternativa un vínculo dialógico (es decir, bidireccional) y horizontal apoyado en el reconocimiento de los saberes y la experiencia de los productores (Landini, Murtagh y Lacanna, 2009), lo que invita a poner el foco en la participación de los productores (Méndez, 2006). En este contexto cobran fuerza en América Latina, por ejemplo, propuestas como las de las Escuelas Campesinas (Sherwood, Schut y Leeuwis, 2011), traídas desde el sudeste asiático, y la de una extensión agroecológica apoyada en los saberes campesinos (Alemay y Sevilla, 2007). Visto este panorama, queda claro que la extensión rural no es una simple transferencia de tecnologías sino un proceso altamente complejo (Klerkx, Aarts y Leeuwis, 2010) que trasciende el nivel de análisis individual (Landini, 2010) y debe incorporar la inserción social, ambiental e institucional de los procesos de innovación desde una perspectiva sistémica compleja (Leeuwis y Aarts, 2011; Machado, Hededüs y Silveira, 2006). De todas maneras, estas transformaciones en la concepción de extensión no quitan la existencia actual de prácticas asociadas a modelos de extensión transferencistas (Marchesan y Senseman, 2010; Miranda et al, 2011).

El segundo lineamiento conceptual que organiza este trabajo es la comprensión de los proyectos de desarrollo y las iniciativas de extensión rural en términos de interfaces sociales (Long, 1992, 2007). Es decir, como puntos críticos de intersección entre diferentes mundos culturales o niveles de organización social, espacios en los cuales es probable encontrar discrepancias en torno a valores, intereses, conocimiento y poder (Long, 2007). Si bien la propuesta socioantropológica de Long se orienta a estudiar la agencia humana en el contexto de la apropiación y reconfiguración de los objetivos y las acciones de interventores externos a partir de los intereses y las prioridades de los actores internos, desde el abordaje psicosocial en que se sostiene este trabajo la propuesta será focalizar en los marcos o las modalidades de comprensión e interpretación por medio de las cuales los distintos actores implicados en una interfaz social entienden a los otros y a las distintas situaciones que los convocan (Landini et al., 2012). Así, comprendiendo los marcos de interpretación de los distintos actores potencialmente involucrados será posible evaluar cómo tenderán a comprender y actuar frente a diferentes propuestas, acciones o intervenciones de los otros, lo que constituye una contribución de particular interés para diseñar propuestas de cambio que tengan potencialidad de ser reconocidas y valoradas por los diferentes implicados.

1. Metodología

Para alcanzar los objetivos propuestos se realizó un estudio de caso enmarcado en un metodología cualitativa (Montero y León, 2007) y una epistemología constructivista (Guba y Lincoln, 2005). El diseño de la investigación fue exploratorio-descriptivo de carácter transversal, razón por la cual no se trabajó a partir de la formulación de hipótesis (Hernández, Fernández y Baptista, 1991). Dada la propuesta de comprender las iniciativas de extensión rural en términos de interfaces sociales, la investigación se propuso reconstruir las perspectivas de diferentes actores en torno a la problemática de extensión y desarrollo rural. El trabajo de campo se realizó entre febrero y abril de 2010. Las técnicas de recolección de información utilizadas fueron: 1) toma de entrevistas semiestructuradas: doce a pequeños productores y a sus familias, las cuales fueron grabadas, a excepción de una. Cuatro de las entrevistas se realizaron a una única persona, el resto a grupos unidos por relaciones familiares o de amistad. Asimismo, también se realizaron diez entrevistas a extensionistas rurales, todas individuales, ocho de la DEAg y dos de cooperativas de productores. Finalmente, se realizaron ocho entrevistas a referentes institucionales de ACH, DEAg y FAO, incluyendo al director de la DEAg y al jefe de Misión de ACH. Las preguntas realizadas fueron flexibles y se adaptaron a los actores entrevistados y a sus respuestas. En términos generales, se incluyeron preguntas sobre los problemas de supervivencia de los productores, los problemas de la extensión rural, las opiniones sobre los otros actores y las propuestas para superar dichos problemas. 2) Realización de un taller participativo con la presencia de extensionistas del CDA Caazapá y de ACH, donde se discutió sobre los problemas que tienen los extensionistas en sus prácticas y las alternativas de solución que existen para ellos. 3) Análisis de documentación institucional referida a las estrategias y acciones implementadas por la DEAg.

Para analizar la información se transcribieron las entrevistas y los registros de observación para luego realizar un proceso de categorización por áreas temáticas. Estas áreas temáticas (establecidas como categorías) se construyeron antes y durante el proceso de análisis. Antes, aquellas relacionadas con las categorías específicas referidas a los objetivos del estudio; durante, aquellas que, siendo relevantes a los fines de la investigación, aparecieron insistentemente en los discursos sin haber sido previstas. Asimismo, se leyó documentación institucional disponible para conocer los objetivos y las estrategias de trabajo de la DEAg. Seguidamente, se presentan los resultados de la investigación realizada.

2. Resultados

A continuación se presentan los resultados del estudio realizado. Siguiendo estándares utilizados en investigación cualitativa, en el desarrollo de este apartado se procura cuantificar qué porción de los entrevistados sostienen las opiniones o ideas que se describen, indicando si se trata de todos, una mayoría, la mitad o una minoría. Se evita aquí utilizar porcentajes o frecuencias, ya que la metodología constructivista utilizada no incluyó encuestas sino entrevistas no orientadas a la cuantificación sino a la reconstrucción de la perspectiva de los entrevistados.

2.1. El punto de vista de los pequeños productores

2.1.1. Los problemas percibidos

Los problemas descritos por los pequeños productores entrevistados son variados. Entre ellos se destacan cuatro, mencionados por la mayoría de ellos: los problemas de mercado, las inclemencias climáticas, la pobreza y la falta de asistencia. Los problemas de mercado hacen referencia a la dificultad para comercializar los productos y los bajos precios de venta que se obtienen cuando se consigue hacerlo. "[Vendemos] baratito, baratito", dice un productor. O peor "no se vende, se trabaja todo de balde". Ciertamente, estas descripciones llevan a pensar en una percepción de falta de control sobre este ámbito distante denominado "mercado", lo que puede inducir desánimo y pérdida de la iniciativa (Seligman, 1989). Como explica una entrevistada, a causa de los bajos precios "no tienen más ganas los agricultores para plantar".

Las inclemencias del clima constituyen otra área problemática y representan otro ámbito sobre el que se percibe escaso control. Se trata especialmente de la sequía, el intenso calor y los ataques de plagas: "la gente se rige por el clima, y a veces te juega también una mala pasada el clima". El tercer problema descrito es la pobreza. En concreto, la falta de dinero para poder implementar alternativas para mejorar los rendimientos, el volumen de producción y los ingresos. Como explica una campesina: "lo que le pasa a los campesinos es que alguno no tiene posibilidad, no tiene tierra para cultivar, tiene muy poca tierra, cultivan solo para comer nomás". Aquí también se incluye la falta de las herramientas, las instalaciones o los insumos necesarios para iniciar o potenciar la producción.

La cuarta área problemática descrita es la falta de ayudas. Es decir, en el contexto de la pobreza, la imposibilidad de acceder a los mercados y la falta de control sobre el clima, la limitación de las ayudas provistas por el gobierno y otras instituciones es percibida como un problema adicional. Es verdad que algunos productores hablan directamente de la ausencia de todo tipo de asistencia. No obstante, la mayoría hace referencia específicamente a la falta de entrega de herramientas, semillas u otros insumos deseados. Como señala una vecina entrevistada "solamente [viene] el técnico y eso no sirve, solamente le muestra pero no tiene capacidad de ayudar a nadie", debido a que "no hay presupuesto para los agricultores".

2.1.2. La percepción sobre los extensionistas

Cuando los pequeños productores describen a los extensionistas, un conjunto de ideas tiende a aparecer en la mayoría de los casos. En primer lugar, existe acuerdo en torno a que los extensionistas enseñan, lo que implica capacitar y educar a los agricultores en cuestiones referidas a los rubros en los que trabaja el hombre de campo. Así, el extensionista es visto como un experto, llegando incluso a decirse que lo sabe todo. En contrapartida, también se observa que los pequeños productores, en algunas oportunidades, señalan que los extensionistas no son realmente dignos de confianza. En este sentido, una campesina comenta que, por ejemplo, "nadie quiere firmar más [las planillas a los extensionistas] porque dice la gente 'nosotros le firmamos a ellos y ellos consiguen muchas cosas y nosotros no recibimos más nada'".

Igualmente, los extensionistas rurales son descritos por los pequeños productores, en todas las entrevistas realizadas, como personas que pueden conseguir cosas (insumos o herramientas por ejemplo), a través de proyectos o programas. Es decir, no solo entregan semillas, silos y otros implementos, sino que hacerlo es visto como parte de su función. Así, siendo la falta de ayuda uno de los problemas mencionados, se observa una importante conexión con la imagen de los extensionistas como proveedores de recursos los cuales, cuando se acerquen a los pequeños productores, no podrán evitar ser vistos como personas que podrían dar cosas.

2.1.3. Saberes de técnicos y pequeños productores

Es llamativo que solo una minoría de los productores entrevistados valore sus propios conocimientos: "[nosotros sabemos], pero a lo de antes, todo lo rudimentario nomás, básico". Es cierto que en las explicaciones se suelen reconocer como conocedores del cultivo de diferentes productos, pero en la mayoría de los casos estos conocimientos no son valorados en el estatus de tales, al menos de manera directa, posiblemente por encontrarse naturalizados; en contraste, cuando se pregunta, los extensionistas aparecen mayoritariamente como portadores de múltiples conocimientos que pueden ayudar al productor. Cuando se preguntó a un pequeño productor si el extensionista necesitaba ser capacitado en algo, este respondió: "no necesita, sabe todo, técnico es". Es interesante el caso en el cual uno de los entrevistados agradeció al entrevistador por haber conversado "con un sabio como usted", lo que dejaba su saber en un lugar secundario frente a la valoración del saber del otro (véase Freire, 1970), autopercepción que favorece posicionamientos pasivos.

No obstante, como sugirieron varios extensionistas durante el taller desarrollado con ellos, la percepción de los productores sobre el conocimiento técnico debería calificarse como ambivalente, dado que si bien suelen aceptar las propuestas de los extensionistas en el contexto de las capacitaciones, es común que luego no las adopten, llegando incluso a rechazarlas criticando a los técnicos y a sus conocimientos. Como se ha argumentado en otro lugar, existen múltiples alternativas que combinan de manera compleja estos dos extremos (Landini y Murtagh, 2011), pudiendo incluso activarse o hacerse relevantes en diferentes contextos (Landini, en prensa). En este sentido resulta plausible pensar que, en el contexto de la interacción directa con los extensionistas, y en entrevistas donde se habla sobre el saber de los técnicos, se los destaque como portadores de conocimientos válidos, mientras que cuando se trata de situaciones concretas vinculadas con prácticas donde se pone en juego el saber hacer, será más probable observar planteos críticos.

2.1.4. Expectativas de los pequeños productores sobre el trabajo de extensión

Pensando en identificar cuál es el perfil de técnico y la modalidad de extensión rural preferida por los productores entrevistados, se les preguntó su opinión al respecto. Las dos expectativas que aparecen en casi todas las entrevistas a los productores respecto del trabajo de los extensionistas son que estos, en tanto "expertos agropecuarios", enseñen, capaciten y orienten a los productores y, a la vez, traigan distinto tipo de ayudas como semillas, abono, insecticida o herramientas. Es decir, que se conviertan en proveedores de ayudas. Respecto a la expectativa de brindar capacitación y asesoramiento, si bien los entrevistados dicen valorar tanto las capacitaciones teóricas como las prácticas, en las que se demuestran métodos, ellos eligen unánimemente la segunda, preferentemente con demostraciones en la chacra y no solo en el marco de una capacitación sentados en círculo: "el técnico tiene que practicar, tiene que mostrarle en su chacra, ver cómo trabajar, no es sobre carteles". Es que "si viene y nos cuenta, todo da gusto sobre el papel pero luego quedamos a practicar y eso no nos sale pues, cuando nos muestra ahí ya se ve más". Es importante tener en cuenta que ver al técnico hacer no solo tiene implicaciones cognitivas sino también afectivas y vinculares. El técnico trabaja, se esfuerza y transpira, al igual que los productores, reduciéndose la distancia generada por la diferencia percibida entre productores y supuestos "expertos".

Por otra parte, cerca de la mitad de los entrevistados también reclaman que los extensionistas vayan a sus predios, analicen sus cultivos y les den orientaciones para resolver problemas concretos: "[los técnicos] lo que tienen que [hacer es] salir más, acercarse al productor", dado que "están ahí para visitarnos", "sería importante que venga a ver, a ver si no sale bien [el cultivo], para decir: falta tal cosa, así da gusto". Esta expectativa, que a primera vista no parece tener implicaciones de particular relevancia, de hecho constituye un cuestionamiento al sistema de extensión rural institucionalizado vigente, donde prima el abordaje grupal de temas establecidos en los planes operativos según los requerimientos institucionales. Contra esto, los campesinos reclaman un enfoque más personalizado, centrado en los problemas concretos de las fincas de los productores, donde el enfoque de planificación vertical sea reemplazado por otro horizontal y participativo.

2.2. El punto de vista del extensionista

2.2.1. Los problemas percibidos

Los extensionistas describen diferentes problemas vinculados con el trabajo de extensión que limitan el impacto de su labor. Si bien no puede hacerse una cuantificación estricta, los problemas serán presentados en dos bloques, uno que aparece en la mayoría de las entrevistas y otro más esporádico, que no llega a encontrarse en la mitad de los casos. En primer lugar, respecto del grupo más frecuente, los extensionistas señalan que no cuentan con recursos operativos suficientes para realizar su labor, lo que incluye falta de combustible y vehículos para traslados, así como falta de insumos y herramientas para hacer demostraciones y entregar a los productores. En segundo lugar, los entrevistados también mencionan que en la DEAg faltan mecanismos institucionales para valorar el esfuerzo y la capacidad de las personas, lo que se traduce en la ausencia de una carrera profesional dentro de la institución: "la institución tendría que [...] promover la gestión del talento humano, aquí todos somos iguales, el que trabaja, el que no trabaja, llega a fin de mes y cobra su salario". Esto lleva a afirmar, en algunas oportunidades, que así los extensionistas terminan por desmotivarse al tomar conciencia de que sus esfuerzos no son reconocidos o valorados: "nos falta un tipo de premio a los técnicos sobresalientes [...] el que no trabaja cobra su sueldo, entonces muchas veces hay desmotivación porque no hay un premio". En tercer lugar, cabe mencionar un grupo amplio pero articulado de problemáticas que hacen referencia, en términos generales, a la falta de participación, implicación y compromiso de los productores con el proceso de extensión. Esto incluye, fundamentalmente, la falta de adopción de tecnologías, pero también refiere al escaso interés para participar en reuniones, o a la falta de compromiso con los comités de los que forman parte.

En cuarto lugar, el otro problema mencionado se refiere a las dificultades que se presentan para formar y consolidar grupos a partir de lo que aparenta ser individualismo o falta de confianza de parte de los pequeños productores: "entre ellos mismos no se entienden para que el proyecto funcione, existe una desconfianza entre ellos". A esto se suman, también, conflictos a nivel de liderazgos y dificultades para acordar ventas conjuntas. Finalmente, el último problema del grupo de los mencionados más frecuentemente es la actitud pasiva del pequeño productor orientada al asistencialismo. En palabras de uno de los entrevistados: "nuestros productores todo esperan de arriba y ellos no hacen de abajo [...] todo espera del Estado, que le regale". Los técnicos perciben que los productores están particularmente atentos a buscar ayudas de parte de distintas instituciones, posicionándose de manera pasiva y esperando que las soluciones a sus problemas sean gestionadas por otros en lugar de por sí mismos, lo que les lleva a perder el interés en iniciativas en las cuales no se entreguen herramientas o insumos.

El segundo bloque refiere a problemas que, si bien tienen presencia clara en las entrevistas, son mencionados en menos de la mitad. El primero de ellos es la desactualización de los extensionistas que trabajan en la DEAg, lo que se atribuye a la falta de capacitaciones y a su carácter desorganizado: "a nosotros falta capacitarnos". Asimismo, también se menciona como problema la existencia de un sistema inapropiado de evaluación institucional de rendimiento en la DEAg, el cual establece objetivos poco realistas, como asistir a 150 productores por mes, lo que solo es posible de alcanzar si se brinda un apoyo superficial y si se cuenta con suficientes recursos operativos, lo que no siempre sucede: "generalmente se hacen evaluaciones por técnico [...] esas evaluaciones son hechas por personas que no tienen experiencia a nivel de campo, ellos evalúan documentos, no evalúan el impacto, los resultados". Asimismo, también se menciona como problema la falta de lineamientos institucionales estables dentro de la DEAg, mayormente a causa del constante cambio de autoridades: "no hay una estrategia direccionada bien dirigida, es resultado de los continuos cambios de directores, de directrices". Finalmente, el último problema dentro de este grupo refiere a la existencia de manejos arbitrarios y politizados por parte de las autoridades de turno, contratando personal o favoreciendo a unas personas más que a otras por su filiación política o por su relación personal: "yo creo que la mayoría de las instituciones del Estado es [...] un lugar en donde los políticos le mete a su gente, cobra su sueldito". Así, se genera un clima inequitativo en el cual no son los méritos sino otros factores los que llevan a dar promociones y beneficios.

2.2.2. La mirada del extensionista sobre el pequeño productor

A partir de su experiencia y trabajo cotidiano, los extensionistas van generando una serie de ideas, representaciones e imágenes del sentido común sobre los pequeños productores, las cuales guían su modo de hacer extensión y de vincularse con ellos. Como se mencionó, numerosos extensionistas describen a los productores como personas con disposiciones asistencialistas (incluso oportunistas), las cuales los llevan a buscar "ayudas" de manera insistente, esperando que las soluciones a sus problemas vengan "de arriba" y no de ellos mismos. Por otra parte, todos los extensionistas que mencionan el tema se sienten preocupados por la baja adopción de tecnologías por parte de los productores campesinos, situación que explican mencionando su "resistencia" a los planteos técnicos o a partir de la existencia de una cultura tradicional fuertemente arraigada. Como dice una entrevistada, el trabajo de extensión "es como predicar en el desierto". Así, varios extensionistas llegan a pensar que las conductas del pequeño productor carecen de sentido, lo que les hace difícil trabajar con ellos. Como sostiene un extensionista, evidenciando su percepción de sinsentido: "es increíble cómo no hay adopción, un porcentaje muy bajo". Dentro de este panorama, donde se habla de pequeños productores con actitudes asistencialistas que no se comprometen con los proyectos y que no se apropian de las tecnologías por lo arraigado de su cultura tradicional, no parece existir otra alternativa que pensar la extensión en su formato tradicional, es decir, como un cambio de mentalidad del productor. Al decir de un entrevistado: "se necesita un cambio de mentalidad por parte de los productores". Así, estas percepciones generan un contexto en el cual la propuesta de diálogo de saberes, propia de la extensión dialógica, tiende a percibirse como carente de sentido.

2.2.3. Propuestas y estrategias de los extensionistas para superar sus problemas

A continuación se presentan una serie de propuestas hechas por los extensionistas tanto para mejorar su situación como para potenciar el impacto de su trabajo. En términos generales, tales propuestas solo aparecen en algunas de las entrevistas. No obstante, se las considera importantes en tanto surgen de la experiencia de los propios interesados, pudiendo ser relevantes a la hora de pensar alternativas de cambio. En primer lugar, frente a la falta de incentivos dentro de la DEAg, algunos entrevistados mencionan la necesidad de un sistema justo de evaluación que premie y castigue según los logros, lo que debería articularse con el establecimiento de objetivos por resultados y no de indicadores de actividad como capacitaciones brindadas: "hace falta también que se le evalúe a los técnicos y que se estimule a los que realmente tienen resultados, que haya diferencias [...] evaluación por resultados sería importante".

Por su parte, como respuesta a problemas vinculados con la falta de compromiso y de adopción de tecnologías por parte de los productores, algunos extensionistas proponen fortalecer la participación de los beneficiarios. Es decir, recomiendan que las planificaciones y los planes de trabajo que involucran a los productores sean construidos de manera conjunta y participativa, lo que ayudaría a sortear los problemas de los proyectos diseñados desde arriba que no se adecuan a los intereses y a la realidad de los productores: "yo conozco muchos proyectos del ministerio que [...] no están acordes con la realidad campesina [...] ese plan de trabajo tiene que ser de la base, las necesidades tienen que surgir de la base, hacer un plan participativo". Asimismo, para aumentar el compromiso y maximizar la adopción, también se ha planteado esporádicamente realizar parcelas demostrativas y hacer énfasis en la demostración de métodos; tener un buen vínculo con el productor; dar mayor seguimiento; y partir de la visita a la finca y de los problemas que tienen allí los productores.

En torno a los problemas relacionados con el funcionamiento de las organizaciones de productores se ha considerado prioritario generar iniciativas tendentes a fortalecer los comités, lo que incluye: que el Ministerio de Agricultura y Ganadería cuente con expertos en el tema; que los subsidios que se entreguen a los grupos no se resuelvan en una sola entrega, para mantener el interés, y que se apunte a organizaciones más grandes con capacidad de acceder a los mercados. Finalmente, en cuanto a la relación con los productores, destacan la necesidad de que el extensionista tenga la capacidad de ganarse la confianza de la gente para que ellos se abran y así sea posible dialogar sobre sus problemas. En este sentido, el extensionista tiene que tener la capacidad para generar un buen vínculo, donde el productor sea un socio, un amigo: "el extensionista tiene que trabajar bien la parte de las relaciones humanas [...] Si uno maneja bien la parte de relacionamiento, entonces gana confianza de parte de los productores, a partir de ahí los productores empiezan a abrirse, [a] comentar los problemas reales que tienen y ahí tienen que salir [...] las soluciones planteadas".

2.3. El punto de vista de referentes institucionales y especialistas

2.3.1. Los problemas de los extensionistas y del sistema de extensión

Cuando se consultó por las dificultades en el trabajo de extensión en Paraguay, particularmente en el contexto de la DEAg, la mayoría de los entrevistados señaló que uno de los más importantes era la falta de formación y actualización de los extensionistas. En sus palabras: "hay una debilidad formativa grande, un ingeniero agrónomo [...] su nivel de formación de promedio es bajo", además la DEAg "no tiene su propio plan de capacitación". Conectado íntimamente con lo anterior, la mayor parte de los entrevistados señala problemas y limitaciones a nivel de metodologías de extensión: "algunos [...] [extensionistas] son hábiles solo para informar", "no se los forma en el arte de la enseñanza de adultos", "hay muchos que llegan con la nariz alta ante el productor, no llega a interpretar su rol, que él es un agente de cambio". Es decir, se señala como problema la implementación de un modelo tradicional transferencista de extensión. Asimismo, la mayoría de los entrevistados también señala como uno de los problemas más importantes la falta de motivación, compromiso, dinamismo e interés de parte de los extensionistas. Algunos los describen como "planilleros" o como "funcionarios de cumplimiento horario", lo que parece sostenerse en contextos laborales que frustran y desmotivan, particularmente lo que tiene que ver con la falta de reconocimiento de los logros y los méritos a nivel de la institución: "tampoco se estimulan los méritos, puede ser un inútil y ser un gerente de un CDA".

También aparece otra serie de problemas mencionados por los entrevistados, sin ser tan mencionados como los anteriores. Esto incluye la referencia a un alto grado de politización de la DEAg, particularmente a la hora de tomar personal y definir cargos directivos, lo que se vincula con la falta de lineamientos y guías gubernamentales estables para la realización de las tareas de extensión, situación evidenciada por la alta rotación de los directores de la DEAg, los cuales en la mayoría de los casos no llegan a permanecer un año en el cargo. Asimismo, se mencionan cuestiones como posicionamientos asistencialistas de parte de los productores, falta de interés intrínseco de los beneficiarios en los procesos asociativos, escasa participación y compromiso con los grupos de productores que crea la institución, fuga de buenos profesionales que no encuentran en la institución oportunidades, escasa apropiación de tecnologías por parte de los productores, y escaso seguimiento real a los extensionistas.

En cuanto a las similitudes con la mirada de los extensionistas, se observan varios problemas mencionados por ambos actores, como la politización de la institución, la falta de directrices institucionales estables, el posicionamiento asistencialista del productor, la falta de recursos del MAG, los problemas en la organización de productores y la falta de adopción de tecnologías. No obstante, también se reconocen importantes diferencias de énfasis, ya que la mayoría de los extensionistas destacan con una importancia máxima cuestiones como la falta de recursos, la escasa adopción de tecnologías, el posicionamiento pasivo de los productores y las dificultades en el manejo de las organizaciones; mientras que los referentes y especialistas consultados, si bien mencionan estos problemas, no los consideran como fundamentales. En contrapartida, estos destacan dos cuestiones: la falta de formación, capacitación y actualización de los técnicos, y las limitaciones en las estrategias metodológicas y pedagógicas implementadas, es decir, en los modelos de extensión utilizados.

2.3.2. El modelo de extensión y de extensionista deseado

En las entrevistas realizadas con referentes y especialistas surgen diferentes ideas para delinear un modo de hacer extensión alternativo. Cada una de las ideas que siguen aparece en una o unas pocas entrevistas. Por esto no debe considerárselas mayoritarias, pero sí como alternativas relevantes para ser tomadas en cuenta. Según diferentes entrevistados, un buen técnico debe ser consecuente con su propia palabra y hacer lo que dice, debe ser proactivo, saber trabajar en equipos interdisciplinarios, ser capaz de sobreponerse a la adversidad, saber enfrentar las frustraciones y tener autoestima. Como dice uno de los entrevistados: "las personas que están en el campo del desarrollo [tienen que] desarrollar capacidades nuevas, como por ejemplo combatir las frustraciones, ser proactivo, trabajar en equipo". Además, el extensionista debe ser un orientador y un facilitador, su tarea no es hacer las cosas en lugar de los productores ni ponerse en el rol de autoridad o de quien manda. Asimismo, no debe dar recetas sino participar junto con los campesinos y enseñar y aprender haciendo, incluso él mismo, ya que "no se consigue el cambio porque una persona está haciendo una exposición magistral", las personas "deben de escucharse, pasar por un proceso de acercamiento y conversación profunda con el grupo meta". Igualmente, debe ser gestor y tener capacidad para administrar recursos, generando articulaciones interactorales.

El aspecto fundamental que se repite en prácticamente todas las entrevistas es la necesidad de poner el foco en el vínculo entre el técnico y el productor. Hay quien propone recuperar la escuela freireana, que sostiene que hay que convertir al productor en un amigo, o quien dice que el eje es aprender el arte de la educación de adultos. En cualquier caso, la atención queda ubicada en la construcción de un tipo particular de relación interpersonal apoyada en el diálogo y la horizontalidad. Se trata de participar en los grupos con el productor, ser uno más y construir una propuesta con la gente y no para la gente. En el fondo, la idea es "ponerse al lado de las personas". Así, desde esta perspectiva, el modelo de extensión transferencista tradicional se rompe, apareciendo la necesidad de construir uno nuevo, en el cual se reconstruyan las relaciones entre técnicos y productores, quedando en el foco no la dimensión técnica del trabajo de extensión sino las cuestiones vinculares y metodológicas.

3. Discusión

3.1. Análisis de problemas

Siguiendo la propuesta de Robirosa, Cardarelli y Lapalma (1990), a continuación se construye un listado de problemas a fin de sintetizar aquellos identificados por los distintos actores. Los elementos que conforman el listado fueron extraídos de los resultados previamente indicados, incorporándose dos que han sido inferidos por el investigador a partir de ellos. A continuación, se presenta el listado propuesto organizado por áreas. Se aclara que, a los fines de sintetizar la información generada, no se enumeran todos los problemas sino aquellos que han sido mencionados con mayor frecuencia. Se incluye una columna para indicar qué actor(es) ha(n) mencionado los problemas listados: PP = pequeños productores; Ex = extensionistas; RI = referentes institucionales; I = autor de la investigación.

Los problemas emergentes refieren a aquellos que son el resultado de una dinámica social compleja que incluye dimensiones sociales, económicas, ambientales, institucionales y políticas, y sobre los cuales las intervenciones para el desarrollo buscan incidir en último término: la pobreza, la baja productividad, la degradación ambiental y los problemas de comercialización. Por su parte, los problemas político-institucionales incluyen a todos aquellos que enmarcan institucionalmente las tareas de extensión rural en el contexto de la DEAg y limitan el impacto de sus acciones. De estos problemas derivan aquellos que refieren al impacto de las condiciones político-institucionales en las capacidades y el posicionamiento de los extensionistas, y en la organización interna de la institución, como la capacitación insuficiente o la desmotivación de los extensionistas.

En paralelo, se observa un conjunto de problemas referidos a dinámicas de carácter psicosocial que impactan en el vínculo entre productores y extensionistas, los que incluyen la dificultad para el diálogo entre técnicos y beneficiarios, actitudes pasivas de los productores y cristalización de la representación que los extensionistas tienen de los productores como pasivos y resistentes al cambio. Por su parte, de las condiciones político-institucionales que enmarcan al trabajo de extensión, y de los problemas referidos a dinámicas psicosociales, se derivan los problemas focales de la problemática de extensión en el departamento de Caazapá. Estos incluyen escasa adopción de tecnologías, falta de participación de los productores y dificultades para la creación y consolidación de organizaciones de productores, lo que se articula con la implementación de un modelo de extensión transferencista, y proyectos y acciones de extensión que no incorporan realmente la participación de los productores.

En resumen, se observa la existencia de un conjunto de problemas emergentes de un sistema económico sobre los que se busca actuar a través de estrategias de extensión rural, pero cuyo impacto se ve limitado por un entramado problemático complejo que incluye factores de orden político, institucional, económico y psicosocial. Las alternativas para intervenir sobre la situación descrita son múltiples, lo que se observa en las propuestas que se derivan de las palabras de los productores, los extensionistas y los expertos y referentes institucionales entrevistados. No obstante, la propuesta de reorganizar el modo de hacer extensión rural y de relacionarse con los productores es la única área destacada por su importancia por los diferentes actores, existiendo a este nivel importantes coincidencias entre ellos.

Si bien al leer el listado no jerárquico de problemas puede no percibirse el lugar nodal en que se ubica la implementación de un modelo fundamentalmente transferencista de extensión rural, una reflexión atenta permite reconocerlo. En efecto, como se ha desarrollado en la introducción, el modo de hacer extensión condiciona el impacto de las intervenciones. En este caso, los extensionistas señalan problemas como la falta de adopción de tecnologías, la falta de participación de los productores y las dificultades para generar y consolidar grupos de productores, problemas que se encuentran articulados con modos de hacer extensión que no toman en cuenta la perspectiva de los productores en su diseño e implementación (Landini, Murtagh y Lacanna, 2009). Indirectamente, el limitado impacto de las tareas de extensión que se deriva de la implementación de dicho modelo hace que estas intervenciones no influyan como se espera sobre problemáticas (denominadas "emergentes" en el listado) como la pobreza, la baja productividad y la degradación de los recursos naturales. Así, es indudable que focalizarse en los modelos de extensión que se implementan y en los factores institucionales que facilitan su reproducción y limitan sus posibilidades de transformación resulta particularmente relevante. En esta línea, a continuación se analizan las coincidencias de los entrevistados en torno a un modelo de extensión rural alternativo que proponen en lugar del tradicional.

3.2. Hacia un modelo de extensión alternativo

En primer lugar, los pequeños productores poseen dos expectativas fundamentales respecto de los extensionistas: recibir capacitaciones/asesoramiento y asistencia material. Respecto de la actitud asistencialista de los productores, esto ha sido mencionado como un problema tanto por técnicos como por referentes institucionales. No obstante, la otra línea, referida a la capacitación y el asesoramiento, presenta más potencialidad. Los productores reclaman una asistencia técnica práctica, que parta de su predio, es decir, de sus problemas y necesidades sentidas, reemplazándose así formas de planificación vertical que imponen modalidades e intereses a los productores. A esto se agrega la expectativa de que la capacitación sea práctica y activa, reconociéndose el valor de que los extensionistas muestren haciendo ellos mismos lo que enseñan. Finalmente, también se reclama un diálogo más igualitario entre ambos actores, donde se reconozca la perspectiva del productor.

Por su parte, los extensionistas destacan la necesidad de implementar metodologías de carácter participativo, tanto para adaptar las propuestas a las necesidades de los beneficiarios como para maximizar su compromiso e implicación. Asimismo, también señalan la importancia de generar buenos vínculos con los productores, como condición necesaria para acompañar verdaderos procesos de cambio. Finalmente, los referentes institucionales también ponen su atención en la cuestión metodológica, destacándola como un eje fundamental del trabajo de extensión. Ellos señalan que el extensionista debe adoptar un rol de facilitador, no de autoridad, teniendo que posicionarse a la par (y no más arriba) de los miembros del grupo, con el fin de generar vínculos horizontales y de diálogo con los beneficiarios. Asimismo, también abogan por formas más activas de formación del pequeño productor, donde el "enseñar haciendo" ocupe un rol fundamental.

Visto lo anterior, se observa con claridad un interés y unas expectativas compartidas en torno a la dimensión metodológica y vincular. En efecto, se observa acuerdo (expresado en cada caso según la perspectiva de cada uno de los actores) en la necesidad de implementar un modo distinto de hacer extensión rural, apoyado en estrategias participativas orientadas a responder a las necesidades sentidas de los productores, en vínculos interpersonales horizontales y abiertos, y en una enseñanza más concreta, práctica y activa.

Conclusiones

El presente trabajo se propuso describir los problemas a los que se enfrentan la extensión rural y los pequeños productores en el departamento de Caazapá (Paraguay) desde el punto de vista de productores, extensionistas, expertos y referentes institucionales, buscando identificar propuestas para el cambio desde los mismos actores. Los problemas identificados dieron lugar a la construcción de un listado según áreas temáticas, destacándose problemas relacionados con procesos específicos vinculados con la dinámica de extensión rural y con el contexto político-institucional en que se desarrollan las acciones de extensión.

En cuanto a las propuestas, se identificó como fundamental la alternativa de reorganizar el modelo de extensión con orientación transferencista que actualmente se está implementando, por uno con una dinámica más horizontal, práctica y participativa. No obstante, queda claro que un modelo de extensión rural actualizado debería ir más allá de reconfigurar el vínculo con los productores (algo que sin dudas es fundamental), para también facilitar procesos de articulación interinstitucional que incluyan a gobiernos locales, agentes del mercado, instituciones educativas y de investigación, entre otras (Leeuwis, 2004). En efecto, las tareas de la extensión rural en el mundo moderno son complejas y deben tomar en cuenta la multidimensionalidad y complejidad de los procesos de innovación (Klerkx, Aarts y Leeuwis, 2010). No obstante, queda claro que la propuesta de un modelo de extensión rural alternativo surgida de los mismos actores constituye una opción de gran interés para abordar muchos de los problemas de la extensión rural paraguaya aquí identificados.


Pie de página

1MAG. Recuperado el 20 de junio de 2012 de www.mag.gov.py/index-deag.php?pag=deag-sp.html


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