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Cuadernos de Desarrollo Rural

Print version ISSN 0122-1450

Cuad. Desarro. Rural vol.10 no.71 Bogotá June/Dec. 2013

 

El contratismo de servicios de maquinaria en la producción agropecuaria de Pampa Argentina*

Biased Contracting in Machinery Services in Agricultural Production in the Argentinean Pampas

L'embauche de services de machinerie dans la production agricole de la Pampa argentine

Mabel García**
Patricia Lombardo***

*Es artículo es parte del proyecto de investigación denominado Cambio tecnológico y producción. Un análisis de la figura del contratista como agente articulador, financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires. Programación científica 2011-2014. En este artículo se consideran integrantes de la región pampeana a las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe, lo que coincide con la regionalización adoptada por los censos nacionales agropecuarios.
**Ingeniera Agrónoma, Master Science en Ingeniería Ambiental (Universidad Tecnológica Nacional). Docente e investigadora Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Dirección: San Martín 4453 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Correo electrónico: mabelg@agro.uba.ar.
***Ingeniera Agrónoma. Doctora de la Universidad de Buenos Aires con mención en el área de Educación. Docente e investigadora Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Dirección: San Martín 4453 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Correo electrónico: patricia@agro.uba.ar

Recibido: 2012-08-10 Aceptado: 2012-08-15 Evaluado: 2013-02-21 Publicado: 2013-06-30


Cómo citar este artículo

García, M., y lombardo, P. (2013). El contratismo de servicios de maquinaria en la producción agropecuaria de la pampa argentina. Cuadernos de Desarrollo Rural, 10(71), 125-144.


Resumen

El contratismo de servicios de maquinaria ha desempeñado históricamente un rol significativo en el proceso de expansión e intensificación de la actividad agrícola en la región pampeana. El objetivo de este artículo es analizar la evolución del contratismo de servicios de maquinaria en el período 1988 y 2002, así como sus principales características. Para la consecución de este objetivo se han utilizado reprocesamientos especiales de los Censos Nacionales Agropecuarios (CNA, 1988 y 2002), para cuantificar algunas variables que permitan profundizar sobre su evolución y caracterización. Los principales resultados obtenidos dan cuenta de la heterogeneidad del contratismo tanto entre provincias que forman la región como entre deciles de superficie agropecuaria de las explotaciones.

Palabras clave: Prestación de servicios de maquinaria, cambios en la fuerza de trabajo, concentración de la producción.

Palabras clave descriptores: Producción agropecuaria, mano de obra, gastos de personal, producción agropecuaria, maquinaria agrícola, Pampas (Argentina).


Abstract

Biased contracting in machinery services have had an important historical role in the process of expansion and intensification of agricultural activity in the Pampas region. The purpose of the present paper is to analyse the evolution of biased contracting in machinery services during the period 1988-2002, as well as its main characteristics. With this scope special reprocessing of the National Agricultural Censuses (CA 1998 and 2002) were used in order to quantify some variables that allow us to further understand their evolution and characterisation. Results mainly show the heterogeneous nature of biased contracting both between provinces of the region and between deciles of agricultural area in the worked land

Keywords author: Provision of equipment, changes in the labor force, concentration of production.

Keywords plus: Agricultural production, manpower, labor costs, farm equipment, agricultural machinery, Pampas (Argentina)


Résumé

L'embauche de services de machinerie a rempli historiquement un rôle significatif dans le processus d'expansion et d'intensification de l'activité agricole dans la région de la Pampa. Le but de cet article est celui d'analyser l'évolution de l'embauche de services de machinerie dans la période de 1988-2002, ainsi que leurs principales caractéristiques. Pour atteindre ce but, des retraitements spéciaux des Recensements Nationales Agricoles (CNA, 1988 y 2002) ont été réalisés, pour quantifier quelques variables qui permettent approfondir sur son évolution et sa caractérisation. Les principaux résultats obtenus rendent compte de l'hétérogénéité de l'embauche entre provinces qui conforment la région et aussi entre les déciles de superficie agricole des exploitations.

Mots-clés auteur: Fourniture de matériel, changements dans la population active, concentration de la production.

Mots-clés descripteur: Production agricole, main-d'œuvre, frais de personnel, production agricole, machines agricoles, Pampa (Argentine)


Introducción

El contratismo constituye una modalidad de trabajo que acompaña el desarrollo de la agricultura cerealera extensiva pampeana desde sus inicios, principalmente por medio de los "contratistas de trilla" (Pucciarelli, 1997)1. Es así, que el surgimiento del contratista como actor social agrario es una consecuencia del proceso de expansión agrícola. Según Tort (1983), la difusión de este actor está relacionada con la intensificación de la agricultura y del proceso de mecanización, y su importancia incrementa con la generalización de niveles tecnológicos más avanzados.

Bajo la denominación de contratistas se incluyen, por un lado, aquellos denominados "contratistas de servicios" que brindan servicios a terceros de laboreo, siembra, protección de cultivos y cosecha, que reciben en pago dinero y/o especies; por otro lado, existen también "contratistas de producción o tanteros" que son aquellos que toman a porcentaje campos de terceros mediante la celebración, en forma oral o escrita, de contratos por una o más cosechas, y asumen todos los riesgos de la actividad.

El contratista de servicios es una figura de antigua data en la región pampeana y, a partir del proceso de sobremecanización, es considerado como la bisagra entre el viejo arrendatario y el contratista accidental (Retamoza, 2001). En cambio, el de producción es un sujeto surgido en el marco del proceso de agriculturización "quien reconociéndose poseedor de un factor cada vez más relevante como es el capital, fue promoviendo una organización productiva flexible y ágil que lo afianzó en el sistema agrícola regional" (Preda, 2000).

A partir de la década de los años setenta, se produjeron tanto una fuerte expansión de la producción de granos como grandes cambios en las formas de producir, con una mecanización absoluta de las tareas, gran uso de agroquímicos y fertilizantes así como también prácticas culturales que exigían un manejo refinado de la producción. En cada una de estas transformaciones fue necesaria la presencia de un actor especializado, informado y con capacidad financiera. El proceso de expansión y apuntalamiento logrado por los contratistas, representa el reverso de los problemas acarreados por cuestiones referidas a formas de distribución y acceso a la tierra que mostró el sector agropecuario.

Un análisis de los datos de los Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002 ha demostrado que en todas las provincias de la región pampeana, en el periodo intercensal, la cantidad de residentes y trabajadores permanentes por unidad de superficie agropecuaria ha disminuido en todos los deciles. Las explotaciones de mayor tamaño, si bien no incrementaron la demanda de trabajadores permanentes, aumentaron la producción y mantuvieron su participación en la superficie agropecuaria provincial. Es razonable suponer que esta disminución intercensal de trabajadores permanentes tiene como contracara el aumento en la tercerización de las labores agrícolas, tanto en las grandes como en las pequeñas unidades (García, Pescio y Fiadone, 2010).

Uno de los hechos más destacados en la agricultura argentina en las últimas dos décadas ha sido la difusión de los sistemas de labranza conservacionistas, entre los cuales se halla el sistema de siembra directa, que experimentó un crecimiento progresivo y revolucionó la actividad agrícola en la región pampeana. Mientras que entre 1988 y 1989 solo era utilizado este sistema en 3% de la superficie sembrada, a finales de los años noventa alcanzó aproximadamente 30% (Sonnet, 2000). Si bien la siembra directa implica una menor cantidad de trabajo por hectárea, los productores agropecuarios enfrentan dificultades para la adopción de este tipo de maquinaria. Esto responde a la magnitud del capital a invertir y su costo de oportunidad. En este sentido, el contratista ha desempeñado un rol significativo.

Garbers (2009) reconoce que la provisión de servicios agrícolas se lleva a cabo con equipamiento de última generación y con gran capacidad operativa. Según Murphy (2000), lo anterior es el basamento de una agricultura de avanzada, tal como sucede en otros países del mundo. A partir de la década de los noventa, con el surgimiento de lospooles de siembra —que siembran grandes superficies y que prefieren, mayoritariamente, alquilar el servicio de máquinas antes que tener equipos propios— se abrió para los contratistas una significativa posibilidad de crecimiento. En un escenario donde se toman más tierras para producir y se expande la frontera agrícola, se han convertido en importantes protagonistas en el negocio agrícola. En este contexto, muchos de ellos han decidido arrendar tierras para producir, proceso liderado, a su vez, por medianos productores que antes se habían convertido en contratistas (Beltrán, 2007).

Este trabajo, que se enmarca en un proyecto de investigación de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, tiene como objetivo analizar la evolución del contratismo de servicios de maquinaria, en el período 1988 y 2002, así como sus principales características.

1. Materiales y métodos

Para la consecución del objetivo planteado se han utilizado reprocesamientos especiales de los Censos Nacionales Agropecuarios (CNA, 1988 y 2002) con el fin de cuantificar algunas variables que permitan dar cuenta de la evolución del contratismo de servicios de maquinaria y de sus principales características.

A partir de la información censal, se caracterizaron los servicios de maquinaria contratados y prestados en cada provincia pampeana. Para ambos censos y en cada una de las provincias se ordenaron las explotaciones agropecuarias (EAP) en forma creciente según su tamaño, y según este orden se definieron los deciles, cada uno de los cuales agrupa 10% de las explotaciones. De este modo, se conformaron diez deciles: el décimo agrupa 10% de las EAP con mayor superficie, y el primero 10% de las EAP de menor superficie.

Para analizar la incidencia que tienen los servicios de maquinaria en la producción, se elaboró un cociente entre la superficie contratada total y la superficie implantada total. Este indicador muestra la participación que tienen los servicios de maquinaria contratados en el total de las labores. Este puede resultar mayor a uno en los casos en que se contratan varias labores para la misma superficie implantada. Con la finalidad de estudiar si esta incidencia varía según el tamaño de la EAP, se calculó este indicador para cada decil de superficie.

La información censal de 2002 permite discriminar —con base en la superficie contratada — los sujetos sociales que brindan servicios de maquinaria (otros productores agropecuarios, empresas de servicios, organismos públicos). Por tanto, para los deciles definidos en el CNA 2002 se analizó la superficie contratada por los productores pampeanos según el sujeto social, y también la superficie a la cual estos prestaron servicios. Por último, es importante señalar que los censos agropecuarios relevan de manera parcial la actividad de los contratistas ya que solo consideran aquellos que, a su vez, son productores agropecuarios.

2. Resultados y discusión

2.1. Cambios intercensales en la prestación de servicios de maquinarias

A partir del análisis de los datos censales de 1988 y 2002, por decil de superficie agropecuaria (cuadro número 1), se observa un aumento de tamaño por EAP y, en consecuencia, un proceso de concentración de la producción en la región pampeana. En esta región la cantidad de explotaciones agropecuarias ha disminuido ininterrumpidamente desde 1960. Los resultados de las variaciones intercensales de la superficie de corte de cada decil, mayor en 2002 en todas las provincias, indica un proceso de concentración de la superficie bajo explotación agropecuaria.

Según los datos correspondientes a los CNA de 1988 y 2002, la superficie implantada con oleaginosas en la región pampeana pasó de 6.331.614 ha a 11.191.063 ha, lo que implica un incremento de 77 %, liderado por el cultivo de soja.

El incremento de la superficie implantada con soja muestra diferencias según las provincias (147% en Buenos Aires, 149% en Córdoba, 2253% en Entre Ríos, 65% en Santa Fe y 435% en La Pampa). El análisis de la distribución de la superficie implantada con este cultivo según decil (cuadro número 2), muestra que los mayores incrementos se dieron en el 10° decil, esto es, que concentra su producción en las explotaciones de mayor tamaño.

Con respecto a las EAP que contratan servicios de maquinaria, en la región pampeana, se registra un incremento de 89% de la superficie trabajada. Este incremento no ha sido de la misma magnitud en todas las provincias: el más alto fue en Entre Ríos (369%) y el más bajo en La Pampa (29%) (cuadro número 3).

En lo que se refiere a la distribución por decil, puesto que en Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos la contratación de servicios de maquinarias está concentrada en el decil 10Q, en las provincias restantes no ocurre lo mismo y se evidencia una mayor dispersión entre deciles. En 1988, la participación conjunta de los deciles i, 2 y 3 no superaba 10% en ninguna provincia, incluso disminuyó aún más en 2002 (cuadro número 4).

Garbers (2009) sostiene que la figura del contratista es cada vez más requerida por empresas que no cuentan con maquinaria debido a la gran extensión, a la diversidad de tierras que trabajan y a las distancias existentes entre estas. Entre las campañas 2001-2002 y 2004-2005, la superficie trabajada por contratistas, solo para la provincia de Buenos Aires, aumentó así: 9% para siembra convencional, 112% para siembra directa y 38% para la cosecha de granos (Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires, 2007).

En el cuadro número 5 se presentan los datos correspondientes a la superficie trabajada con servicios de maquinaria prestados por productores agropecuarios ("prestadores productores"). Para la totalidad de la región, se registra un aumento de 87% de la superficie trabajada por estos contratistas, con algunas diferencias según las provincias. Mientras que la provincia de Buenos Aires es la que presenta el menor crecimiento (6%), el mayor aumento se verifica en Entre Ríos (426%).

A partir del análisis de los datos de variación intercensal presentados en los cuadros 3 y 5, se puede inferir que las EAP de la provincia de Buenos Aires contratan, principalmente, servicios de maquinaria a "contratistas puros" (que no son productores) para alcanzar 45% de incremento verificado. En cambio, estos datos podrían estar indicando que la estrategia utilizada para la expansión de la frontera agrícola en Entre Ríos fue la contratación de servicios de maquinaria principalmente a prestadores productores. Córdoba, La Pampa y Santa Fe se enmarcan también en este último proceso, aunque con variaciones porcentuales de menor magnitud.

La evolución de superficie trabajada con servicios de maquinaria prestados por productores, con base en deciles (cuadro número 6), muestra que en todas las provincias los deciles 1 y 2 presentan la menor participación. Sin embargo, se debe considerar que en algunas de ellas su participación ha incrementado, como en Buenos Aires y Santa Fe; que en otras ha disminuido, como en Entre Ríos y La Pampa; mientras que en Córdoba prácticamente no ha variado. Tanto para 1988 como para 2002, la mayor participación se concentra en los deciles 8, 9 y 10, con excepción de La Pampa, que se concentra en los deciles 6 y 7. Esta participación disminuyó en Buenos Aires, se mantuvo en Córdoba y aumentó en el resto de las provincias. La provincia de Santa Fe se diferencia del resto por la participación más homogénea en los distintos deciles. En síntesis, se observa que son aquellas explotaciones agropecuarias de mayor superficie las que tienen una participación primordial en la prestación de servicios de maquinarias.

Con la intención de indagar acerca de las características del trabajo involucrado en el incremento de la superficie implantada, se calculó un cociente entre la superficie trabajada con servicios de maquinaria y el total de superficie implantada, por decil, para todas las provincias y para ambos censos (cuadro número 7). Este indicador es mayor a 1 en los deciles donde se realizan varias labores contratadas en la misma superficie implantada, por ejemplo, la misma EAP puede contratar primero la siembra de soja y luego la cosecha del grano.

Por tanto, los mayores indicadores están señalando las provincias y los deciles donde más se ha incrementado la participación de la contratación de maquinaria en el total de las labores necesarias para la producción. En general, los cocientes obtenidos son mayores para el año 2002, lo cual implicaría que una proporción cada vez mayor de las labores realizadas se llevan a cabo con servicios de maquinaria contratados. Los mayores incrementos se observan en Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe.

2.2. Análisis de los prestadores de servicios agropecuarios a partir de datos del CNA 2002

Al analizar la superficie total contratada en la región pampeana en 2002 se observan diferencias en los actores principales que prestan servicios al interior de las provincias. Si se centra la atención en la superficie de servicios de maquinaria prestados por productores agropecuarios y declarados por estos, se puede observar que solo 20% del total de la superficie contratada es trabajada por prestadores productores y el resto por empresas de servicios de maquinaria y organismos públicos (cuadro número 8).

Si el análisis de los datos censales se realiza desde el total de la superficie contratada por las EAP, estos porcentajes se modifican. De esta forma la participación de los prestadores productores es mucho mayor que lo declarado por estos en los formularios censales. Esto podría deberse a una subdeclaración de la cantidad de hectáreas de servicios prestados o a la falta de declaración de algunos productores prestadores de su segunda actividad (cuadro número 9).

Según Garbers (2009), el "uso multiempresa de la maquinaria" es un concepto que los analistas europeos de la evolución de la empresa agromecánica comenzaron a utilizar a principios de la década de los noventa, con el fin de abarcar todas las formas de utilización de la maquinaria, que permitían llegar a altos niveles de uso anual mediante la ejecución de labores en lotes propios y de terceros.

Este mismo autor remarca que la concertación de acuerdos entre productores o pooles y contratistas, que constituyen alianzas estratégicas, es una modalidad cuya tendencia es creciente. En esos acuerdos, los dueños de campo aportan la tierra, los contratistas las máquinas y los pooles el know-how y el monitoreo de la cosecha de los cultivos. Este nuevo modelo de negocio asigna a cada rubro un porcentaje del resultado total obtenido.

Bertolasi (2004) afirma que mediante su relación con productores de mayor escala, un considerable número de contratistas han podido utilizar valiosas oportunidades de crecimiento. Entre ellas se menciona la existencia de pooles de siembra, que han desarrollado acuerdos con contratistas al aportar, en algunos

casos, el capital para la adquisición de maquinaria2, y dejan a cargo del contratista los gastos operativos. El cuadro número 10 muestra la vinculación entre las EAP, según deciles, y cada tipo de prestador. Se observa que las empresas de servicios se vinculan más con los grandes productores, mientras que los productores prestadores de servicios con las EAP más pequeñas.

La distribución porcentual de la superficie contratada (cuadro número 11), según labores realizadas, muestra diferencias para cada provincia debido a sus características productivas específicas. En Buenos Aires y Córdoba se observan participaciones similares en las labores de mantenimiento de cultivos y en cosecha de granos. Entre Ríos y Santa Fe presentan el mayor porcentaje de contratación de servicios de maquinaria en el mantenimiento de cultivos; en cambio en La Pampa se contrata en mayor proporción la cosecha de granos.

La participación de los productores prestadores en el total de superficie contratada, por labor y por provincia, es muy variable (cuadro número 12). En Buenos Aires, Entre Ríos y La Pampa se destaca su participación en la preparación de reservas forrajeras, ya que realizan estas labores en 32%, 49% y 34%, respectivamente, del total contratado en cada provincia para esa actividad. En Córdoba, trabajan 26% de la superficie contratada en labores de roturación y siembra; en La Pampa, 43% del mantenimiento de cultivos; y en Santa Fe 35% de la cosecha de granos contratada.

Si se vinculan estos datos con los del cuadro anterior (número 11), se puede observar que la mayor participación de los productores prestadores no coincide con aquellas labores contratadas más frecuentemente en las distintas provincias. Esto podría indicar que estos prestadores ocupan espacios que dejan vacantes el resto de los contratistas y que implican menor inversión de capital en maquinaria.

1.3. Algunos aspectos sobre la fuerza de trabajo empleada en el sector

De Dios (2006) sostiene que los contratistas manifiestan como principal desafío el seguir invirtiendo en maquinaria de última generación, y como mayor dificultad el encontrar personal calificado para trabajar en el campo, pues ellos mismos capacitan, en muchos casos, a sus empleados3 (Rose, 2005).

Según datos del Relevamiento Provincial de Servicios Agropecuarios 2002 (RPSA) y de las sucesivas Encuestas Provinciales de Servicios Agropecuarios (2004, 2005 y 2006) realizadas en la provincia de Buenos Aires, la tendencia creciente en la superficie trabajada con servicios de maquinaria tiene su correlato con el aumento de los empleos generados. Es así que en el período considerado (2003-2006) estos aumentaron 12%, incremento que fue más significativo en la categoría empleados permanentes (30%) (cuadro número 13).

En todas las provincias, entre ambos censos, la cantidad de residentes y trabajadores permanentes por unidad de superficie agropecuaria ha disminuido en todos los deciles. Las EAP de mayor tamaño, aunque han aumentado la producción y mantenido su participación en la superficie agropecuaria provincial, no incrementaron la demanda de trabajadores permanentes en el período intercensal. Estos deciles son los que mayor participación tuvieron en la caída total de trabajadores permanentes debido a las extensiones que ocupan. La disminución intercensal de trabajadores permanentes observada tiene como contracara el aumento en la tercerización de las labores agrícolas, tanto en las grandes como en las pequeñas unidades. Todas las EAP pampeanas han seguido la estrategia de contratar menos jornadas en forma directa, y se observan significativos incrementos en la contratación de servicios de maquinaria en todos los deciles.

Por decil y para ambos censos, se determinaron los cocientes de trabajadores permanentes y de residentes por unidad de superficie agropecuaria y su variación intercensal (1988-2002), que se expresan por cada 1000 ha de superficie agropecuaria (cuadro número 14). Para todas las provincias, las mayores disminuciones por unidad de superficie agropecuaria —tanto de residentes como de trabajadores permanentes— suceden en los deciles más bajos. Esto confirmaría la salida de pequeños productores residentes y de trabajadores familiares permanentes en las EAP.

A partir de la información analizada se podría suponer que, dada la situación de mejores retribuciones en el ámbito de los contratistas y al conocimiento de las tareas inherentes a desarrollarse en las EAP, por parte de los trabajadores permanentes y quizás de algunos residentes, estos fueron incorporados en empresas de servicios.

Conclusiones

En la Argentina, durante el período intercensal analizado (1988-2002), el modelo económico ha estado orientado a fomentar competitividad y eficiencia económica al favorecer la concentración de los factores productivos. En este contexto, y con el objeto de incorporar tecnología para aumentar la productividad y la rentabilidad, la figura del contratista ha cobrado gran relevancia como forma de conexión entre el capital, la tierra y el trabajo.

De acuerdo con el dinamismo experimentado en el ámbito agropecuario, aquellos elementos asociados con infraestructura y servicios, entre ellos, los brindados por los contratistas de maquinarias, se han ido configurando como piezas claves dentro del desempeño global del sector.

El análisis presentado con respecto a la evolución del contratismo de servicios de maquinaria en la región pampeana, tiene como principal limitante la imposibilidad de acceder a la información relevada en el Censo Nacional Agropecuario de 2008, ya que hasta el momento los datos no han sido publicados debido a que no ha finalizado la etapa de consistencia.

En el período intercensal 1988-2002 se verifica un incremento significativo de la superficie trabajada con servicios de maquinaria en la región pampeana, que estaría sustentado en su capacidad para responder en forma ágil y flexible a las modificaciones tecnológicas y organizacionales.

La posibilidad de contratar servicios agropecuarios es uno de los factores influyentes en la concentración de la producción agrícola. Los productores de mayor envergadura contratan, principalmente, a empresas de servicios especializados mientras que los más pequeños recurren a los prestadores productores que contribuyen para que estas unidades productivas, con menor dotación de tierra y capital, puedan lograr elevar sus niveles de productividad y rentabilidad.

Se debe tener en cuenta que la estrategia de las empresas de servicios de maquinaria, al buscar su conveniencia económica y de gestión, privilegia la atención de aquellos productores de mayor escala y relega al resto de los productores (los de menor escala).

Como ya se mencionara, los censos agropecuarios relevan parcialmente la actividad de los contratistas ya que solo consideran aquellos que, a su vez, son productores agropecuarios. La superficie prestada por estos últimos se ha incrementado durante el período analizado, pero con diferencias según las provincias que constituyen la región.

Los motivos de este aumento pueden considerarse como diversos y no excluyentes. Por un lado, la información analizada permite observar que la mayor participación del contratismo de servicios de maquinaria, en su conjunto, se concentra en labores relacionadas con el mantenimiento de cultivos y con la cosecha de granos; pero cuando se analizan específicamente los prestadores productores su mayor participación se registra en aquellas labores donde la participación del resto es menor. Esto estaría indicando que estos se especializan en aquellas labores cuyo atractivo económico es menor para las empresas de servicios y que implican una menor inversión de capital. Por otro lado, la prestación de servicios constituye una fuente de ingresos extrapredial que puede alcanzar distinta trascendencia según los casos.

Otras causas posibles para entender este incremento y, en general, del contratismo de servicios de maquinaria pueden ser:

  • En el marco de un modelo económico encaminado a fomentar la competitividad a escala internacional y la eficiencia económica en el plano interno, la incorporación de tecnología es clave para alcanzar economías de escala donde el contratismo desempeña un papel primordial.
  • El modelo tecnológico implementado y difundido desde la década de los noventa, requiere de cierta dotación de maquinarias (pulverizadora, sembradora de siembra directa y cosechadora). Como bien sostiene De Nicola (2003), una cantidad importante de productores no dispone de la misma —ya sea por conveniencia económica o por no disponer del capital necesario para adquirirla — , situación que se compensa mediante una amplia oferta del servicio de pulverización, cosecha y siembra directa, con máquinas de gran capacidad y calidad de trabajo.
  • La aparición de los pooles de siembra, como forma de reestructuración del capital, que desarrollan una estrategia productiva basada en la contratación todas las labores necesarias para evitar, de este modo, la inmovilización de capital.

Pie de página

1A mediados del siglo XIX comienza la aparición de grandes máquinas trilladoras que implicaban un alto costo y que requerían una dotación importante de mano de obra calificada, lo cual las ponía fuera del alcance de los arrendatarios. El contratista de trilla se caracterizaba por ser un empresario - muchas veces también productor - que poseía la maquinaria, contrataba la mano de obra necesaria y cobraba a los productores una tarifa por el servicio prestado.
2El contratista va pagando la maquinaria con trabajo. Se estipula una cantidad de hectáreas de cosecha anuales y luego de un período preestablecido se queda con la propiedad de la herramienta de trabajo.
3Cabe destacar que en Canadá los cursos de capacitación para operarios y empresarios de maquinaria agrícola son dictados por los propios contratistas con más experiencia y trayectoria, ya que esas actividades no se desarrollan en ninguna universidad ni centro de desarrollo tecnológico ni claustro educativo.


Referencias

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