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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras

Print version ISSN 0122-2066

Anu.hist.reg.front. vol.16 no.1 Bucaramanga Jan./Dec. 2011

 


La Liga Comunista 23 de
Septiembre en Sinaloa.
Los restos de un
naufragio: 1974-1976

Sergio Arturo Sánchez Parra
Doctor en Ciencias Sociales
Profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa
Sinaloa (México)



Resumen

El presente artículo trata sobre algunas de las principales características que adoptó el denominado "periodo gris", etapa de la vida de la principal organización político militar de tipo urbano del México de los años setenta del siglo XX y la entidad federativa Sinaloa, ubicada en el noroeste del territorio nacional. Esta fase, se distinguió por la pérdida del "dirigente histórico" de la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S), el arribo a la conducción del grupo armado de un liderazgo caracterizado por el militarismo extremo, la búsqueda de la confrontación y la derrota político y militar frente al Estado y sus fuerzas de seguridad.

Destacamos en el documento tres rubros a nuestro parecer que delinean una etapa que trascendió los años aquí analizados, a) las escisiones internas que operaron al seno del grupo armado, entre quienes abandonaron por diversas circunstancias la lucha revolucionaria y los que decidieron continuarla tanto a nivel nacional como en la entidad sinaloense, b) la estrategia política y militar que el Estado mexicano estableció para confrontar a esta y otras insurgencias armadas, c) el cariz que adoptó la violencia guerrillera en un ambiente de franco fracaso militar y sobre todo político y d) las producciones discursivas que se elaboraron a pesar del ambiente de descalabro privativo en que había caído la organización clandestina.

A su vez, este texto aborda las diferentes causas-nacionales y regionales-que contribuyeron a la derrota militar y sobre todo política de la Liga y su proyecto de transformación revolucionaria de la sociedad.

Palabras Clave: "Brigada Roja", Guerrilla urbana, Liberalización política, Apertura Democrática, "periodo Gris", Liga Comunista, Sinaloa.


Sinaloa Political Violence: the "grayperiod" of the
LC23S. Some of its main features: 1974-1975

Abstract

This article discusses some key features of the so-called "gray period", a stage of lifeof the main urban political and military organization of seventies Mexico and Sinaloa State, located in the northwest of the country. This phase was marked by the loss of the September 23 Communist League (LC23S) "historic leader", the beginning of aradical military leadership within the armed group, and the pursuit of confrontation and political-military defeat of the state and its security forces. We highlight four items in this paper that outline our viewpoint of the period in so far as it transcended the years here analyzed: a) internal fragmentations within the armed group between those who left the revolutionary struggle and those who decided to continue both nationally and in the state of Sinaloa b) the political and military strategy established by Mexican State to confront this and other armed insurgencies c) the position adopted by guerrilla violence in a military and political failure, and d) the discursive productions in the clandestine organization in a context of decline.

Keywords: "Red Brigade" Urban Guerrilla, Radical Students, Militarism, "Gray Period", Sinalo, Political liberalizacion.



Introducción

El trabajo pretende analizar algunas de las características que configuraron el denominado "periodo gris" de la Liga Comunista 23 de Septiembre, principales organización político militar del México urbano de fines del siglo XX en el país y Sinaloa. En él describimos parte de los principales rasgos que constituyeron esta etapa de la vida del grupo clandestino entre los que destaca: a) el cambio de dirigentes y las repercusiones que ocasionó en su vida interna, b) el ambiente de confrontación y división que privó al seno de la organización, c) la causas nacionales y regionales que provocaron la derrota del grupo armado y d) la importancia que tuvo en esta época las producciones discursivas redactadas por su militancia.


1. Un poco de historia

Su origen se encuentra en el fracaso en que culminaron las más espectaculares acciones políticas y militares que la Liga Comunista 23 de Septiembre instrumentó en México a principios de los años setentas del siglo XX. En primer lugar, el intento de "ensayo insurreccional" denominado el "Asalto al cielo" desplegado en el valle y ciudad de Culiacán que movilizó a centenas de militantes armados y logró que casi cincuenta mil trabajadores1 pararan labores en los campos agrícolas de esa región y en segundo lugar, los secuestros y asesinatos de dos prominentes empresarios mexicanos Eugenio Garza Sada y Fernando Aranguren todo ello en los primeros meses de 1974.
Atrás quedó una corta experiencia de un grupo armado fundado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco el 15 de marzo de 1973, tras días de "intensos" debates entre diversos grupos estudiantiles radicales2 que pusieron en su agenda de debate la viabilidad de la opción armada en el país, llegando a la conclusión de que la revolución socialista era posible, necesaria e inevitable3. Entre esos grupos que participaron en su conformación, resaltó un importante contingente de alumnos de la Universidad Autónoma de Sinaloa provenientes de las Escuelas de Economía, Ciencias Químicas, Derecho, Contabilidad, Agricultura y las Preparatorias Central y Popular Emiliano Zapata a quienes en esa época comenzaban a denominar peyorativamente como "Enfermos".

Con presencia en diversas regiones del país, durante su existencia fue capaz de articular las acciones de agitación y propaganda armada más importantes a nivel nacional respecto del heterogéneo universo de siglas guerrilleras4 que operaron en México. Destacaron por su magnitud e impacto los operativos políticos y militares instrumentados en la capital sinaloense, Culiacán y sus alrededores los meses de septiembre y octubre de 1973 caracterizados por ataques a instalaciones agrarias y comerciales propiedad de la burguesía local como parte de los preparativos para desplegar "tácticas insurreccionales" a gran escala a principios del año siguiente.

Entre los "focos" guerrilleros más importantes de la LC23S, se ubicó el denominado "Cuadrilátero del Oro", extensa región del noroeste mexicano conformada por las entidades federativas de Sonora, Chihuaha, Durango y Sinaloa, asiento del grupo "Enfermo"5.

Sin embargo, ese breve lapso de tiempo, desde su fundación hasta el ocaso del invierno de 1974, distinguido por una capacidad militar que obligó incluso al Estado a utilizar brigadas militares de élite para "sofocar" el "intento" insurreccional, su aparente fortaleza rápidamente devino a menos. Los golpes propinados por las fuerzas de seguridad estatales, desembocó en la captura y posterior desaparición del líder histórico, Ignacio Salas Obregón6 (a) Oseas o Vicente en abril de 1974.

La desaparición de Oseas, fue sustituida por un integrante de la llamada "Brigada Roja"7, afluente de la LC23S que operaba en el Distrito Federal, llamado David Jiménez Sarmiento (a) Chano, que provenía del grupo "Los Lacandones". Con él, se inicia el periodo gris de profundas repercusiones en la organización.

A la par del abrupto cambio de liderazgos, emergieron posiciones encontradas al seno de la Liga, mismas que trajeron consecuencias en el futuro inmediato. Surgieron las primeras escisiones internas. Unas, encabezadas por militantes que no estuvieron en la cárcel (José Domínguez y su grupo) y otras dirigidas por presos desde el penal de Topochico, Nuevo León (Gustavo Hirales). Ambas expresiones abrieron el debate sobre la existencia de la LC23S, sus métodos, objetivos políticos y los resultados obtenidos hasta se momento. Al esfuerzo desplegado por Domínguez, se incorporaron activistas de diversos estados de la República, entre ellos sinaloenses como Camilo Valenzuela Fierro, Andrés Ayala Nevárez y Jesús Zambrano Grijalva. La crítica interna se dirigió contra el militarismo imperante y la actitud que la guerrilla había asumido contra los sindicatos obreros nacionales. En Testigo, testimonio redactado por el líder del "grupo rectificador" ajeno al ambiente penitenciario, sostuvo:

A cambio se planteó la necesidad de promover la organización democrática y lucha internamente por reconquistar (los sindicatos) para la causa real de los trabajadores, la tesis de la "universidad-fábrica" ni siquiera se tomó en serio, se eliminó el odio acendrado contra los "pequeño burgueses" contra los reformistas y contra la izquierda tradicional.8

El debate continuó hasta el verano de 1976. Las escisiones internas se incrementaron. No obstante el ambiente enrarecido, las "posiciones rectificadoras" convocaron a una reunión a celebrarse a fines de agosto de 1974 aprovechando los resquicios abiertos en el todavía asfixiante sistema político mexicano. Los propósitos eran crear un organismo político que operara en la legalidad. Durante cuatro días, en un lugar conocido como "Sierra de Navajas", ubicado entre Tulancingo y Pachuca, Hidalgo se efectuaron las discusiones. Como resultado, surgió la Organización Marxista por la Emancipación Proletaria (OMEP).9

Por otro lado, en medio de las crujías Gustavo Hirales junto a otros realizaron la misma labor: discutir la viabilidad de la lucha armada en México y la propia Liga Comunista 23 de Septiembre. Con objetivos diferentes a los propuestos por Domínguez y compañía, concluyeron que la Liga, gracias a la confrontación interna y la acción del Estado, se encontraba moribunda:

La Liga Comunista 23 de Septiembre no existe más-afirmaban-; sucumbió bajo el efecto combinado de los golpes de la represión y de la exacerbación de sus contradicciones internas. Lo que hoy aparece esporádicamente aquí y allá como tal, no son sino "restos del naufragio", los productos inevitables de su descomposición interna.10

Frente a estas iniciativas desplegadas por algunos ex militantes, de las mismas entrañas de la supuestamente aniquilada LC23S, emergió una posición política que decidió, a pesar de la debilidad manifiesta, continuar la lucha. De la mano de David Jiménez Sarmiento y el predominio de la "Brigada Roja" se propuso reorganizar las posibilidades operativas y políticas de esta guerrilla urbana en México.

En medio de ese marco reestructurador, en 1976 fue redactado el denominado "Plan Nacional de Trabajo". El documento tuvo como ejes prioritarios crear comités obreros clandestinos y rearticular el trabajo político y militar en las zonas donde la Liga tuviera presencia. Sinaloa no fue la excepción. Si bien entre mediados de 1974 a 1975 las divisiones y debilidad organizativa fueron manifiestas, un año más tarde el repunte sería más que evidente. La llegada de nuevos cuadros "Enfermos" que sustituyeron y confrontaron a los que se deslindaron de ésta, posibilitó dicha recuperación. En ese lapso, la 23 de Septiembre en la entidad oscilaría entre una presencia, diluida, carente de fuerza, a otra que evidenció cierta recuperación y presencia cada vez más importante en el espacio público local, poniendo a discusión su proyecto revolucionario.

Sin embargo, durante este "periodo gris" un rasgo ya presente en la organización se enquistó y consolidó en el grupo armado: el militarismo. A pesar de las fracturas, la pérdida de activistas y dirigentes gracias a la intervención de las fuerzas de seguridad oficiales, en esta fase se decidió profundizar la confrontación contra ellas no importando los saldos a obtenerse. El testimonio de Miguel Angel Torres es más que revelador:

…la dinámica de la REPRESION-RESPUESTA, nos orilló a realizar acciones armadas una y otra vez, en parte por la necesidades materiales y de infraestructura que se habían visto aumentadas, ante la persecución policíaca y, en parte, por el criterio militarista que prevaleció "DESGASTAR LAS FUERZAS MILITARES DEL ENEMIGO". Este cambio de rumbo se debió a la desviación cometida al interior de nuestra organización y a la situación de ABIERTA PROVOCACION que no pudimos entender.11

Ante las posiciones "rectificadoras" que se expresaban en todo tipo de documentación, la expresión "radical", asumió con denuedo la estafeta y bregaría en pos del sueño revolucionario elaborando una reflexión teórica y práctica política consecuente con sus estrategias.

La ofensiva revolucionaria había que relanzarla. Los cimientos de la sociedad burguesa para esta fracción se encontraban profundamente carcomidos y era cuestión de iniciativa y tiempo para demolerla. En ese contexto, era un imperativo categórico continuar la guerra de guerrillas contra el Estado mexicano.

Se reconocía que las detenciones, muertes y desapariciones habían estremecido al grupo; "Duros han sido los golpes y débil se encuentra la Organización como consecuencia de ellos; dolorosas han sido éstas, como todas las derrotas".12

Sin embargo, a pesar del debilitamiento, las conclusiones que se obtenían fueron en sentido contrario. Por un lado, eran la expresión de que el Estado se encontraba a la defensiva y como única vía para mantenerse recurría cada vez más a la represión. En segundo término, los golpes rápidamente eran asimilados. Sus efectos no eran los esperados por quienes los asestaban. Para la Liga, la conmoción era pasajera y en el futuro cercano, cual ave Fénix:

…volverán a sentir nuevamente la fuerza del proletariado, organizado y dirigido por la Liga Comunista 23 de Septiembre, que muy pronto, más pronto de lo que ellos quisieran, serán borrados de la faz de la tierra por la fuerza incontenible de la revolución proletaria que ha de barrer con toda podredumbre de la humanidad.13

El voluntarismo como sustituto de la realidad fue compañero "incómodo" en esta etapa "gris", cargada de divisiones y radicalismo a ultranza al seno de la principal guerrilla urbana de México. En sus entrañas, se alimentaba y reproducía una expresión que ante la pérdida del líder histórico, asumía la responsabilidad de continuar la lucha. Pero, a diferencia de quienes abrieron el debate sobre los límites y posibilidades de la lucha armada en el país, para éstos, la violencia revolucionaria, era la opción que contribuiría a destruir el erosionado edificio capitalista. Cualquier medida coadyuvaba a ello, cualquiera.

Como hongo se reprodujeron y exacerbaron las visiones militaristas. Hasta simples asaltos bancarios en esta etapa se magnificaron en grado extremo. No importaba si la sucursal bancaria hurtada se encontraba en un punto geográfico del país aislado de los centros neurálgicos de poder, sus repercusiones eran a escala planetaria:

El 25 de abril toda la sociedad burguesa se estremecía por la acción de dos comandos revolucionarios. Esta acción revolucionaria se inscribe como parte de las acciones ofensivas que el proletariado mundial desarrolla, con el proletariado vietanamita y camboyano a la cabeza; para terminar con la dominación de la burguesía e implantar la dictadura proletaria a nivel internacional.14

Estos posicionamientos fueron parte de uno más vasto que la organización clandestina asumió en esa época. Las contradicciones sociales se habían agravado por lo que era necesario mantener y profundizar la confrontación. A los golpes recibidos había que responder con otros de la misma manufactura. La destrucción de la burguesía y su Estado no podía esperar más tiempo. Reflexión teórica y fuerza militar debían ser un binomio a desplegar conjuntamente. Un punto de partida a asumir era que el capitalismo en su fase imperial tocaba fondo. A pesar de los esfuerzos que este hiciera (militares o ideológicos), su muerte estaba decretada y los militantes aún activos estaban llamados a ser sus sepultureros.

Se partía de una premisa, este modo de producción se encuentra en su etapa imperialista y por ende su fin estaba cerca. Toda elaboración y análisis de la coyuntura mexicana tendría que enmarcarse dentro de esta. Uno de tantos documentos firmado por la "Brigada Roja", "En Alto la Bandera de la Guerra Civil Revolucionaria. Muera el Pacifismo Demócrata", se afirmaba que el grado de desarrollo hasta ese momento alcanzad las fuerzas productivas habían entrado en contradicción con las relaciones sociales de producción. Al mismo tiempo, la lucha por el reparto del mundo entre los diversos grupos oligárquicos se habían acentuado, dando pauta al posible estallido de una nueva conflagración mundial. Ello traía como aspectos positivos dos consecuencias políticas importantes. Una, la "manifestación evidente del grado de descomposición y putrefacción alcanzada por las relaciones burguesas de propiedad", y la segunda, como su resultante, abría: "la antesala de la Revolución Socialista. El imperialismo es una época de transición hacia el socialismo, hacia la abolición del capital y el trabajo asalariado como relaciones de producción.15

Ante ello, aparecían como efectos de la situación sendos problemas a los que la Liga debía afrontar y articular las iniciativas más idóneas. Había que tener capacidad organizativa y política suficiente para obtener dividendos satisfactorios a su proyecto revolucionario. La primer dificultad, eran las consecuencias nocivas de un sistema de dominación que a pesar de encontrarse en fase terminal pretendía mantenerse en pie. Por un lado, la utilización de las fuerzas de seguridad como mecanismo de represión y liquidación física de las oposiciones. Por otro, más sutil y quizás efectivo, la dominación ideológica que según ésta: "se ejerce por medio de la prensa, la radio, televisión y principalmente por medio del oportunismo que hoy en día se ha transformado en el instrumento organizado de la burguesía imperialista en el seno del movimiento obrero".16

Oportunismo que con anterioridad había sido decretado el enemigo público número uno de la organización en la Tercera Reunión Nacional por lo cual había que denunciarlo y combatirlo hasta destruirlo. Si en ese entonces los señalamientos eran de orden interno, que la Liga se había "infectado" con ese virus, ahora, éste como parte de los mecanismos ideológicos de dominación del capitalismo, se intentaba inocular a través de una diversidad de organismos a personalidades de la izquierda y al proletariado. Las intenciones eran peligrosas por lo cual había que desenmascararlo:

La política de estos señores es la política oportunista de la colaboración de clases, toda su actividad está encaminada a engañar al proletariado, a obscurecerle a éste la agudización de las contradicciones en el capitalismo, a embellecer las relaciones burguesas de producción, buscando con esto castrar la energía revolucionaria del proletariado. Los organismos que desarrollan esta política son: PCM, FAT; CTM, etc., y sus representantes más destacados los FIDELES, VALLEJOS, HEBERTOS, etc., por lo tanto, nuestra lucha contra la burguesía y su Estado implica una lucha tenaz contra esta calaña de oportunistas.17

El oportunismo se enquistó entre el conjunto de organismos "defensores" de los trabajadores; los sindicatos. Para la Liga las organizaciones gremiales cumplían sendas funciones para la burguesía al seno del movimiento obrero. En un ejemplar de su medio informativo se argumentó al respecto. Primero, los sindicatos son:"…llámense como se llamen son organismos que forman parte del Estado burgués y sus funciones están encaminadas a seguir garantizando la existencia y reproducción de las Relaciones Capitalistas de Producción y la dominación burguesa".18

De órganos colaboracionistas habían "mutado" a ser parte de la maquinaria estatal encargada de reprimir a los sectores populares de la sociedad mexicana. A la par del militarismo galopante, ahora la intolerancia y miopía política se exacerbaba al seno de la 23 de Septiembre. La "guerra a muerte" a éstos se debía a que:

Los sindicatos en el grado actual del desarrollo del imperialismo han dejado de ser organizaciones de la clase obrera, ya no son ni siquiera organismos obreros dominados por una política oportunista, son en definitiva: organismos de la burguesía, parte de la maquinaria represiva del Estado burgués.19

Peor aún, el oportunismo aun infectaba a la propia Liga. A pesar del "esfuerzo neutralizador" desplegado en contra de éste, el virus seguía expandiéndose al seno de la militancia. Muestra de ello, era la existencia de las posiciones "rectificadoras" que abandonaban la clandestinidad y lucha armada. Frente a estas expresiones que se reproducían, había que promover políticas de deslinde o purgas internas para liquidarlas. Mención especial recibió el "caso Sinaloa". El grupo dirigente de la LC23S demandaba:

La Liga Comunista 23 de Septiembre llama particularmente al proletariado y a los elementos avanzados en Sinaloa a romper y a repudiar como ya lo han hecho en varias ocasiones, con las posiciones oportunistas en general y en particular con la política burguesa que es dominante en estos momentos en el Comité Regional en Sinaloa de la Liga.20

Enemigos aparecían por doquier. Señalados con "índice de fuego" como responsables de la condición en que se encontraba el proletariado y la propia organización clandestina. La reflexión interna no daba oportunidad a opiniones contrarias a la línea dominante que se enquistó en los años siguientes. Con ese posicionamiento cargado de intolerancia y un radicalismo a ultranza, desconociendo por completo su condición de debilidad interna y frente al Estado, con lenguaje-como de costumbre- apocalíptico, asumiendo para sí que el día del "juicio final" estaba por llegar y que la Liga era un especie de Mesías vestido con ropaje revolucionario, se propuso desarrollar sendas iniciativas políticas para materializar el "paraíso de igualdad" del cual se asumía como su portavoz:

PRIMERO.-Fortalecer, desarrollar, ampliar y agudizar las acciones revolucionarias de masas, las jornadas de agitación y combate, las acciones "enfermas", con el objeto de hostigar al enemigo burgués, minar su fuerza, y al mismo tiempo, consolidar la fuerza propia incorporando a más y más destacamentos a la lucha revolucionaria consolidando un sólido y potente movimiento nacional único de clase, que prepare al proletariado para la insurrección y que asegure el desarrollo de la Guerra Civil Revolucionaria.
SEGUNDO.-Crear, consolidar y desarrollar organizaciones de clase e ilegales (principalmente comités de lucha armados), capaces de crear la conformación inmediata de un sólido y potente Partido y Ejército Revolucionario del Proletariado y con ello, la constitución del proletariado en México como una clase organizada y armada, capaz de barrer con las sólidas fortalezas enemigas, capaz en fin de derrotar política y militarmente a la burguesía imperialista en el país.21

Con esas directrices, la Liga y su grupo adherente en la entidad continuarían la lucha contra una diversidad de fuerzas del Estado que en diversos momentos y circunstancias fueron utilizadas para neutralizar la presencia de ella. Por otro lado, el arribo de nuevas autoridades al despacho del Ejecutivo local y el diseño de una estrategia de conciliación con la UAS, coadyuvaron en ese esfuerzo por contener a una insurgencia incapaz de obtener triunfos pero deseosa de continuar la confrontación a toda costa. A pesar del voluntarismo y espíritu de sacrificio de decenas de activistas una diversidad de factores operarían en su contra a lo largo del tiempo: las divisiones internas, los golpes asestados por las fuerzas de seguridad oficiales y las políticas que desplegarían las autoridades gubernamentales, federales y estatales para enfrentar un grupo armado en franco retroceso.


2. Verano de 1974: comienza la caída

Explicar la caída de la LC23S en todo el territorio nacional no puede ser reducida a un asunto de divisiones internas y "éxitos" operacionales de parte del aparato de seguridad estatal que los busca y en su caso los neutraliza o aniquila. Es un fenómeno mucho más complejo en el cual intervienen desde los "estados de ánimo" de la sociedad ante la violencia organizada proveniente de un agrupamiento clandestino a la que consideran una opción válida, legítima22 o merece un tajante rechazo hasta las estrategias oficiales de tipo político que contribuyen a su contención e incluso aislamiento de una comunidad dada.

Para el caso mexicano las iniciativas políticas instrumentadas dentro y fuera del territorio nacional por el régimen de Luis Echeverría Alvarez y del gobernador de la entidad sinaloense, Alfonso Genaro Calderón, coadyuvaron a que los esfuerzos militares desplegados en su contra disminuyeran la capacidad operativa de la 23 de Septiembre y por otro lado, se tradujeron en la exacerbación de las confrontaciones intragrupales.

La débil presencia, con altibajos de la LC23S en la entidad no se explica por sí misma. Si bien, será determinante en el derrotero a seguir en el futuro inmediato las debilidades internas, es necesario abordar las iniciativas y estrategias que el Estado Mexicano implementó para contener y confrontar a la Liga y al resto de organizaciones políticas y militares.

Entre los regímenes de Luis Echeverría Alvarez y José López Portillo, se diseñaron iniciativas y estrategias, que si no relacionadas directamente en contra de la insurgencia armada, buscaban recomponer los equilibrios políticos internos alterados por la represión oficial del 68 y 71. Un claro propósito perseguían al impulsarlas, generar consensos en torno al Estado, obligando así a las oposiciones radicales a operar en un marco de aislamiento nacional como internacional.

SAnte la presencia de una severa crisis de legitimidad que afectaba al régimen, éste inició un proceso paulatino de liberalización política23 que culminó en la parcial flexibilización del sistema político en su conjunto. La búsqueda de mantener la paz y la estabilidad social, obligó a las autoridades a impulsar una serie de reformas encaminadas a su concreción. Para Luis Echeverría algo quedaba muy en claro según un analista de su sexenio

A raíz de los serios desajustes políticos, el deterioro de la legitimidad sufrida en los años de 1968 y 1971 y el alto abstencionismo que se había manifestado en las elecciones de 1970, todo hacía pensar que el régimen retomaría la iniciativa promoviendo una reforma política electoral a fin de superar tales desajustes.24

La legitimidad estatal estaba mellada por el empleo de las balas y bayonetas contra expresiones de descontento popular en el pasado inmediato. La represión incluso era la responsable directa de la aparición de las guerrillas en el territorio nacional. Ante la existencia de un espacio público a punto de clausurarse y la potencial exacerbación de la radicalidad social, el Ejecutivo federal dio los primeros pasos para atemperar los efectos nocivos del uso de la "violencia legítima".

Fue un proceso gradual, paulatino del cual el gobierno federal mantuvo un estrecho control. En el escenario reformista gubernamental se encontraban los saldos negativos que al Estado y sus instituciones dejó la represión de octubre de 1968. Un estudioso de este caso de liberalización política instrumentado en el continente señala:

El 68, afectó significativamente las percepciones públicas de las credenciales revolucionarias del régimen establecido, y reveló la existencia de amplias presiones sociopolíticas tendientes al cambio.25

A fines de 1971 y principios de 1973, se reformaron y adicionaron diversos artículos de la Carta Magna que cristalizaron en una nueva Ley Federal Electoral. Con ella, se redujo la edad para votar y ser electo de 21 a 18 años ampliando en los hechos los espacios de participación política a la juventud mexicana. Los "partidos minoritarios" tuvieron mayores facilidades para alcanzar a la representación proporcional, incluso de la mano de los considerados "grandes" (PAN), por vez primera tuvieron acceso a la televisión para promover sus tesis y programas26.

La "apertura democrática" como se conocería al reformismo político impulsado en ese sexenio, fue parte de una serie de estrategias que internamente se promovían para recuperar lo perdido. Por otro lado, pretendiendo dotar al Estado de una imagen progresista, de "izquierda" en el exterior, medida que en los hechos deslegitimó a la insurgencia armada nacional de potenciales apoyos allende nuestras fronteras. Ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso su famosa Carta Internacional de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados que discursivamente implicaba modificar en un sentido más justo las relaciones e intercambios comerciales entre los países desarrollados y los que no lo eran. Dicho documento fue aprobado en la sesión plenaria del Vigésimo Noveno Periodo de Sesiones de la Asamblea de la ONU, el 12 de diciembre de 1974. Un análisis somero revela el uso de un lenguaje "radical", "evidencia" del posicionamiento "independiente" que frente a las potencias imperiales el régimen de Echeverría asumía. En adelante, los pueblos oprimidos del Tercer Mundo, en el Jefe del Ejecutivo Federal habían encontrado a su nuevo paladín quien en tono de denuncia en la Carta describió la explotación histórica de que habían sido objeto:

Desde la Segunda Guerra Mundial se desarrolla un dinámico proceso de liberación de los pueblos oprimidos cuyos efectos más evidentes son la desaparición de los imperios coloniales y la formación de un gran número de jóvenes estados. Sin embargo, las potencias coloniales no renunciaron en ningún momento a su antigua hegemonía. Simplemente sustituyeron la ocupación territorial de los países débiles y la explotación abierta de sus recursos por ese nuevo generó de sometimiento económico que se conoce con el nombre de neocolonialismo. En esta prolongada lucha se ha hecho patente la necesidad de unir las fuerzas de todos los países del Tercer Mundo para alcanzar un desarrollo autónomo y para obtener trato justo en sus relaciones económicas con las potencias industriales.27

Ante esta inequitativa situación que imperaba en las relaciones entre Estados, era impostergable la adopción de los planteamientos contenidos en el documento, ya que de ser así, una nueva época de esperanza y buena vecindad se abriría en el orbe:

…estos ideales de paz y solidaridad adquieren el valor de nuevos principios jurídicos internacionales que deben regir en adelante las relaciones económicas entre las naciones. No es ya la demanda de justicia planteada aisladamente por cada país, ni siquiera la conformidad o la presión de un grupo de naciones es la voz razonada de todos los pueblos que han sido oprimidos y explotados. Es al mismo tiempo, la síntesis más completa de las exigencias de la mayor parte de los pueblos del mundo y el instrumento más práctico de cooperación económica internacional.28

Además de ello, Echeverría promovió una política internacional de solidaridad con los pueblos del Tercer Mundo y hacer de México un país "oasis" de los perseguidos políticos en otras latitudes. Algunos autores señalan en ese sentido que:

…aprovechando, sin duda, la crisis de hegemonía de Estados Unidos en América Latina de los años 1971-1972, hubo renovación de la política antiimperialista negociada en razón de un trato más favorable. El apoyo al gobierno de Salvador Allende en Chile y la reacción del gobierno frente al golpe militar, lo que dio prestigio internacional al mismo tiempo que internamente, incluso entre las fuerzas de la izquierda tradicional.29

Su sexenio culminó pero las reformas en materia política continuaron. Había que mantener la estrategia que permitiera sin grandes modificaciones la existencia del régimen imperante. José López Portillo (1976-1982) un año después del inicio de su mandato, con bombos y platillos anunció una nueva Reforma Electoral que ampliara aún más los espacios de participación de la sociedad mexicana que contribuyeran a fortalecer la legitimidad del Estado y el aislamiento de las posturas radicales frente a la nación y sus habitantes.

Por su parte, en el ámbito local, nuevos vientos soplaron en el firmamento político estatal. El Ejecutivo estatal quedó en manos del dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y viejo político local, Alfonso Genaro Calderón (1974-1980). Ante un ambiente cargado de confrontación y articulación de movimientos sociales por doquier, en su discurso de toma de poder, Calderón perfiló una conducción institucional desconocida hasta entonces en la historia política contemporánea de Sinaloa. En uno de los párrafos, abordó largamente la añeja confrontación UAS-Gobierno Estatal, sus palabras llamaban a conciliar y trascender diferencias pasadas. Con ello, abrió la posibilidad de relajar las relaciones entre comunidad rosalina y autoridades locales. El mensaje no dejaba la menor duda:

Seguiremos insistiendo ante la juventud universitaria depositaria de una gran responsabilidad social, que estamos dispuestos a iniciar un diálogo que no debe terminar para conocer a fondo sus problemas y buscarles la debida solución. Reafirmando que la Universidad Autónoma de Sinaloa, recibirá todo el estímulo y ayuda para que nuestra máxima casa de estudios, encuentre el derrotero seguro y siga siendo forjadora de los hombres de Sinaloa.30

Su llegada influyó en el derrotero que la organización armada adoptó a lo largo de su gestión gubernamental, con las acciones que desplegó a favor de decenas de sus integrantes, contribuyó a que muchos de ellos decidieran deslindarse definitivamente de la lucha armada. A partir de 1975, la presencia de la LC23S en la entidad tendió a evanecerse, se "diluyó". Ocasionalmente, la prensa dio noticias de iniciativas desplegadas por el grupo armado o de las que fuerzas de seguridad implementaban no para combatir "ensayos insurreccionales", sino acciones al más puro estilo de policías "atendiendo" asuntos de la delincuencia común.

Y la estrategia gubernamental local tendió a implementarse. Calderón Velarde, decidió de mutuo propio dar los primeros pasos para distender el "asfixiante" ambiente político estatal y disminuir el tono de la confrontación con la UAS y la comunidad en general. Fue una jugada bien planeada a decir de los propios ex guerrilleros por parte de la administración calderonista. Se buscaba obtener dividendos y en ello involucró a una serie de personalidades para tal fin. El testimonio de Víctor Hugo Aguilar Gaxiola, es por demás elocuente. El gobernador, identificado con la línea "progresista" del Partido Revolucionario Institucional (PRI), proclive al reformismo social, instrumentó dicha iniciativa política para fortalecer a su gestión y al propio gobierno federal. Su sobrino, José de Jesús Calderón Ojeda "calderoncito", jugó un papel protagónico en los acuerdos que se establecieron con la izquierda encarcelada.31

En el mismo tenor, el excarcelado en este periodo Saúl Armando Alarcón Amézquita sostiene:

"Fueron varias consideraciones las que tomó Calderón para soltarnos. Una era que la Liga iba a menos, estaba debilitada. Consideró que la mayor parte al salir renunciaríamos a la lucha armada. Representábamos un problema tenernos a dentro que afuera, pues ello daba pauta a demostrar lo autoritario de su gobierno bajo la consideración de que "hasta en las cárceles existe una oposición política reprimida". En nuestra liberación participaron varios agentes del gobierno que periódicamente nos visitaban y se reunían en el IRSS con un grupo de gentes informándonos del deseo del gobernador de dar amnistía a todos sin condición alguna32".

Los resultados esperados por parte de las autoridades pronto salieron a relucir. Abandonar la penitenciaría estatal, no sólo recuperar la libertad para los ex militantes de la LC23S, implicó para ellos, cabe destacarlo, sin presión alguna de las autoridades, la renuncia a la lucha armada y la reincorporación de éstos a la vida pública sin el ánimo de continuar la "aventura revolucionaria". Del por qué de esa actitud de rechazo hacia aquello que meses atrás abrazaban con fervor, otro ex militante, involucrado en las liberaciones y "responsable político" en la entidad de diversas "células guerrilleras" señala:

"…Todas las condiciones que pusimos las aceptaron las autoridades. Sobre esa base es que aceptamos el acuerdo con el gobierno. El día que fuimos liberados asistimos a una conferencia de prensa en el edificio de la Procuraduría de Justicia con el gobernador. Fuimos sin presión alguna y le dimos las gracias, y nos retiramos"33.

El "éxito" gubernamental repercutió internamente en las filas de la militancia aun interesada en continuar la lucha armada en la entidad. La debilidad generada ante las "derrotas" infringidas por las fuerzas de seguridad oficiales vino a sumarse ahora la confrontación entre aquellos proclives a aceptar la amnistía y quienes se mantuvieron reacios a abandonar su proyecto político radical.

A la profundización de las diferencias intramuros, vino aparejada la política que el Estado desplegó con todo vigor en contra de ésta y demás organizaciones armadas existentes. La ofensiva política y militar venía encabezada por un sofisticado aparato contrainsurgente conformado por grupos paramilitares como "Los Halcones"34, u organismos de seguridad oficial como la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y la Brigada Especial Antiguerrillera conocida como "Brigada Blanca"35 venía dando frutos para los encargados de aniquilar a las guerrillas desde tiempo atrás. La propia Liga era víctima de ello, en abril de 1974 su líder histórico Ignacio Salas Obregón cayó y fue desaparecido, grupos como la "Brigada de Ajusticiamiento" en Guerrero, perdieron en diciembre de ese año a Lucio Cabañas. En el transcurrir de 1975, la LC23S siguió siendo diezmada con la destrucción de diversos comités ubicados en diferentes partes de la república.

En Sinaloa esa estrategia contrainsurgente resultó eficaz. A la política oficial de abrir espacios de participación política a la sociedad y amnistiar guerrilleros, se sumó la acción militar que redujo a la LC23S y sus operaciones locales a un simple problema para las autoridades y sociedad a un problema de delincuentes del orden común.


3. La "diluida" presencia de la LC23S

Fue la tónica dominante en el futuro inmediato. Frente a aquella capacidad de articular "ensayos insurreccionales", agitación a gran escala entre los sectores populares desarrollados meses atrás, los golpes propinados por el Estado, contribuyeron a reducir significativamente el posicionamiento de la Liga en el espacio público local. En el futuro cercano sólo sería capaz de mantener fuerza al interior de la universidad y de manera aislada, "diluida" en la sociedad sinaloense.

La estrepitosa caída que se experimentó en adelante, en buena medida (como ya se señaló), fue producto de los aciertos obtenidos por las agencias policíacas en su combate a la insurgencia armada. Cotidianamente la prensa comenzó a reseñar los golpes a que era sometida localmente la organización clandestina:

Fue descubierta una casa de seguridad en Culiacán, ubicada en calle Bolivia 1067, colonia Popular. Fue cateada por elementos del Grupo Político-Social de la Policía Judicial del Estado. En la acción fueron descubiertas y confiscadas armas, propaganda de la Liga Comunista 23 de Septiembre y literatura de Marx y Lenin. De acuerdo a informes recabados entre los vecinos, fue señalado que era habitada por una mujer y dos hombres.36

Esas circunstancias obligaron a la militancia a "recluirse" en la UAS. No había más opciones a elegir. El Estado tomaba la iniciativa y la Liga era diezmada o arrinconada a operar en el perímetro del Edificio Central.

Bajo estas condiciones hubo que modificar los escenarios de lucha. La Universidad se convirtió así en "santuario" donde el grupo armado intentó imponer su ley y por ende mantener la llama de la revolución encendida aunque sea en un espacio geográfico reducido. Como muestra un botón. A principios de junio, en una confrontación con sus detractores efectuado en una asamblea, convocada ex profeso para intentar otra vez expulsarlos de la UAS:

Estas reuniones, están siendo promovidas por LORENZO TERAN OLGUIN y CESAR VELAZQUEZ ROBLES (a) "El Coruco", alumnos de Economía y miembros del Partido Comunista de México, quienes pretenden integrar el llamado Colectivo Comunista "Joel Arriaga", dichas reuniones hasta el momento han tenido poco éxito debido al temor que le tienen al grupo de "Los Enfermos", los cuales se encuentran armados y temen una agresión que origine la pérdida de vidas humanas.37

Los informes evidenciaban su fortaleza al interior de la comunidad rosalina, el temor de los opositores o las simpatías contribuían al fracaso de las iniciativas que intentaban desplegarse en su contra. Si ello no bastaba, era fácil elegir otra medida; el sabotaje. Otra reunión citada por los líderes del sindicato de administrativos (STEUAS), cuya agenda de debate tocaba la "cuestión Enferma", los convocantes se llevaron tremendo fiasco. El auditorio "Ruperto L. Paliza", ubicado en el interior del Edificio Central fue convertido en espacio para que "Enfermos" de Ciencias Químicas impidieran su realización:

…mientras se llevaban a cabo estas discusiones, un grupo de 20 estudiantes, aproximadamente, encabezados por GUILLERMO RUSSEL HERNANDEZ (a) "El Rusel", estuvieron tratando de sabotear la reunión y gritándoles insultos a los dirigentes del Sindicato, señalándoles que se dejaran de mamadas.38

Al seno de la institución demostraciones de fuerza. Fuera de ella recibir más y más golpes de parte de las autoridades. Al descubrimiento y destrucción de casas de seguridad, siguió una búsqueda y captura de guerrilleros:

Elementos de la Policía Judicial del Estado, trasladaron el día de hoy al Consejo Tutelar para Menores, al estudiante JOSE NOE MILLAN (a) "El Gûero" confeso de haber vendido armas y parque a estudiantes miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre, quedando a disposición del Procurador General de Justicia en el Estado, Licenciado ARTURO IGNACIO COTA RIVERA. Dicho individuo es alumno del primer año de la Escuela Preparatoria Hnos. Flores Magón.39

Y la dosis siguió administrándose. En cascada se escenificaron detenciones de militantes. Como uno de tantos ejemplos, la Federal de Seguridad informó de la detención de militantes de la 23 de Septiembre. El parte firmado por su director, capitán Luis de la Barreda, dirigido a la Secretaría de Gobernación señalaba.

A las 3:30 horas de hoy fue detenido MARIO RIVERA GASTELUM (a) "El Cieguito", en la casa ubicada en Aquiles Serdán esquina Granados, con Rosales de esta ciudad, y en sus declaraciones aceptó haber participado en la muerte del Policía Judicial ocurrida en el Comité de Lucha de la Preparatoria Central de la Universidad Autónoma de Sinaloa. También dijo ser miembro de la Liga Comunista 23 de Septiembre desde el mes de noviembre de 1973 y que participó en el asalto al cuartel de armas de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, a las instalaciones del Infonavit, a la caseta de Peaje de Caminos y Puentes Federales de Ingreso y a la Cervecería Cuauhtémoc. Posteriormente, a las 5:50 horas de esta misma fecha, fue detenido JUAN MANUEL GASTELUM TONG (a) "El Ciego" o "Tomás Quintero", quien vivía en compañía del anterior, habiéndosele recogido una pistola calibre 38 especial y 50 cartuchos del mismo calibre.40

Los golpes propinados profundizaron el debilitamiento grupal. No obstante las detenciones de militantes, la organización retraída, incapaz de impulsar acciones de agitación y propaganda a gran escala entre los sectores populares de la capital sinaloense en pos de su proyecto político. No tenían más opción que echar mano de la distribución-no sin riesgos-de sus producciones discursivas en la capital sinaloense. Con el lenguaje acostumbrado y creyendo que un simple papel con tinta tenía "poderes mágicos" convocaban al proletariado:

¡Organicémonos en sólidas brigadas y comités de lucha armados clandestinos vinculados a los comités de la Liga Comunista 23 de Septiembre!.
¡Desarrollemos la huelga política generalizada en nuestro centro de trabajo!.
¡Preparémonos políticamente discutiendo los volantes que tengamos y estas formas de organización proletaria que les estamos mostrando!. ¡Conformemos los Comités de Lucha en nuestro centro de trabajo, armándolos, desarmando al enemigo o más inmediato, utilizando éstos operativos militares, la táctica de decisiones rápidas, sirviéndonos éstos desarmes como hostigamiento al enemigo y educación nuestra!. ¡Constituyamos parte del ejército rojo revolucionario en todos lados!. ¡Proletarios de todos los países uníos!.41

La estrategia oficial de aislamiento político y el empleo de las fuerzas de seguridad continuaban debilitando al grupo. Era una nave en pleno naufragio. Así vivía la LC23S en plena "etapa gris". No importaba si fuera en la entidad o en otras latitudes del territorio nacional en donde se encontrara. El resultado era el mismo. Una organización política militar en franca derrota.


4. Las producciones discursivas durante la "Etapa Gris"

Fue quizás el único "acierto" de la principal organización guerrillera urbana mexicana del siglo XX. La "vasta" producción discursiva que se remontaba a los fundadores de la LC23S como Raúl Ramos Zavala42, primeramente y posteriormente de quien en los hechos se convirtió en su dirigente indiscutible y líder intelectual, Ignacio salas Obregón43 continuó con el arribo del militante de la Brigada Roja, David Jiménez Sarmiento a la dirigencia nacional de organismo armado. Durante la conducción de éste, es fundamental destacar que Madera, el periódico clandestino de la Liga editado desde 1973, continuó con renovados bríos, su impresión y circulación en medios fabriles, universitarios y sectores populares de todo el país con el firme propósito de educar a la clase obrera a conseguir sus objetivos históricos que eran destruir el capitalismo e instaurar la dictadura del proletariado.

Acorde con eta "política editorial" en la "fase gris", las producciones discursivas no pararon. Por el contrario, la impresión y circulación de una vasta folletería y documentos no tuvo contratiempos. Por otro lado, dichas redacciones recogen la "tradición" de sus antecesores de intentar hacer breve o extensamente análisis de la coyuntura internacional y nacional, ubicar a la misma en el marco del imperialismo al que consideran ciclo terminal del capitalismo, para finalmente, convocar a los trabajadores a la organización política y la lucha revolucionaria.

El tono del discurso, como era de costumbre, magnificar acciones, sobreideologización de los análisis de la realidad imperante, voluntarismo organizativo y sectarismo político que condena a la izquierda renuente a la opción armada e incapacita al grupo a buscar alianzas con otros sectores de la sociedad a los que consideraban como colaboradores del régimen de Echeverría Alvarez.

Para muestra un botón. Sendos documentos44 que aparecieron en el marco conmemorativo del primer aniversario de "Las Jornadas de Agitación y Combate para desgastar al Estado Burgués", resumen a grandes rasgos las principales características de las producciones discursivas en ese momento de crisis del organismo clandestino. Ambos, con conclusiones similares planteaban: la guerra revolucionaria era un imperativo categórico desarrollarla y necesariamente llevarla hasta sus últimas consecuencias. En primer término, intitulado ¡Celebremos combativamente la epopeya del 16 de enero!, pretendió ser un análisis global de la coyuntura política y económica mundial y mexicana. Siguiendo la "tradición" de ubicar cada una de sus reflexiones en el marco del imperialismo, la Liga sostenía que las contradicciones a las que el capitalismo había llegado, profundizaban los conflictos entre naciones y clases sociales. Fundamentalmente, la exacerbación de las desigualdades provocaba la confrontación entre burguesía y proletariado:

La crisis seguirá desarrollándose y se agravará aún más, las pugnas en las "alturas", se agudizarán a tal grado que la guerra imperialista que ya está presente se extenderá a otros países, las condiciones de existencia de las masas trabajadoras se verán recrudecidas a un grado tal que no podrán soportar más esa situación y se lanzarán a destruir a sus verdugos.45

Ante ello, la clase obrera debía armarse e impulsar la lucha. La movilización en este contexto tendría dos implicaciones. En primer término, había que desplegar una guerra de desgaste, prolongada contra el Estado, su burguesía y fuerzas armadas hasta destruirlas. En segundo lugar, pero no menos importante, aniquilar grupos que al interior de la sociedad mexicana oportunistamente colaboraban con las clases dominantes, como la izquierda "comunista", cuya misión seguía siendo descabezar al proletariado. Como exigencia impostergable había que aplastar dichas expresiones:

En el imperialismo el proletariado no sólo tiene como enemigo mortal la clase burguesa, sino que además, tiene otro enemigo igualmente mortal que aquellos; a los oportunistas. Para desarrollar una lucha eficaz contra los primeros, para derrocar a la burguesía, tiene necesariamente que pasar por encima de los segundos, para liquidar a aquellos, tiene que aplastar a éstos,

para lograr dichos objetivos políticos y con ello coadyuvar en el triunfo de la revolución y advenimiento de la sociedad comunista, la Liga tendrían que impulsar las siguientes medidas:

En particular el proletariado en México, debe encauzar en el periodo inmediato sus energías en un sentido tal que le posibiliten el cumplimiento de sus tareas inmediatas y urgentes. ¿Cuáles son estas?, la conformación de un Movimiento Nacional Único de Clase y la Construcción de su Partido y Ejército Revolucionario. Sin esto no podrá lograr sus objetivos. Sin un sólido y potente partido revolucionario que lo guíe en su lucha, no podrá salir victorioso. Es ésta su principal arma en la lucha. Debe construirla. ¡Tiene que hacerlo!.46

De las tareas políticas había que pasar a las militares. No sólo había que construir la organización clandestina e iniciar la lucha armada contra sus "enemigos históricos". Era fundamental la preparación de cada uno de los cuadros que al momento de confrontar a las fuerzas de seguridad estatales, estuvieran en condiciones de alcanzar el triunfo. Si bien las "Jornadas del 16 de Enero de 1974" en cierta medida abrieron la vía correcta, en un análisis global de los resultados dejaban muchos flancos que en el futuro podrían perjudicar al grupo. El punto central, su talón de Aquiles era el "espontaneísmo" con el que la mayoría de las capas "obreras" actuaron en ellas. Era obligatorio superar esa limitación. Para tal efecto el documento intitulado "Algunos aspectos político-militares a contemplar en la preparación y desarrollo de las próximas Jornadas Revolucionarias" debatieron el problema. Como resultado, se identificaron los flancos "frágiles" del grupo y las vías probables para neutralizarlos:

Las jornadas revolucionarias, representan un enorme salto en el desarrollo del movimiento revolucionario; justo es reconocer un salto débil, extremadamente espontáneo, pero en fin, un nivel superior de la lucha; su principal debilidad reside en que la dirección revolucionaria de sus elementos avanzados organizados, ha sido en general débil, expresada actualmente con la subsistencia de la contradicción-auge espontáneo de la movilización y retraso de la actividad de los revolucionarios organizados, mismo-que el proletariado tiene que resolver, para consolidar los pasos dados hasta ahora y avanzar enérgicamente en el cumplimiento de sus tareas y objetivos inmediatos históricos.47

Detectado el "talón de Aquiles", capaz éste de permitir al Estado, ejército y aliados pudieran destruir lo ya ganado se proponían soluciones al mismo:

Primero.-desarrollo extensivo e intensivo de la movilización política, es decir, una movilización que logre abarcar, mayor cantidad de sectores proletarios en el desarrollo de una intensa actividad revolucionaria, tendencia permanente a que cada movilización se generalice y extienda, entre más sectores proletarios que abarquen guiados por una política revolucionaria, mayor será la fuerza de la movilización y más difícil desde el punto de vista policíaco militar, su control. Segundo.-Negación de grandes concentraciones o manifestaciones pacíficas en terrenos favorables a la burguesía, y desarrollo intensivo y extensivo de muchísimas movilizaciones pequeñas, dispersas en zonas relativamente débiles del enemigo-zonas fabriles, barrios obreros, campos agrícolas, zonas escolares,-desarrollando la agitación y el combate revolucionario, esta cuestión obliga a la burguesía a dispersar sus fuerzas y con esto la posibilidad de transformar la superioridad estratégica del enemigo en superioridad táctica del proletariado sobre el mismo en los diversos combates y movilizaciones. Tercero.-Iniciativa y sorpresa, escoger el momento propicio para la movilización y desarrollo de la misma sin previo aviso (hasta donde esto pueda ser posible). Cuarto.-Desarrollo del armamento, se debe procurar aprovisionarse antes y en el mismo desarrollo de la movilización de éste, la principal fuente de abastecimiento la constituyen las fuerzas policíacas militares burguesas, así como la elaboración de un conjunto de armamento casero (bombas molotov, niples, etc.).48

A manera de estrategias a instrumentar todo pareció perfecto. Todas y cada una eran un catálogo de buenas intenciones que la LC23S proponía desplegar en la entidad. Lo cierto que se quedaría en producciones discursivas y sólo eso. Las repercusiones internas acarreadas por los golpes asestados contra el grupo por parte de los cuerpos militares, sumado a ello detenciones, muertos y desaparecidos, las contradicciones propias del grupo armado y la política que los siguientes meses desplegaría el novel Ejecutivo local, impedirían el desarrollo de todas aquellas tareas que como buenos propósitos de año nuevo planteaban implementar. A pesar del tono triunfalista con el que escribían, la realidad era otra. Parecía ser que la militancia y cuadros dirigentes aún no se habían dado cuenta. Los "restos del naufragio" aun no terminaban por hundirse y así hasta 1978 en la entidad sinaloense y dos más tarde en otras latitudes de México, la organización haría sentir sus últimos estertores. Puros fuegos de artificios. Nada que cambiara la "crónica de una muerte ya anunciada" desde años atrás.


Conclusiones

El periodo "gris" es una etapa de la vida de la principal organización guerrillera urbana mexicana caracterizada como paradójica. Por un lado, una posición en franca debacle y por otro, una producción discursiva validando a toda costa, a pesar de los resultados obtenidos en ese momento la opción armada y la utopía revolucionaria.

Abonar explicaciones sobre la derrota política y militar de este agrupamiento, es relacionarlo con factores de orden interno como fueron las escisiones internas. En el mismo tenor, de tipo externo vinculadas a las estrategias militares y sobre todo de naturaleza política diseñadas por las autoridades gubernamentales, federales y estatales que lograron dividir aún más a la militancia y aislar a la Liga Comunista 23 de Septiembre de otras fuerzas políticas nacionales y apoyo internacionales que contribuyeran a que la nave que zarpó una primavera en 1973 en pos de la tierra soñada, hogar de la dictadura del proletariado llegara a feliz puerto y no como había quedado hasta ese momento en completo naufragio a media travesía.


1 SANCHEZ PARRA, Sergio Arturo, La guerrilla y la lucha social en Sinaloa: 1972-1974, Culiacán, Tesis de Maestría en Historia Regional, Facultad de Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa, 2000, p.139.

2 Entre los grupos estudiantiles que participaron en su construcción destacaron "Los Procesos" de Monterrey, "Los Lacandones", de Ciudad Juárez y el Instituto Politécnico Nacional, el anfitrión Frente Estudiantil Revolucionario (FER) y "Los Enfermos" de la Universidad Autónoma de Sinaloa entre otros agrupamientos. Se le llamó a sí porque Liga alude a la pretensión de unificar a todos los organismos estudiantiles dispersos y 23 de Septiembre en honor al asalto al cuartel militar ubicado en Madera, Chihuahua, efectuado por estudiantes y profesores de una Escuela Normal Rural de esa entidad el día 23 de Septiembre de 1965.

3 LAGUNA BERNER, Mauricio Abraham, La Liga Comunista 23 de Septiembre, Inédito, 2000, p.54.

4 Otros de los grupos armados existentes en la época fueron Frente Urbano Zapatista (FUZ), Comandos Armados del Pueblo (CAP), Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FRAP), Unión Pueblo (UP) etc.

5 El término "Enfermo" fue acuñado por los grupos opositores a éstos como los militantes del Partido Comunista Mexicano (PCM) y la organización "José María Morelos" todos ellos integrantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) en alusión al célebre libro de Lenin, "El izquierdismo. Enfermedad infantil del comunismo", en donde el dirigente de la revolución rusa criticó a aquellos sectores de la sociedad proclives al uso de las armas y la acción directa sin valorar otras formas de hacer política.

6 Oseas o Vicente como se le conoció en el clandestino mundo guerrillero mexicano, fue educado por jesuitas en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), militó en el Movimiento Estudiantil Proletario (MEP). El MEP trabajó en barrios marginales de Monterrey lo que lo llevó a tener contacto con grupos de las Juventudes Comunistas de México (JCM). En 1971, en Netzahualcóyotl, Estado de México, haciendo labor social en una "ciudad perdida" estableció vínculos con Raúl Ramos Zavala quien lo convenció de sumarse a naciente proyecto político revolucionario, en CARR, Barry, La izquierda mexicana a través del siglo XX, México, ERA, 1995, p.271.

7 La llamada "Brigada Roja" fue la expresión más radical de la LC23S, tuvo como principal zona de operaciones la capital del país y el valle de México. Fue integrada por militantes de organizaciones de izquierda como el Movimiento Espartaquista, Movimiento Estudiantil Proletario (MEP) y disidentes del Partido Comunista de México (PCM). Su base teórica fue el libro intitulado "Nuestro Camino". Su "bautizo de fuego" fue el 12 de abril de 1973 al perpetrar un asalto en las instalaciones de Industrias Eléctricas de México (IEM), en TAMARÍZ, Cristina: Operación 23 de Septiembre. Dinámica político militar de la guerrilla urbana en México, México, UNAM, Tesis de Licenciatura en Comunicación y Periodismo, FES Aragón, UNAM, 2007, p. 34.

8 CASTELLANOS, Laura, México armado. 1943-1980, México, ERA, 2007, p.269.

9 Ibid., p.270.

10 HIRALES MORÁN, Gustavo, La Liga Comunista 23 de Septiembre. Orígenes y naufragio, México, Ediciones de Cultura Popular, 1978, p. 54.

11 LAGUNA BERBER, Mauricio, Liga Comunista 23 de Septiembre, México, 2000, s/e, p.8.

12 Periódico clandestino Madera, no.14, México: septiembre de 1975, p.7.

13 Ibid., p.7.

14 Periódico clandestino Madera, no. 14, México: septiembre de 1975, p.8.

15 Archivo General de la Nación, Sección: 2, Fondo: Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (DIPS), Caja: 1920, ff.1-6, México (En adelante AGN) octubre de 1974.

16 Periódico clandestino Madera, no 14, México: septiembre de 1975, p.5.

17 Ibíd. No.8, México: enero de 1975, pp.1-3.

18 Ibíd. No. 14, septiembre de 1975, p.4.

19 Galería: 2, Fondo: DIPS, Caja: 1920, s/f, octubre de 1974.

20 Periódico clandestino Madera, México, no. 8, enero de 1975, p.4.

21 Ibíd. p.11.

22 LAZARIN MIRANDA, Federico, Violencia: Estado y Sociedad, una perspectiva histórica, México, UAM/Iztapalapa/Porrúa, 2004, p.367.

23 "En sí, el concepto Liberalización Política alude a un proceso que hace efectivo ciertos derechos sociales, ejemplo, la inviolabilidad de la correspondencia y gozar de la vida privada, y políticos tales como asociarse libremente y tener capacidad de expresar y difundir ideas. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que en última instancia es una Apertura Parcial de un sistema político autoritario, sin que se elijan líderes gubernamentales a través de unas elecciones libres y competitivas. La Liberalización es una apertura controlable del espacio político que depende siempre de la compatibilidad de los resultados con los intereses o los valores del poder autoritario". En HERNANDEZ NORZAGARAY, Ernesto, La liberalización política mexicana, UAS, Culiacán 1997, pp.37-38.

24 SALDIVAR, Américo, Ideología y política del Estado Mexicano. (1970-1976), México, Siglo XXI Editores, 1983, p.147.

25 O'DONELL, Guillermo, SCHMITTER, Phillipe C., WHITEHEAD, Lawrence, Transiciones desde un gobierno autoritario/2, Barcelona, 1994, pp. 188-190.

26 BIZBERG, Ilán, MEYER, Lorenzo, Una historia contemporánea de México, México, Océano, 2005, tomo II, p.416.

27 Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 1975, p.11. Resalta en la presentación del texto, el mensaje del Gobernador de Oaxaca, Manuel Zárate Aquino, quien señaló que de "modo especial" los jóvenes mexicanso tuvieran en cuenta lo que un Presidente de México, había propuesto en defensa de la Patria y los pueblos marginados del mundo.

28 Ibid., p.13.

29 RODRIGUEZ ARAUJO, Octavio, La reforma política y los partidos en México, México, Siglo XXI Editores, 1984, p.47.

30 Acto de Toma de Protesta del C. Alfonso Genaro Calderón, Culiacán, 1 de enero de 1975, p.8.

31 Entrevista realizada a AGUILAR GAXIOLA, Víctor Hugo en Culiacán, Sinaloa, 18 de octubre de 2008.

32 Entrevista realizada a ALARCON AMÉZQUITA, Saúl Armando en Culiacán, Sinaloa, 14 de octubre de 2008.

33 Entrevista a MARTINEZ HUERTA, Roberto, en Culiacán, Sinaloa, 17 de enero de 2009.

34 Los "Halcones" aparecieron por vez primera en acción en el denominado JUEVES DE CORPUS de junio de 1971. Sus antecedentes se remontan a los Boinas Rojas de Netzahualcóyotl que en el 68 contaban con 700 miembros que llegaron a ser 1000 en 1971. Fueron reclutados mayoritariamente entre los trabajadores de Aseo y Limpia y Mercados del DDF y entre las pandillas de la ciudad. Apoyados y subvencionados por el Departamento del DF para sus actividades. Contaban con cuatro grupos especializados. Armado, golpeadores, penetración y porras. Tuvieron varios campos de entrenamiento localizados en san Juan de Aragón, Nuevo Chapultepec, cerca de la villa Olímpica y detrás de la pista 5 del aeropuerto de la ciudad de México. Practicaban técnicas de autodefensa, incluyendo kendo y disparos de armas de fuego, contaban con equipos de comunicación y transporte. Sus entrenadores eran capitanes y tenientes del ejército, entre quienes destacaron, Rogelio Flores, Javier Castellanos, José Lamberto Ponce Lara y Francisco Villaseñor, todos ellos adiestrados en Estados Unidos, Japón y Francia, en ORPC, La izquierda ante la represión y el autoritarismo estatal, México 1968-1985, México, ed. ORPC, 1985, pp.36-37.

35 35 La Brigada Especial, nació administrativamente probablemente el 7 de junio de 1976 por órdenes de Luis Echeverría Alvarez y disuelta durante el régimen de José López Portillo el 19 de mayo de 1980. Su sede fue el Campo Militar No. 1 ubicado en el Distrito Federal bajo la dirección de José Salomón Tanús, LOPEZ LIMON, Alberto Guillermo, Historia de las organizaciones político militares de izquierda en México, México, Tesis de Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales, FCYPS/UNAM, 2203, p.187.

36 AGN, Sección: 2, Fondo: DIPS, Caja: 1920, s/f, 4 de junio de 1974.

37 AGN, Sección: 2, Fondo: DIPS, Caja: 1920, ff. 177-178, 5 de junio de 1974, ff.177-178.

38 AGN, Sección: 2, Fondo: DIPS, Caja: 1920, ff. 194-195, 13 de junio de 1974.

39 AGN, Sección: 2, Fondo: DIPS, Caja: 1920, f.234, 24 de junio de 1974.

40 AGN, Sección: 2, Fondo: DIPS, Caja: 2716, f.19, 27 de julio de 1974.

41 AGN, Sección: 2, Fondo: DIPS, c: 1514-A, ff. 319-320, 1 de agosto de 1974.

42 Si bien Ramos Zavala no vio la concreción de la 23 de Septiembre, los esfuerzos por él iniciados de aglutinar a todos los grupos estudiantiles cristalizaron en 1973. Además, indiscutiblemente, los documentos por él redactados, En torno al proceso revolucionario y Sobre el proceso revolucionario, impactaron a las Juventudes Comunistas de México (JCM) orillándolas a romper con el Partido Comunista Mexicano (PCM) al que acusaron de reformista y opositor a la lucha revolucionaria en México.

43 Salas Obregón es el autor del texto "Las cuestiones fundamentales del Movimiento Guerrillero en México", especie de "biblia" de todo aquel militante de la Liga en la que "encontró" las respuestas al por qué adoptar la vía armada en el país y confrontar al Estado mexicano de ese entonces. Además redactó la célebre tesis de Universidad-Fábrica, en donde una combinación "sui géneris" de la economía política marxista al fenómeno educativo, "demostró" que el estudiante era productor de "plusvalía" al igual que un obrero fabril y por lo tanto con idénticos intereses de clase

44 Uno se tituló, ¡Celebremos combativamente al epopeya del 16 de enero! y el otro, ¡Algunos aspectos político-militares a contemplar en la preparación y desarrollo de las próximas jornadas revolucionarias!, documentos que se encuentran para su consulta en el Centro de Estudios sobre los Movimientos Sociales "Rubén Jaramillo Méndez", versión electrónica.

45 ¡Celebremos combativamente la epopeya del 16 de enero de 1974! Centro de Estudios sobre los Movimientos Sociales "Rubén Jaramillo Méndez", enero de 1975, p.2.

46 Ibid., pp. 7-8.

47 Centro de Estudios sobre los Movimientos Sociales "Rubén Jaramillo Méndez", ¡Algunos aspectos político-militares a contemplar en la preparación y desarrollo de las próximas Jornadas Revolucionarias", enero de 1975, p.2.

48 Ibid., p.4-5.



Fuentes

Archivos

AGN: Archivo General de la Nación (Mexico), sección 2, fondo: DIPS        [ Links ]

CEMOS: Centro de Estudios sobre los Movimientos Sociales "Rubén Jaramillo Mendez"         [ Links ]

Periódico clandestino Madera, enero y septiembre de 1978.         [ Links ]

Fuentes primarias orales

ALARCON AMEZQUITA, Saúl Armando, Entrevista realizada en Culiacán, Sinaloa, el 14 de octubre de 2008.         [ Links ]

AGUILAR GAXIOLA, Víctor Hugo, Entrevista realizada en Culiacán, Sinaloa, el 18 de octubre de 2008.         [ Links ]

MARTINEZ HUERTA, Roberto, Entrevista realizada en Culiacán, Sinaloa, el 17 de enero de 2009.         [ Links ]

Fuentes Secundarias

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FECHA DE RECEPCION: 7/06/2011
FECHA DE ACEPTACION: 16/08/2011