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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras

Print version ISSN 0122-2066

Anu.hist.reg.front. vol.18 no.1 Bucaramanga Jan./June 2013

 


Las prácticas higienistas en el
entorno urbano caleño, durante
la primera mitad del siglo XX1

Aceneth Perafán Cabrera
Doctora en Ciencias Sociales Universidad de Salamanca.
Docente Departamento de Historia.
Universidad del Valle.
Cali, Colombia.



Resumen

Este estudio tiene como propósito mostrar desde una perspectiva histórico-ambiental, aspectos relacionados con las prácticas higienistas características de la ciudad de Cali durante la primera mitad del siglo XX. Se destacan algunos de los problemas centrales relacionados con esta urbe y con algunas poblaciones aledañas, en un momento histórico en el que se presentaron graves dificultades concernientes al abastecimiento de agua, al sistema de desagüe urbano y a la organización de los servicios de higiene correspondientes a la limpieza pública, la recolección de residuos, y la situación de establecimientos insalubres.

El estrecho vínculo existente entre el discurso higienista y la idea de progreso impulsó la ejecución de propuestas encaminadas al mejoramiento de la potabilidad del agua y la adopción de prácticas en las que este recurso se convirtió en elemento estratégico para la limpieza pública, doméstica y personal. La construcción del acueducto y el alcantarillado representó una vía de solución frente a los requerimientos propios del panorama citadino de comienzos de siglo, en el que resultaba prioritario responder al tema de la salubridad, al avance del crecimiento demográfico, industrial y urbano, y al logro de mejores condiciones de vida para la población.

Palabras claves: agua, contaminación, servicios públicos, higiene, enfermedad.


THE PRACTICAL HYGIENISTS IN THE URBAN
ENVIRONMENT OF THE CITY OF CALI, DURING
THE FIRST HALF OF THE 20TH CENTURY.

Abstract

This study has as intention show from a historical environmental perspective, aspects related to the practical hygienists typical of the city of Cali during the first half of the 20th century. Are outlined some of the central problems related to this city and to some bordering populations, in a historical moment in which they presented serious difficulties relating to the water supply, to the system of urban outlet and to the organization of the services of hygiene corresponding to the public cleanliness, the compilation of residues, and the situation of noxious industries.

The narrow existing link between the speech hygienist and the idea of progress stimulated the execution of offers directed to the improvement of the potability of the water and the adoption of practices in which this resource turned into strategic element for the public, domestic and personal cleanliness. The construction of the aqueduct and the sewer represented a route of solution opposite to the own requirements of the panorama of the city of beginning of century, in which it was turning out to be priority to answer to the topic of the health, to the advance of the demographic, industrial and urban growth, and to the achievement of better living conditions for the population.

Keywords: water, pollution, public services, health, disease



Introducción

Los asuntos de higiene, salud y medidas sanitarias se convirtieron en un tema central en la agenda del gobierno local vallecaucano, en el marco de una serie de iniciativas de modernización en materia de salud pública. En este sentido, el contexto urbano de dicha región durante las primeras décadas del siglo XX, presenta un balance insatisfactorio, en el que se aprecia una gestión inadecuada de los recursos y servicios sanitarios, con limitaciones en el mejoramiento de la infraestructura básica, que posibilitara la reducción de las tasas de mortalidad, principalmente de aquellas propiciadas por las enfermedades infecciosas.

Para el caso de Santiago de Cali, el uso dado al recurso hídrico comienza a transformarse de una manera notable a comienzos de la pasada centuria, en razón de los sucesivos cambios ocurridos en el marco de una dinámica nacional de modernización que supuso la ampliación de la infraestructura urbana, en correspondencia con el crecimiento demográfico y el desarrollo de una iniciativa de mejoramiento de las vías de comunicación y transporte, que tenía como eje principal la construcción del puerto de Buenaventura y del Ferrocarril del Pacífico.

Dentro de este contexto, el propósito de este trabajo se centra en mostrar, en el marco de la relación ser humano-naturaleza, las principales características propias del entorno caleño y de otras poblaciones circunvecinas, en donde se destacan las difíciles condiciones que vivieron sus habitantes debido al precario estado de los servicios de higiene, a lo que se suma la falta de abastecimiento de agua potable, lo que dio lugar a un panorama bastante insalubre, en el que la muerte, la contaminación y las difíciles condiciones de vida resultaban algo cotidiano dentro del ámbito citadino. Así mismo, se muestran las diferentes acciones emprendidas por la dirigencia vallecaucana en favor del alcance de soluciones, princip almente relacionadas con la disponibilidad de agua potable para la población.


El enfoque de la historia ambiental

La problemática actual en materia medioambiental se convierte en un desafío que implica repensar la relación naturaleza-cultura a fin de favorecer acciones globales, críticas y reflexivas que involucren formas de pensamiento innovadoras y posibiliten nuevos patrones de interacción con el medio natural y humano.

Esta relación entre naturaleza y cultura está marcada por la acción antrópica que propicia transformaciones en los ecosistemas a partir de la influencia de un sistema de creencias, prácticas y valores que identifican a los grupos sociales y les permiten establecer el nexo material con el entorno, el cual se convierte en epicentro de las dinámicas de orden social, económico, político y tecnológico en el marco de un sistema productivo de aprovechamiento intensivo.

Los patrones productivos se rigen bajo formas de organización histórico-cultural que se encuentran estrechamente vinculadas a los cambios generados en el entorno, guiados de acuerdo a la lógica socioeconómica y política predominante.

En el marco de la actual preocupación por el ambiente, el enfoque de la historia ambiental posibilita la aproximación al conocimiento histórico de las distintas formas y procedimientos de apropiación del medio natural, conformando de esta manera un saber que indaga acerca de la acción productora y transformadora del ser humano, lo que conlleva un nexo entre la cultura y la naturaleza que tiene un carácter evolutivo. La Historia ambiental, por tanto, centra su preocupación en la relación existente entre la naturaleza y los seres humanos, para Manuel González de Molina este campo del saber consiste en:

"(…) una nueva manera de entender la evolución de los seres humanos que implica un cambio radical de enfoque. Aspira sobre todo a ecologizar la historia, a entender el pasado de los seres humanos en su medio ambiente. Trata de comprender las relaciones estratégicas entre los hombres entre sí y con la naturaleza, de la que dependen para su subsistencia y de la que forman parte como seres vivos"2.

El escenario natural conformado por los diversos ecosistemas integrados por montañas, paisajes diversos, recursos naturales, ríos, bosques y demás, va a alcanzar un valor significativo desde la mirada histórica; la naturaleza pasa a ser de esta manera un objeto de estudio activo en el análisis historiográfico. Se puede apreciar que el medio natural adquiere su propia identidad en el discurso, en el que el ser humano deja de ser el único protagonista; se produce entonces un proceso de interacción en el que también entra a participar la naturaleza de manera representativa.

Con el paso del tiempo se ha transformado el nivel de significación que los historiadores han brindado al medio físico, pues para muchos este sólo es visto como un punto de referencia donde ocurren los acontecimientos socioeconómicos, políticos y demás. Sin embargo, desde miradas más recientes, el medio se constituye en un elemento relevante en el marco de la realidad que se pretende explicar y por tanto, juega un rol significativo dentro del escenario de vida, en el que converge también la cosmovisión de la sociedad que ocupa dicho escenario.

Los distintos procesos de transformación que ocurren en el tiempo, con la anuencia de factores de distinto orden (clima, epidemias, desastres naturales, deterioro de la naturaleza, perjuicios de origen urbano e industrial, la contaminación sonora, del aire o del agua, el crecimiento urbano, entre otros) son también fuente de interés de muchos historiadores que examinan sus posibles efectos y otros factores en las sociedades, en sus dinámicas de desarrollo, auge o declive3.

El autor Arnold, establece cómo la visión sobre la naturaleza y su papel en el devenir histórico de las sociedades humanas ha sido una perspectiva escasamente abordada:

"PARECERÍA QUE LA NATURALEZA de ningún modo es un problema histórico. Para muchos historiadores -del pasado y del presente- la naturaleza apenas si ha existido como factor digno de ser tomado en cuenta. (…) Muchos historiadores pertenecen a una tradición, que de muchas maneras sigue siendo la predominante, en que la naturaleza, sea como ideología, sea como realidad material, no figura, salvo quizá como el escenario donde se representa el drama real: el drama de las vidas humanas, de la acción humana, de los sucesos centrados en el humano"4.

Han habido muchas percepciones e ideas acerca de la naturaleza, que han tenido un papel relevante en el devenir histórico de la sociedad occidental, como aquellas que recoge Glacken, quien centra su interés particular en el análisis de la relación sociedad naturaleza a través del tiempo. Para este autor el último término encierra en sí muchos significados: Con todas sus debilidades es una espléndida antigua palabra. (…). A veces la palabra vale como sinónimo del medio físico o natural, a veces tiene un aura más filosófica, religiosa o teológica; ocasionalmente alcanza mayor grandeza, como cuando Buffon la llama "trono exterior de la magnificencia divina"5.

Son muchas de estas ideas la base fundamental que ha dado lugar a la conformación de las Ciencias Sociales contemporáneas. Son formas de pensar que han cumplido un rol estratégico en el empeño por generar una comprensión acerca del accionar del ser humano, la cultura y el medio natural en el que se desenvuelve. Son ideas que tienen su raíz en el pensamiento antiguo, en las que sobresale en primera medida la concepción de la Tierra y la comprensión de los fenómenos naturales como algo resultante de un designio divino.

Las otras dos ideas centrales analizadas por Glacken tienen que ver con la relación ser humano-naturaleza, caracterizada por su efecto bidireccional, en la medida en que el medio natural ejerce su influencia en la sociedad y a su vez el ser humano representa un agente geográfico que la transforma. Para Glacken estas ideas son producto resultante tanto del pensamiento como de la experiencia humana a lo largo del tiempo: "en el pensamiento occidental, hasta fines del siglo XVIII, los conceptos de relación entre cultura humana y medio natural han estado dominados, aunque no exclusivamente, por las tres ideas mencionadas, a veces por una sola de ellas, a veces por dos o incluso por las tres combinadas"6.

En este marco, la idea de "naturaleza" ha ido transformándose con el paso del tiempo, a partir de aportes sucesivos de pensadores que han reelaborado esta concepción adaptándola a sus propias necesidades, lo que no ha permitido llegar a un consenso general sobre su real significado.

Para Descola, quien centra su atención en comprender la relación entre el ser humano y el medio ambiente, naturaleza y sociedad son conceptos estrechamente interconectados que convergen en el marco de un proceso histórico-cultural. Establece cómo el medio natural ha sido antropizado, se ha transformado en el marco de una racionalidad en la que la naturaleza sólo resulta ser un insumo más dentro del sistema productivo vigente:

"(…) la elección misma del término «medioambiente», en lugar del de naturaleza, indica ya un deslizamiento de perspectiva; en su sentido más corriente, la naturaleza era antropocéntrica de un modo casi clandestino en la medida en que recubría por preterición un dominio ontológico definido por su ausencia de humanidad -sin azar ni artificio-, mientras que el antropocentrismo del medioambiente está claramente enunciado: es el mundo sublunar de Aristóteles en tanto está habitado por el hombre. De la estratosfera a los océanos pasando por los bosques tropicales, nadie lo ignora en la actualidad, nuestra influencia se hace sentir en todas partes y se admitirá entonces sin esfuerzo que al estar nuestro entorno natural antropizado por todas partes y en grados diversos, su /existencia como entidad autónoma ya no es más que una ficción filosófica"7.

Diversas posturas ideológicas asumidas a lo largo de varios siglos evolucionaron hacia una visión en la que se mantiene vigente el propósito manipulador e instrumentalizador de la naturaleza, sumado a una valoración netamente económica que confiere a la naturaleza un valor de uso, lo que ha conllevado a un grave deterioro de ésta: "Se manipula y apropia la Naturaleza como condición y necesidad para atender metas enfocadas en el progreso perpetuo"8.

Persiste por tanto a lo largo del tiempo la vinculación de la idea de naturaleza con los conceptos de progreso y desarrollo, donde se concibe como un cúmulo de recursos que deben ser explotados.

Son muchas las contradicciones que se tejen alrededor de la dualidad naturaleza-cultura, a partir de la cual se aprecia cómo la naturaleza pasa a convertirse en una creación social que adquiere su propia caracterización en cada momento histórico, con su propia estructura. Se pretende ir mucho más allá de ese dualismo, buscando hallar distintas miradas en relación al entorno: "Por estas y otras vías, los desafíos actuales obligan a abandonar los conceptos de naturaleza como un mero contenedor y justificativo para la apropiación y dominación"9.

El lugar de los seres humanos en la naturaleza ha sido analizado por expertos de los diversos campos disciplinares y en ninguna forma es un terreno exclusivo de los y las historiadoras. Los estudiosos del campo de la antropología, por ejemplo, centran sus esfuerzos en indagar en profundidad acerca de las dinámicas propias de la vida cotidiana de los diferentes grupos sociales en relación con la naturaleza: "La antropología cultural tiene una larga historia en el estudio de las maneras como la población rural conoce su medio ambiente, se adapta a él y lo transforma"10.

La historia ambiental posibilita un diálogo interdisciplinar e inter-teórico, que permite acercamientos a la biología, la ecología, la antropología, la geografía y otras áreas del conocimiento, en el marco de un ejercicio que implica analizar estas disímiles fuentes a la luz de las relaciones entre los ecosistemas y las prácticas culturales.

Desde esta perspectiva es posible, por tanto, realizar desde la Historia Ambiental un ejercicio de conjugación no sólo con las demás ciencias humanas sino también con las Ciencias Naturales, pues este campo del saber representa también una fuente de información práctica que brinda un conocimiento del pasado a partir de aspectos relacionados con el clima, la vegetación, el suelo, el agua, los recursos naturales, las diversas especies del mundo natural y la forma como estos factores ejercieron una influencia en las sociedades, al igual que los mecanismos de adaptación y de respuesta frente a posibles crisis o eventualidades asumidas por las sociedades humanas en el pasado.

En este proceso de acercamiento al pasado, las ciencias de la naturaleza proporcionan a los historiadores conocimientos que resultan importantes para entender las dinámicas y estructuras de los procesos históricos. Se consolida entonces una nueva forma de abordar los conceptos y las fuentes provenientes de otras ciencias complementarias a las humanas, que ayudan a enriquecer el enfoque de la Historia Ambiental.

Existe un aspecto importante a considerar y este consiste en la diferencia que es posible apreciar entre la historia ambiental y la historia ecológica, pues cada una tiene su propio enfoque de estudio. Mientras la ciencia de la ecología "ha tendido a enfocar el estudio de la naturaleza como el mundo no humano y a evitar un enfoque antropocéntrico: se ha propuesto identificar y explicar la interrelación de todas las formas de vida y de no privilegiar el factor humano"11.

Desde la mirada de la Historia Ambiental se presenta un contraste, puesto que en ella juega un papel relevante la relación de los seres humanos con el entorno natural, con el medio físico como objeto de estudio, el cual tiene un influjo importante en la historia de la sociedad: "Aquí la naturaleza figura desvergonzadamente como hábitat humano, y las estaciones, los suelos, la vegetación y la topografía, la vida animal y la de los insectos, son vistos como algo que influye significativamente en la actividad, la productividad y la creatividad humanas"12.

De esta forma es posible entender que la naturaleza no es un factor aislado, pues ejerce su influencia en la historia de los seres humanos, se vincula a la realidad humana y cultural y participa en su transformación.

La historia ambiental pretende entender la interrelación que se desarrolla a lo largo del tiempo entre el ser humano y el medio natural, caracterizada por su alto nivel de complejidad y variabilidad, en una dinámica de cambios en la que tanto la sociedad como la naturaleza se afectan de manera recíproca y en la que la historia ambiental:

"(…) se ocupa del papel y el lugar de la naturaleza en la vida humana. Estudia todas las interacciones que las sociedades del pasado han tenido con el mundo no humano, el mundo que nosotros no hemos creado en ningún (sic) sentido primario. El ambiente tecnológico, el entorno de cosas que la gente ha producido, que puede ser tan ubicuo como para constituir una suerte de "segunda naturaleza" en torno a nosotros, también es parte de este estudio, pero en el sentido por demás específico de que la tecnología es un producto de la cultura humana tal como está condicionada por el medio ambiente no humano"13.

Desde este enfoque se busca que la historia y la ecología en conjunto con otras áreas del conocimiento, de manera mancomunada trabajen en pos de una lectura pormenorizada de aquellos elementos que han jugado un papel importante en la sinfonía de la historia del medio natural y humano. Resulta por completo desacertado intentar divorciar la naturaleza de todo lo que tiene que ver con el accionar humano, conformado por el acervo cultural de las sociedades a través del tiempo, el cual resulta crucial a la hora de analizar los procesos de interacción con el medio natural.

Donald Worster, reivindica el papel del historiador como un sujeto con la capacidad de generar cambios desde su quehacer profesional, que propenda por el desarrollo de trabajos investigativos que den cuenta de la realidad social y ambiental y que permitan comprender la vida de los seres humanos y su relación con el medio natural en distintos momentos históricos14.

Para John R. McNeill, la historia humana se ha desarrollado y continuará desarrollándose dentro de un contexto biológico y físico cada vez más amplio que está en permanente evolución. Identifica tres grandes campos de acción de la historia ambiental: uno de enfoque material, en el que sobresalen los cambios en los ambientes físicos y biológicos y se estudia cómo éstos afectan las sociedades humanas privilegiando los aspectos tecnológicos y económicos de sus actividades; otro de tipo cultural, el cual enfatiza las representaciones, imágenes y símbolos que sobre la naturaleza expresan distintos actores y cómo estas representaciones influyen en los cambios que ocurren en los ecosistemas; y una tercera perspectiva es de corte político y analiza la forma como la ley y las políticas de Estado se relacionan con el mundo natural15.


El agua: tema de interés central

En la actualidad la atención mundial se centra en el desafío que implica satisfacer las necesidades de agua urbana, dado el rápido incremento de la población, la industrialización, el dilema del cambio climático y los diversos problemas relacionados con los desastres naturales.

Si se tiene presente que el manejo de un recurso tan estratégico como el agua y su proceso de saneamiento, representan un desafío técnico y político central, resulta necesario pensar desde una perspectiva histórica acerca de los principales sucesos y transformaciones acaecidas en los sistemas naturales y sociales. En especial resulta interesante enfocar la mirada hacia las distintas maneras en las que los diversos grupos sociales hacen uso de los recursos para dar solución a sus necesidades básicas y en efecto, proponer posibles medidas de solución orientadas a la consecución del bienestar social, en correlación con modelos de desarrollo acordes con dichas soluciones, en los que se propenda por la conservación de los recursos naturales.

Desde el campo de la historia resulta importante, por tanto, echar una mirada en torno a este elemento tan esencial de la naturaleza y analizar las diferentes visiones que se han entretejido alrededor suyo, y su rol en la historia, el cual ha alcanzado un nivel cada vez más significativo: "En los inicios del último siglo, la conquista del agua se tornó una preocupación central, uno de los temas principales en la religión secular moderna del progreso"16.

Autores como Mcneill17, establecen la importancia de crear una conciencia socio-ambiental con relación al uso del agua mostrando a través de un recorrido histórico, los usos dados a este recurso vital en distintas partes del mundo, haciendo un especial énfasis en aspectos relacionados con el ámbito cultural, las tendencias modernas de la industrialización, las concepciones ideológicas, los patrones de urbanización y el consumo energético de las sociedades en general; siendo éstos los factores relevantes que han incidido en la contaminación del agua y han llevado a la falta de acceso a este elemento, problemática acerca de la cual brinda ejemplos representativos sobre comunidades ubicadas en distintos contextos geográficos. Así mismo, realiza un ejercicio comparativo entre las sociedades antiguas y modernas con el fin de mostrar la diferenciación existente en el uso dado a este recurso en diferentes momentos históricos, los cuales están determinados por las características propias de cada sociedad.

El enfoque de la historia ambiental brinda por tanto los elementos básicos para el análisis de la sociedad y su relación con el medio natural, en este caso resulta esencial para examinar la interacción del ser humano con un recurso tan esencial como es el agua, determinando las características de su origen, consumo, distribución, accesibilidad y función en un espacio y momento determinados, en correlación con los rasgos distintivos de cada sociedad.

Desde esta perspectiva historiográfica resulta importante adentrarse en el estudio de la realidad caleña a comienzos del siglo XX, pues permite una aproximación al conocimiento de los procesos de uso, disponibilidad y deterioro de recursos esenciales como el agua, las necesidades sociales, ambientales y económicas predominantes de la sociedad y las distintas transformaciones ocurridas en el espacio, en el marco de un proceso de paulatino progreso, que estaba en consonancia con lo que también acontecía en el plano nacional.


1. El discurso higienista y su influencia en el contexto nacional

Entrado el siglo XX, el despertar de la modernización trajo consigo cambios sustanciales en materia de hábitos de higiene en el plano nacional, es así como el gobierno desarrolló la normativa básica relacionada con las políticas de Salud Pública que dio pie a la creación de la Ley 30 de 1886 mediante la cual se originó la Junta Central de Higiene, cuyo principal objetivo se centró en velar por el cuidado de la salud de la población, principalmente en lo relacionado con el control de las enfermedades epidémicas18.

"La medicina institucionalizada pasa a participar activamente en el nuevo orden social, colaborando en el proyecto de la modernidad del país, sancionando los valores culturales, patologizando hábitos, justificando su saber y el uso de nuevas tecnologías, medicalizando espacios, diseñando biopolíticas, desarrollando una cultura de la higiene. Los médicos se convierten en parte del Estado, en funcionarios públicos, con la puesta en práctica de sus teorías higienistas, de clara influencia francesa en ese momento, que tienen un gran impacto sobre la población de todo el país, que se adecua al nuevo orden económico de la modernidad, el capitalismo, en su fase preindustrial"19.

Vale la pena destacar que para la élite científica nacional resultaba muy significativa la imagen que pudiese crearse de cara al exterior, frente a lo cual los esfuerzos se enfocaban en mantener un contacto permanente con especialistas extranjeros, lo que le permitía estar al tanto de las últimas novedades: "La élite se sentía permanentemente observada y juzgada por los europeos y los norteamericanos. El punto de referencia era, en particular, Francia, que aparecía como un ideal casi inalcanzable aunque siempre presente"20.

"(…) la presencia de científicos extranjeros y el contacto permanente con especialistas, contribuyó a dar realce a la labor de los naturalistas nacionales. Esto se debió a que, en los años veintes, el país ya estaba vinculado a la economía mundial, la sociedad colombiana era más compleja, y el manejo del Estado implicaba la concurrencia de saberes técnicos y científicos. Las élites comenzaron a interesarse por la instrucción técnica y por la formación en ciencias. El concurso de los científicos se hizo indispensable para mejorar la agricultura, conocer el territorio, estudiar los climas y las poblaciones y explorar los recursos naturales. Las exploraciones geológicas, la mineralogía, la bacteriología y la química cobraron un nuevo interés. Frente a la cultura enciclopédica de las élites, los científicos -aunque fuesen aficionados-mostraban que el estudio de la naturaleza servía para resolver problemas"21.

Las prácticas higienistas y la medicina características de comienzos del siglo XX orientaron su atención al modo de vida propio de las diversas poblaciones y a los distintos gérmenes asociados a las enfermedades que podían invadir los organismos, los espacios y difundirse por doquier. La higiene moderna fue incluyendo de manera paulatina los conocimientos provenientes de dos disciplinas: la epidemiología y la bacteriología22.

De manera paulatina se fue expandiendo una nueva lógica que chocaba con la tradición, era una nueva visión basada en un saber científico:

"Se trata de una racionalidad científica alimentada principalmente por tres movimientos importantes: el nacimiento de la epidemiología; la nueva higiene inspirada en las teorías microbianas, y una atención exacerbada a las condiciones de existencia de los pobladores que superaba en mucho la especulación hipocrática sobre los aires, las aguas y los lugares, al tener en cuenta las condiciones sociales de los habitantes y los espacios como tales. Esa racionalidad "higienista", "epidemiologista" y "microbiologista" proponía en el mundo entero la vigilancia de los flujos y de los intercambios que potencialmente pudieran constituir medios de contagio por ser favorables al transporte de gérmenes, y que podrían ocasionar la emergencia de epidemias"23.

El interés por la calidad del agua y su estrecho vínculo con la salud de la población se constituyó en la prerrogativa del modelo higienista, ya que resultaba esencial hacer frente a la propagación de las enfermedades infectocontagiosas generadas principalmente por el manejo ineficiente de este recurso. Ello se sintió con una mayor intensidad en la segunda década del siglo pasado cuando se pusieron en funcionamiento las Juntas Departamentales de Higiene y las Comisiones Sanitarias.

La institucionalización de la política higienista nacional podría decirse que abarca tres momentos específicos. Una primera fase incipiente de puesta en marcha de las normas higiénicas se ubica entre 1886 y 1920, momento en el que se presentaron muchas dificultades representadas principalmente en un panorama político turbulento generado por los conflictos que supuso el arribo del conservadurismo al poder, lo que ocasionó la resistencia de muchos sectores, al punto de dar lugar a la Guerra de los Mil Días, suceso que obstaculizaría el desarrollo socioeconómico nacional y que para el sector de la salud significaría un freno al avance de reformas.

El período que va de 1920 a 1937 se caracterizó por el logro de una gran eficiencia en el cumplimiento de la norma higienista, a partir del desarrollo de medidas orientadas a mejorar las condiciones de acceso al agua potable. Mediante la Ley 46 de 1919 se creó el Laboratorio Oficial de Higiene al servicio de la Dirección Nacional de Higiene, el cual se construyó entre 1920 y 1926, su fin principal consistió en: "el estudio de las enfermedades, el análisis de las aguas para consumo (no sólo las de Bogotá sino las de todas las ciudades principales de Colombia), así como el análisis de muestras mandadas de otros municipios y la inspección de las drogas para la venta"24.

La Ley 26 de 1926 evidencia claramente cómo la idea de progreso nacional se encontraba estrechamente relacionada con la higiene y la "civilización". Según Antonio Uribe, proponente de esta ley, el atrasado nivel de la higiene, sumado a las difíciles condiciones climáticas eran la causa principal del estancamiento latinoamericano, reflejado básicamente en la falta de mano de obra para el desarrollo de la industria a raíz de la despoblación general existente, como resultado de la proliferación de enfermedades.

Esta ley tenía como propósito: "el saneamiento de los puertos marítimos y el control de las obras que fueran necesarias para el saneamiento de los puertos, incluyendo en ello la dotación de abundante servicio de aguas potables, el alcantarillado, la pavimentación de las ciudades y el saneamiento de las habitaciones"25.

En la fase que va de 1938 a 1953 se experimentaron notorios avances, pues en 1938 se creó el Ministerio de Trabajo, Higiene y Previsión Social y en 1953 se dio origen al Ministerio de Salud.

En el caso del Valle del Cauca, un territorio cuya realidad no era ajena a lo que acontecía en el panorama nacional, y que era además epicentro de un paulatino proceso de crecimiento en distintos órdenes como el social, el económico y el demográfico, se aprecia el creciente desarrollo de normativas orientadas a superar las diversas dificultades en materia de salubridad, mediante el mejoramiento de la infraestructura en el servicio del agua potable y residual, haciendo frente de esta manera a las distintos problemas y exigencias que demandaba la sociedad en general en el territorio.


2. El Valle del Cauca: contexto de grandes cambios

En momentos en que el atraso económico era evidente en el Valle del Cauca debido no sólo a la carencia de una infraestructura vial que permitiera lograr una interconexión comercial con otras regiones, sino también a la falta de inversión en otras obras públicas que el departamento demandaba tales como: acueducto, energía eléctrica, tecnología para los cultivos etc., se pensaba que la construcción de vías de comunicación -especialmente el ferrocarril- representaba una de las probables rutas de solución a dicho estancamiento y a su vez la fuente del progreso para el Valle del Cauca, al generar empleos, capital, desarrollo comercial, etc.

La construcción del Ferrocarril del Pacífico fue un proyecto que pudo concretarse bajo varias administraciones que van desde 1878 a 1915, fue una obra que ayudó a darle un gran empuje a la economía vallecaucana, debido a que suscitó transformaciones en las actividades industriales, comerciales y agrícolas, sirviendo como medio de transporte de productos y de materia prima.

Desde fines de la década de 1910 al 30, se inició por parte del gobierno departamental la construcción de carreteras, con el propósito de mejorar el circuito comercial con algunas regiones lejanas y obtener mayores beneficios económicos a partir del acortamiento del tiempo y la distancia en el recorrido.

Con el desarrollo paulatino de las vías de comunicación, el Departamento logró la conexión comercial con otras regiones y con el exterior, vinculando toda la producción agrícola representada en productos como el café, el tabaco y el azúcar con los demás mercados. Durante todo este proceso de desarrollo vial, comercial y económico vallecaucano, Cali se establece como la capital comercial del Departamento, debido a factores tales como su posición geográfica cercana al puerto de Buenaventura, que la convertían en paso obligado del tráfico de mercancías, pasajeros y materia prima, constituyéndose así en el eje del desarrollo económico de la región.

La explotación del café, proporcionó nuevas fuentes de ingresos para la población campesina, encauzando la presión demográfica hacia los municipios del nororiente, por medio de flujos migratorios de población interna. El café fue el producto predilecto de los colonos y su producción llegó a convertirse en las primeras décadas del siglo XX en el sustento de la economía nacional.

Durante las primeras décadas del siglo XX, el incremento de la población rural estuvo asociado a la expansión cafetera, y este crecimiento demográfico fue absorbido por el campo. Esto porque el café era un producto de alta rentabilidad y su explotación estable lo cual condujo a que no se desarrollara una presión demográfica hacia las ciudades; paradójicamente esta situación económica fue gestando las condiciones en las cuales descansaría posteriormente el desarrollo industrial regional y urbano26.

El desarrollo alcanzado en la economía departamental, se convirtió en un polo de atracción para la población proveniente de regiones aledañas al Valle del Cauca, que en vista de las mejores oportunidades de empleo, salario y condiciones de vida, buscaron radicarse en este Departamento para gozar de mejores facilidades. Sin embargo, el desarrollo departamental fue un proceso que tomó varias décadas para convertirse en una realidad.


3. Santiago de Cali y su panorama en materia de salud

Aún hasta 1905 el Valle del Cauca no había conseguido aún su autonomía político-administrativa y se encontraba dividido en varias provincias. Para este momento, las denominadas provincias no eran más que villorrios. La capital de cada provincia era el centro más importante. En 1905, la provincia más destacada en población era Palmira que llegaba a los 43.617 habitantes, y Cali, la segunda ciudad, contaba con 40.234 pobladores, sobresalían también Buga (39.079 habs.) y Buenaventura (30.041 habs.). En estas poblaciones actividades tales como la agricultura, la ganadería y el comercio habían adquirido un mayor desarrollo.

Durante este período de inicios de siglo, la agricultura se convirtió en un foco de atracción para la población, ya que representó una fuente de empleo y una renta económica debido a que los productos agrícolas tenían gran demanda en el mercado. Esta actividad comenzó a tener un amplio despliegue en la Provincia de Palmira, caracterizada por su gran fertilidad y aptitud para la agricultura, en la cual se concentró el 21% de la población del Departamento en 1905.

Santiago de Cali, era una población pequeña, con una infraestructura poco desarrollada, con pocos barrios en los que convergían y compartían su cotidianidad diversos sectores sociales:

"Los barrios o sectores populares, donde habitaban artesanos, pulperos y peones (San Nicolás y el Calvario), estaban constituidos por casitas con techos de paja eventualmente de teja de barro y paredes de bahareque o adobe. El patriarcado urbano ("los notables") vivían en San Pedro, La Merced y La Ermita en casas de adobe, a menudo de dos plantas, con balcones a la calle o a la Plaza Mayor, y con techos de teja. Las calles estaban "destapadas" con excepción de El Empedrado (San Pedro, La Merced, La Ermita) y por ellas corrían los "albañales" y el viejo acueducto colonial. Ello producía, especialmente en los inviernos, que se desbordaran y que las aguas para el consumo se contaminaran"27.

A inicios del siglo XX las condiciones de vida y de salud de la población vallecaucana eran muy precarias. Buena parte de la población residía en el campo o en pequeñas localidades en las que los servicios del gobierno en materia educativa, de vivienda o de salud, brillaban por su ausencia.

La gran mayoría de la población en las ciudades adolecía de servicios públicos esenciales como acueducto, alcantarillado, energía eléctrica, mataderos, plazas de mercado y servicios de salud. Los escasos ingresos, sumados a un bajo nivel en materia educativa, inadecuados hábitos alimenticios e higiénicos, así como a enfermedades gastrointestinales y parasitarias, se convirtieron en factores que contribuyeron a elevar los índices de mortalidad de la época. La falta de acceso al agua por parte de muchos pobladores representó uno de los factores generadores de estas enfermedades, lo que llevó a pensar en la necesidad de canalizar las fuentes de agua que surtían a la ciudad y de esta forma evitar que quedaran expuestas a la contaminación. En un artículo publicado por la Revista Económica de Colombia, se establece cómo fue el proceso de obtención de agua a comienzos de este siglo en la capital, Cali:

"Desde antes de 1912, y todavía hoy, la ciudad se surte de aguas del río Cali por medio de una acequia cuya bocatoma estaba ubicada un kilómetro arriba del actual puente de Santa Rosa. Esta acequia alimentaba un tanque-depósito situado en terrenos de la antigua trilladora de los Guerreros, es decir, un poco antes del conocido "Charco del Burro". Del tanque partía un canal abierto que entraba hasta la ciudad, después de atravesar por un viaducto de arcos las cañadas del "Puente de los Suspiros", actual desagüe del acueducto. La distribución del agua se efectuaba por medio de cañerías de ladrillo hasta las pilas particulares y públicas. Las familias pudientes compraban el derecho a lo que entonces se denominaba "paja de agua", que era la unidad de medida y que equivalía, aproximadamente, a una instalación de una pulgada"28.

Para satisfacer la necesidad de agua de la población en Cali, se instalaron varias pilas públicas distribuidas en toda la ciudad, siendo algunas de las más representativas las siguientes: la Pila de San Antonio, la Pila del Crespo, La pila del Salto, La Pila de Santa Rosa, la Pila de Lores, La Pila Seca, la Pila de San Nicolás, la Pila La Chanca, la Pila de Belalcázar, la Pila del Pueblo o Barrio Santander, la Pila de Villanueva, la Pila de Juanchito y la Pila de El Troncal29.

Durante las primeras décadas del siglo XX, emergieron muchas enfermedades que estuvieron asociadas básicamente a la carencia de prácticas tales como el aseo corporal, el uso de calzado, la eliminación de excretas y la higiene empleada en el consumo de los alimentos y a las que se sumaba el incremento demográfico, siendo estos factores los que condujeron al agravamiento de ciertas patologías, entre las que se destaca la anquilostomiasis, un padecimiento común entre las personas de escasos recursos económicos:

"En las zonas rurales las condiciones higiénicas eran deficientes por la alta proporción de viviendas con pisos de tierra, la falta de retretes modernos y el andar de las gentes con los pies descalzos; esto causaba entre los campesinos la infección parasitaria, especialmente por el anquilostoma, con las frecuentes consecuencias de diarreas, enteritis, anemia tropical y desnutrición.

La mala costumbre de colocar estiércol de vaca en la cicatriz del ombligo de los recién nacidos les producía infección por tétanos, con una alta mortalidad. Esta sepsis se redujo con la tendencia a tener el parto en un hospital. Además se le dio mucha importancia a la alimentación con leche materna o pasteurizada desde la década de los 20"30.

La anquilostomiasis, fue una de las enfermedades parasitarias más estudiadas debido "a que impedía el libre curso del trabajo y a que era entendida como un obstáculo a la marcha de la "civilización" y el "progreso"31; se consideraba pues como un problema de salud pública grave. Por tal razón era indispensable dar solución a esta problemática haciendo uso de estrategias que tuvieran eco en todos los pobladores:

"Se hace explícita una estrategia política higienista y civilizadora que busca penetrar a toda la población, cambiando prácticas corrientes y hábitos poco cuestionados: la tarea de difusión de los nuevos conocimientos aplicados a la vida cotidiana debe convertirse en un conjunto coherente de labores coordinadas que evitará la incidencia de nuevos casos"32.

El Valle del Cauca y Cali específicamente, eran espacios en los que se estaban produciendo importantes transformaciones caracterizadas por el gran impulso que adquirió la economía cafetera y el proceso urbanizador e industrial, acompañado de innovaciones en materia de transporte. Estos procesos migratorios de la población fomentaron el desarrollo de enfermedades: "Las migraciones hacia las ciudades, en los primeros años del siglo XX, el hacinamiento, el desaseo y la desnutrición aumentaron los brotes de tuberculosis y enfermedades venéreas"33, situación frente a la que el Estado tuvo que tomar medidas para favorecer mejores condiciones en materia de salud.

La tuberculosis fue una de las enfermedades infecciosas que se propagó peligrosamente entre la población vallecaucana, en un contexto en el que las condiciones higiénicas dejaban mucho que desear. Con relación a este punto, una de las causas de la difusión de esta enfermedad fue atribuido al "espíritu de lucro desenfrenado" que había hecho que se construyeran "habitaciones estrechas, húmedas, desprovistas de agua, casi sin aire, y sin luz, y que eran, por lo tanto, una amenaza para la salud y la vida de quienes las ocupaban"34.

Esta enfermedad, conocida como la "peste blanca", representó un serio problema, frente al que las autoridades municipales principalmente, tuvieron que tomar una serie de medidas consistentes en la creación de un sanatorio antituberculoso:

"Conforme a informaciones fidedignas que hemos obtenido, sabemos que tanto el señor Gobernador, como el dr. Mario Correa Rengifo, este último jefe departamental de la campaña antituberculosa, han contemplado la posibilidad de adquirir un lote de terreno ubicado en la región de Siloé, a quince kilómetros de Cali, constante de noventa plazas, con dos climas, frío y medio, aguas saludables, tierras fértiles, y cuya oferta ha sido hecha con el sólo propósito de colaborar en la coronación de la obra"35.

La explicación a muchos de los grandes males que aquejaban en materia de salud a la población, se asociaba directamente con factores que iban desde "la precariedad de los equipamientos colectivos a la vivienda, de la herencia biológica o racial a los hábitos cotidianos de higiene, del ambiente laboral a la alimentación y la pobreza, de la inmigración masiva a las multitudes que se agolpaban, peligrosas, en las ciudades"36.

3.1 Problemas en torno al ganado porcino y vacuno

Las medidas de salud pública orientadas a evitar la difusión de enfermedades, se hicieron extensivas a las distintas poblaciones de la región, estas disposiciones buscaban un cambio en aquellas prácticas tradicionales propias de la población vallecaucana que resultaban contaminantes.

A comienzos del siglo XX, la cría del ganado porcino representó una actividad económica bastante popular entre los pobladores vallecaucanos, razón por la cual es frecuente hallar casos relacionados con su cría, restricciones en su manejo o situaciones de robo:

"El fallo consultado se refiere a hurto de ganado de cerda denunciado por Heliodoro Ramírez Núñez ante el Alcalde de Florida. El cuerpo del delito y la responsabilidad del indiciado los constituyen la diligencia de allanamiento en la cual se encontraron restos dañados de la marrana muerta, las declaraciones de los testigos y la confesión de los sumariados (…)"37.

Durante esta época era frecuente la movilización de cerdos y otros animales domésticos en las calles, debido a ello el gobierno municipal de Cali decretó el pago de una multa, que también cobijó este tipo de ganado:

"Es absolutamente prohibido dejarlos en libertad por las calles y plazas, lo mismo que cualquiera otros animales domésticos, bajo la multa de cincuenta centavos por cada falta (…) la policía podrá revocar la concesión del derecho de mantener cerdos en chiquero cuando, por motivos de higiene y salubridad, fuere solicitada por cualquiera persona del pueblo la supresión de los chiqueros y alojamiento de los cerdos de la vecindad de las residencias y casas de habitación"38.

Con el paso del tiempo, muchos de los problemas en materia de salud obedecieron a la negligencia de los habitantes, un ejemplo de ello se aprecia en la instalación de criaderos de cerdos, también denominados "marraneras", en unas condiciones que reflejaban a todas luces el enorme grado de descuido en el que se efectuaba su crianza, lo que generaba efectos negativos a la población:

"Llamamos la atención de los señores dirigentes de la Unidad Sanitaria sobre la existencia de un criadero de cerdos que se efectúa en grande escala en la calle 15 con carrera 26.
Disposiciones de orden legal deberán sancionar severamente a quienes ejerciten estas clases de negocios dentro del perímetro urbano. Todo el vecindario se encuentra amenazado por las epidemias que surgen como consecuencia lógica de las mismas que despiden estas marraneras. En repetidas ocasiones esta queja se ha interpuesto por medio de memoriales, tanto a la Alcaldía como a la Unidad Sanitaria, pero deliberadamente las autoridades han puesto oídos de mercader, probablemente por la existencia de algún interés creado que no les permite aplicar rigor de la ley en estos apremiantes casos de salubridad pública"39.

Se aprecian los esfuerzos emprendidos para combatir la propagación de enfermedades y epidemias, los cuales involucran el marco jurídico a fin de transformar los hábitos higiénicos de la población en el marco de su cotidianidad: "Al igual que en el mundo urbano, pero enfrentando otras enfermedades, los problemas de cómo intervenir en el mundo rural, cuán profundamente penetrar en sus modos cotidianos, cómo persuadir o cuándo recurrir a la coerción fueron cuestiones ineludibles"40.

3.2 Alimentos básicos: vectores de muchas enfermedades

Muchos factores incidieron en la calidad de los productos que se ofrecían al público, los cuales se trataban de forma tan rudimentaria que llegaban en mal estado a las personas que los consumían, generando con ello numerosas enfermedades que afectaban primordialmente a la población infantil. Sólo empiezan a verse pequeños cambios, cuando se generan desde el gobierno inversiones para lograr una mejor infraestructura en las diversas ciudades.

La explotación de la leche, por ejemplo, se efectuaba en unas condiciones por completo inapropiadas, debido a la carencia de una infraestructura técnica adecuada para lograr una óptima y sana producción. Entre las fallas características se observaba por ejemplo: la falta de higiene en todas las fases de producción, la ausencia de sanidad de los pastos para el ganado, la carencia de control de los animales enfermos que pastaban junto con los animales sanos, sumado a la escasez de aseo en los establos, en los alimentos, en los ordeñaderos y en los utensilios empleados41.

Un estudio practicado por el Laboratorio de Higiene de la Secretaría de Industrias encontró que el número de microbios y de bacterias presentes en la leche superaba los límites fijados para ser considerada como apta para el consumo: que era de 10.000 bacterias por centímetro cúbico. Se demostró que las vacas estaban enfermas, que había contaminación con agua sucia, probablemente usada para lavar las vasijas usadas. Estas malas condiciones higiénicas de la leche fueron el factor preponderante que incidió en la gran mortalidad infantil del departamento42.

La carne, alimento que comenzó a formar parte importante de la dieta de los vallecaucanos, también carecía de procedimientos adecuados para su manipulación, pues los medios de transporte de la carne eran rudimentarios y antihigiénicos, haciéndose por medio de bestias y en cajones. En el trayecto del matadero a las galerías, la carne quedaba expuesta a factores contaminantes como el polvo, las moscas y los insectos, entre otros. Esta misma situación ocurría en el sitio de venta, en donde la carne era colgada al aire libre sin ningún tipo de control de los diversos insectos y microorganismos infecciosos trasmisores de enfermedades contagiosas entre las que se destacan: tuberculosis, tétano, viruela, rabia, parásitos etc. Aparte, este alimento era manipulado constantemente por el carnicero quien recibía y devolvía el dinero.

Por otra parte, el método de matanza de los animales era muy anticuado, rudimentario y bastante cruel, porque el animal sufría mucho en su agonía; además, bajo esas condiciones de sacrificio, la carne perdía calidad porque se descomponía más rápido43.

3.3 El control de las prácticas culturales vallecaucanas para frenar las enfermedades

A comienzos del siglo XX el sistema de abastecimiento de agua se encontraba en deplorables condiciones, muchas de las fuentes de agua presentaban problemas de contaminación. Los ciudadanos en general no prestaban mayor interés al cuidado o preservación del recurso agua.

El aseo corporal diario y el lavado frecuente de la ropa se convirtieron para las y los habitantes en hábitos cotidianos. Las nuevas prácticas culturales que poco a poco fueron calando en el panorama vallecaucano a comienzos de siglo introdujeron la costumbre del baño diario, pero este se efectuaba en aguas corrientes. Algunos pobladores acostumbraban a bañarse en quebradas o acequias que durante esta época comenzaban a experimentar problemas de contaminación.

El lavado de ropa era una actividad que formaba parte de la cotidianidad de comienzos de siglo y se realizaba a la orilla de los ríos. Era frecuente observar un concurrido grupo de mujeres dedicadas a esta actividad cuyo pago se cobraba "por docenas de piezas" de ropa, quienes luego de jabonar las prendas, las enjuagaban en el río para secarlas al sol en las orillas44.

La difícil situación que se presentó en materia de salud en algunas poblaciones vallecaucanas dio lugar a la creación de una serie de normativas orientadas a generar un manejo más racional del agua, dado que muchos pobladores contaminaban el agua con su actividad de baño diario en el río o con el lavado de ropas, en momentos en que la población se abastecía de este recurso para realizar sus quehaceres domésticos y preparar los alimentos.

A comienzos del siglo XX, las autoridades encargadas de velar por la higiene pública en Santiago de Cali, desarrollaron una serie de medidas exigidas a los vecinos para frenar la contaminación del recurso hídrico, cuyo incumplimiento generaba multas y arrestos. Estas restricciones también tuvieron eco en municipios vecinos. Un ejemplo de ello lo vemos reflejado en el caso del inspector de salud de la población de Yotoco, quien se vio en la necesidad de generar una normativa orientada a ejercer un control sobre estos problemas:

"1º Que los habitantes del municipio de Yotoco, como único recurso, tienen necesidad de apelar a las aguas que cursan por sus inmediaciones, para beber y cocinar con ella, ya que este municipio carece de acueducto y otro yacimiento de agua.
2º Sancionar con multa de tres a diez pesos, moneda legal o en su lugar con arresto en proporción a la indicada por la ley, a quien fuera de las horas indicadas se encuentre dentro del río bañándose o lavando ropas.
3º Pedir del señor alcalde del municipio su colaboración para el cumplimiento estricto y normal de la presente resolución.
4º Publíquese la presente Resolución por bando, fíjense copias de la misma en partes vistosas de la población y envíese una al leído periódico"45.

En distintas poblaciones vallecaucanas los problemas de higiene pública proliferaron debido a que la mayor parte de los habitantes continuaba tomando el agua de las quebradas y ríos aledaños. Este es el caso de Yumbo, un municipio donde las condiciones sanitarias dejaban entrever el enorme descuido con relación al manejo dado a las fuentes de agua:

"El ramo de higiene en esta población es una cosa que nadie conoce por la sencilla razón de que el empleado encargado de tal dependencia no ha expedido todavía la primera resolución tendiente a establecer algunas medidas en bien de esta comunidad. Los lavaderos de ropa en la quebrada que abastece de agua a la población anteriormente eran vigilados por la policía y el inspector de sanidad, pero hoy en día vemos que a cualquier hora lavan ropas y se bañan las gentes y lavan animales dentro de este poquito de agua. Creemos que en esta labor el nuevo empleado de la higiene tendrá que aplicarles la ley a los altos empleados del municipio que están situadas en la parte occidental de la población y ensucian a cualquier hora con lavados de ropa y amarran cerdos al borde del río"46.

Una similar situación puede encontrarse en el municipio de Roldanillo:

"El Centro de Higiene, con todo el numeroso personal que lo compone y con el acervo de buenas intenciones, nada, absolutamente nada ha hecho ni está haciendo en bien de la ciudad. Y no se nos venga con el estribillo de la gran labor sanitaria que dizque están desarrollando, ella no se ha reducido sino a hacer construir letrinas e instalar inodoros dentro de la ciudad, inodoros que no funcionan por falta de agua y porque ello es empeorar la salubridad con un semi-alcantarillado que no sirve: con razón dijo alguien, que para el funcionamiento del alcantarillado, debía instalarse una planta de aire. Tampoco se ha podido reglamentar los expendios de leche que es el alimento principal y por medio del cual se ingiere la mayor cantidad de microbios, ni se ha hecho nada por purificar el agua. Qué es entonces lo que ha hecho esta institución. Nada, absolutamente nada"47.

Desde mediados de siglo se dejaron ver las secuelas del mal llamado "progreso", en distintas zonas del departamento. En el municipio de Vijes, por ejemplo, en el año de 1945 la explotación errada de algunas zonas boscosas municipales incidió negativamente en la disminución del caudal de agua para la población, razón por la cual algunos pobladores solicitaron con urgencia la siembra de árboles y la protección de las cuencas:

"El departamento ha establecido unos viveros en este Municipio, con el fin de repartir árboles a todos los agricultores gratuitamente; es esta una obra maravillosa, ya que en este municipio se han acabado los bosques por la falta de previsión de los mismos agricultores y por la negligencia de las autoridades en el ramo forestal, lo cual es una amenaza para las escasas aguas de que se abastecen los habitantes de Vijes"48.

En la ciudad de Palmira, sus habitantes generaron una protesta similar debido a la tala de árboles frutales, localizados en la plaza principal:

"Estamos en la hondonada gritando a esos empleados no derriben los árboles, y menos los frutales, porque si se suponen que el flagelo del zancudo lo produce el bosque, tendremos que derribar los árboles que existen en el parque de la plaza de Bolívar. Será que estos señores desconocen dónde se reproduce ese flagelo?
Da tristeza todavía que estando en pleno siglo XX se cometan estos atropellos cuando en toda la República existe el problema forestal, o será que esas leyes son aplicadas para los pobres, los de ruana"49.

En los municipios de El Cerrito y Guacarí el desarrollo de varias obras públicas demandó la tala de varias ceibas:

"(…) en la población del Cerrito -Provincia de Buga- fue preciso destruir una hermosa Ceiba que había en el centro de la plaza porque las raíces causaban daños al altar mayor de la Iglesia situada á cincuenta metros poco más ó menos. (…) en una hacienda á inmediaciones de Guacarí, fue también forzoso cortar dos ceibas, que aun cuando estaban distantes las raíces averiaron el edificio del trapiche y la casa de habitación"50.

Para el caso de Cali, a medida que fue generándose un aumento considerable de la población, el manejo del agua representó un problema serio, principalmente en las zonas donde se localizaron los barrios de obreros en cuyas viviendas se apreciaban unas condiciones de higiene inadecuadas, que ponían en grave riesgo su salud. En época de invierno la situación se hacía aún más angustiante para este sector de la población:

"Los barrios obreros de la ciudad confrontan gravísimos problemas de salubridad, debido a que los trabajadores de alcantarillado y arreglo de las calles no avanzan con la rapidez y la actividad que fuera de esperarse.
Los sectores de la Alameda, Loma de la Cruz, Barrio Obrero, Jorge Isaacs, El piloto, Mano del Negro y otros más, también van a sufrir las consecuencias del invierno, debido al abandono en que se encuentran la casi totalidad de las calles. (…) Ante la inminencia de tan graves problemas, es necesario que las autoridades municipales adopten medidas eficaces para defender la salud pública. La secretaría de obras públicas debe poner en vigencia un plan de mejoramiento efectivo de los sectores populares, pues de ninguna manera se justifica el lamentable abandono en que actualmente se encuentran"51.

La preocupación de las autoridades encargadas de la salud se enfocó en la higiene urbana, especialmente en aquellos lugares que se consideraban de uso público. Los problemas más importantes consistían en la contaminación de las fuentes de agua por materiales orgánicos o basuras, la concentración de residuos y la inadecuada ubicación de las caballerizas.

"Nos informan que el señor inspector de higiene mandó a quitar unas caballerizas y deslechaderos que había en unas casas de la calle central; pero como unos dueños son áulicos de la rosca, se quejaron ante Absalón y éste prohibió que se retiraran esos focos de mugre, pues así es como sirven estos tipos el pueblo, poniendo todo al servicio de sus intereses y de sus paniaguados y por ello aspiran a controlar toda oficina.

Las caballerizas y deslechaderos seguirán pues, en el centro del pueblo, por lo menos las que sean de protegidos de los dueños de la rosca, y para ellos no habrá sanción. De manera que ¿sobra el inspector a la justicia es para unos solamente?"52.

3.4 La construcción del acueducto: un proyecto anhelado

Los dirigentes vallecaucanos buscaron soluciones a los problemas continuos que se venían presentando. Es así como comienzan a desarrollarse una serie de proyectos que tuvieron como fin principal controlar las inundaciones del río Cauca, frenar el depósito de residuos en las fuentes de agua, enfrentar los problemas de la contaminación del agua y el depósito de basuras, lograr una mejor calidad de agua, proveer un sistema de acueducto y alcantarillado con la capacidad suficiente para satisfacer las necesidades más apremiantes de los habitantes e instalar hospitales, cementerios, así como plazas de mercados. La situación del campo resultaba todavía mucho peor para los pobladores:

"Nadie ignora que el problema sanitario de los campos es complejo y requiere poderosas inversiones; se necesita en primer término, suprimir los focos de infección, mejorar el hogar de los labriegos, drenar ciénagas, hacer alcantarillados y acueductos en pueblos y caseríos que aún carecen de tan elementales servicios"53.

Hacia 1903 comenzó a apreciarse la urgente necesidad de construir en Cali un acueducto metálico, debido más que todo a razones de salubridad y comodidad. Por medio del Acuerdo No. 18 del 23 de Noviembre de 1915 el Consejo Municipal ordenó la construcción del acueducto, con base en estudios realizados por los ingenieros del Ferrocarril del Pacífico: Rafael Álvarez Salas, Manuel de J. Peña y Arturo Arcila Uribe, procediendo luego a formar la Junta Constructora de Acueducto. Las obras correspondientes a la primera etapa duraron 12 años -1915 a 1927- y consistieron en la creación de una bocatoma sobre el río Cali, aguas arriba de la Planta Eléctrica No. 1; un canal de conducción abierto, con longitud de 4.200 metros y un estanque de sedimentación en San Antonio, de unas pocas tuberías, dentro de la ciudad54.

Durante esta época, hubo mucha propagación de fiebre tifoidea y disentería, lo cual se achacó a la calidad del agua. Ante esto se hizo necesaria la construcción de una planta purificadora en el barrio San Antonio. En 1918, momento en el que la población todavía no contaba con el acueducto metálico, ni con la planta de purificación, se originó un grave problema de salud pública debido a los inconvenientes de desagüe de aguas residuales y a la falta de un sistema de recolección de basuras. Las enfermedades como la difteria y paratifoidea con sus variantes no se hicieron esperar.

Aun cuando la construcción del acueducto metálico favoreció la obtención de agua más limpia, se hizo necesaria la construcción de una planta de purificación adecuada con filtros, complementada con el uso de cloro.

En 1919 se logró culminar la primera parte del acueducto metálico, pero los problemas de salud prosiguieron, pues en 1921 se registraron 94 casos de muerte por disentería. Estos decesos tuvieron que ver con el hecho de que las víctimas de estas enfermedades no contaban para ese momento con el acceso a estos avances logrados en materia de acueducto55.

En noviembre de 1930, el acueducto se convirtió en una realidad para los ciudadanos caleños, teniendo para ese entonces una capacidad de 33.000 metros cúbicos por día56. En este mismo año se dio término a la instalación de la planta de purificación localizada en los tanques de sedimentación de San Antonio.

Desde la tercera década del siglo XX, la población comenzó a sentir los beneficios de la instalación domiciliaria del agua, ello se vio reflejado principalmente en el tema de la salud, pues enfermedades tan graves como la difteria y otras afecciones intestinales fueron desapareciendo de manera progresiva en el panorama regional: mientras en 1930 se presentaron 258 casos de muerte por disentería y 122 por fiebre tifoidea, en 1938, con una población 60% más grande, sólo se registraron 9 casos por disentería y 17 por fiebre tifoidea57.

Se aprecia entonces cómo el incremento demográfico, así como el crecimiento de la infraestructura urbana, auspiciados con el proceso de industrialización trajo consigo la necesidad de realizar mejoras en materia de higiene y de servicios públicos. El acceso al agua potable se convirtió en una de las necesidades esenciales que debían suplirse en un contexto que experimentaba profundos cambios. La sociedad caleña comenzó entonces a cambiar su forma de interrelacionarse con su entorno natural, más específicamente con el recurso hídrico.

3.5 El alcantarillado para Santiago de Cali: una necesidad muy sentida

Antes de generar la infraestructura que facilitara el suministro de agua para la población, las aguas residuales eran descargadas en las alcantarillas urbanas, para luego terminar finalmente en las fuentes de agua, produciendo problemas de contaminación.

El baño y los excusados fueron vistos como una solución al problema de la higiene, pero en algunos entornos el desaseo era causante de problemas para la salud.

El agua se contaminaba al mezclarse con todo tipo de suciedades procedentes de chiqueros, baños y residuos domésticos, siendo una situación bastante común entre los habitantes de Cali y los municipios circunvecinos a comienzos del siglo XX, ya que existía un pleno desconocimiento acerca de la relación existente entre la contaminación del recurso hídrico y la proliferación de enfermedades infectocontagiosas.

El agua potable que comenzó a circular por el acueducto metálico, mejoró en grado sumo las condiciones de vida de la población caleña. Unido a este proyecto también se llevó a cabo el proceso de construcción del alcantarillado, pues resultaba una necesidad apremiante y un riesgo para la salud de la población la falta de un adecuado sistema de alcantarillas que alejaran del contacto humano aquellas aguas contaminadas.

Aparte, uno de los grandes problemas a los que se tuvo que hacer frente a comienzos del siglo XX, se centró en la falta de capacidad de las acequias, muchas de las cuales colapsaban por la gran cantidad de residuos y generaban problemas sanitarios en las calles y en las zonas bajas de la ciudad de Cali.

"(…) aquellas acequias que antaño fueron toleradas, se han convertido hoy día en flujo de inmundicias, por cuanto acarrean las deyecciones de las instalaciones sanitarias establecidas en la ciudad con la extensión del acueducto metálico. La presencia repugnante de aquellos cursos de agua, no sólo es obstáculo para el tránsito y la reparación efectiva de las calles, sino también una amenaza constante para la salud del pueblo -ley suprema- y causa eficiente del descrédito y el atraso"58.

Desde 1923 se comenzaron a realizar los trámites encaminados a construir el alcantarillado para la ciudad de Cali. En 1926 se presentó el plan de alcantarillado y pavimentación al Concejo de la ciudad, en el cual se establecieron los principales sitios por donde se distribuiría la red de alcantarillado. Sólo hasta 1928 comenzaron las obras en forma, a partir de un contrato establecido con Henry Holguín, quien dirigía la Compañía Constructora Colombiana.

3.6 El control de las basuras: una situación difícil de resolver

El depósito de residuos de diversas labores domésticas y económicas, así como la práctica de costumbres contaminantes como el lavado de burros en los ríos, se convirtieron en actividades recurrentes que poco a poco fueron empobreciendo la calidad del agua.

A comienzos del siglo XX, el depósito de las basuras se convirtió en un verdadero problema para las autoridades municipales principalmente, pues no se había creado un sistema de disposición final de residuos, razón por la cual la mayor parte de los habitantes utilizaban los ríos y los lotes vacíos como vertederos públicos de basura.

En el año de 1920 el Concejo de Cali, mediante el Acuerdo No. 4 del 16 de Mayo, creó un servicio de recolección de basura, que tenía como funciones principales recoger los residuos e incinerarlos siguiendo las disposiciones reglamentarias. La financiación del servicio se logró mediante el cobro mensual a los habitantes59.

En las zonas de mercado la acumulación de basuras representaba un grave riesgo a la salud pública. La plaza de mercado fue un espacio creado por la necesidad de tener un sitio de acopio de los principales alimentos para la población, sin embargo, las condiciones de muchas plazas en algunas comunidades vallecaucanas resultaban verdaderamente lamentables, lo que dio origen a diversas enfermedades:

"La plaza de mercado se puede catalogar como el primer foco de infección, puesto que es allí donde se recopilan las basuras. Lo que aquí se llama matadero, es una verdadera calamidad. A este sitio no se puede entrar sino es con las narices tapadas, pues la fetidez llega hasta el más recóndito lugar del pueblo. Vienen luego los corrales donde engordan cerdos. Lugares estos donde el desaseo está por encima de toda población. Los solares y la mayor de las habitaciones de las gentes son algo nunca visto. Ahora los inodoros es cosa que causa verdadero pavor, pues son sitios a donde se entra con el noventa y nueve por ciento de posibilidades de salir con tifo.

Como se ve la labor del señor inspector de sanidad es completamente nula, porque su acción no se registra por ninguna parte. De este hecho se deduce que las epidemias sean más frecuentes de consecuencias funestas y muy raras ante la ciencia médica.

Es tiempo de que el señor secretario de higiene departamental haga algo por este municipio que sufre en carne viva el flagelo de las enfermedades y epidemias del trópico, a causa de la negligencia de los empleados nombrados para tal fin, cuyas ocupaciones limitan exclusivamente a la bebeta continua"60.

El gran desconocimiento acerca de los nocivos efectos generados por el vertido de residuos a las corrientes de agua, se puede apreciar en la opinión del Dr. Julio Fajardo, médico encargado de hacer un estudio acerca de las condiciones de salubridad de la ciudad, quien planteaba lo siguiente para resolver el problema de las basuras en la ciudad de Cali: "(…) la extinción podría hacerse en hornos de cremación tal como se lleva a cabo en las ciudades de la zona del canal o bien podría estudiarse la manera de arrojar la basura al río Cauca a donde podrían conducirse cómoda y económicamente por el tranvía"61.

En este contexto se puede apreciar que la búsqueda de medidas eficaces para lograr el acceso al agua potable, planteó algunas soluciones que resultaron bastante lesivas para la preservación de los recursos naturales, ello deja entrever cómo desde las primeras décadas del siglo XX comenzaron a transformarse los patrones de interrelación con el medio natural. Los ríos comenzaron a ser vistos como medio para transportar aquellos residuos que representaban un problema en el ámbito urbano.


A manera de reflexión

La historia ambiental representa una mirada innovadora que desde un nuevo panorama historiográfico busca entrever el rol central del medio ambiente en el acontecer de la sociedad. Desde este enfoque podemos apreciar que los procesos de organización social han dado lugar a una relación ser humano-naturaleza, en la que no pueden quedar excluidos los entornos urbanos.

Las ciudades representan escenarios de vida en los que se aprecian las diversas dinámicas que identifican la relación del ser humano con el medio natural y social que le rodea. El acercamiento a las problemáticas propias de un contexto como el vallecaucano durante las primeras décadas del siglo XX, permite apreciar dicha relación. De esta forma, es posible identificar para el caso del Valle del Cauca y específicamente para su capital, Santiago de Cali, un panorama nada halagüeño en materia de salud, dadas las difíciles condiciones que tuvieron que sortear los habitantes y que se manifestaron en la ausencia de una estructura sanitaria estatal idónea para enfrentar las diversas dificultades que en materia de salud y saneamiento se presentaron durante este período, sumado al escaso accionar implementado por la administración local a raíz de la escasez de recursos básicos.

A comienzos del siglo XX en las ciudades vallecaucanas más pobladas escaseaban los servicios públicos básicos: agua potable, acueducto, alcantarillado, energía eléctrica, plazas de mercado y mataderos públicos. El panorama social se caracterizaba por bajos ingresos económicos, inadecuados hábitos de higiene y de alimentación, sumados a un escaso nivel educativo. La carencia de una infraestructura idónea para la prestación de un servicio básico como el agua potable para la población, sumada a la ausencia de adecuados sistemas de desagüe urbano, limpieza pública y recolección de residuos, favoreció la presencia de graves enfermedades infecciosas y parasitarias. En un contexto como este, los niveles de mortalidad de la población fueron elevados.

Por esta razón, una de las iniciativas gubernamentales de la época consistió en la aplicación de directrices orientadas a modificar el panorama sanitario de las ciudades. Comienzan de esta forma a aplicarse en el departamento y en el municipio distintas medidas de saneamiento para mejorar las condiciones higiénicas urbanas, pues el acceso a las aguas contaminadas y el contacto con las basuras acumuladas expuestas al calor y a la humedad, representaban la principal fuente de enfermedades infecciosas y epidémicas.

Los esfuerzos se encaminaron entonces a lograr una mayor disponibilidad de agua potable para la población, lo que implicó la adopción de normativas legales en el escenario caleño y de poblaciones circunvecinas, para ejercer un control sobre su manejo y generar una mejor calidad de vida a los habitantes. Poco a poco Santiago de Cali, al igual que el resto de poblaciones vallecaucanas, empezó a experimentar cambios importantes en el uso de este recurso, el cual se convirtió progresivamente en un servicio público domiciliario que comenzó a llegar a los diferentes hogares para satisfacer las necesidades básicas de los habitantes.

En el territorio vallecaucano resultó prioritario dar solución a problemas vinculados con la mejora de condiciones higiénicas para mermar el impacto de procesos endémicos. Las acciones emprendidas posibilitaron una mayor disponibilidad de agua potable mediante la construcción del acueducto, así como la recolección y el transporte de las aguas residuales a través del alcantarillado, factores que representaron una respuesta a las necesidades en el manejo del agua urbana, requerida para sortear el problema de salubridad y responder frente al rápido incremento de la población y el avance de la industrialización y la urbanización.


1 Este artículo contiene aportes resultantes de la investigación denominada: Historia Ambiental Del Valle Del Cauca: Geoespacialidad, Cultura y Género, financiada por la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad del Valle, en el marco de la celebración del centenario del departamento del Valle del Cauca.

2 GONZÁLEZ DE MOLINA, Manuel, Historia y medio ambiente. Madrid, Editorial Eudema, 1993, p.7.

3 ARNOLD, David, La naturaleza como problema histórico. El medio, la cultura y la expansión de Europa, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 2000, p.12.

4 Ibíd., p. 9.

5 GLACKEN, Clarence, Huellas en la playa de Rodas. Naturaleza y cultura en el pensamiento occidental, desde la Antigüedad al siglo XVIII, Traducción de J. C. García Borrón, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1996, p.34.

6 Ibíd., p. 28.

7 DESCOLA, Philippe, "Más allá de la naturaleza y de la cultura", en MONTENEGRO, Leonardo (ed.), Cultura y Naturaleza, Bogotá, Jardín Botánico de Bogotá, José Celestino Mutis, 2011, pp. 80-81.

8 GUDYNAS, Eduardo, "Imágenes, ideas y conceptos sobre la naturaleza en América Latina, en MONTENEGRO, Leonardo (ed.), Cultura y Naturaleza, Bogotá, Jardín Botánico de Bogotá, José Celestino Mutis, 2011, p. 288.

9 Ibíd., p. 290.

10 TSING, Anna, "La naturaleza en construcción", en MONTENEGRO, Leonardo (ed.), Cultura y Naturaleza, Bogotá, Jardín Botánico de Bogotá, José Celestino Mutis, 2011, p. 203.

11 ARNOLD, David, La naturaleza como problema histórico, p. 11.

12 Ibíd., p. 12.

13 WORSTER, Donald, Transformaciones de la tierra, Montevideo, CLAES, 2008, p. 62.

14 Ibíd., p. 161.

15 McNEILL, John, "Naturaleza y Cultura de la historia ambiental", en Revista Nómadas No. 22, Santafé de Bogotá, Universidad Central, 2005, p. 13.

16 WORSTER, Donald, Transformaciones de, p. 164.

17 McNEILL, John, "La hidrósfera. Historia del uso y contaminación del agua", en Algo nuevo bajo el sol. Historia medioambiental del mundo en el siglo XX, Madrid, Alianza Editorial, 2003, pp.157-188.

18 MARTÍNEZ, Abel y OTÁLORA, Andrés, "Institucionalización de la Medicina Legal en Colombia en las primeras décadas del siglo XX", en Revista Salud Historia y Sanidad, Vol. 2, No. 3, 2007.

19 Ibíd., p.7.

20 OBREGÓN TORRES, Diana, Sociedades Científicas en Colombia: la invención de una tradición 1859- 1936, Bogotá, Banco de la República, 1992, p. 61.

21 Ibíd., p. 281.

22 MÁRQUEZ, Jorge: "Políticas, tráficos y epidemias en Colombia a comienzos del siglo XX", en Márquez, Jorge y otros (eds.), Higienizar, medicar, gobernar historia, medicina y sociedad en Colombia, Medellín, Universidad Nacional, 2004, p.183.

23 Ibíd., p.193.

24 Ley 46 de 1919, en GUTIÉRREZ, María Teresa, "Proceso de institucionalización de la higiene: estado, salubridad e higienismo en Colombia en la primera mitad del siglo XX", en Revista Estudios Socio- Jurídicos, Vol. 12, No.1, 2010, pp. 89, 90, (en línea), disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/733/73313677005.pdf, junio de 2012.

25 URIBE, Antonio José, Política Sanitaria: Exposición de motivos a la Ley 12 de 1926 sobre enseñanza de la higiene, saneamiento de los puertos marítimos y de las principales ciudades de la República, Imprenta Nacional, Bogotá, 1926, pp. 11-12, en GUTIÉRREZ, María Teresa, "Proceso de institucionalización, pp. 87, 88.

26 RUEDA PLATA, José Olinto, "Historia de la población en Colombia 1880-2000", en Nueva Historia de Colombia, Santafé de Bogotá, Editorial Planeta, 1989, p. 370.

27 CAMACHO, Miguel, "Agua, energía y teléfono a comienzos del siglo XX en Cali", en Revista Historia y Espacio, No. 34, Santiago de Cali, Universidad del Valle, Programa Editorial, 2010, p. 115.

28 Revista Económica de Colombia, "Breve historia del acueducto de Cali", Vol. 15, No. 43, 1957, p. 396.

29 Revista Despertar Vallecaucano, No. 28, 1976, p. 9.

30 INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y CIENCIAS FORENSES, Salud Pública e Higiene en Colombia. Normas sobre el ejercicio de la medicina en Colombia, (en línea), http://www.bdigital.unal.edu.co/638/11/9789587194036.11.pdf, febrero de 2012.

31 ESTRADA ORREGO, Victoria, "Comienzos de una epidemiología de terreno en Colombia", en Márquez, Jorge y otros (eds.), Higienizar, medicar, gobernar historia, medicina y sociedad en Colombia, Medellín, Universidad Nacional, 2004, p. 127.

32 Ibíd., p. 138.

33 INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y CIENCIAS FORENSES, Salud Pública e Higiene, p. 277.

34 LOBO, Manuel, Junta Central de Higiene: exposición de la Junta al Congreso Nacional de 1916, Imprenta y litografía de J. Casis, Bogotá, 1916, pp. 4-5, en GUTIÉRREZ, María Teresa, "Proceso de institucionalización, p. 82.

35 El Crisol, Santiago de Cali, mayo 23 de 1946, p. 1.

36 ARMUS, Diego, "Legados y tendencias en la historiografía sobre la enfermedad en América Latina moderna", en Márquez, Jorge y otros (eds.), Higienizar, medicar, gobernar historia, medicina y sociedad en Colombia, Medellín, Universidad Nacional, 2004, p. 22.

37 Revista Gaceta Departamental, Santiago de Cali, Mayo 24 de 1909, No. 31, p. 243.

38 Revista Gaceta Departamental, Decreto Número 41, Noviembre de 1908, p. 117.

39 El Crisol, Santiago de Cali, febrero 13 de 1944, p. 3.

40 ARMUS, Diego, "Legados y tendencias en la historiografía, p. 27.

41 CHARDÓN, Charles, Reconocimiento Agro-Pecuario del Valle del Cauca, Santiago de Cali, Secretaría de Industrias, 1929, pp. 91-92.

42 PAREDES CRUZ, Joaquin, El Valle del Cauca y su realidad económica y cultural, Santiago de Cali, Editorial La Voz Católica, 1956, pp.130-131.

43 CHARDÓN, Charles, Reconocimiento Agro - Pecuario, pp. 76-77.

44 VÁSQUEZ BENÍTEZ, Edgar, Historia de Cali en el siglo 20. Sociedad, economía, cultura y espacio, Santiago de Cali, Artes Gráficas, 2001, p. 88.

45 El Crisol, Santiago de Cali, julio 12 de 1945, p.3.

46 El Crisol, Santiago de Cali, diciembre 8 de 1946, p.5.

47 El Crisol, Roldanillo, junio 20 de 1946, p. 2.

48 El Crisol, Vijes, diciembre 16 de 1945, p.6.

49 El Crisol, Santiago de Cali, agosto 26 de 1945, p. 5.

50 Revista Gaceta Departamental, Santiago de Cali, junio 30 de 1909, p. 322.

51 El Crisol, Santiago de Cali, septiembre 26 de 1940, p.3.

52 El Crisol, Santiago de Cali, septiembre 22 de 1940, p.6.

53 El Crisol, Santiago de Cali, junio 10 de 1943, p.4.

54 Revista Económica de Colombia, "Breve historia del, p. 396.

55 VÁSQUEZ BENÍTEZ, Edgar, Historia de Cali, p. 107.

56 Revista Económica de Colombia, "Breve historia del, p. 397.

57 VÁSQUEZ BENÍTEZ, Edgar, Historia de Cali, pp. 104-106.

58 Ibíd., p. 111.

59 Revista Económica de Colombia, "Breve historia del, p. 398.

60 El Crisol, Santiago de Cali, Junio 23 de 1943, p. 3.

61 VÁSQUEZ BENÍTEZ, Edgar, Historia de Cali, p. 113.



Fuentes

Fuentes Primarias

Periódicos

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FECHA DE RECEPCIÓN: 29/1/2013
FECHA DE APROBACIÓN: 24/5/2013