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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras

versión impresa ISSN 0122-2066

Anu.hist.reg.front. vol.23 no.2 Bucaramanga jul./dic. 2018

 

Reseñas

Acevedo Tarazona, Álvaro. 1968. Historia de un acontecimiento. Utopía y revolución en la universidad colombiana. Bucaramanga: ediciones UIS, 2017, 698 páginas

1Estudiante de pregrado en Historia y Archivística, Universidad Industrial de Santander, Colombia

Acevedo Tarazona, Álvaro. 1968. Historia de un acontecimiento. Utopía y revolución en la universidad colombiana. 2017. ediciones UIS, Bucaramanga: 698p.


Uno de los principales intereses del investigador Álvaro Acevedo ha sido la historia de la educación y de los movimientos estudiantiles en Colombia. Por eso, no es de extrañar que escogiera este tema como eje a profundizar en sus estudios posdoctorales. El libro que se reseña a continuación se constituye en el resultado que condensa muchos años de investigación y de experiencia.

1968 es el año insigne de la revolución cultural que se manifestó en diferentes formas e intensidad alrededor del mundo, aun cuando sus influencias se pretendan eurocéntricas. Esta obra, a través de un diálogo entre sucesos nacionales, latinoamericanos y mundiales, busca “[…] reconstruir el acontecimiento de Mayo del 68 en el ámbito universitario y cultural colombiano, con sus efectos en los años de 1971 y 1972”1. Dicha reconstrucción está elaborada a través de las representaciones discursivas de textos nacionales y foráneos con mayor difusión durante esta época, principalmente prensa. El autor organiza el desarrollo del libro en cinco capítulos en los que realiza un balance historiográfico sobre el movimiento estudiantil en Colombia y América Latina, para hablar luego de las generalidades del 68 como revolución cultural planetaria y enfocarse después en la protesta y los discursos universitarios de la época, exponiendo también el papel de contrainformantes que cumplieron las revistas culturales y los libros de literatura como difusores de una realidad que no se exponía en los medios oficiales y que, siguiendo a Marcuse, buscaban encender el fuego voraz de la juventud.

El índice de la obra atrae al lector por la magnitud del contenido que pretende abordar; contenido que desarrolla cabalmente el autor a lo largo del texto. El apartado introductorio, ofrece una mirada general en torno a las acciones e intenciones de las juventudes en su sueño de cambiar el mundo, pues hay una simultaneidad de sucesos en países de Europa, Asia y América. De un lado, están los jóvenes cada vez más influenciados por ideas de izquierda, del otro, están los gobiernos empecinados en atacar un fantasma revolucionario. A simple vista, podría decirse que el 68 propició únicamente transformaciones culturales, pero no pueden dejarse de lado las influencias en torno a la política, a pesar de que sus ideas no hayan triunfado. Tampoco puede pasarse por alto todo lo que implicaba ser joven en la época; Pierre Bordieu, Eric Hobsbawn y Alberto Melucci, son algunos de los autores que enriquecen el debate en torno a la búsqueda de definir la juventud no desde un análisis biológico, sino histórico-cultural. De otro lado, la categoría de “movimiento estudiantil” se estudia desde la perspectiva de Luis Fernando Villafuerte, mediante la que el autor asume que, a pesar de los debates de alcance, los sucesos acontecidos en varias universidades colombianas, entre ellas la Universidad Industrial de Santander, sí pueden ser incluidos bajo esta categoría.

Así, el cuerpo de la obra pretende inicialmente dilucidar el movimiento estudiantil, primero desde Colombia y luego aludiendo a casos latinoamericanos, entre los que existen lugares comunes, como la oposición a la implementación de modelos norteamericanos de educación superior, que se decanta más tarde en un fuerte antiimperialismo. En este parte, se hace un recorrido por lo que se ha escrito sobre las diversas protestas regionales de la época y también se hace mención especial a la importancia de las actividades que desempeñaron las mujeres en estas luchas. En el seno de la UIS, se comprende la protesta como una respuesta en contra de los programas y políticas de los sectores dominantes. A nivel latinoamericano, se observan los sucesos del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de Tlatelolco en México; la masacre se convierte en un símbolo de lucha. En Argentina, con el Cordobazo y la constante réplica a una dictadura represiva, se asume un tono más militante en las protestas. En Brasil, por su parte, las luchas trascienden los muros universitarios para criticar la política educativa; en América Latina, en general, “la dictadura es el acicate para las luchas estudiantiles en el año 68”.2

En una perspectiva internacional, el eje está en el Mayo francés. En la universidad francesa se expresa con fuerza un choque generacional y la inconformidad con el sistema social, defendiendo la libertad de expresión de los jóvenes. La protesta estudiantil también se toma las calles en Berlín, Roma, España y Grecia. El autor estudia el simbolismo en la huelga; y merece especial mención el apoyo que realiza a la argumentación, a través del cine, la literatura, la poesía y el teatro, ofreciendo una perspectiva más cercana al lector. Por otro lado, se expone la Guerra de Vietnam y la movilización social en Estados Unidos, entre la que se menciona la lucha por los derechos civiles de la población negra. En Norteamérica, el hippie es la expresión máxima de la contracultura.

En el caso colombiano, la protesta universitaria expresa también la oposición al régimen bipartidista, cuando las relaciones con los actores sociales se vuelven cada vez más complicadas. Aquí la figura de Camilo Torres y por ende, la propuesta de la Teología de la Liberación y las de las guerrillas, toman cada vez más fuerza entre los estudiantes, quienes llegan al año 1971 paralizando por completo el sistema universitario y contraponiéndose a la idea de la industrialización de las instituciones educativas defendidas en el informe Atcon, que no es más que “un manifiesto de la intervención imperialista en la educación latinoamericana”.3 Sobre la Universidad Industrial de Santander se hace un desarrollo más profundo de sus experiencias en estos años. Además, se dedica un capítulo al surgimiento de la Nueva izquierda en Colombia, las historias en torno al Partido Comunista Colombiano, la Juventud Comunista (Juco), la Juventud Patriótica (Jupa), la llamada Tendencia Socialista, los Comandos Camilistas y las influencias tomadas de los movimientos revolucionarios en Rusia, China y Cuba. Una de las aseveraciones más importantes de este apartado, es la de que la vida militante en estos períodos de agitación origina a su vez todo un estilo de vida en la izquierda colombiana y un sinfín de transformaciones culturales, en las que figuras como Gabriel García Márquez y Gonzalo Arango tuvieron grandes influencias, significando la intensa lucha que emprenden los intelectuales y artistas de izquierda en contra de la cultura burguesa. El quinto capítulo contiene además un sentido recorrido poético en torno a la idea de la revolución que no puede dejarse de mencionar.

El libro cierra con un epílogo titulado “El fin del comienzo”, en el que el autor realiza un análisis comparativo entre los hechos ya narrados en el espacio temporal 1968-1972 y las recientes movilizaciones estudiantiles del 2011, que abarcaron varias ciudades en el mundo pues, con motivos variados, lograron hacer tambalear los poderes establecidos. En Colombia, la protesta gira en torno a la lesiva reforma a la Ley 30 de 1992 de Educación Superior, en la que se encuentran reminiscencias a la utopía revolucionaria del siglo pasado, que muchas veces adquiere un carácter nostálgico en torno a grandes mártires como Camilo y el Che, y se pregunta por el futuro de la protesta en tiempos de globalización e hipercomunicación. En el post scriptum de la investigación, se profundiza en esta pregunta, rememorando los mayores efectos e influencias que hoy se conservan desde ese gran punto de quiebre contracultural que significó el año 68.

No ha de ponerse como falta la gran extensión del libro, en tanto los contenidos que el autor aborda, son igualmente extensos y detallados. El objetivo propuesto se cumple y las fuentes concuerdan con lo que se busca. El balance historiográfico y el marco conceptual, de los que ya hemos dado algunas luces, ofrecen una información bien estructurada y extensa en la que vale la pena detenerse. En perspectiva estética, por otro lado, las fotografías, canciones, etc., satisfacen visualmente al lector. Se invita a profundizar en sus páginas, que con seguridad no le dejarán indiferente, pues, junto a todo, la noción de simultaneidad tomada de Gumbrecht, genera una narración en tiempo presente que causa una sensación de cercanía con los acontecimientos. Así, el libro ha de tomarse entonces como referente para futuras investigaciones en el tema, pues aunados al análisis del investigador, se ofrecen como anexos, documentos valiosos, además de una bibliografía robusta que ayuda a complementar el análisis y que abren las puertas para seguir profundizando.

1 Álvaro Acevedo Tarazona. 1968. Historia de un acontecimiento. Utopía y revolución en la universidad colombiana (Bucaramanga: ediciones UIS, 2017) 18.

2 Acevedo Tarazona 121.

3 Acevedo Tarazona 234.

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