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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras

versão impressa ISSN 0122-2066

Anu.hist.reg.front. vol.28 no.1 Bucaramanga jan./jun. 2023  Epub 16-Dez-2022

https://doi.org/10.18273/revanu.v28n1-2023004 

Artículos

Expresiones de la política liberal en la prensa escrita del departamento del Atlántico (1935-1946)

Expressions of liberal politics in written press of the department of Atlántico (1935-1946)

Expressões da política liberal na imprensa escrita do departamento do Atlântico (1935-1946)

Cecilia María Arteta-Hernández* 
http://orcid.org/0000-0002-2587-2943

* Magister en Historia de la Universidad del Norte, Historiadora de Universidad del Atlántico. Becaria del programa Formación para las regiones, Colciencias. Código ORCID: 0000-0002-2587-2943. Correo electrónico: ceciliah@uninorte.edu.co


Resumen

Este artículo expone algunas funciones que cumplió la prensa escrita dentro de las expresiones de la política liberal en el departamento del Atlántico durante el periodo de la República Liberal. Explicar la opinión pública creada alrededor de las problemáticas y la forma cómo eran vistos los agricultores en la prensa local ayuda a comprender la relación política que tuvieron estos actores. La representación de Nicolas Llinás Vega como exponente de los agricultores en la vida pública se explica a partir de pesquisas documentales halladas en estos medios y de alguna información proveniente de fuentes orales. El análisis permite estructurar una imagen de cómo funcionaba la relación entre agricultores y política. Estos aspectos serán comprendidos a través de “Algodonero” que era el medio de difusión del gremio. De manera que se puede afirmar la existencia de una cultura política escrita entre los liberales del Atlántico, que lleva a reconocer cómo estos periódicos además de informar buscaban ratificarse como medios políticos y de interés social.

Palabras clave: cultura política; Partido Liberal; vida pública; partidos políticos; prensa escrita

Abstract

This article presents some of the functions that the written press fulfilled within the expressions of liberal politics in the department of Atlántico during the period of the Liberal Republic. It explains the public opinion created around the issues, and the way farmers were seen in the local press, which allows us to understand these actors’ political linkage. The representation of Nicolas Llinás Vega as an exponent of farmers in public life is explained based on documentary research found in these media and some information from oral sources. The analysis allows us to understand how the relationship between farmers and politics worked. These aspects will be understood by means of “Algodonero”, the guild’s means of dissemination. Thus, it is possible to affirm the existence of a written political culture among Atlantic liberals. It leads us to recognize how these newspapers sought to ratify themselves as political media and of social interest.

Keywords: Political culture; liberal party; public life; political parties; written press

Resumo

Este artigo visa apresentar algumas das funções que a imprensa escrita cumpriu dentro das expressões da política liberal no departamento de Atlántico durante o período da República Liberal. Expõe a opinião pública criada em torno das questões e como os agricultores eram vistos na imprensa local, ajuda a entender a relação política que esses atores tinham. A representação de Nicolas Llinás Vega como expoente dos agricultores na vida pública é explicada com base em pesquisas documentais encontradas nesses meios de comunicação e em algumas informações de fontes orais. A análise nos permite estruturar um quadro de como funcionava a relação entre os agricultores e a política. Estes aspectos serão entendidos através do “Algodonero”, o meio de comunicação da guilda. Assim, é possível afirmar a existência de uma cultura política escrita entre os liberais do Atlântico, levando a reconhecer como esses jornais, além de informar, buscaram se ratificar como mídia política e de interesse social.

Palavras chave: Cultura política; partido liberal; vida pública; partidos políticos; imprensa escrita

1. Introducción

“El artículo 10 de la ley 48 de 1921, prohibió la censura telegráfica, fue derogado por el artículo 8 de la ley 62 de 1925 lo mismo que el decreto ejecutivo número 1277 de 1926, dictado por el señor general Pedro Nel Ospina y su ministro de correos Doctor Francisco Carbonell”.1 Lo anterior, a Laureano Gómez. El viejo político se le olvidó que él había sido el creador de la referida ley 48 de 1921.

Varias notas de prensa entre mayo y junio de 1938 describen la manera como Llinás Vega desempeñó diferentes cargos tanto en el ministerio de agricultura como en el de comunicación, viéndose en la difícil situación de ser considerado censurador de los medios de comunicación como “Los telegramas”; esta consideración por parte de Laureano Gómez tuvo como respuesta a la columna publicada a Llinás en el periódico El Siglo, donde expresaba la nota anteriormente citada, recordándoles a los conservadores el haber sido creadores de la ley que censuraba los sistemas telegráficos.

Integrar medios de comunicación en una ciudad como Barranquilla que entraba a la ola de la modernización durante los años treinta no era tarea fácil. Como alcalde encargado de esta ciudad, recuerda su sobrina Miriam Llinás de Ovalle lo siguiente: “Su vida aquí fue fructífera, en cuanto a lo que dejó porque él fue el que trajo nada más y nada menos que el teléfono cuando fue alcalde”.2 Estas acciones de Llinás Vega expresadas tanto a nivel de fuentes escritas, como de testimonios orales, hacen pensar en elementos importantes que se estaban formando en el plano de la cultura política de estos momentos en el departamento del Atlántico.

Las acciones de Nicolás Llinás Vega permiten hacer un análisis de su transición y representatividad política no solo a nivel regional sino nacional. Los sucesos que marcaron el escenario público en el que disertaba el líder costeño hacen una imagen de su participación en la opinión pública de la época. Mucha de la información recopilada en la prensa presenta una visión de las manifestaciones discursivas sobre temas que se estaban formando a nivel de la cultura política.

La historia de las diferentes organizaciones gremiales de los agricultores del departamento del Atlántico puede entenderse como una configuración social de la cultura política. Este concepto que ha sido utilizado en las disciplinas sociales para comprender los sistemas democráticos y expresiones políticas son abordados en el caso de la historiografía colombiana por autores como Martha Herrera, quien sostiene que:

Desde mediados del siglo XX, la cultura política fue concebida desde la ciencia política como una categoría estratégica para el análisis del funcionamiento de las democracias occidentales. […] con el concepto de cultura política, en principio se pretendió explicar el proceso histórico de los países de la Europa occidental, tendiente a la consolidación de un sistema político democrático que pusiese en orden a la sociedad después de la Segunda Guerra Mundial y en los inicios de la Guerra Fría.3

Este estudio direcciona su análisis a las expresiones que tuvo la política liberal de los años treinta del siglo XX en la prensa escrita de la ciudad de Barranquilla. El objetivo central es explicar cómo funcionaron algunas políticas dirigidas al sector agrario del departamento del Atlántico, las cuales estaban mediadas por liberales, provenientes de zonas rurales, y los cuales buscaban ser canalizadores de los intereses que los gobiernos de “La Republica Liberal” trataron de implementar hacia esta zona del país.

Dentro de este orden de días, este artículo busca comprender por qué las principales representaciones de la cultura política en este departamento estuvieron vinculadas al papel y formación de una opinión pública4 que se gestó entre los algodoneros, lo cual se analiza a partir del principal periódico llamado Algodonero, siendo el medio de información que circuló alrededor de este gremio y en donde los temas políticos fueron cruciales en su difusión. De igual manera, se explican algunas publicaciones realizadas en otros periódicos como El Heraldo, La Prensa, Diario del Caribe y El Nacional. Esta opinión pública creada por sus protagonistas fue el espacio donde también hubo una relación de agricultores políticos que buscaban socializar sus intereses y necesidades.

Además de la información circulada en estos medios, es parte de esta investigación también cuestionar ¿por qué se identificaban los agricultores de esta zona con el papel que venía desarrollando Nicolás Llinás Vega?, ¿qué permitió que Nicolás Llinás Vega asumiera diferentes cargos de la política durante el periodo de La República Liberal? Aunado al papel político de este personaje, también se hace frente a la opinión pública un elemento de gran relevancia formada por este gremio, que remite sin duda, a identificar los principales actores que estaban detrás de la cultura de las letras. Se trata de comprender cómo en Algodonero se difundían componentes de la política local.

Es de interés resaltar que, a través de la prensa escrita se transmitía, si puede decirse, una intelectualidad alrededor del tema algodonero y donde Llinás Vega tuvo una notable experiencia que se logra detectar en periódicos de fuerte circulación local como es el caso de El Heraldo; esto en parte obedecía a la fuerte relación que tuvo esta figura como socio fundador del periódico y su círculo de amistad con Alberto Pumarejo. Lo que indica que Llinás se consolidó como representante de la política hacia el sector de algodoneros de esta zona, lo mismo que intermediario de la política central emparentando relaciones con un círculo de elites políticas locales.

Los hechos relacionados a las organizaciones gremiales campesinas estuvieron arraigados a fenómenos que transcurrieron durante el periodo conocido como “La República Liberal”,5 acontecimientos que fueron manifestaciones del cruento panorama que vivía el país, afectado por la violencia y, sobre todo, la bipartidista. Sin embargo, el hecho de estar relacionados a este contexto, esta cultura política tuvo una naturaleza propia que la diferenció de la política que se logró por estos años a nivel nacional, donde cada región pudo asimilar con particularidad sus propios procesos.

Afirmamos la hipótesis de que en el Atlántico los efectos tardíos de un intento de reforma agraria tuvieron una dinámica muy diferente a la del resto del país en cuanto a enfrentamientos armados. En esta zona la naturaleza de la cuestión agraria estuvo supeditada a la preocupación por pertenecer o estar afiliados a una organización gremial, un aspecto un poco alejado de lo que acontecía en otras regiones del país. La organización gremial en el Atlántico y su funcionamiento puede interpretarse desde un punto de vista de manifestación política e ideológica que caracterizó la mayor parte del periodo analizado. Sucesos un poco diferentes a los que acontecían en el resto del país donde la lucha armada afectó zonas como Tolima, Boyacá y Cundinamarca. Solo hasta 1964 se logra detectar, según la prensa de la época, algunos enfrentamientos entre agricultores colonos y fuerza pública como lo recrean los denominados conflictos agrarios para el sur del Atlántico: el caso de Manatí.

Dos escenarios fueron cruciales para comprender la formación de la cultura política de la época en el departamento del Atlántico. A través de la visión de Cristóbal Aljovín, quien expone en su obra La Cultura Política en los Andes una relación alrededor del concepto de una cultura política participativa.6 Este concepto permite comprender como primera medida el papel que tuvieron los agricultores al estar asociados a diferentes gremios algodoneros y también a la relación política que se estableció entre Nicolás Llinás Vega y los agricultores.

En cuanto al primer aspecto, el hecho de pertenecer a estas organizaciones les posibilitó una función como agremiados beneficiados ante los cambios agrarios de la región y de adquirir elementos que los visibilizara como parte de las transformaciones pretendidas para el agro nacional. A propósito del papel de la prensa y la política en el país, durante las primeras décadas del siglo XX, el estudio de Acevedo Tarazona y Correa Ramírez presentan7 un análisis sobre dos periódicos colombianos que cumplieron un rol preponderante de la política nacional. Vanguardia Liberal, para el caso del gran Santander y El Diario, para Risaralda durante el periodo de “La Republica Liberal”. Estos diarios fueron grandes difusores tanto de la política como de los programas y representaciones de la opinión pública y la educación. A manera de contexto en su análisis, estos autores señalan que, “Durante la primera mitad del siglo XX en Colombia, la prensa local se constituyó en un escenario estratégico para dirimir o acentuar diferentes confrontaciones políticas entre las facciones de la dirigencia. Las noticias que difundían dichas publicaciones relataban con especial interés los postulados partidistas y el auge del movimiento sindical a nivel local y nacional”.8

En una ciudad como Barranquilla, la cual se había proyectado como zona cosmopolita9 entre las ciudades de la costa caribe colombiana, según un artículo publicado por el investigador Milton Zambrano Pérez, muestra cómo esta ciudad tuvo ciertos elementos que la hicieron atractiva para inmigrantes del resto del mundo y la población flotante que establecían actividades comerciales aprovechando su condición de ciudad portuaria. Muchos de los experimentos modernizantes que incursionaron en el país se propagaron en esta ciudad que jalonó culturas migratorias tanto de alemanes como de siriolibanes y otras. La circulación de medios comunicativos como la radio, la prensa y el cine10 fueron parte de los elementos modernizantes que se buscaban propagar a nivel nacional. La circulación de la prensa a nivel local y los temas de publicación no estuvieron alejados de la política de momento.

El partido liberal cumplió una fuerte incidencia en las notas de prensa que se editaban y, sobre todo, en el impulso de la dirigencia de actores del liberalismo que buscaban acentuarse en los diferentes cargos. Pero también los discursos de la violencia bipartidista, a través de casos desde la información circulada en diarios como La Prensa y El Heraldo que reflejan una tendencia al bipartidismo que operaba entre los años treinta y cuarenta. Esto mismo sucedía para el departamento de Boyacá donde el estudio de Olga Acuña Rodríguez responde al papel de la prensa en los asuntos políticos. Ella recrea, por ejemplo, cómo la prensa fue un escenario más del conflicto y un instrumento crucial en la construcción de ciudadanía, porque más allá de cubrir o reseñar los procesos electorales se constituyó en una difusora de la polarización política al tomar partido en defensa del liberalismo o conservatismo.11

El segundo escenario donde tuvo lugar la cultura política del Atlántico y que resulta siendo un aspecto más de esta investigación con respecto al objetivo central de este artículo, es el tema relacionado entre la política y los agricultores. En este caso de figuras como Llinás, quien fue uno de los exponentes de los algodoneros del Atlántico como ministro de agricultura y llegó a ejercer funciones en la vida pública entre 1935 y 1946, periodo que coincide con “La República Liberal”. Cabe mencionar también la influencia que como descendencia en el contexto del que emerge el líder costeño está la procedencia de su familia política del Atlántico y de personajes como su abuelo paterno Julián Llinás Manotas quien fue redactor de medios escritos como el periódico El Guttemberg, 1883, el cual apoyaba la candidatura del doctor Francisco de P. Manotas para presidente del Estado soberano de Bolívar en contraposición a la del doctor Manuel Laza Grau.12 Una genealogía de la familia Llinás en el departamento del Atlántico puede ser vista en la obra “Llinás, Asociación de Integración Familiar”, donde se describe el papel desarrollado en los ámbitos local y nacional.

Además de la prensa Algodonero, también se pretende analizar el tema político a partir del periódico El Heraldo de Barranquilla, información con la que se hace una imagen de este político que defendía la causa algodonera. La idea de cómo Llinás Vega era visto a través de este medio divulgativo es parte fundamental de este análisis investigativo.

Ahora bien, los telegramas y las cartas eran medios de comunicación que enviaban los agricultores en ocasiones a los periódicos, dando a conocer sus desacuerdos en torno a las medidas tomadas para resolver dificultades como lo eran el acceso a la tierra, la solicitud de créditos o en su defecto el traslado de sus cultivos a los centros de acopio. Estos comunicados justos eran necesarios en un momento donde la irrigación era parte de la esperada reforma agraria. La característica y naturaleza de la prensa de la época respondía a varios aspectos, si puede decirse, que cumplían la función de informar a la sociedad letrada. Si bien como empresa política se disertaba en los debates públicos, estos periódicos también buscaban orientar políticamente a la comunidad rural que se encontraba distante de los centros urbanos concurridos políticamente. La relación entre prensa y gremio es un elemento que caracteriza el periodo analizado, ya que varios de estos medios como resulta para el caso de Algodonero era un periódico gremial, que, sin embargo, connotaba información política de momento.

Acevedo Tarazona y Correa Ramírez han sustentado en su estudio cómo muchos de los periódicos a nivel nacional y regional fueron elementos de los espacios de sociabilidad. Para analizar este concepto, los autores recurren al estudio de Maurice Agulhon, quien explica cómo la sociabilidad es un término “para designar las realidades clásicas que antes etiquetábamos como una “cotidiana civilización” o “historia de las costumbres” […] La historia de la sociabilidad es, de algún modo, la historia conjunta de la vida cotidiana íntimamente ligada a la psicología colectiva”, que impulsaba a la sociedad a incidir en la política.13 En Atlántico esta condición no estuvo ausente del ejercicio político. Por ejemplo, cuando se describen más adelante en este artículo cómo las sedes de las Ligas y Sociedades de Agricultores cumplieron un ejercicio para los encuentros electorales en los que influyó su papel Nicolás Llinás Vega. Para Tarazona, “Los periódicos, y quienes escribían en ellos, desempeñaban un papel como orientadores, formadores y socializadores de la opinión pública partidista. En cumplimiento de dicho propósito, los periódicos más consolidados fomentaban la aparición de nuevos medios de comunicación y organización gremiales”.14

Una aproximación sobre esa relación entre política y gremio en el departamento del Atlántico se recrea en una nota de prensa cuando se transcribe un mensaje del gerente de la Cooperativa Algodonera del Atlántico (Cooperal) que era parte de una conferencia dictada. De esa nota se lee como norma impuesta lo siguiente:

En la conferencia política pronunciada por el Dr. Cristóbal Naverra y publicada por ese diario en su edición de hoy, he leído con natural sorpresa la afirmación de que los agentes de la Cooperativa Algodonera que gerencio, están escudándose tras de la institución para presionar a los campesinos en favor de determinada candidatura presidencial. Quiero aprovechar esta oportunidad para declarar que todo el personal de empleados pertenece a distintas corrientes políticas, tienen instrucciones terminales que les prohíbe intervenir en política con el nombre de la Cooperativa.15

Se observa como de manera muy abierta quien expresa las líneas anteriores buscaba presentar la acción democratizadora de los agremiados de esta Cooperativa. L. F. Ortiz Gómez quien figura como gerente trataba de señalar la libertad que tenían los agricultores para encausarse políticamente sin necesidad de acudir a la representación que le podría brindar el hecho de estar afiliados a este gremio empresarial lo que se les prohibía rotundamente actuar en nombre de esta.

2. Algodonero, una representación de la opinión pública de los agremiados

Algodonero fue una especie de semanario que circuló entre 1936 y 1937, un año después que fue creada Cooperal. Los números depositados en la hemeroteca Manuel del Socorro Rodríguez de la Biblioteca Nacional de Colombia corresponden al año de 1937. Su director y propietario fue Luis Torres Villa quien en su momento desempeñó en varias ocasiones la principal dirigencia del gremio algodonero como presidente y Alberto Rivera Fabris corresponsal y redactor. Este semanario era editado por tipografías Antorcha la cual funcionaba en la ciudad de Barranquilla. Se puede afirmar que este medio divulgativo como característica central era un tipo de prensa que, por su existencia, la información provenía de medios gremiales, aunque de forma general se detecta un interés por conectar noticias con el panorama mundial. Entre tanto, las publicaciones que se editaban eran concernientes a los créditos y actividades de compra y venta de los algodones que se comerciaban.

La información publicada en su tercera página eran propagandas comerciales sobre productos químicos para el campo, servicios de maquinarias y también se daban a conocer los fines de la acción gremial de Cooperal. Muchas de estas propagandas publicitarias eran financiadas por sus mismos propietarios o comerciantes, tales como Almacenes Helda de maquinaria pesada, Tejidos Obregón, Algodonera Colombiana S.A, Hermanos de la Espriella, Fábricas de Aceite y Vegetales (Fagrave), Compañía Distribuidora de Seda, S.A., Banco Agrícola Hipotecario, Lotería de Bolívar, Fábrica de Aceite “La Insuperable”, de propiedad de Generoso Mancini, y Distribuidora para Colombia J.R. de La Casa Inglesa.

En una nota editorial titulada “Nuestra Orientación”, se cuestionaba cómo dentro de los preceptos de la Cooperal se daba “una lucha de política económica, de reconstrucción a base de grandes ideales de educación de la masa campesina para formar una conciencia nueva, definida tratando de sacarla de muchos de los viejos prejuicios encausándola por una senda que como fin tenga que conseguir un mejor nivel de vida”.16

Se determina a partir de las lecturas realizadas en los artículos de prensa, que la opinión pública circulada y quienes escribían buscaban impulsar cierto nivel de dirigencia política donde se detallaba la relación que establecían los miembros socios de la Cooperal, afiliados y los agricultores. Era de interés hacer noticioso quiénes eran los inscritos o afiliados, el número de hectáreas destinadas, los tipos de parcelaciones, y dineros acreditados. De la misma manera que la estructura temática de la información se preocupaba por cuestiones internas, no dejaba por fuera los problemas suscitados a nivel mundial, como lo sucedido para los asuntos agrícolas en Europa y Norteamérica. Así se recreaban secciones tituladas “Notas y Comentarios”, “Siguiendo el Mundo” como también brindaban una continua atención a la producción literaria con su “Rincón Literario”, que era el espacio para expresiones como poesías y fragmentos. Además de notas tituladas “Sección Agropecuaria”, tema frecuente en las noticias de la época.

Durante el periodo de “La República Liberal” la circulación de la prensa sirvió como medio de difusión en los debates políticos sucedidos en las grandes regiones colombianas. A su vez, estos semanarios de pequeño formato también se agregan a esa función que cumplió la prensa escrita en esta sociedad que intentaba integrar elementos modernizantes.

Entre las normatividades que se establecían en el país alrededor de la circulación de la prensa, cierta información en los periódicos a veces intentaba ser censurada o no publicada en su totalidad. Por ejemplo, para el caso de Algodonero publicaba un decreto que había sido emanado por el poder ejecutivo en el que debían grabar con un centavo a todos los semanarios y revistas que se editaban en el país. Se lee, por ejemplo: “Esta disposición del ejecutivo que implica en cierto modo una restricción injustificada y perjudicial para las pequeñas tribunas periodísticas en su mayoría semanarios y revistas que le han servido a la patria con el apostolado de su misión educativa. […] Los semanarios y revistas eran fieles aliados de la República.17

Alberto Rivera Fabris, el redactor de este periódico, se preguntaba sobre la cuestión social, un tema de interés de la época que también figura en algunas páginas de secciones donde se reflexionaba frente a qué estaba sucediendo con este tema de la sociedad. Programas políticos se leen cuando se dice que había “una lucha contra la ignorancia por medio del aumento de escuelas urbanas y rurales; educación aldeana; cultura popular; instrucción obligatoria, granjas experimentales y escuela de trabajo”.18 Los temas conceptuales eran muy recurrentes a la hora de hacer públicas algunas secciones, como en el caso referido a lo que se entendía por “La cuestión social” en medio del panorama nacional; si bien, este periódico intenta mostrar una preocupación por el interés hacia los campesinos, se percibe de igual manera, una reflexión frente a cierta distinción conceptual sobre lo que se entendía por el movimiento obrero. De hecho, para ellos se daba una categorización donde definían el concepto de obreros de la siguiente manera:

Los obreros industriales los que hoy sufren las injusticias, las opresiones, el malestar de nuestra organización social, al lado de ellos demandan protección y auxilio los obreros intelectuales y los obreros del campo cuya análoga situación los ponen en condición de no poder recibir los beneficios de la legislación social actual.19

La imagen que se observa en esos datos permite afirmar que este periódico, al igual que sus intereses mediaba alrededor de los problemas agrícolas de los campesinos. El tema frente a los sindicatos también toma lugar en las páginas de este diario, lo que indica que como medio de información tenía clara la existencia de estos grupos como actores en la sociedad. Tanto así que llegó a circular en Barranquilla un periódico llamado El Obrero.20 fuerte defensor de este movimiento local. De manera que, frente al tema de los sindicatos,21 lo hacían teniendo en cuenta la información de postulados teóricos que trataban de conectar con temas que estaban en boga a nivel mundial. Estas perspectivas les permitían a los editores reconocer la función, por ejemplo, de los sindicatos en el departamento del Atlántico. El siguiente artículo refleja una participación del sindicalismo campesino en política proveniente de municipios. En un artículo sustentado por comunicados recibidos de corregimientos y municipios se lee: “Los más avispados, los logreros, los traficantes de la buena fe pública, los comerciantes electoreros son los beneficiados en esta congestión de apetitos mercenarios”.22 Con esta expresión de “apetitos mercenarios” se referían a su oposición frente a los caciques políticos que deseaban consolidarse por la larga estancia en el poder. La información consolidada era una expresión de apoyo a la candidatura presidencial por parte de Darío Echandía, quien era apoyado por las Sociedades de Agricultores. Una fuerte crítica a la relación entre política y estos movimientos que buscaban fortalecer su presencia en las zonas rurales durante esta época.

Una expresión de los enfrentamientos sucedidos entre campesinos y políticos de la zona es publicada en un artículo de este semanario, donde se describe un altercado entre candidatos a una alcaldía y representantes de un comité de acción agraria del municipio de Santo Tomas, quienes realizarían una reunión en la plaza municipal. Todo inicia cuando varios agentes de la policía, quienes se acercaron con la consigna del alcalde de no permitir llevar a efecto dicha reunión. La disputa se origina entre Antonio Fernández Llinás, líder del encuentro y el candidato Fernández de la Hoz, que se oponía a la realización de la actividad. Mientras tanto, el alcalde en función, Gabriel Juliao, manifestaba su intermediación entre los dos candidatos que vivían el altercado. Lo anterior porque la familia Fernández de la Hoz solicitaba que se suspendieran estos eventos en el lugar acordado ya que “la viuda de la familia estaba en estado de gravedad”. Sin embargo, el líder de los agricultores y con quien estos simpatizaban políticamente, se observa en el artículo:

Es necesario que se sancione debidamente a este funcionario reaccionario que, obedeciendo a ocultas consignas políticas, se opone sistemáticamente a la libre agremiación de la clase trabajadora, e impide que se dicten conferencias campesinas, en las cuales solo se trata importantes problemas relacionados con la vida económica, política y social de los trabajadores del campo.23

3. Lo que se opinaba de los agricultores en la prensa local

La prensa que circulaba en la ciudad de Barranquilla consolidó una opinión pública de distinta naturaleza. Un punto en común de estos periódicos consultados es que se destaca la fuerza política mediada detrás de estos sectores con lo que se podría determinar qué corriente política marcaba las notas editoriales cuando se trataba de una fuente dirigida por la familia Martínez Aparicio de tendencia conservadora para el caso del periódico La Prensa, Alberto Mario Pumarejo en El Heraldo, Álvaro Cepeda Samudio en el Diario del Caribe y Julián Deivis Echandía para El Nacional, que estuvieron influenciados por políticos liberales.

Es importante resaltar que al igual que ciudades como Bogotá y Medellín con una fuerte circulación de medios escritos de prensa, Barranquilla también tuvo una opinión pública que muestra la manera cómo se dio un fenómeno comunicativo insertándose en el plano de los debates políticos de la época, lo que interpretamos desde el punto de vista de la existencia de una cultura política que se creaba desde ciudades de la Costa y pueblos aledaños que a través de los sistemas telegráficos enviaban sus notas de prensa a los respectivos diarios.

Estos aspectos favorecieron el papel del político costeño que tuvo la facilidad para participar de esta opinión pública en estos medios. Robert Llinás Lastra un sobrino-bisnieto declara el parentesco con Álvaro Cepeda Samudio ya que Francisca Manotas Llinás sobrina de Nicolás era la esposa del director del Diario del Caribe por estos años.24 Al respecto sobre el tema de estos periódicos, se debe afirmar que cada uno posibilitaba información desde diferentes ópticas. Por ejemplo, para El Heraldo se destaca el fuerte protagonismo del personaje objeto de análisis en la política local y del que se encuentra información de sus acciones.

La Prensa fue un medio que cobijó en su mayoría las noticias referentes a los problemas algodoneros y de tierras como las parcelaciones para este sector, la irrigación como parte de la reforma agraria y por supuesto, las organizaciones gremiales y el fomento a sus cultivos. Por su parte, el Diario del Caribe se caracterizó por brindar una visión más regional de los problemas que afrontaban los agricultores por estos años. Una visión de lo que le interesaba al debate público en el problema agrario nacional, eran, precisamente, los temas que defendían empresarios agrícolas, como el llamado al sector campesino a ser afiliados a las dieciséis diferentes Sociedades de Agricultores, lo que les permitía acceder a beneficios y primordialmente a las gestiones que la misión Currie trató de impulsar con el fomento agrícola y sanear muchas de las necesidades del Atlántico.

Entre estos procesos, la irrigación ocupó un lugar central en los proyectos que devinieron a partir de 1950. Por ejemplo, en una conferencia dictada en el municipio de Sabanagrande, Julio Nicolás Llinás, que por estos años figuraba como presidente de la Sociedad de Agricultores y también hablaba en defensa de los ganaderos de la región, sostenía:

Ese es el camino, ese es el medio de qué valernos para conseguir lo que deseamos y lo que por medio de la asociación y conseguiremos…asociarnos, pues, no hay tiempo que perder. Pero todavía asociados nos hace falta más cohesión, más unidad, más cooperación, para ser una agremiación, cooperada, para la defensa de los derechos e intereses de nuestra comunidad.25

La fuerte inclinación por hacer público el papel de las huelgas en las textilerías de Barranquilla y el impacto que fueron teniendo otras zonas dedicadas a los algodones en departamentos como Córdoba y Cesar permite ver el panorama en contexto regional. Muchas de las publicaciones en la prensa El Nacional, durante los primeros años de la década del sesenta son noticias que hacen alegoría al papel de los cultivos de algodón en zonas como Cereté y Codazzi las que iniciaban el experimento del cultivo en estas regiones del país.

Es importante advertir que el periódico El Nacional se centró en el problema de la tierra, la lucha campesina y los conflictos agrarios como el candente problema de invasión de tierras, que empiezan a tener los agricultores en la zona sur del departamento del Atlántico, como es el caso de Manatí. Un tipo de prensa concentrado en los temas políticos y agrarios de la región y en los enfrentamientos entre arrendatarios y agricultores. De manera general, precisamente, sobre estas temáticas, cada periódico dedicaba notas editoriales a estos sectores que se titulaban, por ejemplo: “Los Agrónomos Opinan” para el caso de El Nacional y Diario del Caribe, el que también tenía una sección titulada Nuestra Tierra, donde hacían públicas las noticias concernientes a este sector.

Alrededor de las publicaciones del periódico La Prensa, Alfredo García Cadena, un columnista de 1939 vaticinaba lo que los historiadores podrían aseverar sobre los problemas del agro colombiano y afirmaba lo siguiente: “Más tarde, los historiadores dirán que el determinismo económico subordinó nuestras riquezas al bienestar de unos pocos. Tal vez, no habrá para entonces quien piense que no fue falta de conciencia, de ambición nacionalista”. 26 Si bien, esta afirmación recrea parte de esa realidad para entender la lectura histórica que, hacía este analista de momento, el tema central que encontramos es la preocupación por opinar acerca de asuntos esenciales que poseían los agricultores. Estaba el problema del difícil acceso a la propiedad que representaba un obstáculo para la funcionalidad de las parcelaciones. Este “determinismo económico”, que señala el columnista en mención, fue un concepto utilizado para explicar en estos momentos el problema de los campesinos del Atlántico.

James Henderson en su análisis sobre “La Modernización en Colombia” sostiene: Los principales pensadores del país fueron influidos por la teoría social determinista que surgió del positivismo del siglo XIX. Creían, por consiguiente, que la desigualdad social, étnica y sexual de la sociedad colombiana de entonces era el producto ineludible de la selección natural.27

Atlántico tuvo diferentes elementos que explican la inconclusa experiencia en que quedaron algunas prácticas de cultivos como la sucedida para los algodoneros. El obstáculo que tuvieron los agricultores de esta zona mediaba entre asuntos políticos y culturales, además de los crecientes problemas económicos. Una visión para entender los problemas agrícolas desde un fuerte nacionalismo como lo recrea el columnista es reflexionar frente al contexto del enunciado y tener en cuenta los debates de la época alrededor de lo que expresaba la opinión pública como lo eran las disputas marcadas entre liberales y conservadores.

García Cadena, en medio de su discurso planteaba un debate económico sobre lo que imperaba en el sistema de la economía del país, ya que en medio de su análisis hace referencia al reto económico nacional declarándose un fuerte defensor del modelo proteccionista. Trae a colación conceptos que llaman la atención como el de “civilización occidental”, para referirse a una cultura de “obreros campesinos”, una categoría que los diferenciaba de los movimientos obreros que emergían en las zonas urbanas.

Ahora bien, cabe señalar que el diario El Nacional no se exonera de la idea de estos postulados en donde la relación entre prensa y política tiene su juego. Muchas de las noticias en este periódico se relacionan con las críticas que se hacían alrededor de los agricultores sobre su relación y participación en la esfera política. Sin embargo, había quienes defendían su posición en torno a esto: cuando Eufredo Blanco Jiménez expresó en una nota de prensa ideas tales como “la política en la agricultura está por encima de nuestras clases dirigentes. Ella -la agricultura- enfoca primordialmente el beneficio colectivo cuando pedimos la mejor distribución de la tierra”.28 Se resalta que mientras unos se declaraban en función del ejercicio político siendo agricultores, otros se oponían a esta visión manifestando su versión. Es el caso de una conferencia dictada por Rafael Ahumada Mendoza, en el municipio de Santa Lucía, quien alegaba que las Sociedades de Agricultores tienen que apartarse del morbo de la política, opinar libremente y de acuerdo con su conciencia para dedicarse ampliamente para lo que han nacido y organizado: trabajar en el campo.29

Para este expositor resultaba suicida que una Sociedad de Agricultores entrara de lleno a militar políticamente. Los resultados de la política en el accionar de los agricultores se reflejaron en los discursos del Nacional, cuando este diario concentró su información en hechos como las manifestaciones de los agricultores. Según el anterior periódico, durante los años sesenta, la situación campesina tuvo su protagonismo en varios municipios del sur.

Como ha sido enunciado, otros problemas agobiaban a las condiciones de los agricultores: “Los gremios campesinos estaban dispuestos a marchar para protestar por los problemas que afrontan actualmente como también por la demora en recibir los beneficios de la reforma agraria”.30 Es precisamente en estos años, cuando empiezan a visibilizarse las primeras manifestaciones de protesta31 por parte de los agricultores, entre los colonos de municipios y corregimientos.

Campo de la Cruz, Manatí,32 Sabanalarga, Algodonal,33 y Candelaria,34 escenarios donde agricultores fueron apresados por ser invasores de terrenos. De la misma manera que estos actores sociales empiezan a protagonizar la historia de la cultura política de esta zona, es curioso encontrar también, datos que recrean el papel de la mujer campesina cuando se leen las gestiones que empezaron a desarrollar: “La vicepresidenta de la liga de campesinos de Repelón, señora Digna Emérita Pérez, en las horas de la tarde del día jueves puso en manos del secretario de gobierno departamental, doctor Lacorazza Varela, una nota del primer vicepresidente de la Federación Sindical de Trabajadores Agrarios de Colombia”.35

El Nacional centró su información en la forma cómo la fuerza pública detuvo en cada uno de estos municipios a grupos de campesinos como causa del control de terrenos que solían ser propiedad privada. Esto generó enfrentamientos entre los detenidos y la fuerza pública.36 Según Plinio Apuleyo Mendoza, basado en una nota de prensa del párroco municipal de Manatí Hugo Villegas, el origen de estos enfrentamientos era la falta de empleo, el asunto agrario y la sequía de la Ciénega de Manatí. El religioso comentaba en una nota de prensa del Diario del Caribe:

[…] Que el problema deriva de una aguda situación original provocada por el desempleo y la situación agraria que es confusa y explosiva. El problema dice […] comenzó el día en que, al abrirse la carretera oriental que lleva a Suan y a Campo de la Cruz, la Ciénega de Manatí dejó de recibir las aguas del Magdalena, contenidas por la compuerta de Santa Rosa y fue secándose hasta convertirse en un vasto terreno de fango endurecido. Los pescadores quedaron sin su fuente tradicional de subsistencia durante muchos años.37

Fuente: “Esta tierra es pacífica…pero aquí se avecina una tormenta”, Diario del Caribe, (Barranquilla), 16 de mayo 1962, 6.

Figura 1 Presencia de fuerza pública en la Casa Municipal de Manatí. 

A nivel nacional, como lo hemos señalado en notas anteriores, la movilización campesina se reflejó en una lucha política violenta en departamentos del centro del país. Columnistas locales del Atlántico pensaban que esta zona estaba representada por agricultores pacíficos donde el gobierno no concentraba preocupación alguna, pero parte de la sociedad se sentía atemorizada de que se le incluyera dentro del rango de las zonas de violencia. Sofanor Manuel Mosquera, en una nota de prensa sostenía, “muy constantemente se oye decir en la boca del vulgo atlanticense que Manatí es el pequeño Tolima o la Marquetalia del departamento del Atlántico. Quienes así se expresan son a mi entender personas que tienen el hábito de hablar por hablar, dando a comprender la falta de conocimiento de causa para analizar la situación”.38

Fuente: “El Juez 151 investiga los hechos de Manatí” Diario del Caribe, Barranquilla. 17 de mayo de 1962, 6.

Figura 2 Agricultores manifestantes en la Casa Municipal de Manatí. 

Fuente: “Presos otros 19 campesinos de Campo de la Cruz”, El Nacional, (Barranquilla), 18 de abril de 1964, 1.

Figura 3 Campesinos detenidos en Campo de la Cruz. 

Es de gran utilidad resaltar que, para el ejercicio publicitario de la prensa, las fotografías seleccionadas eran publicadas por estos periódicos que tenían la debida tarea de enviar un corresponsal a los municipios donde se daban las alteraciones de orden público. Varias de las fotografías de El Nacional aparecen reportadas por Jhonny y las de Diario del Caribe aparecen firmadas por “Scopell”.39 El escenario de la toma se caracteriza como se observa, en una buena intencionalidad de mostrar lo visual en estos medios de comunicación, tratando de representar la problemática de los conflictos ante los colonos. Muchos de ellos se muestran ante las cámaras para darse a conocer y revelar la situación acontecida. La utilización de las imágenes está cargada de cierta intencionalidad, como también hay tomas que transcurre en medio de una casualidad.

4. Nicolás Llinás Vega, un político de la provincia

Nicolás Llinás Vega nació en Sabanalarga el 18 de septiembre de 1898. Fue el tercer hijo del matrimonio conformado por Julián José Llinás Manotas y Zoila Rosa Vega Navarro, sus hermanos fueron Isabel, Josefa Francisca y Julián Llinás Vega. Sus hermanos mayores de parte de padre fueron Julio Nicolás Llinás Fontalvo, Federico Llinás Camargo, Juan José y Átala Llinás Robles y Dolores Llinás Puello. Contrajo matrimonio con la bogotana Helena Caballero con quien tuvo tres hijos Jaime, Rosi y Helena Llinás Caballero. Helena Caballero, la esposa:

[…] Ella era Caballero Calderón de los Caballero famosos de estos de Klin (…) Klin era el escritor ese famoso que no era una especie de… no le puedo decir humorístico porque no era humorístico, pero parecido a eso, pero con su sarcasmo, con burla que tenía El Tiempo. Y entonces esa señora venía siendo prima de Antonio caballero el que acaba de morir, que era columnista de Semana hasta hace poco también. Y él se va y hace un vínculo. (…) Su afición o su predilección por esa actividad, porque en realidad desde la casa ni siquiera paterna-materna, sino anterior, o sea, desde su primer Llinás que fue el descendiente, él se dedica a la ganadería y a la agricultura, de ahí viene la predilección, toda su familia estuvo vinculada a esa conducta, o sea de familia.40

La imagen creada sobre el líder político y su participación en la política nacional sirvió de base para que temas agrícolas se convirtieran en debate de la opinión pública, sobre todo, en la prensa local. Su política se impulsó gracias al apoyo que recibió de la Sociedad de Agricultores, la misma que había dirigido como presidente.

Desafortunadamente, fueron pocos los resultados logrados para el escenario de la cuestión agraria departamental, hasta el año de 1965 cuando observamos varios intentos fallidos por irrigar la zona sur del Atlántico que se visionaba como la promesa de la despensa agrícola de la región. Cuando, se aprecia aunadamente la crisis de los cultivos, la poca funcionalidad de los gremios, las problemáticas frente a los proyectos de irrigación, los intereses políticos de los intermediarios, la presencia de programas como parcelación y ejecución de escuelas y granjas experimentales, como también las dificultades en el plano de la educación campesina que era centro de interés. Estos hechos sucedieron como resultado de su función como ministro de agricultura lo que se vio afectado hasta el punto de formular su renuncia y trasladarse al ministerio de comunicaciones, donde tuvo enfrentamientos y fuertes críticas por grupos opositores de la época. La prensa va mostrando ciertas pesquisas sobre el papel que cumplió Llinás Vega en la cultura política nacional.

Uno de los sucesos, que llama la atención sobre la vida de él, es cómo después de asumir altos cargos en la política nacional debió tomar decisiones como respuesta a los enfrentamientos bipartidistas acontecidos durante el traumático periodo de la violencia en Colombia. Se lee, por ejemplo:

Llinás Vega duró poco en el cargo cuando a inicios de 1938 tomó las riendas del Ministerio de Comunicaciones que lo llevó a varios enfrentamientos discursivos con la prensa conservadora de “El Siglo”. Fue tanta la presión política que tan solo transcurrido mes y medio en el cargo pudo informarse de los altercados y finalmente renunciar a la administración.41

La práctica por la cual era denunciado Llinás Vega había sido intelectualmente creada por líderes conservadores décadas atrás. Sin embargo, lo que llama la atención de los sucesos analizados, es la fuerte persecución política a la que fue sometido, mientras estuvo al tanto de los distintos cargos, además de ser considerado precursor de la “empleomanía”, un término referido por columnitas de la época a la práctica en que políticos solían recomendar familiares o allegados a los cargos dentro del sistema administrativo que ejercían. Según Miriam Llinás de Ovalle, varios miembros de la familia se destacaron entre los años cuarenta y cincuenta por puestos en la vida pública en el campo del derecho, la política y la salud:

Mi papá era el mayor, se vino y trabajaba y se vinculó al círculo. Y ya un poco más adelante ellos forman como un círculo, sin formarlo concretamente, es decir, se llamaba así, era un grupo familiar, que surge de la política. De ahí mi papá […] sale concejal de Barranquilla. Y él formaba lógicamente parte de eso. El otro más joven, pues mi papá era mayor que él, pero en el otro grupo había unos más jóvenes estaba Luis Eduardo Manotas Llinás y en el periódico Nicolás participa como en la creación de ese, la fundación del periódico, […] pero lo cierto es que él, él desiste de eso y se va de aquí de Barranquilla.42

Antes de su funcionalidad en los diferentes cargos, por ejemplo, la Sociedad de Agricultores del departamento del Atlántico manifestaba en 1937, en una nota de prensa, con respecto al cargo que asumía Llinás Vega, como abogado consultor, lo siguiente: “Felicitar ardorosamente al señor presidente de la República, Dr. Alfonso López por la acertada escogencia para el delicado cargo con que ha distinguido a un hijo de la Costa Atlántica, doctor Nicolás Llinás Vega, exponente sostenedor de la cultura y la democracia liberal”.43

Entre 1930 y 1940, la industria del algodón se acentuó en la economía nacional como una promesa para el desarrollo de la agricultura en varias zonas del país. Varios proyectos de ley, fraguados en esos años, se convirtieron en interés por parte de los gobiernos liberales de turno: uno tenía que ver con la ley para la protección del cultivo del algodón, y el otro buscaba cimentar el fomento hacia la agricultura. Ambos proyectos se visionaron en las secretarías estatales. Para el caso de la protección aduanera, el gobierno de turno, encabezado desde el congreso de la república ideó y diseñó proyectos de ley que, según el periódico La Prensa de 1936, buscaban proteger el cultivo de algodón constituyendo tarifas aduaneras.44

En medio del escenario de los industriales locales, interesados en proteger el producto, para resolver el problema de la industria, sucedieron manifestaciones de apoyo hacia la ley que buscaba proteger la comercialización del algodón. Un claro ejemplo son las ideas expresadas en un telegrama enviado al gobernador del Atlántico Rafael Blanco Núñez, por parte de los agricultores de Baranoa, quienes agradecían la iniciativa frente a esta labor. 45

En medio de este contexto, aparecía en el escenario público Nicolás Llinás Vega que, durante 1935 según los datos encontrados en el periódico El Heraldo de Barranquilla, publica secuencialmente los diferentes cargos que fue desempeñando este personaje durante el lapso temporal analizado, donde inició como gobernador del Atlántico y venía de trazar varios objetivos hacia el sector de los algodoneros. Luego de revisar diferentes artículos de prensa de El Heraldo de Barranquilla, se observa la forma cómo se registraron las acciones en torno a la vida pública de este personaje y su desempeñó en estos cargos públicos hacia finales de la década del treinta.45

Nicolás Llinás Vega emergió de una familia liberal del municipio de Sabanalarga y se radica en la ciudad de Barranquilla después de la muerte de su padre. Al ser gobernador del Atlántico y luego alcalde de Barranquilla, según Miriam Llinás de Ovalle, la mayor parte de su carrera política la ejerció en la ciudad de Bogotá, mientras que en Barranquilla solo había asumido cargos administrativos como los resaltados anteriormente. Posteriormente en la ciudad de Bogotá, llegó al ministerio. Este escalonamiento a peldaño fue una senda que lo llevó a ser ministro de agricultura y encauzarse como candidato a la presidencia de la Cámara de Representantes por el departamento del Atlántico. Fueron los principales escenarios que marcaron el recorrido público del personaje analizado.

La idea de que una de las principales relaciones entre Nicolás Llinás Vega y los agricultores del Atlántico es que fue el principal exponente en el ámbito político de los intereses de los agricultores. Este vínculo entre el político y el agricultor posibilitó, para el gremio de los algodoneros conseguir parte de sus proyectos. La representación política de los agricultores algodoneros del Atlántico quedó recreada en Llinás Vega como precursor del liberalismo y de las ideas que se forjaron en la vida pública durante estos años.

Además, de su experiencia en estos cargos, su relación con el mundo de los agricultores deviene “por ancestro, por tradición, el ejercicio o el amor como lo quieras llamar por la agricultura y por la ganadería, toda la familia, no solamente fíjate que él con la agricultura, y mi papá fue concejal fundó la página esa agrícola; todos los Llinás tuvieron fincas, todos de un momento a otro su vida se dedicó a la agricultura”.46

Restrepo Maya, un columnista, de El Heraldo de Barranquilla, en 1937, hacía una aproximación interpretativa acerca de la vida de Llinás Vega y sus principales ejecuciones al mando de cargos estatales administrativos. Por ejemplo, llega a describir cualidades muy particulares tanto del ejercicio político como de las condiciones sociales que se presentaban en la región, una radiografía de su actividad política expone la idea de que es visto como un

[…] Tipo de político que antes que la astucia ejercita la inteligencia que domina el medio tropical de la costa sin apelar al ron, a la música brava y al abrazo de mentiroso tinte sentimental, y extraño aún más porque no hace recurso de las martingalas electorales; […] Nicolás Llinás Vega habría limitado sus treinta años a una simple labor de político de provincia, grande dentro del marco que le hacían las circunstancias, pero forzada a vivir dentro de estrechas fronteras territoriales, en este país en donde los políticos, los periodistas, los poetas, las reinas de belleza necesitan reabrir su consagración.47

Así es descrito el ministro de agricultura, que además poseía una experticia por su vivencia en el Atlántico, cuando se vieron perdidas las cosechas de algodón como consecuencia de la invasión del gusano rosado. Como gobernador del Atlántico había demostrado la preocupación que lo acercó a “determinados cultivos, especialmente el del arroz y el del algodón”.48 Entre los intereses agrícolas estaban, por ejemplo, la atención a los terrenos, la lucha contra las plagas, la importación y distribución de las semillas y el estímulo y mejoramiento de la calidad de vida de los agricultores.

Para finales de la década del treinta, se nota una imagen creada en la prensa local de un hombre público que surgió en medio del contexto de violencia política y bipartidista que caracterizó la mayor parte del periodo de “La República Liberal”. Llinás Vega, además, fue encargado de la administración pública de la ciudad de Barranquilla como alcalde, pero debido a las confrontaciones, se vio en la necesidad de retirarse del cargo y trasladarse a la ciudad de Santa Marta, donde mantenía relaciones políticas con líderes allegados que lo impulsaron a tomar riendas fuera de la región. Este personaje responde, sin duda, al contexto de la época marcado enteramente por la persecución política y limitaciones al margen del ejercicio público.

Sin embargo, mostró sus destrezas discursivas en términos políticos, al arremeter en contra de sus enemigos demostrando cierto dinamismo y dominio de su actuar. La lucha política de estos años se combatía desde el escenario discursivo, donde Llinás Vega era considerado un animal político en aras de defender la causa liberal. Cuando se posesionó en el cargo de ministro de agricultura, su mayor atención se centró en analizar el problema cafetero y orientar las pretensiones y necesidades de este gremio. Con respecto a su relación con los agricultores del departamento del Atlántico, cabe mencionar que, en una nota de prensa firmada por el seudónimo Judex, en 1937, describe la manera cómo: “Los campesinos del país, los agricultores, toda esa bendita parva evangélica, que informa el conglomerado de cultivadores de la tierra, pueden albergar la certeza de que tienen al frente del ministerio que se relaciona con sus problemas, a un hombre que conoce sus necesidades, que las ha sentido, que las ha palpado”.49

Ahora bien, ¿qué tipo de político nos presentan estos columnistas que buscan construir una imagen de Llinás Vega sin apelar a las “martingalas electorales”? Un punto en común que hallamos, tanto en el artículo publicado por Restrepo Maya, y el firmado con el seudónimo de Judex es que describen a Nicolás Llinás Vega alejado de los intereses electorales, cuando, por el contrario, las capas de agricultores representaban para la época un interés hacia los políticos en sus diferentes comarcas electorales. Se sostiene que al tener Llinás el mando del ministerio, que:

Ya no se experimentará el caso triste de los campesinos de Nariño, que por carencia de un ministro comprensivo fueron víctimas propiciatorias de injusticia con elocuencia vil. Ya dejareis de ser los parias de la patria, la recua electoral, los hombres a los cuales se les tenía simplemente en cuenta para las batallas de fisonomía electorera, pero eran abandonados a su suerte por carencia de personajes interesados y acordes con los deseos del presidente López.50

Fuente: “Los Doctores Nicolás Llinás Vega y Felipe Lleras Camargo hablarán esta noche”, El Heraldo, (Barranquilla) 2 de marzo de 1937, p 1.

Figura 4 Presentación pública de Nicolás Llinás Vega en discursos con motivo de la semana liberal en el departamento del Atlántico. 

Según Judex, un columnista anónimo de El Heraldo, resalta cómo una de las principales relaciones establecidas entre Llinás Vega y los agricultores es que, durante el gobierno de López, el ministerio de agricultura logró identificar las principales necesidades al margen del campo logrando destacar que de ellos dependía en parte la riqueza de la actividad agrícola nacional. Notoriamente, Llinás reconocía que frente a los cultivadores estaba el “acaparador sin entrañas, del hombre que, como la clásica espada de Damocles, se cierne sobre la necesidad del campesino, para a precios miserables, negociar sus cosechas en embrión y fustigar con intereses crecidos”.51

Todas estas apreciaciones por parte de Llinás, a quien le preocupaba la situación nacional en torno a la agricultura, se vieron obstaculizadas cuando los reflejos de la violencia bipartidista tomaron lugar en los conflictos discursivos de la prensa nacional. Llinás pudo moverse dentro de unas redes de comunicación de la opinión pública de la época, a nivel de la prensa local porque tuvo contacto con familias y círculos reconocidos de la élite bogotana. Según su sobrina Mirian Llinás de Ovalle, su tío se relacionó con la familia Caballero Calderón de la ciudad de Bogotá contrayendo matrimonio con Helena Caballero Escobar. De la misma forma, su sobrina Francisca Manotas Llinás se casó con Álvaro Cepeda Samudio, quien figuraba como director de periódicos importantes como Diario del Caribe y El Nacional.

Tanto el movimiento obrero en la década de los cuarenta, como los movimientos campesinos vivieron en una constante lucha en la manera cómo eran utilizados en la captación electoral. A propósito, sobre esta reflexión, el columnista de El Heraldo, Alfonso Arboleda discernía de la forma como “este número o conjunto bruto de humanidad es el usado como rebaño para las elecciones, mecanizando su actividad cívica, sin permitirle decisión consciente, sin brindarle una oportunidad de mejoramiento individual o colectivo”.52 De hecho, también se piensa alrededor de cómo era visto el líder político de la época, y que, en este caso, se interpreta sobre las afectaciones que podrían tener las sociedades de agricultores al momento de ser utilizadas en las prácticas políticas. Carlos Manotas Núñez es quien interpreta expresándose de la siguiente manera: “Hasta dónde ha dañado a nuestro pueblo campesino el malévolo cabecilla político; si se hiciera trabajo alguno al labriego, quien no milita en sus filas electorales y lo mismo harían los cabecillas contrarios y de la oscura pugna resultaría únicamente un desastroso servicio que se resolvería en el fracaso total del sistema”.53

La actividad política de Llinás Vega, aclamado por parte de muchas de las Sociedades de Agricultores de la región, estaba ceñida a un terreno abonado por fuertes críticas de la opinión y reflejadas en los discursos públicos de los diferentes medios de comunicación, sobre todo, de la corriente conservadora.

No era tarea fácil en los años en que Llinás buscaba ubicarse en la senda política, cuando por el contrario lo que se identifica en la mayoría de los artículos publicados era cierta disputa política consolidada hacia él y la manera cómo este personaje había impulsado muchos de los proyectos encaminados al agro, pero para la oposición renacía un temor de ver la forma cómo varios de los ministerios estaban siendo pincelados por un personaje procedente de la Costa, y que como ministro de comunicaciones representaba una fuerte amenaza para los políticos de la oposición que buscaban instaurarse en el proyecto de Laureano Gómez.

Se sostiene entonces, que, en medio de este contexto, es difícil pensar que un político de la talla de Llinás Vega al frente de la política liberal, no recurriera a las “martingalas electorales” como describía Maya Restrepo en sus columnas de la prensa. A inicios de 1937, Llinás Vega incursionaba como abogado de la presidencia, al tiempo que esto acontecía en la capital colombiana, el escenario del Atlántico y sobre todo de la ciudad de Barranquilla, vivía un fervor político, que se describe, por ejemplo, con la estrecha relación que llega a establecerse entre las casas liberales y, por supuesto, las “Sociedades Campesinas”. Las casas liberales funcionaron mancomunadas con las escuelas nocturnas de campesinos lo que generó conflictos internos entre sus agregados, sobre todo, de parte de los liberales que sentían la necesidad de limitar sus vínculos a estos gremios, considerados parte de la sociedad comunista que emergía en estos años en el país.54

En el municipio de Soledad la casa liberal y sus espacios internos eran utilizados para diferentes reuniones políticas que se hacían con los campesinos aledaños de estas zonas procedentes de Malambo y Sabanagrande. Por mucho que en la prensa nacional y local se disertara acerca de cómo Llinás Vega estaba alejado de utilizar las sociedades campesinas como grupos votantes, estos documentos recrean la forma en que a la vez la asistencia de campesinos a reuniones políticas era frecuente en las casas liberales y casas campesinas de varios municipios. Salta a la vista, el caso del círculo electoral de Soledad-Atlántico que era apoyado por los miembros de Malambo de contar con un local propio, en donde efectuar sus reuniones e intercambiar ideas respecto a la marcha de la política liberal en ese sector; porque la casa en donde funcionaba la escuela nocturna para campesinos era también apropiada para reuniones políticas y el municipio de Malambo por su admirable situación topográfica, ocupaba el punto central del círculo de Soledad.55

Se asevera la idea de que la existencia de estas reuniones se daba a partir de la relación que se establece entre la vida pública de Llinás Vega y las prácticas políticas a las que solían asistir los agricultores. En estos encuentros se efectuaban actividades como la elección de diputados fomentada por el círculo electorero de asistentes, donde los campesinos elegían a candidatos que figuraban en las listas para las respectivas elecciones. Por ejemplo, se lee en las publicaciones de la prensa, cómo se elegían los delegados “a la convención departamental y esta hará la elección de candidatos para representantes y de delegados de la convención nacional, la que a su turno elegiría al candidato para presidente de la República.56

Estos hechos no están lejos de la agitada vida pública de Llinás Vega que, a mediados de 1938, intentaba ocupar una curul en la Cámara de Representantes por el departamento del Atlántico. Luego, se debatían muchos temas de ley en el congreso, donde la preocupación era la cuestión agrícola del país, el déficit en el fomento del campo y la inestabilidad de la vida campesina, temas que se trataron en los principales debates públicos de la prensa nacional.

Una de las críticas contra Llinás Vega, además de ser un fuerte opositor de las políticas conservadoras, era la preferencia por la recomendación de emplear a familiares en diferentes cargos públicos. Es usual encontrar columnistas que poseen este apellido entre finales de la década del treinta y principios del cuarenta, periodo durante el cual Llinás ocupó los principales puestos, además de ser experto en asuntos políticos y económicos referentes al algodón. Jacob Llinás Urueta es el encontrado para el caso de la defensa agrícola por el municipio de Usiacurí, quien falleció en julio de 1940, y días antes aclamaba en un artículo de prensa el llamado de atención por la situación de los agricultores a nivel nacional, quienes debían ser protegidos por el Estado.57 Para este mismo año, se encuentra el nombre de Julián Llinás Vega que se desempeñaba como miembro principal del jurado electoral de la ciudad de Barranquilla.58

Durante los proyectos de la reforma política de López, los municipios del Atlántico crearon los denominados comités lopistas. Alfonso Llinás es el corresponsal del liberalismo de esta época para el municipio de Piojó,59 y Julio Nicolás Llinás Fontalvo, que lideró el liberalismo y dichos comités para la zona de Sabanagrande, se convirtió en el intelectual de los gremios algodoneros.60 Así mismo, se encuentra para los temas civiles y problemas de tierra relacionados con el proyecto de irrigación para el triángulo Ponedera, Manatí y Candelaria a Diego Llinás Manotas, que publicaba seguidamente temas concernientes a la defensa de las problemáticas de irrigación de esta zona que tuvo lugar con el apoyo del Instituto Colombiano de Reforma Agraria (Incora), y por el cual la zona sur del departamento se convirtió en eje de atención de los principales intereses y conflictos agrarios.

El proyecto de López Pumarejo en el departamento del Atlántico tuvo su máxima expresión apoyada por los gremios y grupos de liberales provenientes de diferentes zonas provinciales. La principal plancha liberal, para ocupar el cargo de presidente del congreso, durante la campaña política lopista, estuvo representada por Alberto Pumarejo y Nicolás Llinás Vega que eran respaldados por el liberalismo de la región. Es claro afirmar entonces, que si bien, los agricultores cumplieron un significativo papel en la política, había una fuerte preocupación para que ellos tuvieran una representación de sus intereses o estuvieran al menos apoyados por líderes de los gobiernos liberales.

En una resolución de la dirección nacional de unión liberal, se publicaba por medio de ordenanza lo siguiente: “1° Los obreros y campesinos de todos los municipios del país tienen el derecho de enviar una delegación suya a la asamblea general del respectivo departamento. 2° los delegados de obreros y trabajadores agrarios en cada asamblea liberal de departamento tendrán derecho de enviar a la convención constituyente una delegación especial”.61

En síntesis, puede decirse que Nicolás Llinás Vega fue representante e intermediario de todos los agricultores algodoneros del departamento del Atlántico. Su agitada vida política se comprende por lo menos durante más de treinta años representando los intereses hacia un sector importante de la actividad económica de la región. Por lo tanto, el sentido de la cultura política de esta zona se entiende no solo a partir del protagonismo político sino desde la figura pública que era Llinás. Detrás de su vida, se tejieron acciones colectivas que fueron constituyendo parte de culturas políticas y que iban dirigidas a sujetos organizados como lo fueron los gremios.

De la misma manera como había ascendido Llinás Vega a los diferentes cargos, los datos encontrados muestran un silencio después de ser elegido presidente del congreso. Los treinta años, que analizamos corresponden con el tiempo en que Llinás Vega mantuvo diferentes cargos públicos hasta cuando empieza a desmejorar su salud. Las fuentes resaltan entre 1964 y 1965 la mayor crisis y déficit que padeció Cooperal, el principal gremio de los algodoneros atlanticenses y lejos de estas zonas, Llinás Vega conducía su vida pública como embajador en el vecino país del Perú, pero también se notaba ya alejado de la circulación de noticias locales.

5. Conclusiones

La existencia del poder político de los gremios, como lo fueron Sociedades de Agricultores, Granjas experimentales, Sindicatos Campesinos, Ligas Campesinas, Juntas Agrícolas y Cooperativas Algodoneras, jugaron un papel en la economía regional, que no fue ignorado en la circulación de los medios escritos como la prensa local. En esa información se resaltó la presencia de un funcionamiento de la política liberal y los efectos que el departamento del Atlántico experimentó en los procesos agrarios y que se recrearon en la opinión pública de estos años.

De este análisis, se corroboran tres elementos importantes dentro del proceso informativo que caracterizó la prensa barranquillera de estos años. Los discursos expresados en la prensa eran de carácter económico y gremial, pero el contexto de la época influyó tanto para que la política,62 y un lenguaje de reclamos quedaran expresados en sus distintas secciones. Como canal de comunicación, la información consolidada en la prensa barranquillera rastrea un panorama que a nivel nacional presenta los enfrentamientos políticos que vivía el país y que de forma local estos medios de comunicación llegaban hasta las zonas rurales más alejadas, informando de la defensa de su gremio. Entre tanto, fue una opinión cuyo espacio en la prensa muestra una imagen de la vida rural de la época, pero ante todo de la funcionalidad que tuvo la política liberal y quedó manifestada en estas fuentes escritas.

De la circulación de información, se observa cómo a partir de estos discursos vistos en perspectivas que incluyen una lectura desde los modelos económicos que imperaban en la época, transitaron en las noticias de periódicos como La Prensa y Algodonero para entender los sucesos a nivel local. La cultura política de esta zona se entiende a partir de acciones que conectaban sucesos de las actividades de los diferentes agricultores en los municipios y muy a pesar de estos, cada pueblo vivenció la política a su modo. Los fenómenos políticos fueron concebidos desde diferentes panoramas: hubo pueblos que se conectaron con el contexto nacional y otros pasaron desapercibidos. La vida del movimiento de agricultores cambió en la década de los sesenta cuando los campesinos después de no acceder a los beneficios del intento de reforma agraria, los llevo a participar y organizarse políticamente, modificando así la cultura e historia de estas zonas, donde el sur del Atlántico fue el centro de estos sucesos.

Finalmente, Llinás Vega fue una figura que tendió un puente entre las políticas estatales y centralistas y los gremios, además de la relación recíproca que se estableció entre él, como político, y los agricultores. Más allá de estos planteamientos, Llinás Vega buscó canalizar a través de su vida pública diferentes proyectos agrícolas, sin embargo, fue más notable el ascenso político que tuvo en el contexto nacional e internacional que los resultados para el campo y el agro regional.

6. Bibliografía

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2 Entrevista a Miriam, Llinás de Ovalle, Barranquilla, 7 de octubre del 2021.

3 Marta Cecilia Herrera, Alexis Pinilla Díaz y Raúl Infante Acevedo, La construcción de una cultura política en Colombia, proyectos hegemónicos y de resistencias culturales (Bogotá: Universidad pedagógica nacional, 2005), 17.

4El concepto de opinión pública ha sido considerado por Gonzalo Capellán como un concepto polisémico, el cual se origina en el contexto del liberalismo del siglo XIX, en medio de la “sociedad de masas”. Este autor reseña “Una política donde incluso los periódicos utilizados como principal órgano de expresión y guía de la opinión se estaban transformando en verdaderas empresas mercantiles”. Bajo esta visión en medio de la opinión pública entran en juego diversos elementos, actores que como públicos forman imágenes y representaciones haciendo uso de vocabularios, discursos, y opiniones. Una explicación más detallada, Véase:Capellán, Gonzalo, “Opinión Pública Historia y Presente” (Madrid: Editorial Trotta, 2008), 17.

5“La República Liberal” es uno de los periodos más polémicos en la estructura política del país durante el siglo XX, un estudio de esta visión es descrito como un momento en la historia nacional donde “se difundió una nueva forma de interpretar y abordar la política y los problemas de una nación en crecimiento industrial y urbano con sectores obreros y de trabajadores habitando en masa las principales ciudades capitales de los departamentos […] en términos generales, este periodo se muestra como una fase significativa en la construcción del Estado nacional colombiano desde la perspectiva de la modernización económica, cultural y educativa”. Álvaro Acevedo y Jhon Jaime Correa, Tinta roja, política y educación en la República Liberal, (1930-1946) El diario de Pereira y Vanguardia liberal de Bucaramanga (Bucaramanga: UISColciencias),16.

6Una definición de la existencia de diversas culturas políticas entre las que resalta además de la cultura política parroquiana y sumisa, es la cultura política desde el punto de vista participativo, Véase:Cristóbal Aljovin y Nils Jacobse, Cultura Política en los Andes (1750-1950) (Perú: Fondo editorial UNMSM, 2007), 19.

7Además de la visión explicada por Álvaro Tarazona y Jhon Jaime Correa Ramírez sobre la República Liberal como periodo de modernización en el país. En un estudio sobre la “Revolución en Marcha” se explica que “[…] fue el proyecto de una facción del partido liberal de la década de los treinta para modernizar el Estado y la sociedad, es decir, para adecuar el Estado a las nuevas condiciones mundiales de acumulación de capital”, Véase, Miguel Ángel Urrego Ardila, La Revolución en Marcha en Colombia 1934-1938 (México: Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Michoacán de san Nicolás de Hidalgo, Nueva Gaceta, Morelia-Michoacán, 2005), 9.

8Acevedo y Correa 19.

9 Milton Zambrano, “Barranquilla, ciudad cosmopolita 1880-1930”, Historia y Pensamiento 2 (2007): 60.

10 José Antonio Nieto Ibáñez, Barranquilla en Blanco y negro, historia del séptimo arte en la ciudad, 1876-1935 (Sevilla: publidisa, 2011).

11 Olga Acuña Rodríguez, Construcción de ciudadanía en Boyacá durante la República Liberal, 1930-1946, (Tunja: UPTC, 2010), 284. Acevedo y Correa, Tinta Roja, prensa…103.

12 Carlos Reyes Vega, Memorias sobre el pasado de Sabanalarga,https://www.sabanalarga.org/historia1.htm (14 de octubre 2021).

13 Maurice Agulhon, El círculo burgués, la sociabilidad en Francia 1810-1848 (Argentina: Siglo veintiuno editores, 2009), 38.

14 Acevedo y Correa, Tinta Roja, prensa… 239.

15“La Cooperativa Algodonera y la política”, La Prensa, (Barranquilla), 7 de marzo de 1942.

16“Nuestra orientación”, Algodonero, (Barranquilla), 18 de enero de 1937.

17“La tragedia de los semanarios”, Algodonero, (Barranquilla) 30 de enero de 1937.

18“La cuestión social”, Algodonero, (Barranquilla),13 de febrero de 1937.

19“El problema obrero”, Algodonero, (Barranquilla), 20 febrero 1937.

20 El Obrero, (Barranquilla), enero-diciembre, 1935.

21Referente a lo que entendían por estos movimientos, este periódico publicaba una definición de cómo “Los sindicatos surgen cuando quiera que los trabajadores sientan la necesidad de agruparse para la defensa de su trabajo. Los sindicatos son escuelas donde los trabajadores aprenden a luchar para mejorar sus condiciones de vida y estudian y comprenden cuál es su posición de clase dentro de la sociedad” Véase: “Cómo se organiza un sindicato”, Algodonero, (Barranquilla), 7 de julio de 1937.

22“Concentración sindical campesina”, Algodonero, (Barranquilla), 13 de marzo de 1937.

23“Una Alcaldada”, Algodonero, (Barranquilla), 13 de marzo 1937.

24 Datos concedidos a través del correo electrónico robertllinas@gmail.com. 5 de octubre 2021.

26 Alfredo García Cadena, “Campesino y Sociólogo”, La Prensa, (Barranquilla), 10 de mayo de 1939.

27 James Henderson, La Modernización en Colombia, los años de Laureano Gómez 1889-1965 (Medellín: Universidad Nacional de Colombia, 2006), 19.

28 Eufredo Blanco Jiménez, “La Política en la Agricultura”, El Nacional, (Barranquilla), 18 de enero de 1960.

29“Nueva concentración liberal campesina hubo en Santa Lucia”, El Nacional, (Barranquilla), 20 de enero de 1960.

30“Marcha sobre la ciudad organizan los campesinos”, El Nacional, (Barranquilla), 10 de abril de 1964.

31En la revisión de prensa analizamos una serie de movilizaciones como la que ocurrían a nivel nacional, transcurridas entre abril y noviembre de 1964, lapso en medio del cual más de 50 agricultores fueron detenidos. Se organizó por ejemplo una movilización de 10.000 campesinos que se daría el 3 de mayo de 1964 como respuesta a los altercados ocurridos en Manatí, a la vez de conmemorar la fecha del 1 de mayo. Véase: “10.000 campesinos marcharan sobre la ciudad el 3 de mayo”, El Nacional, (Barranquilla), 28 de abril de 1964.

32Una mirada sobre los conflictos y tensiones agraristas en Atlántico es explicada por el tesista Junis José Narváez Rodríguez, quien en su investigación se centra en los problemas acontecidos por las disputas de tierra en tres municipios, Campo de la cruz, Candelaria y Manatí. Los enfrentamientos entre los sindicatos organizados y terratenientes locales configuraron fuertes tensiones de desorden público que afectaron la producción del sector rural de esa zona del departamento del Atlántico. Véase:Junis José Narváez Rodríguez, Conflictos Agrarios en el Sur del Departamento del Atlántico, 1958-1974, (Tesis inédita de Maestría en Historia, Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, 2015).

33“Detenido el presidente de agricultores de Algodonal”, El Nacional, (Barranquilla), 16 de octubre de 1964.

34“Otros 6 presos en Candelaria”, El Nacional, (Barranquilla), 5 de noviembre de 1964. Sin embargo, como antesala a estos hechos, Diario del Caribe, también señala una publicación sobre la detención de 80 campesinos en este mismo municipio detenidos por las acusaciones de invasión a terrenos baldíos. Al respecto, revisar: “80 campesinos detenidos en la cárcel de Candelaria por ocupación de tierras”, Diario de Caribe, Barranquilla, 17 de julio de 1961.

35“Concentraciones campesinas en regiones del departamento”, El Nacional, (Barranquilla), 10 de septiembre de 1965.

36A lo largo de las publicaciones en El Nacional y Diario del Caribe en 1964, se registran el número de presos. Según los datos publicados entre el 19 y 24 de abril de ese año fueron detenidos 42 campesinos en Campo de la Cruz. Luego en el mes de octubre fueron capturados 22 agricultores en este mismo municipio al igual que el presidente de la SAC (Sociedad del Agricultores de Colombia) del corregimiento de Algodonal Sabanalarga y en 1965 se registraron capturas a los presidentes de la Sociedad de Agricultores de CarretoBolívar el señor Marcial Lobo. A lo que se suman los resultados de los hechos de enfrentamientos en el municipio de Manatí por las denuncias realizada por parte del alcalde a los campesinos por ser invasores de terrenos. Ver: “Manifestación agraria está organizando UTRAL”, El Nacional, (Barranquilla), 2 de julio de 1965.

37Plinio Apuleyo Mendoza, “Esta tierra es pacifica…pero aquí se avecina una tormenta”, Diario del Caribe, (Barranquilla), 16 de mayo de 1962, 6.

38En este artículo de prensa se puede observar la postura de la iglesia católica frente a la situación acontecida en el municipio de Manatí, por ejemplo, cómo gracias a la dirección del reverendo padre Agudelo se fundó el Sindicato de Agricultores de este municipio en 1961, cuyo fin era la defensa de la subsistencia de la vida del campesino en donde el papel de una porción de tierra tenía un gran significado. Manuel Mosquera, “Manatí: un problema con solución”, El Nacional, Barranquilla, 25 de septiembre de 1964.

39“El Juez 151 investiga los hechos de Manatí”, Diario del Caribe, (Barranquilla), 17 de mayo de 1962.

40 Entrevista a Miriam, Llinás de Ovalle, Barranquilla, 7 de octubre del 2021.

41“Una concluyente rectificación del doctor Llinás Vega a “El Siglo”, El Heraldo, (Barranquilla), 11 de junio de 1938.

42 Entrevista a Miriam Llinás de Ovalle, Barranquilla, 7 de octubre del 2021.

43“Sindicatos de pequeños agricultores del Atlántico”, El Heraldo, (Barranquilla), 13 de mayo de 1937.

44“Se pretende arruinar a las empresas establecidas”, La Prensa, (Barranquilla), 13 de marzo de 1936.

45“Los cultivadores de algodón hicieron una manifestación al gobernador”, El Heraldo, (Barranquilla), 13 de marzo de 1936.

46 Entrevista a Miriam, Llinás, Barranquilla, 7 de octubre del 2021.

47“Ministro”, El Heraldo, (Barranquilla), 25 de agosto de 1937.

48“Ministro de Agricultura”, El Heraldo, (Barranquilla), 24 de agosto 1937.

49Judex, “Llinás Vega Ministro de Agricultura”, El Heraldo, Barranquilla, 27 de agosto de 1937.

50Judex, 1937.

51Judex, 7.

52Alfredo Arboleda, “Jornal, agricultura y política”, El Heraldo, (Barranquilla), 8 de agosto de 1940.

53Carlos Manotas Núñez, “Sobre asuntos agrícolas escribe Don Carlos Manotas”, El Heraldo, Barranquilla, 16 noviembre de 1944.

54“Inauguración de la Casa Liberal de Malambo y Escuela Nocturna para campesinos”, El Heraldo, (Barranquilla), 12 enero, 1937.

55“Escuelas nocturnas para campesinos”, El Heraldo, (Barranquilla), 2 de enero de 1937.

56Escuelas nocturnas... 7.

57Jacob Llinás Urueta, “El campesino debe ser protegido por el Estado”, El Heraldo, (Barranquilla), 17 de julio de 1940.

58“Memorial del doctor Llinás Vega, al alcalde municipal”, El Heraldo, (Barranquilla), 22 de noviembre de 1940.

59“Comité Lopista en Piojó”, El Heraldo, (Barranquilla), 28 de diciembre de 1940.

60En el municipio de Sabanagrande, se dio la existencia de un comité denominado “Comité Liberal Nicolás Llinás Vega” que funcionaba alternado con el Sindicato Obrero 4 de junio de Sabanagrande-Atlántico. Parte de las funciones de estas organizaciones eran las visitas y reuniones del liberalismo que ostentaba el poder. Véase: “Comité Liberal Nicolás Llinás Vega”, El Heraldo, (Barranquilla), 22 de agosto de 1941.

61“Los obreros y los campesinos tienen representación en asambleas liberales” El Heraldo, Barranquilla, 30 de enero de 1946.

62Joaquín De Zurriaga reflexionaba en una columna periodística, lo que se pensaba alrededor de la manera cómo la política era tema de publicación en la prensa. Al respecto decía “No hay cosa más difícil que dirigir un periódico. Si se pone mucho material sobre política los suscriptores se retiran porque están hastiados de política. Si se prescinde de la política, dejan la suscripción porque el periódico es enteramente insípido y pesado. Si se publica muchas noticias, el público se disgusta porque dice que son mentiras; si se omiten dicen los lectores que se suprimen por ocultar la verdad al pueblo”. Véase Zurriaga, Joaquín. “Por la Orientación de un frente campesino” Algodonero, Barranquilla, 18 de septiembre 18 de 1937.

Referencia bibliográfica para citar este artículo: Arteta-Hernández, Cecilia María. “Expresiones de la política liberal en la prensa escrita del departamento del Atlántico (19351946)”. Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, 28.1 (2023): pp: 77-106. DOI: https://doi.org/10.18273/revanu.v28n1-2023004

64Este artículo es resultado de un proyecto de investigación titulado “Expresiones culturales y vida de los campesinos algodoneros en el Departamento del Atlántico, 1935-1965”, financiado por Colciencias a través de la convocatoria 809-2018 Formación para las Regiones Departamento del Atlántico-Maestría Nacional.

Recibido: 30 de Julio de 2021; Aprobado: 11 de Marzo de 2022

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