Por vez primera en casi tres décadas, las culturas musicales son protagonistas de un dossier para el Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, fundado en 1995. Celebramos la conclusión del presente volumen que lleva por título «Historia de las culturas musicales y la industria en Latinoamérica (siglos XVIII al XXI)», el cual abarca temas y problemáticas en escenarios de México, Colombia y Argentina, en un extenso periodo temporal. Especialmente destacable es el hecho que en este novedoso número se encuentra una variada selección que incluye, por lo menos, un artículo por siglo; comenzando desde el XVIII hasta llegar a la actualidad. Conforme a su larga tradición, aquellos textos que abordan la Colonia provienen de México, pues es un país cuya producción académica sobre tal periodo es encomiable en todas las ramas de la historia. Como punto de inflexión y desde la antípoda del continente, el dossier cuenta con un estudio sobre la Buenos Aires decimonónica. Asimismo, un conjunto de artículos ilustra la historia colombiana del siglo XX y la contemporaneidad tanto del interior andino como de la costa Caribe.
Este dossier se erige con el propósito de examinar los efectos, negociaciones, agencias y transformaciones que han tejido las culturas musicales de Latinoamérica bajo la influencia de las industrias tanto locales como internacionales. A través de las distintas etapas históricas, la industrialización del ámbito musical ha hecho uso de la rica cultura popular con fines mercantiles, engendrando así una constante dinámica de (re)invención y (re)apropiación de las formas de creación y producción artística en los pueblos. Desde la incipiente fase mercantil de la música en las colonias en el siglo XVIII -impulsada por la administración y políticas centralizadoras de los Borbón que promovieron un acercamiento a las tendencias europeas-, pasando por la naciente industria que floreció mediante partituras y la producción en serie de instrumentos, la simbiosis entre mercado y producción musical ha sido persistente y de influencia recíproca. Este proceso trajo consigo cambios significativos en las prácticas locales y una modernización de la música, tanto en el ámbito religioso como fuera de este, abriéndose a las tendencias globales y fomentando la idea de obra artística. En el siglo XIX, esta renovación fue continuada por la burguesía criolla, que proyectó los valores de ciudadanía y modernidad en la música mientras avanzaban en sus gestas independentistas. Este período vio la creación de teatros, academias, conservatorios y otros espacios, así como de nuevos géneros, como el vals y otras danzas de salón, consideradas expresiones por antonomasia de esta clase social. La aparición de empresas fonográficas y el advenimiento de las tecnologías digitales en el siglo XX consolidaron la industria musical, moldeando la producción y consumo hasta nuestros días.
La actual publicación se propuso abordar esta relación a lo largo de un vasto espectro temporal, desde la proto-industria del siglo XVIII, su consolidación en el XIX y su desarrollo masivo del XX en adelante. Para ello, se emplearon métodos que van desde la historia documental hasta las fuentes orales, buscando articular procesos sociales, políticos, culturales y económicos con la producción, distribución, circulación y consumo de músicas mediadas por diversas tecnologías. Estos elementos han tejido una historia de larga data cuyas implicaciones perduran hasta la contemporaneidad, influyendo en las estéticas, gustos y formas de escucha de las diversas culturas. Así, el espíritu del presente volumen fue contribuir a la historia cultural de los grupos subalternos, destacando las formas de producción artística y reproducción social que han florecido en el crisol de la industria musical latinoamericana. Al ofrecer una perspectiva integral sobre el desarrollo de dicha industria y su impacto en las culturas locales, aspira a enriquecer la comprensión de cómo estas dinámicas han forjado la historia de los diferentes pueblos.
La temática propuesta ha capturado el interés en el campo de la investigación musical desde hace varias décadas con dos tendencias predominantes generales. Una se ha centrado en las estéticas de los fenómenos sonoros, analizando las estructuras musicales de los objetos artísticos. La otra ha enfatizado en los actores hegemónicos, como instituciones, dueños de los medios de producción y/o actores particulares. En ambas vertientes, parece que se está replicando el paradigma explicativo de la 'historia de la música universal', que pone énfasis en el autor individual en lugar de considerar a la sociedad que posibilitó la creación artística. Aunque con excepciones, la academia ha dejado fuera las formas de producción y reproducción de las culturas musicales de los grupos subalternos. El objetivo de este dossier es precisamente coadyuvar a subsanar un poco este vacío en la historia de dichos grupos. Aunque estos temas han sido de interés de la academia histórica, su mayor enfoque ha residido en la (etno)musicología y disciplinas afines. De este modo, el dossier se propone expandir los horizontes interdisciplinares, reconociendo su importancia fundamental para la historia cultural y social de Latinoamérica.
Los/as lector/as encontrarán ocho artículos organizados cronológica y geográficamente en tres grupos que corresponden con los países que mencionamos con anterioridad. Los primeros textos corresponden con el periodo colonial de tres regiones de México. El primero, titulado «Entre sacralidad y secularidad: la evolución sociocultural de los músicos de la catedral de Durango (1635-1836)» de Massimo Gatta y Francisco Pablo Castañeda Porras, explora cómo los músicos de la catedral de Durango influyeron en el desarrollo de la industria musical local y su sociedad. Destacan la transición desde sus roles tradicionales en la iglesia hacia su participación en espacios como el Teatro Coliseo, la creación de compañías dramáticas y el establecimiento de orquestas para el modelo educativo del Estado. Examinan cómo llevaron sus habilidades y principios éticos a nuevos escenarios, contribuyendo a la vida cultural y musical de Durango.
Por su parte, Martín Orlando Domínguez Rascón analiza el uso de un aerófono durante los siglos XVIII y principios del XIX en su artículo «El bajón en la catedral de Guadalajara: castas, religión y música». El estudio ofrece una perspectiva sobre la importancia de los bajoneros, destacando cómo se integraron en el entorno social de la época. El autor explora las interacciones entre el instrumento, las condiciones sociales, étnicas y religiosas y las políticas de segregación resaltando el papel crucial de los indios en la capilla musical. Este análisis también subraya la evolución de la industria musical local, que permitió la prolongación del uso del bajón en Guadalajara incluso cuando ya estaba en declive en otras regiones. Su presencia en la catedral refleja un fenómeno específico, distintivo del panorama musical novohispano, y contribuye a una comprensión más amplia del desarrollo de la música religiosa en México.
En el texto «'Salve a unos de la miseria', el enseñar el Divino Arte a los niños pobres de Aguascalientes. Fundación y avatares de la academia de música, 1881-1885», Luciano Ramírez Hurtado narra la creación de la primera academia de música en Aguascalientes y su impacto en una comunidad marginal. Este proyecto estatal buscó dotar a jóvenes de conocimientos que les permitieran formar bandas y orquestas, brindándoles así oportunidades laborales y una salida de la pobreza. Aunque la academia tuvo una vida breve, su legado fue significativo y condujo a la creación de otra más formal en 1885 destinada a formar un conservatorio y una orquesta en un moderno teatro. Este esfuerzo marcó los primeros pasos hacia el establecimiento de una industria musical en Aguascalientes, reflejando las demandas de una sociedad que valoraba la música en diversos espacios. Ramírez Hurtado destaca cómo esta iniciativa benefició a los hijos de artesanos y trabajadores, alejándolos de la miseria y sentando las bases para futuras instituciones musicales en la ciudad.
Desde el Cono Sur, la autora Guillermina Guillamón muestra cómo la ópera en Buenos Aires no solo consolidó el circuito cultural de la ciudad en el siglo XIX, sino que también permitió la emergencia de las prima donna como figuras centrales del espectáculo. Su texto «De mujeres cantantes a divas de los escenarios. Afición, crítica y sensibilidad en la conformación de una 'cultura de la celebridad femenina' en el Buenos Aires del siglo XIX» prueba cómo estas mujeres, inicialmente componentes esenciales dentro de una compañía, evolucionaron para convertirse en el principal atractivo de las funciones líricas, impulsando un proceso de modernización artística. La autora reubica experiencias individuales en una historia de largo plazo, mostrando la formación de una cultura de la celebridad femenina. Mediante estudios de caso, destaca la influencia de las cantantes en la transformación del gusto y la afición musical. Además, invita a reflexionar sobre su rol activo en el espectáculo y la cultura de masas, conectando la sensibilidad romántica del siglo XIX con la admiración hacia las divas de la ópera.
En el artículo «1957: rock and roll, emergencia juvenil, y tecnologías en Colombia», Carlos Arturo Reina Rodríguez examina cómo el rock and roll influyó en una Colombia conservadora de la segunda mitad del siglo XX. Desde las perspectivas histórico cultural y la microhistoria, muestra cómo los jóvenes fueron los principales protagonistas de cambios sociales y políticos de la época. Las tecnologías de la radio y el cine se desempeñaron como puentes de cambio frente al discurso moralista impulsado por familias acomodadas, elementos que permitieron negociaciones y agencias frente al imponente dominio de las músicas tropicales privilegiadas en la industria. La incidencia del rock and roll, de la mano con estas transformaciones sociales, fue tan coyuntural que pasó a convertirse en un fenómeno contracultural en diferentes movimientos en el ámbito mundial.
La autora Carolina Santamaría-Delgado ofrece una crítica incisiva sobre la evolución de la relación entre la radio y la industria fonográfica en Colombia en su texto «Caminos convergentes y divergentes en las historias de la radio y la industria discográfica en Colombia». Aunque ambos campos eventualmente se distanciaron, al inicio compartieron espacios físicos, tecnologías y capitales, dependiendo de las innovaciones tecnológicas de compañías norteamericanas y europeas. La etnomusicóloga rastrea meticulosamente los elementos convergentes y divergentes de ambos sectores, comenzando con una exploración de los inicios de las tecnologías del sonido y el desarrollo de las industrias culturales en Estados Unidos, seguido de un breve recorrido por la introducción de estas tecnologías en Colombia. En resumen, la separación entre la radio y disqueras facilitó una competencia más abierta y diversificada, influyendo así en el desarrollo y la variedad cultural de la música grabada en el país.
El sugerente artículo «De la Hambruna de la Marihuana al Premio Nobel de Literatura: Bonanza Marimbera y Vallenato en el Caribe colombiano, 1976-1985» de Franklin Reynel Bonivento van Grieken, revela la intersección entre la producción de cannabis y la conformación del género vallenato. El período temporal estudiado corresponde con el momento en el que el Caribe colombiano era el epicentro del tráfico de esta planta hacia los Estados Unidos. Empleando fuentes sonoras que incluyen el análisis de canciones y saludos en las grabaciones, el estudio muestra cómo los marimberos -protagonistas del narcotráfico surgidos de clases marginalesse convirtieron en mediadores clave para los artistas vallenatos. Esto no solo profesionalizó la industria regional, sino que también contribuyó a su crecimiento económico y a la configuración de una imagen de Colombia en el exterior, sostenida por artistas locales que expandieron sus sonidos a lo largo del territorio nacional.
Finalmente, en «El meke de las industrias culturales alrededor de la champeta en Cartagena», Nathaly Gómez Gómez problematiza críticamente el surgimiento y desarrollo de las industrias culturales vinculadas a la champeta en Cartagena durante la última década. La autora revela cómo estas dinámicas generan un efecto dual dentro de esta cultura musical. Por un lado, aunque la popularidad de la champeta ha aumentado debido a cambios en el mercado global y la economía local, su comercialización conlleva implicaciones que podrían amenazar su supervivencia y desarrollo. Por otro lado, enfatiza que las industrias culturales también pueden contribuir a la visibilidad y valoración de expresiones culturales marginadas. Así, propone estrategias para promover el acceso a políticas públicas que respondan a las demandas sociales contra el racismo y el clasismo, fomentando un diálogo constructivo entre los diversos actores involucrados en la industria cultural de la champeta.
Cada uno de los estudios contenidos en esta publicación contribuye con su grano de arena al debate general sobre cómo la diversidad se dirime en contextos influenciados y dominados por el capital, como es el caso de la industria musical. Desde los ministriles catedralicios, pasando por los indios bajoneros, aprendices musicales, prima donnas, rocanroleros, empresarios, músicos tropicales, marimberos y hasta los picoteros, todos estos actores comparten la característica de ser agentes activos en la configuración de su propia historia. Aunque los contextos parezcan diversos, su interconexión reside en que cada uno de ellos enriquece la reflexión sobre los fenómenos musicales y la industria a través de las perspectivas, acciones, negociaciones y entendimientos comunes de los propios protagonistas. Así, el propósito fundamental de este ejercicio editorial es abrir nuevos caminos para discusiones y problemáticas que fortalezcan el diálogo entre los fenómenos del pasado y del presente.