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Memoria y Sociedad

Print version ISSN 0122-5197

Mem. Soc. vol.16 no.32 Bogotá Jan./June 2012

 

RESEÑAS

Verdón, Jean.

Sombras y luces de la Edad Media.
Buenos Aires: Editorial El Ateneo, 2006. 276 pp.
Héctor Miguel López1

1Estudiante de pregrado, Licenciatura en Ciencias Sociales, Departamento de Historia y Geografía, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Caldas. Correo electrónico: hector.lopez583@gmail.com


Jean Verdón de manera contundente propone en su obra Sombras y luces de la Edad Media, publicada en 2006, analizar los aspectos negativos y positivos de la vida doméstica medieval: los oficios, artes, medicina, enfermedades, la vida de la mujer, la violencia, la iglesia, la vida rural y urbana. Presenta de manera explícita y puntual un compromiso crítico para enfrentar los argumentos peyorativos con los cuales algunos detractores de la Edad Media occidental han abordado estos temas. En efecto, su tesis central consiste en desmitificar el carácter oscuro atribuido historiográficamente a la Edad Media, así logra demostrar brillantemente la ambivalencia de un periodo que al igual que otros tuvo aspectos que desde la visión actual pueden considerarse buenos o malos, en sus propias palabras "así como la montaña posee un lado umbrío y un lado soleado, esa época muestra algunos aspectos oscuros y otros dorados"2. Para Verdón, la Edad Media estuvo lejos de ser oscura e inhabitada, por medio de la documentación utilizada para soportar tal argumento, permite al lector eliminar la caricatura del ser crédulo que solamente vivía entre epidemias y guerras, utilizada como arquetipo del hombre de la época.

Las razones que sustentan la tesis se manifiestan en la preocupación del autor por los juicios morales utilizados en la actualidad para referirse históricamente a tal periodo, esta preocupación se evidencia en afirmaciones como la siguiente: "Un verdadero conocimiento implica la comprensión de una época cuyas mentalidades y sensibilidades, y las consecuentes maneras de actuar, eran muy diferentes de las nuestras"3. Para realizar el desarrollo argumentativo de dicha tesis, Jean Verdón organiza las diferentes temáticas de acuerdo a un esquema argumentativo que permite, de la siguiente manera, una lectura fácil: pregunta problema - reconocimiento de los aspectos negativos - ejemplos negativos - cuestionamiento sobre este enfoque - ejemplos positivos - la ambivalencia como conclusión.

Los alcances del análisis de Jean Verdón se manifiestan en las nociones que, según él, entrelazan lo medieval con lo contemporáneo. En efecto, el autor realiza constantemente este ejercicio para analizar la forma de muchos de los problemas de aquella época siguen afectando a la humanidad, así las maneras de enfrentarlos o las posibles soluciones hayan cambiado:

Por un lado, debemos reconocer los avances de nuestra época en el plano de la alimentación y en el de la salud, pero por el otro, está el problema de la polución, que no es solamente un fenómeno urbano, sino que afecta a toda la tierra. Lo mismo ocurre con las hambrunas y las epidemias. La sociedad se ha transformado pero, aunque los campesinos constituyen en nuestros países una pequeña minoría, siguen existiendo poderosos y débiles. Siguen existiendo la violencia y la intolerancia, si bien en forma diferente. En nuestra época, muchos progresos técnicos se vuelven contra el hombre en el terreno militar. No existe ninguna comparación entre la cantidad de muertos en las dos guerras mundiales del siglo xx y los de la guerra de los Cien Años4.

Al analizar la vida en la ciudad, el autor realiza un análisis sobre la higiene; es claro que la escasez de retretes, los degollamientos y descuartizamientos de animales por parte de carniceros y matarifes, entre otros elementos, hacían de las ciudades lugares malolientes donde trascurrían cotidianamente vagabundos y cerdos. Sin embargo, en algunas épocas del año esta cara "sucia" de la ciudad se ocultaba.

La ciudad medieval ofrecía:

a sus moradores y a los visitantes, un aspecto completamente distinto, especialmente cuando se producían entradas reales. En esas oportunidades, debía presentar su apariencia más favorable. Se arreglaban los caminos y los puentes, y se limpiaban las calles. Se construían fuentes de las que brotaba hipocrás, vino y agua. En las calles por las que debía pasar el cortejo, engalanaban las casas con lienzos blancos, pero también rojos, a veces de seda, incluso tapices5.

Esta conducta tan habitual en la Edad Media aparece en la obra de Verdón como una noción que puede enlazar la vida citadina medieval con la actual, el lector puede recordar como para el mundial de fútbol sub 20 realizado en Colombia durante el año 2011, se engalanaron las ciudades, escondieron los "indigentes"y se militarizaron completamente las ciudades sedes con el fin de cuidar a los visitantes. De la misma manera, se arreglaron carreteras y pintaron fachadas, generando en los habitantes una gran confusión, hasta llegar al punto de que algunas personas afirmaronen los medios de comunicación "me ha encantado el mundial, porque no parece que fuera en Colombia".

La conclusión del texto es que la Edad Media fue una época que al igual que otras tuvo aspectos positivos y negativos, pero que a pesar de las malas interpretaciones historiográficas los habitantes vivieron bien. En efecto, la mayoría de sus problemas son comunes en la cotidianidad del hombre actual, sobrecarga de impuestos, guerras, polución, corrupción, pobreza, desempleo, entre otros. Por otra parte, los temas más delicados como la Iglesia y la inquisición deben ser revisados; está comprobado que muchos de los instrumentos de tortura jamás fueron utilizados ya que a la Iglesia le beneficiaba más tener conversos que dieran testimonio de su arrepentimiento que centenares de habitantes muertos como lo demuestra, en varios argumentos, la hoguera era el último recurso. Lo que Verdón concluye es que este tipo de temas deben ser matizados ya que la mentalidad de la época fue muy distinta a la actual, sin embargo, esto no significa que haya sido un periodo deterrible estancamiento y que se deba seguir abordando como algo "oscuro".

Algunos temas quedan esbozados someramente por el autor y se sugiere al lector profundizar en ellos con el fin de realizar un análisis más completo. El tema de la educación solo es tocado en algunos puntos, por ejemplo, la formación de médicos en las universidades catedrales o la formación de los aprendices en los talleres de artesanos, sin embargo, el tema de las universidades y sus currículos, que de la misma manera hicieron parte de la cotidianidad, no son estudiados. Por otro lado, aunque el autor reconoce el papel del cristianismo en la educación del hombre medieval, hubiera sido interesante analizar la importancia de la simbología (animal, vegetal, color, emblemas, etc.) en las dinámicas cotidianas. Cabe señalar que el hombre de la época habitaba un mundo donde el símbolo cumplía un papel muy distinto al actual, es necesario aclarar que casi todo el andamiaje teórico del cristianismo está soportado a través de símbolos que hacían parte de la vida cotidiana y que merecen todo un campo de análisis6.

Como se dijo con anterioridad, el autor tiene su propia forma de organizar el texto y expresar su ideas, dicho esquema metodológico no solo es utilizado en esta obra sino también en otras como El Amor en la Edad Media: La carne, el sexo y el sentimiento7. Su método se caracteriza por iniciar con una pregunta problema, de la cual toma el tema que ha sido mitificado, de ser necesario reconoce su veracidad por medio algunos ejemplos, luego toma dicha postura y la somete a un cuestionamiento con el fin de refutarla o matizarla, posteriormente, propone algunos ejemplos y finaliza con la conclusión que por lo general está en el marco de la ambivalencia. De la misma manera, cada subtitulo está directamente relacionado con el carácter ambivalente de su propuesta,el sarcasmo está implícito en algunos de ellos al colocarlos en signos de interrogación, por ejemplo ¿la inquisición difamada?, ¿hambruna o carestía?

El título que el autor decide poner a la obra es maravilloso, este se encuentra directamente relacionado con el objetivo general y la tesis central. Sombras y luces es una invitación al análisis y a la crítica que se debe tener por parte del lector. En efecto, en cada capítulo Verdón realiza una crítica mordaz a los discursos homogeneizantes para proponer un análisis ambivalente, en palabras del autor: "me pareció útil efectuar un balance de la situación y mostrar sus luces sin ocultar sus tinieblas"8. Al iniciar con aquel bello epígrafe de Jacques Le Goff "La Edad Media no es ni oscura ni dorada" deja en evidencia las implicaciones del título en relación con el contenido de la lectura. En pocas palabras analiza aquellos aspectos que siempre habían permanecido ocultos.

El libro se encuentra dividido en 11 capítulos (incluyendo conclusiones) y 23 subtítulos:

La obra fue publicada originalmente en francés, pero gracias a la traducción de Silvia Kot puede ser leída en los países de habla hispana sin mayores dificultades. La manera como el autor escribe y enlaza las ideas evidencia su gran capacidad escritural e intelectual. Formas retóricas como el ejemplo, la analogía, la exclamación, la etopeya, entre otras, hacen parte de la forma como Jean Verdón escribe una de las obras más importantes de los últimos años sobre la historia medieval.

Pueden encontrarse varias reflexiones generadas a partir del proceso de lectura, pero sin lugar a duda uno de los temas más importantes es el de la salud. Sorprende la actitud de las órdenes mendicantes y sus procedimiento médicos, la utilización de piedras y metales para alejar las enfermedades como una práctica religiosa, la exclusión frente a los leprosos y los locos, pero también las donaciones de camas por parte las clases altas en la construcción de hospitales. El papel de la Iglesia debe matizarse, porque a pesar de sus grandes posesiones y riquezas, siempre se preocupó por la salud y la alimentación de los pobres. Medidas de choque frente a las carestías, epidemias y comportamientos corruptos de los funcionarios eclesiásticos, entre otras, hacen parte de las ideas que el lector puede descubrir por medio del análisis cuidadoso de la obra de Jean Verdón.

Es interesante analizar la siguiente afirmación realizada por el autor, en efecto, mucho se ha dicho sobre la Iglesia cristiana medieval pero la mayoría se refieren a ella negativamente, Jean Verdón plantea:

Socorrer a los pobres es socorrer al mismo Jesús (Mt. 25, 34-36). Aunque los bienes eclesiásticos servían para mantener a los clérigos y a los establecimientos religiosos, ante todo se destinaban a luchar contra la pobreza. La Iglesia no dejó de cumplir su tarea9.

En esta experiencia lectora de la obra pudo descubrirse el otro lado de la Iglesia medieval que muy pocos autores se han atrevido a analizar. Por consiguiente, el medioevo fue muchos más que epidemias, guerras e inquisición, también existieron muchos aspectos como este que merecen toda la atención del público académico.


Pie de Página

2Jean Verdón, Sombras y luces de la Edad Media (Buenos Aires: El Ateneo, 2006), 13.
3Verdón, Sombras y luces,14.
4Verdón, Sombras y luces, 275-276.
5Verdón, Sombras y luces, 24-25.
6Ver: Michel Pastoureau,Una historia simbólica de la Edad Media occidental, trad. Julia Bucci (Buenos Aires: Katz Editores, 2006).
7Jean Verdón, El amor en la Edad Media: La carne, el sexo y el sentimiento (Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, S.A, de todas las ediciones en español,008).
8Verdón, Sombras y luces, 13.
9Verdón, Sombras y luces, 92.

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