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Revista Historia de la Educación Latinoamericana

versión impresa ISSN 0122-7238

Rev.hist.educ.latinoam. vol.15 no.21 Tunja jul./dic. 2013

 

RAÍCES CULTURALES DEL RADICALISMO POLÍTICO UNIVERSITARIO. EL CASO DE LOS ENFERMOS DE LA UAS: 1972-1978

CULTURAL ROOTS OF UNIVERSITY POLITICAL RADICALISM. THE CASE OF THE PATIENTS OF THE UAS: 1972-1978

RAÍZES CULTURAIS DO RADICALISMO POLÍTICO UNIVERSITÁRIO. O CASO DOS ENFERMOS DA UAS: 1972-1978

 

Sergio Arturo Sánchez Parra1
Universidad Autónoma de Sinaloa (México)
ssanchez_parra@hotmail.com

Recepción: 07/06/2012
Evaluación: 31/05/2013
Aceptación: 28/06/2013
Artículo de Reflexión
DOI: http://dx.doi.org/10.9757/Rhela. 21.05


RESUMEN

El trabajo pretende analizar la importancia que tuvieron los factores de orden cultural e ideológico que imperaron en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), para que un grupo de estudiantes conocidos como Los Enfermos de la UAS radicalizaran sus posturas políticas y decidieran adoptar la lucha armada como estrategia política para la toma del poder en México en los años setenta del siglo XX. Entre esos elementos que provocaron lo que denominamos como mutación cultural, destacamos la pedagogía política de la prensa universitaria, la difusión de una cultura revolucionaria sustentadas en un cúmulo de producciones discursivas por medio de instancias de la propia institución, como Radio UAS, Librería Universitaria, Editorial y los cambios a planes y programas de estudio que coadyuvaron a politizar los espíritus de decenas de jóvenes que asumieron que la violencia guerrillera era la vía para transformar a la sociedad.

Palabras clave: Revista Historia de la Educación Latinoamericana, historia cultural, enfermos, Universidad Autónoma de Sinaloa, mutación cultural.


ABSTRACT

This paper analyzes the importance of cultural and ideological factors order that prevailed at the Autonomous University of Sinaloa (UAS) for a group of students known as The Sick of UAS radicalized their political positions and they decided to adopt the armed struggle as a political strategy for taking power in Mexico in the seventies of the twentieth century. Among those elements that caused what we call cultural mutation, we include political pedagogy of university press, the spread of a revolutionary culture sustained by a cluster of discursive productions through instances of the institution itself as Radio UAS, University Bookstore, Editorial and changes to plans and programs of study that helped to politicize the spirits of dozens of young people who assumed that guerrilla violence was the way to transform the society.

Key words: Journal of the history of the Latin American education, Cultural History, sick, Autonomous University of Sinaloa, Cultural Mutation.


RESUMO

O trabalho pretende analisar a importância que tiveram os fatores de ordem cultural e ideológica que imperaram na Universidade Autônoma de Sinaloa (UAS) para que um grupo de estudantes conhecidos como Os Enfermos da UAS radicalizassem suas posturas políticas e decidissem adotar a luta armada como estratégia política para a tomada do poder no México nos anos setenta do século XX. Entre esses elementos que provocaram o que denominamos como mutação cultural, destacamos a pedagogia política da imprensa universitária, a difusão de uma cultura revolucionária sustentada num acúmulo de produções discursivas através de instâncias da própria instituição como Radio UAS, Livraria Universitária, Editorial e as mudanças dos planos e programas de estudo que coadjuvaram a politização dos espíritos de dezenas de jovens que assumiram que a violência guerrilheira era a via para transformar a sociedade.

Palavras-chave: Revista História da Educação Latino-americana, História Cultural, Enfermos, Universidade Autónoma de Sinaloa, Mutação Cultural.


INTRODUCCIÓN

Este ensayo reconstruye parcialmente los fragmentos de un mundo cultural- intelectual gestado y reproducido en una institución de educación superior del noroeste mexicano: la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Era un universo que vivía con fervor la edición, distribución y consumo de una vasta literatura y otros artefactos culturales que alimentaron un mundo -o submundo- entre segmentos de la juventud y profesores universitarios cargados de utopías radicales.

¿Por qué estudiar ese ambiente intelectual e ideológico que se fermentó en una institución de educación superior mexicana? Por un lado, porque como historiador -o pretendo serlo- es reconstruir un pasado que nos interesa estudiar. Por otro, encontrar explicaciones sobre cuáles serían los orígenes culturales de la aparición y desarrollo de la violencia política en Sinaloa, desplegada por un conjunto de estudiantes radicales conocidos como los Enfermos de la UAS y la organización político militar a la que pertenecieron: la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Sin caer en la tentación culturalista de creer que los libros, las ideas que circulan por medio de todo tipo de impresos o en la radio, al desconectar este ambiente cultural-intelectual de un contexto social y político complejo, creemos que indagar sobre estos menesteres darán pistas para encontrar respuestas más acabadas, distintas a las tradicionales explicaciones estructurales que solo ven que el silogismo pobreza-autoritarismo es igual a lucha revolucionaria, una explicación en donde otros elementos son puestos a consideración como los planteados por Robert Darnton,2 para el caso francés de fines del siglo XVIII, en donde factores de orden ideológico-cultural, mezclados con una fuerte pérdida de legitimidad de las autoridades estatales y cuyos orígenes se encuentran en una severa crisis económica y política, "ese descontento se sumó a otras corrientes [...] para producir la primera gran revolución de la era moderna. Los libros contribuyeron en gran medida a este fermento".3

Y en este caso, nuestro texto aborda la importancia que tuvieron todas aquellas producciones discursivas que por medio de diversas materialidades (libros, periódicos, panfletos, poemas, canciones, incluso difundidos en la radio) contribuyeron a generar lo que Francois Xavier Guerra denomina mutación cultural entre parte importante de la comunidad universitaria sinaloense a lo largo de la década de los setenta del siglo XX.

Siguiendo a Darnton, los libros u otras producciones escriturarias tienen un papel fundamental en la historia. Su existencia implica un circuito de distribución y consumo por parte de los potenciales lectores y simultáneamente contribuyen a mostrar el universo mental de estos en un momento determinado, en este caso de un grupo de estudiantes radicales que apelaron a la lucha armada para destruir la sociedad capitalista e instaurar la dictadura del proletariado en todo el territorio nacional.

Esas producciones discursivas generaron la creación de representaciones sociales entre las que destacaron burguesía, es la clase explotadora; Estado, es el guardián de los intereses de la clase dominante o Enfermos, el destacamento de vanguardia del proletariado con la misión histórica de destruir la prehistoria de la humanidad. Es decir, todos aquellos escritos que circularon en esa época en la comunidad universitaria, detonaron parafraseando de nueva cuenta al autor de La gran matanza de los gatos y otros episodios de la cultura francesa, "los orígenes intelectuales, ideológicos y culturales de la Revolución..."4 o de la que estos jóvenes guerrilleros pretendieron hacer.

Estudiar el libro, la distribución y consumo de las obras, es decir las prácticas de lectura y su impacto en los públicos lectores, en este caso, su ideologización y politización, implica necesariamente tomar una postura metodológica. Es decir, desde cuál veta analítica de las múltiples caras que Clío ofrece es factible analizar este pasado de radicalismo político expresado en una región del noroeste mexicano cuyo epicentro fue una institución de educación superior. Tomando como punto de referencia los factores que detonaron la mutación cultural de integrantes de esa comunidad universitaria, creemos que lo más pertinente es apostarle a las propuestas provenientes del campo más innovador de la disciplina histórica en la actualidad: la Historia Cultural.

¿Por qué apostarle a esta propuesta? Sabido es que entre los numerosos objetos de estudio creado por ella, el libro, las prácticas de lectura y su impacto en los públicos lectores ocupa un lugar central.5 De larga data la historia cultural se remonta a Vico, Herder, Burckardt, Hegel y el propio Weber, sus campos de análisis han variado a lo largo del tiempo, acorde a lo que por cultura se ha entendido en el pasado, llegando a entenderse hoy por cultura y, por ende, tema de estudio. Las "...formas de conducta explícitas e implícitas, adquiridas y trasmitidas mediante símbolos, constituyendo el logro más característico de los grupos humanos incluyendo su materialización en objetos".6 Símbolos que en este caso son trasmitidos por el lenguaje escrito o auditivo que numerosos estudiantes radicales interpretaron y codificaron, a la luz de una realidad histórica concreta cargada de inequidad, represión y autoritarismo estatal y un floreciente alud de movimientos guerrilleros urbanos y rurales estimulados por la experiencia cubana de 1959, provocaron que esas producciones escriturarias y auditivas dotaran de sentido su mundo de vida al detonar una conducta política proclive a la violencia como el medio para transformar un estado de cosas a sus ojos profundamente injusto.

Reconstruir ese ambiente cultural e ideológico privativo de la UAS en los años setenta del siglo XX obliga a rastrear las pistas lingüísticas (orales y escritas) que contribuyen simultáneamente por un lado, a reconstruir el ambiente intelectual, cultural e ideológico dominante en la institución y por otro, cómo es que la circulación, distribución y prácticas de lectura influyeron en grupos estudiantiles radicales como los Enfermos para en un momento determinado, sus producciones discursivas sirvieran como medios para impugnar un orden dominante existente. Es decir; de acuerdo a los planteamientos de Roger Chartier, "el lenguaje oral o escrito puede ser empleado en un universo de materiales y contribuye como medio difusor de consignas políticas"7, en este caso que enarbolaron un proyecto pretendidamente revolucionario.

1. Un poco de historia

Hicieron acto de presencia en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) el propio estado y otras regiones del noroeste mexicano entre los años de 1972 a 1978. Fueron seis años de hacer uso del espacio público político para difundir por medio de diversos medios -físicos y simbólicos- su proyecto revolucionario de transformación radical de la sociedad. En esos aciagos años, la movilización callejera, la agitación político-militar entre jornaleros agrícolas y obreros, las discrepancias con grupos estudiantiles opositores -dirimida una de ella sangrientamente en mayo de 1973- ensayos insurreccionales o la confrontación con los cuerpos de seguridad del Estado fueron la tónica dominante. Los Enfermos, agrupación perteneciente a la Federación de Estudiantes Universitarios Sinaloenses (FEUS), por estas y otras muchas acciones, escribieron una página fundamental de la historia contemporánea relacionada con violencia política del México de fines de siglo XX.

Su aparición obedeció a múltiples causas. La lucha de estudiantes y la FEUS durante la época de la reforma universitaria (1966 a 1972), fue momento propicio para la participación y educación política de muchos de sus militantes. Sus orígenes se encuentran en los grupos y organismos de ultraizquierda que pulularon en la institución desde los años sesenta de esa centuria. Son las expresiones que cuestionaban la lucha universitaria en su conjunto porque no trascendía más allá de la reforma universitaria que solo coadyuvaban a mantener un estado de cosas a sus ojos inequitativo e injusto. Por el contrario, pugnaban porque la UAS y sus integrantes fueran:

[...] un movimiento social, que se compenetrara con el alma y necesidades de los oprimidos, de salir del lado de la reacción, pasar por la "tierra de nadie" y formar valiente y noblemente en las filas de la revolución sociales. Sin esta guía, sin este afán no hay Revolución Universitaria.8

Acorde con estas directrices, dichos grupos de ultraizquierda planteaban que el Alma Mater local y el movimiento estudiantil deberían asumir sin cortapisas la consigna "La Universidad al Pueblo y la transformación de las luchas estudiantiles en luchas de clases en las filas de los oprimidos".9

La confrontación con el gobierno local, en ese entonces encabezado por Alfredo Valdez Montoya, desembocó en el asesinato de dos estudiantes de preparatoria, María Isabel Landeros y Juan de Dios Quiñónez el 7 de abril de 1972.10 Ese hecho perpetrado por fuerzas policíacas que asaltaron el Edificio Central sede de la Rectoría universitaria radicalizó los espíritus de muchos universitarios. De esos funestos eventos, dos consecuencias se extrajeron: la UAS debía convertirse en una universidad militante, trinchera de la lucha revolucionaria y, por ende, los estudiantes deberían sumar esfuerzos en la transformación radical, violenta del statu quo imperante.

Por otro lado, un conjunto de fenómenos de carácter político ideológico, nacionales e internacionales -el impacto de la revolución cubana, la emergencia de movimientos de liberación nacional en América Latina- contribuyó a crear un ambiente propicio para el advenimiento de aquellos jóvenes que con orgullo asumieron estar "Enfermos del virus rojo del comunismo".

Autodenominados como el "destacamento de vanguardia del proletariado", se aglutinaron en torno a la consigna ¡Revolución o muerte, venceremos! y decidieron, por medio de la movilización callejera y la violencia armada, intentar la toma del poder estatal e instaurar su socialismo.

Cabe destacar que el radicalismo político estudiantil aparecido repentinamente no fue algo espontáneo, este ya se encontraba inoculado desde tiempo atrás. El triunfo de la guerrilla castrista-guevarista en la isla cubana en 1959 generó amplias simpatías entre la comunidad universitaria sinaloense, deseosa de discutir o experimentar la sensación de ser revolucionario. A mediados de la década de los sesenta aparecieron grupos de corte maoísta o quienes abiertamente plantearon la posibilidad de crear focos insurreccionales en la entidad.11 Marco Antonio Cervantes Inzunza, en ese entonces estudiante de economía señala:

[...] en la Universidad hubo manifestaciones tempranas que de manera discursiva plantearon la posibilidad de hacer un grupo armado. Núcleos estudiantiles en Agricultura, economía, en varias facultades. Incluso algunos compañeros formaron ex profeso un grupo de lectura y discusión de literatura marxista y entrenamiento en la sierra que planteó la formación de un foco guerrillero.12

Unos de manera fehaciente crearon círculos de lectura con un propósito claro. Otros, por medio del rumor contribuyeron a ambientar una institución adherente al ejemplo caribeño. En los pasillos del edificio central era normal escuchar murmullos en torno a la conversión de tal o cual estudiante de la institución en émulo del Che y Fidel Castro. De acuerdo con un testigo protagónico de la época, Liberato Terán, la UAS era un hervidero de simpatizantes de la guerrilla:

Se habló mucho de que compañeros y compañeras que andaban en tal o cual experimento armado, por este cerro y aquel otro. Estuvo el caso del "Pecho" Murúa, estudiante escuinapense de Derecho en Culiacán, hermano del escritor Dámaso Murúa, que de pronto, entre 1965 y 1966, desapareció y se dijo más tarde que había muerto en una acción de la guerrilla guatemalteca.13

Ese era el ambiente cultural e ideológico existente en la comunidad universitaria. Un contexto en donde las utopías radicales tomaron carta de naturaleza. Así este contexto, abonó el terreno para que el izquierdismo fuera adoptado como posición política entre importantes segmentos de ésta. Pero, habría que formularnos y responder a dos preguntas fundamentales. Pero, ¿Qué fue lo que provocó esa situación en la UAS? ¿Cómo fue posible que el radicalismo ideológico privativo por doquier se diseminara en la institución? Diversas pistas lingüísticas escritas y orales nos muestran cómo fue factible ese fenómeno y cómo es que impactó al grupo estudiantil Enfermo.

2. La pedagogía política de la prensa universitaria

La mutación cultural14 que apareció repentinamente entre segmentos del estudiantado universitario fue producto, entre otras circunstancias, de la proliferación de todo tipo de producciones discursivas que se distribuyeron entre la comunidad universitaria a principios de los setenta del siglo XX.

Dicha propagación, libros, revistas y sobre todo los periódicos estudiantiles como Caminemos, adoptaron las características de verdadero medio informativo que coadyuvó a la transformación revolucionaria de la sociedad. En esa época se pensaba que la prensa universitaria debía convertirse en:

Órgano de denuncia y de agitación, teniendo presente el consejo de Lenin en el sentido de que estas son una declaración de guerra al gobierno, como las denuncias de tipo económico son una declaración de guerra al fabricante. Toda organización revolucionaria debe organizar campañas de denuncias vivas y resonantes, estigmatizando en el acto cualquier atropello. 2) Órgano de educación teórica: repetir menos lo que los explotados saben y darles conocimientos políticos. 3) Órgano de polémica entre los compañeros sin ocultarles las discrepancias ni los problemas, sino dándoles su explicación correcta. 4) Medio de la organización entre estudiantes, obreros y campesinos.15

Caminemos en ese sentido se destacó como el noticiario que más se ajustó a dichas directrices. La edición de este tiene su historia. Por medio de su análisis se puede ver cómo evolucionaron los espíritus de quienes integraban la institución en esa época. Primeramente sirvió como portavoz, al ser dirigido por Melchor Inzunza Cervantes, del conjunto de demandas que se desplegaron a favor de la Reforma y Autonomía Universitaria, y posteriormente, bajo el control del grupo Enfermo, operó un cambio en su línea editorial.

Caminemos en ese sentido se destacó como el noticiario que más se ajustó a dichas directrices. La edición tiene su historia. A través de su análisis se puede ver cómo evolucionaron los espíritus de quienes integraban la institución en esa época. Primeramente sirvió como portavoz, al ser dirigido por Melchor Inzunza Cervantes del conjunto de demandas que se desplegaron a favor de la Reforma y Autonomía Universitaria y posteriormente bajo el control del grupo Enfermo operó un cambio en su línea editorial.

Era clara la tarea que tenía este periódico estudiantil editado en la Casa del Estudiante Universitario Rafael Buelna Tenorio. La cultura revolucionaria, cualquiera que fuera la materialidad adoptada (poesía, folclor latinoamericano, caricatura política, etc.) tenía un único propósito: educar a las masas populares y universitarias en la transformación radical de la sociedad. Para ello, este medio informativo debía ajustar su línea editorial en una sola perspectiva.

[...] como hay mucha gente que habla, quiere y exige una revolución socialista, yo pensé que también en el proceso revolucionario estaba implícito el levantamiento moral y cultural de un pueblo que hoy se encuentra en el subdesarrollo. Me dirán que esta situación es uno más de los males del sistema capitalista que padecemos. Es cierto. Pero uno más de nuestros deberes como universitarios es salvar la conciencia de las gentes que no tienen una cultura que defender y caen fácilmente en las garras de los medios de idiotización masiva. A nadie como al Licenciado Guerra Aguiluz por medio del Departamento que tiene a su cargo corresponde hacer esta función revolucionaria en beneficio de la universidad y el pueblo.16

Francois Xavier Guerra17 destacó el valor de la prensa revolucionaria en vísperas de las luchas de independencia americanas. Los informativos tenían como una de sus misiones hacer pedagogía política en la sociedad, a favor de la liberación política y económica de los virreinatos respecto de la Madre Patria. Dos siglos más tarde, Un periódico estudiantil, inmerso en una coyuntura política conflictiva en el estado, se interesó en hacer docencia revolucionaria en la UAS y en la sociedad sinaloense.

Un análisis somero de este informativo universitario que apareció mes tras mes entre la primavera de 1971, hasta el invierno de 1973, permite vislumbrar un cambio en los referentes mentales de los estudiantes radicales de la UAS que repentinamente adoptaron un campo semántico inédito, diametralmente opuesto al tradicional que defendía la reforma de la institución. De la defensa de la autonomía, la libertad de cátedra que al inicio sus páginas publicaron, dio paso al empleo de un campo semántico que evidenciaba la mutación cultural de estos;

Y ¿qué va ser de la sociedad parásita de este sistema corrupto en que vivimos? Ellos van a pasar aumentar el basurero de la historia. Que no se asusten, pues cuando oigan la palabra socialismo, comunismo, porque de nada les va a servir. Son palabras que se gritan cada vez más fuerte. La acción del pueblo sube y llegará a desbaratar este sistema injusto. El pueblo tarde que temprano será dueño de su propio poder. Allí tenemos el ejemplo de Cuba.18

Muestra de ese interés didáctico, sus páginas periódicamente reprodujeron declaraciones políticas de líderes guerrilleros mexicanos o sudamericanos. De estas últimas, destacaron las del profesor Genaro Vázquez Rojas, fundador y líder de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y de Camilo Torres, fundador y líder del Ejército de Liberación Nacional en Colombia. Ambos dirigentes de organizaciones clandestinas, en sendos documentos redactados en épocas y contextos geográficos diferentes, tenían un punto en común: la legitimidad de la lucha armada. Vázquez Rojas, afirmó en su "Carta al pueblo de México", que la situación imperante en México, las profundas inequidades sociales y el autoritarismo estatal, obligaban al pueblo mexicano a defenderse con la armas en la mano. Por ello;

Llamamos a los campesinos, obreros, estudiantes, intelectuales progresistas y pueblo trabajador en general, para que nos preparemos y organicemos para los nuevos esfuerzos de coordinación y unidad combatientes, evitando que los actos atrabiliarios del gobierno queden impunes, elevando nuestra capacidad combativa y generalizando el enfrentamiento contra los grandes capitalistas y terratenientes proimperialistas que nos dominan junto con el gobierno.19

Por su parte, Camilo Torres en su "Mensaje a los Estudiantes" indicó los riesgos y responsabilidades que tendrían que asumir los universitarios colombianos y latinoamericanos frente a la lucha revolucionaria:

Nosotros sabemos que la labor agitacional es importante pero que su efecto real pierde si no va enseguida de la organización y de la lucha por la toma del poder. Una de las causas principales para que la contribución del estudiante a la revolución sea transitoria y superficial, es la falta de compromiso del estudiante en la lucha económica y familiar. Su inconformidad tiende a ser emocional (por sentimientos o por frustración) o puramente intelectual. Esto explica también el hecho de que al término de la carrera universitaria el inconformismo desaparezca o por lo menos se oculte y el estudiante rebelde deja de serlo para convertirse en un profesional burgués que para comprar los símbolos de prestigio de la burguesía tiene que vender su conciencia a cambio de una elevada remuneración. Estas circunstancias pueden ocasionar graves peligros a una respuesta madura y responsable de los estudiantes al momento histórico que está viviendo Colombia. La crisis económica y política se está haciendo sentir con todo rigor sobre los obreros y campesinos. El estudiante, generalmente aislado de estos, puede creer que basta una actitud revolucionaria superficial o puramente especulativa. Esa misma falta de contacto puede hacer que el estudiante traicione su vocación histórica: que cuando el país le exija una entrega total, el estudiante continúe con palabrería y buenas intenciones, nada más. Que cuando el movimiento de masas le exija un trabajo cotidiano y continuo, el estudiante se conforme con gritos, pedradas y manifestaciones esporádicas. Que cuando la clase popular le exija una presencia efectiva, disciplina y responsable en sus filas, los estudiantes continúen con promesas vanas o con disculpas. Es necesario que la convicción revolucionaria del estudiante lo lleve a un compromiso con el pueblo hasta las últimas consecuencias.20

El medio difusor editado por la Casa del Estudiante Rafael Buelna contribuyó así a auspiciar y legitimar la mutación cultural y posterior conducta política del agrupamiento político más radical de FEUS. No obstante su contribución, es necesario indagar otras vías y mecanismos por los cuales fue factible la penetración de una cultura revolucionaria entre los universitarios sinaloenses.

3. La difusión de la cultura revolucionaria: los planes de estudios, Radio-UAS, Editorial y Librería Universitaria

Hablar que el concepto revolución implica una mutación cultural radical de los individuos lleva, de acuerdo con Xavier Guerra,21 a interrogarse sobre las características de los lugares donde se produjo, los medios, ritmos y contenidos adoptados como las vías por medio de las que se diseminó dicha mutación.

Dentro de esta problemática, es necesario analizar las condiciones en que se encontraba la UAS al momento de que la radicalización política se hizo presente en la institución. Entre las condiciones que debemos ponderar son, niveles de educación, cantidad de universitarios que integraban a la institución y los medios de comunicación e impresos que hicieron posible la transmisión de una cultura revolucionaria. Entre esos elementos, destacaron la Librería Universitaria, Radio UAS o los distintos planes y programas de estudio que se implementaron en escuelas y facultades de la universidad al momento de la aparición de esa mutación cultural.

El periodo que abarca buena parte de la década de los setenta del siglo pasado es una etapa donde la casa de estudios que se asume como fundada por Eustaquio Buelna, a fines del siglo XIX, ha transitado de ser una universidad tradicional, con predominio de las carreras liberales, focalizada principalmente en la capital del estado, a una moderna, que incrementó su matrícula22 y diversificó su oferta educativa a todas las áreas del conocimiento, extendiendo sus instalaciones a todas las regiones que conformaban en ese entonces la entidad, incrementando con ello los niveles de escolaridad de más sinaloenses. Los niveles educativos de preparatoria y profesional predominaron sobre el resto que impartían otro tipo de enseñanzas. No solo fue la cuestión numérica lo que debe resaltarse. Fue en esos dos niveles donde se instrumentaron cambios curriculares, contenidos programáticos que impactaron la cultura y mentalidad de segmentos de la comunidad universitaria.

¿Cuáles son las causas de esa mutación cultural? Nosotros apuntamos cómo algunos factores, -la abundante edición y circulación de producciones discursivas por medio de diversas modalidades, (periódicos, volantes, libros), la reorientación de los contenidos programáticos del currículo de las carreras afines a las ciencias sociales, de la programación de Radio UAS, el teatro, música, poesía-, contribuyeron a politizar el pensamiento del estudiante universitario, principalmente al grupo Enfermo.

De manera más nítida, la Universidad estimuló el pensamiento crítico de izquierda entre su comunidad, al nombrar como Rector de la institución a Arturo Campos Román, líder del PCM en la entidad en septiembre de 1973. Su administración acentuó la reorientación de la enseñanza universitaria:

De manera particular, se ha cuidado que todas las manifestaciones se hagan con base al enfoque materialista y dialéctico de la naturaleza y la sociedad; sin embargo, es evidente que la aplicación correcta del marxismo requiere de un correlato práctico encaminado a resolver problemas concretos, reales. Es por ello que, al tener conciencia de que toda ciencia reviste en una técnica, nos preocupamos porque esta última no solo perfeccione continuamente, sino porque toda investigación responda a necesidades prácticas y resuelva los problemas del pueblo, no los de las minorías explotadoras.23

De acuerdo con esas directrices, en el seno de escuelas preparatorias y facultades se promovieron reformas a los planes de estudio. Las transformaciones curriculares pretendían generar entre la comunidad una toma de postura acorde a la necesaria, indispensable e inevitable transformación revolucionaria de la sociedad.

Para el nivel bachillerato, en las modificaciones al Plan Único de Estudios que se impartía, tanto en las preparatorias dependientes de la UAS como las incorporadas, se puso mayor acento en las materias relacionadas con las ciencias sociales, pretendiendo con ello politizar los espíritus de los bachilleres frente a los problemas del mundo que los rodeaba. Las escuelas y facultades profesionales no serían la excepción. Sobre todo, las relacionadas con las disciplinas sociales y humanísticas, pues fueron impactados por esa cultura radical en la que determinadas teorías en boga en la época alimentaban los planes de estudios de las universidades nacionales.

Los planes de estudio

En primer término, las escuelas preparatorias, dependientes e incorporadas a la institución, modificarían los planes y programas que en los dos grados escolares se impartían. Las disciplinas del hombre en adelante tuvieron mayor peso en el proceso enseñanza-aprendizaje, dando paso a que en su impartición se pretendiera hacer que los educandos dejaran de efectuar de manera enciclopédica para dar paso a una que hiciera de este un sujeto transformador de la realidad social que lo rodeaba.24

 Cuadro 1. Anteproyecto del plan de estudios de la escuela preparatoria

Por otro lado, a nivel superior también los cambios a planes y programas de estudio promovieron la marxistización del currículo. Dos facultades de la UAS resaltan como ejemplos más notables, Economía y Derecho fueron espacios para la implementación de la incorporación del materialismo histórico a los planes de estudio. Su enseñanza -la circulación de lecturas entre los integrantes de sus comunidades escolares- tuvo efectos radicales. De ambas instituciones, emergieron los principales cuadros dirigentes y activistas de la Enfermedad.

Economía periódicamente realizó modificaciones en ese sentido. La llegada a la escuela de José Luis Ceceña Cervantes, hombre de izquierda, economista formado en los países socialistas, impactó el desarrollo de esta de mediados de los sesenta a principios de la década siguiente. Los planes y programas de estudio y la bibliografía que en adelante editaría la escuela con el sello de Editorial de la institución estuvieron influenciados por la introducción del marxismo aprendido por él en Europa del Este.

Entre los distintos cambios en los planes de estudio se destacó el efectuado a principios de agosto de 1971. Agrupadas en cuatro grandes áreas: teóricas-metodológicas, históricas, economía política y de técnicas y economía aplicada, pretenderían formar a los futuros profesionales de la disciplinas con una visión de cómo operaba la economía capitalista, sus características, las leyes que la regían y teorías que la sustentaban, era igualmente necesario que los estudiantes conocieran la crítica a la teoría que norma a las relaciones de producción en el sistema capitalista, mediante el estudio de la escuela marxista.

Cuadro 2. Propuesta de plan de estudios de la Escuela de Economía

Por su parte, la escuela de Leyes instrumentó las transformaciones curriculares pertinentes. A la par se intentó modificar la orientación y enfoque del estudio de la jurisprudencia y simultáneamente se buscó que los estudiantes construyeran una representación diferente de la disciplina. La innovación iba en un sentido; "al concebir el Derecho como producto ideológico, superar la concepción tradicional burguesa del mismo, así como de la carrera jurídica". 25

Cuadro 3. Propuesta de materias y contenidos a incorporar al Plan de estudios Facultad de Derecho

Cuadro 4. Bibliografía a Emplear

Acorde con ello, en la propuesta presentada aparecieron materias tales como Materialismo Dialéctico e Histórico, Economía Política, Teorías sobre el cambio social o El Derecho y la Teoría de la Revolución, las cuales se impartirían en los distintos semestres a cursar, pretendiendo poner en contacto al alumno con el marxismo y sus intérpretes por medio de una bibliografía previamente seleccionada.

Los otros componentes culturales que abonaron el terreno a la emergencia de la Enfermedad fueron la literatura e ideas circulantes que fluyeron cotidianamente por medio de Radio UAS, el Departamento de Editorial, el Sistema de Bibliotecas y la Librería Universitaria.

Radio UAS

Desde su salida al aire, este proyecto de radio cultural marcó la diferencia. Frente al predominio de una comercial, cuya programación mayoritariamente era de entretenimiento y diversión de la población, XEUAS, acorde a una estrategia institucional de Difusión Cultural, impulsada por las Rectorías de autoridades simpatizantes de izquierda, como Marco César García Salcido (mayo de 1972 a julio de 1973) o abiertamente comunista como fue la administración de Arturo Campos Román, pensó que la radio universitaria debería contribuir al cambio social.

Sus trasmisiones causaron impacto en la sociedad local. A pesar de que su programación difundía fundamentalmente las distintas expresiones de la música, XEUAS durante esa época se convirtió en foro, tribuna de expresión de todos aquellos universitarios, sectores de la sociedad regional en lucha desde la cual podían expresar y exigir por medio de la acción comunicativa la modificación de la situación imperante o de la necesaria transformación revolucionaria de esta.

Cuadro 5. Programacion Xeuas

Las posturas asumidas, el tipo de programación que salía al aire, incluso la difusión de manera sorpresiva de los contenidos de Madera, periódico clandestino de Liga Comunista 23 de Septiembre -guerrilla urbana a la que se integró la Enfermedad en la primavera de 1973 en Radio UAS- en buena medida se debieron, sostiene Saúl Armando Alarcón Amézquita,26 a que entre sus locutores se encontraba el profesor de la Preparatoria Central, Marco Antonio Berrelleza, identificado con el grupo Enfermo. Su presencia en cabina posibilitó la transmisión de las tesis del grupo armado. De ello las propias autoridades gubernamentales dieron cuenta. Sistemáticamente la programación de Radio UAS fue monitoreada por los escuchas para informar a sus superiores de las actividades subversivas de la radio universitaria. De los diversos y puntuales reportes que entregaban a la Secretaría de Gobernación reseñamos el siguiente:

El 17 de marzo de se trasmitió al aire un comunicado firmado por el Comité Clandestino del Consejo Estudiantil de FEUS. En él denuncian las condiciones infrahumanas y vejaciones a que someten a los presos políticos en el IRSS. En dicho comunicado hacen un llamado a todos los sectores del proletariado para que participen dentro de la Liga Comunista 23 de Septiembre, organización revolucionaria de vanguardia que lucha por terminar con este estado de cosas de explotación y los exhorta a participar en forma decisiva en la realización de mítines en los camiones, de huelgas políticas y en el secuestro de funcionarios para canjearlos por la libertad de los compañeros estudiantes que se encuentran presos por distintos delitos, y que son considerados por ellos como presos políticos.27

A la par del bombardeo ideológico al que XEUAS contribuyó, al construir una pedagogía revolucionaria politizadora de los espíritus de universitarios, otro factor detonante de la mutación cultural fue la circulación de un conjunto de producciones textuales de contenido revolucionario y ciertas variantes del marxismo. La Dirección de Editorial cumplió un papel capital en esa tarea. En sus prensas se imprimieron cientos de ejemplares listos para el consumo de unos lectores interesados en encontrar en los clásicos del marxismo y otra literatura radical las respuestas a sus inquietudes políticas revolucionarias. Por su parte, la Librería Universitaria hizo llegar al público lector los tirajes de las obras, el incipiente sistema de bibliotecas posibilitó a la comunidad Rosalina llevar a cabo prácticas de lectura y hacer una reflexión crítica de la realidad imperante al poner acento no en la contemplación del mundo sino su transformación.

El surgimiento de la Editorial y la Librería Universitaria

Con antecedente en los Talleres Tipográficos de la Universidad de Sinaloa de larga data, la Dirección de Editorial de la UAS fue fundada durante el periodo del rector licenciado Rodolfo Monjaraz Buelna. Dicha instancia promotora y difusora de la cultura textual entre los universitarios contribuyó con la impresión de obras académicas, literarias y diversos periódicos que a lo largo de la historia han circulado en instalaciones de la casa Rosalina, plazas, mercados y distintos espacios públicos de la entidad. Particularmente, en el periodo del auge del radicalismo Enfermo, una época de crisis política tanto en la universidad como la sociedad en general, el libro adquirió vital importancia. Su difusión, en un ambiente de gran escolaridad, con un potencial de lectores en constante de crecimiento, el texto contribuyó a configurar una mentalidad radical. Chartier, si bien señala lo cuestionable que resulta sobrevalorar la influencia de la lectura y adjudicar al libro capacidad para fomentar revoluciones, matizando alcances y posibilidades, sostiene que la lectura está investida de un poder de persuasión tan fuerte que es capaz de transformar por completo a los lectores y de hacer que sean como los textos quieren.28

El examen, aunque sea parcial dado lo escaso y fragmentado en que se encuentra la información respecto de qué se imprimía (libros, folletos, informes, periódicos) a mediados de la década de los setenta, permite comprender el desarrollo cultural e ideológico de los universitarios sinaloenses. Con un tiraje promedio de 3000 ejemplares por obra, en la Revista de la UAS y Cuadernos Universitarios o periódicos como Caminemos se encuentran pruebas fehacientes de los esfuerzos por detonar la mutación cultural y política del estudiantado universitario. En El Manifiesto, otro periódico estudiantil que si bien fue crítico acérrimo de las prácticas Enfermas, la línea editorial impulsó entre la juventud rosalina y en la universidad la iniciativa de preparar a las masas populares en pos de la lucha revolucionaria. Un artículo citado en él analizó el fracaso de la ruta chilena al socialismo. Ante la evidente realidad del callejón sin salida a la que arribaban las vías pacíficas exigía a sus potenciales lectores adoptar el recurso de las armas para transitar del capitalismo subdesarrollado a la dictadura del proletariado:

Los trabajadores de México han de tener presente en su lucha por el poder la experiencia chilena, cada vez más. Comprenderán que el camino de los pueblos que luchan por su libertad es el de la revolución violenta. Y para ella habrá de prepararse, de organizarse y de adquirir la conciencia de clase. Los estudiantes debemos aliarnos a la lucha de los obreros y campesinos, de manera organizada, politizando al pueblo y llevando la conciencia socialista a los obreros. Nuestra Universidad tiene el deber de participar en esta lucha, ser trinchera de los explotados, martillo de golpeo anticapitalista y, por ello, es necesario consolidarla, organizarla en todos los aspectos con el esfuerzo de los maestros, estudiantes y autoridades universitarias que tienen hoy una responsabilidad histórica frente a nuestro pueblo.29

Fueron publicaciones que circularon en los espacios universitarios. Su tiraje y distribución permitieron efectuar prácticas de lectura hechas en las instalaciones universitarias. Las prácticas tenían sus bemoles. Los textos eran interpretados desde los muy particulares puntos de vista y las necesidades de la coyuntura entre los integrantes del citado grupo. Según Camilo Valenzuela, líder del grupo Enfermo, la lectura entre la militancia se caracterizó por su espontaneísmo:

[...] abrevábamos de Lenin, pero su estudio no era sistemático, no tenía continuidad, no tenía sistema, lo hacíamos prácticamente solos, estábamos descubriendo, atando el camino con nuestras propias prioridades, en función del problema que se nos iba poniendo a la orden del día. Ello fue factor determinante para las futuras desviaciones y que resultaron costosas.30

En otros casos, como señala Jaime Alvarado Aldrete,31 activista Enfermo:

[...] no eran los libros de marxismo lo que contribuyó a radicalizar a muchos de nuestros compañeros, la simple lectura de las novelas producida por el realismo socialista, como La Madre de Gorki, Así se templó el acero, determinaron que muchos de nosotros, quisiéramos imitar a los héroes que aparecían en estas.

Dicha literatura contribuyó a crear y reforzar las representaciones sociales Enfermas. Ellas, se encargarían de motivar y movilizar a estudiantes en pos de la revolución proletaria por medio de las armas. De nueva cuenta, Roger Chartier sostiene:

Algunos textos permiten la actividad crítica de una manera más aguda que otros, para nosotros, estos textos son los que constituyen un denso patrimonio de referencias literarias y culturales que ayuda a pensar, que permite al individuo situarse en relación con los otros, con el mundo, con la naturaleza, con la trascendencia, y que es el soporte de la actividad crítica.32

A esta cultura revolucionaria que la Dirección de Editorial contribuyó a difundir y recrear por medio de una importante producción textual, se sumó en ese entonces la otra instancia que contribuyó a detonar la mutación cultural radical de segmentos de los universitarios. Ubicada en la plazuela Rosales a principios de los sesenta, por disposiciones del gobernador Leopoldo Sánchez Celis, se concesionó de manera gratuita a la Universidad de Sinaloa por un lapso de 20 años.

En la librería proliferó una literatura proclive a los radicalismos ideológicos y políticos. Desde los clásicos de la economía política marxista hasta manuales guerrilleros. Este fenómeno editorial generó la preocupación tanto de las autoridades, como de segmentos de la sociedad local. Esa inquietud detonó que diversos articulistas de periódicos denunciaran lo peligroso que sería su lectura entre la población estatal:

Parece mentira, pero al alcance de cualquiera que se interesa en el tema, ya sea por mero espíritu de investigación como guía de capacitación para destripar prójimos, asaltar bancos, sabotear fábricas o provocar huelgas en las universidades, circula un libro que es una especie de manual del guerrillero urbano y que proporciona al interesado los lineamientos generales de la organización y la táctica para propagar la violencia.33

La preocupación de la prensa por el impacto de la Librería Universitaria sobre la influencia negativa que pudiera ejercer en sus potenciales lectores no fue un comentario de ocasión. La Enfermedad vislumbró en esta instancia universitaria un vehículo para su formación política radical. Por ello, entre el conjunto de expropiaciones que hicieron de los instrumentos creados por la burguesía para la dominación (libros, máquinas de escribir, mobiliario, etc.), los acervos bibliográficos del establecimiento pasaron a formar parte del patrimonio del grupo contribuyendo a educar a sus militantes y hermanos de clase en las tareas que la revolución en marcha demandaba.

CONCLUSIÓN

Ciertamente, los "Enfermos" como grupo estudiantil radical, que adoptó a la lucha armada como la estrategia más idónea para la toma del poder, tiene sus orígenes en un conjunto de factores de orden estructural -económicos, políticos e ideológicos- resulta indispensable valorar los factores de orden cultural e intelectual como uno más de los múltiples factores que contribuyeron a su aparición y desarrollo en esa región del noroeste mexicano.

Desde la pedagogía política desplegada por los periódicos universitarios, destacando entre ellos Caminemos, hasta el impacto que tuvieron las transformaciones de planes y programas de estudio en escuelas y facultades, la contribución de Editorial, Librería Universitaria y Radio UAS, con la edición y circulación de todo tipo de producciones discursivas de carácter radical (libros, panfletos, volantes, etc.), la lectura hecha sobre estas detonó la mutación cultural de importantes segmentos de la comunidad universitaria, al influir para que estos vislumbraran a la violencia guerrillera como la vía para destruir de la prehistoria de la humanidad e instaurar la dictadura del proletariado en territorio nacional.


1 Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Guadalajara. Profesor e Investigador de Tiempo Completo Titular C, adscrito a la Facultad de Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) Nivel I e integrante del Cuerpo Académico Consolidado de Historia Sociocultural de la institución en que labora. El presente artículo de reflexión es resultado de un proyecto de investigación titulado, "Universidad en la calle. Una historia política y cultural del movimiento estudiantil de la Universidad Autónoma de Sinaloa: 1970-1978", financiado por el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación (PROFAPI/2012) que impulsa la Dirección General de Investigación y Posgrado de la UAS.

2Robert Darnton, Edición y subversión (México: FCE, 2003), 13.

3 Ibid., 13.

4 Robert Darnton, El coloquio de los lectores, (México: FCE, 2003), 98.

5 Justo Serna, Anaclet Pons, La historia cultural, (Madrid,: Akal, 2005), 5.

6 Elena Hernández Sandoica, Tendencias Historiográficas Actuales, (Madrid: Akal, 2004), 372.

7Roger Chartier, Las revoluciones de la cultura escrita, (Barcelona: GEDISA, 2000), 137.

8 Frente Estudiantil Revolucionario. Reforma o Revolución Universitaria, (Culiacán: Ediciones del FER, 1968), 7.

9 Ibid., 22.

10 Héctor Torres Beltrán, "Dos alumnos de la UAS mueren en enfrentamientos entre estudiantes y policías judiciales", El Diario de
Culiacán, Culiacán, 8 de abril de 1972, 1.

11 Entrevista a Terán Olguín, Liberato, Culiacán, 10 de octubre de 2005.

12 Entrevista a Cervantes Inzunza Marco Antonio, Culiacán, 29 de octubre de 2008.

13 Entrevista a Terán Olguín, Liberato, Culiacán, 21 de octubre de 2008.

14 Entendemos por Mutación Cultural al cambio de referencias mentales que los actores políticos en una sociedad pueden manifestar. En buena medida se origina en la multiplicación de producciones discursivas que promueven el uso de un campo semántico diferente al tradicionalmente empleado y que derive en la formulación de un proyecto y práctica política diferente, en Francois Xavier Guerra, Modernidad e independencias en América Latina (México: FCE, 1995), 227-274.

15 Melchor Inzunza Cervantes, "Nuestra prensa revolucionaria", Cuaderno Universitario, Vol.:1 No.1, (1973): 6-13.

16 Anónimo, "Notas sobre la difusión de la cultura universitaria", Caminemos, Culiacán, julio de 1972, 7.

17 Francois Xavier Guerra, op.cit, 232.

18 Anónimo, "El deslinde debe ser permanente" Caminemos, Culiacán, noviembre de 1971, 8.

19 Genaro Vázquez, "Carta al pueblo de México", Caminemos, Culiacán, febrero de 1972, 4.

20 Camilo Torres, "Mensaje a los estudiantes", Caminemos, Culiacán, julio de 1972, 3-4.

21 Francois Xavier Guerra, Modernidad, op.cit., 275.

22 De tener alrededor de 9 mil alumnos a principios de los años setentas, la UAS, experimentó un acelerado crecimiento de su matrícula en menos de una década. En el ciclo escolar 1975-1976, la Institución ya contaba con 20 015 estudiantes distribuidos tanto en escuelas profesionales, preparatoria y enseñanzas especiales. Arturo Campos Román, Informe Anual a la Comunidad Universitaria de Sinaloa y a la opinión Pública Nacional (1973-1974), (Culiacán: Universidad Autónoma de Sinaloa, 1975), 11.

23 Ibid., 12.

24 "Anteproyecto del Plan de Estudios de la Escuela Preparatoria" (9 de febrero de 1972), Archivo Histórico de la Universidad Autónoma de Sinaloa (A.H.UAS), Culiacán, Consejo Universitario, leg. 101, f. 123-124.

25 "Anteproyecto para la reforma al Funcionamiento de la Escuela de Derecho" (Culiacán 26 de marzo de 1974), AHUAS, Consejo Universitario, Leg. 121, p. 83.

26 Entrevista a Alarcón Amézquita, Saúl Armando, Culiacán, Sinaloa, 9 de diciembre de 2006.

27 "Ficha de Agente de Gobernación. Ciudad de México" (marzo 1974), Archivo General de la Nación (AGN), Dirección de Investigaciones y Procesos Sociales, Leg. 1514-A, Fol. 195-197.

28 Roger Chartier, Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII (Barcelona: GEDISA 2003), 154.

29 Anómino, "El fracaso de la vía chilena", El Manifiesto, Culiacán, noviembre de 1973, 1.

30 Entrevista a Valenzuela Fierro, Camilo, Culiacán, Sinaloa, 2 de julio de 1996.

31 Entrevista a Alvarado Aldrete, Jaime, Culiacán, 17 de septiembre de 2006.

32 Roger Chartier, Cultura escrita, literatura e historia, (México: FCE, 2000) 178.

33 Esteban Zamora, "Libros peligrosos circulan en la UAS", El Diario de Culiacán, Culiacán, 17 de octubre de 1971, 3.


FUENTES

Archivo General de la Nación (AGN), México, Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales, leg. 1514-A, f.195-197.

Archivo Histórico de la Universidad Autónoma de Sinaloa (AHUAS), Culiacán, Consejo Universitario, leg., 101, f.123-124.

Archivo Histórico de la Universidad Autónoma de Sinaloa (AHUAS), Culiacán, Consejo Universitario, leg., 98, f.155-194.

Archivo Histórico de la Universidad Autónoma de Sinaloa (AHUAS), Culiacán, Consejo Universitario, leg., 121, 83-88.

FUENTES TESTIMONIALES

Alarcón Amézquita, Saúl Armando, Entrevistas realizadas en Culiacán, el 9 de diciembre de 2006 y 17 de marzo de 2008.

Alvarado Aldrete, Jaime, Entrevista realizada en Culiacán, el 17 de septiembre de 2006.

Inzunza Cervantes, Marco César, Entrevista realizada en Culiacán, el 29 de octubre de 2008.

Terán Olguín, Liberato, Entrevistas realizadas en Culiacán, el 10 de octubre de 2005, 19 de diciembre de 2006 y 29 de octubre de 2008.

Referencias

Anónimo, "El deslinde debe ser permanente", Caminenos, Culiacán, noviembre de 1971, 8.         [ Links ]

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Revista Historia de la Educación Latinoamericana. Vol. 15 No, 21, (2013): 161 - 189.