SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número22LA UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA COMO RECUPERACIÓN Y FUTURO: BETWEEN TRADITION AND FUTURE índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Revista Historia de la Educación Latinoamericana

versión impresa ISSN 0122-7238

Rev.hist.educ.latinoam. vol.16 no.22 Tunja ene./jun. 2014

 

CARTA A LOS LECTORES


Las Universidades y un mundo heredado

Hay dos elementos fundamentales que habían venido legitimando históricamente a las universidades y que hoy están en un severo cuestionamiento, pues la vorágine que recorre la esfera contemporánea latinoamericana depreda con rigor el tejido y la estructura sobre las que están montadas nuestras sociedades, nuestros pueblos, nuestras culturas.

Esos dos elementos son, por una parte, la capacidad formativa y profesional para proveer a las personas de un perfil profesional y técnico y, por la otra, esa influencia cultural que permite a los universitarios tener una mirada plural, democrática y moral del mundo, orientada a la convivencia, al respeto, la diversidad y la tolerancia, es decir, que la formación universitaria en nuestra América -que desde el periodo colonial, iba incidiendo en una mirada plural del mundo y en la capacidad de formar fuerza de trabajo intelectual y cultural sobre los pueblos- está siendo desplazada por las fuerzas centrípetas del posmodernismo neoliberal, lo que conduce a la mecanización utilitaria de los individuos, a la cesantía de millones, otros a la inequidad y el abandono social. Tragedia que es caracterizada por medio de esas Dimensiones de manipulación mediática que propone Chomsky y que alienan a millones, bajo el espejismo del placer instantáneo, la frivolidad delirante, la rapacidad como valor ético.

La Universidad resiente el cisma de este mundo que publicita el desarrollo y el confort y deja a su suerte a amplias capas de jóvenes, e incluso a quienes concluyeron su currículo profesional. Un mundo de pocos ricos y una inmensa muchedumbre de pobres, o que viven en la precariedad de pasar el día, entre ellos, los que llegaron a presumir un título, los que truncaron su carrera, los que jamás irán a la universidad.

Una gran crisis. ¿Quién lo sabe? Solo las Universidades tienen esa capacidad anticipatoria para imaginar una conducta y un pensamiento preventivo. Todos los demás, incluyendo a los estados, están más interesados en administrar el poder y propiciar la acumulación compulsiva. Las universidades están siendo arrolladas a las corrientes de la globalización, a las que tienen que ajustar su normatividad para poder seguir subsistiendo. He ahí la paradoja.

¿Cómo podemos encarar este grave problema latinoamericano y mundial? El gran filósofo francés Michel Serres lo sentencia:

[...] no conozco generación que haya tenido tantas novedades de golpe. Esta diferencia es única en la Historia. Hasta el siglo V antes de Jesucristo, la transmisión del saber se hacía por medio de la palabra. Luego, cuando se inventó la escritura, todo cambió: el Derecho, la Ciencia, la Religión, la Pedagogía [...] En el Renacimiento, la imprenta desencadenó una metamorfosis total de la sociedad. Pero con la aparición de la informática, sospecho que los cambios van a ser aún más radicales. Estamos al borde del precipicio. ¿Qué hay al otro lado? No lo sé".

La Universidad se encuentra en esa encrucijada, no por el avance informático inimaginable, sino por su uso al servicio del mercado. ¿Dónde queda el papel del docente, del currículo ideado con sensibilidad y cuidado para el servicio del hombre, de la sociedad?

Noam Chomsky, en sus diez Estrategias de Manipulación Mediática advierte, desde la llamada estrategia de la distracción, ese elemento primordial del control social que consiste en desviar la atención de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la Técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.

La estrategia de la distracción impide que la sociedad se interese por los conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética, precisamente lo que las Universidades intentan ofrecer. "Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales" (Armas silenciosas para guerras tranquilas).

Otra estrategia propiciadora de un optimismo inútil es la de la gradualidad, consistente en hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. De esa manera, los grandes consorcios, las elites socioeconómicas "radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestos durante las décadas de 1980 y 1990: constriñendo al Estado a su mínima expresión, privatizando el sector primario (el campo, los recursos naturales), haciendo visible la precariedad como un mal necesario, usando el criterio de la flexibilidad (pero no política, sino para desmantelar las normas sociales como la salud y la educación pública), desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez. Este es, en la voz de Chomsky, el ambiente donde pululan estas fatalidades".

La Universidad sigue, sin embargo, persistente y encarando las asechanzas de un mundo amenazante, usando su sapiencia, sus hallazgos e imaginarios (científicos, culturales, artísticos, sociales), para reconceptualizar al sistema mundo, como diría Immanuel Wallerstein. Pues, como agrega Serres:

"nuestras instituciones han sido creadas en un mundo que ya no existe. Nuestras políticas también [...] Pero está claro que el actual sistema fue inventado antes de la revolución tecnológica y se ha quedado anticuado en muchos aspectos. Así que los jóvenes tendrán que reinventarlo todo y crear una democracia nueva y más participativa."

Ahí debe cumplir un papel muy importante la Universidad.

La investigación como signo de la nobleza universitaria

Ante este mundo tan amenazante y tangible, en América Latina, los universitarios persistimos en contribuir a cambiar el horizonte desde nuestras trincheras culturales. La docencia y la investigación intentan ser construidas desde la paciencia, la consulta, la mirada y el interés humano. La investigación es estéril si no se aplica, si no se socializa si no incide en las cabezas de las personas. La estrategia es la extensión universitaria y la difusión es un atributo de nuestra instituciones iberoamericanas para que, por medio de la integración colegiada de grupos de investigación, intente extender la mirada de nuestros hallazgos, más allá de nuestras fronteras domésticas e insertarlas entre la vorágine machacona de la publicidad delirante para construir parcelas o espacios de reflexión y trabajo. La Sociedad de Historia de la Educación latinoamericana (SHELA), agrupación que hermana en voluntad académica a profesoras y profesoras de América y España, ha tenido, entre otras estrategias, la virtud de editar la Revista de Historia de la Educación latinoamericana, difundiendo entre vastos territorios culturales del continente y en Europa sus estudios, sus diagnósticos, sus propuestas.

En esta nueva entrega, los trabajos que se han seleccionado pueden inscribirse precisamente en el contexto crítico que hemos expuesto en la primera parte de esta presentación. Nuestra vertiente principal es la historia de la educación, columna vertebral de nuestro análisis, puesto que es, como diría Le Goff, la acción de los hombres en el tiempo, pero desde una mirada multifacética, crítica, propositiva. De esta forma, nuestra misión como académicos, pero también como ciudadanos que queremos cambios de fondo para nuestros países, es incidir en la construcción de un futuro más promisorio; de ahí el trabajo colectivo como los de esta Revista, cuya entrega número 22, correspondiente a 2014, incluye una multiplicidad de artículos que intentan constituir un florilegio de temas dentro del campo de la Historia de la educación, la Sociología educativa y la Filosofía, buscando que incidan, como lo hemos venido proponiendo desde el primer número de la Revista, no solo en su difusión, sino provocar un debate inteligente y fructífero.

Los textos aquí consignados tienen como características enunciativas aspectos dignos de ser conocidos, analizados y usados para la interpretación ulterior de las problemáticas universitarias de nuestros pueblos, tanto en su trayecto en el tiempo como en sus pliegues actuales. Se abordan textos de Argentina, Colombia, Brasil, Guatemala, México y Chile, en donde la imprenta colonial en dos de ellos aborda, con el rigor documentado de fuentes, aspectos que revelan recovecos interpretativos de la historiografía educativa latinoamericana: la presencia de las órdenes religiosas y sus singulares proyectos de educación superior, así como la influencia ejercida por autoridades y normas virreinales y Reales. El siglo XIX también da cuenta de diversas miradas que buscan analíticamente encontrar los resortes y escenarios en donde la lucha por la institucionalidad y la apertura de fronteras intelectuales desde la academia universitaria encaró múltiples barreras y propuestas. La Universidad, a veces como una trinchera, a veces como una misión cultural en busca de construir una impronta civilizatoria y profesional.

El siglo XX es un parto luminoso a la modernización, pero también es época de guerras, algunas de ellas intestinas donde la barbarie campeó el paisaje social y en donde la escuela, las universidades y sus maestros resienten con un rigor inaudito las atrocidades de dictaduras y autoritarismo. Los textos de este número abordan, entre otras cosas, la lucha social e intelectual, la cual se hace evidente en los propios patios de las escuelas, en sus salones y en la comunidad. Una modernidad que en el siglo tiene entonces diferentes rostros. Su primera mitad busca primero cristalizar el pensamiento liberal-positivista y luego el pensamiento social para buscar, desde la escuela, la justicia, substancia intelectual de los currículos universitarios y de la educación básica, cuando el brazo de la educación pública buscó extenderse a todos los rincones de nuestras sociedades.

Para su segunda mitad, los artículos exploran la modernización desigual y combinada de nuestras naciones periféricas, intentando una adecuación orgánica y expansiva de la educación; su ensamblaje con los requerimientos industriales y de expansión del mercado de las naciones del continente. Aquí irrumpen con fuerza los nuevos referentes de la educación superior: evaluación, cobertura, currículo, posgrado, términos de un nuevo vocabulario universitario para la época, pero que en las condiciones de nuestras circunstancias nacionales y continentales fueron delineando diferentes fenómenos a veces contradictorios, otras veces imaginativos de los nobles propósitos de la educación universitaria.

Una ardua tarea es la que toca a las universidades en este mundo tan complejo y en la que cientos de profesores tejen con afán sueños justicieros por medio del trabajo comedido e inteligente en todos y cada uno de sus discípulos, no obstante, como diría Humberto Ecco, nuestras universidades están sitiadas, pero existe la fe inquebrantable de quienes, desde SHELA, lanzamos como dardos nuestras pensamientos y reflexiones. Esta publicación es una evidencia tangible de ese afán.


Armando Martínez Moya
México, 23 enero de 2014.