Ver Original

Montevideo,13 de abril de 1945 Querida Leticia:

Con cierta premura, aunque no menos cariño que siempre, te escribo por un asunto que nos es particular mente importante para todos. Debí hacerlo antes, pero las condiciones de mi vida me lo impidieron, en especial un maldito accidente que me tuvo postrado y recluido casi un mes. Eso pasó y no que me sirva para dilatar más lo que debo decirte. Como sabes, hace muchos años, estoy trabajando en mi libro sobre LA EXPRESIÓN CREADORA DEL NIÑO, el que he profundizado y estudiado en todo rigor, en todos sus aspectos, hasta convertir su doctrina en algo casi irrebatible, como me lo proponía. Esto se hacía necesario desde todo punto de vista, porque había incluso que rebatir seriamente doctrinas como la de Croce, que han sido el pan de todos en este problema de la institución. El libro- que dicté en gran parte como curso en chile, en donde causó sensación- está casi listo y lo publicará Poseidón. Será uno de esos magníficos libros de arte que publica, lleno de ilustraciones, en colores y de la otra manera, con un texto vigoroso, concreto, con la mínima hojarasca, etc. Ahora bien, yo las he acoplado a la experiencia, como autoras de innovacion es en algunos aspectos, a ti y a la querida Olga, y necesito que me envíes, por que creo que eres tú la que debes tener las documentaciones, fotos de juguetes, de plásticos en general, de muñecos, en especial de todo aquello que en este aspecto pueda agregarse a las que tengo (títeres, me olvidaba, etc.). te aseguro que será un libro muy serio, de quince capítulos, y en el que por primera vez se tratará teóricamente en profundidad este problema de la expresión. Te pido, cara Leticia, que seas generosa y diligente y me lo envíes lo antes posible, todo a devolver se entiende, porque debo entregar a Poseidón, junto con los originales, en seguida. Sé que las experiencias de ustedes, como lo he reconocido y he exaltado en todos mis libros es un magnífico capítulo digno de estudio como complementador a mis ideas en mucho sentido. Por eso creo que debe ir a documentación gráfica aditiva.

Te pido entonces que no me retardes en prestar el material que sirva para documentar los asuntos: todas esas fotos de juguetes, de muñecas, etc., que ustedes tienen. Te quedaré sumamente agradecida. Le escribí en ese sentido también a la querida Olga. Y te los devolveré personalmente a fines de abril o mayo cuando vaya a Buenos Aires a entregar los originales 260 (es decir los originales debo entregarlos antes de fin de abril).

Siempre te quiero y admiro con la misma fe y me apeno enormemente de no alcanzarlas - en la Pedrera, de regreso de Chile. Cuando llegué a Montevideo, ustedes acababan de cruzar de regreso.

Abraza a todos con el cariño de siempre, y tú, gran amiga y mejor maestra, recibe mi fuerte abrazo y mi agradecimiento ya por adelantado.

Jesualdo,H. Palacio Salvo, ap. 319

(Nota al lector: La firma del autor es manuscrita aunque la aclaración con su nombre y el cuerpo de la carta fueron hechas a máquina. Trascripción: Pasante Lucía Manero, Archivo Pedagógico Cossettini, IRICE: CONICET-UNR, 2015.)

Jesualdo, H. Palacio Salvo, Ap.319. Existente en el Fondo Documental del IRICE-CONICET-Universidad Nacional de Rosario.

Jesús Aldo Sosa Prieto [1905-1982] más conocido como Jesualdo, nació el 22 de febrero de 1905 en Tacuarembó, Uruguay y falleció en ese país el 27 de diciembre de 1982. Fue un maestro, escritor, pedagogo y periodista, afiliado al partido comunista uruguayo. Su actividad docente, desarrollada en una escuela rural de Canteras del Riachuelo entre 1928- 1935, lo llevó a dedicarse con mayor interés y conocimiento a la obra dirigida al niño o referida a sus actividades, intereses o necesidades. Fue cesanteado por el gobierno de Gabriel Terra y realizó, a partir de 1937, varios viajes a Santa Fe invitado por la Asociación del Magisterio, dictando conferencias y relacionándose con las hermanas Cossettini. Publicó en 1935 Vida de un maestro, una novela autobiográfica, donde entre cosas dijo “que la educación era el fundamental instrumento de transformación social en cualquier proceso que exige cambios profundos y permanentes en cualquier época y sean cuales fueren las circunstancias que tengan que operar en tal sentido”. En 1944 terminado el gobierno de Terra fue designado asesor en el Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social y, al año siguiente, profesor de Historia de la Educación en los Institutos Normales. En 1946 concentró todas sus horas docentes de Enseñanza Secundaria en el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA) de Montevideo, en preparatorios diurno y nocturno, y en el liceo 1 en el nocturno.