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Palabra Clave

Print version ISSN 0122-8285On-line version ISSN 2027-534X

Palabra Clave vol.13 no.2 Chia July/Dec. 2010

 


Análisis conceptual del Periodismo Ciudadano
y propuesta metodológica para analizar su
contribución informativa

A Conceptual Analysis of Citizen Journalism and a
Methodological Proposal for Analyzing its Informative
Contribution

Silvia Pellegrini-Ripamonti1

1 Periodista. Decana, Facultad de Comunicaciones, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile. spellegrini@uc.cl

Recibido: 27/08/10 Aceptado: 26/10/10



Resumen

Se reflexiona sobre los factores necesarios para que el periodismo ciudadano tenga peso informativo. Aporta un modelo de interrelación entre el profesional y el ciudadano para generar contenidos socialmente significativos, y una metodología de análisis que permite precisar su actual desarrollo y alcance, y determinar los aspectos que han privilegiado seis medios en su ejercicio.

Palabras clave: periodismo, calidad, medios electrónicos.



Abstract

The factors necessary for citizen journalism to carry informative weight are examined in this paper. A model for interaction between professionals and citizens to generate socially-meaningful content is provided, along with a methodological proposal for analyzing the current development and scope of citizen journalism and identifying the aspects that have favored its exercise in six different media.

Key words: Journalism, quality, electronic media.



Introducción

En el trasfondo del llamado Periodismo Ciudadano hay dos ilusiones largamente acariciadas en la sociedad: que cualquier persona pueda hacer periodismo, sin ninguna formación profesional, y que es posible una horizontalidad total, a semejanza de un gran diálogo en el que todos informan y se informan.

El mundo periodístico, por su parte, lo ha percibido como oportunidad o amenaza pero, sobre todo, como una nueva presión a la acción profesional, ya desafiada por la incorporación de nuevas herramientas informativas, por la rapidez de la difusión de la noticia, por la tendencia social a buscar más entretención que información, por la necesidad de cumplir con metas comerciales, y por los cambios que trae la convergencia a las salas de redacción. Todo esto en un escenario donde la situación de la industria se hace difícil: declinan las audiencias, se reducen las lealtades del público y la publicidad impone sus propios criterios. En las empresas mediales subyace también la esperanza de que este fenómeno se exprese en una posible reducción de costos.

Se está ante un entorno cambiante para el periodismo y, con frecuencia, atemorizador, donde se modifica lo que ha sido el corazón mismo de la acción profesional: la relación con las fuentes. Como principal consecuencia de los cambios provocados por el uso generalizado de la Internet, en especial la Web 2.0, las fuentes abandonan su rol pasivo e irrumpen en la información con aparente prescindencia del periodista profesional, que era su principal o única vía de acceso al público. Los periodistas, por su parte, tienen mayores dificultades para mantener relaciones unidireccionales con sus fuentes pero, a la vez, disponen de una multiplicidad de nuevas voces a las que recurrir para elaborar sus historias.

Durante tres años, un equipo de académicos de Chile ha investigado las diversas aristas de este fenómeno, a través de un proyecto financiado con fondos estatales, con el fin de explorar las posibilidades de aporte ciudadano al universo informativo. El presente artículo sintetiza los resultados de la primera parte de esta investigación, basada en la revisión teórica y su aplicación analítica a casos representativos tanto en Chile como en el mundo.


Discusión teórica

Periodismo ciudadano es un concepto relativamente reciente, que abarca múltiples acciones informativas por parte del público y que ni siquiera ha logrado identificarse bajo un único nombre o concepto. Se le conoce también como periodismo público, participativo, interactivo, comunitario, alternativo, de fuente abierta, en red, personal, bidireccional o, incluso, nano periodismo, sin que ésta sea siquiera una enumeración exhaustiva. Tampoco hay, hasta el momento, ninguna definición satisfactoria ni comprensiva de este fenómeno. Quizá la más precisa sea la que lo describe como el acto en el que uno o un grupo de ciudadanos tienen un papel activo en el proceso de recolectar, analizar y diseminar noticias e información con el objetivo de entregar, con una mirada independiente, confiable, precisa, amplia e importante, la información que una democracia necesita (Bowman y Willis, 2003).

Hay quienes lo caracterizan a través de una clasificación por tipo de medio (Lassica, 2003), por tipo de acción informativa (Outling, 2005) o por las razones para hacer este tipo de información (Kim, 2000). Otros agregan condicionantes desde la perspectiva ética, desde la acción profesional (McGill, 2007) o desde la perspectiva de su misión (Kovach y Rosentiel, 2002).

En el debate que ha generado su aparición, Bowman y Wills (2003) sostienen que estamos en una era dorada del periodismo participativo. Estiman que, para 2021, un 50% de las noticias directas serán generadas por ciudadanos. Ellos establecen que, históricamente, el rol del periodismo ha sido informar en democracia, pero que en el futuro su papel estará centrado en su capacidad de estimular las conversaciones con los ciudadanos.

Para diversos autores, el antecesor teórico inmediato del periodismo ciudadano es el periodismo cívico2, que nace en Estados en los años noventa, y que es practicado por periodistas profesionales interesados en dar cobertura a temas que afectan al ciudadano común en vez de afectar al establishment político o económico. Sostienen, por ejemplo, que (cfr. Nip, 2006; Bowman y Wills, 2003; Outling, 2005), la interactividad ofrecida por la red aparece como la posibilidad de concreción de sus aspiraciones.

Sin embargo, la reactivación de la vida pública que proponía el periodismo cívico estaba motivada y gestada por profesionales, desde los medios. En cambio, el llamado periodismo ciudadano —además de su condicionante no profesional, directo y tecnológico— tiene casi siempre poca supervisión editorial. Es decir, carece de aquellos filtros profesionales que contribuyen a la constatación de lo publicado. En la mayoría de los casos su objetivo no es político-democrático, ni su meta es de tipo ciudadano, aunque en conjunto pueda contribuir a una mejora en ese campo. Su acción ha sido resumida por Gilmor (2004) como el cambio de la condición del público, desde ser un lector o receptor a ser un participante de una gran conversación social emergente.

El periodismo ciudadano se aproxima más a la comunicación personal a través de conversaciones espontáneas que a la narración de historias reales representada por el periodismo profesional. Para Bowman y Willis (2003), lo común a estos tipos de acción informativa es que descansan sobre la premisa de "primero difundo y luego filtro", en vez de acoger la fórmula tradicional de comprobar y luego publicar. Esa tendencia se ha ido extendiendo al mundo profesional, con lo cual los medios han ido dejando de lado sus formas de control para asumir al desmentido como forma de resguardar la veracidad de lo que informan.

Por su parte, Kolbitsch y Maurer (2006) afirman que el periodismo participativo transformará el modo tradicional de crear opinión pública sólo si resuelve sus problemas de filtros, de modo de dar credibilidad y confianza. En esa misma línea, en Gran Bretaña, Thurman (2008) realizó entrevistas cualitativas con editores de los nueve principales sitios web de ese país donde los entrevistados coinciden en referirse al tipo de relación que debe tener el periodista profesional con estos nuevos colaboradores externos, que va desde correcciones gramaticales hasta complejos procesos de edición.

Hasta ahora no hay una forma clara de interrelación entre aficionados y profesionales. Algunos medios, como OhmyNews, Wiki o Indymedia, fueron fundados bajo esta nueva forma de participación directa del público en la creación de noticias. Otros han generado una sinergia directa con un medio que se distribuye en un soporte diferente, en especial prensa y TV. Todas estas formas —al igual que lo que ha sucedido a lo largo del tiempo con la mayoría de los procesos periodísticos— son soluciones basadas en la intuición.

Los dos ejes de valor en torno a los cuales se articularía el proceso de periodismo ciudadano son el de la lógica del espectáculo (en la medida que se expone al ojo público de forma concreta, emocional y dinámica) exigida en la cultura de hoy casi a cualquier acto de comunicación y el de la inmediatez de la recompensa del consumo, incluido el cognoscitivo (Baricco, 2008).

Yochai Benkler (1998) sostiene que el periodismo ciudadano existe porque la información y la cultura corresponden mejor al uso de los software libres que a las estructuras jerárquicas de las empresas tradicionales, ya que el capital físico necesario para su producción (computadores y habilidad intelectual) está ampliamente difundido en vez de concentrado. Otros autores, como Messo, Bowman y Willis agregan que, dada la existencia de estas herramientas, un segmento de la población deja de limitarse al consumo pasivo de los medios y prefiere producir su propia información y compartir sus opiniones en el ambiente online.

La publicación de los weblogs es la manifestación más evidente y estudiada de este cambio. Ballas (2006) asevera que el blog cubre la cotidianidad de comunidades pequeñas que no tienen espacios en la pauta de los medios tradicionales, da voz a los ciudadanos comunes y corrientes, y actualiza velozmente sus contenidos sin las limitaciones impuestas por los tiempos mediales. Según un estudio de la Universidad de Connecticut, el 80% de los periodistas consultan blogs para contrastar y recabar información, identificar fuentes o ampliar contenidos (González Herrero, 2005). Una derivada muy significativa es el fenómeno Twitter que agrega, en especial, un factor de inmediatez a la opinión pública de fuente identificada.

Otra modalidad es la que ofrecen algunos medios para que un grupo de ciudadanos contribuya habitualmente, como corresponsal, con información sobre sus comunidades, sus áreas de trabajo o sus intereses, la que ha sido analizada por autores como Outings, Bowman y Willis, y por el Center for Citizen Media. Esto permite cubrir aquellos contenidos que los medios tienden a ignorar: aquello que Jeff Jarvis (2009) llama "lo hiperlocal".

Wikinews representa una tercera modalidad de información ciudadana, donde cualquier lector puede editar páginas existentes y agregar nuevos antecedentes y documentos, suponiendo que si un número amplio de usuarios leen y editan el contenido, todos los errores serán detectados y corregidos (cfr. Ballas, 2006; Kolbitsch y Maurer, 2006). De esta manera, se da un acuerdo respecto del contenido por lo que, supuestamente, junto con los errores se eliminan los sesgos. En este proceso de "selección natural", Wikinews introduce un manual de uso y guías éticas para dar una cierta línea a la totalidad de los artículos. A diferencia de los medios ciudadanos antes descritos, la premisa-guía de Wikinews es el "Neutral Point of View" (NPOV) o "el intento de presentar ideas y hechos de un modo tal que tanto los oponentes como los seguidores puedan estar de acuerdo" (Wikinews, 2008).

En este entorno surge el concepto de produsage, acuñado por Axel Bruns, una contracción de production y usage, que considera al ciudadano como receptor, pero también productor de las noticias, y su derivado, el produser. Dentro de las comunidades que se involucran en la creación y difusión de información y conocimiento, los roles de productor y usuario se han difuminado (Bruns, 2008). Su autor lo grafica de la manera siguiente:

Es importante relacionar el rol del produser con su contexto cultural. En ocasiones pareciera ser un ejercicio periodístico porque se adhiere a los conceptos tradicionales de la prensa occidental, tales como su relación con la democracia y con el rol de watchdog (perro guardián). En otras circunstancias, desarrolla aspectos personales: genera opiniones o contenidos sobre temas particulares; reacciona a la información recibida desde un medio, o descarga frustraciones y emociones de la más diversa naturaleza. Hay también lugares donde no existe la ciudadanía, tal como se entiende en las naciones desarrolladas occidentales y, sin embargo, la intervención del público en la blogósfera es también activa y frecuente.

En general, mientras más claros estén los márgenes de acción del periodismo en una cultura social más esperable sería que la acción directa del público tuviera rasgos significativos de acción profesional: visos de un reporteo básico, contenido más fáctico que especulativo, equilibrio, verificación de los datos, etc.


Propuesta teórica: hacia la creación y valoración de formas híbridas

El planteamiento desarrollado aquí utiliza como guía el método propuesto por el llamado Valor Agregado Periodístico (VAP) (Equipo VAP-UC, 2004 b), un modelo de medición de la presencia de ciertos estándares periodísticos generado y perfeccionado en veinte años de investigaciones por un equipo académico de Chile (Pellegrini et ál., 2010). El Valor Agregado Periodístico se entiende como aquello que el medio añade a la información que el público podría obtener directamente. Es posible entender ese aporte a partir de dos funciones básicas:

  1. Función notarial: de todos los hechos y fuentes posibles, el periodista selecciona aquellos que son realmente existentes y confiables.

  2. Función de asignación de sentido: el medio organiza, jerarquiza y pone en relación todos los elementos del hecho, a fin de hacerlos comprensibles y situarlos respecto del resto de los movimientos sociales.

Con la introducción del aporte directo del público a la acción informativa estas funciones parecen haberse constituido en el principal aporte a la sustentación de los medios de referencia.

La investigación teórica realizada ha permitido a este equipo de trabajo establecer que el rol del produser en el desarrollo de contenidos informativos ejercido por los ciudadanos no está claramente definido, porque abarca diversos modos y aspectos comunicacionales que van desde la rápida emisión de una opinión o de un hecho (blogs o twitter) hasta un uso más refinado, como es el de operadores independientes de sitios de noticias autodefinidos como plataformas de periodismo ciudadano.

De acuerdo con la presente propuesta, el fenómeno que preliminarmente se ha llamado como periodismo ciudadano sólo podría darse en algunas de las variadas formas asumidas por las personas comunes que intervienen en el proceso informativo.

Para llamar a este fenómeno, entonces, como periodismo ciudadano, no bastaría con que incida en la ampliación de los márgenes de la opinión pública, sino que se requeriría mantener algunas condicionantes profesionales significativas:

  • Que se refiera a hechos y no a opiniones (elemento fáctico).

  • Que se recurra a diversas fuentes (elemento de equilibrio).

  • Que se apliquen filtros para asegurar precisión (elemento de verificación).

A ello es posible agregar algunas condicionantes de redacción: un estilo directo y con intención informativa.

Desde el punto de vista del fenómeno general, parece necesario dejar establecido que, aun no siendo una actividad profesional, todo el proceso de incorporación a la web de informaciones directas contribuye a la mejora del periodismo profesional en tanto:

  • Aumenta exponencialmente el número de datos y fuentes disponibles, lo que permite ampliar, darle valor y potenciar la agenda informativa. Adicionalmente, la web constituye un enorme archivo que provee soporte a la información, aun en lugares remotos o circunstancias de difícil acceso.

  • Amplía las gamas temáticas y surte de nuevos focos informativos.

  • Provee alertas tempranas, anticipaciones informativas y disminuye los tiempos entre la ocurrencia de un hecho y su publicación en medios.

  • Representa una nueva contribución a la verificación de las informaciones periodísticas, a través de la corrección y la ampliación de perspectivas, ya sea como apoyo a la función del ombudsman o por aumentar la probabilidad de un planteamiento periodístico objetivo si está acompañado de un control múltiple.

La sola existencia de la acción informativa directa de los ciudadanos genera modificaciones en la acción profesional de los periodistas: otras modalidades de reporteo, nuevas formas de verificación y, sobre todo, un proceso de selección mucho más preciso para evitar que la marea informativa ahogue en definitiva la capacidad de comprensión de los sucesos y disgregue de modo irreversible a las audiencias.

La principal razón para hacer estas precisiones es la posibilidad de aprovechar la capacidad de las personas de ser observadoras de la realidad inmediata, localizada en lugares y circunstancias tan variadas que a los medios y periodistas les resultaría imposible cubrir.

Para esos efectos, hay que introducir sinergias efectivas entre las acciones profesionales y aficionadas, a través de filtros básicos.

Las bases de este diálogo entre el emisor profesional y el emisor social se pueden establecer a la luz de dos preguntas fundamentales:

  • ¿Cuánto de la función periodística es posible hacer por personas sin entrenamiento profesional?

  • ¿Es posible generar ambientes en la web que emulen el trabajo presencial en espacios online, de modo que los aportes directos puedan ser profesionalmente guiados y mantener así ciertos estándares de calidad periodística?

A través de sus repuestas se hace posible modificar la base actual del llamado periodismo ciudadano compuesta por la trilogía "temas de interés personal desarrollados por no profesionales online y donde priman los intereses relacionales". La idea es redirigir esa base hacia "temas de interés social, donde se incorporen factores periodísticos tales como foco, forma y consideraciones éticas, en el que se sumen, al trabajo online, aspectos de edición hecha por profesionales, en salas de redacción ya sea presenciales o virtuales". Esta sinergia ha sido iniciada en ciertos espacios pero está lejos de ser completa.

Estos aspectos permiten distinguir esta forma periodística de las redes de intereses específicos. Los elementos comunes y que no pueden desaparecer del proceso son: la mayor horizontalidad, la acción de inteligencia colectiva en una arquitectura lo más abierta posible y la multidireccionalidad establecida a través de acciones y reacciones provenientes de diversos integrantes.

Para reconocer trazas de la profesión en el denominado periodismo ciudadano, el equipo de investigación estableció los factores que lo deberían caracterizar (tabla 1).


Aplicación de la propuesta: análisis de contenido

Establecida la mirada teórica propia de lo que este artículo propone como elementos constitutivos del periodismo ciudadano, se presentarán a continuación los resultados de un análisis exploratorio realizado por el equipo de investigación, cuyo objetivo fue validar dichos criterios en la práctica en medios generados con aportes ciudadanos.

Para ello se realizó un catastro de los medios que contenían aportes ciudadanos en Chile, que incluyó los sitios web de 77 medios, tanto de aquellos existentes exclusivamente en la red como de los pertenecientes a otras plataformas (como radio, prensa y TV) pero que tenían un sitio web relacionado3. Se excluyeron del análisis todos los medios que se dedicaban al periodismo tradicional sin ofrecer alternativas de interacción o aporte directo de los ciudadanos. Se seleccionaron de ellos finalmente 58, que presentaban alguna de las variedades posibles de intervención ciudadana en su información, a los cuales se aplicó una ficha4 especialmente elaborada para discriminar, entre los medios chilenos con plataforma online, aquellos que fueran más idóneos para ser estudiados en profundidad5.

El fichaje anterior permitió confeccionar una muestra de investigación constituida por seis medios: tres chilenos, donde se privilegiaron los que recurrían a formas híbridas (aficionado + profesional), y tres internacionales, considerados de referencia, como elementos de control de la transversalidad de los parámetros propuestos.

Debían cumplir, además, con los siguientes criterios:

  • Que se autodefinieran, en su totalidad o en parte, como seguidores del periodismo ciudadano.

  • Que ofrecieran alternativas para que los ciudadanos pudieran inscribirse como proveedores de información.

  • Que tuvieran una declaración de principios con criterios editoriales exigibles a los reporteros ciudadanos.

  • Que incorporaran un filtro editorial, según condiciones establecidas y aceptadas por el ciudadano en un contrato de registro en el sitio.

  • Que en su definición editorial no presentaran ningún sesgo político, religioso o de cualquier otra índole evidente.

  • Que se publicara / actualizara con cierta periodicidad.

Todos ellos fueron sometidos a un análisis de las informaciones que entregaron en el lapso de una semana. El objetivo de este análisis fue generar las bases de una matriz que permitiera que los ciudadanos evaluaran y estructuraran sus contenidos, antes de la publicación, con fórmulas sencillas basadas en las características de calidad del método VAP6, como aportes a su mayor credibilidad y relevancia, para luego aplicar los parámetros diferenciadores definidos en la tabla 1, con las precisiones metodológicas que se explican con más detalle en la tabla 2.


Medios chilenos seleccionados

  • El Morrocotudo: primer medio autodefinido como ciudadano en Chile. Se ha desarrollado exclusivamente como un medio online y recibe materiales informativos en distintos formatos, dependiendo del tipo de noticia.

  • Canal 13, Ciudadano Reportero: espacio para participación ciudadana ofrecido en el sitio web de un canal de TV abierta, que invita principalmente al envío de videos.

  • La Tercera, 3C: sección desarrollada en el sitio web de uno de los periódicos de referencia del país, dedicada a recibir aportes tanto a través de textos informativos como fotografías.

Estos dos últimos son medios tradicionales que han buscado modos de incorporar a los ciudadanos al proceso informativo a través de sus extensiones virtuales (limitando este aporte a dichas extensiones y no a la plataforma original).


Medios internacionales seleccionados

  • OhmyNews (Corea): medio pionero en el mundo, creado para ser una plataforma explícita de periodismo ciudadano, que funciona con corresponsales y que, por tanto, tiene exigencias muy definidas (de tiempo, frecuencia, estilo, etc.). Se trata de la referencia internacional más directa para El Morrocotudo7.

  • CNN iReport (Estados Unidos): sección de la versión online de un medio televisivo muy reconocido, que recibe aportes ciudadanos en distintos formatos, principalmente sobre historias vivenciales que, editadas por el medio, resultan en unidades informativas sobre un mismo tópico. Sus características lo hacen un modelo referencial para Canal 13.

  • El País, Yo Periodista (España): sección que ofrece un espacio para que los ciudadanos desarrollen notas y envíen textos, fotos, videos y archivos sobre temas de los que han sido testigos. Tanto por su estructura como por sus contenidos establece similitudes con La Tercera.

Estos medios fueron analizados según una matriz de características que se detalla en la tabla 2.

Los siete primeros elementos de la tabla se revisaron en un análisis en profundidad, de cuyos resultados se da cuenta a continuación. Se excluyeron de ese análisis las características 8 y 9 porque fueron utilizadas como elementos de selección de los medios analizados.


Es información, no opinión. No especula

Esta característica se analiza a través de la base narrativa de los contenidos. Considera tres alternativas:

  1. Opinión: juicios de valor del autor respecto de los hechos de los que da cuenta o sobre los actores de la noticia.

  2. Especulación: deducción por parte del autor de escenarios posibles, surgidos a partir de hechos o de conversaciones con fuentes relacionadas con la información.

  3. Fáctica: el núcleo central de la información son los hechos comprobables.

Gráfico 1

La base fáctica resulta ser mayor en los medios chilenos, en tanto la tendencia internacional va hacia una incorporación de aportes ciudadanos más vinculada a la opinión, como demuestran OhmyNews y CNN iReport. El caso español de El País presenta las tres bases narrativas, con un predominio de la fáctica, lo que lo hace más similar a los medios chilenos analizados, en especial a El Morrocotudo.


Mantiene independencia personal de los hechos que relata

Varios de los medios revisados establecen, de manera explícita, algunos valores informativos que deben conducir la acción de sus colaboradores ciudadanos. Entre ellos se seleccionaron, como tendientes a promover la independencia personal de los hechos que se relatan, los siguientes requisitos: la obligación con la verdad, la precisión, la profundidad, el equilibrio, la transparencia, la independencia y el respeto de los derechos legales.

El medio en que estos valores están más explícitamente presentes es OhmyNews. Éste tiene un código de ética muy preciso, que aparte de las mencionadas incorpora otras variables profesionales, tales como la identificación como reportero, el cuidado del lenguaje y de la reputación personal, etc. CNN iReport señala la necesidad que incluir "datos" como requisito para construir una buena historia, donde también deberían incorporarse valores y actitudes profesionales. En tanto Yo Periodista de El País, en sus preguntas frecuentes, aclara que el código de ética del medio exige "que la información sea veraz, que esté redactada de manera clara y sencilla; y que no atente contra el honor de terceras personas".

La tabla 3 muestra cuántos de los seis medios analizados mencionaron explícitamente alguno de esos valores dentro de sus principios. En todos los casos se pone un especial énfasis en la protección de los derechos legales de las personas (honor, respeto a la intimidad y vida a privada, a la propia imagen, etc.). En los medios chilenos, mientras Canal 13 no hace mención explícita a ningún otro valor, los otros dos resaltan la importancia de la precisión de sus informaciones. En tanto, los medios internacionales se destacan por la importancia que le dan a la obligación con la verdad.


No pretende emitir un juicio e intenta dar un trato imparcial a los actores involucrados

Para el análisis de esta característica se definieron distintos roles que puede asumir el ciudadano en su relación con el público. Estos son:

  • Periodista ciudadano: persona que, sin preparación profesional, elabora un producto periodístico procesado, a partir de un tema que no necesariamente ha experimentado, cumpliendo con los requisitos mínimos del trabajo periodístico (incluir datos comprobables y fuentes distintas a sí mismo que entreguen información, pasando de una base narrativa de opinión a una fáctica).

  • Reportero ciudadano: es aquel que genera un producto con características periodísticas a partir de una experiencia de la que fue testigo, o tuvo conocimiento indirecto pero incorporando a éste datos comprobables que complementen o contextualicen la información más allá de las opiniones o sensaciones.

  • Testigo / Reportero: expresa su experiencia directa o de la cual recopila información proveniente de otros testigos presentes con él (testigos secundarios).

  • Testigo: es aquel que comparte una experiencia personal a través de un medio periodístico, ya sea relatando dicha experiencia o entregando la información a través de otro soporte, generalmente audiovisual. En otras palabras, es aquel que muestra lo que vio, en primera persona, sin elaborar.

  • Comentarista / Columnista: es aquel que emite dictámenes o juicios sobre un tema, para ser publicados en los espacios que el medio ofrece para tal efecto. Ejemplo, "Comentarios", blogs, etc.

  • Proponente: es aquel que conoce o ha tomado parte de algún hecho que estima de valor noticioso y lo entrega para su posterior elaboración. Para ello utiliza los espacios que el medio le ofrece, por ejemplo, secciones de denuncia o de sugerencia de temas.

Los cuatro últimos roles hacen sentir al colaborador que tiene una voz social, pero son muy bajas las posibilidades de impactar a nivel de la sociedad, o incluso de grupos pequeños.

Gráfico 2

Los medios chilenos El Morrocotudo y La Tercera incluyen una amplia variedad de roles, y el primero es el que mantiene una proporción más equilibrada entre ellos. Canal 13, en cambio, focaliza los aportes ciudadanos en dos roles: testigos de hechos y, en muy menor medida, reporteros ciudadanos. Su perfil es más similar a lo que hace CNN iReport, a pesar de que éste incorpora, en una amplia proporción, la función híbrida de testigo / reportero. Estos mismos tres tipos de roles se presentan en El País, pero en proporciones distintas. OhmyNews, en cambio, da prioridad al rol de comentarista / columnista.

Los resultados avalan este parámetro como diferenciador entre los medios, en tanto todas las alternativas se encuentran presentes en el universo estudiado. Más aún, lo hacen en proporciones muy diversas. La aparición de las formas más elaboradas, como periodista o reportero ciudadano, están presentes en todos los medios, pero es menor en los medios de soporte audiovisual (Canal 13 o CNN iReport) que en los que trabajan únicamente con aporte ciudadano (El Morrocotudo y OhmyNews). Es sólo en estos últimos, y muy incipientemente en La Tercera online, donde aparece la figura del periodista ciudadano.

Ilustra también el rango de acción del colaborador ciudadano por el tipo de aporte que entregan sus contribuciones, aunque el estilo de participación está directamente relacionado con las ventanas que ofrece el medio. Si los medios ofrecen fundamentalmente la opción de opinar a través de comentarios y blogs, por ejemplo, es lógico que comentarista, columnista y testigo tengan roles importantes.


No se trata de hacer denuncias puntuales sino de descubrir alguna realidad o verdad social

Los medios de referencia incorporan, como parte de sus instrucciones a los colaboradores, la necesidad de significación de las noticias. Es una forma de validación del criterio teórico de apuntar a descubrir una verdad o realidad social.

Esta característica se asoció a dos elementos estudiados a través del método VAP: el número de implicados en el hecho informado y la relevancia, medida a través de las consecuencias sociales del mismo. Tanto los medios ciudadanos como los tradicionales tienden a incorporar notas que tienen significación para grupos pequeños —regiones o segmentos sociales—, de escasa consecuencia para grupos nacionales o multinacionales, como lo muestran los gráficos 3 y 4. Esta característica limita la posibilidad de impacto de los aportes de las personas.

La situación presentada por los gráficos 3 y 4 indica que los contenidos producidos por ciudadanos están restringidos a grupos pequeños, tanto en los temas que tratan como en las consecuencias sociales que tienen, salvo excepciones. La mayoría del contenido está referido a lo individual o a segmentos sociales específicos. Sólo en El Morrocotudo y La Tercera aparecen consecuencias regionales. OhmyNews es el que logra mejor la incorporación de notas con consecuencia multinacional. Es también el que logra grupos más grandes de implicados en las informaciones que publica.

En ambos gráficos es destacable la labor de El Morrocotudo por la variedad de grupos que abarca y la fidelidad a su perspectiva regional, que supera el 40% de las notas.

CNN y Canal 13 son similares y congruentes con el perfil y el espacio que le han dado a la acción ciudadana: tratan temas que implican a individuos o grupos muy pequeños y con consecuencias para colectivos de similares características, lo cual apunta a una baja relevancia del aporte ciudadano en relación con la acción profesional en esos medios. La Tercera, en tanto, muestra un perfil un poco más variado que El País en ambos aspectos.


Tiene indicios de reporteo o verificación de datos

Se consideran datos comprobables todas aquellas informaciones que son potencialmente verificables por el lector. Están clasificados en tres categorías, según la presencia de elementos de contextualización que utiliza el narrador en su información:

  • Antecedentes: hechos cronológicamente anteriores al hecho que se informa, que son necesarios para la comprensión de éste.

  • Consecuencias: resultados esperados o supuestos efectos de la noticia, necesarios para su correcta comprensión (como rango de personas afectadas, tiempo de duración del efecto, impacto, resultados, etc.).

  • Hecho en sí: referentes al hecho que da origen a la noticia.

El gráfico 5 desglosa los contenidos según la presencia promedio de datos comprobables, en cifras totales y por tipo de datos. Sus cifras, parejamente bajas, dan cuenta de la importancia de aumentarlas y de incluir este aspecto para un logro noticioso efectivo del aporte ciudadano.

Resulta curioso que el promedio total de datos comprobables sea similar para todos los medios, y que el más bajo sea CNN iReport. Resalta también que todos los medios trabajan en mayor medida los antecedentes que las consecuencias e, incluso, que el hecho en sí mismo. Aunque las cifras promedio de datos comprobables sean bajas en todos los casos, es evidente el mayor uso de información dura, especialmente de contexto, en El País.


Concita el aporte de otros, agregando datos o reacciones más allá de la opinión

Para cuantificar esta característica se recurrió a la metodología establecida en el método VAP: se contó la cantidad de personas, medios y documentos citados en cada nota. Luego se calculó el uso de cada tipo de fuente, determinando los porcentajes que cada una representa con relación al total. En este caso, se midieron dos tipos de fuentes:

  • Oficiales: aquellas que corresponden a la vocería de una institución que entrega la versión oficial de un hecho:

- Gubernamentales: informan como personeros del Poder Ejecutivo de un país.

- Oficiales públicas: no son miembros del Poder Ejecutivo; informan en virtud del cargo público que ostentan.

- Oficiales privadas: informan en razón de un cargo en el sector privado o la sociedad civil.

  • Fuentes de línea editorial: aquellas que el medio busca para complementar o contextualizar una información:

- Expertas: opinan en virtud de sus conocimientos sobre un tema.

- Testimoniales: consultadas en virtud de su vinculación directa con el hecho noticioso; opinan a título personal.

- No identificadas: personas cuyo nombre no se da a conocer.

Los medios tradicionales usan al ciudadano principalmente como un aporte testimonial, es decir, opiniones a título personal, cuya principal diferencia con la fuente testimonial tradicional es que su experiencia se recoge por alguna forma tecnológica. Es lo que sucede en Canal 13, CNN iReport y El País. La excepción la constituye La Tercera online, ya que se trata de un medio tradicional que incorpora otras fuentes en su acción ciudadana.

Gráfico 6

Los que se han desarrollado como medios ciudadanos en cambio (OhmyNews y El Morrocotudo) incorporan una amplia variedad de fuentes, apuntando de mejor manera a contribuir a su peso informativo.


Escrito con un cierto estilo

Analizando los seis medios estudiados en profundidad, todos poseen un manual con instrucciones en el plano ético y técnico, sin embargo, sólo uno —OhmyNews— presenta un manual de estilo. Los medios chilenos no sólo no proveen de un manual de estilo: dos de ellos no utiliza ningún tipo de manual y sólo uno entrega algún tipo de instrucción específica a sus colaboradores, con algunas normativas respecto del reporteo básico o principios de carácter editorial.

Es indicativo de la poca sistematicidad de la función profesional en estos medios el que los manuales se refieran a aspectos técnicos o éticos, y dejen de lado las instrucciones propiamente periodísticas o incluso estilísticas.

La falta de claridad respecto del concepto con que se trabaja el aporte del público se refleja en la variedad de nombres con que los propios medios denominan esta función, sin que haya entre ellos una diferenciación expresa o conceptualmente clara. Cuatro de los seis medios seleccionados denominan sus actividades como periodismo ciudadano (El Morrocotudo, La Tercera, OhmyNews y El País), mientras que CNN iReport habla de contenido generado por los usuarios, y Canal 13 refiere su acción a lo que llama ciudadano reportero.

Cabría aquí mencionar que, en el caso de los 58 medios chilenos incluidos en el catastro, se observa que más de la mitad opta por no darle nombre (51,8%), un tercio lo denomina periodismo ciudadano (31,2%), mientras el resto se divide entre periodismo cívico (3,6%) (confundiendo los dos movimientos) o periodismo independiente (1,8%); o bien sustituye el concepto de periodismo por el de reportero, hablando entonces de reportero ciudadano (7,1%), lector reportero (1,8%) o el curioso nombre de reporteros pop (1,8%), como probable alusión a su aparición súbita y esporádica en la labor informativa.

Gráfico 7

Conclusiones

Los datos obtenidos confirman el análisis teórico en el sentido de que la aparición de los ciudadanos como emisores sociales es un fenómeno comunicacionalmente significativo, que democratiza la función informativa al abrir espacios en los medios tradicionales, o al crear nuevos medios en los que el público puede aportar directamente sus intereses o experiencias. La relevancia informativa de carácter social y mantenida en el tiempo, en cambio, dependerá de la capacidad de crear un espacio que organice su acción, que le dé un impacto social real, para grupos grandes, que impulse modificaciones en las formas político-sociales.

El periodismo evoluciona con la aparición de la acción informativa directa del testigo: hay más fuentes, obliga a una mayor precisión. Pero los datos prueban que el fenómeno está lejos aún de sustituir al periodismo tradicional en sus principales funciones. Sin embargo, los logros obtenidos por medios como OhmyNews (entre los medios extranjeros analizados) o El Morrocotudo (entre los medios chilenos) en cuanto a base narrativa, número de implicados y rol del ciudadano, indican que es posible incorporar algunos de los valores profesionales del periodismo, en su sentido tradicional de proveer información relevante para la sociedad en este nuevo tipo de medios.

Queda demostrado también que el llamado periodismo ciudadano, en su situación actual, está muy distante de lograr la función social de hacer a los ciudadanos partícipes de la modificación de su entorno social. Y muy lejos también, salvo en casos puntuales, de modificar con su acción el entorno político del cual emerge el concepto ciudadano. Los resultados de la investigación arrojaron que la gran mayoría de su acción se dirige a temas de interés personal o para grupos muy pequeños, y que las consecuencias de los hechos reportados son también para grupos pequeños dentro de la población.

Los parámetros elegidos demostraron ser eficientes para este tipo de medición, sin perjuicio de que investigaciones posteriores puedan agregar otros. Un indicador de su validez es la presencia, en todos los medios analizados, de los elementos definidos para perfilar este fenómeno como periodismo ciudadano de modo diferente a la acción de otras personas que se incorporan en las redes sociales de Internet. Este estudio demuestra también que medir su acción periodística en términos similares a la forma en que se mide en los medios tradicionales permite obtener una especie de radiografía de su acción y se convierte también en elemento directo de análisis y evaluación, así como en la posibilidad eventual de sustitución de la acción profesional de informar a través de la acción directa del ciudadano común. La diversidad de los perfiles individuales adoptados por los medios indica que aún no hay siquiera un consenso sobre las funciones que adopta la información proveniente del público, en un medio tradicional.

Los datos entregados permiten concluir, por último, que sería posible incorporar algunos criterios periodísticos al quehacer de personas que quieren dar cuenta de sus experiencias en un medio de comunicación, en la medida en que se les exijan algunas condicionantes profesionales mínimas para el proceso de recolección de antecedentes. Además, para mantener la confiabilidad y el perfil del propio medio, se necesita que la publicación que hagan esté, a su vez, mediada por una acción editorial de carácter profesional. Sin embargo, por las experiencias más recientes de OhmyNews, esta última condicionante parece un dilema de difícil solución. Por último, hay que considerar que ese requerimiento es mayor mientras menor sea la base cultural informativa que exista en un país determinado porque, en esos casos, se requiere generar adicionalmente cambios culturales respecto a la idea de lo que significa informar. Ante la carencia de esta estructura de apoyo, la acción ciudadana se expresa principalmente en comentarios, especulaciones o quejas, de menor significación informativa.



Pie de Página

2 Este movimiento surge de la protesta contra un periodismo tradicional que, según sus críticos, habría orientado su cobertura hacia las declaraciones de políticos y expertos, evitando las consecuencias que esos discursos tenían sobre la vida de los ciudadanos. Joyce Nip describe tres matrices centrales de su acción:

  1. La conexión con la comunidad: el periodista debe conocer y experimentar los problemas que la afectan e integrarlos a su medio.

  2. El vínculo con el público en cuanto ciudadano: el lector se percibe como un individuo que actúa, debate, toma decisiones y contribuye en la esfera pública.

  3. El cambio en la acción: el medio se convierte en un "organizador público" que expresa sus opiniones y que coordina debates para que actúen las autoridades políticas.

3 Todos los medios chilenos mencionados en las listas oficiales de la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), del Consejo Nacional de Televisión (CNTV), de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) y del sitio htpp://periodismociudadano.com para los medios digitales.

4 Esa ficha evaluó los niveles de participación ciudadana a través de los siguientes criterios:

Nombre usado para describir su actividad.

  • Tipo de manuales propuestos y su uso.

  • Clasificación según taxonomías.

- Tipo de medio.

- Conexión con las audiencias.

- Acción informativa.

- Motivaciones.

  • Clasificación a través de puntos de vista.

- Desde la ética.

- Desde la misión.

- Desde la narración.

- Desde la acción profesional.

5 Llamada Ficha de Evaluación de Propuesta Editorial Ciudadana (EPEC-UC) fue elaborada por el grupo de investigación del Fondo de Ciencia y Tecnología de Chile. El mismo instrumento podría aplicarse a otras manifestaciones de comunicación ciudadana, como blogs, Facebook, Youtube, etc.

6 El método VAP-UC (valor agregado periodístico) mide lo que el medio y el periodista añaden a la información que el público podría obtener directamente, a través de dos áreas: la mirada sobre el universo informativo (proceso de selección) y las formas de procesamiento que usa el periodista (proceso de creación), contenidas en una ficha que analiza 35 variables para prensa y 33 para televisión. Permite determinar la capacidad que tienen los medios de seleccionar y priorizar hechos y actores, así como de elaborar un mensaje comprensible, atractivo y contextualizado.

7 Meses después de realizada esta investigación OhmyNews cerró sus páginas. La explicación dada a través de un post, indica que han sido "víctimas de su propio éxito", ya que se han visto "desbordados por la cantidad de información ciudadana recibida, a lo que se suman las dificultades de contrastar debidamente cada uno de estos informes". Agregan: "Nos ha faltado un enfoque específico. Con reporteros ciudadanos de todos los rincones del mundo escribiendo sobre cualquier tema imaginable, se hizo cada vez más difícil cubrir historias de forma coherente". Más antecedentes en www.periodismociudadano.com/2010/08/23/



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