SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.21 issue1The 1978 World Cup in Argentina's Political Press. Between "Party," Nationalism, and Human Rights author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Palabra Clave

Print version ISSN 0122-8285

Palabra Clave vol.21 no.1 Chia Jan./Apr. 2018

https://doi.org/10.5294/pacla.2018.21.1.1 

Editorial

Breve nota sobre algunos saberes del sur

Brief Note on Some Knowledge of the South

Breve nota sobre alguns saberes do sul

Eduardo Gutiérrez


Querido Luis Ramiro:

No sé por qué razón había pospuesto esta carta durante tantos meses. Ahora que en Palabra Clave me invitan a escribir el editorial, aprovecho la oportunidad para contarte en qué andamos por acá y compartirte las inquietudes que actualmente emergen de esta investigación latinoamericana en comunicación.

Me he acordado con insistencia de tu artículo sobre la investigación en América Latina, en mis cursos de maestría lo sigo usando y sigue impactando mucho que vieras con tanta claridad la tensión constitutiva de la investigación en comunicación: inclinar la cabeza a los modos pretendidamente neutrales y dominantes (coloniales, diríamos hoy) de la ciencia o producir conocimientos amarrados al contexto cargados de ideologías y de sesgos que tú nombras como "radicalismo no riguroso". Bien sabías que era una tensión fuerte, que, como vimos, marcaría la pelea entre Verón y Mattelart. Conocimiento comprometido o ciencia objetiva.

Luis Ramiro, la duda sigue vigente, tu interrogante está presente. Raúl lo ha planteado hace poco en un artículo. La situación ha cambiado mucho. Como bien sabes, el saber de la comunicación se ha ido formalizando. Los artículos, las investigaciones y la producción del conocimiento está en manos de las instituciones, cada vez más hay que luchar por ser publicados en revistas a las que pomposamente se les llama journals y con eso ya entenderás el grado de pliegue a las demandas de los dominadores del campo. Las extensiones de los artículos se han formalizado y se estandarizan cada vez más las palabras clave, las metodologías y los abordajes conceptuales. Nada más cercano al pensar con anteojeras que tanto te preocupaba desde entonces.

Puedes creer que el ensayo, un modo de pensar y traducir procesos en retos para abordar los problemas de las realidades propias no cabe en los journals, son textos "menores".

¿Te puedo hacer unas preguntas? ¿Te definirías como investigador en las condiciones que se imponen hoy? ¿Postularías tus trabajos a una revista por la vía de revisión de pares? ¿Seguirías el formato? No, no debes responderme. Está claro para mí lo que pasaba en ese momento, como dice Raúl, para ustedes, "más que el pensamiento importaba la acción".

Pero sabes, lo que me preocupa no es tanto este camino de la investigación, ni siquiera que una parte importante de la investigación que se realiza es financiada y determinada por las agendas de los organismos internacionales y las corporaciones. Eso lo conoces bien. Ya los Ford, Rockefeller, Unesco y demás orientaban, promovían o pagaban investigación en toda América Latina desde hace años.

Lo que me preocupa, de verdad, es que por efecto de este enfoque dominante, soportado en el modo de investigar imperante, se ha creado una frontera mortal. Lo que no se hace así no es investigación y sin saberlo se ha venido despreciando un universo ancho de saberes contextuales, transformadores, para convertirlos, o en objetos de estudios curiosos, o en conocimientos que no son considerados válidos. Que el saber de lo comunicativo que no se pliega a estas reglas del pensar se asume como conocimiento menor. El sentido transformador y emancipador de la comunicación cada vez pasa menos por la investigación.

Entiendo que no debo generalizar, pero es real. Cada vez menos compromisos con la transformación, cada vez más gusto por las críticas y los sesudos análisis, por las lúcidas interpretaciones. ¿Y de la acción? Poco. No, en realidad, no debo decirlo así. Para ser precisos, más bien deba decir poco que quepa en estas anteojeras de lo que es investigación. Se queda por fuera, porque no se reduce a la epistemología dominante. ¿O debería decir ideología?

Pienso en los mil artículos y documentos que sistematizaste para ese balance de 1974, y en ellos hallaste unos modos de investigar, unos textos que podían pasar por investigaciones, pero ¿no será que el problema viene de allí, del límite que se ha definido para establecer lo que es y lo que no es investigación?

¿Y si mejor definiéramos de otro modo lo que significa investigar en comunicación? Cabrían los procesos sociales, las acciones transformadoras que realizan hoy colectivos y organizaciones por toda América Latina desde formas que superan los medios de comunicación y trazan posibilidades de lo común y de los sentidos posibles para comunidades y grupos, que pretenden cambiar el contexto, gobernar de otros modos o informar y formar de modos distintos. Claro, sería la dispersión, nada pondría el límite entre hacer e investigar.

Me he encerrado en mi planteamiento.

Pero es porque de lo que hablo no es de la investigación sino de los saberes, es decir, de aquello que permite que respondamos preguntas y resolvamos asuntos concretos que demanda la vida. Investigar no es más que uno de los diversos modos de saber.

Debo decirte que me siento en medio de una discusión con poco sentido. Sobre todo, si la reducción a investigación de los saberes que emergen dispersos en el horizonte que te he descrito no es más que la preocupación de los que parados en la academia esperan hacer de la investigación el modo de pensar por excelencia y el modo de saber "válido".

Debo confesar que me encanta la sencilla rebeldía con que estos saberes muestran poco interés por ser reducidos a investigación, y también que me incomoda la insistencia en ir sobre ellos y reducirlos a casos y rarezas formalizados por la "academia" y los investigadores. Por suerte para este último mal cada vez más estos hacedores y sabedores tienen mejores modos de evitar a los nuevos colonizadores investigadores.

Pero dirás que he perdido el hilo. Que ya me olvidé de estar haciendo el balance de la investigación que se hace por estos lados hoy y derivé en otros ámbitos. Pero no creo. Esta deriva de mi carta se justifica, y se justifica para poder decirte que aquello que tanto te ha preocupado, eso que se ha llamado de tantas maneras, pero que tiene que ver con el carácter emancipador y transformador de la comunicación sigue estando vivo y activo, que no importa mucho si se hace pasar por investigación o si se publica en los journals, que escapa de su reducción a tema de moda y a nombre de seminario. Vive entre la gente, sigue haciendo posible que se hagan libertades y justicias grandes o chiquitas; anda por ahí, mutando y bailando en carnavales y mingas, que se viste a cada rato de formas diversas de ritual y chiste, que como siempre se sigue burlando de las fronteras y de las aduanas. Como le dijiste a Mario Kaplún, "la práctica latinoamericana, la inventiva latinoamericana en comunicación horizontal, alternativa, participatoria, es la más fértil, la más grande e importante del mundo". Eso que hablamos tantas veces: acción, vida, transformación... comunicación.

Te dejo, un abrazo, y hasta la vista, Maestro.

Bogotá, 21 de septiembre de 2017. Quiya Raymi, día en que el sol cruza el ecuador del norte al sur

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons