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Historia Caribe

Print version ISSN 0122-8803

Hist. Caribe vol.9 no.25 Barranquilla July/Dec. 2014

 

Artículo de investigación e innovación

La fuga del penal de Rawson y los fusilamientos de Trelew según el diario Río Negro: tensiones políticas y operaciones discursivas*

The escape from prison in Rawson and the executions in Trelew according to the newspaper Rio Negro: political tensions and discursive operations

A fuga da prisão de Rawson e os tiroteios de Trelew segundo o jornal Río Negro: tensões políticas e operações discursivas

La fuite de la prison de Rawson et les exécutions de Trelew selon le journal Rio Negro: tensions politiques et opérations discursives

Alfredo Azcoitia**

* Este artículo forma parte del proyecto "Desarrollo regional e identidades diversas. Un estudio de la Patagonia Norte durante la segunda mitad del siglo XX", financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y la Universidad Nacional de Río Negro (Argentina). Esta publicación está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-Compartir Igual 3.0
** Ayudante de Primera de la Universidad Nacional de Río Negro (Argentina). Correo electrónico: aazcoitia@unm.edu.ar. El autor tiene el título profesional de Profesor en Historia de la Universidad Nacional del Sur (Argentina), además Becario de Posgrado de la Universidad Nacional de Río Negro (Argentina). Entre sus publicaciones recientes tenemos: "Elementos de tensión en la planificación del desarrollo hidroeléctrico en Norpatagonia: 1911-1961", en Revista de Historia Americana y Argentina, (2013) y "El diario Río Negro (General Roca) y las representaciones sobre Chile durante los primeros años de la provincia: una trama multiescalar", en Revista Pilquen, (2013). Desarrolla en sus trabajos investigaciones sobre la historia de la prensa norpatagónica.

Recibido: 31 de marzo de 2014 Aprobado: 25 de mayo de 2014 Modificado: 05 de junio de 2014


Resumen

El 15 de agosto de 1972 se fugaron del penal de Rawson (Argentina) 25 presos políticos pertenecientes a diferentes organizaciones armadas, seis lograron huir en avión hacia Chile, mientras que el resto debió entregarse en el aeropuerto de Trelew. Una semana después, los 19 detenidos fueron fusilados en sus celdas bajo el pretexto del intento de fuga. El artículo recorre las operaciones discursivas del diario Río Negro, analizando el modo en que cubrió los eventos, la forma en que caracterizó a sus protagonistas, los antagonismos que presentó, las equivalencias y desplazamientos de significados y las escenas enunciativas que construyó.

Palabras clave: prensa, discurso, Dictadura, organizaciones armadas, norpatagonia.


Abstract

The August 15, 1972 escaped from prison of Rawson (Argentina) twenty five political prisoners belonging to different armed organizations, six escaped by plane to Chile, while the rest had to surrender at the airport in Trelew. A week later, nineteen prisoners were shot in their cells under the pretext of attempted escape. The article covers the discursive operations of Rio Negro daily, analyzing how they covered events, the way he characterized his protagonists, the antagonisms that he presented, the equivalences and displacement of meanings and enunciative scenes built.

Key words: press, discourse, Dictatorship, military organizations, norpatagonia.


Resumo

A 15 de agosto de 1972 escapou da prisão Rawson (Argentina) vinte e cinco presos políticos pertencentes a diferentes organizações armadas, seis escaparam de avião para o 182 Chile, enquanto o restante tinha que ser entregue no aeroporto de Trelew. Uma semana depois, dezenove presos foram baleados em suas celas, sob o pretexto de tentativa de fuga. O artigo aborda os discursivas Rio Preto operações diárias, analisando como eles cobriram eventos, a maneira como ele caracterizou seus protagonistas, os antagonismos que ajuizadas as equivalências e deslocamento de significados e cenas expositivas construídas.

Palavras-chave: imprensa, de expressão, a ditadura, organizações militares, norpatagonia.


Résumé

15 août, 1972 évadé de la prison de Rawson (Argentine) vingt cinq prisonniers politiques appartenant à différentes organisations armées six échappés par avion au Chili, tandis que le reste est payé à l'aéroport de Trelew. Une semaine plus tard, dix-neuf prisonniers ont été abattus dans leurs cellules, sous prétexte de tentative d'évasion. L'article porte sur les opérations discursives de la daily Rio Negro, analyser la façon dont ils ont couvert les événements, la façon dont il caractérise ses protagonistes, les antagonismes qui ont déposé les équivalences et les déplacements de sens et de scènes explicatifs construits.

Mots-clés: presse, discours, La dictature, organisations armées, norpatagonia.


Introducción

El ingreso de las fuerzas rebeldes a La Habana, el primero de enero de 1959, generó un cambio en el contexto político latinoamericano del cual la Argentina no estuvo al margen. La Revolución Cubana marcó en toda América el inicio de una época caracterizada por una gran politización de su sociedad y por el convencimiento sobre la inminencia del cambio. Tan arrolladora resultaba esta fuerza que gran parte de la dirigencia política latinoamericana debió incluir en sus discursos el ideologema "revolución" para legitimarse ante su electorado. Esta época comenzó a clausurarse con el derrocamiento de Salvador Allende en 1973 y se cerró definitivamente con el inicio de la dictadura argentina en 19761. Hasta ese momento, el éxito de la vía revolucionaria había resultado aleccionadora para todo el arco político americano, para la izquierda Cuba venía a confirmar que la lucha armada era un camino posible para el cambio social; para los Estados Unidos y las fuerzas reaccionarias del continente, la isla se había convertido en una señal de alarma que evidenciaba la irrupción de la Guerra Fría en América Latina. Ante el fracaso de la Alianza para el Progreso, la vía represiva constituyó la única respuesta coherente y sistemática que pudieron urdir estos sectores ante el temor al "contagio" de la experiencia revolucionaria.

En la Argentina, la conmoción generada por el proceso cubano se solapó con la crisis abierta en 1955 tras el derrocamiento y proscripción del peronismo. La imposición de "semidemocracias" bajo la tutela militar, como fueron los gobiernos de Arturo Frondizi (1958-1962) y Arturo Humberto Illia (1963-1964), generó la configuración de nuevas articulaciones políticas que se movieron por fuera del espacio institucional2. La dictadura de Juan Carlos Onganía (1966-1970), imbuida en los preceptos de la Doctrina de Seguridad Nacional3, intentó resolver la crisis política imponiendo un shock autoritario que obturó todas las vías de negociación, tanto parlamentarias como corporativas.

En el marco de la racionalización del capitalismo argentino, funcional a los intereses del gran capital oligopólico transnacional, impuesto por la "Revolución Argentina", la restricción de la capacidad negociadora de la cúpula sindical provocó una crisis de representatividad que contribuyó al proceso de radicalización de sus bases. Obturadas las vías de participación, solo quedó la calle4. Entre fines de 1968 y comienzos de 1969 se fueron produciendo una serie de conflictos en todo el país que revelaron la creciente combatividad y politización del movimiento obrero5 y estudiantil.

Este proceso cristalizó en el estallido del "Cordobazo"6 abriendo una nueva etapa en las formas de lucha de la clase obrera argentina signada por el recurso a la violencia, tanto guerrillera como popular7. En este aspecto, James Brennan sostiene que el Cordobazo marcó un punto de inflexión generando un cambio cualitativo en la incidencia y el lugar de la violencia en la Argentina, incrementando su legitimidad en la cultura política8. Durante el período que transcurrió entre la crisis política y militar de 1969 y el retorno del peronismo en 1973 creció la aceptación social de las acciones de la guerrilla9.

La movilización popular y las acciones de la guerrilla acabaron erosionando el capital político de Onganía, sostenido a esa altura solo en la capacidad de imponer "el orden". El 8 de junio de 1970 la junta lo destituyó nombrando en su lugar a Marcelo Levingston, quien también fue removido tras otra movilización popular en la ciudad de Córdoba. Sacudido el miedo y la pasividad política, los mecanismos de dominación de la "Revolución Argentina" perdieron su eficacia. La salida política vendría de la mano del repliegue de las FFAA y la búsqueda de un nuevo equilibrio a través de la vía electoral.

El general Agustín Lanusse (1971-1973) fue el encargado de conducir la transición hacia la apertura democrática. Sostiene Alain Rouquié que consciente de las peligrosas tensiones desatadas desde 1969, Lanusse prefirió la "descompresión controlada" a la continuidad de una dictadura con imprevisibles consecuencias10. El llamado "Gran Acuerdo Nacional", impulsado por el presidente de facto, buscaba avanzar en un acuerdo político entre las FFAA y los partidos tradicionales, sobre la base de la legitimación de la Doctrina de Seguridad Nacional; la inserción de las FFAA en el futuro esquema institucional y la renuncia de Juan Domingo Perón a su candidatura, junto con la posible postulación de Lanusse.

En este escenario de negociación el líder justicialista mantuvo una táctica pendular que conjugó el apoyo a las organizaciones armadas, junto con la conformación de una herramienta electora11, que le permitiera alcanzar el poder a través de los comicios que se vislumbraban como inexorables. El viejo caudillo se mostraba renuente a asumir cualquier tipo de compromiso que implicara una condena pública al accionar guerrillero ya que su continuidad, junto a la de las luchas sindicales, erosionaba el poder de la dictadura acortando el margen de negociación de Lanusse12. En este contexto, los comicios aparecieron cada vez más como la salida de una dictadura en retroceso antes que el fruto de un acuerdo13.

La norpatagonia también fue escenario de movilizaciones de distinta naturaleza pero que fueron enmarcadas en el proceso de efervescencia social por el que atravesaba el país. A fines de 1969 y principio de 1970 los obreros de la construcción se rebelaron ante los magros sueldos y las pésimas condiciones laborales14 en las obras de El Chocón15. El conflicto no solo enfrentó a los obreros con la dictadura y las empresas contratistas, sino también con la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), poco dispuesta a apoyar un conflicto conducido por delegados que no respondieran a la dirección provincial o a la nacional. El "Choconazo" no evidenció solo las tensiones internas dentro del movimiento obrero regional, atravesado por distintas corrientes políticas, sino también la incorporación de la región a la crisis nacional derivada del golpe de 195516.

En 1969 y 1972 también se produjeron las puebladas conocidas como el "Cipoletazo" y el "Rocazo", de naturaleza distinta que la del "Choconazo" al ser movilizaciones socialmente heterogéneas que no constituyeron una impugnación a la dictadura sino que pretendieron mantener ciertos beneficios en el marco de una fuerte disputa intrarregional. En el caso de la pueblada de General Roca el diario Río Negro, cuyo director y propietario era Julio Rajneri, jugó un rol fundamental porque visibilizó y canalizó la disconformidad con las directivas provinciales dictadas por el interventor militar Requeijo.

Desde su fundación en 1912, el Río Negro había buscado constituirse en una voz influyente en la opinión pública norpatagónica17. En 1967 el diario se asumió como representante de los intereses regionales oponiéndose al proyecto de reformulación del plan Comahue18 propuesto por la dictadura de Onganía. La abierta identificación del diario con los intereses regionales altovalletanos y su cercanía a la Unión Cívica Radical lo enfrentó al general Requeijo y su proyecto político provincial. La tensión política generada durante el "Rocazo" derivó en la detención de Julio Rajneri, por expresa orden del gobernador militar. Sin embargo Lanusse intercedió para liberar al director del Río Negro, debido a que la persecución a la prensa podría llegar a empañar el proceso de apertura electoral que estaba llevando adelante.

El 15 de agosto de 1972, pocas semanas después del "Rocazo", se fugaron del penal de Rawson varios presos políticos, integrantes de las organizaciones guerrilleras Montoneros, Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ejército Revolucionario del Pueblo. De los 25 fugados, seis lograron huir hacia Chile en un avión secuestrado por compañeros que se encontraban en libertad, mientras que el resto tomó el aeropuerto de Trelew con el objetivo de negociar su rendición en presencia de un juez y del periodismo, como forma de asegurar su integridad física ante la posible represalia de las fuerzas represivas. En la madrugada del 22 de agosto, a una semana de los hechos de Rawson, los 19 detenidos fueron fusilados en sus celdas de la base Almirante Zar, bajo el pretexto de un intento de fuga. Este crimen evidenció las tensiones existentes dentro de las propias FFAA en torno a la forma de combatir a la "subversión", entre los que proponían la vía legal y aquellos que exigían "réplicas más enérgicas contra los grupos sediciosos"19.

El artículo propone recorrer las operaciones discursivas en el diario Río Negro, analizando el modo en que el influyente periódico norpatagónico cubrió los eventos de Rawson y Trelew, con el objetivo de identificar las representaciones sobre la "lucha armada" y de establecer la posición del diario frente a estos sucesos. Consideramos relevante este análisis, no solo por la gran influencia que alcanzó su discurso20 en una región que parecía inscribirse en las telúricas movilizaciones de fines de los 70, sino también porque el mismo diario se constituyó en actor político central de un movimiento que interpeló a las autoridades militares de la provincia. El corpus analizado se compone por las noticias publicadas en Río Negro durante el mes de agosto de 1972 y su abordaje se realiza empleando herramientas del Análisis del Discurso.

1. La espectacularidad de la fuga

En la confusión de un régimen autoritario con futuro incierto la actividad de los distintos grupos revolucionarios creció y sus intervenciones espectaculares se multiplicaron. Sostiene Alain Rouquié que a partir de 1971 la dictadura endureció la represión, ordenándose una verdadera guerra secreta que no se preocupó por la legalidad. Distintas organizaciones e instituciones denunciaron arrestos arbitrarios, tortura de sospechosos y desapariciones de dirigentes de extrema izquierda21.

En respuesta a la estrategia de Perón de incorporar en el Movimiento a las "formaciones especiales", la dictadura promulgó a mediados de 1971 la ley de Represión del Terrorismo (19081) instituyendo una Cámara Federal en lo Penal para juzgar exclusivamente delitos de terrorismo. Esta ley reconocía a las fuerzas armadas y a los jueces castrenses facultades para intervenir en las investigaciones de actos subversivos22. En este marco numerosos presos políticos fueron recluidos en el penal de la ciudad de General Rawson. La elección de este lugar, ubicado a pocos kilómetros de la costa Atlántica de la patagónica provincia de Chubut, se debió al convencimiento de las fuerzas represivas, que el aislamiento geográfico resultaría una garantía de seguridad ante las posibles fugas de los reclusos. Encarcelados lejos de los grandes centros urbanos los detenidos perdían conexión con sus respectivas organizaciones, facilitando la vigilancia y el control. La noticia sobre la fuga del 15 de agosto irrumpió en la escena nacional, asestando un duro golpe al capital político de las FFAA al cuestionar su imagen pública como garantes del orden.

1.1. "Los fugados"

Los presos políticos que intentaron fugarse del penal de Rawson el 15 de agosto de 1972 pertenecían a distintas organizaciones guerrilleras. Marcos Osatinsky, Roberto Quieto, Carlos Astudillo, Alfredo Elías Kohon y María Angélica Sabelli eran de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), organización que se presentó públicamente con la toma de la localidad bonaerense de Garín, el 30 de julio de 1970. A fines de los 60 diferentes organizaciones23 referenciadas en el guevarismo confluyeron en el "Ejército de Liberación Nacional"24 (ELN), estructura continental con sectores en distintos países cuyo objetivo era establecer un "foco guerrillero" rural. La ruptura con la organización central en Bolivia25, las perspectivas del triunfo electoral de Allende en Chile y los escasos logros alcanzados en Perú y Uruguay, sumieron al ELN argentino en una profunda crisis interna que desembocó en su disolución a principios de 1970. Una parte de esta organización, bajo el liderazgo de Carlos Olmedo, se propuso continuar la lucha formando las FAR. Sostiene Mora González Canosa que la experiencia del Cordobazo produjo un efecto "nacionalizador" en la estrategia de poder. La gran movilización de la clase obrera cordobesa evidenciaba que en la Argentina la lucha debía ser urbana. También provocó en los integrantes de esta organización cierta valorización de la experiencia peronista. Este proceso acabaría con la consolidación de la guerrilla urbana como estrategia central y la identificación pública con el peronismo en 197126.

Por parte del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) intentaron fugarse Mario Roberto Santucho, Enrique Gorriarán Merlo, Domingo Mena, Rubén Pedro Bonet, Eduardo Adolfo Capello, Mario Emilio Delfino, Alberto Carlos del Rey, Clarisa Rosa Lea Place, Miguel Ángel Polti, José Ricardo Mena, Ana María Villarreal de Santucho, Humberto Segundo Suárez, Humberto Adrián Toschi y Jorge Alejandro Ulla. Los orígenes de esta organización guerrillera se remontan a 1965, año de la fundación del Partido Revolucionario de los Trabajadores. Este nuevo partido, llamado a "dirigir el proceso revolucionario, expresaba la confluencia del Frente Revolucionario Indoamericanista Popular (FRIP), liderado por Mario Roberto Santucho, y Palabra Obrera, agrupación trotskista guiada por Nahuel Moreno. Para el FRIP al proletariado rural combativo, principalmente en el sector azucarero, se le contraponía un proletariado urbano sometido a la estructura sindical burocrática. Por su parte, Palabra Obrera seguía una estrategia entrista en busca de los obreros industriales que protagonizarían la "huelga general", paso previo a la revolución que derribaría el orden burgués. En el IV Congreso celebrado en 1968 se produjo una ruptura dentro del PRT, prevaleciendo la corriente liderada por Santucho que establecía la lucha armada como camino para la toma. La estrategia insurreccional basada en la "huelga general" daba paso a la formación de un ejército revolucionario preparado para afrontar una guerra prolongada. Lo urbano y rural no se piensa en términos excluyentes sino complementarios, privilegiando la actividad en los grandes centros fabriles. La lucha debía inscribirse en una estrategia regional y continental con arreglo a las condiciones particulares de cada país27. En 1970 se celebró el V Congreso, dando origen a la fundación ERP.

Fernando Vaca Narvaja, Susana Lesgart y Mario Pujadas eran miembros de Montoneros, organización de extracción peronista. Desde el año 1968 varios grupos, fundamentalmente en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, habían mantenido contactos orgánicos dando comienzo en los primeros meses de 1970 a un proceso de integración en una única organización. En estos grupos se cristalizaba un largo recorrido de militancia "de superficie" que tuvo como punto de partida el extendido ámbito del catolicismo renovador, pasando luego por una suerte de círculo político más radicalizada y vinculado al peronismo revolucionario, para finalmente derivar en el camino de la lucha armada28. Afirma Richard Gillespie que los Montoneros fusionaron la guerrilla urbana, inspirada en el foquismo guevarista, con las luchas populares del movimiento peronista. Desde su perspectiva política, en 1966 las FFAA habían lanzado una ofensiva contra el pueblo argentino, sin embargo esta sería contenida mediante la campaña agotadora que contendría al enemigo antes de llevar a cabo la contraofensiva de las fuerzas populares29.

En sus comunicados de 1970 y 1971 la organización establecía entre sus objetivos, alcanzar una patria justa, libre y soberana; el retorno de Perón y el establecimiento del "socialismo nacional". Por su parte Perón legitimaba el accionar de las "formaciones especiales" integrándolas al movimiento y avalando su lucha contra el gobierno militar30. Lucas Lanusse afirma que hasta 1973 parecía que Montoneros había acertado en cada una de sus decisiones: el inicio de la lucha armada; la estrategia de conformar una tendencia revolucionaría dentro del Movimiento y luego el giro electoralista que derivó en el triunfo de Héctor Cámpora.

El 16 de agosto de 1972 se publicó en la primera plana de los diarios argentinos la noticia sobre la fuga del penal de Rawson. Durante la semana que transcurrió entre estos hechos y los fusilamientos del 22 de agosto en Trelew, el diario Río Negro abordó la noticia con predominio de cláusulas que requerían el establecimiento de agencias reconocibles. La elección léxica de verbos como "escaparon"31 de la prisión; "coparon" un aeropuerto; "secuestraron" un avión y "retuvieron" a los rehenes, resulta una constante en las noticias publicadas sobre este tema. En pocas ocasiones el diario rionegrino recurrió a nominalizaciones32, titulares como "Fuga de la cárcel de Rawson" constituyeron una excepción, que a su vez no tendía a ocultar o matizar agencias, sino por el contrario respondía a una economía del discurso que obligaba al diario a optar por titulares más grandes resignando cantidad de palabras.

Las estrategias discursivas del diario para representar a los fugados fueron diversas pero complementarias, todas convergieron en la despolitización de los protagonistas. Una de estas estrategias consistió en recurrir a la asimilación, estableciendo referencias genéricas como "extremistas", "sediciosos", "presos políticos", "terroristas", "guerrilleros urbanos" y "subversivos", sin establecer mayores precisiones sobre sus características. También apelaron a abstracciones como "terrorismo organizado" o "elementos peligrosos"33, cosificación que al deshumanizar al destinatario irá creando las condiciones para la represión sin límites desatada tras el golpe de estado de marzo de 1976. La "fraseología" o "diccionario" que predomina en el diario sitúa conceptos semánticamente distintos en una secuencia que, al reiterarse, acabó estableciendo relaciones de sinonimia o equivalencia conformando así un ideologema34. Los significados flexibles y abiertos de las palabras se convirtieron así en concretos y particulares en contextos específicos35. Al vaciar de sentido los conceptos de "guerrillero", "terrorista", "extremista", etc., el diario los sitúa en un campo semántico cuyos contornos se definen solo en función de los opuestos legal/ilegal.

La individualización de los protagonistas a través de su "prontuario" y de la descripción de la fuga constituyó otra estrategia que reforzó estas construcciones estereotipadas. En las descripciones, que buscan un "efecto de objetividad" propio del género noticioso, se evidencia la intencionalidad al optar por expresiones como "fuertemente armados... portando ametralladoras, granadas y armas largas...".36 Jonathan Potter define estas operaciones como manipulación ontológica, entendida como toda descripción que constituye un ámbito de entidades al tiempo que evita otro37. Esta forma de abordar la noticia rehúye de los matices o caracterizaciones que den cuenta de la complejidad del momento político y de sus protagonistas, buscando fijar en los lectores la peligrosidad de estos individuos esencializados en tanto "delincuentes violentos".

Una tercera estrategia fue la deslegitimación de las organizaciones armadas como actor político al mencionarlas en cada nota precedida de la expresión "autodenominado". De esta forma las organizaciones parecían carecer de reconocimiento por fuera del que les otorgaban sus propios integrantes. En otras ocasiones se las acompañaba con el anatema "extremistas"38 que también las coloca por fuera del juego político.

En el contexto de una dictadura que endurecía la represión, el discurso que predomina en la prensa refuerza la ficción del país "legal" asediado por extremistas que quedaban por fuera del juego político. Afirma María Matilde Ollier que mientras Perón respaldaba a las organizaciones armadas, el general Lanusse promulga leyes represivas que los diferenciaba, distinguía y aislaba del resto de los actores políticos39, estrategia que queda en evidencia en el tratamiento informativo sobre la fuga.

1.2. "Las fuerzas del orden"

El otro protagonista en esta escena noticiosa fueron "las fuerzas de seguridad", colectivos también despolitizados cuya función en este campo discursivo binario, era combatir a estos "delincuentes" que respondía a la categoría difusa de "extremistas". El diario recurrió a las individualizaciones en aquellos casos que la noticia involucraba a hombres con alto rango dentro de las FFAA o pertenecientes al gobierno dictatorial, como el ministro del interior Arturo Mor Roig40 o el "presidente" Alejandro Agustín Lanusse, ubicados siempre en roles activos, ya sea siguiendo "...a de cerca las alternativas de los golpes guerrilleros" o informándose "...permanentemente..." a través de los organismos de seguridad del Estado. Ante la "agresión" el Río Negro presentaba un gobierno alerta que no solo daba respuestas militares sino también jurídicas. La primera se establece con la delimitación de una "zona de emergencia" que comprendía las ciudades de Trelew, Rawson, Dolavon y Puerto Madryn, pero también incluía operativos realizados en las provincias de Neuquén41 y Río Negro42. Para los lectores del Río Negro la noticia se desplegaba territorialmente extendiendo "el campo de operación de la guerrilla" a toda la norpatagonia. La respuesta jurídica daba cuenta de "... las actuaciones sumariales de los jueces que entienden en el caso...". Así también lo "advertían" en sus comunicados las "...autoridades militares..." afirmando que "...las fuerzas armadas no emplearían procedimientos reñidos con sus limpias tradiciones, pero serán inflexibles en la aplicación de la justicia sometiendo a los delincuentes a la jurisdicción correspondiente"43.

Amossy y Pierrot afirman que las representaciones colectivas cristalizadas juegan un papel fundamental en la cohesión del grupo y en la consolidación de su unidad, el estereotipo aparece ante todo como un instrumento de categorización que permite distinguir cómodamente un "nosotros" de un "ellos"44. En las noticias publicadas en Río Negro se definía un "nosotros" comprendido por aquellos que estaban dentro de la ley mientras que el "ellos" designaba a los grupos que habían decidido violarla por motivos que no acababan de expresarse claramente. Los esquemas clasificatorios que se ponían en juego establecían un campo binario entre dos antagonistas, los "extremistas" y las "fuerzas del orden".

El discurso de la dictadura, que en varias ocasiones se confunde con el del diario al no existir claras marcas de cita45, agregaba un elemento más a esta caracterización de los fugados y de las organizaciones a las que pertenecían. Tanto a través de "Un vocero de la casa de gobierno", como del propio ministro Mor Roig, se advertía que "El poder ejecutivo nacional no acepta mediante acción psicológica, se pretenda presentar a los protagonistas del luctuoso suceso como víctimas"46. Estas palabras se profirieron en respuesta a un telegrama cursado por el Partido Justicialista solicitando "respeto por los derechos humanos de los implicados en los sucesos de Rawson" y responsabilizando al ministro por lo que pudiera suceder con los "presos políticos" aún detenidos.

El discurso oficial evocaba la palabra de las organizaciones armadas para desacreditarlas apelando a una argumentación que se inscribía en la Doctrina de Seguridad Nacional, como lo evidencia la noción de "guerra psicológica". Esta estrategia pretendía neutralizar el discurso de los sectores cercanos a las organizaciones armadas, a través de la producción y transmisión persuasiva de una imagen negativa que deslegitimara la fuente misma de ese discurso47.

1.3. "Los testigos"

En la cobertura de esta noticia el Río Negro no solo apeló al discurso oficial y al de las organizaciones armadas, este último en tanto discurso evocado, sino también a otras voces que, con el correr de los días, fueron desplegándose sobre la superficie redaccional del diario mitigando, en parte, las representaciones de los fugados puestas en juego por el discurso dictatorial. Los testimonios de los testigos construyeron un relato desdramatizado del hecho y a la vez humanizante de sus captores.

Uno de los primeros testimonios publicados fue el del capellán de la prisión afirmando que "...los atacantes actuaron con energía pero sin pronunciar frases políticas ni producir actitudes violentas"48. Una constante en los testimonios de estos protagonistas involuntarios fue la ausencia de expresiones que dieran cuenta de haber percibido estos hechos como una situación de peligro.

En el caso de los rehenes del avión secuestrado resulta aún más claro porque no solo le restaron dramatismo sino que, a su vez, lo narraron en clave de aventura. La nota a toda página titulada: "Adquirió un cariz sangriento el dramático episodio que se vivió en el penal de Rawson"49 contrasta con el contenido de la misma, en la cual, después de informar que "Un guardia cárcel murió en el enfrentamiento", introduce los testimonios de los rehenes con afirmaciones como "...me alarmó más este accidentado aterrizaje que todas las peripecias que debimos soportar..." o "...si llegaba a capotar el jet no íbamos a poder contar nuestra aventura". Otro de los testimonios sostenía que "Todos exhibían armas largas y cortas. Se encontraban algo agitados pero en ningún momento perdieron la calma. Evidentemente habían planeado los pasos que debían seguir...". En el discurso de los testigos la acción se vuelve racional, no exenta de nerviosismo pero sin apartarse de lo prefijado. Agrega luego que "Lo que más nos sorprendió fue que quien comandaba al grupo era una muchacha de unos 25 años, morocha, enérgica y resuelta...". También resulta recurrente la apelación a la juventud como rasgo identitario, tanto para los grupos fugados como para los sectores de izquierda chilenos50 que se movilizaron en favor de otorgar el asilo político a los fugados del penal51. Marina Franco sostiene que en la doxa discursiva de 1973 existía una asociación inmediata entre juventud y violencia52.

El mismo pasajero que expresaba su asombro por el género y la juventud de quien conducía el operativo afirmaba luego que:

"...indignó que no nos dejaran descender y escapar de una posible situación violenta que podría costarnos la vida... protesté ante el hombre mayor del grupo extremista... diciéndole que me estaba aguardando... mi hijo. En forma correcta pero enérgica, me respondió: A mí hace tres años que me espera mi hijo...".

En estas palabras, cubiertas por el "efecto de verdad" que genera el testimonio de una víctima, la situación vivida no se percibe como violenta sino solo potencialmente, a la vez que entabla un intercambio "correcto pero enérgico" con uno de los "extremistas", estableciendo cierta empatía al ser ambos padres deseosos de ver a sus hijos, revirtiendo de esta forma ciertos rasgos deshumanizantes identificados en otros enunciados. Otro de los pasajeros expresó que el operativo "... se cumplió sin violencia, pues felizmente no había entre nosotros ningún policía o militar con armas, porque la muchacha y el joven que nos obligaron a quedarnos quietos apuntándonos con una pistola y una metralleta... estaban sumamente nerviosos...". En este caso vuelve a plantear que no fue violento "el operativo" y recurre nuevamente al género y la edad como rasgos identificatorios. El empleo de los términos "muchacha" y "joven" parecen restarle peligrosidad a la vez que los humaniza.

Estas declaraciones vertidas a la prensa por algunos de los secuestrados les generaron consecuencias negativas. Sostiene Tomás Eloy Martínez que el endurecimiento de la represión estatal luego de la fuga, no solo implicó un aumento del control sobre la prensa y el arresto del abogado de los detenidos, Mario Abel Amaya53, sino también la detención de algunos de los rehenes del avión secuestrado, acusados de "simpatizar con los secuestradores"54.

En numerosos titulares el diario resaltó el carácter espectacular de la fuga, restándole así dramatismo al suceso. "Una aventura inolvidable"55 se tituló la nota que narraba las peripecias de un niño de trece años que escapó de su casa y formó parte del pasaje del avión secuestrado. Las elecciones léxicas como "audaz operativo"56, "espectacular fuga"57 y "espectacular episodio"58 reforzaron claramente esa construcción de sentido. Otro ejemplo fue la noticia sobre el grupo folklórico "Los Chalchaleros", que también formaban parte del pasaje, que "...se vieron obligados a cumplir una imprevista gira"59, en esta circunstancia el empleo de la ironía matiza la gravedad y el dramatismo a la situación.

La escenografía60 en que se desplegaron los enunciados sobre la fuga recorrió tópicos propios de la crónica policial como la espectacularidad de las acciones; el carácter marginal y violento de sus protagonistas y las "fuerzas del orden" como partícipe necesario. La elección de este género resultaba funcional a la despolitización de la noticia. Al desmarcarlas de todo contexto histórico, las acciones de las organizaciones guerrilleras quedaron reducidas a la mera violencia irracional.

1.4. Una acción política

Como se ha visto hasta aquí, las voces de los fugados fueron voces evocadas, ya sea como "agentes de la guerra psicológica", "extremistas" o como "padres" que no podían ver a sus hijos por abrazar causas difusas pero encuadradas claramente fuera de la ley. Sin embargo en un caso, prácticamente una excepción, su discurso adquirió dimensión política al inscribirse en las disputas internas del peronismo:

"...trascendió que uno de los pasajeros...logró grabar parte de las manifestaciones de los extremistas durante el viaje" en la que "...los sujetos se habrían referido en términos contrarios hacia Perón y hacia los actuales integrantes del comando superior. Habrían aludido a la necesidad de un cambio de estructuras en la Argentina y a la necesidad de liquidar a sangre y fuego a sus figuras prominentes".

Bajo una modalidad61 condicional se introduce una afirmación con una densa carga política dentro de las disputas que estaban desarrollándose en el seno del peronismo. Se transcribe también partes de un comunicado "...difundido por los medios habituales de los extremistas..." sosteniendo que:

"después que nuestro movimiento y nuestro líder derrotaron al GAN, no sabemos qué nuevas trampas estarán imaginando los Rucci y los Coria, en su incansable intento de embretar en el sistema al movimiento peronista, pero sabemos que debemos luchar por el retorno del pueblo y Perón al poder y construir con él una Argentina socialista"62.

Se complejiza así esta identidad enunciativa de los "extremistas" debido a que no solo empleaba la violencia sino que esta tenía un sentido y parecía obtenerlo en el marco de la disputa política desatada dentro del peronismo. La relación entre Perón y las "formaciones especiales" no estuvo exenta de tensiones. Desde 1970 Montoneros había procurado insertarse en el Movimiento peronista aspirando a ser reconocidos como "vanguardia", en 1972 experimentó un gran crecimiento con una ascendente incidencia dentro de importantes sectores en diferentes frentes de masas63. La juventud radicalizada de clase media que ingresó al peronismo durante esos años señalaba a la burocracia sindical como una casta corrupta cuya función era reprimir y manipular a las masas peronistas desviándolas de la lucha por la liberación. Daniel James afirma que los recién llegados procuraban redefinir el peronismo en términos de un credo revolucionario que poco tenía que ver con los dirigentes sindicales tradicionales64. La lucha contra los "traidores" trasladaría los ajusticiamientos hacia el interior del movimiento65.

El 22 de agosto el Río Negro publicó un artículo que se inscribe en una identidad enunciativa distinta a las que circularon por el diario durante los días previos, abriendo un espacio de disputa por alguno de los ideologemas66 empleados hasta ese momento. Advierte Norman Fairclough sobre la necesidad de analizar las formas alternativas de nombrar y su significación política e ideológica, la disputa por el sentido de las palabras se produce en el marco de conflictos más amplios67. Afirmar que "...la fuga de los seis dirigentes políticos-militares del..."68 ERP, Montoneros y FAR "...constituye uno de los más audaces operativos de toda la historia de las organizaciones guerrilleras argentinas" implica inscribir "guerrilleros"; "presos políticos" y la propia identificación de las organizaciones, no en las equivalencias establecidas por el discurso de la dictadura, sino en un campo semántico distinto, donde lo estructurante deja de ser el par legal/ilegal para pasar al posicionamiento político. En este artículo periodístico el pedido de los detenidos por garantías deja de ser una "estrategia en la guerra psicológica" para transformarse en una posibilidad cierta, al formar parte del enunciado sin marcas de cita y sin expresiones que maticen o pongan en duda esas palabras. La nota inscribía el hecho en una genealogía de fugas famosas de "presos políticos" en las cárceles del sur, que comenzaba con el escape del penal de Ushuaia del anarquista Simón Radowitzky en 1920, siguiendo con "...los dirigentes peronistas..." que lograron escapar del penal de Río Gallegos "...donde el régimen de Pedro E. Aramburulos había confinado sin juicio". En el caso de la fuga de Rawson los evadidos, identificados por la pertenencia a sus organizaciones y caracterizados como guerrilleros, eran individualizados de la siguiente manera:

"El primero de ellos (Santucho) es caracterizado por los servicios de información como jefe político del ERP. Tiene 36 años y comenzó su carrera de revolucionario editando un pequeño periódico escrito en quechua destinado a los campesinos de su paupérrima provincia, Santiago del Estero...". "Entre las más espectaculares operaciones del ERP ...figuran el secuestro del cónsul inglés... y el robo de un camión blindado...".

En la "fraseología" o "diccionario" empleado en este artículo el "guerrillero" adquiría un espesor mayor, dejando de ser solo quien se coloca por fuera de la ley, para incorporar su contenido político expresando un camino por el que se combatía un orden considerado injusto, del cual la ley solo era una de sus manifestaciones.

2. La masacre, "una sombra en la pared"

Afirma Alain Rouquié que la dictadura había iniciado una campaña de aniquilamiento de la subversión, la cual generó el rechazo de amplios sectores de la opinión pública69. En la madrugada del 22 de agosto, a una semana de los hechos de Rawson, los 19 detenidos en la base Almirante Zar fueron fusilados en sus celdas bajo el pretexto del intento de fuga. En la entrevista realizada por "Paco" Urondo a los sobrevivientes, María Antonia Berger, Alberto Miguel Camps y Ricardo René Haidar coincidían en que los marinos estuvieron impulsados por un espíritu revanchista porque la fuga del penal de Rawson "había golpeado al enemigo donde él se sentía más fuerte"70.

La irrupción de la noticia sobre los fusilamientos amplió los espacios de análisis político y generó una profundización y extensión de la disputa por los ideologemas71 dentro de la superficie redaccional del diario.

2.1. El discurso oficial

El título de tapa "Fueron Muertos 15 presos políticos"72 y el subtítulo "La información oficial lo atribuye a un intento de fuga" comenzaron a traslucir un cambio por parte del diario, por un lado desmarcándose del discurso de la dictadura al establecer con claridad que era la versión oficial y por el otro refiriéndose a los muertos como "presos políticos". En la nota afirmaba que eran "detenidos por causas políticas" que murieron "...como consecuencia de la represión ejercida por la guardia de la base aeronaval local, al producirse, según la información oficial, un motín...". Si bien el diario estableció las agencias, no lo hizo con la misma claridad que podía observarse en el caso de la fuga, en ningún titular se responsabilizó directamente a la marina y recurrió a la nominalización o al uso de voz pasiva como estrategias de desenfatización73. Optó por titulares como: "En un confuso episodio, murieron quince personas que estaban detenidas en Trelew"74 en los que no se identifican agresores, sin embargo haber caracterizado el hecho como "confuso episodio" no responsabiliza pero tampoco exonera a las fuerzas de seguridad. Emplear "personas" para referirse a los muertos, también resulta ambiguo porque si bien oculta su verdadera condición de víctimas, pero lo menos no los culpabilizaba empleando "extremista", "terrorista", cosa que sí volverá a hacer en otros artículos.

Si bien, como ya se ha visto, el diario estableció un campo semántico común entre los términos "preso político", "extremista", "terrorista", etc., inclusive en esa "fraseología" no se asignaba el mismo valor semántico a todos los términos75, como se evidenció cuando el diario privilegió, en este contexto, emplear en sus titulares expresiones como "presos políticos" en lugar de "terroristas". En los días subsiguientes las notas referidas al hecho mantuvieron la versión oficial sin mayores cuestionamientos, empleando el eufemismo de "suceso", o de "confuso episodio", al igual que calificativos como "extremista" para referirse a los involucrados. Sin embargo, por primera vez, los hasta ahora "fallecidos", "muertos" o extremistas que "perdieron la vida" se transformaron en "víctimas"76. Este cambio implicaba la existencia de su contraparte, el victimario. En voz de un abogado de los detenidos se explicitaba la duda sobre la versión oficial argumentando que una semana antes las víctimas se habían rendido estando armados y que resultaba difícil de creer que ahora intentaran escapar inermes de "la bien defendida base naval".

Afirma Tomás Eloy Martínez que el mismo 22 de agosto la agencia oficial de noticias TELAM emitió varias versiones sobre los hechos, finalmente no se publicó ninguna porque la prensa recibió la orden de anularlas77. Esta misma agencia emitió una noticia levantada por el Río Negro y los diarios capitalinos más importantes78, detallando "los datos biográficos de los catorce extremistas abatidos a balazos, y los cinco heridos... en la base aeronaval "Almirante Zar"79. En nota a página completa el diario publicó los antecedentes policiales de las víctimas justificando implícitamente la acción perpetrada por la marina, anticipo del "por algo será". También se publicaron notas que intentaron reforzar el "informe oficial" afirmando que "La aparente tentativa de fuga ...siguió a la ocurrida el 16 del corriente en el penal de Rawson", si bien presentaba como "aparente" el intento de fuga también establecía una relación secuencial entre Rawson y Trelew que otorgaba cierto viso de verosimilitud a la versión oficial.

2.2. Irrupción de discursos que interpelan la "versión oficial"

En este contexto el diario desplegó otras voces en su superficie redaccional que asumieron una posición distinta en torno al hecho y al momento político argentino. El Frente Cívico de Liberación Nacional, en un comunicado suscrito por Héctor Cámpora, "deplora profundamente los hechos desgraciados..."80 y destaca "las consternaciones con que la República presencia actos que atentan contra principios humanos esenciales, y condena severamente que de tal manera se ensangre (sic) el país".

Por su parte, el Consejo Superior del Movimiento Nacional Justicialista sostenía que:

"Ante los deplorables sucesos ocurridos...que implican una nueva violación de derechos humanos esenciales... y teniendo en cuenta que el justicialismo responsabilizó oportunamente al ministro del interior Arturo Mor Roig, por la integridad física de los detenidos y pese a ello se ha derramado sangre en un episodio que no registra antecedentes en nuestra patria...".

El expresidente Arturo Frondizi también se pronunció condenando el hecho y manifestando que:

"...el camino de la violencia, respondiendo a la violencia, no puede sino conducirnos a los más graves enfrentamientos. La represalia, ejercida desde el gobierno o desde el llano, no da respuesta a la urgente necesidad del país de emerger de una situación especialmente grave... Antes bien, nos acerca al extremo crítico de la lucha fraticida".

Añade luego que "...el gobierno se muestra absolutamente incapaz de preservar el orden, a partir de que su propia política económico-social constituye una fórmula de violencia ejercida contra todos los sectores sociales y la propia dignidad nacional". Las palabras de Frondizi corrían el eje del conflicto hacia los problemas del desarrollo ampliando el campo semántico del concepto de violencia. Sin embargo equiparaba las dos acciones advirtiendo sobre la espiral de violencia y sindicando a las organizaciones guerrilleras como responsables de su origen.

Los tres enunciadores se identificaban con las víctimas pero solo en un plano general, condenando el hecho de sangres perpetrado contra la "Argentina", "La República" o la "Humanidad toda". No hay ningún reconocimiento en tanto miembros de las organizaciones guerrilleras por parte de estos referentes de la política institucionalizada.

También se expresaron en el diario las voces de distintas instituciones regionales. El partido justicialista neuquino calificó al hecho como "bárbaro crimen"81; mientras que el colegio de abogados de la misma ciudad afirmaba que "Cuando de hecho se asume el poder público, de hecho se ejercita y de hecho se lo justifica, no puede resultar incomprensible como también, de hecho se puede llegar a los mayores desbordes". Desde su perspectiva las FFAA estaban llevando adelante un "desesperado y empecinado intento de seguir velando por los mezquinos intereses de un reducido sector de la sociedad argentina". La UCR de la provincia de Río Negro sostenía que esos "gravísimos hechos" enlutaban "la conciencia civilizada de la República". Por su parte el radicalismo roquense repudiaba "la matanza de compatriotas...detenidos por causas políticas" y calificaba el hecho de "atentatorio contra elementales principios humanos"82.

En el diario rionegrino los estudiantes norpatagónicos fueron quienes expresaron las posturas más radicalizadas. Este sector estaba altamente politizado, una gran parte del alumnado simpatizaba o militaba en organizaciones que adherían a la ideología nacional-popular de izquierda o, en menor cantidad, a otras filiaciones marxistas en sus distintas versiones83. El Río Negro publicó que con motivo de la masacre del 22 de agosto los universitarios neuquinos realizaron un acto "en solidaridad con los compañeros guerrilleros caídos en Trelew"84. Por su parte, jóvenes del centro de estudiantes del profesorado de General Roca dieron a conocer un documento cuyo último párrafo afirmaba: "Queremos y creemos ...que el destino nacional es algo que pertenece a todos y que estas fuerzas armadas, causantes de esta injusta matanza, no tienen por qué usar de la fuerza del pueblo en contra del mismo". En la misma línea se pronunció la Juventud Peronista de Villa Regina, afirmando que "los que luchamos por una patria justicialista" repudian el asesinato de "jóvenes compatriotas" comprometidos con el destino del país.

En estos enunciados operó un corrimiento más profundo de las fronteras identitarias entre el "nosotros" y el "ellos", las víctimas de la represión se incorporan a un "nosotros" en tanto "compañeros del pueblo", es decir como miembros de un colectivo político con el que se identifica el enunciador85. Se observa en el diario que a partir de los fusilamientos fue adquiriendo fuerza y visibilidad un discurso que impugnaba abiertamente a la dictadura, el cual solo había logrado visibilidad durante la semana previa a través de las voces evocadas de los "extremistas" o de los familiares y abogados de los detenidos.

En un comunicado publicado por el diario, el comando del Tercer Cuerpo de Ejército expresaba que: "Las pérdidas de vidas humanas son siempre penosas, aunque ellas pertenezcan a delincuentes...que arman su brazo homicida para imponer por la sangre y la violencia ideas políticas que no responden a la esencia del ser argentino"86.

Agregaba luego que:

"...ninguna voz se ha levantado para señalar su pesar por el asesinato de un humilde trabajador, que cumpliendo funciones de guardiacárcel se esforzaba por proporcionar dignas condiciones de vida a su modesta familia, en lugares alejados del país. Su muerte fría, calculada, innecesaria e injusta, parece que no ha tocado la sensibilidad (de las diversas organizaciones que expresaron) pesar... por la muerte de los delincuentes, ni siquiera el tiro en la nuca que, ya muerto, se le descerrajó con sadismo que resulta difícil conjugar con la condición de mujer de la ejecutora del hecho incalificable".

La publicación del informe elaborado por el jefe del Estado Mayor Conjunto, contraalmirante Hermes J. Quijada, plasmó con toda claridad el discurso oficial en torno a los hechos de Trelew, responsabilizando de la violencia a los "agentes del odio" y su "fanática vocación de destrucción y muerte alimentada por una ideología atea y materialista, totalmente ajena a las más caras convicciones republicanas de los argentinos"87.

Estos enunciados castrenses se inscribían también en un campo binario, pero a diferencia de las noticias publicadas durante la semana previa, las referencias sobre la naturaleza política del conflicto se clarifican al centrar la disputa entre "los agentes del odio... que buscaban imponer ideas materialistas y ateas" y "los defensores del ser nacional". El oponente ya no era un delincuente difuso sino un fanático alimentado por ideas foráneas.

Por su parte la Unión Cívica Radical a nivel nacional afirmaba que "Condenamos la guerrilla, sus métodos y la filosofía que la sostiene, porque ella también cierra al pueblo el camino hacia el poder y pretende conducirnos hacia sistemas dictatoriales"88, ubicando a las FFAA y la guerrilla en un pie de igualdad, consignando luego que el partido radical:

"...tiene autoridad moral ante el país para señalar la defensa de las libertades públicas porque a través de su trayectoria sus hombres sufrieron en carne propia la persecución de regímenes de derecha, de gobiernos fraudulentos o dictaduras populistas, pero cuando le tocó gobernar lo hizo en el marco grande del respeto de todas las libertades, la declaración condena la violencia".

En esta densa trama discursiva generada en un contexto políticamente complejo, el diario fijó su posición sobre el tema en su editorial, espacio en el que los periódicos explicitan sin ambigüedad su línea política89. Allí Río Negro advirtió sobre "... las dudas que despiertan en el país la relación de los sucesos y el temor de que se trate de una acción de masiva represalia, que convertiría al hecho en un terrible crimen sin precedentes en la historia del país"90. El diario le asignó un carácter excepcional al hecho enfatizando su importancia en ese complejo presente. Sin embargo al presentar los fusilamientos como un "crimen sin precedentes" pareció condenar al olvido otros hechos sangrientos de la historia reciente, como fueron los fusilamientos perpetrados en los basurales de José León Suárez, un hito en la construcción discursiva del peronismo en general y de las "formaciones especiales" en particular.

Continúa el editorial afirmando que:

"La matanza de Trelew ocurre en condiciones muy sugestivas (...) En medio de estas circunstancias que convertían todo intento de evasión en un acto de irremisible torpeza, es natural la reserva con que se acoge la hipótesis del intento en una base aislada y con nutrido contingente de tropas custodiándola".
"La sospecha de que se trata de una represalia indiscriminada se extiende como una mancha de aceite, como una ominosa sombra en la pared que parece quebrar toda esperanza de pacificación y amenaza sumergir a la Argentina en una encrucijada peligrosa- mente imprevisible".

El editorial establecía lo inverosímil de la versión oficial e interpelaba al gobierno para que iniciara una investigación que "serviría para aventar la sospecha de que en la Argentina los presos políticos no tienen siquiera el tratamiento que los países beligerantes reservan a los prisioneros de guerra". En su crítica el diario reforzaba el supuesto de que el gobierno de Lanusse estaba del lado de la legalidad, en momentos que la dictadura estaba siendo cuestionada por sus prácticas represivas. Desde la perspectiva del diario la posibilidad que los propios militares hubieran vulnerado la ley podría desatar una espiralización de la violencia, sin establecer con precisión su origen.

Conclusión

Michel Foucault acuñó el concepto de orden del discurso para señalar que en las sociedades los discursos no circulan libremente sino que pueden 209 descubrirse condiciones que regulan su producción y circulación, a través de normas y procedimientos de control establecidas por aquellos colecti-vos con poder para hacerlo. En las sociedades de discurso los procesos de exclusión generalmente no implican la anulación del discurso del otro sino a través de los procedimientos de deslindamiento y de rechazo. El deslindamiento supone establecer una línea divisoria y de una oposición entre dos términos, uno representando la "normalidad" y otro la "anormalidad" que actúa en última instancia sobre la oposición "nosotros" y "ellos". El rechazo entraña la construcción de una imagen negativa sobre la base de unas normas o reglas que puedan hacerse o no explícitas, pero que, en cualquier caso, son evocadas91.

El 15 de agosto de 1972 se produjo la fuga del penal de Rawson, durante la semana siguiente el diario Río Negro desplegó un discurso polifónico en el que predominaron las voces oficiales (fuerzas del orden), seguidas por las de las personas involuntariamente involucradas en el hecho (rehenes). La versión sobre la fuga que fue sedimentando durante esos días se construyó con base en el establecimiento claro de las agencias, edificando una escena estructurada en función del antagonismo entre "terroristas" y "fuerzas del orden". La noticia quedó enmarcada en la crónica policial esmerilando la naturaleza política del conflicto.

El deslindamiento operó en este contexto estableciendo una línea divisoria entre legalidad e ilegalidad, principio a partir del cual se regularon y jerarquizaron los discursos publicados en el diario. Los espacios para aquellos que expresaban interpretaciones distintas a las predominantes constituyeron una excepción durante esos convulsionados días.

En el escenario abierto tras los fusilamientos de Trelew, el diario se desmarcó de las "versiones oficiales" y habilitó nuevos espacios y voces que cuestionaron a la dictadura y su "explicación" sobre la masacre. Se estableció así una fisura en el discurso dominante obligando a la dictadura a explicitar que era la garante de la legalidad, idea que antes recorría implícitamente en todas las notas. Este cambio permitió, a pesar del endurecimiento del control sobre la prensa, ampliar los espacios para la circulación de voces que inscribieron el hecho en otros marcos interpretativos e interpelaron al gobierno de facto, incluso desde posiciones que reivindicaban la lucha armada. El diario dejó así de presentar el conflicto solo en términos jurídicos para revelar su verdadera naturaleza política.


Pie de página

1 Claudia Gilman, Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revolucionario en América Latina (Buenos Aires: Siglo XXI, 2003).
2 Marcelo Cavarozzi, Autoritarismo y democracia (Buenos Aires: Ariel, 2009).
3 Desde una perspectiva que concebía al mundo en una lógica bipolar, la Doctrina de Seguridad Nacional tenía como principio rector el enfrentamiento entre el "comunismo internacional apátrida" y el "mundo occidental y cristiano". En el marco de este conflicto que se desarrollaba más allá de las fronteras estatales, las Fuerzas Armadas transformaron a la nación en "teatro de operaciones" desplegando su potencial represivo sobre el "enemigo interior", un otro ideológico que al "mimetizarse" con el resto de la población, debía ser identificado, excluido y posteriormente eliminado.
4 Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina II (1943-1973) (Buenos Aires: Emecé, 1985).
5 Pablo Pozzi y Alejandro Schneider, "Los setentistas" (Buenos Aires: Eudeba, 2000).
6 En la década del 60 la ciudad de Córdoba, una de las más importantes del país, fue acentuando su perfil industrial, fundamentalmente a través de la instalación de terminales automotrices. Como reacción al ajuste económico y a la política represiva de la dictadura, en mayo de 1969 se produjo un paro activo convocado por los poderosos sindicatos de SMATA y Luz y Fuerza. A esta convocatoria se sumaron los sectores estudiantiles y los empleados de comercio dando lugar a una de las movilizaciones más importantes de la historia argentina. El "Cordobazo" representó un quiebre en la vida política al poner en evidencia la vulnerabilidad del poder de la dictadura.
7 Pablo Pozzi y Alejandro Schneider, "Los setentistas".
8 James Brennan, "El Cordobazo" (Buenos Aires: Sudamericana, 1996).
9 Hugo Vezzetti, Sobre la violencia revolucionaria (Buenos Aires: Siglo XXI, 2009).
10 Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina, 289.
11Conformará el Frente Cívico de Liberación Nacional integrado por el Justicialismo, el Movimiento de Integración y Desarrollo, la Democracia Cristiana y los conservadores populares.
12 César Tcach, "Golpes, proscripciones y partidos políticos", Nueva Historia Argentina. Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976). Tomo IX, Director Daniel James (Buenos Aires: Sudamericana, 2007).
13 Carlos Altamirano, Bajo el signo de las masas (1943-1973). (Buenos Aires: Emecé, 2001), 126.
14 Los obreros no solo habían cobrado menos dinero del acordado, en el transcurso del primer año de obra perdieron la vida ocho trabajadores debido a la absoluta ausencia de medidas de seguridad.
15 El Chocón es una represa hidroeléctrica que comenzó a construirse a fines de la década del 60 para aprovechar el potencial energético de los caudalosos ríos de la norpatagonia argentina.
16 Enrique Mases, Gabriel Rafart, Daniel Lvovich y Juan Quintar, El mundo del trabajo en Neuquén 1930-1970 (Neuquén: Educo, 1998).
17 Martha Ruffini, "Autoridad, legitimidad y representaciones políticas. Juegos y estrategias de una empresa perdurable: Río Negro y La nueva Era (1904-1930)", Pasiones sureñas. Prensa, cultura y política en la frontera norpatagónica. Directora Leticia Prislei, (Buenos Aires: Prometeo, 2001).
18 Esta reformulación privilegiaba a la ciudad de Bahía Blanca como polo de desarrollo en detrimento de Neuquén y Río Negro.
19 María Matilde Ollier, "Perón y las fuerzas armadas", en Perón del exilio al poder. Samuel Amaral y Mario Ben Plotkin (comp.), (Buenos Aires: Cántaro Editores, 1993), 250.
20 Hasta el año 1970 el Río Negro fue el único diario que circuló en la región norpatagónica llegando a una tirada de 17.000 ejemplares.
21 Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina.
22 María Matilde Ollier, "Perón y las fuerzas armadas", 243.
23 Una de estas corrientes estuvo integrada por antiguos militantes del Partido Comunista que en los primeros años de la década del 60 formaban parte de los grupos disidentes del partidos por su convicción en la "vía revolucionaria" y el rol fundamental de la lucha armada. Un segundo grupo se conformó con militantes que abandonaron la Federación Juvenil Comunista en 1966 con la idea de sumarse a algún proyecto liderado por Guevara. El último grupo inició su militancia a comienzos de los 60 en el MIR-Praxis orientado por Silvio Frondizi. Un desprendimiento de este espacio se integró en el denominado Tercer Movimiento Histórico, que influido por el nacionalismo popular afirmaban que la revolución requería de un golpe militar de base popular. Tras perder sus esperanzas en la dictadura de Onganía adoptaron como estrategia la formación de un "ejército popular". González Canosa, Mora "Tras los pasos del "Che": grupos, estrategias y debates en la gestación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (1966-1970)" PolHis;: (Mar del Plata, Año 2012, 122-132).
24 Relanzado a mediados de 1968, luego de la muerte del "Che", bajo la jefatura de Álvaro "Inti" Peredo.
25 El detonante de esta ruptura fue las diferencias políticas que surgieron luego de la dura represión contra la guerrilla boliviana y del asesinato de "Inti" Peredo.
26 Mora González Canosa, "Tras los pasos del "Che".
27 Vera Carnovale, Los combatientes. Historia del PRT-ERP (Buenos Aires: Siglo XXI, 2011).
28 Lucas Lanusse, Montoneros. El mito de sus 12 fundadores (Buenos Aires: Vergara, 2005).
29 Richard Gillespie, Soldados de Perón (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2008).
30 María Matilde Ollier, "Perón y las fuerzas armadas".
31 "Fuga de la cárcel de Rawson", Río Negro, General Roca, 16/08/1972, 1.
32 Jonathan Potter define la nominalización como una técnica para categorizar acciones y procesos que permite al hablante o escritor evitar pronunciarse sobre la responsabilidad de una historia concreta. Ver Jonathan Potter, La representación de la realidad. Discurso, retórica y construcción social (Barcelona: Paidós, 1998), 232.
33 "Fugaron presos políticos de la cárcel de Rawson", Río Negro, General Roca, 16/08/1972, 18.
34 El ideologema, máxima subyacente al desarrollo argumentativo de un enunciado, toma cuerpo en formas cristalizadas, cercanas al estereotipo. No es necesariamente una locución única, sino un complejo de variaciones fraseológicas, una pequeña nebulosa de sintagmas más o menos intercambiables, en Marc Angenot, El discurso social (Buenos Aires: Siglo XXI, 2010), 70.
35 Jonathan Potter, La representación de la realidad, 98.
36 "Se entregaron en Chile los que lograron huir en avión", Río Negro, General Roca, 18/08/1972, 5; "Chile: los extremistas están a disposición de la Suprema Corte", Río Negro, General Roca, 18/08/1972, 7; "Se conocen algunos detalles acerca de la fuga de extremistas de Rawson", Río Negro, General Roca, 19/08/1972, 4
37 Jonathan Potter, La representación de la realidad, 235
38 "Luego de trece horas retomaron el control del penal", Río Negro, General Roca, 18/08/1972, 4.
39 María Matilde Ollier, "Perón y las fuerzas armadas", 243.
40 En el marco del proceso de "apertura" y del Gran Acuerdo Nacional que pretendía impulsar, Lanusse nombró como ministro del interior al radical Arturo Mor Roig. La presencia de un civil "a cargo" de la seguridad interior reforzaba la imagen de legalidad e institucionalidad que pretendía transmitir la dictadura.
41 "Fugaron presos políticos de la cárcel de Rawson", Río Negro, General Roca, 16/08/1972, 18
42 "Intensa persecución de extremista en Río Negro", Río Negro, General Roca, 18/08/1972, 4; "Capturaron en Vintter a los prófugos de Rawson", Río Negro, General Roca, 19/08/1972, 24.
43 "Rawson: vastos operativos en busca de extremistas", Río Negro, General Roca, 21/08/1972, 24.
44 Ruth Amosh y Herschberg Pierrot, Estereotipos y clichés, 49.
45 Calsamiglia y Tusón Valls sostienen que los locutores pueden inscribirse en su texto de varias maneras, ninguna de ellas exenta de significación en relación con el grado de imposición, de responsabilidad (asumido o diluida) o de involucramiento (con lo que se dice o con el interlocutor). Ver en Helena Calsamiglia Blancafort y Amparo Tusón Balls, Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso (Barcelona: Ariel, 1999), 138-141.
46 "Aclaración de Mor Roig", Río Negro, General Roca, 18/08/1972, 7.
47 Luisa Martín Rojo, "El orden social de los discursos". Discurso 21/22 (1997).
48 "Fugaron presos políticos de la cárcel de Rawson", Río Negro, General Roca, 16/08/1972, 18.
49 Río Negro, General Roca, 16/08/1972, 3.
50 La fuga también provocó una gran tensión diplomática entre el gobierno democrático de la Unidad Popular (1970-1973) y la dictadura argentina. El presidente Salvador Allende se encontraba presionado por parte de la izquierda chilena que le exigía otorgar asilo político a los fugados mientras el arco conservador buscaba imponerle la extradición de los "aeropiratas". Finalmente, luego de conocerse la noticia de los fusilamientos del 22 de agosto, Allende permitió que los "asilados políticos" pudieran viajar hacia Cuba.
51 "Chile: los extremistas están a disposición de la suprema corte", Río Negro, General Roca, 18/08/1972, 7.
52 Marina Franco, Un enemigo para la nación (Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2012), 205.
53 El abogado Amaya fue quien acompañó, junto al juez de la causa, hasta la base Almirante Zar a los detenidos que se entregaron en el aeropuerto.
54 Tomás Eloy Martínez, La pasión según Trelew (Buenos Aires: Alfaguara, 2009).
55 "Una aventura inolvidable", Río Negro, General Roca, 16/08/1972, 18.
56 "Hay 25 detenidos por la fuga de extremistas del penal de Rawson", Río Negro, General Roca, 18/08/1972, 1.
57 "Chile: los extremistas están a disposición de la Suprema Corte", Río Negro, General Roca,18/08/1972, 7.
58 "Chile: Allende afronta una difícil situación", Río Negro, General Roca, 19/08/1972, 1.
59 "Adquirió un cariz sangriento el dramático episodio que se vivió en el penal de Rawson", Río Negro, General Roca,18/08/1972, 3.
60 Dominique Maingueneau distingue tres tipos de escenas, una de ellas es la "escenografía", entendiendo por esto que la enunciación, en su devenir, se esfuerza por poner progresivamente en funcionamiento su propio dispositivo de habla. La escenografía legitima un enunciado que, a su vez, debe legitimarla y establecer que esa escenografía de donde provienen las palabras es justamente la requerida para enunciar de modo adecuado. Ver en Dominique Maingueneau, ¿"Situación de enunciación" o "situación de comunicación"?, Revista electrónica Discurso.org Año 3 Número 5 (2004).
61 La modalidad afecta lo dicho añadiendo la perspectiva desde la cual el locutor considera el contenido de lo que dice... remite a la relación entre el locutor y el enunciado... y con sus interlocutores. Se refieren al acontecimiento enunciativo y corresponden a la relación interpersonal y social. Ver María Martha García Negroni y M. Tordesillas. La enunciación en la lengua (Madrid: Gredos, 2003).
62 "Se conocen algunos detalles acerca de la fuga de extremistas de Rawson", Río Negro, General Roca, 19/08/1972, 4.
63 Lucas Lanusse, Montoneros. El mito de sus 12 fundadores.
64 Daniel James, "Sindicatos, burócratas y movilización" en Nueva Historia Argentina. Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976). Tomo IX. Dirección Daniel James (Buenos Aires: Sudamericana, 2007, 117-168).
65 Carlos Altamirano, Bajo el signo de las masas (1943-1973).
66 Angenot define los ideologemas como pequeñas unidades significantes dotadas de aceptabilidad difusa en una doxa dada, también habla de la capacidad que tienen algunos de mutación y reactivación. Ver El discurso social, 25.
67 Norman Fairclough, "Discourse and social change" (London-New York: Routledge, 1992).
68 "Repercusiones internacionales de la fuga del penal de Rawson", Río Negro, General Roca, 22/08/1972, 8.
69 Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina II (1943-1973). (Buenos Aires: Emecé, 1985).
70 Francisco Urondo, "La patria fusilada" (Buenos Aires: Libros del náufrago, 2010).
71 Sostiene Marc Angenot que en un estado del discurso social, el ideologema no es monosémico o monovalente; es maleable, dialógico y polifónico. Su sentido y aceptabilidad resultan de sus migraciones a través de las formaciones discursivas e ideológicas que se diferencian y se enfrentan. El sentido se realiza en las innumerables descontextualizaciones y recontextualizaciones a las que se lo somete.
72 Río Negro, General Roca, 23/08/1972, 1.
73 Theo van Leeuwen, Discourse and Practice. New Tools for Critical Analysis (Oxford Scholarship Online, 2008).
74 Río Negro, General Roca, 23/08/1972, 3.
75 En este punto resulta relevante la afirmación de Van Dijk en torno a la inexistencia de sinonimias exactas. Teun Van Dijk, Ideología y discurso. Una introducción multidisciplinaria (Barcelona: Ariel, 2008).
76 "Murió otro de los detenidos políticos heridos en Trelew", Río Negro, General Roca, 24/08/1972, 3.
77 Tomás Eloy Martínez, La pasión según Trelew, 152.
78 Mientras que el diario Clarín tituló ese mimso artículo con un lacónico "Los Muertos", La Nación explicitó su acuerdo con la versión oficial titulando "Antecedentes de quienes iban a huir de la base naval".
79 "Antecedentes de los extremistas que protagonizaron el episodio", Río Negro, General Roca, 23/08/1972, 5.
80 "En un confuso episodio, murieron quince personas que estaban detenidas en Trelew", Río Negro, General Roca, 23/08/1972, 3.
81 "Repercusiones de los sucesos en Neuquén y en Roca", Río Negro, General Roca, 23/08/1972, 4.
82 "Agrupaciones políticas y entidades de R. Negro y Neuquén dieron declaraciones", 26/08/1972, 18.
83 José Echenique, "El movimiento estudiantil universitario del Comahue, 1970-1976", Sujetos Sociales y Política. Historia reciente de la Norpatagonia Argentina. Coordinación Orietta Favaro (Neuquén: La Colmena).
84 "El gobierno reiteró su propósito de institucionalizar la República", Río Negro, General Roca, 23/08/1972, 4.
85 En junio de 1972 varios estudiantes neuquinos habían sido detenidos luego de las protestas por el asesinato de un estudiante salteño en la represión contra los universitarios de Tucumán. Días después se conformó la multisectorial Frente de Lucha por la Liberación de los Presos Políticos. En julio se desató el "Rocazo" que también contó con participación del estudiantado. Ver: José Echenique "El movimiento estudiantil.
86 "Murió otro de los detenidos políticos heridos en Trelew", Río Negro, General Roca, 24/08/1972, 3.
87 El gobierno informó sobre los episodios ocurridos en Trelew", Río Negro, General Roca, 26/08/1972, 14.
88 "Reacciones por el sangriento episodio de Trelew", Río Negro, General Roca, 24/08/1972, 4 y 5.
89 Hector Borrat. El periódico, actor Político (Barcelona: Gustavo GiliPili, 1989).
90 "La sombra en la pared", Río Negro, General Roca, 24/08/1972, 10
91 Luisa Martín Rojo, "El orden social de los discursos", 17.

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