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Historia Caribe

versão impressa ISSN 0122-8803

Hist. Caribe vol.10 no.26 Barranquilla jan./jun. 2015

https://doi.org/10.15648/hc.26.2015.1 

DOI: http://dx.doi.org/10.15648/hc.26.2015.1

Presentación

Hacer un viaje por los canales en la historia de España y América es una travesía en el tiempo y en el espacio, y este recorrido invita a descifrar el territorio. Los canales son un paisaje, el cual se construye por el vigor del trazado, el rigor de sus alineamientos, las actividades que engendran, pero también nos son intelegibles por la aprehensión de los campos de donde drenan sus productos, de las industrias que conectan, de las ciudades que alimentan. Podemos distinguir tres casos bien diferenciados: los canales de irrigación, la canalización de ríos y los canales de derivación navegables. Los primeros tienen un origen inmemorial. Los historiadores concuerdan en hacerlos aparecer en la Italia del Norte y en los Países Bajos a fines de la Edad Media. Las presas y esclusas sobre los ríos constituyen sus principios. Luego aparecen los canales navegables como simples derivaciones de un río sobre otro que forma parte de la misma cuenca.

Ver el paisaje de los canales, seguir su historia, comprender su razón de ser, motiva esta publicación. La periodización es abierta, no solo nos limitamos a la etapa de las invenciones realizadas durante el siglo XVII, o a la de los proyectos y los sistemas del Siglo de las Luces, ni tampoco al siglo de la industria y de la construcción de canales, ni al siglo de su desarticula ción y de incertidumbres que marcan el siglo XX. La invitación es abierta al tiempo y al espacio. Lo mismo analizamos los canales prehispánicos que habían construido las civilizaciones mesoamericanas, que las acequias maestras introducidas por los ingenieros militares españoles en la Nueva España durante la Colonia, que los canales de Sonora o los de Brasil, o bien los canales de riego en Piñana y Fontanent en Cataluña desde la antigüedad al día de hoy.

Intentamos evocar a través de ese viaje por los canales, no solo las vías navegables e irrigables proyectadas o realizadas sino también la historia de los paisajes recorridos, la constitución del territorio, la relación de los canales con las ciudades y con el campo, su contexto político, económico, artístico, sus preocupaciones específicas, su percepción por los contemporáneos.

Tomando en cuenta las inversiones necesarias para su realización, sus problemas financieros son casi irresolubles antes de la creación de compañías bancarias o de bancos en el siglo XIX. La escasez del crédito siempre hace dudar de la terminación de las obras, la larga duración de estos trabajos remite a un futuro incierto la esperanza de obtener beneficios. El empresario prefiere, muchas veces, dejar al Estado la realización de obras con un futuro incierto.

Para los hombres políticos los riesgos son parecidos pero emprenden la tarea motivados por las ventajas comparativas que les ofrece la construcción frente a regiones enemigas que no gozan de las ventajas de interconexión y riego por canales. Los únicos que no dudan un momento son los ingenieros que lanzan sus proyectos pero no sus capitales. Por ello la historia está plagada de proyectos de canalización no siempre llevados a buen puerto.

Lo que aquí estudiamos, en suma, es la capacidad de los canales de vertebrar el territorio al que afectan, marcando el devenir histórico de sus tierras; su capacidad de alentar el desarrollo de la ingeniería con los retos técnicos y tecnológicos que tuvieron que tratar de resolver a lo largo del tiempo, contribuyendo a crear, de paso, múltiples ejemplos de arquitectura hidráulica no siempre comprendida y a consolidar una forma de pensar la ciencia. Incluimos en el estudio de los canales también los artefactos hidráulicos sobre los que deben proponerse medios de protección a fin de preservar el paisaje y su rico patrimonio cultural. Estudiamos, en suma, los actores, los paisajes, los proyectos y las realizaciones de canales.

Además, cuando abrimos una ventana al paisaje, el desafío es estudiar el medioambiente que lo rodea. Aquí es necesario mencionar que todavía la exploración del paisaje y los cambios territoriales apenas empiezan a explorarse en la historiografía latinoamericana y por eso agradecemos a la revista Historia Caribe que nos haya dado esta oportunidad. En muchos trabajos todavía el espacio y la naturaleza se contemplan, en términos generales, como algo inmóvil, en medio de procesos sociales dinámicos. Si la historia era una ciencia centrada en el estudio del cambio, esa naturaleza, en tanto pasiva e inmutable, no tenía cabida como objeto de investigación.

En esencia se trataba al medio en su faceta arcadienne, que considera al hombre como una parte de la armonía del mundo alentándolo al amor y al respeto por la naturaleza. Sin embargo, pronto Alfred Crosby nos mostró que esta armonía era solo aparente y que también existía una ecología imperialista que intenta crear un mundo instrumental con el fin de explotar sus recursos en beneficio del hombre. Al mostrárnoslo, el medioambiente se convirtió en un factor que había que tomar en cuenta. A partir del acercamiento medioambiental estudiamos la relación bidireccional que el hombre establece con su medio, las tecnologías que emplea para transformarlo, los modos de gestión del medio y sus orientaciones productivas. Por ello los canales nos sirvieron para estudiar estas transformaciones ambientales y territoriales, pero la historia ambiental, como la presentan Juan Juárez y Humberto Urquiza en esta revista, nos permite acercarnos al bosque mexicano y a sus transformaciones.

No nos queda más que invitar al lector a viajar por los paisajes español y latinoamericano mirando esa relación paisajística que se aprecia en las formas que los canales y los bosques hacen hablar a nuestros sentidos y a nuestra vista. Parafraseando a Augustín Berque, querer conocer nuestra razón paisajística, tanto como la de otros medios, es querer manejar de una mejor manera las motivaciones que nos impulsan a transformar el paisaje, es querer acondicionar nuestro mundo con más medida, con más razón; es lo que nos hace amar y comprender nuestro entorno. Canales, paisaje y medioambiente es una propuesta y una invitación a la lectura.

Alejandro Tortolero Villaseñor
Editor Invitado
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (México).
Correo electrónico: tortoleroalejandro@yahoo.com