INTRODUCCIÓN
Durante la segunda mitad del siglo XVIII se produjo un crecimiento muy importante en el comercio de la Región Río de la Plata. La salida de metales preciosos y derivados del vacuno, en particular cueros, alcanzó cifras mucho más altas que en las décadas previas1. Este crecimiento, sumado a reformas institucionales que lo acompañaron y a un incremento de la población, provocaron un aumento del mercado inmobiliario y la expansión de los rioplatenses hacia otras facetas comerciales nunca antes exploradas por los habitantes de esos territorios.
Los análisis del comercio ultramarino se centraron en establecer como mecanismo de enriquecimiento de los comerciantes el intercambio de metales preciosos por mercancías europeas, entre el 8% y 10% de los metales que se enviaron quedaba en manos del comerciante local como comisión2. ¿Esto quiere decir que no hay comerciantes locales que operan por cuenta propia al menos en alguna proporción de su giro? En este trabajo se analizará la salida de metales preciosos y cueros durante las últimas décadas del siglo XVIII con el objetivo de comparar la acumulación de metálico que generó a nivel regional y, en particular, en los comerciantes estas actividades.
La hipótesis de este artículo es que el enriquecimiento de los comerciantes rioplatenses se produjo en gran parte a partir del incremento de la salida de cueros. Hubo una triangulación, ya que por las mercancías que ingresaban desde la península española se enviaban cueros y hacia el interior de América se intercambiaban esas mercancías por metales preciosos3. Esos metales preciosos se acumularon en la Región Río de la Plata y en los comerciantes que participaron de esta actividad.
Este trabajo se encuentra dividido en cinco apartados, el primero se encuentra dedicado a analizar brevemente la conceptualización de la Región Río de la Plata. La segunda, a los antecedentes sobre el análisis de las mercancías por el complejo portuario rioplatense. El tercer apartado aborda el tratamiento de las fuentes y el abordaje metodológico. En el cuarto apartado se profundizará en las cifras de salida de los metales y cueros. En el quinto se desarrollará una aproximación a las ganancias que representaba el intercambio comercial por metales preciosos y por cueros.
I. LA REGIÓN RÍO DE LA PLATA
La región Río de la Plata, que constituye el marco de nuestro estudio ha sido definida por Fernando Jumar como "un espacio acuático y térreo, articulado por un complejo portuario, sin solución de continuidad a la hora de analizar los campos de fuerzas económicas que lo integran hacia dentro o de seguir el rastro de las que lo vinculan con otros espacios económicos"4. Para definir la región, el autor parte del análisis de la circulación mercantil, utilizando el concepto de Françoise Perroux. En este sentido, propone definir la Región Río de la Plata como un espacio económico homogéneo. Este concepto, le permite abordar los flujos mercantiles sin las restricciones de los límites políticos y destacar el hecho de que la circulación interna es mayor que los intercambios con otros espacios. Además, la particularidad de ser homogéneo, implica que la región como un todo se pueda transformar en un polo de atracción de un espacio mayor5.
Una de las particularidades de la región estaba dada por la presencia del complejo portuario que articulaba los distintos circuitos mercantiles que la atravesaban. El complejo portuario, en su momento de mayor extensión (entre 1730- 1820), estuvo conformado por la ciudad de Buenos Aires, las ciudades puertos de Colonia do Sacramento y Montevideo, los apostaderos secundarios de Maldonado, Ensenada de Barragán y atracaderos con mayor o menor estructura y tránsito. Jumar señala que fue el comercio ultramarino lo que puso en movimiento las fuerzas que generaron el complejo portuario en torno del cual se articuló la región6.
II. ANTECEDENTES
El análisis y reflexión sobre las formas que adquirió la economía de fines de siglo XVIII y cuáles fueron sus actores más importantes acompañó las preocupaciones de la historiografía desde sus mismos orígenes. La piedra fundacional que supuso Bartolomé Mitre 7 (1927) con su Historia de Belgrano, dio cuenta de este proceso, dividiendo a los grupos económicamente más importantes entre aquellos que estaban de acuerdo con la continuación del monopolio y los que consideraban fundamental un cambio orientado hacia el librecambio. Parte de considerar una nación argentina liberal oprimida por una España colonialista, siendo el objetivo de su estudio el revalorizar los supuestos valores argentinos y su destino inexorable.
Al calor de la renovación historiográfica que acompañó el regreso de la democracia en 1983, han aparecido varios trabajos relevantes que toman como punto de partida los planteos de Tulio Halperín Donghi. Como sostiene Raúl Fradkin este historiador registró procesos que habían pasado inadvertidos para la historiografía como "...el carácter mercantil/ Burocrático de la élite tardocolonial porteña, la importancia del comercio y la exportación de plata, la presencia de la agricultura"8.
A partir de entonces, el enfoque analítico se sitúa en la circulación. Juan Carlos Garavaglia y Jorge Gelman (1998), plantean que si bien los grandes propietarios tenían un rol importante ya que ocupaban gran parte del territorio, eran modestas sus explotaciones y "Sin duda que la elite colonial hay que buscarla en otro lado, no en la campaña. Hay algunas grandes estancias propiedad de unos pocos miembros de la elite porteña, pero resulta evidente -analizando las actividades de estos personajes- que su pertenencia a la elite no se fundaba en su actividad agropecuaria, sino en el comercio y en su participación en el poder político, siendo en todo caso la actividad rural un complemento a la diversificación de sus actividades principales"9.
Esta interpretación plantea que los comerciantes que intercambiaban metales por las mercancías provenientes de la península española era el sector más importante, estando atados a este sistema por las características mismas de la dominación colonial ".puesto que la Corona española por un lado y los comerciantes metropolitanos por el otro exigen que los pagos que se les efectúan (sea en concepto de diferentes impuestos para el primero o como pago de las importaciones para los segundos) sean sobre todo en moneda metálica y en particular en buena moneda10.
En la misma línea, Zacarías Moutoukias establece que la rentabilidad de los intercambios de las mercancías europeas se negociaba a cambio de metales preciosos y los cueros no tuvieron casi lugar en las transacciones. En este sentido plantea que la salida de cueros está supeditada a la necesidad de lastre de las embarcaciones, aseverando que "...es obvio que la relación valor- volumen hacía que la carga de cueros de un navío nunca podía cubrir mas del 20% de lo que ese mismo navío había importado"11. Pese a ello, sostiene, si fue importante el crecimiento de la salida de cueros a nivel regional y la política de la Corona fue favorable a los habitantes del Río de la Plata que se encontraban vinculados a la producción y comercio de los cueros.
Fernando Jumar sostiene que la importancia de la salida de cueros en relación a los metales preciosos no ofrece comparación ya que los primeros eran una producción y comercio netamente regional mientras que los segundos se basaba en una recolección a partir del comercio interno de gran parte de los territorios americanos. Por lo tanto, que un cuarto o tercio de la salida sean cueros, da cuenta de la importancia que tuvo en cuanto al desarrollo regional. Como planteó Jumar, existió una diferencia muy importante entre la salida de metales preciosos y los cueros, ".en los análisis de esas exportaciones se suele poner al mismo nivel los metales preciosos y los cueros, olvidándose que los primeros son testimonio de transacciones entre un complejo rosario de economías regionales entrelazadas y parcialmente superpuestas unas con otras y, los segundos, dan cuenta de la principal actividad productiva de una de esas economías y que su comercialización indirectamente se vincula a las dinámicas del polo Lima-Potosí"12.
En este contexto, nuestro análisis gira en torno a plantear que el incremento de la salida de cueros hizo posible una mayor monetización de la población regional, aumentando, entre otros, el mercado inmobiliario, la compra de navíos y el envío de embarcaciones hacia África en busca de esclavizados.
III. FUENTES Y METODOLOGÍA
En el presente trabajo, para llegar a las cifras del comercio ultramarino y los actores que intervinieron, se procesaron las salidas de metales preciosos y cueros para las últimas décadas del siglo XVIII.
Varios historiadores han dado cuenta que las fuentes que permiten realizar series para el período 1779-1809 son fragmentarias y se produce, en general, un corte abrupto de ellas en 179613. Con estos recaudos se realizó la búsqueda de las fuentes para hacer la serie. Indagamos en documentos que daban cuenta del comercio de Buenos Aires y Montevideo en forma separada. Ahí comencé a trabajar con las notas de aduana, las cuales son documentos que escribieron aquellos actores con el fin de poner en circulación determinados bienes, quedando en el lugar de origen y entregándose la guía de aduana que era el documento que se enviaba con la mercancía en cuestión. Como ya ha desarrollado Fernando Jumar para el caso de Buenos Aires, las notas de aduana se generaban cuando un particular (persona física o moral) se dirigía a la autoridad recaudadora local para comunicar su decisión de enviar fuera de la jurisdicción cualquier tipo de bien. La nota original era utilizada por los funcionarios para aforar los bienes y aplicar las tasas correspondientes, transformándolas así en base de las guías de aduana y de los asientos de los diversos libros de la administración. Luego se generaba una copia (la guía) que debía ser entregada en el destino, lo que daba lugar a nuevos gravámenes y el envío al origen de un documento -la tornaguía- en donde se anunciaba la entrada de los bienes, el pago de los gravámenes correspondientes y el fin de la circulación prevista14. Esta información era pasada "en limpio" en un cuaderno con casi toda la información y finalmente a los libros de la administración de la Real Hacienda. Para este caso, trabaje con las notas de aduana y con el primer libro, específicamente el apartado del impuesto Ramo de Guerra.
Para extraer los datos de Buenos Aires, se encuentran completos los libros de la Real Hacienda, en donde figura quien enviaba cueros, la cantidad de los mismos y a cuenta y riesgo de quién. Es importante remarcar que solo se detalla la información con respecto a los cueros, y en algunos años otros "productos de la tierra"15, sin especificar el resto de mercancías, en cuyo caso es necesario acudir a las notas y guías de aduana16. Estos datos fueron triangulados con los aportados por la circulación de navíos a partir del epistolario que mantuvieron el Gobernador de Montevideo con el Virrey del Río de la Plata.
La importancia de la información que proporcionan estas fuentes está dada al menos por dos cuestiones. En primer lugar, se puede establecer las cantidades de cueros que salieron del Complejo Portuario Rioplatense por medio de sus dos puertos habilitados para ese fin, Buenos Aires y Montevideo, en el comercio legal, sus destinos y regularidades. En segundo lugar, se puede vincular las mercancías con los actores intervinientes, a través de lo cual se extraerían los totales de los actores y los períodos en que comerciaron.
El análisis de la salida de metales preciosos que se desarrolló continúa la línea investigativa de Fernando Jumar ya que se trabajó con la misma fuente, los registros de navíos. Si bien, no se encuentra completa esta fuente, faltan algunos registros de navíos comerciales que dificultaron el abordaje de la salida de cueros, para el caso de los metales preciosos si se pudo llevar a cabo.
En términos generales, se puede afirmar que los metales preciosos salieron por las fragatas correo ya que ofrecían una mayor seguridad de llegada producto de que eran acompañadas por navíos de guerra mientras que los barcos comerciales no. Además, los barcos comerciales, conectaban con varios puertos antes de llegar a destino retrasando mucho más la llegada de los metales. En estos navíos se llevaba la soldada, que era una cifra importante de plata amonedada (entre 10.000 y 18.000 pesos) cuyo fin era el pago a los marineros y, probablemente, sea una parte de las ventas realizadas a cuenta del propietario de la embarcación. Finalmente, en todos los comerciales analizados (que es una mayoría de las partidas) se encontraron no más de cinco registros de metales preciosos de privados, mientras que en las fragatas correos se registraban entre 300 a 500. Los registros de plata y oro constan del nombre de quien envía, a cuenta y riego de quien y el destinatario. Además, se establece el lugar de origen de quien lo envía y hacia qué lugar debe llegar, la cantidad en su peso y al cambio en pesos de plata.
Este apartado está dedicado a analizar, en términos generales, las mercancías que salieron por el complejo portuario rioplatense. Para este análisis sólo se tomarán los metales preciosos y los cueros ya que, si bien en pequeñas cantidades se comercializaron otras mercancías (plumeros, cobre, astas, sebo, grasa, tasajo, cecina, cueros de lobos marinos, entre otros) no generaron una variación sustancial, representando menos de un 1%.
Para la salida de metales preciosos entre 1779 y 1794 se procesaron 18.787 registros y para la salida de cueros en el período 1779-1799 se procesaron 7.513. En ellos se pudo determinar el nombre de la embarcación, el remitente y destinatario, la mercancía y la cantidad. Para este trabajo en particular, se analizarán solo las cifras totales de cada mercancía por año y se relacionará con los precios de los cueros, además se relacionará con la comisión por los metales enviados que era entregado a los comerciantes trabajado por Jorge Gelman y el precio de los cueros. A partir de lo cual, se evaluará la importancia del comercio de cueros en la región.
IV. LA SALIDA DE METALES PRECIOSOS Y CUEROS
A partir de mediados del siglo XVIII, se produjo un crecimiento de la salida de cueros y metales preciosos. La proporción de cueros en relación a los metales preciosos, fue en aumento progresivo desde la década del treinta, la década anterior se podría denominar como excepcional ya que fue producto del primer "boom del cuero"17 y una baja salida de metales. A partir de la década de 1750 la proporción de cueros fue creciendo en forma acelerada dando cuenta de la demanda de otras regiones, en particular de las zonas en proceso de industrialización. La relación entre metales preciosos y cueros entre 1730 y 1789 estuvo marcada por un crecimiento constante de ambas mercancías y un progresivo aumento de la salida de cueros. Luego del primer boom de salida de cueros pasó de representar un 8% a un 26% del comercio total en las cuatro décadas posteriores. Este incremento en la salida de cueros fue producto de las transformaciones en la demanda externa y la nueva economía del cuero que se implementó y que permitió aumentar la oferta18.
Adentrándonos en la salida de cueros, a mediados del siglo XVIII se produjeron una serie de transformaciones dentro de la región y en el mercado externo que provocaron el incremento masivo del comercio de cueros. María Inés Moraes19, sostiene que ello se debió a una transformación en los mecanismos de la producción. Durante la primera mitad del siglo XVIII, se producen circunstancias específicas que incrementan la salida de cueros como el asentamiento de la Campagnie de Guinée et de l'Assiento (1703-1715), la South Sea Company (1715-1738, con interrupciones) y el comercio con Brasil, sin embargo fueron insuficientes para mantener ese nivel e incrementarlo.
En 1779, la salida de cueros del complejo portuario rioplatense continuó aumentando manteniendo la tendencia ya desarrollada durante el siglo XVIII a partir de 1760. La guerra con Inglaterra, que comenzó precisamente en 1779, no permitió que se reflejara esta tendencia. Sin embargo, a partir del acuerdo de paz en 1783, se produjo un incremento sustancial que compensó la caída de la salida previa, con más de un millón unidades en 1783 y casi setecientas mil durante el año siguiente. Como se puede observar en el gráfico 2, salvo en el período de guerra con Inglaterra, el comercio de cueros no bajó ningún año de las trescientas cincuenta mil unidades, hasta el nuevo conflicto militar de finales de siglo, en donde se vuelve a exportar mínimas cantidades.
Es interesante remarcar que la oferta, durante este último conflicto armado, se mantuvo disponible, siendo la pauta de salida marcada por la dinámica externa (contexto bélico) a partir del ingreso de navíos neutrales de distintos orígenes que transportaban cueros. Estos navíos eran de origen angloamericano en su mayoría y no sólo fletaban mercancías desde y hacia la península española, sino que también comerciaban con otros lugares, como Estados Unidos o Hamburgo, estableciendo así redes de relaciones con los productores locales y demás actores ávidos de consumición de cueros e inserción de mercancías manufacturadas propias. Esta oferta de cueros fue lo que permitió el mantenimiento del precio durante todo el período ya que, mientras que la demanda creció lentamente, siempre se mantuvo la oferta en las dos bandas del río20.
Este crecimiento del comercio ultramarino, desde la década de 1760 en adelante no solo fue producto del aumento de la oferta sino que era un insumo imprescindible para la industrialización. Se ha planteado que el cuero era un lastre conveniente para la circulación de los navíos ya que las piedras que se utilizaban habitualmente para ello eran vendidas en Buenos Aires (ya que tenían un alto costo producto de la falta crónica de ese material en la zona) y se retornaba, para el mantenimiento del nivel de flotación, con cueros21.
Algunas de las particularidades que tuvo la demanda de cueros estuvieron dadas por el ingreso de medianos y pequeños industriales que, sin tener una casa comercial en Cádiz, lograron enviar sus mercancías al Río de la Plata. Además, las migraciones que se sucedieron desde la península española hacia América se produjeron, en gran medida, de las localidades vinculadas a la producción industrial. Por último, la expansión de pequeñas y medianas fábricas en Cataluña, el País Vasco y Galicia trajeron consigo la instalación de curtiembres en las cercanías por la alta demanda de cueros que se producía22.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de Jumar (2002). A partir de 1779 los datos son tomados de: AGN Argentina: Sala XIII: 15-10-3; 37-6-4; 37-10-5; 37-10-6-; 38-8-3; 38-8-4; 38-1-1; 38-1-3; 38-2-3; 38-3-4; 38-4-4; 38-5-3; 38-6-4; 38-1-3; 39-1-3; 39-2-1; 39-2-2; 39-3-1; 39-3-2; 39-3-3; 39-4-3; 39-5-4; 396-2; 39-8-4; 39-9-3; 39-10-1; 39-10-4; 39-7-4; 15-10-3; 37-9-3; 37-9-4; 38-10-3; 38-6-3. 14-9-5; 14-10-1; 14-10-2; 14-10-3; 14-10-4; 15-10-1; 15-10-2; 15-10-3. Sala IX 43- 05- 11; 43- 06- 01; 43- 06- 02; 43- 0603; 43- 06- 04; 43- 06- 05; 43- 06- 06; 43- 06- 07; 43- 06- 08; 43- 06- 09; 43- 07- 01; 43- 07- 02; 43- 07- 03; 43- 07- 04; 43- 07- 05; 43- 07- 06; 43- 07- 07; 43- 07- 08; 43- 07- 09; 43- 07- 10; 43- 07- 11; 43- 07- 12; 4308- 01; 43- 08- 02; 43- 08- 03; 43- 08- 04; 43- 08- 05; 43- 08- 06; 43- 08- 07; 43- 08- 08; 43- 08- 09; 43- 0810; 43- 08- 11; 43- 08- 12; 43- 09- 01; 43- 09- 02; 43- 09- 03; 43- 09- 04; 43- 09- 05; 43- 09- 06; 43- 09- 07; 43- 09- 08; 43- 09- 09; 43- 09- 10; 43- 09- 11. AGN Uruguay: Fondo Documental ex "Archivo y Museo Histórico Nacional": Legajos con Registros de Navíos desde el 218 a 270.
El total de metales preciosos salidos registrados comenzó a crecer en forma paulatina desde mediados del siglo XVIII, producto de una serie de dinámicas económicas interrelacionadas. En primer lugar, la consolidación del complejo portuario como punto de vinculación entre el interior americano y, en principio Brasil y luego la península española. En un solo trienio, 1746-48, partieron desde el complejo portuario 9.188.275 pesos hacia territorios de la Monarquía portuguesa. Este intercambio fue perdiendo peso progresivamente en pos de la vinculación con la península española, en particular a partir de la posibilidad de la conexión con la Coruña por medio de las fragatas correos y la apertura de otros puertos de la península española23.
VI. MECANISMOS DE ENRIQUECIMIENTO DE LOS COMERCIANTES
La salida de cueros y metales preciosos, su impacto en la economía regional y los comerciantes locales corrieron por caminos distintos. En primer lugar, los metales preciosos eran intercambiados por mercancías europeas, las cuales eran colocadas en el interior americano. En su libro sobre Domingo Belgrano Perez, Jorge Gelman, sostiene que la comisión que obtenían de los comerciantes gaditanos era entre 9% y 10% del precio de venta. Es decir, que un 10% de los metales preciosos que debía embarcar como pago por las mercancías que quedaba en manos del comerciante-comisionista local.
Esta dinámica, en principio, favoreció a los grandes comisionistas quienes a partir de sus vinculaciones con Cádiz lograban intercambios muy favorables para ellos mismos y los comerciantes gaditanos.
En el período 1779 a 1794 enviaron metales preciosos legalmente desde el complejo portuario rioplatense hacia la península española un total de 931 cargadores particulares. Una parte de estos cargadores se dedicaban a enviar metales preciosos como intercambio por mercancías, desarrollando esta actividad durante un período de tiempo en particular. Otro sector, en cambio, por diversas causas solo realizaban un envío en el período señalado, si bien muchos de ellos eran como intercambio comercial, la ocupación de los actores señalados no se dedicaban al comercio ultramarino.
De la totalidad de los cargadores, una leve mayoría fueron cargadores circunstanciales, 499, en detrimento de aquellos que podríamos denominar comerciantes, 440, la causa de ello se encuentra en que gran parte de los migrantes ultramarinos traían consigo mercancías para vender en el Río de la Plata con el fin de que esa venta les permitiera instalarse y obtener un pequeño capital para invertir en otras actividades. Otros envíos se realizaban, por ejemplo, para testamentos, iglesias, familiares, entre otros.
En cambio, para aquellos que realizaban más envíos, sin evaluar las cuantías de cada uno, se puede plantear que eran actores que mantenían una vinculación estrecha con comerciantes o industriales afincados en la península. Si bien es un número importante de comerciantes, en relación a la potencial población que se podría dedicar a esta actividad no es mayoritaria. Si se toma la totalidad de cargadores, como se planteó para los cargadores de cueros, no hubo una restricción en cuanto a la posibilidad de enviar metales preciosos pero no era la actividad elegida mayoritariamente24.
La distribución de los cargadores en relación a la suma total de metales enviados da cuenta de un cierto equilibrio entre los pequeños, medianos y grandes cargadores. A diferencia de los cargadores de cueros, entre los cuales casi todos eran pequeños (80%) siendo solo 34 (2,5%) eran grandes.
El proceso de intercambio ultramarino de los cueros era distinto ya que el metal precioso que quedaba en la región, era a partir del intercambio de cueros por las mercancías europeas25. Es decir, se vendían las mercancías europeas en el interior americano por metales preciosos, pero el intercambio en el comercio ultramarino se producía por cueros. Eso permitía que el valor de los cueros se acumulase en metálico a nivel regional (una parte de la misma quedaba en manos de los productores de los cueros, otros de los actores que intervenían para el transporte y el resto en los comerciantes).
El número total de cargadores que intervinieron entre 1779 y 1799 fue de 1.386, lo que nos habla de que una parte importante de la población se dedicó, en mayor o menor medida, a esta actividad26. Esto permite ver la falta de monopolio en cuanto al acceso al comercio. Es decir, un gran número de pobladores tuvieron el contacto con productores y consumidores/intermediarios ultramarinos gracias a la facilidad de cargar en forma legal cueros y a la llegada masiva de navíos destinados para ese fin. Algo más de dos tercios de los cargadores operaban desde Montevideo. Esto probablemente estuviera dado como producto de una permeabilidad mayor al pequeño comerciante por el reciente poblamiento de la ciudad y la cercanía entre el puerto y las zonas de producción de cueros. En el caso de Buenos Aires, dado que las zonas de producción se encontraron más alejadas y al tener una estructura comercial con mayor articulación, el número de actores intervinientes fue menor27.
La cantidad total de cueros que enviaron cada uno de los cargadores varió notablemente. Por un lado, tenemos que el mayor número de cargadores, más de mil, enviaron menos de cinco mil cueros y, sumados, representaron algo más del un catorce por ciento del total de cueros exportados. Por otro lado, durante el período sólo treinta y cuatro cargadores enviaron más de cincuenta mil cueros y fueron quienes concentraron algo más de la mitad del comercio de cueros. Esto da cuenta de una gran concentración del comercio en muy pocas manos y, si bien el número de cargadores fue alto, la mayoría no tuvo una participación importante en el comercio.
Para poder establecer cuánto metálico quedaba en la región a partir del intercambio de cueros no es suficiente saber el precio de la plaza, ya que es de intercambio interno ni el precio del mercado europeo ya que es superior. La clave es determinar el precio de los cueros a la hora de intercambiarlos por las mercancías europeas. Esta información la encontramos en los libros contables de algunos comerciantes, los cuales registraron, en algunos casos, detalladamente los envíos que se realizaban por las mercancías recibidas. En el registro contable de Francisco Ignacio de Ugarte recibió por parte de Luis Rivera del comercio de Cádiz 5.739 pesos de a ocho de mercancías, las cuales fueron pagadas en el año 1802 con 2.773 cueros al pelo enviados en la Fragata El Príncipe y en el mismo año recibió por parte de Juan Pedro Armentía residente en Victoria 2180 pesos de ocho por 910 cueros28.
En los casos señalados el precio de los cueros, por unidad, es aproximadamente entre 2,06 y 2,39. A partir de la variación de los tipos y valores de los cueros, se tomará como precio de intercambio 2 pesos de a ocho para analizar la cantidad de metales preciosos que se acumularon en la región a partir de esta práctica comercial.
En el cuadro siguiente se puede apreciar una estimación del metálico acumulado por las dos prácticas, tomando el 10% por comisión por el intercambio metales-mercancías y dos pesos de ocho por cuero intercambiado por mercancías.
*Son los pesos que quedan en la Región a partir del comercio ultramarino, en el caso de los vinculados a los cueros por el intercambio de esta mercancía por las europeas, quedando en el circuito interno los metales preciosos de los intercambios en el interior y en cuanto a los intercambios por metales preciosos a las comisiones de 10%.
Fuente: Elaboración propia a de los datos son tomados de: AGN Argentina: Sala XIII: 15-10-3; 37-6-4; 37-10-5; 37-10-6-; 38-8-3; 38-8-4; 38-1-1; 38-1-3; 38-2-3; 38-3-4; 38-4-4; 38-5-3; 38-6-4; 38-1-3; 39-1-3; 39-2-1; 39-2-2; 39-3-1; 39-3-2; 39-3-3; 39-4-3; 39-5-4; 39-6-2; 39-8-4; 39-9-3; 39-10-1; 39-10-4; 39-7-4; 15-10-3; 37-9-3; 37-9-4; 38-10-3; 38-6-3. 14-9-5; 14-10-1; 14-10-2; 14-10-3; 14-10-4; 15-10-1; 15-10-2; 15-10-3. Sala IX 43- 05- 11; 43- 06- 01; 43- 06- 02; 43- 06- 03; 43- 06- 04; 43- 06- 05; 43- 06- 06; 43- 0607; 43- 06- 08; 43- 06- 09; 43- 07- 01; 43- 07- 02; 43- 07- 03; 43- 07- 04; 43- 07- 05; 43- 07- 06; 43- 07- 07; 43- 07- 08; 43- 07- 09; 43- 07- 10; 43- 07- 11; 43- 07- 12; 43- 08- 01; 43- 08- 02; 43- 08- 03; 43- 08- 04; 4308- 05; 43- 08- 06; 43- 08- 07; 43- 08- 08; 43- 08- 09; 43- 08- 10; 43- 08- 11; 43- 08- 12; 43- 09- 01; 43- 0902; 43- 09- 03; 43- 09- 04; 43- 09- 05; 43- 09- 06; 43- 09- 07; 43- 09- 08; 43- 09- 09; 43- 09- 10; 43- 09- 11. AGN Uruguay: Fondo Documental ex "Archivo y Museo Histórico Nacional": Legajos con Registros de Navíos desde el 218 a 270.
El precio de cueros intercambiado por mercancía europea da cuenta de la cantidad de metálico que se produjo en los territorios americanos, sumando toda la cadena de producción y comercialización. En este sentido, el precio interno (promedio entre 1779-1802) fue de 1,1 pesos29, sumando los costes de transporte e impuestos, la ganancia para el comerciante del intercambio entre cueros y mercancías europeas fue de 0,6 pesos. En el cuadro siguiente se puede observar que la acumulación de metálico de los comerciantes fue mayor a partir de los intercambios de cueros.
Fuente: Elaboración propia a de los datos son tomados de: AGN Argentina: Sala XIII: 15-10-3; 37-6-4; 37-10-5; 37-10-6-; 38-8-3; 38-8-4; 38-1-1; 38-1-3; 38-2-3; 38-3-4; 38-4-4; 38-5-3; 38-6-4; 38-1-3; 39-1-3; 39-2-1; 39-2-2; 39-3-1; 39-3-2; 39-3-3; 39-4-3; 39-5-4; 39-6-2; 39-8-4; 39-9-3; 39-10-1; 39-10-4; 39-7-4; 15-10-3; 37-9-3; 37-9-4; 38-10-3; 38-6-3. 14-9-5; 14-10-1; 14-10-2; 14-10-3; 14-10-4; 15-10-1; 15-10-2; 15-10-3. Sala IX 43- 05- 11; 43- 06- 01; 43- 06- 02; 43- 06- 03; 43- 06- 04; 43- 06- 05; 43- 06- 06; 43- 0607; 43- 06- 08; 43- 06- 09; 43- 07- 01; 43- 07- 02; 43- 07- 03; 43- 07- 04; 43- 07- 05; 43- 07- 06; 43- 07- 07; 43- 07- 08; 43- 07- 09; 43- 07- 10; 43- 07- 11; 43- 07- 12; 43- 08- 01; 43- 08- 02; 43- 08- 03; 43- 08- 04; 4308- 05; 43- 08- 06; 43- 08- 07; 43- 08- 08; 43- 08- 09; 43- 08- 10; 43- 08- 11; 43- 08- 12; 43- 09- 01; 43- 0902; 43- 09- 03; 43- 09- 04; 43- 09- 05; 43- 09- 06; 43- 09- 07; 43- 09- 08; 43- 09- 09; 43- 09- 10; 43- 09- 11. AGN Uruguay: Fondo Documental ex "Archivo y Museo Histórico Nacional": Legajos con Registros de Navíos desde el 218 a 270.
En suma, encontramos que los metales preciosos que se acumularon a nivel regional por las transacciones ultramarinas para el período 1779- 1794 fueron de más de 18.000.000 de pesos. Una mayoría de los cuales se produjo por el intercambio de cueros (83%), siendo minoritarios las comisiones (17%). Los grandes beneficiados de estos intercambios fueron los productores pecuarios, los comerciantes que enviaron cueros y, en menor medida, los comerciantes comisionistas.
V. REFLEXIONES FINALES
El crecimiento comercial de la Región Río de la Plata durante la segunda mitad del siglo XVIII fue analizado, en términos generales, a partir de la expansión del comercio ultramarino que a partir de las reformas borbónicas aceleró el ingreso masivo de mercancías europeas que eran intercambiadas por metales preciosos siendo la comisión de estas transacciones el motor del enriquecimiento de los comerciantes regionales. A partir de 1820 se produjo una transformación en donde la actividad pecuaria ocupo un rol central en el entramado comercial.
El aporte de este artículo buscó analizar, a partir del procesamiento de casi 30.000 registros que permitieron reconstruir la salida de metales preciosos y cueros durante las últimas décadas del siglo XVIII, otro mecanismo de enriquecimiento a partir de la triangulación entre el intercambio ultramarino de las mercancías europeas por cueros y el de las primeras por metales preciosos en el interior americano. Este predominio de los actores vinculados a la actividad pecuaria, productores y comerciantes, se inserta dentro de un círculo virtuoso en donde hubo: un incremento del comercio ultramarino, leyes favorables para estas actividades, demanda de cueros para la industrialización europea y nuevos mercados, mercancías y circuitos (tasajo a Cuba, compra de embarcaciones por parte de rioplatenses, entre otros).
Este trabajo es una primera aproximación en torno a los mecanismos de acumulación en la Región Río de la Plata y, en este sentido, se focaliza en el análisis de datos cuantitativos poniendo de relieve la importancia de la producción y comercialización de los cueros. En este sentido y a forma de profundización en el análisis nos queda por determinar la implicancia institucional de los actores que intervinieron en este proceso y si podríamos establecer dos grandes grupos de intereses: los monopolistas (los cuales tuvieron gran peso económico e institucional en el siglo XVII y las primeras décadas del XVIII) y los productores y comercializados de cueros (que ya en las primeras décadas del XVIII comenzaron a disputar la centralidad económica e institucional y que para las últimas décadas de dicho siglo lo lograron).