La discusión de los últimos años sobre el tema de las estructuras curriculares y la necesidad de ajustarlas a lo que el mundo requiere de nuestra profesión, ha tomado una fuerza en todas las instancias, no solo desde el punto de vista académico, sino de las autoridades del más alto nivel de los países, encargadas de asuntos de salud pública, sanidad, legislación sanitaria y de seguridad, inocuidad e higiene alimentaria. En todos los debates de diferente índole, ha salido a flote la importancia de la formación de profesionales que respondan a lo que la sociedad solicita en cuanto al problema de la cadena agroalimentaria, y nos han cobrado con creces a las universidades, haber privilegiado en nuestros planes de estudio las tendencias del mercado, al darle un mayor énfasis a la formación en clínica y cirugía, materias que han marcado las preferencias de los aspirantes en las dos últimas décadas.

Pero también deben asumir la responsabilidad de esta problemática, las autoridades de turno en los diferentes ministerios, encargadas de los asuntos de salud pública y de seguridad alimentaria, especialmente las de América Latina en razón de su desconocimiento, y relevar a nuestra profesión de los cargos en esas áreas. Así ha ocurrido en nuestro país en el Ministerio de la Protección Social, en donde solo queda un profesional en propiedad de más de sesenta en diferentes cargos, reflejo de la situación de la mayoría de los países de la región. Escenario similar enfrentan los Estados Unidos de América, donde un estudio de la AVMA ha identificado un déficit de más de 15.000 médicos veterinarios con formación en estas áreas, porque la mayoría de los profesionales egresados, al igual que en muchos países, se han dedicado a la práctica clínico-quirúrgica.

En la reciente reunión de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) en París, donde se desarrolló un encuentro gremial y académico del 12 al 14 de octubre denominado "Una formación veterinaria en evolución para un mundo más seguro", al cual asistimos más de quinientos profesionales entre los que se encontraban cuatrocientos directivos de medicina veterinaria y cien autoridades sanitarias y de salud pública, se plantearon las temáticas para la formación de los médicos veterinarios con fortalezas y énfasis en seguridad alimentaria y bienestar animal.

En los diferentes campos de la producción, se destacan y relacionan los compromisos y conclusiones del evento tras las evaluaciones realizadas por la OIE en más de 95 países miembros, con la herramienta de evaluación de las prestaciones de los servicios veterinarios. Allí se puso de manifiesto la considerable necesidad de robustecer la formación profesional veterinaria en relación con las normas internacionales de calidad de la OIE, aplicables a todos los sistemas nacionales de sanidad animal.

Con el fin de prevenir y controlar las enfermedades en todo el planeta, los veterinarios deben recibir una educación que les permita influenciar directamente la calidad de los servicios veterinarios. Los veterinarios deben adquirir excelencia técnica, pero además, al estar involucrados en los sistemas nacionales de sanidad animal, necesitan una formación general, amplia, que les ofrezca una mejor comprensión de los mecanismos de gobierno tanto nacional (legislación, cadena de mando, manejo financiero, comunicación) como internacional (conocimiento de los organismos regionales y mundiales pertinentes y de las normas internacionales).

Por otra parte, en vista de los peligros crecientes que representan las zoonosis, es sumamente importante que los veterinarios reciban una formación apropiada en este tema y asuman un papel preponderante en el desarrollo de estrategias de control de estas enfermedades, en cooperación con todos los sectores pertinentes, en particular, el mundo médico.

La conferencia fue la oportunidad para:

• Convenir sobre el currículo mínimo para todos los veterinarios, sea cual sea el establecimiento en el mundo que imparta la formación veterinaria inicial.

• Diseñar y recomendar mecanismos para mejorar el contenido y la calidad de la formación.

• Intercambiar puntos de vista sobre las prioridades en el contenido de las asignaturas académicas, con la finalidad principal de alcanzar un consenso para recomendar a la comunidad internacional un currículo veterinario actualizado.

• Asegurarse de que los futuros graduados se encuentren en condiciones de trabajar en un entorno mundial, aplicando las normas internacionales para la vigilancia y el control de enfermedades infecciosas, la salud pública veterinaria, la inocuidad de los alimentos y el bienestar animal.

• Discutir la implicación de los organismos estatutarios veterinarios en la armonización de los procedimientos de reconocimiento de las facultades veterinarias que ayudarían a reconocer la importancia y la calidad de las actividades en el área para la sociedad entera a nivel mundial.

Dado que los servicios veterinarios, según la definición de la OIE, abarcan los actores de los sistemas nacionales de sanidad animal, tanto del sector público como privado, la profesión veterinaria en su conjunto tiene que implicarse en reunir todos estos requisitos.

Por eso, debemos destacar la visión de la Universidad de La Salle de apuntarle al desarrollo del sector agropecuario del país, articulando las diferentes disciplinas, y asumir como corresponde la gran responsabilidad de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y los diferentes programas que la conformamos, de ser el faro iluminador y la brújula que facilite y oriente la integración entre las diferentes áreas del conocimiento y nuestra capacidad y mejores esfuerzos en la gestión y eficiencia en la consecución, planeación y ejecución de proyectos, consultorías y asesorías, que hacen parte de los objetivos propuestos en el Plan de Desarrollo Institucional, y nuestra participación directa en los programas para el sector agropecuario de la agenda nacional del gobierno central y de los diferentes departamentos para, la generación de desarrollo social y regional.

Quiero de manera especial destacar aquí el inicio del proyecto Utopía que se desarrollará en el departamento de Casanare, municipio de Yopal, en la finca Mata de Pantano, de propiedad de nuestra institución, donde el pasado 29 de octubre, en un acto muy sentido y de mucho significado, se colocó la primera piedra para la construcción de una gran ciudadela universitaria en medio de nuestros llanos orientales. Estamos seguros de que en unos años será un referente nacional e internacional de formación profesional para el sector agrícola y pecuario, cuyo inicio será el programa de Ingeniería Agronómica, a partir de un sistema novedoso y único, en el cual los admitidos y futuros egresados serán jóvenes bachilleres inicialmente de diferentes municipios del departamento, que tendrán el compromiso de ser los generadores de los mayores desarrollos productivos y tecnológicos para sus regiones, dando respuesta y soluciones a uno de los mayores problemas de competitividad que tenemos en el país.

Este proyecto ha sido presentado en varias instituciones, entidades y países, en busca de apoyo para cofinanciarlo, y ha tenido una gran aceptación y admiración por parte de la comunidad académica y los entes privados y gubernamentales, que esperamos se concrete acciones y aportes facilitadores de este gran esfuerzo académico y de inversión de nuestra Universidad, con el objetivo de alcanzar una mejor calidad de vida y de desarrollo social y tecnológico del campo colombiano.

Pedro Pablo Martínez Méndez
Director del Programa de Medicina Veterinaria