La Cátedra Lasallista 2010, dedicada al Bicentenario de la Independencia, nos ofreció la oportunidad de realizar una reflexión sobre el devenir de la academia, la ciencia, la tecnología y el sector agropecuario, en el contexto social y cultural de la corta vida independiente de la nación colombiana. La Universidad no puede ser ajena a los hechos del pasado, los necesita para la construcción de sentido, para reorientar su quehacer en la búsqueda de referentes, la formación de investigadores y de profesionales para la solución de los problemas del país desde la perspectiva de un mundo globalizado, el humanismo, la ciencia, la innovación y la nueva ruralidad.

Durante el siglo pasado, el mayor esfuerzo se dedicó a las investigaciones tecnológicas para la producción primaria. En este campo, las instituciones, en especial hacia la década de los ochenta, trabajaron en nutrición, manejo, sanidad, patología, reproducción y mejoramiento, haciendo más énfasis en la fase de producción que en las de cosecha, poscosecha e industrialización. Pocos grupos trabajaron otras áreas como la genómica, la bioinformática, la bioprospección o la biotecnología.

La orientación de las actividades científicas en Colombia ha sido compleja: la interacción y la comunicación no representan la constante. Igual se puede decir con respecto a las relaciones con la comunidad internacional.

El establecimiento de áreas estratégicas y de estándares de productividad y desempeño no se comprende ni se acepta por parte de la comunidad investigativa. Los investigadores colombianos deben dar una mirada a la ciencia y la tecnología desde la originalidad, la innovación, la publicación, la propiedad intelectual, las patentes, la producción de conocimiento útil que desde la bioeconomía transforme positiva y permanentemente la nueva ruralidad.

La producción científica todavía es reducida, no hacemos grupo en el contexto latinoamericano, no hay visibilidad de las disciplinas, solo se destacan algunos individuos o grupos excepcionalmente productivos; el desarrollo de la ciencia en Colombia muestra todavía un patrón disperso y personalizado.

La Universidad colombiana, en su conjunto, no representa el papel dinámico que se espera mediante la síntesis de la investigación y la docencia que potencie la productividad, la innovación y el liderazgo en el sector agropecuario.

Se tienen entonces múltiples tareas, entre estas, coadyuvar en la generación de una política efectiva y de estrategias de investigación para la solución de los grandes problemas del sector agropecuario. Es urgente contar con una academia con vocación agropecuaria y rural, conformada a partir de la articulación de grupos y de núcleos regionales, con propósitos comunes, posicionamientos estratégicos centrados en el desarrollo de la nueva ruralidad y el progreso del sector agropecuario, donde la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad sean dominantes.

La Universidad colombiana debe cualificar el ejercicio docente, mediante la actividad investigativa, con la cual se enriquezca la estrategia pedagógica en la construcción del conocimiento y la resolución de problemas propios de cada región, y se apoye la producción académica, derivada de la investigación, garantizando la visibilidad de los resultados en los ámbitos nacional e internacional.

Con lo anterior, será posible generar conocimiento útil para los actores sociales, el Estado y los gobiernos, logrando así un efecto importante para la academia y sus relaciones orgánicas con la sociedad, y manteniendo actualizada una visión integrada y real de lo rural, para contextualizar y planificar con responsabilidad y proyección social la academia, la ciencia y la tecnología.

La Universidad de La Salle ha formulado su Plan Institucional de Desarrollo (PID) (2010-2015), señalando dentro sus propósitos, contribuir a la articulación de la ciencia, la tecnología, la innovación y el humanismo, para promover la dignidad humana, la lucha contra la pobreza, la equidad y la transformación social y productiva de nuestro país, dirigiendo su que hacer académico e investigativo hacia el desarrollo rural y regional, privilegiando el agro colombiano como sector estratégico desde la perspectiva de la seguridad y la inocuidad alimentaría, la innovación, la transformación, el comercio y la industria.

Consecuentes con dichos propósitos, en este año del Bicentenario, la Facultad de Ciencias Agropecuarias presenta al país programas de pregrado acreditados como de alta calidad: Medicina Veterinaria, Zootecnia y Administración de Empresas Agropecuarias.

Recientemente se dio inicio en la sede de El Yopal (Casanare), al programa Utopía, correspondiente a un megaproyecto conformado por cuatro grandes componentes que dan cuenta de su integralidad: el Programa de Ingeniería Agronómica, el Centro Lasallista de Investigaciones Agrícolas y Ganaderas, el Programa de Formación para el Liderazgo Social, Político y Productivo y el Programa de Empresarización del Agro.

Desde los programas de posgrado, ofrecemos también un importante panorama: especializaciones en Gerencia de Empresas Agropecuarias, Biotecnología de la Reproducción y Medicina Interna, y maestrías en Ciencia Veterinaria, Ciencia Animal y Agronegocios. Tanto los programas de pregrado como los de posgrado se articulan en el contexto del Plan Institucional de Desarrollo 2010-2015, ofreciendo a los profesionales de diversas disciplinas una oportunidad para estudiar los problemas sentidos del sector agropecuario, y de esta manera generar acciones que desde la innovación y la política pública, contribuyan a su solución.

Desde el Programa de Medicina Veterinaria, preocupados por el análisis y la solución de diversas limitantes que afectan la salud animal, la producción ganadera y la salud pública, presentamos al país la edición número 20 de la Revista de Medicina Veterinaria, donde se presentan hallazgos y recomendaciones importantes en los campos de la genética, la medicina interna, la reproducción animal, la fisiología y las enfermedades infecciosas y parasitarias.

Estamos generando conocimiento para los productores y los asesores, logrando así un efecto importante en las relaciones orgánicas de la academia con la sociedad, manteniendo actualizada una visión integrada y real de lo rural, para contextualizar y planificar con responsabilidad y proyección social la academia, la ciencia y la tecnología.

Luís Carlos Villamil Jiménez, Ph.D.
Decano Facultad de Ciencias Agropecuarias Universidad de La Salle