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Revista de Medicina Veterinaria

Print version ISSN 0122-9354

Rev. Med. Vet.  no.31 Bogotá Jan./June 2016

 


Frecuencia de patologías gástricas en burros (Equus africanus asinus) en Córdoba, Colombia

Frequency of Gastric Pathologies in Donkeys (Equus africanus asinus) in Córdoba, Colombia

Frequência de patologias gástricas em burros (Equus africanus asinus) em Córdoba, na Colômbia

José Alberto Cardona Álvarez1 / Víctor Arroyave Vanegas2 / Andrés Felipe Zapata Gil3

1 Médico veterinario zootecnista, Esp., MSc., PhD. Profesor titular de Medicina y Clínica de Grandes Animales. Miembro del Grupo de Estudios e Investigaciones en Medicina de Grandes Animales (MEGA), Departamento de Ciencias Pecuarias, Universidad de Córdoba, Montería, Colombia. Bolsista do Programa Estudantes-Convênio de Pós-Graduação (PEC-PG), da CAPES/CNPq, Brasil.
cardonalvarez@hotmail.com

2 Médico veterinario zootecnista, Hospital Veterinario Julio Cuervo, Universidad de Córdoba, Montería, Colombia.
arroyavic@hotmail.com

3 Médico veterinario zootecnista, Clínica Veterinaria de Grandes Animales, Corporación Universitaria Lasallista, Caldas, Colombia.
andresf_zg@hotmail.com

Recibido: 27 de marzo de 2015 / Aceptado: 28 de mayo de 2015

Cómo citar este artículo: Cardona Álvarez JA, Arroyave Vanegas V, Zapata Gil AF. Frecuencia de patologías gástricas en burros (Equus africanus asinus) en Córdoba, Colombia. Rev Med Vet. 2015;(31): 23-34.



Resumen

El objetivo del presente estudio fue determinar la frecuencia de patologías gástricas en burros (Equus africanus asinus) del departamento de Córdoba, Colombia. Se evaluaron 137 estómagos de burros (73 machos enteros, 16 machos castrados y 48 hembras), con un rango de edad entre 1 y 25 años, en los cuales el estómago fue evaluado, caracterizado y fotografiado post mortem. Los datos de sexo, edad y patología fueron diligenciados en los formatos respectivos y posteriormente digitalizados. De la población total (137 burros), se encontraron úlceras gástricas y gastritis asociada en el 100 % de las muestras, edema antral en el 56,9 %, parásitos (Trichostrongylus axei) en el 10,2 % e impacción en el 5,8 %. Además, en un estómago se encontró Hemomelasma gastric (0,7 %). Se concluye que el 100 % de los animales evaluados presentó al menos algún tipo de patología gástrica. El tipo de gastritis con más incidencia fue la aguda (71,5 %), seguida en menor proporción por la forma crónica (28,4 %). El estudio demostró que había dependencia estadística significativa entre la edad y el grado de lesión de la mucosa glandular (p < 0,05). Así, se evidencia que existe una elevada frecuencia de patologías gástricas en los burros de las diferentes explotaciones pecuarias de Córdoba, en la cual las úlceras escamosas son las de mayor frecuencia, seguidas de las gastritis agudas y del edema antral; por eso es necesario realizar más investigaciones y concientización sobre el manejo de estas patologías en este tipo de animales.

Palabras clave: asnos, gastritis, impacción, parásitos, úlceras.



Abstract

This study aimed to determine the frequency of gastric pathologies in donkeys (Equus africanus asinus) in the department of Córdoba, Colombia. Stomachs of 137 donkeys (73 intact males, 16 castrated males, and 48 females), aged between 1 to 25 years, were examined, characterized and photographed post mortem. Data on sex, age and pathology were reported on the respective forms and then digitized. Of the total population (137 donkeys), stomach ulcers and associated gastritis were found in 100% of the samples, antral edema in 56.9%, parasites (Trichostrongylus axei) in 10.2%, and impaction in 5.8%. Furthermore, Hemomelasma gastric was found in one stomach (0.7%). As a conclusion, 100% of the evaluated animals presented at least some kind of gastric pathology. Acute gastritis was the most frequent type (71.5%), followed in a smaller proportion by chronic gastritis (28.4%). The study showed a significant statistical dependence between age and the degree of injury to the glandular mucosa (p < 0.05). Thus, it evidenced a high incidence of gastric pathologies in donkeys in different livestock holdings in Córdoba, among which squamous ulcers are the most frequent ones, followed by acute gastritis and antral edema. For this reason, it is necessary to do more research and to raise awareness about the treatment of these pathologies in these animals.

Keywords: donkeys, gastritis, impaction, parasites, ulcers.



Resumo

O objetivo deste estudo foi determinar a frequência de patologias gástricas em burros (Equus africanus asinus) do departamento de Córdoba, na Colômbia. Foram avaliados 137 estômagos de burros (73 machos inteiros, 16 machos castrados e 48 fêmeas), com um rango de idade entre 1 e 25 anos, nos quais o estômago foi avaliado, caracterizado e fotografado post mortem. Os dados de sexo, idade e patologia foram diligenciados nos formatos respectivos e posteriormente digitalizados. Da população total (137 burros), se encontraram úlceras gástricas e gastrite associada em 100 % das amostras, edema antral em 56,9 %, parasitas (Trichostrongylus axei) em 10,2 % e impactação em 5,8 %. Além do mais, em um estômago se encontrou Hemomelasma gastric (0,7 %). Conclui-se que o 100 % dos animais avaliados apresentou pelo menos algum tipo de patologia gástrica. O tipo de gastrite com mais incidência foi a gastrite aguda (71,5 %), seguida em menor proporção pela forma crônica (28,4 %). O estudo demonstrou que havia dependência estatística significativa entre a idade e o grau de lesão da mucosa glandular (p < 0,05). Deste modo, se percebe que existe uma elevada frequência de patologias gástricas nos burros das diferentes explorações pecuárias de Córdoba, onde as úlceras escamosas são as de maior frequência, seguidas das gastrites agudas e do edema antral; por isso é necessário realizar mais pesquisas e conscientização sobre o manejo destas patologias neste tipo de animais.

Palavras chave: asnos, gastrite, impactação, parasitas, úlceras.



INTRODUCCIÓN

El estómago equino está constituido por dos tipos de mucosas: a) la porción proximal o no glandular, que es revestida por epitelio escamoso estratificado de espesura variable y similar a la mucosa esofágica, caracterizada por la ausencia de estructuras glandulares y de mecanismos de protección (1). Aproximadamente el 80 % de las úlceras se producen en esta región, y ocupa un tercio de la superficie total del estómago (2,3). b) La parte distal del estómago (aboral), que está recubierta por mucosa glandular y ocupa los dos tercios restantes, y a su vez comprende la región del cardias, el fondo gástrico y la región pilórica o antral. La unión entre la región escamosa y glandular recibe el nombre de Margo plicatus (borde plegado) (1).

Se postula que entre el 10 y el 40 % de las úlceras se produce en esta región, probablemente debido a la disminución de los factores protectores, en especial por la acción de los corticoides endógenos como en casos de estrés o por la administración inadecuada de agentes antiinflamatorios no esteroidales (3).

Los procesos inflamatorios pueden progresar a erosión y terminar en ulceración en su estado más avanzado (4,5). Esencialmente representan el desarrollo de un desequilibrio entre los factores protectores (el moco de la mucosa gástrica y las prostaglandinas citoprotectoras) y los factores agresivos o que generan heridas en el ambiente de la mucosa (ácido clorhídrico y pepsina), lo cual puede producir signos como: dolor, sufrimiento y pérdida de desempeño, signos que pueden aparecer solo con la realización de rutinas o actividades típicas de la formación y el uso de caballos (6,7).

En Córdoba, y en Colombia en general, no existen reportes sobre patologías de los estómagos en este tipo de animales. Por ello, al determinar la frecuencia de patologías gástricas, se genera un informe que actualice y concientice a los médicos veterinarios sobre el estado actual de esta condición y la importancia del manejo y control de los problemas gástricos. Por tal razón, el objetivo del presente estudio fue describir la frecuencia de patologías gástricas en burros (Equus africanus asinus) del departamento de Córdoba, Colombia.


MATERIALES Y MÉTODOS

El estudio fue realizado en su parte práctica en el municipio de Sahagún, Córdoba, Colombia, en la planta faena-dora de carnes Bioempresas Mogollón S. A. Sahagún está ubicado entre las coordenadas 08° 56' 58" de latitud norte y 75° 26' 52" de longitud oeste del meridiano de Greenwich, a una altura de 50 msnm, humedad relativa del 85 %, temperatura media de 27 °C, precipitación media anual de 1400 mm; pertenece a la formación climática de bosque tropical lluvioso. Se presentan dos estaciones bien definidas: época de lluvia y época seca (8).

Para el estudio fueron utilizados 137 estómagos de burros (Eqqus africanus asinus), mestizos, con edades entre 1 y 25 años, de ambos sexos, entre los cuales hubo 73 machos enteros, 16 machos castrados y 48 hembras. Se registraron datos de los animales y lesiones en los respectivos formatos. La edad fue determinada por cronometría dentaria (9). Una vez separados los estómagos, fueron diseccionados desde el cardias hasta el píloro y porción proximal del duodeno, y se abarcó con este corte la ampolla duodenal, para luego abordar este proceso por la curvatura mayor, según protocolo descrito por Cosmelli (10). Posteriormente, fueron examinados en detalle y se tomaron fotografías de alta resolución (Nikon D7000, Japón) de todas las lesiones encontradas, con el objeto de realizar un análisis más detallado en computador (HP ENVY dv6 Notebook PC, China).

Para la cuantificación de las úlceras gástricas, estas se clasificaron según cantidad y severidad, utilizando el protocolo descrito por MacAllister y colaboradores (11). La identificación y caracterización de parásitos fue realizada en el laboratorio clínico veterinario de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Córdoba. Para el análisis estadístico se estimaron frecuencias y la prueba de chi cuadrado, con el objeto de determinar si las patologías eran dependientes del sexo y la edad de los animales. Para ello se utilizó el programa estadístico SAS 9.3.1.


RESULTADOS

La figura 1 muestra la distribución de las patologías gástricas observadas en 137 estómagos de burros. Se encontraron úlceras gástricas y gastritis asociada en el 100 % de los estómagos; edema antral, en el 56,9 %; parásitos, en 10,2 %; impacción, en 5,8 %, y hemomelasma gástrico en un estómago (0,7 %).

En el 28,4 % de los estómagos se evidenció gastritis crónica, mientras que en el 78,5 % se presentó gastritis aguda (figura 2). La zona con mayor incidencia de gastritis aguda fue el fondo gástrico en la región ubicada en la curvatura mayor, mientras que la forma crónica tuvo mayor presentación en la mucosa escamosa, principalmente en el área adyacente a la curvatura menor, cerca al borde plegado y alrededor del cardias.

En relación con la edad y el sexo, se determinó que en todos los grupos etarios y en los diferentes sexos la gastritis aguda fue de mayor presentación. Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas (p > 0,05) entre la edad y el sexo con la presentación de gastritis.

Con respecto a la presentación de úlceras gástricas, se pudo establecer que el 100 % de los estómagos estudiados presentó úlceras. En cuanto a la ubicación, el 100 % tuvo algún grado de úlceras en la mucosa glandular, y el 89,7 %, en la mucosa escamosa.

En la figura 3 se observan estómagos con gran cantidad de úlceras grado 4 en la región glandular y con úlceras grado 2 en la región escamosa caracterizadas según el número de lesiones.

En la figura 4 se pueden observar estómagos con úlceras grado 6 en la región glandular y 5 en la no glandular, caracterizadas según la severidad de las lesiones.

La clasificación de las úlceras gástricas según el sexo y el grado de las lesiones permitió establecer que en la región no glandular el 89,7 % tuvo lesiones, mientras que el 10,2 % no las tuvo; en cambio, en la región glandular el 100 % de los estómagos presentó lesiones. Sin embargo, no hubo dependencia estadística entre el sexo y el grado de las lesiones (p > 0,05).

Al ser clasificadas las úlceras gástricas según edad y el grado de las lesiones, se encontró que la mayoría estuvieron clasificadas entre las categorías 2, 3 y 4, con lo cual se determina que en la región no glandular el 47,3 % se encontraba entre 1 y 5 años, el 27,5 % entre 6 y 10 años y el 25,2 % fueron mayores de 10 años. Por su parte, en la región glandular el grado 2 se encontró en mayor proporción en todos los grupos etarios; este fue del 29 % en animales de 1 a 5 años, del 15 % de 6 a 10 años y del 10 % en mayores de 10 años. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p < 0,05) entre la edad y el grado de lesiones (figura 5).

Con respecto a la presencia de edema antral, se pudo establecer que en el 56,9 % se evidenciaron manifestaciones macroscópicas de este (figura 6). No se encontró dependencia estadística significativa (p > 0,05) entre el sexo, la edad y la presentación de edema antral.

En cuanto a la presencia de parásitos gástricos (Trichostrongylus axei) (figura 7a), se observaron adheridos a la mucosa glandular en el 10,2 % de los estómagos. No hubo dependencia estadística significativa (p > 0,05) para la edad y el sexo con respecto a la presencia de parasitismo gástrico. La presencia de impacción gástrica pudo evidenciarse en el 5,8 % de los estómagos de la población estudiada (figura 7b y c). No hubo diferencias estadísticamente significativas (p > 0,05) para la edad y el sexo en relación con la presentación de impacción gástrica.

En un estómago (0,7 %), correspondiente a un macho entero de un año de edad, se evidenció la presencia de hemomelasma gástrico, el cual se observó como una lesión elevada de la capa serosa externa del estómago, que corresponde a quistes parasíticos de estrongilidos, denominados hemomelasma (figura 7d).


DISCUSIÓN

La frecuencia de patologías gástricas en burros fue del 100 %. No existen registros en la literatura consultada sobre frecuencia, incidencia o prevalencia de patologías gástricas en burros (Equus africanus asinus) de Córdoba y de Colombia en general. Estos resultados concuerdan con los registrados por San Martín (12), quien informó una prevalencia del 95,8 % de enfermedad estomacal en equinos de Valdivia (Chile) examinados por gastroscopia. De igual forma, Cosmelli (10) encontró el 97 % de patologías gástricas por observación directa post mortem en caballos en una planta faenadora de carnes en Santiago (Chile). Por otra parte, Schaefer y colaboradores (13) encontraron que el 69 % de los animales examinados por gastroscopia presentó algún tipo de patología gástrica en caballos PSI estabulados en hipódromo en proceso de doma o entrenamiento en Curitiba (Brasil).

El 100 % de los burros estudiados presentó algún tipo de gastritis (aguda o crónica), muy superior a los informados por San Martín (12) y Cardona y colaboradores (14,15), quienes registraron prevalencias de gastritis en caballos del 67 % y 62,5 %, respectivamente. Esta diferencia podría explicarse en el tipo de actividad de los burros en la costa norte de Colombia, por lo que son animales que realizan trabajo de alta intensidad, con limitado consumo de agua y alimento y exposición a factores estresantes continuos; además, no son animales que se encuentran en pastoreo en potreros días antes de llevarlos a la planta faenadora. Esta exposición a factores dañinos en forma constante induce el desarrollo de gastritis crónica, así como el estrés, las limitaciones de alimento y el agua antes del sacrificio inducen gastritis aguda.

De igual forma, Andrews y colaboradores (16) y Orsini y colaboradores (17) afirmaron que la gastritis es provocada por los mismos factores dañinos que producen úlceras gástricas. Las sales biliares no conjugadas (colato y desoxicolato) y las conjugadas (taurocolato) causan daño en la mucosa gástrica en presencia de ácidos, por adherencia al epitelio escamoso estratificado, lo cual se mantiene liposoluble e inicia el daño una vez que el pH disminuye por debajo de 4, considerando que en los caballos el reflujo duodeno gástrico se produce en condiciones fisiológicas.

El 100 % de los estómagos analizados presentó algún grado de ulceración, ya sea en la mucosa glandular o escamosa. Esto coincide con lo informado por Andrews y colaboradores (16), quienes observaron que es la patología gástrica más frecuente en equinos, con rangos que oscilan entre el 90 y el 95 %. Morcate (18) encontró prevalencias de 90 % en los caballos de carreras en competición y del 78 % en los de entrenamiento; así mismo, informó en el 60 % de los caballos de deporte de cualquier disciplina (salto, doma, carreras, paso, etc.). Este caso es contrario a los registrados por Aranzales y colaboradores (19,20), quienes informaron una prevalencia del 43,8 y del 45 %, respectivamente, en equinos de la raza brasilero de hipismo de la policía militar de Minas Gerais (Brasil).

Se observaron úlceras en la mucosa glandular en el 100 % de los estómagos estudiados. Estos resultados difieren de lo informado por Bezdeková y colaboradores (21) y Mc-Clure y colaboradores (22), quienes hallaron prevalencias que oscilan entre el 10 y el 40 % en la mucosa glandular y manifiestan que en esta región gástrica es menos frecuente su presentación debido a su sistema intrínseco de defensa. Sin embargo, la alta frecuencia en el presente estudio se debe posiblemente a la disminución de los factores defensivos de la mucosa glandular, ocasionados quizás por la administración de fármacos que bloquean la síntesis de prostaglandinas citoprotectoras como la E2 (23), estados de estrés que inhiben la síntesis de prostaglandinas endógenas por el aumento en la liberación de corticosteroides, así como la disminución en el consumo de agua y alimentos, debido a que la secreción del ácido en el estómago del caballo es permanente. Esto lleva a un aumento de la línea de llenado gástrico (6); en estado natural, el equino come prácticamente todo el día y, de esta manera, el alimento que consume neutraliza el exceso de acidez gástrica, lo que impide su contacto con la mucosa (18).

Estadísticamente, se observó una dependencia entre el grado de lesión de la mucosa glandular y la edad (p < 0,05), lo cual evidencia que a menor edad hay mayor probabilidad de tener úlceras en la mucosa glandular del estómago, quizás influenciado por factores desencadenantes de estrés como el ejercicio constante, el transporte, la estabulación, los procesos de amanse, el entrenamiento y el trabajo excesivo. Sin embargo, difiere con lo hallado por Aranzales y colaboradores (20) y Bezdeková y colaboradores (21), quienes no encontraron relación entre la edad y la presentación de úlceras.

Chacón y colaboradores (24) manifiestan que el síndrome de estrés involucra una serie de respuestas neuroendocrinas e inmunológicas que podrían influenciar positivamente en la presentación de úlceras gástricas.

La elevada presentación de úlceras en la región escamosa es similar a lo registrado por MacAllister y colaboradores(11), quienes encontraron 80 % de prevalencia en caballos de alto rendimiento. Así mismo, Aranzales y colaboradores (19,20) informaron mayor prevalencia en la mucosa escamosa en los equinos de su estudio. Merrit (25), por su parte, manifiesta que los caballos no presentan una barrera física como la del esfínter esofágico inferior para proteger a la mucosa escamosa del estómago a la exposición de los jugos gástricos, ya que la línea de llenado gástrico normal se encuentra justo por debajo del cardias, de forma tal que solo la mucosa escamosa que se encuentra junto a la curvatura menor y adyacente al borde plegado recibe una exposición regular al contenido de ácido gástrico y es el sitio de mayor ulceración de la mucosa escamosa.

El ejercicio intenso o el trabajo excesivo parecen disminuir la velocidad del vaciado gástrico, lo que lleva a un mayor tiempo de exposición de la mucosa gástrica a las secreciones ácidas (26). Además de esto, también hay mayor exposición de la mucosa escamosa al ácido clorhídrico y a pH menores de 4, por aumento del nivel de llenado gástrico debido al aumento de la presión intra-abdominal y la compresión del fondo gástrico (26,27), como sucede con los burros de la costa norte de Colombia, que son utilizados como fuente de trabajo y transporte de carga.

El estómago del caballo presenta altas concentraciones de ácido clorhídrico (debido a la secreción continua o condición interdigestiva basal), sales biliares (debido al reflujo duodeno gástrico normal) y ácidos grasos de cadena corta (debido a la fermentación microbiana). Los ácidos débiles penetran la mucosa escamosa y dañan el transporte activo de sodio localizado principalmente en el estrato germinativo; todo esto favorece la acción corrosiva del ácido clorhídrico cuando el pH disminuye de 4 (28,29).

Con respecto al grado de severidad de las lesiones, Rabuffo y colaboradores (23) indican que no es común la curación natural de las lesiones y que ellas tienden a empeorar con el tiempo, por lo que los animales del estudio permanecieron sin comer y beber antes de ser beneficiados; a esto se suma el estrés del viaje y las condiciones del lugar donde eran mantenidos en la planta faenadora. Se presume que los animales gradualmente más afectados eran los que llevaban mayor permanencia en el frigorífico, ya que el intervalo entre sacrificio era mínimo de 24 y máximo de 72 horas, aunque esta correlación no se determinó en este estudio. Morcate (18) explica que largos periodos sin alimentación llevan a la deficiente neutralización de la acidez gástrica, debido a que en el pastoreo continuo hay flujo constante de saliva que genera un efecto buffer, así como la ingesta continua protege el estómago del ácido, lo cual mantiene el pH del estómago mayor a 4 debido a la absorción del ácido clorhídrico por parte del alimento, y disminuye además el contacto de este con la mucosa.

En cuanto al género, el estudio mostró que no hay dependencia estadística significativa (p > 0,05) entre el sexo y la presencia de úlceras, contrario a lo informado por Andrews y colaboradores (3), quienes encontraron mayor presentación en animales castrados; atribuyeron esta diferencia a la disminución de hormonas reproductivas, que a su vez estimulan el factor de crecimiento epidermal salival, el cual es un péptido producido por las glándulas salivales que inhiben las secreciones ácidas y estimulan la proliferación epitelial; esto favorece la recuperación de la mucosa, además de promover la síntesis de ADN y poseer un papel en la síntesis de las prostaglandinas endógenas (27). Rabuffo y colaboradores (30) expresan que los machos castrados tienen un mayor riesgo relativo de desarrollar lesiones gástricas, incluso más que en el caso de las hembras, debido a que la pequeña cantidad de testosterona que secretan más la ayuda de la progesterona estimulan la producción de factor de crecimiento epidermal salival con la consecuente reparación epitelial.

El edema antral se encontró en el 56,9 % de los estómagos estudiados, y fue delimitado anatómicamente en toda la extensión del antro pilórico. Esto se puede atribuir a cambios provocados por estados de estrés, que inhiben la síntesis de prostaglandinas endógenas, o por el aumento en la liberación de corticosteroides y disminución del flujo sanguíneo de la mucosa gástrica, en lo cual puede haber vasoconstricción local con lesiones por isquemia; se incrementa la secreción de ácido clorhídrico y pepsina, lo que hace que se aumente la exposición de la mucosa a estos agentes (22,31).

Los cambios iónicos permiten la pérdida de la integridad de las células epiteliales, lo cual crea un ambiente favorable para la colonización de bacterias gramnegativas, como sucede en el caso de bacterias curvoespiraladas tipo Helicobacter spp.; estas ejercen su mecanismo a través de la enzima ureasa, que tiene como función hidrolizar la urea y, producto del desdoblamiento con dos átomos de níquel (Ni2), produce amonio, el cual posee un efecto neutralizante sobre el ácido hidroclorhídrico gástrico, lo que ocasiona aclorhidria focalizada con un pH neutro. Este proceso permite que la bacteria se mueva rápidamente y atraviese la capa de moco, para llegar al epitelio gástrico (32). El amonio actúa como factor quimiotáctico que activa a los monocitos y leucocitos polimorfonucleares para liberar citocinas (33,34); las citotoxinas VacA presentes en estas bacterias tienen la función de formar canales a través de la capa de lípidos de la membrana celular. El aumento en la conductividad de iones en las membranas endosomales ocasiona cambios osmóticos que aumentan la entrada de agua y, por consiguiente, un hincha-miento del compartimiento endosomal (35).

Aunque no se realizó el diagnóstico de bacterias del genero Helicobacter, el edema antral podría relacionarse con infecciones por bacterias tipo Helicobacter spp., ya que existen informes sobre potros positivos al test de ureasa (14,36,37); incluso, estudios serológicos han demostrado que la infección por Helicobacter en equinos es adquirida aun en los primeros meses de vida (38).

Por otra parte, se ha evidenciado seroconversión y detección de ADN del género Helicobacter en caballos (38) y se ha logrado el aislamiento de Helicobacter equorum, a partir de heces de equinos (39,40). Así mismo, Cardona, Paredes y Fernández (14) y Morales, García y Bermúdez (39) demostraron la presencia de bacterias curvoespiraladas en muestras obtenidas desde úlceras gástricas de equinos, mediante el test de ureasa y la tinción de Whartin-Starry en caballos de Chile y Venezuela, respectivamente.

El 10,2 % de la población estudiada evidenció la presencia de parásitos gástricos tipo Trichostrongylus axei; este resultado es menor al hallado por Ayele y colaboradores (41), quienes tuvieron una prevalencia del 40 % en asnos. Esta diferencia puede deberse a que el método de determinación fue por laboratorio, utilizando técnicas de microscopía a través de coprológicos, mientras que en el presente estudio fue por observación macroscópica directa.

T. axei es capaz de parasitar tanto a caballos como a rumiantes. Esto le permite extender las infecciones a los equinos cuando se utiliza el pastoreo simultáneo (42); esta puede ser, quizá, la explicación de la presencia de T. axei en la población de burros evaluada.

La impacción gástrica se presentó en el 5,8 % de los estómagos estudiados. En esta patología se encuentra gran cantidad de material alimenticio deshidratado y acumulado en el estómago (43). Su incidencia es atribuida a varios factores entre los que se encuentran enfermedades gastrointestinales —especialmente las que producen retraso en el vaciado gástrico—, problemas dentales y disminución en el suministro de agua (25). Con respecto a las posibles causas de impacción en los animales del presente estudio, se puede presumir que pudo deberse al escaso aporte de agua antes del sacrificio, así como a procesos inflamatorios en el antro pilórico que podrían alterar la sístole antral y con ello la disminución en el vaciamiento gástrico.

En un estómago del estudio fueron observados quistes parasíticos denominados Hemomelasma, ubicados sobre la capa serosa externa del estómago. Llama la atención esta evidencia debido a que en la literatura consultada no se registran infestaciones larvales con esa ubicación y manifestación sobre este órgano, aunque Rodríguez-Vivas, Cob-Galera y Domínguez Alpizar (42) afirman que la larva de Strongylus vulgaris posee un alto grado de patogenicidad, y cuando penetra en la pared del tracto gastrointestinal ejerce acción traumática; aparecen pequeños puntos hemorrágicos en su trayecto, lo cual puede ser una posible explicación de este hallazgo. Morales y colaboradores (44) informan que la presencia de manchas rojas en la serosa duodenal corresponde a quistes parasíticos por pequeños Strongylus en estados de hipobiosis denominada Hemomelasma ilei.

En conclusión, se describe la frecuencia de lesiones gástricas en el 100 % de los estómagos de burros examinados, principalmente con gastritis y ulceración gástrica. Estos datos contribuyen en el conocimiento sobre el estado de las patologías gástricas en los burros de Córdoba, Colombia, y prenden las alarmas en los médicos veterinarios sobre el manejo profiláctico que se debe hacer en este tipo de animales. De igual forma, se evidencia la necesidad de la realización de más investigaciones sobre las posibles causas de las diferentes patologías gástricas en equinos de este departamento y de Colombia en general.



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