SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue32Glycemia and insulinemia concentrations in four-weeks-old male and female broilers and their relationship to weightElectrocardiographic parameters in Colombian Creole horses, patients in a veterinary establishment in Antioquia, Colombia author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Revista de Medicina Veterinaria

Print version ISSN 0122-9354

Rev. Med. Vet.  no.32 Bogotá July/Dec. 2016

https://doi.org/10.19052/mv.3853 

Recursos docentes en la medicina veterinaria colombiana

Teacher resources in veterinary medicine in Colombia

Recursos docentes na medicina veterinária colombiana

Aureliano Hernández Vásquez1

1 Doctor en Medicina Veterinaria, MSc, PhD. Profesor titular de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.
ahernandezv@unal.edu.co

DOI: 10.19052/mv.3853

Recibido: 11 de mayo de 2014. Aceptado: 27 de mayo de 2015

Cómo citar este artículo: Hernández Vásquez A. Recursos docentes en la medicina veterinaria colombiana. Rev Med Vet. 2016;(32):29-38. doi: http://dx.doi.org/10.19052/mv.3853



Resumen

Para recopilar información acerca del capital humano dedicado a la docencia y su formación de posgrado en los programas de medicina veterinaria (MV) en Colombia, se analizó la información proveniente de once programas de MV y medicina veterinaria y zootecnia (MVZ), entre los que están los de mayor trayectoria en el país y el 90 % de los acreditados. De un total de 175 docentes, el 17,14 % tiene el grado de PhD El de doctor profesional, el 8,74% y el de magister scientiae el 37,71 %. Hay un 17,14 % con el grado de especialista o el de maestría profesional. Sin título de posgrado, el 19,42 %. La mayoría de los doctores están concentrados en tres universidades. En los temas clínicos hay un mayor número de docentes con posgrados de corte profesional y en los del ciclo básico hay mayor proporción de docentes con el título de PhD Dada la escasez de docentes con grados académicos avanzados, el evidente desbordamiento de la oferta de graduados en MV y MVZ frente a la demanda y la pobreza de planes para la especialización de profesores, es deseable que se frene la apertura de nuevos programas. El presente estudio puede servir para proyectar planes de desarrollo del talento humano en los programas de MV y MVZ de las instituciones colombianas.

Palabras clave: educación veterinaria, posgrado, docentes, investigación.



Abstract

With the aim of gathering information on the human capital dedicated to teaching in programs ofveterinary medicine (VM) and their postgraduate training in Colombia, the study analyzes eleven programs ofVM and veterinary medicine and zootechnics (VMZ), including the longest running ones in the country, and 90 % of the accredited programs. Out of a total of 175 professors, 17.14 % have a PhD degree; 8.74 % are professional doctors; and 37.71% have a MSc degree. 17.14 % of the teachers are in the rank of specialist or professional expert. 19.42 % do not have a graduate degree. Most of the doctors are concentrated in three universities. There is a greater number of professors with professional graduate studies in clinical issues, while in the basic cycle there is a greater proportion of teachers with PhD degrees. Given the shortage of teachers with advanced academic degrees, the clear oversupply of graduates in VM and VMZ regarding demand, and the scarcity of plans for teacher specialization, it is desirable to restrain the opening of new programs. This study can help to project plans for human talent development in programs of VM and VMZ in Colombian institutions.

Keywords: veterinary education, graduate programs, teachers, research.



Resumo

Para recopilar informação acerca do capital humano dedicado à docência e sua formação de pós-graduação nos programas de medicina veterinária (MV) na Colômbia, se analisou a informação proveniente de onze programas de MV e medicina veterinária e zootecnia (MVZ), entre os quais estão os de maior trajetória no país e o 90 % dos reconhecidos. De um total de 175 docentes, o 17,14 % tem o grau de PhD ou de doutor profissional, o 8,74 % e o de magister scientiae o 37,71 %. Há um 17,14 % com o grau de especialista ou o de mestrado profissional. Sem título de pós-graduação, o 19,42 %. A maioria dos doutores está concentrada em três universidades. Nos temas clínicos há um maior número de docentes com pós-graduações de corte profissional e nos do ciclo básico há maior proporção de docentes com o título de PhD. Devido à escassez de docentes com graus acadêmicos avançados, o evidente transbordamento da oferta de graduados em MV e MVZ diante da demanda e a pobreza de planos para a especialização de professores, aspira-se que se detenha a abertura de novos programas. O presente estudo pode servir para projetar planos de desenvolvimento do talento humano nos programas de MV e MVZ das instituições colombianas.

Palavras chave: educação veterinária, pós-graduação, docentes, pesquisa.



INTRODUCCIÓN

En Colombia hay 41 programas de medicina veterinaria (MV), incluidos los llamados de medicina veterinaria y zootecnia (MVZ). Once de ellos están acreditados (1). Ellos deben responder ante una creciente demanda para acceder a estudios superiores de veterinaria. En el 2010, se graduaban 625.466 bachilleres al año. Para el 2019 se espera que esa cifra ascienda a más de 900.000 (2).

En cuanto a docentes con título de doctor de filosofía (PhD por sus sigla en inglés), Colombia está por debajo del promedio latinoamericano y comparado con Argentina, alrededor de seis veces menos con este nivel de formación. La cifra para Colombia en 1998 era cercana al 2 % (3).

Aunque no hay datos acerca del número de especialistas, se sabe que en Colombia las especializaciones o las maestrías profesionales en el campo de la MV (también conocidas como de profundización) son de reciente creación y pocas de ellas se ofrecen en el área médico-quirúrgica. Históricamente, los veterinarios colombianos han preferido la obtención de títulos de posgrado en investigación, ya sea por tradición o como resultado de políticas institucionales, particularmente del Instituto Colombiano Agropecuario y hoy en día de Corpoica, así como de las instituciones de educación superior. Por todo lo anterior es posible que exista un desbalance entre el número de estudiantes de MV en pre y posgrado con el de los docentes con niveles de formación adecuados.

Actualmente no hay datos obtenidos in situ acerca de los recursos humanos para la docencia y la investigación en el área y si se quiere aumentar la calidad y la cobertura de los programas de MV, es menester contar con datos cuantitativos que sean punto de partida para la preparación de los docentes-investigadores, con el fin de detectar fortalezas y debilidades en los diferentes ciclos de formación de los veterinarios, entre otros aspectos.

La estrategia que se sigue para conseguir la excelencia académica en las universidades de mayor reconocimiento ha sido la cualificación de sus profesores, con exigencias rigurosas en cuanto a la obtención de títulos de posgrado y producción intelectual. Sin el cabal cumplimiento de la estrategia planteada, no podrá haber una oferta educativa de calidad, desde luego, en armonía con la dotación en infraestructura, equipos y recursos bibliográficos correspondientes, que en el caso de los programas de MV implican una inversión monetaria considerable, que posiblemente es de las más altas de los programas curriculares de pregrado ofrecidos por las universidades. Además, para mejorar la obtención de bienes patrimoniales atinentes al refuerzo de las labores académicas se espera que los profesores con capacidad de gestión, a partir de su formación de posgrado y experiencia, obtengan recursos para desarrollar investigación y labores de proyección social.

Entonces, es importante realizar un inventario que sería necesario en la elaboración de un plan nacional de especialización del profesorado, en el marco de un proyecto integral que favorezca el desarrollo de una reforma educativa sostenible a mediano y largo plazo.

Por todo lo anterior, parece evidente que no hay una nómina docente que pueda responder a los niveles de excelencia que merece la formación de los futuros médicos veterinarios, en los niveles de pregrado y posgrado para poder tener un impacto de importancia en la sociedad. El objetivo de este estudio fue identificar las necesidades de docentes con título(s) de posgrado que sustenten programas de pregrado y posgrado en MV de calidad en Colombia.


METODOLOGÍA

Se realizaron encuestas a los directivos de las instituciones educativas participantes y análisis de bases de datos de dominio público para obtener información representativa relacionada con la planta docente que participa en algunos programas de MV o MVZ y hacer una evaluación cuantitativa. Así mismo, se hizo una revisión de documentos pertinentes al tema, nacionales e internacionales.

En el presente escrito se incluyen datos de los programas de mayor trayectoria en Colombia, así como algunos de reciente creación en once universidades, cinco públicas y seis privadas, distribuidos así: cinco programas de MV (dos oficiales y tres privados) y seis de MVZ (tres oficiales y tres privados). Diez de los once programas analizados han sido avalados por el Consejo Nacional de Acreditación.

Los datos se allegaron a partir de la información que proporcionó cada centro educativo. Aquellos se consignaron en un formulario que permitió cuantificar el número de docentes con dedicación de tiempo completo al respectivo programa, según su escolaridad y asignatura(s) en las que se desempeñaba cada docente. No se identifican los centros educativos consultados, en aras de guardar la confidencialidad de la información obtenida.

La presentación de los datos se hace según la siguiente distribución de las asignaturas en cada etapa de formación:

  • Ciclo básico. Asignaturas: Biología Celular, Histología, Embriología, Anatomía, Bioquímica y Fisiología.

  • Ciclo preprofesional. Asignaturas: Microbiología, Parasitología, Patología, Farmacología y Toxicología.

  • Ciclo profesional. Asignaturas: Laboratorio Clínico, Reproducción, Clínicas según la Especie Animal, Epidemiología y Salud Pública.

Los títulos académicos de posgrado considerados son:


Del orden profesional:

  1. Especialización como equivalente a la especialidad o maestría profesional (o de profundización).

  2. Doctorado profesional.


Del orden de la investigación:

  1. Magister Scientiae (MSc).

  2. Doctor de filosofía (PhD).

Las pasantías posdoctorales se excluyen ya que no conducen a la obtención de un título. A pesar de que es aceptado y necesario que los médicos veterinarios deben tener conocimientos de nutrición animal, bioética y cursar otras asignaturas para su adecuada formación, como son la extensión, la bioestadística, la administración, la economía, el inglés y las asignaturas de humanidades, estas no fueron consideradas en el presente estudio.


RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Como ya se indicó, en el presente estudio se incluyeron, además de la información de los programas de MV, los de MVZ, porque en estos últimos se ofrecen programas completos de MV La tabla 1 contiene la información consolidada de los programas analizados, en cuanto a profesores con título de posgrado. Para ello se tuvo en cuenta solamente el grado más alto alcanzado por los docentes, esto es, que si uno de ellos tenía el grado de MSc y el de PhD, solamente se reporta el último de ellos, según el área del conocimiento pertinente al respectivo grado académico.

Hay un desbalance evidente entre el número de profesores con título(s) de posgrado entre las universidades que participaron en el presente estudio, lo cual está correlacionado directamente con la antigüedad de cada programa. El de mayor trayectoria cuenta con el 43 % de docentes con el título de PhD; el 10 %, con el de doctorado profesional; el 23 %, con el de MSc; el 12 %, con el de especialista. El 7 % de los docentes no tiene título de posgrado. En el otro extremo, en un programa de poca trayectoria no hay docentes con el título de PhD, el 15 % tiene el de doctorado profesional, el 26 % el de Magister Scientiae, el 26 % el de maestría profesional (equiparado aquí al de especialista) y el 34 % de los docentes no tiene título de posgrado. Los datos de los docentes que tienen solamente el título profesional no están consignados en la tabla 1, aunque la información sí se recopiló, así como la relacionada con el número de docentes de cátedra. Estos últimos no aparecen en el presente informe, porque se sabe que en las instituciones educativas ellos se excluyen de los planes de especialización del profesorado y no necesariamente tienen permanencia en la carrera docente o forman parte de ella. Sin embargo, se reconoce que debe haber un porcentaje de ellos (nunca igual o superior al de los docentes de tiempo completo) que aporte a la formación de los estudiantes, particularmente, durante el ciclo final del currículo, a partir de su experiencia profesional.

Por otro lado, hay una aparente escasez de oferta de MV con título de posgrado que deseen participar en las convocatorias para proveer cargos docentes en las diversas universidades colombianas. Las áreas del conocimiento que se favorecen actualmente son las que comprende el ciclo profesional y en menor grado, las del preprofesional.

En el mismo sentido, por escasez de recursos económicos, no hay una política en cada institución educativa que promueva el desarrollo académico de sus docentes para la investigación. La tradición apunta a que los profesores, a partir de iniciativas particulares, buscan la oportunidad de obtener un título de posgrado en un área de su interés y el apoyo institucional para conseguir la respectiva comisión de estudios, si la tiene la respectiva universidad. Esta última modalidad se ofrece casi exclusivamente en las universidades de carácter público. En el panorama actual de Colombia, la escasa oferta de los programas de posgrado varía ampliamente en cuanto a calidad y es deseable que en los planes de especialización del profesorado solamente se incluyan centros educativos de reconocida solvencia académica. En este ámbito, cabe preguntarse cuántos de los docentes que obtienen un título de posgrado retornan a la respectiva universidad, cuántos de ellos, a su regreso al país de origen, encuentran tiempo e infraestructura disponibles y ambiente cultural propicios para continuar con sus investigaciones. Lo anterior no aplicaría para el caso de los docentes con posgrados del orden profesional, pero es posible que sí sea pertinente para quienes obtienen títulos de MSc o PhD, dado que es evidente que la cultura en la formación de MV en Colombia está basada en la docencia, no en la investigación, a pesar de que se reconocen grandes esfuerzos en algunos niveles públicos y privados por insertar la ciencia como algo de importancia en la educación, cotidianidad de los colombianos y en el desarrollo social y económico.

En las figura 1 y 2 aparecen los datos cuantitativos relativos a los docentes de las universidades tenidas en cuenta para este estudio, según el título académico más alto que ellos obtuvieron. Es clara la enorme deficiencia en profesores con título de posgrado, ya que el 19,42 % de los profesores no tienen ningún título de posgrado. El porcentaje de profesores con título de doctorado está por encima del 25 % (PhD: 17,14 % y doctorado profesional: 8,74 %, figura 1). Esto posiblemente supera la cifra estimada para Colombia de manera general, ya que en el 2006 era de menos del 3 %. Aun así, es claro que se necesita establecer políticas coherentes para la formación profesoral, en aras de mejorar la calidad de los programas y, en particular, el potencial para la investigación. Así mismo, cabe recalcar que la mayoría de los profesores doctorados están concentrados en tres de los programas objeto de estudio (véase tabla 1).

El número de profesores de posgrado ideal en cada programa de MV debería estar en función del énfasis en las especies animales estudiadas con mayor profundidad en cada caso y según los liderazgos en investigación que se detecten en los profesores con vocación de investigación. Por ejemplo, se esperaría que en una zona con predominio de los vacunos como especie productiva, un programa de esa región tuviera un énfasis en la especie mencionada y proyectos de investigación atinentes a la salud y la producción animal bovinas. Así, en una proyección ideal, los profesores con títulos de posgrado del orden profesional, especialistas, maestros o doctores profesionales estarían en mayor número que, por ejemplo, los que tuvieran que ver con la medicina ovina.

Lo que no se debe mantener es el escasísimo número de docentes con títulos de posgrado de investigación en las áreas básicas profesionales, como la biología celular, la histología, la embriología, la anatomía y la fisiología. Estos profesores, además de participar en investigaciones acerca de problemas de la medicina y la producción animal o en el área básica, tienen la misión esencial de iniciar (o continuar, en algunos casos) la formación científica de los futuros médicos veterinarios. Lo anterior, porque la principal herramienta de un profesional para su trabajo la constituyen su bagaje teórico y proceder científico, lo que podría ser la diferencia entre ellos y los técnicos o tecnólogos, cuya escolaridad es menor.

Las asignaturas de biología molecular, genética básica y bioquímica merecen una mención especial, dado que hay un exiguo número de médicos veterinarios con títulos de MSc o PhD en estas áreas, salvo el caso de la genética cuantitativa (también conocida como de poblaciones). Debe resaltarse que la enseñanza de los aspectos fundamentales de los mecanismos celulares y moleculares que permiten comprender los fenómenos biológicos en las áreas centrales para la formación de un MV, en particular, los atinentes a los aspectos genéticos en el desarrollo del organismo animal, deberían enseñarse con la suficiente profundidad bajo la orientación de médicos veterinarios. La experiencia con profesionales de otras disciplinas como docentes en las asignaturas mencionadas arriba en las universidades no ha sido siempre afortunada, dado que con frecuencia no presentan sus conocimientos en el contexto adecuado para la debida orientación de los estudiantes.

La mayor proporción de docentes con formación de posgrado en investigación está en las asignaturas de los ciclos básicos y preprofesional; mientras que la que corresponde a quienes tienen títulos con énfasis en lo profesional se encuentra en el ciclo final (tabla 1, figura 2, 3 y 4).

Las áreas del conocimiento en las cuales se encuentra el más alto número de docentes con título de posgrado está en las relacionadas con las cátedras de clínica (42 docentes), con predominio de la clínica de pequeñas especies (caninos y felinos) y clínica de la reproducción. En microbiología, aparecen 16 y en patología 12 docentes.

Por ciclos, el número de docentes posgraduados es de 20, 40 y 64 para los ciclos básico pre y profesional, respectivamente.

En las décadas de los setenta y de los ochenta del siglo pasado, con el incremento en la oferta de becas para estudios avanzados en los Estados Unidos para los profesionales de la MV, particularmente del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), aquellos obtuvieron sus títulos de posgrado de investigación particularmente en las áreas de nutrición, patología y microbiología, con menor énfasis en epidemiología y reproducción, genética cuantitativa y en menor escala en fisiología. Un reflejo de lo anterior estuvo representado por las áreas en las cuales se ofrecieron los primeros estudios de posgrado en el programa conjunto para graduados del ICA y la Universidad Nacional de Colombia en el nivel de maestría, con áreas de énfasis en microbiología, nutrición y patología y posteriormente en epidemiología. En la Universidad Nacional, sede Bogotá, cuando se utilizaron las becas de las Naciones Unidas, lo sucedido en el ICA fue reproducido en gran medida. En síntesis, hubo un gran descuido en relación con las áreas del conocimiento atinentes al ciclo básico profesional.

La parasitología no ha tenido la importancia que merece en Colombia. En el presente estudio se encontraron solamente siete profesores con posgrado en dicha área en los diez programas estudiados. Volviendo al caso de la tradición en el ICA, hubo cinco profesionales con posgrado en parasitología en esa institución durante los últimos cuarenta años, quienes, así como en otras áreas del conocimiento, suplieron durante muchos años las deficiencias docentes en algunos programas de MV.

La morfología tomada como de carácter apenas descriptivo, seguramente derivada de la égida emanada a través de los textos europeos que se utilizaban en la enseñanza de la MV, no fue de ninguna manera atractiva para la mayoría de los docentes que querían participar en esta disciplina pues, en general, la tendencia era desligar el conocimiento básico de lo profesional. En Colombia, ello continuó siendo así pese a la llegada de las nuevas aproximaciones provenientes de los anatomistas estadounidenses. Aparentemente, en Colombia, difícilmente se encuentran médicos veterinarios con posgrado en morfología (reunidas en ella la anatomía macroscópica, la histología y la embriología). En el presente estudio se reportan solamente seis de ellos (tabla 1) concentrados en tres programas (datos no consignados en el presente artículo).

Un caso similar es el de fisiología, dado que solamente hay siete docentes reportados (tabla 1), pero dos de ellos pertenecen a la misma facultad (datos no consignados en el presente escrito).

Otra área crítica es la de farmacología, con cinco docentes (tabla 1 y figura 2), lo cual implica que no hay un número suficiente de ellos con formación específica en este campo, en, por lo menos, la mitad de los programas considerados en el presente estudio.

En la figura 4 se evidencia la preferencia de los MV por los programas de posgrado relacionados con las áreas profesionales, como es de esperarse, lo cual guarda coherencia con su formación en el pregrado. Es evidente la inclinación de los médicos veterinarios por los programas de posgrado relacionados con las áreas profesionales, como es de esperarse, lo cual guarda coherencia con su formación en el pregrado.

A partir del número de docentes reportados en el presente estudio en las universidades consideradas, en las cuales se incluyen las de mayor reconocimiento nacional y que ofrecen programas de posgrado, es claro que sería menester hacer un análisis del avance científico de cada una de las líneas de investigación que en ellos se desarrollan y la calidad de sus posgrados, si se desea su excelencia. Según cálculos hechos por Díaz (4), Colombia tiene un excesivo número de programas académicos en MV y si se tienen en cuenta los datos consignados en el presente estudio, parece indispensable analizar su solvencia y el número de MV que necesita Colombia para los próximos años.


CONCLUSIONES

Es evidente la escasez de recursos docentes en los programas de MV analizados y puede esperarse un déficit mayor todavía si se hace un escalamiento en lo nacional, dado que dentro de la muestra analizada están los programas con más trayectoria en Colombia y seguramente con el mayor número de docentes con título(s) de posgrado.

Es urgente el análisis del número de programas que deben mantenerse y si hay necesidad de permitir la apertura de algunos nuevos. Así mismo, establecer cuáles serían los requisitos mínimos para permitir su funcionamiento.

En relación con el número ideal de docentes con título de posgrado en los programas de medicina veterinaria, aunque en la literatura disponible no hay datos específicos al respecto, es evidente que se necesitaría un número cercano al 100 % de doctores, pero no todos ellos con el de PhD, sino con el doctorado profesional. No obstante, hay profesionales de gran experiencia con vocación docente que podrían aportar a la formación de los estudiantes de pregrado, así no tengan título de doctor, que ofrecerían su experiencia en los ámbitos académicos.

Es importante recalcar que para el presente estudio no se tuvieron en cuenta la totalidad de los programas de MV de Colombia, pero sí están los de mayor trayectoria. Por lo tanto, posiblemente la situación para los programas de menor tiempo de funcionamiento podría tener aún más deficiencias.


AGRADECIMIENTOS

A la junta directiva de Comvezcol y a los decanos y directivos de las facultades que administran programas de medicina veterinaria en los centros académicos consultados.



REFERENCIAS

1. Consejo Nacional de Acreditación. Programas acreditados [internet]. 2013. Disponible en: http://www.cna.gov.co        [ Links ]

2. Ministerio de Educación. Colombia. ABC de la Reforma a la Educación Superior en Colombia [internet]. Prensa, 2013. Disponible en: http://www.mineducacion.gov.co/sistemasdeinformacion        [ Links ]

3. García C. Situación y principales dinámicas de transformación de la educación superior en América Latina. Caracas: Unesco, Iesalc; 1998.         [ Links ]

4. Díaz GJ. La proliferación de facultades de veterinaria en Colombia y su impacto sobre los salarios de los veterinarios. Rev Med Vet Zoot. 2013;60(1):9.         [ Links ]


Inicio