Introducción
En la actualidad, tener una mascota en el hogar se ha hecho muy común. Muchas personas compran o adoptan animales con el fin de cuidarlos y para tener compañía. Las mascotas más frecuentes en los hogares son los perros (Canis familiaris) y los gatos (Felis catus). En muchas ocasiones, el lazo que se forma en la relación humano-mascota es muy grande, pues llega a considerar a la mascota como parte de la familia y se hace natural el contacto físico mediante caricias, abrazos y dejarse “lamer” (1,2).
Las mascotas requieren de cuidados y de atención veterinaria, ya que son susceptibles de múltiples enfermedades y pueden, además, ser fuente de enfermedades zoonóticas que pueden afectar a sus dueños (3,4). Por ejemplo, las enfermedades parasitarias son un problema de salud pública; muchos agentes patógenos afectan a los animales domésticos, que a su vez pueden infectar humanos, principalmente en países ubicados en áreas tropicales (5,6).
Entre los agentes infecciosos que parasitan el tracto gastrointestinal de caninos se encuentran helmintos y protozoos, algunos de ellos altamente patógenos tanto para perros como para el hombre por su carácter zoonótico. Se puede incluir la toxocariosis, la migración larvaria cutánea, la estrongiloidiasis y la giardiasis, infecciones de las que la población infantil tiene mayor riesgo de contraer (7).
Los fármacos antihelmínticos son parte de un conjunto de estrategias para el control del parasitismo. La selección del medicamento más apropiado para determinado patógeno es imperativa en la práctica médica; asimismo, el público en general debe tener conocimiento de las medidas higiénicas básicas y uso adecuado de los antiparasitarios (8,9).
No existen estudios que muestren el conocimiento y manejo que dan los propietarios a las diferentes mascotas, y lo que esto implica para la salud de ellas y para para la salud pública. En Costa Rica, se estima que el 53,7 % de los hogares tienen al menos un perro, del cual el 44,7 % no tiene raza definida (10). Es necesario realizar este tipo de trabajos para determinar las necesidades o no de implementar medidas educativas para los propietarios, con el fin de que usen correctamente los fármacos que administran a sus mascotas, así como los correctos hábitos de higiene que se deben tener. Por lo tanto, el objetivo del presente estudio fue analizar el conocimiento que tienen los universitarios sobre el manejo responsable de mascotas en sus hogares.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio observacional, descriptivo-analítico y de corte transversal a estudiantes universitarios de una universidad privada ubicada en San Pedro de Montes de Oca, Costa Rica. Para el cálculo del tamaño muestral, se utilizó el software WinEpi v. 2.0, con una población de 9000 sujetos, nivel de confianza de 95 %, un error esperado de 5 % y una proporción de tenencia de mascotas esperada de 60 %, lo que indicó un tamaño de muestra mínimo de 369 personas. Asumiendo una posible pérdida de datos, durante la aplicación del instrumento se recolectó un 7 % más de encuestas al valor mínimo obtenido, de lo que resultaron 393 encuestas.
Dichas encuestas se aplicaron entre los meses de marzo y abril de 2019, en horario diurno, en diversos edificios del campus universitario, con el fin de tener una amplia diversidad de estudiantes de las distintas carreras que se imparten dentro de la universidad -de ciencias de la salud, ingeniería, ciencias sociales, negocios y artes-. La validación del instrumento, elaborado por los autores, se realizó inicialmente mediante el criterio experto y, posteriormente, a través de un ensayo piloto donde participaron 30 sujetos. Se seleccionó únicamente estudiantes que estuvieron matriculados en la institución durante el periodo en que se aplicó el instrumento, sin distinción de edad o género. El tiempo dispuesto para el desarrollo de cada encuesta fue de 10 minutos.
Los sujetos participaron de forma voluntaria, a través de un consentimiento oral. La información fue recogida a través de preguntas cerradas acerca del número de mascotas en el hogar, la frecuencia de desparasitación, el tipo y nombre del antiparasitario, los medicamentos que se administran a las mascotas, la frecuencia de visitas al veterinario, frecuencia de baños a las mascotas y lugar donde duermen, así como el número de personas que habitan en el hogar. Para el análisis estadístico se usaron los programas Excel 2019 y WinEpi v. 2.0, y se utilizaron los intervalos de confianza al 95 % para valores p < 0,05.
Resultados
De los 393 universitarios encuestados, 243 (61,8 %) fueron mujeres, 146 (37,2 %) hombres y 4 sujetos no indicaron su género (1 %). De estos, 389 (99 %) reportaron tener mascotas, 1 no tenía y en 3 encuestas no se dio respuesta a la pregunta. El número de mascotas en los hogares según especie se puede apreciar en la tabla 1.
Tabla 1 Porcentaje de hogares con diferente número de mascotas. San José, Costa Rica (marzo-abril, 2019)
Especie | % que no posee | % con uno | % con dos | % con tres | % con cuatro o más |
---|---|---|---|---|---|
Perros | 11,7 | 51,8 | 19,4 | 10,5 | 6,6 |
Gatos | 75,8 | 13,7 | 7 | 2,5 | 1 |
Exóticos | 87,8 | 12,2 | ---- | ---- | ---- |
Fuente: elaboración propia.
El tipo de antiparasitario más frecuente fue el de uso interno (59,6 %), seguido del uso combinado externo-interno (21,4 %) y el uso externo (14,3 %) (figura 1). Asimismo, las mascotas suelen ser mayormente desparasitadas cada tres meses (38,5 %); en menor porcentaje los propietarios manejan regímenes varios (28,8 %), desparasitan una vez al mes (16 %) o dos veces al mes (12,7 %) y también hay quienes no desparasitan (3 %) (figura 2).

Fuente: elaboración propia
Figura 1 Tipos de desparasitante utilizado para las mascotas en los hogares de la población universitaria. San José, Costa Rica (marzo-abril, 2019)

Fuente: elaboración propia
Figura 2 Frecuencia de desparasitación de las mascotas de estudiantes universitarios. San José, Costa Rica (marzo-abril, 2019)
Los hogares de los encuestados están constituidos en su mayoría por 4 personas (33 %); los siguen los hogares de 3 personas (21,3 %), 5 personas (18,3 %) y otros (27,4 %).
En la tabla 2 se puede observar la tenencia de perros y gatos según género del estudiante. Cabe resaltar que 15 hombres y 33 mujeres reportaron mascotas diferentes a las especies felinas y caninas, que no se muestran en la tabla 2. La mayoría de los encuestados desconocía el antiparasitario utilizado en sus mascotas (89,8 %), mientras una minoría (10,2 %) sí reconocía el medicamento que utilizaba en su mascota. Por otro lado, el 45,7 % de la población encuestada lleva a sus mascotas al veterinario cada 6-12 meses.
Tabla 2 Análisis de riesgo mujer/hombre para diferentes variables estudiadas
Variables | Femenino | Masculino | OR | IC 95 % | ||
---|---|---|---|---|---|---|
Sí | No | Sí | No | |||
Gatos | 57 | 184 | 37 | 107 | 0,90 | [0,56-1,44] |
Perros | 221 | 21 | 135 | 10 | 0,78 | [0,36-1,70] |
¿Conoce el desparasitante que utiliza? | 22 | 219 | 14 | 131 | 1,06 | [0,53-1,15] |
¿Usa otros medicamentos? | 43 | 199 | 30 | 115 | 1,21 | [0,72-2,03] |
¿Lleva mascota al veterinario? | 218 | 25 | 138 | 7 | 0,38 | [0,15-0,94] |
Nota: OR = Odd Ratio (Razón de momios). IC 95 % = Intervalo de confianza del 95 %
Fuente: elaboración propia.
El 65,3 % de los encuestados informó que su mascota duerme dentro del hogar; un 28,5 % dijo que su mascota dormía fuera del hogar y un 6,2 % indicó ambas opciones. Los propietarios señalaron que, en general, el baño de sus mascotas se realizaba cada mes, seguido de los que indicaron que lo realizaban cada 15 días, cada semana, cada 2 meses y quienes nunca bañaban a sus mascotas (figura 3).
Discusión
Se observa que la tenencia de mascotas en las familias de estudiantes universitarios es frecuente y el animal que más frecuentemente se ve en los hogares es el perro. Estos datos son respaldados por múltiples estudios (11,12,13).
El método más utilizado para llevar a cabo la desparasitación de los animales es a través del uso de desparasitantes internos, que se tiende a administrar de manera más común cada 3 meses. Esto último coincide con lo reportado por Fernández, en un estudio que se realizó en Costa Rica en el año 2008 (14). Dicho hallazgo nos lleva a identificar que existe una tendencia a utilizar prácticas de desparasitación comunes, las cuales se mantienen en el tiempo, y buscan evitar la aplicación de productos externos con un máximo de 4 desparasitaciones al año.
En cuanto al desconocimiento de los productos desparasitantes utilizados en las mascotas (89,8 %), y permite inferir una baja posibilidad de automedicación por parte de los propietarios, pero también abre las puertas a un futuro estudio donde se busque identificar esos productos, ya que, a pesar de ser recetados por un veterinario o recomendados por personal no veterinario, como ocurre frecuentemente en la práctica en Costa Rica, es conveniente conocer la frecuencia de posibles errores medicación como ocurre en la medicina humana, ya que ningún profesional está exento de ello (15,16,17,18).
Lo anterior tiene un especial interés, ya que, a pesar de que gran parte de los productos que se comercializan actualmente poseen un espectro de actividad amplio, aún encontramos que muchas moléculas, al ser de uso interno, se enfocan en parásitos internos y los de uso externo atacan comúnmente ectoparásitos (garrapatas, pulgas, ácaros, etc.). Por esto, en algunas situaciones se necesita el uso concomitante de ambas formas, para poder tener un control eficaz de parásitos (19,20,21).
De los encuestados, el 45,7 % lleva su mascota al veterinario al menos cada 6 a 12 meses, lo cual nos lleva a confirmar que los desparasitantes no siempre son recomendados por un veterinario, según los periodos de desparasitación reportados. Esto refuerza la necesidad de identificar los productos que se están usando, para reconocer el principio activo y si es correcto el régimen con que se está usando y evitar posibles efectos secundarios, como aparición de resistencia a estos productos (17,22).
La mayoría de los hogares están constituidos por al menos 4 miembros (33 %), y en el 65,3 % de ellos las mascotas duermen dentro del hogar, con lo cual se evidencia que la convivencia animal-humano es bastante alta. A los animales se les reporta una frecuencia de baño mensual o cada 15 días, lo cual se considera adecuado, más que todo en perros. A pesar de ello, existe un porcentaje considerable que esta fuera de estos rangos y que en algunos casos lo hacen de forma más frecuente, cada semana (15 %), lo cual resulta bien en algunos casos como lo indica Hisanaga (23). Sin embargo, esta práctica podría ocasionar problemas de resequedad, picor y descamación en la piel en algunos animales.
En el otro extremo se reportan aquellas situaciones en que la higiene de las mascotas es cada 2 meses (12 %) o que nunca la realizan (3 %), lo cual puede promover la aparición de enfermedades e infecciones parasitarias. En dichas circunstancias, es importante mantener adecuadas medidas de higiene con respecto a las mascotas a fin de prever enfermedades que las mascotas puedan transmitir a las personas (24). En relación con el género, los hombres son quienes están más pendientes de que las mascotas asistan al veterinario (OR mujer/hombre = 0,38). Este dato refleja que la mayor tenencia de animales está a favor del sexo femenino, grupo que según se muestra da una menor atención que los hombres en este aspecto en particular.
Es necesario realizar mayor difusión de información sobre los cuidados que deben recibir los animales domésticos, con miras a garantizar un mejor manejo de ellos y crear conciencia en el uso racional de los medicamentos que se utilizan. A su vez es importante garantizar mascotas saludables, en espera de proteger el bienestar de ellas como de sus propietarios, en busca de mejores condiciones para la salud pública (25).
Conclusión
Se evidencia que los perros son las mascotas más comunes dentro de los hogares. A su vez, se demostró que la población en estudio utiliza principalmente desparasitantes de manejo interno y con una frecuencia de uso de cada 3 meses. Asimismo, existe una alta convivencia humano-animal dentro de los hogares, que vuelve evidente la necesidad de mantener adecuadas normas de higiene para con estas. Es necesario un futuro estudio donde se evidencie el tipo de principio activo que se utiliza en las mascotas, quien lo receta y los posibles errores de medicación, no reportados, que podrían estar ocurriendo.