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Boletín de Investigaciones Marinas y Costeras - INVEMAR

versão impressa ISSN 0122-9761

Bol. Invest. Mar. Cost. v.34 n.1 Santa Marta dez. 2005

 

 

AVES DE LA PARTE BAJA DEL RÍO SINÚ,CARIBE COLOMBIANO; INVENTARIO Y AMPLIACIONES DE DISTRIBUCIÓN

 

Birds of the lower part of the Sinú river, Colombian Caribbean; inventory and distribution extensions

 

Felipe A. Estela1 y Mateo López-Victoria2

1Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras "José Benito Vives De Andréis" - INVEMAR, Cerro Punta Betín, Santa Marta, Colombia. Asociación para el Estudio y Conservación de las Aves Acuáticas en Colombia-CALIDRIS, Carrera 24F Oeste # 3-25, Tel. 6812853, Cali, Colombia. E-mail:felipe@calidris.org.co.
2Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras "José Benito Vives De Andréis" - INVEMAR, Cerro Punta Betín, Santa Marta, Colombia. E-mail: Mateo.Lopez-Victoria@bio.uni-giessen.de



RESUMEN

El conocimiento de la distribución geográfica de las aves en el Caribe colombiano tiene grandes vacíos de información. Algunos de los ambientes menos estudiados y de mayor importancia por su alta riqueza de aves son los humedales costeros. Desde 1998 se vienen realizando inventarios y monitoreo de las poblaciones de aves de la parte baja del río Sinú. Hasta julio de 2005 se han registrado 296 especies de aves, de las cuales 41 son nuevos registros para esta parte del Caribe, y para ocho especies migratorias se adicionan nuevas localidades de invernada. Se comprobó la reproducción de 98 especies en el área. Tres especies se encuentran en alguna categoría de amenaza a nivel nacional y seis tienen distribución restringida. Estos nuevos registros se explican en razón de la escasa información previa acerca de la avifauna de esta localidad costera.

PALABRAS CLAVE: Aves, Caribe colombiano, Humedales, Distribución geográfica, Especies migratorias.


ABSTRACT

Knowledge of the geographical distribution of the birds in the Colombian Caribbean is still meager. Coastal wetlands are among the less studied environments in the area and one of the most important for their high bird richness. Since 1998, inventories and monitoring of the bird populations of the lower part of the Sinú river have been made. Until July 2005, 296 bird species have been recorded for the area, 41 of which are new for this part of the Caribbean; in addition, new wintering localities were noted for eight migratory species. Breeding records were obtained for 98 species. Three species are threatened at some level and six have a restricted geographic distribution. New records for the area are explained in terms of the limited previous knowledge of the region’s avifauna.

KEY WORDS: Birds, Colombian Caribbean, Wetlands, Geographic distribution, Migratory species.


 

La ornitología en Colombia ha sido ejercida con mayor énfasis en la región Andina. En la región del Caribe se han hecho muy pocos y esporádicos estudios y por ende, los inventarios taxonómicos son deficientes y desactualizados. La distribución geográfica de las aves de esta región, sintetizada en Hilty y Brown (1986), se basa principalmente en inventarios completos de la Sierra Nevada de Santa Marta (Todd y Carriker, 1922), el golfo de Urabá (Haffer, 1975) y la península de La Guajira (Haffer, 1961), así como en trabajos puntuales en distintos lugares del Caribe (Dugand 1939a, 1939b, 1940a, 1940b, 1940c, 1947) y la revisión de las aves marinas y playeras de Naranjo (1979). Existe adicionalmente un estudio a lo largo de la costa caribeña realizado por de Ayala (1997) sobre aves de manglar. Otras observaciones puntuales de varios ornitólogos, se han concentrado en inmediaciones de los principales centros urbanos y turísticos de la región, Cartagena de Indias, Barranquilla y Santa Marta (p. ej. Gochfeld et al., 1980). En la última década se han incrementado el número de investigaciones ornitológicas en la región, gracias a iniciativas individuales o al surgimiento de organizaciones ornitológicas en Barranquilla y Santa Marta. Pese a la información acumulada, son pocas las publicaciones científicas y populares sobre las aves del Caribe colombiano.

Entre la comunidad ornitológica ha sido común la idea de que los manglares mantienen poca diversidad de aves, excepto para especies playeras y acuáticas que se alimentan en los planos lodosos adyacentes. Esta afirmación es válida si se compara con otro tipo de bosques, pero en general es una apreciación subjetiva producto de la falta de información (Naranjo, 1997). Los manglares y las lagunas costeras en la costa Caribe colombiana, así como sus humedales de agua dulce, se caracterizan por una elevada diversidad biológica, y están sometidos a una presión continua por ser núcleos de desarrollo económico producto de la explotación pesquera y maderera (Naranjo, 1998; Naranjo et al., 1999). La deforestación de manglares y la reducción de humedales de río (p. ej. madreviejas) puede ser considerada una amenaza para las aves a escala regional y continental, ya que ocasiona la pérdida de sitios de reproducción y de grandes concentraciones de aves en época de migración (McNeil et al., 1985; Lefebvre et al., 1992; 1994; Naranjo, 1997).

Desde 1998 el INVEMAR adelanta estudios sobre la avifauna en la parte baja del río Sinú, incluyendo inventarios exhaustivos y el monitoreo de las poblaciones de aves. Sobre la avifauna del último tramo del río y sus humedales asociados existe poca información, limitándose a algunas observaciones de Dahl y Medem (1964), de Ayala (1997), ver listado de este trabajo también en Sánchez-Páez y Álvarez-León (1997), y Ruíz-Ovalle (2002), además de registros puntuales en zonas cercanas y de reciente aparición (Moreno et al., 1999; Jaramillo, 2001; Estela, 2002; Estela et al., 2004). Adicionalmente Campos et al. (2004) hacen una compilación de las aves observadas en la Ciénaga Grande de Santa Marta por varios observadores durante los últimos años. Es tan significativa la avifauna en este sector, que ha sido recientemente declarado como AICA (Área Importante para la Conservación de las Aves) por el Instituto Alexander von Humboldt y BirdLife Internacional (Franco-Maya y Bravo 2005). La presente contribución tiene como objeto actualizar el listado de la avifauna de la costa central del Caribe colombiano, particularmente de los manglares y ambientes estuarinos de esta región del país.

 

ÁREA DE ESTUDIO Y MÉTODOS

El río Sinú es el tercero más caudaloso de la cuenca Caribe colombiana, después del Magdalena y el Atrato. Nace en la cordillera Occidental en el Nudo de Paramillo y recorre una extensa región del departamento de Córdoba alimentando un amplio complejo de humedales. Los últimos 50 km de su recorrido comprenden una red de madreviejas y ciénagas de agua dulce, y una zona deltaica-estuarina que incluye la bahía de Cispata y la desembocadura en el delta de Tinajones. Este complejo se encuentra ubicado en el extremo sur del golfo de Morrosquillo, en los municipios de San Antero, Lorica y San Bernardo del Viento, departamento de Córdoba (Figura 1). En el sector estuarino se encuentra uno de los cinco manglares más extensos (ca. 80 km2) y en mejor estado de conservación del Caribe colombiano (Álvarez-León y Polanía 1996), el cual está dividido por ciénagas, planos lodosos, caños y playas arenosas, y circundado por potreros y fragmentos de bosque seco (Posada-Posada et al., 2004). No obstante el buen estado de conservación del manglar, todo el complejo de humedales del río está afectado por la regulación de su caudal a partir del año 2000, cuando comenzó a funcionar la hidroeléctrica Urrá I en la parte alta del río, además de verse afectado por la contaminación por productos agroquímicos, la explotación maderera y el aumento del turismo sin control ni legislación (Álvarez-León y Polanía, 1996; Naranjo et al., 1999).

Desde 1998 se adelantan observaciones sobre avifauna en el área de estudio y a partir de noviembre de 2000, un monitoreo con base en una red de estaciones fijas, para evaluar los efectos de la regulación del caudal del río en las poblaciones de aves. Las observaciones se concentraron en bosques de manglar (ciénaga de Mestizos, Caño Dago y Caño Ostional), playas (Nisperal, Terraplen y Blanca), planos lodosos (Nisperal y salitral Sonia), potreros (carretera a playa Blanca y Agrosoledad), relictos de bosque seco (Agrosoledad), humedales de río (ciénaga El Bongo e Isla Grande), y zonas de transición estuario-río (Caño Sicará, Caño Grande y ciénaga de Corozo). Otras observaciones se realizaron en centros poblados, zonas rurales, cultivos, ciénagas, el delta de Tinajones y en el mar (Figura 2). Un análisis cuantitativo y detallado sobre la avifauna de la región en función del uso que hace de los distintos hábitats, será publicado en una contribución posterior.

 

RESULTADOS

Hasta julio de 2005 se han observado 296 especies de aves pertenecientes a 61 familias (Anexo 1). Se comprobó la reproducción de 98 especies en el área con observaciones de los nidos, polluelos o juveniles. También se registraron 64 especies migratorias, tres con algún grado de amenaza al nivel nacional según Renjifo et al. (2002) y seis con distribución restringida según la clasificación de Stiles (1998). A continuación se presenta la lista anotada de las 41 especies con ampliación en su distribución geográfica y las nuevas localidades para ocho especies migratorias, con respecto a las distribuciones presentadas por Hilty y Brown (1986), complementadas por otros trabajos que se especifican en cada caso. La nomenclatura y secuencia taxonómica de familias y especies sigue a Remsen et al. (2005); los nombres comunes fueron tomados de Hilty y Brown (2001).

Ampliaciones de Distribución

Pato Cariblanco (Anas bahamensis): Grupo de seis individuos nadando en pequeñas charcas de agua en el plano lodoso de Nisperal en abril de 2004; junto a este grupo se encontraban varios individuos (>30) de Pato Careto (Anas discors). Previamente registrado desde Cartagena hasta la Ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM). Se encuentra presente en la mayoría de islas del Caribe (Raffaelle et al., 1998) y en la costa venezolana (Hilty, 2002). Este registro constituye el más occidental en la costa Caribe suramericana.

Vaco Cabecinegro (Tigrisoma fasciatum): Registrada continuamente, solitaria y ocasionalmente en parejas, en el interior de los bosques de manglar de la bahía Cispata. Entre julio y septiembre se observaron juveniles. Esta garza es propia de orillas boscosas de ríos y quebradas, por ende muy afectada por la deforestación. Aunque actualmente no se considera amenazada a nivel nacional (Renjifo et al., 2002) se ha tenido en listas anteriores (Renjifo, 1998). Registrada previamente entre 160 y 1800 m de altitud en las selvas húmedas del Pacifico, el piedemonte amazónico y en la vertiente nororiental de la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM). También se encuentra en las vertientes del Caribe de Costa Rica y Panamá (Stiles y Skutch, 1989), así como en zonas costeras de Venezuela (Hilty, 2002). Aunque Olivares (1973) propone su distribución para toda la región occidental del Caribe colombiano, no especifica localidades. Recientemente ha sido registrada en la serranía de San Lucas (Salaman et al., 2002) y en el Magdalena Medio (Stiles et al., 1999).

Vaco Mejicano (Tigrisoma mexicanum): Observada con frecuencia en el interior del manglar de la ciénaga Mestizos, Caño Salado y Caño Dago (Figura 3a). Sólo existen dos registros previos publicados, Golfo de Urabá (Haffer, 1975) y Guapi, Cauca (Olivares, 1973). De Ayala (1997) lo observó en el golfo de Urabá, la bahía de Cispata y en la isla de Salamanca.

Avetorrillo Estriado (Ixobrychus involucris): Aunque esta especie no fue observada por los autores, J. Rojas la registró en Caño Grande durante 1998 y de Ayala (1997) en la bahía de Cispata, en las islas del Rosario y la isla de Salamanca. Previamente registrada en el bajo valle del río Magdalena, la CGSM, y en la vertiente oriental de la cordillera Oriental (Meta). Según Olivares (1973) se distribuye en toda la región Magdaleno-Caribe, sin especificar localidades.

Garza Rojiza (Egretta (=Dichromanassa) rufescens): Dos individuos en plumaje intermedio entre fase clara y oscura, vadeando en un manglar en la ciénaga Ostional, en febrero de 2001. Esta garza es muy errática y probablemente estacional y migratoria (Stiles y Skutch, 1989; Rafaelle et al., 1996; Hilty, 2002). Previamente registrada en el Caribe entre La Guajira y Barranquilla y otro registro en La Boquilla (L.G. Naranjo, com. pers.); en el Pacífico solo en Buenaventura. Olivares (1973) menciona registros para dos localidades en el Caribe, Turbo (Antioquia) y Cartagena de Indias.

Corocora (Eudocimus ruber): A pesar de no haber sido observado por ninguno de los autores, los pescadores de la región lo reconocen como una especie común en la zona, aunque ha mermado mucho su población en los últimos años; en agosto de 2001, durante la época de reproducción del Ibis Blanco (Eudocimus albus), se observó en un grupo de juveniles uno totalmente rosado, posiblemente un híbrido entre esas dos especies. Además existen observaciones de esta especie cerca de Lorica en la ciénaga de Bañó (A. Mejía com. pers). El Corocora es común en los Llanos Orientales, y en el Caribe se encuentra desde la península de La Guajira hasta Cartagena; recientemente registrado en el Valle del Cauca (Naranjo, 2004).

Ibis Pico de Hoz (Plegadis falcinellus): Relativamente común a lo largo de todo el año en los humedales de agua dulce periféricos del estuario. Entre los meses de junio a septiembre de 2001 se observaron 200 parejas anidando en una colonia mixta ubicada en la camaronera Agrosoledad. Previamente registrada en el embalse del Guájaro en el departamento del Atlántico y en el bajo valle del Magdalena. Recientemente Stiles (2001) lo registró cerca al municipio de Santa Lucia (Atlántico) donde es abundante y se reproduce.

Guala Sabanera (Cathartes burrovianus): Se observaron grupos de entre dosy cinco individuos en Caño Sicará y en la ciénaga El Bongo, entre noviembre de 2000 y agosto de 2001; en varias ocasiones hubo presencia de juveniles, reconocidos por tener la cabeza más pálida. Registrada previamente en los Llanos Orientales y las partes altas de los valles interandinos. En el Caribe solo en zonas secas entre Cartagena y la SNSM, así como en el valle del río Cesar. Recientemente registrada en la serranía de San Lucas (Salaman et al., 2002) y en la zona húmeda y baja del Magdalena Medio (Stiles y Bohórquez, 2001).

Caracolero Selvático (Chondrohierax uncinatus): Un individuo observado en febrero de 2001 en remanentes de bosque seco alrededor de la ciénaga El Bongo. En el Caribe se encuentra desde el departamento del Atlántico hasta La Guajira y en la parte alta del río Sinú. Este registro sugiere su presencia a todo lo largo del río Sinú.

Aguililla Plomiza (Ictinia plumbea): Un individuo observado en agosto de 2001 en potreros cercanos a la desembocadura del río Sinú, en el delta de Tinajones. Registrada en las zonas húmedas de Urabá y el valle del Magdalena hasta la CGSM, y recientemente en la vertiente norte de la SNSM (Strewe y Navarro, 2003). Este registro llena un vacío en su distribución en zonas secas del Caribe colombiano.

Halcón Collarejo (Micrastur semitorquatus): Observado con frecuencia en canales arbolados, no de manglar, dentro de la camaronera Agrosoledad, en enero de 2005 se observó un juvenil. Este halcón se encontraba registrado previamente en la parte media del valle del Magdalena y en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, por lo cual este registro sugiere su presencia en la llanura del Caribe colombiano.

Carrao (Aramus guarauna): Muy común en las zonas periféricas del estuario y los humedales de agua dulce de la región (Figura 3b), así como en las zonas de cultivos de arroz; en menor frecuencia se observó en pantanos internos en los manglares. Se observaron individuos construyendo nidos en mayo en el Caño Sicará y juveniles en los meses de julio, agosto, septiembre y octubre. Registrado previamente en toda la costa Pacífica, y en el Caribe desde Santa Marta hasta Cartagena, con registros puntuales en ciénagas interiores del valle del río Sinú y algunos humedales de zonas andinas y del oriente del país; recientemente en la serranía de San Lucas (Salaman et al., 2002). Este registro sugiere su presencia a todo lo largo del río Sinú y sus humedales asociados.

Chilacoa Costera (Aramides axillaris): Dos individuos observados en abril de 2001 en la ciénaga Corozo en el interior del estuario, en bosques de transición entre manglar y otros bosques inundables con presencia de Cativo (Prioria copeifera). Otro individuo en el caño de acceso a la ciénaga Mestizos en zonas dominadas por el helecho Matatigres (Acrostichum aureum) y con presencia de Mangle Piñuelo (Pelliciera rhizophorae). Se conoce de la zona costera entre Cartagena y las estribaciones de la SNSM en el Parque Nacional Natural Tayrona; también conocida para la zona costera del Chocó en la costa Pacífica.

Gaviotín Fluvial (Sterna superciliaris): Solitario o en grupos de hasta cinco individuos, este gaviotín es común en los humedales periféricos del estuario como la ciénaga El Bongo; también se observó con frecuencia en ciénagas internas y de mayor tamaño como Soledad y Ostional. Para el Caribe colombiano reviamente registrado en el río Magdalena, en el sur de Bolívar, así como en el departamento del Cesar; no se conocían registros de esta especie en aguas cercanas a la costa.

Torcaza Nagüiblanca (Zenaida auriculata): Torcaza muy común en remanentes de bosque seco y en la periferia del estuario; también en las zonas de cultivo de arroz, potreros y asentamientos humanos. En el Caribe se encuentra desde el departamento del Atlántico hasta La Guajira. Es una especie muy favorecida por la deforestación (Hilty, 1985), situación que ha propiciado su dispersión en Colombia.

Periquito Azulejo (Forpus xanthopterygius): Se observó una pareja en septiembre de 2001 en ciénaga El Bongo, alimentándose de frutos pequeños de Melastomataceas. Recientemente establecida su distribución en la región central del Caribe colombiano, desde el piedemonte sur de la SNSM, hasta el norte del golfo de Morrosquillo, con reservas sobre su presencia (Rodríguez-Mahecha y Hernández-Camacho, 2002). El presente registro confirma su distribución costera hacia el sur, al menos hasta la parte baja del valle del río Sinú.

Periquito de Anteojos (Forpus conspicillatus): Perico muy común en las zonas secas de la periferia del estuario, cultivos, jardines y zonas suburbanas. Sólo se tenían registros documentados para la región costera del Caribe colombiano en el Urabá chocoano; se distribuye en la zona andina del país hasta los bosques húmedos del Magdalena Medio y en buena parte de los Llanos Orientales (ver Rodríguez-Mahecha y Hernández-Camacho, 2002). Es una especie favorecida por la deforestación (Hilty, 1985).

Cuclillo Rabicorto (Coccyzus pumilus): Ocasionalmente se le observó en la vereda Isla Grande en potreros arbolados y en jardines cercanos a pantanos estacionales del río Sinú, también en las orillas de los principales caños del estuario. Se cuenta con registros puntuales en la SNSM y los departamentos de Atlántico y Cesar. El presente registro es el más occidental en la costa Caribe colombiana.

Lechuza Común (Tyto alba): Observada en tres ocasiones entre agosto y septiembre de 2001 en la zona suburbana de playa Blanca, cazando ratones en los patios de las casas; sus vocalizaciones se escuchan regularmente en las noches. Registrada en el Caribe colombiano en el piedemonte de la SNSM y en la zona circundante de la CGSM. Este registro es el más occidental en la costa Caribe colombiana.

Búho Rayado (Pseudoscops (=Rhinoptynx) clamator): Observado hacia el crepúsculo en la estación Amaya en noviembre de 2000, posado en un árbol (Figura 3c). Registros previos para la zona costera del Caribe colombiano en cercanías a Santa Marta. Este registro es el más occidental en la costa Caribe colombiana.

Guardacaminos Rastrojero (Caprimulgus cayennensis): Registrado todos los meses en el interior del bosque seco en Agrosoledad. En el resto del Caribe desde Cartagena hasta La Guajira. El presente registro es el más occidental en la costa Caribe colombiana. Esta es una especie favorecida por la deforestación (Hilty, 1985).

Vencejo de Collar (Streptoprocne zonaris): En abril de 2001 se observó una bandada de 70 de estos vencejos en la ciénaga Ostional; también en potreros cercanos a playa Blanca otra bandada de 25 individuos, mezclados con diez vencejos pequeños del genero Chaetura, cuya especie no se pudo establecer. Otras bandadas similares se observaron en julio y octubre de 2004. Para el Caribe colombiano sólo estaba registrado en la SNSM.

Colibrí Zafirino (Lepidopyga coeruleogularis): Colibrí poco común en los manglares de la bahía Cispata, registrado dos veces en los meses de septiembre y octubre de 2001 en Caño Dago. Conocido previamente desde el sur del Chocó hasta los manglares de Urabá, y desde la parte norte del golfo de Morrosquillo hasta Santa Marta; el presente registro llena un vacío hipotético en su distribución; recientemente registrado en La Guajira (R. Strewe, com. pers.).

Batará Carcajada (Thamnophilus multistriatus): Común en zonas de matorrales y jardines, también presente en manglar y humedales de agua dulce. Se diferenció de Batará Barrado (Thamnophilus doliatus), también presente en la zona, por diferencias en sus vocalizaciones. Registrado recientemente en la serranía de San Lucas (Salaman et al., 2002), y previamente en otras regiones interiores de Colombia. El presente es el primer registro cercano a la costa para Colombia y el primero en manglar.

Hormiguero Negruzco (Cercomacra tyrannina): Frecuente en zonas de potreros con pequeños parches de arbustos, circundantes a humedales de agua dulce (p. ej. El Bongo). También se observó con frecuencia en vegetación relictual de bosque seco en Agrosoledad. Previamente registrado en las zonas bajas y húmedas del norte de las cordilleras Central y Occidental. Este registro es el primero para la sabana seca del Caribe.

Elaenia Menor (Elaenia chiriquensis): Observada con poca frecuencia en zonas suburbanas de la vereda Amaya y en los bosques secos de Agrosoledad. Previamente registrada en la parte norte de la SNSM; el presente registro añade un punto en su distribución costera para el Caribe colombiano.

Tiranuelo Murino (Phaeomyias murina): Bastante común en bordes de bosque seco en Agrosoledad y en zonas de cultivos de arroz y zonas suburbanas en Caño Grande y Amaya. Registrado previamente en el Caribe colombiano entre Cartagena y La Guajira, además de otros registros dispersos hacia el interior del País. El presente registro es un punto intermedio entre lo anteriormente documentado para el Caribe colombiano.

Tiranuelo Mísero (Zimmerius villisimus): Observado con frecuencia en bordes de bosque seco y matorrales en Agrosoledad, generalmente haciendo parte de bandadas mixtas. Registrado previamente en Urabá, en la SNSM y en la serranía de Perijá. El presente registro es un punto intermedio entre lo anteriormente documentado para el Caribe colombiano.

Picoplano Oliváceo (Rhynchocyclus olivaceus): Observado con frecuencia en el interior del bosque seco en Agrosoledad. En el mes de septiembre de 2001 se observó un individuo transportando material para construcción de nido. Uno de los autores (FAE) lo observó en Buena Vista, Córdoba en octubre de 2004. Previamente registrado en Urabá y en la SNSM, y un registro en el norte de Sucre en la serranía de San Jacinto. Recientemente registrado en el Magdalena Medio (Stiles et al., 1999). Estos registros sugieren la distribución de esta especie por toda la costa Caribe colombiana.

Atrapamoscas Piconegro (Aphanotriccus audax): Observado en el mes de septiembre de 2001 en un borde de manglar en Agrosoledad. Previamente registrado en las zonas húmedas entre Urabá y el Magdalena Medio, con registros puntuales en las serranías de San Jacinto y Perijá. Esta especie esta catalogada como casi amenazada por Renjifo et al. (2002). Uno de los autores (FAE) observó esta especie en octubre de 2001, en un borde de manglar en la bahía de Chengue (PNN Tayrona). Estos registros sugieren la presencia de esta especie en todo el Caribe colombiano.

Plañidera Rufa (Rhytipterna holerythra): Una pareja observada en febrero de 2001 en el dosel del manglar circundante de un plano lodoso en la playa Nisperal. Previamente registrada para la zona húmeda entre Urabá y el Magdalena Medio, así como en toda la costa del Pacífico colombiano; recientemente observada en la serranía de San Lucas (Salaman et al., 2002). El presente es el primer registro en bosques de manglar y el primero para el Caribe colombiano.

Atrapamoscas Venezolano (Myiarchus venezuelensis): Observado con frecuencia en las zonas suburbanas de Amaya y Playa Blanca, y en potreros de Agrosoledad. Previamente registrado en Colombia desde la serranía de San Jacinto hasta La Guajira. El presente registro amplía un poco su distribución costera hacia el sur del Caribe colombiano.

Saltarín Oliva (Piprites chloris): Observado en los meses de junio y septiembre en el manglar de Agrosoledad, alimentándose de frutos de Mangle Bobo (Laguncularia racemosa) e insectos. Registrado previamente en varias localidades dispersas al interior de Colombia; el presente es el primer registro cercano a la costa para Colombia y el primero en manglar.

Parlotero Malcasado (Tachyphonus rufus): Se observó un grupo de cuatro individuos en marzo de 2001 en bordes de manglar del salitral Sonia. Registrado solo en el PNN Tayrona, y en las zonas húmedas del Magdalena Medio; hacia el interior del País existen varios registros puntuales dispersos. El presente registro llena un vacío en su distribución latitudinal.

Azulejo Glauco (Thraupis glaucocolpa): Se observaron de dos a cuatro individuos, entre abril y agosto de 2001, en los bosques secos de Agrosoledad y en octubre de 2004 se observó con frecuencia en la zona suburbana de San Antero y la vereda Amaya. Previamente registrado en zonas secas desde Cartagena hasta La Guajira. El presente registro amplía de manera puntual su distribución costera.

Sicalis Sabanero (Sicalis luteola): Muy común en zonas suburbanas, cultivos y bordes de bosque seco. Previamente registrado de manera puntual en varias partes del País. El presente registro constituye un punto intermedio en su distribución para Colombia. Esta especie, al igual que el Sicalis Coronado (S. flaveola) son muy apetecidos por el hombre como mascotas; por su abundancia en el área estudiada es poco probable que se trate de individuos escapados de cautiverio.

Espiguero Pizarra (Sporophila schistacea): Similar en su distribución y abundancia a la especie anterior. Previamente varios registros puntuales en todo el País; para el Caribe solo uno en Urabá. Es una especie muy común en todo el Caribe colombiano.

Espiguero Capuchino (Sporophila nigricollis): Menos común que la anterior, pero también presente en los mismos ambientes. Previamente registrada en el Caribe solo en el PNN Tayrona y en las zonas húmedas del Magdalena Medio. El presente registro constituye el punto más occidental de la distribución de la especie en la costa Caribe.

Reinita Enmascarada (Geothlypis aequinoctialis): Dos individuos registrados en Isla Grande en abril de 2004. Previamente registrada de manera puntual en el centro y oriente del País, y en el Magdalena Medio. El presente es el primer registro para la región costera del Caribe colombiano.

Turpial Real (Icterus icterus): Se observaron cuatro individuos entre diciembre de 2000 y agosto de 2001 en la playa Nisperal, forrajeando en Mangle Zaragoza (Conocarpus erectus). Previamente registrado en zonas secas del Cesar y La Guajira, y el norte de la Orinoquía. Por su canto, este turpial es muy apetecido por el hombre como ave de jaula, y es posible que los individuos observados se hayan escapados del cautiverio. El presente registro representa una ampliación inducida en su distribución costera hacia el suroccidente.

Chamón del Caribe (Molothrus aeneus): En agosto de 2001, un grupo de dos hembras y tres machos fueron observados en remanentes de bosque seco en Agrosoledad, intentando parasitar una colonia de Oropéndola Crestada (Psarocolius decumanus); al parecer sin éxito ya que durante los siguientes dos meses no se observaron polluelos del chamón. Seguramente no puede tener éxito con hospederos tan grandes como las oropéndolas, que si resultaron continuamente parasitadas por el Chamón Gigante (Molothrus oryzivorus). Previamente registrada desde Cartagena hasta la CGSM. El presente registro amplía su distribución costera hacia el sur-occidente.

Especies Migratorias

A continuación se presentan las ocho especies migratorias para las cuales se aportan nuevas localidades de invernada en el País.

Chorlo Dorado (Pluvialis dominica): Se observó un grupo de cinco individuos en el salitral Sonia en agosto de 2001. Los individuos se encontraban en plumaje intermedio entre reproductivo y de invierno. Durante su migración generalmente se encuentra al oriente de los Andes y ocasionalmente se registra en las costas Pacífica y Caribe de Sur América (Canevari et al., 2001). Previamente registrado en el Caribe colombiano en las localidades de Cartagena, La Boquilla, Lomarena, Galerazamba y Cangarú (Naranjo, 1979). El presente registro amplía los sitios de paso para esta especie durante su migración en Colombia.

Becasina Piquilarga (Limnodromus scolopaceus): En agosto de 2001, en el salitral Sonia se observaron cuatro individuos en plumaje reproductivo, entre un grupo de 25 Becasinas Piquicortas (Limnodromus griseus), lo cual facilitó su identificación mediante la comparación de tamaño y coloración de ambas especies. Su presencia en Colombia sólo estaba documentada para Cartagena (Naranjo, 1991).

Falaropo Tricolor (Steganopus (=Phalaropus) tricolor): Se observaron tres individuos en agosto de 2001 en el salitral Sonia, nadando en pequeños charcos formados por las lluvias. Registrado en el Pacifico, con un único registro para el Caribe en la población de Ciénaga, departamento del Magdalena (Naranjo et al., 1985). El presente registro amplía su distribución invernal para el Caribe colombiano.

Guardacaminos de Carolina (Caprimulgus carolinensis): Durante el mes de septiembre de 2001 se observaron tres grupos de hasta siete individuos volando desde el interior del mar hacia la costa. No se tenían registros previos de esta especie migratoria en las costas colombianas.

Martín Pescador Migratorio (Ceryle alcyon): Observado con relativa frecuencia entre octubre y febrero en varias localidades del estuario y en la ciénaga El Bongo. Previamente registrado desde la región costera del sur de La Guajira hasta Cartagena.

Reinita Cabecidorada (Protonotaria citrea): Especie muy común en bosques de manglar desde septiembre hasta abril. Previamente registrada en forma aislada en varias localidades; el presente registro confirma la sospecha de Hilty y Brown (1986) sobre su amplia distribución en Colombia.

Reinita Encapuchada (Wilsonia citrina): Se observaron tres machos de esta reinita en septiembre de 2001 en la playa Nisperal, forrajeando en Mangle Zaragoza (Conocarpus erectus), y en El Bongo en arbustos en los potreros aledaños a los humedales. Solo se tienen registros previos para el PNN Tayrona y recientemente en la SNSM (Strewe y Navarro, 2003). El presente registro amplía puntualmente su distribución durante la época de migración.

Reinita del Canadá (Wilsonia canadensis): Se observaron dos machos de esta reinita en septiembre de 2001 forrajeando en hojas de palma en zonas suburbanas de Playa Blanca. Sólo se contaba con registros previos para el Caribe colombiano en bosques montanos de la SNSM (Hilty y Brown, 1986). El presente registro amplía puntualmente su distribución durante la época de migración.

DISCUSIÓN

El listado presentado en el Anexo 1 constituye el inventario más completo de la avifauna de la región costera del Departamento de Córdoba y adicionalmente uno de los más completos para bosques de manglar de la cuenca del Caribe. Algunos otros estudios realizados en la CGSM registran muchas especies comunes entre las dos localidades y en ambientes similares, pero tan solo registran 199 especies (p. ej. Hennig, 2001; Campos et al., 2004). El presente listado contribuye además a desvirtuar la suposición de que los manglares soportan una baja diversidad de aves, aunque no resulten equiparables por ejemplo, a las selvas húmedas tropicales o los bosques andinos.

Si bien es cierto que esta región es rica en aves y el manglar está en buen estado de conservación, fue habitada desde tiempos prehispánicos por indígenas Zenúes, quienes durante siglos manejaron los humedales mediante la construcción de sistemas de riego (Plazas et al., 1993). Es de suponer entonces que el uso y manejo de fauna acuática viene desde esa época, de lo cual hay evidencia en la orfebrería y metalurgia de esos primeros pobladores (Legast, 1980). A partir de la época de la conquista, y particularmente durante el último siglo, el paisaje ha sido profusamente transformado (Márquez, 2001), incluso por fenómenos naturales como el cambio en la desembocadura del río (Robertson y Chaparro, 1998). Estos eventos pueden explicar el por qué de la ausencia de algunas especies como tucanes y otros frugívoros de dosel, además de la aparente reducción de algunas especies acuáticas (p. ej. patos y cigüeñas). En un informe sobre los patos silvestres y los Pelecaniformes del río Sinú, Dahl y Medem (1964) mencionan que la cacería en el valle del río tiene largas tradiciones, y registraron las siguientes especies de patos que no se observaron durante el presente estudio: Pato Rabo de Gallo (Anas acuta), Pato Colorado (Anas cyanoptera), Pato Cucharo (Anas clypeata), Pato Negro (Netta erythrophthalma) y Pato Canadiense (Aythia affinis). Teniendo en cuenta que se han realizado observaciones desde finales de 1998 y en todos los ambientes del estuario, y considerando que se trata de aves de interés cinegético y deportivo, es de suponer una disminución local de sus poblaciones o incluso su extinción por cacería. N. erythrophthalma se presume extinta a nivel Nacional, y A. cyanoptera está amenazada a nivel nacional (ver Renjifo et al., 2002).

Tres del total de especies registradas en el área estudiada se encuentran amenazadas a nivel nacional (ver Renjifo et al., 2002); dos de ellas tratadas anteriormente, el Atrapamoscas Piquinegro (Aphanotriccus audax) y el Chamón del Caribe (Molothrus aeneus (=armenti)). El Chavarri (Chauna chavaria) por su parte, es considerado vulnerable por la reducción de los humedales del Caribe que constituyen su hábitat (Botero, 2002). En el área estudiada es una especie poco común y se encuentra frecuentemente en cautiverio en las casas de las orillas de los principales caños del estuario.

La Garza Colorada (Agamia agami) y el Vaco Cabecinegro (Tigrisoma fasciatum) son dos garzas muy poco conocidas y de hábitats boscosos, amenazadas a nivel continental (Collar et al., 1992), y consideradas como casi amenazadas por el grupo de especialistas en garzas (Hafner et al., 2000). Estas dos especies fueron consideradas casi amenazadas a nivel nacional por Renjifo (1998), aunque en la última revisión no fueron incluidas (Renjifo et al., 2002); en el estuario del río Sinú y sus humedales aledaños son frecuentes y se reproducen. Adicionalmente Hafner et al. (2000) consideran casi amenazadas al Vaco Mexicano (Tigrisoma mexicanum) y el Guaco Manglero (Nyctanassa violacea) por su restricción a humedales costeros.

A pesar de los dramáticos cambios en la vegetación original de la región Caribe colombiana (Márquez, 2001), que seguro propiciaron modificaciones en la distribución de las aves, la gran mayoría de ampliaciones en los rangos de distribución aquí presentadas reflejan la falta de conocimiento previo sobre la avifauna de la parte baja del río Sinú y en general de la región costera del Caribe colombiano. No obstante, casos como el de la Torcaza Nagüiblanca (Zenaida auriculata), el Periquito de Anteojos (Forpus conspicillatus) y el Guardacaminos Rastrojero (Caprimulgus cayennensis) parecen estar relacionados con la deforestación y adecuación de tierras para ganadería o agricultura, ya que les favorecen tales cambios en la cobertura vegetal (Hilty, 1985). El caso de algunas especies particularmente apetecidas por el hombre como mascotas, como por ejemplo el Turpial Real (Icterus icterus) pueden considerarse como casos de ampliaciones inducidas y de origen antrópico, que no necesariamente aseguran el establecimiento de poblaciones de esas especies en las regiones en donde han sido introducidas, pero que sin lugar a dudas lo propicia.

El notorio número de especies migratorias constituye una buena prueba de la importancia de los ambientes de la parte baja del río Sinú como sitio de llegada de estas aves al País. En algunas ocasiones se observaron bandadas de aves migratorias entrando a los bosques de mangle desde mar abierto. Adicionalmente se ha documentado también la presencia de algunas especies migratorias poco conocidas de Passeriformes (Jaramillo, 2001; Estela, 2002) y de aves marinas de la familia Stercorariidae (Estela et al., 2004).

La avifauna de la parte baja del río Sinú corrobora la importancia de los ambientes de humedales costeros para la conservación de las aves en el Caribe colombiano. Esta zona amerita continuar con investigaciones sobre el uso que las aves hacen de los distintos ambientes presentes, con especial énfasis en sus actividades reproductivas y alimentarías. Es necesario evaluar otras regiones similares como los deltas del río Atrato y el canal del Dique, y las zonas estuarinas y lagunas costeras de La Guajira.

 

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo hizo parte del Plan de Seguimiento y Monitoreo de la Zona Deltaico Estuarina del Río Sinú realizado por el INVEMAR y financiado por Empresa Urrá S.A. E.S.P. Agradecemos el apoyo logístico adicional brindado por la Asociación CALIDRIS y la camaronera C.I. Agrosoledad S.A. O. Murillo, J. Rojas y J. C. Márquez compartieron sus observaciones de campo en Cispata, adicionalmente A. Mejía, J. M. Ruiz, P. Betancur y J. G. Jaramillo sus listados de especies de otros lugares del valle del río Sinú. Las investigaciones en aves de INVEMAR han contado con el apoyo de O. D. Solano y J. M. Díaz. En Agrosoledad hemos contado con el interés de J. V. Mogollón, J. Torres y W. Urango. Los mapas fueron realizados por D. Rozo del Laboratorio SIG de INVEMAR. En campo contamos con la compañía de A. Chaves, G. Cadena, K. Fierro, M. Ríos, S. Ocampo y G. Bravo. Los compañeros del proyecto Urrá P. Navajas, M. S. Mendoza H. Rodriguez, R, Sarabia, C. Torres, J. Ortíz y P. Reyes siempre colaboraron en las actividades de campo, al igual que el personal administrativo de la sede Cispata: M. Sabogal, L. Cabezas, F. Beltrán y H. Hurtado. Todos los desplazamientos en carro o lancha contaron con la ayuda y compañía de A. Pérez, T. Ladeuth, G. Ladeuth, A. Umedo, J. C. Grau y especialmente de Pablito Berrío. L. G. Naranjo, R. Franke y R. M. de Ayala hicieron valiosas correcciones y ugerencias durante el proceso de evaluación. A las comunidades de Amaya, Caño Grande, Caño Sicará y vereda Isla Grande por su hospitalidad y colaboración.

 

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