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Boletín de Investigaciones Marinas y Costeras - INVEMAR

versión impresa ISSN 0122-9761

Bol. Invest. Mar. Cost. vol.51 no.2 Santa Marta jul./dic. 2022  Epub 14-Dic-2022

https://doi.org/10.25268/bimc.invemar.2022.51.2.1124 

ARTICULO DE INVESTIGACIÓN

Vulnerabilidad costera ante el ascenso del nivel del mar en el suroccidente del Caribe colombiano

Luz Marleny García Echavarría1  * 
http://orcid.org/0000-0003-2469-8469

Javier Alcántara-Carrió2 
http://orcid.org/0000-0002-9840-4980

Alfredo Jaramillo Vélez3 
http://orcid.org/0000-0002-4901-0416

1 Grupo de Investigación en Sistemas Marinos y Costeros (GISMAC), Corporación Académica Ambiental, Universidad de Antioquía, Calle 70 No, 52-21 Medellín, Antioquia, Colombia. marleny.garcia@udea.edu.co

2 Departamento de Geología y Geoquímica, Universidad Autónoma de Madrid, España. javier.alcantara@uam.es

3 Grupo de Investigación en Sistemas Marinos y Costeros (GISMAC), Corporación Académica Ambiental, Universidad de Antioquía, Calle 70 No, 52-21 Medellín, Antioquia, Colombia. alfredo.jaramillov@udea.edu.co


ABSTRACT

One of the concerns about climate change is the rise in sea level, which is associated with an increase in coastal erosion, saline intrusion in estuaries and the risk of flooding. These changes make it necessary to evaluate the coastal susceptibility and its adaptation capacity facing with this phenomenon. The Coastal Vulnerability Index made up of the variables geomorphology, slope, rate of change of coastline, significant wave height, rate of change of relative sea level and mean tidal range, seeks to locally estimate vulnerability. This work focused on determining the Vulnerability in the coastline of the sectors Volcán de Lodo, Río Hobo, Zapata and Punta Las Vacas through the use of aerial photographs, satellite images, in situ data and government information, in order to specify those spaces in which effective management efforts must be concentrated for future adaptation. The application of the Integrated Coastal Vulnerability Index (IVC) shows that more than a third of the coastline studied is in a situation of very high vulnerability, highlighting the combination of high erosion rates (between 2 and 9.8 m /year) with sea level increases that reach 3 mm/year, highlighting the urgent need to prioritize and protect the Volcán de Lodo and Río Hobo sites. The vulnerability results generated by sea level rise do not assess the magnitude or the probability of its occurrence, nor do they attempt to quantify damages or costs. Therefore, it is suggested to continue with more detailed studies in those areas that are considered a priority to carry out the threat analysis and risk calculation.

KEYWORDS: susceptibility; climate change; sea level rise; coastal erosion.

RESUMEN

Una de las preocupaciones sobre cambio climático es el ascenso del nivel del mar, el cual se encuentra asociado a un incremento de la erosión costera, intrusión salina en estuarios y riesgo de inundación. Estas alteraciones hacen necesaria evaluar la susceptibilidad costera y su capacidad de adaptación ante este fenómeno. El Índice de Vulnerabilidad Costera integrado por las variables geomorfología, pendiente, tasa de cambio de línea de costa, altura del oleaje significante, tasa de cambio del nivel relativo del mar y rango mareal medio, busca estimar localmente la vulnerabilidad. El presente trabajo se enfocó en determinar la vulnerabilidad en la línea costera de los sectores Volcán de Lodo, río Hobo, Zapata y punta Las Vacas, mediante el uso de fotografías aéreas, imágenes satelitales, datos in situ e información gubernamental, con el fin de precisar aquellos espacios en los cuales se debe concentrar una gestión eficaz para una futura adaptación. La aplicación del Índice de Vulnerabilidad Costera integrado (IVC) muestra que más de un tercio del litoral estudiado se encuentra en situación de muy alta vulnerabilidad, destacando la combinación de alta tasas de erosión (entre 2 y 9,8 m/año) con ascensos del nivel del mar que alcanzan 3 mm/año, poniendo en evidencia la necesidad urgente de priorizar y proteger los sitios Volcán de Lodo y río Hobo. Los resultados de vulnerabilidad generados ante el aumento del nivel del mar no evalúan la magnitud, ni la probabilidad de ocurrencia del mismo, ni intentan cuantificar daños o costos. Por tanto, se sugiere continuar con estudios más detallados en aquellos puntos que se consideren prioritarias para realizar el análisis de amenazas y cálculo de riesgo.

PALABRAS CLAVE: susceptibilidad; cambio climático; ascenso del nivel del mar; erosión costera.

INTRODUCCIÓN

A nivel global el nivel medio del mar está aumentando, la suma de las contribuciones de los glaciares y las capas de hielo es ahora la fuente dominante de aumento (IPCC, 2019). Se pronostica que el aumento del nivel del mar será de aproximadamente 65 cm para 2100 (Nerem et al., 2018). El quinto informe de evaluación del IPCC considera un escenario de emisiones muy altas y predice un aumento global entre 52 y 98 cm para fines de este siglo. Se espera que este aumento continúe por siglos, incluso si la emisión de los gases efecto invernadero son reducidos y las concentraciones atmosféricas estabilizadas (IPCC, 2014).

Actualmente se observan impactos severos en las regiones costeras debido al aumento del nivel del mar. Las consecuencias más drásticas del aumento del nivel del mar son la erosión, cuyo resultado es la inundación permanente de las áreas costeras, la disminución de la calidad del agua, la disminución del cultivo de peces, la intrusión de agua de mar en los recursos de agua dulce, la inundación de humedales y estuarios y la disminución de la calidad del agua (Koroglu et al., 2019). Entre los impactos esperados en los ecosistemas costeros a causa de este aumento del nivel del mar se incluyen la contracción del hábitat, la pérdida de funcionalidad, biodiversidad y migración lateral e interior (IPCC, 2019). Las zonas costeras, que en su gran mayoría son bajas y están densamente pobladas, estarían sujetas a una erosión acelerada, además de la intrusión de agua salada en acuíferos costeros subterráneos, inundación de humedales y estuarios, amenazando recursos históricos, culturales e infraestructuras (Pendleton et al., 2004).

Las condiciones de erosión a lo largo de la mayor parte del litoral antioqueño y su alta vulnerabilidad debido a factores como el ascenso del nivel del mar han sido documentadas ampliamente en artículos y comunicados de prensa. Publicaciones de Corpourabá-Universidad Nacional de Colombia y numerosos estudios académicos (Corpourabá-Universidad Nacional de Colombia, 1998; Invemar, 2003; Correa y Vernette, 2004; Correa et al., 2005; Posada y Henao, 2008; Prussmann, 2011; Paniagua, 2013; Rangel y Anfuso, 2015; Correa y Paniagua, 2016).

La presencia en el suroccidente del Caribe colombiano de niveles de terrazas marinas emergidas e inclinadas son evidencia de fuertes deformaciones tectónicas, que conllevan a levantamientos diferenciales de terrenos que muy probablemente promueven la erosión litoral. Los cambios en los niveles tierra-mar asociados al ascenso eustático del nivel del mar y a la hidroisostasia (levantamiento de la costa emergida y subsidencia en la plataforma marina) son también factores de importancia en este contexto (Vernette et al., 1992; Invemar, 2003; Correa y Vernette, 2004).

Otro factor que destacar son las condiciones geotécnicas deficientes de las rocas a lo largo de la línea de costa antioqueña, compuesta en su mayor longitud sobre limolitas y arcillolitas con grados altos de alteración química y física. Estas rocas y sus suelos asociados resisten poco las acciones físicas del agua (oleajes, lluvias y escorrentía) y su fracturamiento denso con inclinaciones (buzamientos) hacia el mar, permite percolaciones altas de aguas lluvias y residuales. Lo anterior facilita y promueve agrietamientos, generación de cárcavas y movimientos de masa, particularmente flujos de derrubios y caídas de rocas a lo largo de la línea de costa (Correa y Vernette, 2004).

La ubicación de más de 160 espolones a lo largo de la línea de costa, estructuras de diferentes dimensiones y construidas en las últimas décadas con bolsacretos, rocas y pentápodos/hexápodos ubicados perpendicularmente a la línea de costa, se interpretan como los factores aceleradores más importantes de la erosión de la línea de costa, puesto que han interrumpido el tránsito de arenas y generando erosión o acelerando la preexistente en los sectores adyacentes. En pocas décadas son responsables en su mayoría de las situaciones críticas que se viven hoy en sectores como Arboletes, Damaquiel, Zapata, Necoclí, El Totumo y Turbo. También se debe considerar la extracción intensiva de arenas y gravas de playas en ambientes cercanos a la línea de costa, los cuales no se pueden cuantificar debido a la falta de registros. Como hecho adicional, se anota la contaminación por aguas residuales, así como por la minería y las plantaciones agrícolas intensivas (Vallejo Toro et al., 2016). Todo lo anterior ha llevado a clasificar la línea de costa del litoral antioqueño en categorías paisajísticas y de calidad de playas muy bajas (Rangel-Buitrago y Posada, 2013).

A lo largo del litoral antioqueño entre Necoclí y Turbo se han identificado intensos cambios de la línea de costa (Aristizábal et al., 1990; Corpourabá-Universidad Nacional de Colombia, 1998). Los aspectos principales de estos trabajos se resumieron y actualizaron en Correa y Vernette (2004) y en mapas y esquemas geomorfológicos del litoral antioqueño. En los documentos citados se consignan el carácter micromareal de la zona (mareas astronómicas con amplitudes máximas de aproximadamente 40 cm), el transporte neto de sedimentos arenosos hacia el sur, asociado a la incidencia de los vientos de la época de sequía (N y NE, noviembre a marzo), y con inversiones hacia el norte durante la incidencia de los vientos del sur (S) en la temporada lluviosa.

El inventario semicuantitativo de erosión y acreción litoral basado en comparaciones de aerofotografías Igac tomadas entre 1940 y 1985 (expresado como tasas de avance o retroceso de la línea de costa en m/año) evidencia el predominio de tendencias erosiónales a lo largo de todo el litoral (Correa y Vernette, 2004). La máxima tendencia erosiva (20 m/año) se identificó en el extremo distal de la espiga de Punta Las Vacas (Gobernación de Antioquia - Universidad de Antioquia, 2018). Así mismo, las últimas determinaciones sistemáticas sobre los cambios en la línea de costa entre el delta del río Turbo y el extremo de la espiga punta Las Vacas para el periodo 1959-2010 estiman valores de erosión para las playas norte y centro de la espiga del orden de 116 a 174 m (Gobernación de Antioquia-Corpourabá-Invemar, 2010; Paniagua-Arroyave, 2013). Por consiguiente, la vulnerabilidad y su impacto en la economía de los países con litorales costeros hacen necesario evaluar el aumento del nivel del mar y a la vez formular estrategias de respuesta que se ajusten a los cambios (Vafeidis et al., 2008).

El concepto de vulnerabilidad es explicado de diversas formas por expertos de diferentes disciplinas. En este caso la vulnerabilidad se asocia a la sensibilidad de un ecosistema (grado en que puede verse afectado en función de su exposición) ante un fenómeno (subida del nivel del mar) y/o a su capacidad de adaptación (Ojeda et al., 2009). Uno de los métodos más simples y utilizados para evaluar la vulnerabilidad costera es el Índice de Vulnerabilidad Costera (IVC), desarrollado inicialmente por Gornitz y Kanciruk (1989) con el objetivo de desarrollar una base de datos de peligros costeros para proporcionar una visión global de las vulnerabilidades relativas de las costas del mundo a los peligros de inundación y erosión asociados con el aumento del nivel del mar. Para calcular dicho índice, Gornitz y Kanciruk (1989) emplean como variables: la geomorfología costera, la pendiente costera regional, el cambio relativo del nivel del mar, la altura media significativa de las olas, la tasa histórica de cambio de la costa, y la amplitud media de las mareas.

El IVC ha sido aplicado y adaptado para evaluar la vulnerabilidad costera alrededor en diferentes regiones del mundo (por ejemplo: Gornitz, 1991; Shaw et al., 1998; Thieler y Hammar-Klose, 1999, 2000; Pendleton et al., 2004: Boruff et al., 2005; Doukakis, 2005; Diez et al., 2007; Nageswara Rao et al., 2008; Ojeda et al., 2009; Abuodha y Woodroffe, 2010; Ozyurt y Ergin, 2010; López et al., 2016; Ramos et al., 2016). Los resultados del IVC se pueden utilizar para resaltar las regiones en las que el ascenso del nivel del mar contribuye a los cambios de la costa y pueden tener el mayor potencial para contribuir a los cambios en el retroceso costero (Gutiérrez et al., 2009). En este trabajo se evalúa la vulnerabilidad costera ante el ascenso en el nivel del mar en cuatro sectores críticos en la costa del suroccidente del Caribe colombiano a través del IVC.

ÁREA DE ESTUDIO

En el suroccidente del Caribe colombiano está ubicado el golfo de Urabá (Figura 1), entre 7° 55’ y 8° 40’ N y 76° 53’ y 7° 23’ O. Tiene aproximadamente 80 km de largo y 25 km de ancho, presenta profundidades bajas con promedios de 30 m y valores máximos de 80 m en la frontera al norte (Montoya y Toro, 2006). La hidrodinámica del golfo está influenciada por la variación estacional de la descarga fluvial del río Atrato, la posición de la ZCIT, el oleaje, las mareas y los gradientes de densidad (Escobar et al., 2011).

Figura 1 Localización de las cuatro localidades de estudio en el suroccidente del Caribe colombiano: 1) Volcán de Lodo, 2) Rio Hobo, 3) Zapata y 4) Punta Las Vacas. 

Los sectores norte (Volcán de Lodo) y sur (río Hobo) del municipio de Arboletes presentan erosión marina acelerada, posiblemente por la acción de las olas que llegan hasta la base del escarpe de la terraza marina y la socavan, erosionando los estratos sedimentarios inferiores de menor resistencia mediante la formación de una serie de cavidades que eventualmente provocan un desprendimiento de las porciones superiores de la terraza. Además, la parte superior de la terraza sufre procesos de expansión y contracción en el material arcilloso presente en los suelos que causa perdida de cohesión de la estructura edáfica y luego arrastre. Este problema de erosión marina ha sido objeto de varios planes de desarrollo de los últimos gobiernos de Arboletes (PDM 2008-2011. 2012-2015, 2016-2019).

Zapata también cuenta con procesos erosivos, los cuales determinaron la realización de obras de protección como jarillones y muros de roca (enrocado) (Corpourabá-EAFIT, 2015), para mitigar la energía de la ola que llega a la base de la terraza. Sin embargo, la terraza hacia el suroccidente de los jarillones aún está siendo fuertemente erosionada por la acción de las olas que inciden en la base del acantilado, lo socavan y ocasionan pérdida de soporte para el estrato suprayacente, debido a la debilidad del estrato basal. En la espiga de punta Las Vacas, el frente externo comenzó a erosionarse desde la década de los años 40. Este proceso se ha extendido gradualmente hasta cubrir la totalidad de las playas del sector, generando retrocesos estimados de 70 m en algunos tramos en los últimos 80 años (Invemar, 2003).

MATERIALES Y MÉTODOS

La vulnerabilidad costera se evaluó mediante el IVC, que integra seis variables (Ojeda et al., 2009). El IVC permite que las variables se relacionen de manera cuantificable y expresa la vulnerabilidad relativa de la costa a los cambios físicos debido al futuro aumento del nivel del mar. Dicho índice se calcula como la raíz cuadrada del producto de las variables clasificadas, dividido por el número total de variables. Una vez incorporadas las seis variables en el SIG, los resultados se integraron siguiendo la ecuación:

donde: a representa la variable geomorfología, b la pendiente costera, c la tasa de cambio de la línea de costa, d representa el oleaje significante medio, e la tasa de cambio del nivel del mar, y f el rango mareal. Este método produce datos numéricos adimensionales que no corresponden a ninguna magnitud física. Sin embargo, permite identificar áreas donde los diversos efectos del aumento del nivel del mar pueden ser mayores. El IVC presentado aquí es similar al utilizado por Gornitz y Kanciruk (1989), Gornitz (1991), Shaw et al. (1998), Thieler y Hammar- Klose (1999) y Ojeda et al. (2009).

Debido a que las variables que utiliza el IVC son cuantitativas y cualitativas, con diferentes escalas y unidades, se le asignó a la clasificación de éstas un valor 1 a 5 para su integración (Tabla 1). En dicha tabla también se indica la fuente de los datos y el periodo de datos que se utilizó para obtener los valores de cada una de las variables. El valor 5 representó la clase con mayor vulnerabilidad y el valor 1 la de menor vulnerabilidad.

Tabla 1 Rango de valores utilizados para el cálculo del IVC, tomados de Ojeda et al. (2009)

La clasificación geomorfológica se realizó por fotointerpretación y se corroboró con visitas de campo. La línea de costa se definió cada 100 m a través de polilíneas, para determinar en cada uno de estos tramos su valor de vulnerabilidad. La información primaria fue procesada en ArcGIS 10.5. La pendiente se obtuvo a partir del levantamiento topográfico y batimétrico generando mapas a través de la herramienta “slope” en la ruta (3D Analyst tool - Raster Surface) en ArcGIS 10.5 (Gobernación de Antioquia y Universidad de Antioquia, 2018). La pendiente se calculó porcentualmente como el cociente entre la diferencia de elevaciones y la distancia horizontal recorrida.

Por su parte, la tasa de cambio de línea de costa se obtuvo mediante el análisis de la evolución de la línea de costa entre 1996 y 2018. Las líneas de costa correspondientes a 1996 fueron determinadas por medio de imágenes satelitales Landsat (1996). Este tipo de imágenes son también utilizadas en documentos anteriores debido a que en la región no existen imágenes de mejor calidad (Correa et al., 2007; Rangel et al., 2015). Las imágenes correspondientes a 2018 fueron levantadas a través de vuelos de dron en todos los sitios, excepto punta Las Vacas (Gobernación de Antioquia y Universidad de Antioquia, 2018). En este sitio no se pudo volar el dron debido a la presencia de un inhibidor de señal, por lo cual se trabajó de manera similar a cómo se obtuvo la línea de costa de 1996. Los efectos del oleaje no fueron considerados debido a que no se observaron condiciones de tormenta en ninguna de las fotografías aéreas. La tasa de cambio de línea de costa (m/año) fue evaluada mediante el trazo de transectos perpendiculares semiautomatizados entre la línea base actual y las líneas de costa obtenidas de la información histórica. Los cambios de la línea costera se analizaron usando el software DSAS (Digital Shoreline Analysis System). Dicha herramienta calcula parámetros estadísticos que indican el estado y las tendencias evolutivas para periodos específicos de tiempo (Thieler et al., 2005).

Con el objetivo de representar las mejores condiciones del oleaje significante medio, se utilizó el modelo WaveWatch IIITM desde el mar Caribe hasta el golfo de Urabá con múltiples mallas anidadas de 1/6°, 1/12° y 1/60° (Gobernación de Antioquia y Universidad de Antioquia, 2018). En resumen, se realizó un análisis de sensibilidad con diferentes tamaños de malla y se determinó la influencia energética del oleaje proveniente del Atlántico Norte hacia cada uno de los puntos. Para la valoración de la tasa de cambio del nivel relativo del mar se utilizaron datos de anomalías del nivel del mar durante 1994 y 2017, obteniendo las tasas de ascenso del nivel del mar en el Caribe colombiano en seis celdas costeras del golfo de Urabá entre 1998 y 2017 (20 años) (Corpourabá, 2019).

De otro lado, el rango mareal de los sitios Volcán de Lodo, rio Hobo y Zapata fue determinado utilizando el modelo FES2014. Para punta Las Vacas se implementaron los datos del mareógrafo situado en la estación de guardacostas del apostadero naval de Turbo, modelados con el método de análisis de armónicos (Higuita y Quintana, 2020). Una vez evaluadas todas las variables en cuadriculas de 100 m * 100 m, se realizaron los cálculos pertinentes para cada tramo y los resultados obtenidos se dividieron en cuatro clases, utilizando como limites los percentiles 25 %, 50 % y 75 % y empleando la clasificación de Ojeda et al. (2009) indicados en la Tabla 2.

Tabla 2 Clasificación del IVC, tomado de Ojeda et al. (2009)

RESULTADOS

Al evaluar la respuesta de la costa del suroccidente del Caribe colombiano ante el ascenso del nivel del mar, se encuentra poca variabilidad en los datos obtenidos, debido a que las dimensiones de los tramos de línea de costa analizados son inferiores a 3 km. Los lugares Volcán de Lodo, río Hobo y Zapata comparten algunas de las clasificaciones de vulnerabilidad debido a su ubicación geografía fuera del golfo de Urabá, siendo en conjunto diferentes a los valores de vulnerabilidad obtenidos para punta Las Vacas. Se presentan a continuación los resultados obtenidos para cada una de las variables empleadas para el cálculo del IVC.

  1. La clasificación geomorfológica en Volcán de Lodo, río Hobo y Zapata está dominada por acantilados sobre formaciones sedimentarias de alta erodabilidad. Lo anterior representa una vulnerabilidad media. En punta Las Vacas, las formaciones de playa otorgan un nivel de vulnerabilidad alta.

  2. Volcán de Lodo y Zapata están dominados mayormente por pendientes altas que alcanzan valores del 63 %, ambos sitios cuentan con clasificaciones de vulnerabilidad baja y muy baja. Las bajas pendientes de río Hobo y punta Las Vacas, que se encuentran en valores cercanos a 2 %, son clasificadas en el índice con un nivel de vulnerabilidad media hasta muy alta.

  3. La tasa de cambio de la línea de costa en Volcán de Lodo, río Hobo y Zapata tiene valores de hasta 4 m/año, generando vulnerabilidades muy altas (Figura 2). Punta Las Vacas alcanza retrocesos de hasta 9,8 m/ año; la parte más afectada es la central, donde anteriormente existía una pista de aterrizaje, pero hoy en día está dividida en dos partes debido a la erosión costera.

  4. El oleaje significante medio fue menor a 0,85 m en todos los sitios estudiados (Tabla 3) (Gobernación de Antioquia - Universidad de Antioquia, 2018), por lo cual se clasificó con una vulnerabilidad baja.

  5. En cuanto a la tasa de cambio del nivel relativo del mar, todos los sitios se encuentran por encima de 3 mm/año (Tabla 3), (Corpourabá, 2019), clasificando su vulnerabilidad entre alta y muy alta.

  6. El rango mareal no supera los 0,52 m en ninguno de los sitios estudiados (Tabla 3), clasificando el nivel de vulnerabilidad como muy alta.

Figura 2 Tasa de cambio de la línea de costa en Volcán de Lodo, río Hobo, Zapata y punta Las Vacas. Sistema de coordenadas WGS 1984 UTM, zona 18N, proyección Transversal Mercator, unidades en metros, cuadriculas 100 *100 m. Ortofotos tomadas del proyecto de investigación para la reversión del proceso de erosión en las costas del mar de Antioquia, Ascon 18- 417, componente topo-batimetría (2018). 

Tabla 3 Variables físicas: Oleaje (Gobernación de Antioquia - Universidad de Antioquia, 2018), Nivel del mar (Corpourabá, 2019), Rango mareal medio (Higuita y Quintana, 2020). 

Los valores del IVC se encontraron entre 7,07 y 28,86. El 62 % de la línea de costa de Volcán de Lodo está constituida por una vulnerabilidad muy alta, asociada a sectores de acantilados con formaciones sedimentarias erosionables y retrocesos altos de la línea de costa, mientras que en 38 % restante, donde la vulnerabilidad es alta, son lugares donde existen pequeñas obras de defensa costera (Figura 3).

Figura 3 Variables a) Geomorfología b) Pendiente, c) Tasa de cambio de la línea de costa, d) Oleaje significante medio, e) Tasa de cambio del nivel relativo del mar, f) Rango mareal medio y por último, a la izquierda, valor del IVC para la línea de costa de Volcán de Lodo. 

El 73 % del área en río Hobo se encuentra en vulnerabilidad muy alta, principalmente en el sector de la desembocadura del río y la zona de manglar aledaña, donde se encuentran formaciones de playa. El 27 % restante, con vulnerabilidad alta, corresponde a las zonas de acantilados (Figura 4).

Figura 4 Variables a) Geomorfología b) Pendiente, c) Tasa de cambio de la línea de costa, d) Oleaje significante medio, e) Tasa de cambio del nivel relativo del mar, f) Rango mareal medio y por último, a la izquierda, valor del IVC para la línea de costa de río Hobo. 

En Zapata, 8 % de la costa tiene vulnerabilidad muy alta, asociada a la desembocadura del río, principalmente por el parámetro de pendiente, mientras que 92 % está presenta vulnerabilidad media, correspondiendo a los tramos con obras de protección costera (Figura 5).

Figura 5 Variables a) Geomorfología b) Pendiente, c) Tasa de cambio de la línea de costa, d) Oleaje significante medio, e) Tasa de cambio del nivel relativo del mar, f) Rango mareal medio y por último, a la izquierda, valor del IVC para la línea de costa de Zapata. 

Por último, en punta Las Vacas 63 % presenta vulnerabilidad muy alta, con procesos erosivos en especial en el sector central de la espiga. El 37 % restante muestra vulnerabilidad alta (Figura 6).

Figura 6 Variables a) Geomorfología b) Pendiente, c) Tasa de cambio de la línea de costa, d) Oleaje significante medio, e) Tasa de cambio del nivel relativo del mar, f) Rango mareal medio y por último, a la izquierda, valor del IVC para la línea de costa de punta Las Vacas. 

DISCUSIÓN

Los trabajos realizados con IVC contemplan diferentes números de variables, Gornitz (1991, 1994), quien es una de las pioneras del índice, contempla el uso de siete a trece variables en la costa oriental de EE. UU., Shaw et al. (1998) tienen en cuenta en su trabajo para las costas de Canadá siete variables, mientras Nageswara et al. (2008) para las de la India sólo consideró la importancia de cinco variables. Por su parte, Ojeda et al. (2009) incluyeron seis variables para las costas de España. Es importante analizar que variables son relevantes para cada zona costera, de acuerdo con la dinámica de la misma, si bien, como muestran estos estudios previos, el número de variables también depende de la cantidad de información disponible.

En este trabajo se analizó un total de 8 km de línea de costa. Los valores del IVC se encontraron entre 7,07 y 28,86. El 80 % se encuentra en situación de alta vulnerabilidad, en su mayoría sectores costeros bajos cercanos a desembocaduras de ríos, caracterizados por presencia de manglares, costas erosivas con ritmos de retroceso altos, con similitudes a las encontradas en lugares como Mar Chiquita en Argentina (Fernández et al., 2018) o Cartagena de Indias en Colombia, con un litoral muy vulnerable asociado principalmente al retroceso costero y ocupación antropogénica (Rangel y Posada, 2013). Es posible que algunas zonas de alta vulnerabilidad podrían estar asociadas a impactos negativos de obras de protección costera mal implementadas.

Los manglares ubicados en las áreas de estudio se encuentran asociados a pequeños ríos, quebradas o depresiones costeras. Dichos manglares están amenazados por la progresiva erosión costera e inclusive se predice que en gran parte del litoral antioqueño desaparecerán las áreas pequeñas de manglar ubicadas en localidades con déficit de aporte de sedimentos (Blanco-Libreros, 2016).

Las condiciones de erosión a lo largo de la mayor parte del litoral antioqueño, así como su alta vulnerabilidad debido a factores como el ascenso del nivel del mar, han sido documentadas ampliamente en artículos y comunicados de prensa, publicaciones de Corpourabá-Universidad Nacional de Colombia y numerosos estudios académicos (Corpourabá-Universidad Nacional de Colombia, 1998; Invemar, 2003, 2007; Correa y Vernette, 2004; Correa et al., 2005; Posada y Henao, 2008; Torres-Parra et al., 2008; Rangel y Anfuso, 2009; Prussmann, 2011; Paniagua, 2013; Rangel et al., 2015; Correa y Paniagua, 2016). El ascenso del nivel del mar en las zonas estudiadas puede llegar hasta 3,93 mm/año (Corpourabá, 2019); valores bajos comparados por ejemplo con ciudades como Cartagena donde los niveles van desde 5,3 ± 1,3 mm/año (Torres- Parra, 2008), o el Golfo de México, que van desde 1,8 ± 9,2 mm/año (Zavala et al., 2011). Uno de los pocos trabajos puntuales sobre la variación del nivel medio del mar en el área de estudio registra un aumento para el período 2011-2015 de ~19,4 mm/año (Londoño y Murillo, 2018). Sin embargo, los impactos no son iguales en todas las costas, debido a que existen diferentes procesos tales como hundimientos naturales, aportes de sedimentos, alta presión humana, zonas protegidas con infraestructura costeras como geotubos, escolleras y espigones. En el caso particular del sur del Caribe, se reporta un hundimiento del terreno del orden de 4 mm/año en las terrazas costeras, debido a la sedimentación y tectónica compresiva (Blanco-Libreros, 2016). Otras opiniones con respecto a la cuenca del mar Caribe concluyen que parece dominado por subcuencas y procesos locales y por lo tanto, las estimaciones mundiales e incluso regionales no son suficientes para proporcionar una guía de planificación y protección costera ni para la estimación de la vulnerabilidad costera ante el cambio del nivel del mar (Torres-Parra y Tsimplis, 2013).

Ninguno de los sitios estudiados obtuvo baja vulnerabilidad, debido a las altas tasas de erosión en las últimas décadas, las cuales también pueden ser un indicativo del ascenso del nivel del mar en esta zona. Si dicho ascenso continúa hasta alcanzar ~65 cm en 2100 (Nerem et al., 2018), es probable que las costas aquí analizadas se erosionen drásticamente.

Por otro lado, los retrocesos de la línea de costa en el área estudiada varían entre 4 y 9,8 m/año, valores similares a los 2,5 a 11 m/año obtenidos en la costa de Tabasco, México (Hernández et al., 2008). Caleta Portales, Chile, registró un retroceso de 12,6 m entre 2004 y 2016, provocado por un ligero cambio costero (Martínez et al., 2018). Las desembocaduras de los ríos en el caso de río Hobo y Zapata muestran una vulnerabilidad muy alta; los ecosistemas presentes en dichas desembocaduras ya han sido nombrados como vulnerables al aumento del nivel del mar (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, 2001).

La composición geomorfológica de la región, descrita por Correa y Vernette (2004), indica que Volcán de Lodo, río Hobo y Zapata forman parte de un sistema de “costa abierta” y su morfología es dominada por terrazas marinas emergidas. Por el contrario, punta Las Vacas forma parte de un sector de costa “semiprotegida”, dominada por terrazas marinas bajas interrumpidas por las playas, cordones de playa y espigas.

Registros históricos en Volcán de Lodo relatan problemas erosivos desde la década de 1960, con la desaparición cercana de la península punta Rey, desencadenando una secuencia de procesos erosivos que alcanzaron tasas de erosión desde 7 a 40 m/año y retrocesos de la línea de costa del orden de los 50 a 100 m (Correa y Vernette, 2004). La erosión en este sector está influenciada por dos factores principalmente. El primero es el efecto de los vientos alisios, que llegan a la región en la época seca, provocando un fuerte oleaje que erosiona la zona y se evidencia en la formación de cárcavas y bahías; Toro et al. (2019) sugieren que la dirección e intensidad del viento en diferentes épocas climáticas del año modulan la circulación en las zonas estudiadas, siendo más significativas las variaciones de la circulación a nivel espacial, y establecen que las condiciones del oleaje se deben analizar en tres zonas dentro del golfo de Urabá: norte, centro y sur, debido a las particulares de cada una.

El otro proceso erosivo corresponde a la acción de las aguas de escorrentía y aguas subterráneas, generando un lavado del material sedimentario y en ocasiones hundimiento del terreno y deslizamientos de masa por reptación; particularmente en verano, al estar compuesto principalmente por arcillas expansivas, los terrenos se contraen por el calor intenso, abriendo grietas por la evaporación del agua, mientras que en invierno se expanden precisamente por las lluvias se infiltran por las grietas a la vez que empeoran el terreno, ocasionando una pérdida considerable de sedimentos (Serna, 2020). Estos retrocesos han ocasionado pérdidas de viviendas, cultivos y sectores turísticos, impactando la economía de los pobladores. La actual preocupación y más urgente es la del Volcán de Lodo, el cual se encuentra en un talud con altos procesos erosivos por acción del oleaje y escorrentía, el DAPARD ha tomado acciones en 2020 con la construcción de tres tómbolos, con los cuales se pretende mitigar el impacto erosivo en este sector y fortalecer su actividad turística.

Por su parte, en punta Las Vacas, su estado de vulnerabilidad se corresponde con ser el lugar que registra mayor erosión costera. Las velocidades de erosión desde 1940 se relacionan directamente con el desarrollo al norte de la espiga del delta del río Turbo, cuya desembocadura al interior de la bahía de Turbo fue desviada artificialmente en 1954. Este proceso erosivo se intensificó gradualmente hasta afectar a la totalidad de las playas y generar retrocesos de la línea de costa estimados en alrededor de 70 m en algunos sectores (Correa y Vernette, 2004; Correa et al., 2005), mientras se producía una intensa agradación en el nuevo lóbulo de desembocadura del delta (Alcántara-Carrió et al., 2019).

Debido a la presencia de deltas en los sitios estudiados, se recomienda que para el análisis de la variable pendiente se realicen mediciones en diferentes épocas, en vista de que estos pueden influir significativamente en el cálculo del estado de la vulnerabilidad. Por último, el golfo de Urabá tiene un régimen micromareal y de tipo semidiurno (Restrepo y Correa, 1994). Los rangos de marea grandes, de forma contraria, disipan la energía del oleaje, limitando la erosión activa a los periodos de marea alta (Gornitz et al., 1994). Por otro lado, Ramos et al. (2016), en su estudio de las costas mexicanas de régimen micromareal, considera que esta variable no es influyente dentro del IVC y en cierto modo podría ser omitida o reemplazada por otra.

CONCLUSIONES

Las variables físicas oleaje, ascenso del nivel del mar y rango mareal, tienen poca variabilidad debido a la corta longitud de los tramos de línea de costa estudiados. La variable que incide en menor medida en el índice de vulnerabilidad costera es el oleaje, mientras que el rango mareal y el ascenso del nivel del mar fueron más significativas.

De acuerdo con el IVC, las áreas que presentan una mayor vulnerabilidad son consistentes con las altas tasas de cambio de la línea de costa y desembocaduras de ríos. El 85 % de las líneas de costa incluidas en este estudio tienen vulnerabilidades entre muy altas y altas. Las áreas costeras con niveles de vulnerabilidad media se asocian a obras de protección costera.

La vulnerabilidad del suroccidente del Caribe colombiano ante el incremento del nivel del mar es evidente. Los mapas mostrados en este documento indican dónde se están presentando los cambios físicos en la línea de costa a medida que el nivel del mar continúa aumentando. A futuro, la adaptación de esta metodología con información más continua proporcionará datos más precisos de los impactos proyectados y será la base para entender las modificaciones del litoral y de esa manera planificar estrategias y tomar decisiones en el mediano y largo plazo.

Por tanto, los resultados de vulnerabilidad generados sólo evalúan la “susceptibilidad” ante el aumento del nivel del mar y no la magnitud, ni la probabilidad de ocurrencia del mismo, ni en modo alguno intentan cuantificar daños o costos. Se sugiere continuar con estudios más detallados en esta área para una evaluación de los riesgos e impactos asociados al aumento del nivel del mar.

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo es una contribución al proyecto “Investigación para la reversión del proceso de erosión en las costas del mar de Antioquia” coordinado por la Universidad de Antioquia y la Gobernación de Antioquia

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Recibido: 22 de Octubre de 2020; Aprobado: 16 de Febrero de 2022

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