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Boletín de Investigaciones Marinas y Costeras - INVEMAR

Print version ISSN 0122-9761

Bol. Invest. Mar. Cost. vol.51 no.2 Santa Marta July/Dec. 2022  Epub Dec 14, 2022

https://doi.org/10.25268/bimc.invemar.2022.51.2.1212 

ARTICULO DE INVESTIGACIÓN

Las mujeres en la actividad pesquera: una mirada al aporte de las platoneras de Buenaventura, Colombia

Andrea Garay Tapias1  * 
http://orcid.org/0000-0002-5489-3276

Andrea Contreras Araque2 
http://orcid.org/0000-0002-6956-8329

Fabián Escobar Toledo3 
http://orcid.org/0000-0003-2479-6755

1 Instituto de Investigaciones Marinas José Benito Vives de Andréis, Invemar , Calle 25 No. 2-55, Playa Salguero, El Rodadero, Santa Marta, Colombia. andrea.garay@invemar.org.co

2 Instituto de Investigaciones Marinas José Benito Vives de Andréis, Invemar, Calle 25 No. 2-55, Playa Salguero, El Rodadero, Santa Marta, Colombia. acontreras100@gmail.com

3 Instituto de Investigaciones Marinas José Benito Vives de Andréis, Invemar, Calle 25 No. 2-55, Playa Salguero, El Rodadero, Santa Marta, Colombia. fabian.escobar@invemar.org.co


ABSTRACT

An analysis of the value chain of the trawl fishery in the Pacific, showed that more than 50 % of the jobs generated in this fishery are occupied by women, and that half of these are provided by the platoneras of the Buenaventura district. The platoneras are afro-descendant women who market fish products based on the bycatch of this fishery and who are an integral part of the trawl fishery. Ignoring the contribution to the local economy and the fishing sector, this study describes the role of platoneras in the trawl fishery to map the value chain sensitive to gender and nutrition. For this, 123 direct surveys to platoneras in five marketing points of the district were applied. The analysis showed that they receive an average of $87,500 COP per day. The average age is 50 years and 94 % of them are affiliated with the health under a subsidized regime. The platoneras market around 60 products and their role is key to the dynamism of the fishing sector, the economy, and the local gastronomic tradition.

Key words: woman; fishing industry; small-scale fishing; gender roles; informal sector

RESUMEN

Un análisis de cadena de valor de la pesquería de arrastre en el Pacífico mostró que más del 50 % de los empleos generados en esta pesquería son ocupados por mujeres, y que la mitad de estos son aportados por las platoneras del distrito de Buenaventura. Las platoneras son mujeres afrodescendientes comercializadoras de productos pesqueros basados en las capturas incidentales de esta pesquería y que hacen parte integral de la pesquería de arrastre. Desconociéndose el aporte a la economía local y al sector pesquero, este estudio describe el rol de las platoneras en la pesquería para realizar un mapeo de la cadena de valor sensible al género y nutrición. Para esto, se aplicaron entrevistas a 123 platoneras en cinco puntos de comercialización del distrito. El análisis mostró que ellas perciben en promedio $87.500 COP diarios. La edad promedio es de 50 años y 94 % se encuentran afiliadas al sistema de salud bajo régimen subsidiado. Las platoneras comercializan alrededor de 60 productos y su papel es clave para el dinamismo del sector pesquero, la economía y la tradición gastronómica local.

Palabras-clave: mujer; industria pesquera; pesca artesanal; papel de género; economía informal

INTRODUCCIÓN

Dentro de la industria pesquera y acuícola colombiana se generan más de 50 000 empleos directos dedicados a labores de acuicultura, captura y procesamiento en las plantas instaladas en tierra (Esquivel y Plata, 2014). Además existen cerca de 197 500 trabajos indirectos que participan en el descargue, alistamiento de embarcaciones, transporte de productos, mantenimiento, reparaciones, entre otros y 75 000 personas vinculadas en el proceso de comercialización tanto del ámbito nacional como de exportación (Esquivel y Plata, 2014). Un gran porcentaje de las actividades pesqueras se encuentran en algunas de las regiones más pobres de Colombia, que son notablemente el hogar de comunidades afrodescendientes, indígenas y personas desplazadas por los conflictos internos que el país ha conocido desde la década de 1940 (OCDE, 2016). Adicionalmente, esta actividad tiene una marcada división de papeles de género, en donde la participación de la mujer se da en las tareas que tienen lugar en tierra y requieren abundante destreza y tiempo, tales como la confección y reparación de redes de pesca (Villa-Cascos et al., 2007), el procesamiento y la comercialización de productos pesqueros; aunque también participan en la recolección y captura directa de diferentes especies (Thomas-Sánchez y Pis, 2019).

Es importante considerar el contexto local del Pacífico colombiano, donde las mujeres son a menudo las cuidadoras de la familia y responsables de las finanzas domésticas y provisión de alimentos. Por lo tanto, las desigualdades de género no solo afectan los medios de vida de las mujeres, sino los del hogar y la comunidad (Weeratunge et al., 2010; O’Neill et al., 2018). Esta situación promueve la necesidad de comprender los roles diferenciados y la participación en el uso y manejo de los recursos marinos (Rohe et al., 2018), para lograr una mayor inclusión social en los programas y políticas de fortalecimiento del sector económico pesquero en Colombia.

En el Pacífico colombiano, buena parte de la comercialización de pescados, crustáceos, moluscos entre otras especies, es desempeñada por mujeres conocidas como platoneras. Particularmente, en el distrito de Buenaventura, la venta callejera de pescado y mariscos se consolidó en el barrio La Playita, donde las platoneras exhibían estos productos junto con plátanos y frutas, en un colorido ambiente tropical que desapareció con las transformaciones urbanísticas del puerto (Ministerio de Cultura, 2017). Estas transformaciones incluyeron la declaratoria de Buenaventura como Zona Económica Especial de Exportaciones, ya que en 2000 movilizó 40 % de los contenedores embarcados y desembarcados en Colombia (Cámara de Comercio de Buenaventura, 2008). Si bien esta modalidad de comercialización ha variado, la labor de la platonera sigue vigente, tal y como como se pudo observar en recientes análisis de la cadena de valor de la pesca industrial de camarón por arrastre y sus capturas incidentales en Buenaventura (Rueda y Escobar, 2017), donde la actividad de las platoneras fue identificada como la más común dentro del eslabón de comercialización tanto en la pesca artesanal como industrial. Según el DANE (2019), el grupo de actividades económicas conformado por la actividad pesquera, caza, minería, ganadería, silvicultura entre otros, representan 4,2 % del empleo total del distrito de Buenaventura. Esta cifra resulta considerable tomando en cuenta que el desempleo y el trabajo por cuenta propia alcanzan 20,3 % y 51,8 %, respectivamente (Cámara de Comercio de Buenaventura, 2020).

A pesar de lo anterior, no hay evidencia de estudios realizados sobre la población de platoneras, donde se aborden aspectos socioeconómicos y de género, que permitan conocer con más detalle las características de las mujeres vinculadas a la actividad y sus motivaciones para desempeñar dicha labor. Por lo tanto, este estudio tuvo como objetivo recopilar información socioeconómica de las platoneras de Buenaventura e identificar su aporte a la economía local y al sector pesquero.

Adicionalmente, se analizaron las limitaciones y brechas de género existentes en la informalidad de la economía local del distrito y del sector pesquero en general. Se realizó una caracterización de las platoneras ubicadas en cinco puntos clave de comercialización dentro del distrito, identificando los principales productos comercializados, priorizando cinco especies y analizando la cadena de valor sensible al género y la nutrición basado en la metodología diseñada por FAO (2017, 2018), con énfasis en la pelada/corvina (Cynoscion spp.), especie de gran importancia en la pesca artesanal del Pacífico colombiano (Correa-Helbrum et al., 2020). Finalmente, dada la ocurrencia de la pandemia por Covid-19 durante el desarrollo del estudio, se tomó información para determinar el impacto que este aislamiento produjo en las platoneras.

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

El distrito de Buenaventura está ubicado en el Pacífico colombiano y pertenece al departamento del Valle del Cauca. Su población es de 308 000 habitantes, de los cuales 52,6 % son mujeres. El estudio se enfocó en cinco plazas de mercado conocidas localmente como galerías en donde se identificaron a las platoneras: Plaza de la Independencia, Terminal pesquero La Playita, Plazoleta Juan XXIII, Puente El Piñal y Galería de Pueblo Nuevo (Figura 1).

Figura 1 Ubicación geográfica del área de estudio (fuente Labsis, Invemar). 

Método

Este estudio fue realizado en siete etapas (Figura 2). En la primera se realizó una revisión de información secundaria de estudios realizados en el sector pesquero a nivel nacional y local que permitiera conocer un poco más sobre esta población y sus actores clave en el área de estudio. Se revisaron los resultados obtenidos en el análisis de la cadena de valor de la pesca industrial de camarón en el distrito de Buenaventura (Barreto et al., 2022), donde se identificó a la actividad de las platoneras como clave dentro del eslabón de comercialización, tanto en la pesca artesanal como industrial y que pueden alcanzar el número de 500 platoneras en toda Buenaventura. Complementariamente, se obtuvo de la AUNAP un registro a febrero de 2020 de 141 platoneras distribuidas en cinco mercados del distrito. Esta población fue la base para determinar la muestra a entrevistar.

Figura 2 Proceso metodológico desarrollado en este estudio. Elaboración propia 

En la segunda etapa se diseñó y aplicó una metodología cualitativa de acción participativa, donde el observador constituye una parte del universo a investigar (Obando-Salazar, 2006). Con esta metodología se obtuvo información sobre las características sociales y económicas de las mujeres que desempeñan la actividad de platoneras en el distrito de Buenaventura. Esta etapa se realizó con la participación de un equipo de técnicos e investigadores que realizaron trabajo de campo y observación durante todo el proceso que conlleva la comercialización de productos pesqueros y reconocimiento en los puntos de comercialización descritos por la AUNAP. Durante marzo de 2020, se realizaron un total de 123 entrevistas semiestructuradas en cinco lugares donde las platoneras comercializan sus productos en Buenaventura: Plaza de la Independencia, Terminal Pesquero La Playita, Plazoleta Juan XXIII, Puente El Piñal y Galería de Pueblo Nuevo. La encuesta constó de 25 preguntas mixtas (Tabla 1), clasificadas por variables demográficas, económicas, relacionadas con la actividad y basadas en los criterios para el mapeo de cadenas de valor con sensibilidad de género y nutrición (FAO, 2017, 2018). En la entrevista, también se incluyó una tabla de registro de productos comercializados utilizando tres variables de clasificación:

Tabla 1 Contenido de la encuesta aplicada a las platoneras en Buenaventura. 

  1. Rentabilidad: variable medida utilizando como indicador la percepción de rentabilidad de los productos; es decir, la percepción que las platoneras tienen sobre los productos que les dejan más ingresos después de la venta.

  2. Disponibilidad: esta variable se ha medido con un indicador de frecuencia con la cual las platoneras pueden acceder a las diferentes especies para luego comercializarlas.

  3. Relevancia en las dietas: esta variable se ha medido utilizando dos indicadores. Un indicador de autoconsumo, es decir, aquellos productos que además de ser comercializados también se destinan para el consumo del hogar. El otro indicador fue de calidad organoléptica, es decir, aquel percibido por los sentidos por los que consideren a estos productos como un alimento nutritivo, apetecible, con buen aroma o aspecto.

Debido a que, a partir de 23 de marzo de 2020, por medio del Decreto 457 de 2020 expedido por el gobierno, se declaró la emergencia sanitaria y aislamiento obligatorio en el país a causa del virus SARS-CoV-2, este estudio incluyó una nueva etapa en su desarrollo metodológico, la cual consistió en realizar 22 llamadas telefónicas a las platoneras entrevistadas previamente e identificadas como líderes de cada uno de los cinco lugares de comercialización, con el fin de indagar sobre el impacto que este aislamiento produjo en ellas y en su actividad económica para complementar la información tomada previamente. Estas respuestas se tuvieron en cuenta para las demás actividades del proyecto, pero no fueron procesadas con los resultados de las 123 entrevistas. Los otros instrumentos contemplados para tomar información adicional que incluían talleres y guías, fueron reformulados con el fin de adaptar las metodologías a partir de las nuevas restricciones de movilidad y aglomeración.

Diseño de cadena de valor sensible al género y la nutrición

En la etapa de sistematización de la información y tomando los resultados obtenidos sobre los productos con mayor importancia comercial para las platoneras a partir de su rentabilidad, disponibilidad y relevancia en las dietas, se seleccionó la especie pelada o corvina (Cynoscion spp.), por ser aquella con la mayor puntuación obtenida. A partir de este resultado, se inició el diseño de la cadena de valor sensible al género y la nutrición la cual se diferencia de las cadenas de valor tradicionales porque analiza los roles de hombres y mujeres en cada unidad productiva y aborda los determinantes subyacentes a la nutrición como la seguridad alimentaria o un entorno alimentario saludable (FAO, 2017, 2018). Posteriormente, con base en los resultados obtenidos de la observación y de las entrevistas, se realizó el mapeo de los actores que intervienen en la cadena, estableciendo sus papeles (Figura 3). Luego, se continuó con el análisis del producto seleccionado para el diseño de la cadena, determinando si este es sometido a diferentes transformaciones desde su primer eslabón hasta llegar al consumidor final, identificando así cuáles eslabones están presentes en su cadena (transformación primaria, secundaria), además de establecer la participación por género de los actores presentes en cada uno de estos eslabones. El mapeo también incluyó análisis del producto, de su forma de consumo y del tipo de consumidores.

Figura 3 Secuencia de mapeo de la cadena de valor (elaborada por Thalía Turrén-Cruz). 

El análisis de la cadena de valor comprende el entorno en el que se desenvuelve el producto y los diversos actores, identificando el producto pesquero, su ecosistema, forma de captura, así como las funciones del producto y de la cadena en proveer de alimento a los diversos actores involucrados en ella. Otros elementos incluidos (Figura 4), fueron los socioculturales, organizacionales, institucionales e infraestructurales que, si bien no son incluidos como actores directos de la cadena, si garantizan su desarrollo y juegan un papel importante y determinante en su diseño y fortalecimiento.

Figura 4 Elementos de la cadena de valor sensible al género y la nutrición identificados en Buenaventura (adaptada de FAO, 2018). 

A nivel central, la estructura de la cadena se relaciona con el mercado dado que se concentra en sus eslabones como la captura, el acopio, la transformación, la comercialización, y su papel dentro de la generación de oferta y demanda. A su vez, la cadena identifica los roles que desempeñan los actores en los diferentes eslabones tanto a nivel individual como de hogar y su acceso a los diferentes servicios que permiten un escalamiento de la cadena que incluye servicios como la provisión de insumos y los financieros.

Posteriormente, se realizó un análisis de las restricciones basadas en el género (RBG) presentes a nivel individual, familiar y dentro de la cadena de valor. El análisis de RBG tuvo mayor énfasis en las platoneras, teniendo en cuenta aquellos obstáculos basados en las relaciones de género a los que se enfrentan las mujeres y las formas en que las funciones que desempeñan en una determinada cadena de valor pueden permanecer ocultas (Hill y Vigneri, 2011; FAO, 2013, 2014, 2018). Por ejemplo, en el ámbito del hogar, el análisis fue crucial para comprender dinámicas sociales que dan lugar a restricciones , tales como la escasez de tiempo o su limitación para acceder a ciertos bienes y servicios (FAO, 2018).

A partir de este análisis, se agruparon dichas RBG en variables que permitieran identificar soluciones para superarlas. Finalmente, se realizó un análisis de riesgo a la seguridad alimentaria el cual se incluye en la cadena de valor a partir del sistema alimentario y cómo se desempeña en los niveles individual, de hogar, de consumo y de acuerdo con cada eslabón de la cadena central, tomando como variables de análisis la asequibilidad, accesibilidad e inocuidad del producto pesquero.

RESULTADOS

Caracterización de las platoneras de Buenaventura

La palabra platonera se emplea en el Pacífico colombiano, para referirse a aquellas personas que comercializan de manera ambulante productos en platones de material plástico o metálico apoyados sobre sus cabezas. Si bien en la actualidad la mayoría de las platoneras ya se encuentran en un puesto fijo y no llevan estos platones sobre sus cabezas, la palabra continúa preservándose para referirse a estas comercializadoras de principalmente productos pesqueros y frutas. Este grupo está conformado principalmente por mujeres afrodescendientes; si bien hay hombres que también desempeñan esta actividad, su participación es considerablemente baja representando tan solo 5 % de los entrevistados. La edad promedio de las platoneras es de 50 años, incursionaron en la actividad desde una edad promedio de 25 años. En cuanto a la composición de sus hogares, estos tienden a estar conformados por cuatro integrantes, donde dos de los integrantes trabajan y los otros se dedican a estudiar. Las platoneras no cuentan con salario fijo ni prestaciones sociales, pero las 123 entrevistadas cuentan con acceso al servicio de salud. El 94 % de ellas acceden a este servicio por pertenecer al régimen subsidiado del sistema de salud, el cual es un mecanismo definido por el estado para que la población más vulnerable o con menor capacidad de pago acceda a tales servicios (Departamento Nacional de Planeación, 2022). El 6 % restante pertenece al régimen contributivo.

Los ingresos promedio de las platoneras por esta actividad son de COP $ 87 500 diarios. Estos ingresos son variables ya que dependen de las ventas diarias y de los productos que cada una tiene disponible, siendo el ingreso mínimo mencionado de COP $ 12 000 y el más frecuente de COP $ 40 000. El punto de comercialización con el menor ingreso promedio fue la Plazoleta de la Independencia con COP $ 46 300 y el de mayor ingreso promedio fue el Terminal pesquero La Playita con COP $ 112 700. En términos del ingreso más frecuente (moda), se dio los mayores ingresos para los sitios de La Playita y El Piñal ($100 000 COP, Figura 5). Para 93 % de las entrevistadas, esta actividad representa 100 % del total de sus ingresos. Aquellas que mencionaron dedicarse a otra actividad, trabajan en restaurantes, ventas de minutos a celular o en la transformación de productos pesqueros.

Figura 5 Ingreso promedio (barra) con su desviación estándar y moda (círculos) de las platoneras por cada sitio de comercialización el distrito de Buenaventura. 

Las platoneras comercializan habitualmente hasta 60 productos que incluyen 49 especies de peces, moluscos, crustáceos y 11 subcategorías orientadas a: tipo de preparación (ahumado), presentación (en filete) y tipo de pescado (grueso, menudo en función de las tallas). Dentro de los productos comercializados se destacan dos mamíferos terrestres: la guagua (Cuniculus paca) y el armadillo (Dasypodidae); una fruta: el coco (Cocos nucifera) y cinco productos pesqueros principales (Tabla 2).

Tabla 2 Principales productos comercializados por las platoneras de Buenaventura. 

Se identificó que, a nivel general, la pelada (Cynoscion spp.), es la especie más importante en las tres variables de priorización dada su rentabilidad, disponibilidad y relevancia en las dietas (Figura 6), seguido por el pargo y el tollo. Según la variable de relevancia en las dietas, los productos que diariamente se comercializan también son empleados para el consumo del hogar y las principales razones encontradas para hacerlo son el gusto, nutrición y economía. Tomando en cuenta estos resultados el producto seleccionado para el diseño de la cadena de valor fue la pelada.

Figura 6 Resultados de las variables de priorización de especies comercializadas. 

Análisis de la cadena de valor de la pelada (Cynoscion spp)

Los eslabones identificados en esta cadena fueron captura, acopio, transformación y comercialización (Figura 7). Dentro de la captura existen actividades extractivas primarias de pesca artesanal e industrial, arreglo de embarcaciones y aparejos de pesca. Este eslabón es de predominancia masculina, situando a las mujeres en una participación de 2 % en la actividad de la reparación de aparejos de pesca.

Figure 7 Cadena de valor de la pelada con análisis de consumo (elaborada por Thalía Turrén-Cruz). 

Las actividades identificadas en el eslabón de acopio son la separación de las capturas desembarcadas de la faena, limpieza, empaque y transporte del producto. En este eslabón existe una participación similar entre hombres y mujeres. Sin embargo, si hay una clara diferenciación en las actividades desempeñadas. Por ejemplo, en lo que refiere al desembarco de la faena, 98 % de las personas identificadas fueron hombres. En cuanto a las otras actividades de este eslabón como el arreglo del pescado, la preparación y venta, estas son llevadas a cabo mayoritariamente por mujeres (90 %).

La pelada es un producto que se comercializa fresco, a lo largo de su cadena no lleva una transformación o procesamiento elaborado o industrial. Como procesos se pueden incluir la limpieza, descamado, eviscerado y corte. Estos procesos los realizan tanto los pescadores artesanales o industriales, como los comercializadores a modo de valor agregado en su servicio de venta, cuando el comprador lo solicita. La pelada forma parte de la captura objetivo de pesca blanca industrial con boliche y de la captura incidental de la pesca de camarón por arrastre en aguas someras. Así mismo fue registrada como parte de las capturas artesanales con redes de enmalle en embarcaciones de viento y marea, y en las denominadas ruches o redes de enmalle usadas en forma de cerco. Son aprovechadas varias de las especies pertenecientes a la familia Sciaenidae, siendo una de las más abundantes la pelada blanca (Cynoscion phoxocephalus).

Se identificó que la pelada forma parte de la dieta local, por lo que su consumo es frecuente en diversas preparaciones tradicionales (sudados y tapaos). La distribución y venta del producto se hace desde las pesqueras (pescaderías locales), hasta los restaurantes y hoteles. En las plazas de mercado donde se ubican las platoneras, este producto se vende principalmente para el consumo de las familias locales.

La pelada sufre mínimos procesos de transformación desde su captura hasta su consumo, que incluyen un eviscerado, descamado y corte, por lo que el desperdicio generado es poco. El comportamiento de la pelada en toda la cadena, indica que hay disponibilidad del producto para cada uno de sus actores. Sin embargo, en el primer eslabón (captura), este producto es poco asequible, ya que los pescadores que capturan la pelada prefieren comercializarla y consumir otras especies con menor valor comercial. El acceso se dificulta para ciertos sectores del distrito, donde no se realiza la comercialización del producto por temas relacionados con inseguridad y orden público expresado por las entrevistadas.

La inocuidad del producto se mantiene gracias a la cadena de frío que va desde la captura hasta la entrega al consumidor, no se emplean químicos ni aditivos por lo que la vida útil del producto podría perjudicarse en caso de romper con esta cadena. Las platoneras se han capacitado en manipulación de alimentos con el fin de garantizar que el producto llegue en óptimas condiciones al consumidor y se han beneficiado de este producto con su comercialización, pero también con su consumo.

En cuanto a los servicios identificados dentro de la cadena, se encuentra la venta de insumos, presente para los eslabones de acopio y comercialización principalmente. Estos se ofrecen principalmente en el barrio Pueblo Nuevo, donde confluyen pesqueras, restaurantes y una plaza de mercado donde las platoneras comercializan sus productos tanto al interior como en las calles aledañas. Los servicios financieros para apoyo a la comercialización del producto son prestados por los bancos y por prestamistas informales. Para los demás servicios como capacitación, registros y fomento de la actividad, los actores identificados fueron la Alcaldía de Buenaventura, Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y el Instituto Nacional de Vigilancia de Alimentos y Medicamentos (Invima).

Análisis de género en la cadena de valor

Esta cadena cuenta con una división clara de papeles por género (Figura 8), y en el caso de las mujeres, su participación mayoritaria se encuentra dentro de los eslabones de acopio, comercialización y transformación que incluye el eviscerado y limpieza del pescado, así como la preparación y entrega del producto en restaurantes donde intervienen cocineras y meseras. En cuanto al eslabón de consumo, las mujeres también juegan un papel predominante, ya que las platoneras consumen el producto que comercializan y lo llevan a su hogar, pero también las cocineras o ayudantes de cocina son quienes adquieren el producto y con mayor frecuencia, las amas de casa o jefes de hogar se encargan de la selección y adquisición de los productos para alimentar a su familia.

Figura 8 Participación de la mujer en la cadena de valor de la pelada. 

Las platoneras, si bien desempeñan otros roles, se destacan en la comercialización ya que se encargan de distribuir el producto a lo largo del distrito. Dentro de las razones para ejercer la actividad, se incluyó que es una actividad tradicionalmente “hecha para las mujeres” como lo mencionó una de las entrevistadas, esto debido a las cualidades que las platoneras consideran son propias de las mujeres como son: el cuidado con el producto, buena atención al cliente, organización y mejor manipulación del alimento.

Las restricciones basadas en el género (RBG) identificadas a nivel individual fueron el bajo nivel educativo de las mujeres pertenecientes a esta cadena, las extensas jornadas laborales sin horas suficientes de descanso. Esta última restricción se debe a que su papel como platoneras representa una carga laboral de 7 hasta 14 horas por día, ya que su labor inicia desde antes de las 6:00 horas, cuando se acercan a los puntos de desembarco de los pescadores artesanales, sus principales proveedores, para adquirir el producto que será distribuido en sus puntos de venta. La actividad de comercialización finaliza hasta las 17:00 o 18:00 horas. Esta jornada laboral es de lunes a domingo para 77 % de las entrevistadas. El tiempo restante del día lo dedican a actividades de cuidado no remunerado en sus hogares. Las platoneras consideran que esta actividad es para ellas una oportunidad de desempeñar una labor de manera independiente que no requiere de mucha preparación ni alto nivel educativo, evidenciando restricciones a nivel social, ya que las oportunidades laborales en el distrito para mujeres cabezas de hogar y sin formación académica son muy reducidas.

La labor de las platoneras permite que las mujeres administren sus ingresos de forma autónoma, ya que ellas son quienes reciben el ingreso diario proveniente de la actividad y disponen del mismo para financiarla, adquirir productos frescos para comercializar y para cubrir sus necesidades del hogar. Sin embargo, el acceso a otros recursos necesarios para la actividad pesquera y que están presentes en los diferentes eslabones, si presenta una serie de restricciones. Esto debido a que pertenecen a los hombres, quienes realizan la actividad de captura en su mayoría y son ellos mismos quienes deciden sobre su uso. Las restricciones mayores abarcan elementos tanto socioculturales, organizacionales, institucionales e infraestructurales, además del acceso a servicios y recursos identificados como necesarios para la actividad, los cuales logran diferenciarse por género y representan un cuello de botella para el eslabón que requiere esos recursos y para los actores que allí se encuentran. Una restricción mayor para las mujeres, identificada en las embarcaciones, es la cultural, ya que existe una creencia que una mujer no trae buena suerte a la embarcación, por lo que no permiten que se suban a ella para ir a pescar. En cuanto al recurso de capital de trabajo, una restricción mayor tanto para hombres como para mujeres tiene que ver con la informalidad, ya que esta no permite que puedan acceder a líneas de crédito fácilmente, debido a sus ingresos diarios y variables por lo que el crédito informal se encuentra presente para ser empleado como capital de trabajo (Tabla 4).

Tabla 4 Acceso y control de los recursos en la cadena de valor. 

Trabajo informal y COVID-19

Las condiciones de trabajo de los actores de la pesca no son óptimas. Las platoneras no cuentan con ingresos adicionales que las cobijen frente a alguna discapacidad o durante la maternidad, ni tampoco tienen acceso a una pensión para su vejez, por lo que es común encontrar platoneras con más de 70 años desempeñando esta labor. Debido a la informalidad presente en la actividad pesquera; el acceso a créditos se dificulta y a su vez genera una aversión al mismo, limitando las posibilidades de adquirir o mejorar su capital de trabajo. El 34 % de las entrevistadas nunca ha solicitado o adquirido un crédito aludiendo que no le gustan las deudas, les da temor no poder cumplir con el préstamo, o que simplemente les han negado la solicitud. Otro 30 % de las platoneras afirmó adquirir créditos con prestamistas informales que, aunque cobran un interés diario les permite adquirir el producto que van a comercializar el día siguiente.

Tampoco existen mecanismos de ahorro dentro de la actividad que permitan contar con un fondo de emergencias ante alguna calamidad o un alto abrupto, tal como lo sucedido con el aislamiento preventivo obligatorio decretado por el gobierno nacional como medida para evitar contagio por el virus SARS-CoV-2. Si bien este estudio no pretendía analizar el impacto que una situación extraordinaria como la declaratoria de pandemia produjo en el trabajo de las platoneras, resulta importante tomar en consideración que esta situación generó una restricción al ejercicio de su actividad y, por ende, sobre las condiciones socioeconómicas de este grupo. De acuerdo con la Cámara de Comercio de Buenaventura (2020), entre el 26 de marzo y el 30 de abril de 2020, el distrito tuvo una reducción del 100 % en la generación de empleos indirectos y una reducción de 50 % en sus empleos directos. En el sector pesquero, su operación estuvo al 10 %, afectando 70 % de los empleos directos y 85 % de los indirectos. Sus ventas cayeron 90 %.

DISCUSIÓN

Es importante reconocer el rol que durante décadas han tenido las mujeres platoneras de Buenaventura en la actividad pesquera, ya que como fue evidenciado en la cadena de valor, ellas contribuyen de manera activa con la dinámica económica de los productos pesqueros, ya que tienen un papel de acopiadoras al recibir los productos provenientes de la pesca artesanal, son las principales comercializadoras de la captura hecha por la pesca artesanal y en menor medida por la pesca industrial a lo largo del distrito entre la población de escasos recursos. Las platoneras contribuyen con el dinamismo de la economía local y generan ingresos para ellas y sus familias, aunque su participación en la actividad se deba por factores culturales como el asocio de esta labor al género femenino y por condiciones de pobreza y falta de oportunidades (Ihalainen et al., 2020). Pese a que la labor de comercialización dentro de la actividad pesquera goza de alta participación femenina, existen barreras culturales que limitan el desempeño de las mujeres en otros papeles como el de la pesca, por lo que aquellas mujeres que ejercen esa labor pueden pasar más tiempo en tierra que sus contrapartes masculinas (Bradford y Katikiro, 2019).

La contribución de las mujeres en la actividad pesquera, requiere de nuevas formas de medición ya que existe un sesgo de género en la investigación y los datos tienen el efecto de minimizar sus funciones en la pesca (Kleiber et al., 2015). Algunos estudios han calculado la contribución de las mujeres en el eslabón de captura en función de la cantidad de producto que representa, pero estas contribuciones deberían medirse en términos de alimentación, nutrición y alivio de la pobreza (Harper et al., 2020).

Cadena de valor sensible al género y la nutrición

La cadena de valor de la pelada presenta actividades con alta informalidad a lo largo de sus eslabones sin distinción de género. El primer eslabón (captura), se encuentra representado en su mayoría por hombres quienes son pescadores que reciben un ingreso proveniente de su faena, pero que tampoco gozan en su mayoría de una vinculación laboral formal ni prestaciones sociales. Sin embargo, el diseño de una cadena de valor sensible al género, ha permitido identificar tanto los diferentes roles existentes por eslabones como su división de trabajo por género, la cual tiene implicaciones importantes para la forma en que hombres y mujeres pueden dedicar su tiempo al trabajo remunerado y no remunerado, la educación, la atención médica, redes sociales, ocio y otras actividades (Kruijssen et al., 2018).

Por otro lado, el enfoque de la cadena de valor que tiene en cuenta la nutrición proporciona una forma práctica de abordar la complejidad de los sistemas alimentarios e identificar puntos de entrada (en términos de política e inversiones), para garantizar que los sistemas alimentarios contribuyan a mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición de una forma sostenible (Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, 2016). El aporte a la nutrición de la pelada se basa en que es un alimento presente en las dietas locales por tradición, genera ingresos a lo largo de la cadena y contribuye a la seguridad alimentaria de la comunidad, de las platoneras y sus familias por tratarse también de un producto de autoconsumo. Es así como la tradición de desempeñarse como platonera, va de la mano con la tradición gastronómica local; la cual tiene una clara derivación de los encuentros culturales de pueblos de origen africano, pueblos indígenas y los colonizadores hispánicos (Ministerio de Cultura, 2017). Se evidencia que las platoneras cuentan con una autonomía en sus recursos económicos que se dan de manera diaria, lo que les otorga poder de decisión sobre la disposición de estos recursos tanto para su actividad como en la economía del hogar. Sin embargo, el uso de estos recursos se enfoca en continuar con la actividad, ya que compran el producto que venderán al día siguiente con el ingreso producto de la venta del día previo y se recurren a préstamos informales cuando no pueden sostener la actividad. Si bien esta actividad es remunerada, el escaso tiempo libre que queda después de desempeñarse como platonera se dedica a la labor de cuidado no remunerado.

Este estudio aportó información a la discusión sobre el aporte de la mujer en la actividad pesquera, incluyendo variables que permitieran diferenciar el género en cada uno de los papeles que se desempeñan a lo largo de la cadena de valor, en este caso de un producto tradicional e importante dentro de la gastronomía del Pacífico colombiano como la pelada. Este recurso guarda una oferta potencial para las platoneras ya que proviene en forma de captura objetivo de la pesca artesanal con redes de enmalle, guardando un estado de explotación que no amenaza la sostenibilidad de la especie. Igualmente, en 2020, la pelada constituyo 36% de las capturas industriales con redes bolicheras y hace parte de un variado porcentaje de las capturas incidentales de la pesca de arrastre de camarón, cuya oferta de capturas incidentales y descartes osciló entre 500 y 6000 ton con promedio de 2583 ton desde 2008 a 2019 (Rueda y Escobar, 2017; Rueda et al., 2021).

Superación de las RBG

Tomando como restricciones mayores el acceso limitado a los servicios financieros, escasa participación y liderazgo y extensas jornadas laborales, se proponen mecanismos que permitan superar las restricciones basadas en el género identificadas a lo largo de la cadena. Estas incluyen un diseño de productos financieros con sensibilidad de género que permita que las mujeres accedan a créditos de manera formal y con posibilidades de ahorro colectivo entre las diferentes asociaciones identificadas. Una mayor vinculación a las actividades y programas desarrollados en el distrito, que permitan una mayor inclusión y retroalimentación para el diseño de políticas públicas, así como un fortalecimiento de las asociaciones de mujeres ya establecidas a lo largo de la cadena de valor. Finalmente, mejoras en los puntos de comercialización de los productos, que permitan tener un mejor manejo de la cadena de frío y mayor tiempo de conservación, lo cual contribuiría a reducir sus jornadas de trabajo.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Los vacíos de información con respecto a esta cadena y a la cifra real de platoneras que trabajan en el distrito de Buenaventura no han permitido realizar un análisis más profundo sobre la cadena de valor. Un estudio más grande que permita cuantificar el total de platoneras existentes tanto en puestos fijos como ambulantes, resultaría de gran relevancia y podría contribuir a que esta labor sea más visible e incluida en la agenda del sector pesquero; generando así, oportunidades de mejora en las condiciones de trabajo, en la estructura y capacidad instalada de los puntos de comercialización y para mantener un relevo generacional en la actividad con mejores condiciones que sus antecesoras.

Se recomienda que los futuros estudios aborden variables de género para conocer con mayor exactitud la contribución que las mujeres hacen a esta actividad tanto por labores remuneradas como no remuneradas. También, resulta necesario que las políticas y regulaciones frente a la pelada, vayan en línea con la importancia que este recurso tiene dentro de la tradición y economía de las platoneras. Esto acompañado de estudios que determinen el impacto en la seguridad alimentaria que este producto y las platoneras que lo comercializan, generan en el distrito.

Por otro lado, abordar aspectos de protección social en este grupo en particular y de la pesca en general, podrá establecer las brechas que limitan su acceso y afectan la calidad de vida de los actores de la pesca en escenarios de vedas o como lo sucedido durante la declaratoria de pandemia en 2020.

AGRADECIMIENTOS

A FAO como fuente financiadora del proyecto “Estrategias para el fortalecimiento de la actividad de las platoneras del distrito de Buenaventura, Colombia”, a Invemar y al equipo que permitió el desarrollo de las salidas a campo y toma de información. A Thalía Turrén-Cruz por la revisión del manuscrito y la elaboración de figuras, a las platoneras del distrito de Buenaventura por su disposición y suministro de información. A los demás actores de la pesca en Buenaventura

REFERENCIAS

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Recibido: 02 de Febrero de 2022; Aprobado: 18 de Abril de 2022

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