SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.9 issue1El Derecho Internacional Humanitario: principio de una educación para la paz author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Educación y Educadores

Print version ISSN 0123-1294On-line version ISSN 2027-5358

educ.educ. vol.9 no.1 Chia Jan./June 2006

 

El profesor, centro de la vida universitaria

Ensayos

Queipo Timaná Velásquez

Doctor en Educación, Universidad Autónoma de Guadalajara, México. Ex Decano Facultad de Educación, Universidad de Antioquia. Lección magistral pronunciada en la Universidad de La Sabana el 17 de mayo de 2006, con motivo de la celebración institucional del día del educador.

Agradezco a las directivas de la Universidad de La Sabana, por esta invitación para que en el día que esta institución ha reservado para destacar la misión del educador, pueda compartir con el cuerpo profesoral de la misma unas reflexiones sobre la función y misión que cumplimos quienes hemos optado por nuestra vocación de formar personas humanas integrales, corresponsables de forjar una nueva sociedad de plena convivencia, equitativa e incluyente y que tenga como metas la paz y el progreso.

En el presente, cuando la humanidad ha precisado que la educación es un proceso que sirve a la vida, pero que dura toda la vida, toma vigencia la sentencia de John F. Kennedy quien decía que "el objetivo de la educación es preparar a los jóvenes para que se eduquen a sí mismos el resto de sus vidas"

Del profesor al maestro

Reconociendo que todos ustedes han sido nombrados profesores de esta universidad, por sus excelentes capacidades, mi invitación es para que aspiremos hacer verdaderos maestros. Para ello tomo elementos que me enseñara mi maestro el Padre Alfonso Borrero Cabal: el padre y la madre como concreción de su amor procrean un hijo o hija, a quien prodigan su afecto, cuidados y le aportan las bases de su proceso educativo dentro de una cultura y un territorio. Es al maestro y a la sociedad y más al maestro en representación de esa misma sociedad, a quien le corresponde acrecentar las herencias espirituales, intelectuales y físicas. Nadie nace realizado plenamente sino en potencia. El nacimiento natural es ingreso a la vida; es a la educación a quien corresponde formar para la vida en tránsito a la eternidad y el maestro, si es un verdadero maestro, aunque desaparezca, seguirá siendo guía espiritual.

Detengamos nuestra atención sobre la palabra formar; ella implica dar forma, es decir, "organizar las estructuras del ser humano de acuerdo con una determinada concepción o ideal. Es moldearlo, imprimirle un sello, conferirle un carácter. Su estructuración no puede realizarse sino desde dentro, desde los fundamentos del propio ser. Formar es transmitir vida, por ello la comunicación juega un papel imprescindible en este proceso. Comunicación en la amistad, es el caminar juntos empeñados en la misma búsqueda, no obstante la diferencia de edades y experiencias. Es así como, en la comprensión y acogida, se estimula el surgimiento del ser del otro y se asiste y presencia su alumbramiento.

Esa comunicación hecha dialogo debe ser un verdadero coloquio, un hablar -juntos- coloquio un conversar en una tarea de construcción común" 1.

Recordamos a muchos profesores diáfanos, de explicaciones solventes, puntuales, hacendosos, comprensivos, exigentes, justos; ellos dejaron huellas imborrables en nuestro ser.

Los verdaderos maestros de la educación superior y para lo superior, son los que adquieren el derecho de asilo permanente en la memoria del discípulo.

Según Jaspers, en el maestro se reconoce que rebasa sus propios dominios del saber, el maestro ejerce, sin ostentarla, la más alta responsabilidad espiritual, porque enseña con la honradez moral consistente en escrupuloso respeto por las normas de la justicia, la honradez intelectual que dice acatamiento y aprecio hacia la verdad; podría decirse que el maestro adquiere su dignidad y preeminencia por reconocimiento de sus pares y acatamiento de sus alumnos.

La palabra maestro viene de la raíz latina "mag" el que es más. Quien de veras lo es, se siente al lado de quien aprende. Los asiste, presencia el alumbramiento del aprendizaje en quien descubre y por ello aprende. Cualquiera sea el dominio intelectual del maestro, hay algo que lo señala como modelo. El ser maestro, sin proponérselo demostrarlo, es la conquista del hombre sobre si mismo. La maestría del verdadero maestro será el acertado equilibrio entre el ser y el ineludible parecer; entre la natural estima de si mismo, objetiva y humilde (la humildad es realidad) y el reconocimiento externo.

El maestro es portador de las herencias culturales de una a otra generación; es quien por medio de una pedagogía cultural logra sembrar los frutos de la educación en la cultura. Expresa con sus enseñanzas la continuidad de la historia humana.

El maestro Borrero Cabal dice "la obra del maestro persiste más allá de sus linderos del tiempo y del espacio. Distante o ausente, su obra perdura. Muerto, influye aún en quienes nunca lo conocieron. Con el hombre, cuando muere, se enmudece su cultura personal. La del maestro desaparecido persevera, como recuerdo eficaz. Maestro y discípulo coinciden en trechos de la vida, Saben que en el mantenimiento de la tradición el alumno sucederá al maestro para transmitir las voces de la verdad. Al contacto con el maestro el discípulo se reconcilia con la vida, y al contacto con el discípulo el maestro se reconcilia con la muerte.

Así como el joven, se encuentra al asecho del amor y la comprensión, sin saberlo busca al maestro que le salga al paso y lo acoge. Es desdicha nunca encontrarlo. Hallado por el joven, es reencontrarse con la propia vida y vocación a existir. Es condensar energías, descubrir motivos de acción. Es conmoción abisal de todas las potencias vitales. El maestro esculpe la escultura integra del ser, como el artista el cuerpo entero de su obra. Forma el todo, no la parte, respetando en el alumno la insondable solemnidad del ser humano, sabe llegar a la profundidad de los valores del pensamiento, de la vida, del orden que de modo conciente e inconsciente sus estudiantes le reclaman.

Dista la autoridad del maestro de convertir a sus discípulos en incondicionales creyentes; no alquila servidumbres intelectuales. Entre maestro y discípulo mediará la verdad, y la forma como cada uno se aproxime a ella, por su paso y ritmo. Maestro y discípulo se sitúan en condiciones casi de iguales frente al horizonte amplio de los valores y la cultura humana. Buscan la convergencia en la verdad. Existe entre ellos dosis sutil de intimidad y distancia; distancia dentro de la intimidad e intimidad a pesar de la distancia, reza el adagio latino que quizá remonta su origen a los tiempos de Aristóteles. Es "Platón amigo del amigo, pero más lo es de la verdad". Sólo que la estima por el maestro y la amistad por la verdad, confluyen en unitarias convenciones de búsqueda aunque no siempre en identidad de pensamiento" 2.

Soy un convencido de que ustedes optarán libremente por esta causa de llegar a ser verdaderos maestros y maestras.

¿Cuál es nuestra misión?

La educación ha sido y es, el factor fundamental por el cual las naciones han ingresado a estadios superiores de las civilizaciones. Toda la educación debe tener vocación de alturas. Alas de altos vuelos hacia valores y bienes superiores del espíritu. Esta debería ser la característica de la educación que se inicia en el hogar, a la que debería tener derecho todo niño o niña en la escuela más humilde en su vereda campesina, en el sector marginal de la ciudad, hasta los niveles de educación superior que debe formar para lo superior al servicio de la sociedad.

Nuestra misión es formar personas humanas capaces de desarrollar sus potencialidades y competencias, de asumir con criterio su autonomía, con ideales, valores y principios éticos, con capacidad de análisis crítico, con sentido de lo estético y de trascendencia, conscientes, de una cosmovisión; comprometidos con la historia regional y nacional, con el cambio social y con la capacidad de generar soluciones, de manera individual y colectiva, a los problemas regionales y nacionales con visión global. Por intentar cumplir este reto bien vale la pena vivir toda una vida.

El maestro Borrero Cabal nos recuerda; "educación y cultura es un binomio verbal y conceptual indisoluble del afín binomio cultura y paz. De los orígenes de nuestra civilización nos vienen las voces humanitas y civilitas, expresivas de la cuidadosa educación de la persona como ciudadana para su fecunda y dadivosa vida en la sociedad. En herencia de ambas voces latinas tenemos acuñada la palabra cultura, fruto del cultivo en los plantíos del espíritu individual y social" 3.

Podría surgir la pregunta ¿a que cultura se nos invita a cultivar?. Intentaré aportar algunos elementos si su norte es lograr y mantener la paz; deberá tener una visión plural fundada en derechos y deberes, deberá ser incluyente en particular; tendrá presente las minorías étnicas y culturales del país, en perspectiva de su reconocimiento y su aporte a la convivencia, no discriminará por origen, credo, sexo y valorará su riqueza pluriétnica y pluricultural; será respetuosa del medio ambiente como derecho indispensable para la calidad de vida de las nuevas generaciones; su base será el respeto a la dignidad humana, partirá del reconocimiento de las entidades regionales para buscar un perfil de identidad nacional, que dando cuenta de la diferencia construirá su unidad como nación, según el proyecto de sociedad que sus asociados hayan previsto.

Tengamos presente que la universidad se constituye en un país, en su gran reserva intelectual, moral y cultural y es por excelencia la llamada a formar pensadores y actores sociales capaces de guiar su desarrollo.

Nuevos roles del educador para lo superior

El cuerpo de educadores y educadoras de ésta universidad conocen su Proyecto de Educación Institucional, conocen las metas estimadas en su plan de desarrollo 2006-2015, pero lo más plausible es que son sembradores cotidianos de la misión y visión de nuestra casa de estudios superiores.

En la misión y visión pueden beber para la enseñanza de sus respectivas ciencias y disciplinas, los grandes valores e ideales con los cuales se ha previsto formar al egresado de esta institución.

La Dra. Beatriz Restrepo Gallego, nos comparte "que la educación superior, como formadora en competencias específicas; generadora de conocimientos y aplicaciones del mismo, impulsará de nuevos valores ético-políticos; promotora de perspectivas globales y universales, y encargada de desarrollar habilidades empresariales conducentes a la productividad y a la riqueza" 4. Esta conceptualización nos precisa el exigente rol de ser educador para lo superior.

En la sociedad del conocimiento que nos ha correspondido ejercer nuestra profesión de educadores, uno de los retos centrales está en formar para la creatividad y la innovación y para ello se requiere cambiar el paradigma de la transmisión del conocimiento por el de desarrollo de las competencias, lo cual supone que a lo largo del recorrido de la educación básica y media, se ha logrado el desarrollo de las competencias como proceso. Entre ellas la del lenguaje verbal y el lenguaje matemático, las cuales deberían ser asumidas en su doble dimensión; asumir el conocimiento del objeto en si mismo, pero de manera preferente se convierte en las herramientas básicas para acceder a los otros objetos de conocimiento; en igual forma se espera que en el abordaje del espíritu científico, ocupando un lugar muy destacado la formación en competencias ciudadanas, esperando con ello haberlo formado para que ejerza la función pública, logre su propia realización y se apropie de su futuro.

Ahora en el nivel de educación superior nos corresponde continuar la obra de formación como persona, ampliar el ángulo de visión en su proceso de realización y posibilitar el desarrollo de sus competencias laborales generales y específicas y las competencias científicas, según su área de conocimiento; pero simplemente digamos que la investigación es el mejor ejemplo de aprendizaje activo y que a investigar solamente se aprende investigando; para ello debemos centrar el aprendizaje en resolver desafíos intelectuales, solución de problemas y con ello estaremos logrando formar en el difícil arte de pensar. Esto nos plantea que la docencia debe estar perneada por la investigación, ambas asumidas como actividades de un mismo proceso, en donde a la vez que se enseñe se afiance la cultura de la investigación y a la inversa. Al investigar se garantiza a los alumnos el ejercicio de la misión de enseñar, replanteamiento que debe superar la anterior dicotomía: enseñanza e investigación.

El rol como pedagogo

La pedagogía como campo conceptual, plural y abierto, donde diversos enfoques contribuyen a su avance científico, es la que posibilita la formación como persona a cada miembro de la comunidad educativa, es la que da los elementos para que nuestra misión mediada por nuestra relación intersubjetiva entre el docente y el alumno, se convierta en un placer de enseñar, en una satisfacción por el avance del aprendizaje de cada estudiante. Ello debe acrecentar nuestra motivación y darle sentido a nuestra profesión. No olvidemos que en el fondo de la armazón de una nación a través de su sistema educativo están uno o más pedagogos, como desconocer que en la consolidación del gran imperio norteamericano está como base de sustentación la pedagogía de John Dewey. De allí surge por conocer cual es el modelo pedagógico que caracteriza a una institución educativa. Precisado este, el logro de las metas de nuestra misión, toman un rumbo más seguro.

La pedagogía en nuestras instituciones está llamada a crear y recrear nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje; acrecentará el trabajo en grupo tan débil en nuestra cultura, orientará el proceso educativo hacia la creatividad y la innovación. Afianzará también la destreza en el uso didáctico de los medios interactivos de comunicación e información tan indispensables en el complejo relacionamiento de un mundo globalizado.

La relación del estudiante con el profesor será mediada por la capacidad de rendimiento y avance intelectual del primero y la capacidad de previsión del segundo. La clase presencial disminuirá y se aumentarán los espacios de lectura, escritura, laboratorio de realización de proyectos, de solución a problemas, de solución a guías orientas por el profesor. Los espacios de exposición, de análisis de conjunto, de discusión se aumentarán, por cuanto se estimulará la posibilidad de la apuesta en común, como medio de socialización del conocimiento.

Los procesos de evaluación serán variados, porque se trata de evaluar competencias, en donde se dará cuenta de la capacidad de crear, innovar, solucionar, crítica y sobretodo capacidad de propuesta.

Se aprecian otros cambios en el rol del profesor; le corresponde pertenecer a un grupo de investigación, avanzar en una línea de investigación con sus alumnos, asumir el papel de tutor, asesor. Será una persona comprometida con la producción intelectual, dedicará un tiempo a la publicación de revistas indexadas, publicará sus textos sobre el conocimiento de su área. Utilizará la posibilidad de nuevas tecnologías para el cambio metodológico de sus clases, provocará en sus estudiantes el entusiasmo porque asuman sus propios procesos de autoaprendizaje, que avancen a su ritmo y tengan capacidad de propuesta.

Será necesario que el nuevo educador adquiera el dominio de por lo menos una segunda lengua extranjera, lo cual le facilitará los procesos de actualización permanente y le permitirá establecer un trabajo en red con profesionales del exterior.

Esperaría que en este acto en que la universidad de La Sabana resalta el cumplimiento de la misión de nuestra profesión, no se mirara mi intervención como un listado de exigencias, sino que podamos avanzar en comprender la grandiosa posibilidad que nos otorga nuestra profesión, afirma Fernando Savater: "La educación es el acuñamiento efectivo de lo humano, allí donde sólo existe como posibilidad. La educación, por su carácter socializador, nos lleva a tomar conciencia de que no estamos solos en el mundo, de que para realizarnos plenamente necesitamos de los demás; que es entre los otro y con ellos que llegamos a ser plenamente humanos.

La educación nos permite el acceso a los bienes de la cultura, nos ubica en el tiempo, porque nos deja conocer nuestras raíces, el legado de los antepasados y nos muestra la importancia de conocer el presente como espacio para construir el futuro". Se que la tarea no es fácil; si observamos que estamos en una sociedad exigente pero desorientada, saturada de actos de violencia, cansada de soportar acciones de inequidad y falta de oportunidades, para tener un trabajo que les permita tener una vida digna y ofrecer a cada familia las condiciones mínimas que garanticen que cada miembro de ella se convierta en un sujeto aportante al desarrollo de esa misma sociedad.

Pero a nosotros, personas afortunadas, en el conjunto de esa sociedad, por haber recibido una educación superior y poder ejercer una profesión que contribuye a dimensionar esa nueva sociedad, para la etapa del posconflicto, nos corresponde entender y hacer entender que una herramienta eficaz contra la pobreza es la educación, que elevar el nivel educativo del pueblo, es buscar un camino seguro a lograr un mayor gesto de equidad, que está aprobado que un mayor acceso a la juventud a la educación superior en el largo plazo, es garantía de un mejor nivel de vida de los profesionales, de sus familias y logran convertirse en una mayor oportunidad de tributación para el Estado, Francia aplica este criterio.

Hay múltiples formas de analizar las crisis de las sociedades, una podría ser, la culpa de unos dirigentes incapaces, pero también existe otra forma de análisis a la crisis, es que la sociedad atraviesa crisis por errores de previsión. Lo que se hizo no fue lo adecuado, pero también en este análisis, se le pregunta a la educación y de manera preferente a la educación superior si ella posibilitó ser el eje transversal obligado para orientar la cultura de la previsión para esa sociedad, en el tramo de historia en que formó esa pléyade de profesionales.

En el presente nos asiste una responsabilidad más, ser aprensivos del conocimiento global, pero a su vez ser capaces de globalizar el local, para construir entre todos un capital de conocimientos, que nos permita formar profesionales capaces de encontrar soluciones concretas a los múltiples problemas de la sociedad.

Esta Universidad le apuesta en su presente y en su futuro, con la seguridad que su cuerpo profesional al ser asumido como el centro mismo de su vida universitaria, es la garantía de formar para lo superior a toda su comunidad estudiantil que tiene el privilegio de tenerlos a ustedes como sus idóneos formadores, porque ellos aspiran primero a ser personas humanas y a su vez ciudadanos de bien, dispuestos a ejercer sus profesiones con el mayor decoro y solvencia posibles.

Feliz día del Educador.


1 Remolina Vargas, Gerardo, y otros (2001). Tres palabras sobre formación., Facultad de Educación, Pontificia Universidad Javeriana, julio, Bogotá, Javegraf.

2 Borrero Cabal, Alfonso (1987). Educación para lo superior, Bogotá, Ascun.

3 Borrero Cabal, Alfonso (2003). Conferencia Educación, Cultura y Paz, Boletín Asiesda, marzo-abril, Medellín, Asiesda.

4 Restrepo G., Beatriz (2005). La voz del Planea. Reflexiones sobre el futuro de Antioquia, Medellín, Planea, p. 94.

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License