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Cuadernos de Contabilidad

versión impresa ISSN 0123-1472

Cuad. Contab. v.10 n.26 Bogotá ene./dic. 2009

 

El campo de la investigación contable: oportunidades para los investigadores colombianos*

The field of accounting research: An opportunity for Colombian researchers

O campo da pesquisa contábil: oportunidades para os pesquisadores colombianos

Hugo A. Macías-Cardona1
Jaider Rafael Cortés-Cueto2


*Artículo científico. Artículo derivado del proyecto de investigación Dirección científica del Centro de Investigaciones Económicas, Contables y Administrativas, CIECA, de la Universidad de Medellín, que busca comprender el campo de la investigación contable en su estructura internacional, desde la perspectiva de Pierre Bourdieu, para identificar los retos de la investigación contable nacional. El artículo es resultado de las discusiones del Grupo de Investigaciones Contables y Gestión Pública, particularmente entre los autores, con el auspicio de la Dirección Científica del Centro de Investigaciones Económicas, Contables y Administrativas CIECA de la Universidad de Medellín.
1Economista, Universidad Nacional sede Medellín. Magíster en Economía Internacional, Universidad Nacional sede Medellín. Estudiante del Doctorado en Administración en la Universidad EAFIT. Profesor de tiempo completo en el programa de Contaduría Pública de la Universidad de Medellín.
Correo electrónico: hmacias@udem.edu.co.
2El profesor Jaider falleció el 20 de septiembre de 2009. Contador Público de la Universidad de Medellín. En el semestre 2009-02, había iniciado estudios de Maestría en Ciencias Contables, en la Universidad de Antioquia.

Fecha de inicio: agosto de 2007. Fecha estimada de finalización: agosto de 2008.


Resumen

Este artículo se propone ubicar la investigación contable colombiana en el ámbito mundial, a partir del concepto de campo científico popularizado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu. Para ello, plantea un marco conceptual, describe la evolución de los grupos de investigación y las revistas en el país, presenta algunas tendencias en las publicaciones internacionales más visibles e identifica los retos que deben enfrentar los investigadores en Colombia para contribuir al despegue de esta investigación. El escaso desarrollo de la investigación contable local se asume como una oportunidad para los integrantes de este campo científico.

Palabras clave autor: Investigación contable, Bourdieu, campo científico, contaduría pública, Colombia.

Palabras clave descriptor: Doctrinas contables, contaduría pública, Bourdieu, Pierre, 1930-2002, pensamiento económico.


Abstract

This article is an attempt to place Colombian accounting research work in the world scene based on the concept of accountancy as a scientific field as made popular by the French sociologist Pierre Bourdieu. To do so, we put forward a conceptual framework, describe the evolution of different research groups and relevant journals in the country, present some trends manifest in well known international publications, and identify the challenges ahead for Colombian researchers in order to properly launch this type of research. Local research's scant development is taken on as an opportunity for all members of this scientific field.

Key words author: Accounting research, Bourdieu, scientific field, public accounting, Colombia.

Key words plus: Countable Doctrines, Public Accounting, Bourdieu, Pierre, 1930-2002, Economic Thought.


Resumo

Este artigo propõe inserir a pesquisa contábil colombiana no âmbito mundial, a partir do conceito de campo científico popularizado pelo sociólogo francês Pierre Bourdieu. Para isso, é apresentado um marco conceitual; é descrita a evolução dos grupos de pesquisa e as revistas no país; são apresentadas algumas tendências nas publicações internacionais mais visíveis; e são identificados os desafios que os pesquisadores devem enfrentar na Colômbia para contribuírem ao despegue desta pesquisa. O escasso desenvolvimento da pesquisa contábil local é assumido como uma oportunidade para os integrantes deste campo científico.

Palabras-chave autor: Pesquisa contábil, Bourdieu, campo científico, contabilidade pública, Colômbia.


Introducción

El profesor Anthony Hopwood, de la Universidad de Oxford, inicia uno de sus artículos indicando: "creo que hay un creciente sentimiento de malestar sobre el estado y la dirección de la investigación contable" (Hopwood, 2007, p. 1365); se refiere a que esta investigación no ha sido suficientemente innovadora y a que cada vez está más separada de la práctica de la profesión; es decir, que está en una especie de estancamiento. Por tratarse de alguien que realizó su doctorado en la Universidad de Chicago en la segunda mitad de los años 70, precisamente en el espacio y en el tiempo en que la investigación contable contemporánea tomó vuelo, de alguien que conoce de cerca tanto la academia contable estadounidense como la europea y que ha sido uno de sus principales protagonistas, la afirmación merece por lo menos un poco de atención.

En las décadas del 60 y el 70, hubo una emergencia importante de investigaciones contables que no eran producto de los investigadores con extensa trayectoria, sino de las tesis doctorales adelantadas en universidades como Chicago, Berkeley, Carnegie Mellon y Minnesota (no en Columbia, Harvard, Stanford o Wharton, por aquella época); era una especie de revolución desde abajo que reaccionó a las pretensiones de monopolio de la que hasta entonces era sólo la "profesión" contable. Allí aparecieron entonces trabajos sobre las consecuencias de la tendencia monopolística de la profesionalización contable, se dieron intensas luchas para posicionar el trabajo de campo como parte constitutiva de esta investigación,1 tomaron fuerza los trabajos interdisciplinarios y emergió la investigación contable positiva,2 desde un contexto profundamente normativo. A estos nuevos profesionales les resultó más fácil afiliarse a una nueva diversidad de interpretaciones, dado que tenían menor sentimiento de identidad con el statu quo (Hopwood, 2007).

Desde entonces, muchas cosas han cambiado, a pesar de que investigadores y directivos de escuelas de contabilidad piensan que saben todo sobre lo contable y sobre el estado de su investigación. El profesor Hopwood llama la atención sobre estos cambios en respuesta a la nueva realidad económica, empresarial y financiera mundial, que no se refleja en los grupos de poder de la contaduría; denuncia una inercia muy fuerte en los nuevos conservadores del statu quo y los responsabiliza del estancamiento de la investigación contable. Lo más grave es que el campo contable ha crecido mucho desde los años 60 y se ha institucionalizado, lo cual lo hace inflexible y conservador; ahora es más difícil introducir una nueva dinámica.

En cuanto a los enfoques, se han producido dos tipos de investigaciones contables que tienden a no comunicarse entre sí; de un lado están los que investigan sobre las consecuencias de la contabilidad (que se han convertido en la corriente principal) y del otro, los que se han dedicado a reflexionar sobre la lógica interna y las posibilidades endógenas para cambiar. Desde el punto de vista temático, se han incrementado los trabajos en áreas como la financiera, la contabilidad administrativa, la contabilidad internacional y el subcampo de la auditoría, con distintos énfasis en cada espacio geográfico (Hopwood, 2007). A pesar de las limitaciones señaladas, se ha consolidado un proceso de publicaciones de alta calidad, el número de académicos que hacen aportes sigue creciendo y algunas escuelas y países están tomando la delantera.

Por su parte, la investigación colombiana en Contaduría Pública tiene una dinámica que se explica por condiciones locales y ha tenido progresos visibles recientemente, pero como se verá más adelante, hay varios aspectos por mejorar. La intención de este artículo es presentar un panorama del actual estado de la investigación contable en Colombia e identificar oportunidades para los investigadores; para ello, se hace una descripción detallada del proceso de cualificación y formalización de los grupos, se presentan las revistas contables indexadas en el contexto de las revistas de ciencias económicas y administrativas y se hace un análisis de las tendencias internacionales de la investigación contable en términos de países con mayor dinámica, escuelas más prolíficas y relaciones de poder dentro de las principales publicaciones internacionales. Todo este análisis se hace a la luz del concepto de campo de investigación construido por el sociólogo francés Pierre Bourdieu, asociado a los conceptos de habitus y de capital simbólico.3

1. Pierre Bourdieu: del carácter relacional del campo científico a la necesaria disposición escolástica

La obra de Pierre Bourdieu (1930-2002) no ha sido tan estudiada en ciencias económicas y administrativas como en las demás ciencias sociales y humanas, razón por la cual puede parecer un poco exótico para los académicos de la Contaduría Pública. Sin embargo, se trata del sociólogo más importante de la cultura francesa después de Émile Durkheim (1858-1917), con aportes originales muy valorados en distintas disciplinas, en especial en la denominada sociología reflexiva. En Colombia, se ha impulsado el estudio de su obra por haber incluido el concepto de campo científico como elemento visible en la política nacional de ciencia y tecnología, y la falta de claridad sobre su alcance. Los responsables institucionales del desarrollo de la política y los investigadores están acudiendo a Bourdieu con el propósito de comprender el concepto, su estructura y sus implicaciones; los caminos para entender el concepto de campo científico conducen a la obra de Pierre Bourdieu.4

El punto central es que "para Bourdieu, la sociedad no tiene una lógica única, un conflicto central o una autoridad global que unifique. Lo que existen son diferentes campos con reglas propias (el científico, el artístico, el político, el religioso, el educativo)" (Flachsland, 2003, p. 29). En este sentido, el concepto de campo se refiere nada menos que a una manera particular de entender la sociedad y el campo científico se refiere concretamente a las relaciones entre los investigadores, lo que van construyendo y la manera como se lo van apropiando, compartiendo y gestionando. Antes de proponer una definición del concepto, es necesario hacer una precisión en la que fue insistente Bourdieu en toda su obra: los conceptos no tienen sentido de manera aislada, sino en el marco del sistema del que hacen parte. El campo como tal hace parte de un sistema de conceptos que lo enriquecen y le dan sentido; nos detendremos en cada uno de ellos, para mayor claridad y para instalar ese vigoroso sistema conceptual:

Los conceptos no tienen otra definición que las de tipo sistémico y están destinados a ser puestos en obra empíricamente de manera sistemática. Las mencionadas nociones de habitus, campo y capital pueden ser definidas, pero sólo dentro del sistema teórico que constituyen, no de manera aislada (Bourdieu, 2008 [1992], p. 133).

Bourdieu es considerado un autor difícil, pues su obra está dispersa e intencionalmente huyó de las definiciones y clasificaciones simples, que siempre consideró reduccionistas; intentaba no caer en lo que llamaba "definiciones de profesor". Esto ha conducido a que haya distintas interpretaciones de sus aportes, porque él, como cada concepto que desarrolló, cambió en el tiempo. Concretamente, varios seguidores toman conceptos de la obra emblemática El oficio del sociólogo, cuya primera edición se publicó en 1968; sin embargo, esta obra fue publicada de manera temprana y en coautoría con Jean- Claude Passeron y Jean Claude Chamboredon, que luego tomaron caminos diferentes; es decir, a pesar de todos los aportes que hay en esa obra, el sistema epistemológico de Bourdieu no estaba suficientemente maduro en aquel momento y los conceptos se modificaron posteriormente; las ideas epistemológicas de Bourdieu evolucionaron hasta alcanzar su versión final en Science de la science et réflexivité (2001) (Baranger, 2004; Flachsland, 2003).

En realidad, dentro de El oficio del sociólogo, la noción de campo científico no está presente y se trata indistintamente la ciudad científica (cité scientifique) y la comunidad (cité savante); el mismo Passeron reconoció luego que la distinción entre ambos conceptos era borrosa. La ciudad científica fue tomada directamente de Gaston Bachelard (1884-1962), para quien la ciencia no es posible sin esa ciudad, mientras que para los universitarios han sido cercanos los conceptos de comunidad científica, de comunidad universitaria, de comunidad de investigadores, cuando ése no es el nombre apropiado. Max Weber (1864-1920), por ejemplo, hablaba de una inmediatez, una regulación basada en la costumbre, normas, reglas; pero la supuesta comunidad científica en realidad se refiere a "conflictos, tácticas, instrumentar las acciones de descubrimiento de la verdad para dar cuenta del adversario, del competidor, querellas sobre la primacía en el descubrimiento" (Baranger, 2004, p. 149); allí no hay comunidad, hay relaciones unidas por la competencia, no ha debido llamarse comunidad. El concepto de Bachelard, de ciudad científica, era algo mejor, por cuanto en una ciudad se hacen explícitas las reglas, se prohíbe mentir, no se pueden poner falsas respuestas a un cuestionario (Baranger, 2004, p. 150).

En 1975, Bourdieu produce La especificidad del campo científico y las condiciones sociales del progreso de la razón. Entre El oficio del sociólogo y este artículo de 1975, Bourdieu leyó a Thomas Kuhn con mayor atención y asumió una posición crítica frente a su funcionalismo, escapando también de la candidez de Robert Merton y de la grandeza y el cinismo de David Bloor; además, incorpora la interpretación propia de las tres fuentes principales de su pensamiento (Karl Marx, Émile Durkheim y Max Weber):

Para diferenciarse tanto de Kuhn, como de la sociología mertoniana de la ciencia, Bourdieu en 1975 lanza a la palestra la noción de campo científico, esto es, el espacio de juego "de una lucha de competencia cuyo objeto específico es el monopolio de la autoridad científica inseparablemente definida como capacidad técnica y como poder social, o si se prefiere, el monopolio de la competencia científica, entendida en el sentido de capacidad de hablar y de actuar legítimamente" (1975, pp. 91-92) (Baranger, 2004, p. 152).

El campo científico aparece como uno más de los campos de producción simbólica, un campo de luchas como cualquier otro, con sus dominantes y sus dominados, con su correspondiente propensión a estrategias de conservación o a estrategias de subversión, en el que todas las prácticas están orientadas hacia la adquisición de la autoridad científica: prestigio, reconocimiento, celebridad, etc. La característica particular de este campo es que el interés de los agentes es doble, es al mismo tiempo intelectual y político: un investigador específico no puede esperar el reconocimiento del valor de sus productos (prestigio, autoridad, etc.), sino de los otros investigadores, quienes al mismo tiempo son la competencia y son los menos interesados en reconocer los avances; este mecanismo fundamental del campo científico ya había sido anticipado en un artículo [La historia de la ciencia] de Kuhn de 1968 (Baranger, 2004, p. 152).

De esta manera, los agentes expresan sus intereses particulares en el juego, según sus disposiciones y según la estructura y volumen de capital que tienen bajo su control. Éste último se presenta básicamente bajo tres formas: (1) el capital cultural que puede ser encarnado (por ejemplo, conocimientos o habilidades incorporadas relacionadas con la trayectoria del agente, pero siempre "dentro de la clase"), objetivado (por ejemplo, un libro o una revista en tanto capital cultural hecho objeto) o institucionalizado (por ejemplo, un certificado); (2) el capital social que es el conjunto de relaciones que un agente tiene y está en condiciones de movilizar en un tiempo determinado, es la red de relaciones, reales o virtuales, con las que cuenta y (3) el capital económico que es el conjunto de recursos económicos disponibles. Por último, es necesario agregar el capital simbólico, que es la forma que estos distintos tipos de capital adoptan cuando son conocidos y reconocidos por los otros agentes sociales (Schleifer, 2008, p. 238).

En 1991, Bourdieu hace la distinción entre el capital de autoridad estrictamente científica, basado en el reconocimiento de los pares y el capital de autoridad social en materia de ciencia, basado en la delegación a partir de una institución:

Las dos especies de capital tienen leyes de acumulación diferentes: el capital científico "puro" se adquiere principalmente por las contribuciones reconocidas al progreso de la ciencia, las invenciones o los descubrimientos (las publicaciones), en especial los órganos más selectivos y los más prestigiosos (...) siendo su mejor índice; el capital científico de institución se adquiere esencialmente mediante estrategias políticas (específicas) que tienen todas ellas en común el demandar tiempo -participación en comisiones, en jurados (de tesis, de concurso), en coloquios más o menos ficticios en el plano científico, en ceremonias y reuniones, etc.- (USA, pp. 29-30) (Baranger, 2004, p. 157).

Otra característica importante del marco bourdeano es el papel de la dimensión histórica, que necesariamente condiciona, pero también da luces sobre las lagunas del campo y sobre las oportunidades para desarrollos futuros. Él completa su corpus teórico incorporando esta dimensión, con lo cual se distancia del estructuralismo que toma las estructuras tal como se presentan en el momento del análisis y no tiene en cuenta su genealogía; por el contrario, otorga un papel importante a las posiciones ocupadas por los actores de los campos, que son siempre el resultado de luchas históricas, luchas que están escritas en los cuerpos y que hacen parte constitutiva del habitus de los agentes (Flachsland, 2003, p. 40).

Uno de los reclamos más comunes de los investigadores es el insuficiente tiempo para construir productos de investigación con alta calidad y es posible que la baja dedicación sea causante de la no sostenibilidad de los grupos de investigación en las categorías que ya han alcanzado. Además del tiempo, es necesaria una disposición para la investigación, un gusto, una pasión, una opción de vida, un ocio productivo, una actitud para hacerse preguntas serias que las personas serias no se harían: una disposición escolástica. La siguiente cita presenta el sustento epistemológico de esta disposición, necesaria para ingresar al campo científico y para sobrevivir en él:

Formar parte del microespacio de la ciencia, como de todos los campos del saber y el arte, implica participar de la illusio científica, en el sentido de creer y de tomarse en serio las apuestas propias del juego. El ingreso en el campo supone una "adhesión para-dójica a un conjunto más o menos radicalmente nuevo de presupuestos y, de modo correlativo, el descubrimiento de apuestas y exigencias desconocidas e incomprendidas por la experiencia habitual" [Bourdieu, 1998, p. 24]. Es decir, el ingreso en el campo implica contar con el habitus específico requerido, si así puede decirse, por la lógica específica del campo; implica contar con el sentido práctico del juego de modo de poder reconocer y valorar como cuestión de suma importancia, de vida o muerte, las apuestas, los intereses, los envites y las inversiones propias del campo [...] El habitus científico es entonces, para Bourdieu, un habitus escolástico que, como tal, implica una determinada manera de mirar y de pensar el mundo y de actuar en él. Pues la doxa propia del campo asociada con la scholé es condición de existencia de todos los campos de saber [Bourdieu, 2007b]. Este hecho no puede ser olvidado, no puede ser pasado por alto por sus consecuencias epistemológicas, éticas y políticas, y es esta condición, al mismo tiempo, la que exige como condición de posibilidad de la ciencia la objetivación de las condiciones de objetivación y del sujeto de la objetivación (Schleifer, 2008, p. 241).

La participación en los campos implica una creencia colectiva e individual en el "juego", extraer a los agentes de su indiferencia y ocuparlos en establecer distinciones, en identificar lo importante, lo pertinente, en hacer esfuerzos por conocer las fronteras del conocimiento, los habitantes y constructores de esas fronteras y las oportunidades para hacer nuevos aportes. Para que el campo funcione, es necesario que haya algo en juego, algo que valga la pena jugar y arriesgar, que haya un conocimiento y un reconocimiento de las leyes inmanentes al juego, que haya también un sentido práctico del juego y que la reflexividad opere de manera natural. Simultáneamente, hay que saber de qué se trata, estar interesado en participar en él, sentir pasión por lo que está en juego y asumir un grado mínimo de disposición escolástica. Bourdieu estaba consciente de los límites y los peligros de la disposición escolástica y desde su teoría de la acción hizo un llamado reiterativo a no permanecer en la abstracción y en el alejamiento del mundo real; el campo científico cobra sentido en relación con la sociedad, con las prácticas, con las necesidades, con las demandas; la disposición escolástica no puede desconectar al investigador hasta el punto de ignorar la realidad y perder el interés en ella.

2. Evolución reciente de los grupos colombianos de investigación contable

El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, SNCTI, en Colombia dejó de girar alrededor de los centros de investigación, como lo hacía en los años 90, para posicionar los grupos de investigación como la unidad central del sistema, encargados de desarrollar líneas de investigación con proyectos formalizados institucionalmente. La dinámica de los grupos avanzó bastante en las Facultades de Ciencias Económicas y Administrativas desde los años 80, bajo el liderazgo de los grupos de Economía que alcanzaron altos niveles de cualificación en los 90; por su parte, los grupos de investigación en Administración pasaron de un nivel "incipiente" en las décadas del 80 y el 90 (Dávila & Malaver, 2004; Ogliastri, 1982; Rodríguez, Dávila & Romero, 1990) al "despegue" en el período 2000-2006 (Malaver, 2006). En Contaduría Pública, este proceso ha sido más tardío, como se verá a continuación.

En 2004 sólo el grupo de investigación en contabilidad, finanzas y gestión pública, de la Universidad del Valle, liderado por Ómar Montilla-Galvis, había alcanzado el reconocimiento del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colciencias; los demás grupos, algunos con mucho prestigio entre los colegas, no habían formalizado su actividad investigativa para ser escalafonados por esa institución. Desde entonces, los investigadores del campo han venido avanzando en la formalización de los grupos ante las respectivas universidades, ante Colciencias y están prestando mayor atención a los registros de la producción académica y de la participación en eventos de investigación. En este sentido, 11 grupos lograron escalafón en 2006, pero la evolución no ha sido unidireccional.

Los grupos de investigación contable reconocidos y escalafonados por Colciencias se triplicaron en 2008 con respecto a 2006, al pasar de 11 a 33, según los resultados de la Convocatoria nacional para la medición de grupos de investigación 2008, cuyos resultados se publicaron el 11 de junio de 2009. De los 33 grupos, uno ascendió a la categoría A1, dos fueron escalafonados en A, cuatro en B, cinco en C y 21 grupos fueron escalafonados en la nueva categoría D, como puede verse en la Tabla 1 y en los Anexos 2 y 3. Los datos muestran que el 64% de los grupos con escalafón pertenece a la categoría D, que los grupos de categoría más alta pasaron sólo de 11 a 12 en esos dos años y que el avance es cuantitativo, pero no cualitativo. De todos modos, el incremento del número de grupos de investigación que ingresa a la dinámica de Colciencias, demuestra el interés nacional por formalizar la investigación contable, lo cual es positivo en términos de lo que se puede esperar para el futuro cercano.

Los 11 grupos de investigación que habían sido escalafonados en 2006 volvieron a recibir escalafón en la convocatoria de 2008, pero ocho (el 73%) quedaron en una categoría inferior, la mitad de ellos en categoría D (que es la más baja creada en esta convocatoria). Sólo uno de los grupos subió de escalafón al pasar de categoría B a categoría A y dos grupos lograron mantener la categoría B, pero dos grupos bajaron de A a B, otros dos bajaron de B a C, dos bajaron de B a D y dos bajaron de C a D. En resumen, los grupos que iniciaron "tempranamente" su proceso de formalización ante Colciencias han mantenido alguna dinámica, pero no la suficiente para conservar la categoría de las convocatorias anteriores.

Por su parte, entre los 12 grupos con categoría C o superior en la convocatoria 2008, dos estaban registrados en la convocatoria anterior pero no habían recibido reconocimiento ni escalafón y tres de los grupos ni siquiera habían sido ingresados a la plataforma ScienTI de Colciencias en 2006. De esta manera, cinco de los doce grupos acaban de formalizar y cualificar su producción académica, mientras que cuatro de los que habían alcanzado una dinámica importante en la convocatoria anterior, la perdieron. Así las cosas, en el conjunto de grupos que están liderando formalmente la investigación contable en el país se están presentando relevos que denotan la ausencia de consolidación en el proceso.

Geográficamente, los grupos de mejor desempeño están concentrados en el suroccidente del país, como puede apreciarse en el Anexo 1. Entre los siete grupos que tienen más valorada su producción académica, cuatro pertenecen a instituciones de la ciudad de Cali, uno a Popayán, uno a Armenia y sólo uno a Medellín. En los grupos categoría C, uno pertenece también a Cali, otro a Popayán, uno a Manizales, otro a Medellín y otro a Tunja. Entre los grupos escalafonados en categoría D, cuatro pertenecen a instituciones de Cali, uno a una institución de Popayán (el 25%) y siete están en Bogotá. La investigación contable de mayor calidad no está concentrada en las instituciones de Bogotá o en autores que residan en esa ciudad.

Con respecto a las líneas de investigación, los 12 grupos que están en el escalafón más alto tienen unas preferencias delimitadas. Las líneas que fueron declaradas en la plataforma ScienTI por un número mayor de grupos son las de contabilidad internacional y la relación entre contabilidad y gestión; le siguen de cerca la línea de auditoría y control y la línea de teoría contable, que son desarrolladas cada una por cuatro de los 12 grupos de investigación; así mismo, la línea de contabilidad y finanzas y la línea de epistemología de la contabilidad son trabajadas cada una por tres de los 12 grupos de investigación. En el último nivel se encuentran aquellas líneas que son trabajadas por dos de los grupos: educación contable, formación del contador, legislación tributaria y revisoría fiscal.5 Es destacable que los grupos están preocupados tanto por líneas de investigación teórica, necesarias en el contexto actual de la investigación contable colombiana, como por líneas de investigación aplicada (Colciencias, 2009, junio).

En suma, los grupos colombianos de investigación contable han formalizado su dinámica de manera tardía con respecto a grupos de campos cercanos como el de la administración o la economía; los avances en los últimos tres años han sido cuantitativos pero no cualitativos y se está generando una concentración en el suroccidente del país. Si los grupos que lograron primero el escalafón no han consolidado sus estrategias de sostenibilidad y el conjunto de grupos que lidera el proceso está sufriendo relevos, queda claro que el proceso no se ha consolidado y que el despegue está aún pendiente.

3. El proceso reciente de indexación de las revistas contables

Otro de los componentes clave en un campo científico es el capital cultural objetivado en las revistas científicas, como se indicó en la sección 1. Este capital se construye, se distribuye y los agentes luchan posteriormente por su apropiación, por su dominio, por hacer parte de ellas en las distintas calidades (autor, editor, miembro de los comités, evaluador) y por obtener reconocimiento dentro del campo como resultado de sus aportes y citaciones de los colegas. En la etapa de madurez de las publicaciones, cuando ya están posicionadas, la lucha entre los integrantes del campo es más fuerte y pequeños grupos conquistan y defienden posiciones privilegiadas dentro de ellas, como lo veremos en la sección siguiente. Para el caso de Colombia, las revistas de investigación contable también han tenido un desarrollo tardío con respecto a las revistas del campo de la economía y del campo de la administración.

En la historia reciente de las revistas científicas colombianas, Colciencias se ha encargado de definir los criterios de calidad que deben seguir y de clasificarlas según el cumplimiento de estos criterios; de esta manera, ha guiado el proceso de objetivación del capital cultural. En 1992 fue expedido el Decreto 1444, que se ocupó de la remuneración de los profesores de universidades públicas, vinculó los incrementos salariales de estos profesores a su producción académica y generó procesos dentro de las instituciones para valorar los productos y transformarlos en puntos de incrementos salariales, con algunas diferencias entre universidades.

A partir de 1996, Colciencias hizo convocatorias para la clasificación de las revistas, pero en la versión 2000 de Publindex permanecían limitaciones y carencias evidentes, en especial en lo referente a que la información bibliográfica sólo llegaba hasta el resumen y no se habían diseñado los mecanismos para que la información fuera pública; eran bases bibliográficas no accesibles, que no aumentaban la visibilidad ni las condiciones de circulación ampliada de los textos científicos. En las convocatorias de 1998 y 2000, se utilizaron las categorías A, B y C, pero en 2002 se publicó el Decreto 2912 que modificó varias disposiciones del Decreto 1444 y propuso la clasificación de las revistas en las categorías A1, A2, B y C, que debían satisfacer condiciones fijadas y controladas por Colciencias (Charum, 2004, pp. 297-303).

Desde 2000, se han venido haciendo esfuerzos para que cada versión de Publindex incorpore las características de los índices bibliográficos internacionales: volver públicos y disponibles los resultados de investigación, crear hábitos en las publicaciones científicas tanto para autores, como para editores, evaluadores e integrantes de los Comités científicos y editoriales, y la creación de una "memoria estructurada" de la ciencia. El servicio de indexación se volvió permanente en 2003, con información que presentaron los editores de 2002; allí se abrieron ya las categorías A1, A2, B y C, con A1 como la categoría de más alta calidad y C, la que Colciencias les otorga a las revistas que han empezado a cumplir los parámetros de las revistas científicas internacionales (Charum, 2004).

Antes de presentar las revistas contables, daremos una mirada rápida a las revistas de los campos cercanos, para ubicarlas en el contexto adecuado. Hasta la presentación de los resultados de la Convocatoria 2008-II de Publindex, el campo de la economía contaba con 22 revistas que habían participado en las convocatorias, de las cuales 17 tenían escalafón vigente, tres habían perdido el escalafón desde la convocatoria 2008-I y dos se presentaron como nuevas en 2008-I pero no lograron ser indexadas, como puede apreciarse en el Anexo 3. Las revistas de este campo presentan lo que podría llamarse una distribución normal, en el sentido estadístico, pues de las 22 revistas cinco están en la categoría A2, cinco perdieron la indexación y 12 están en una posición intermedia: dos en categoría B y 10 en categoría C.

Esta estructura es dinámica, como insiste Pierre Bourdieu: una de las revistas que están en B permaneció durante dos convocatorias en categoría A2 y una de las que están en C también estuvo en categoría A2; pero lo más importante es que las cinco revistas que están en categoría A2 siempre han estado en categoría alta, tres de ellas alcanzaron primero la categoría B y las otras dos se formalizaron ante Colciencias cuando ya habían alcanzado altos niveles de calidad y los han sostenido.6 Esto denota que el proceso de cualificación es progresivo, que no todas las revistas pueden mantener la dinámica de incremento en sus niveles de calidad y que es necesario tener un número amplio de revistas con propósitos de indexación para que algunas de ellas logren los mayores niveles de calidad. El comportamiento de las revistas del campo de la economía, que se detalla en el Anexo 3, también muestra que es posible que una revista satisfaga los criterios mínimos de calidad, pero que pase mucho tiempo sin que supere este nivel.

En contraste, el campo de la administración cuenta sólo con ocho revistas indexadas, de las cuales una está en categoría A1, una en A2, una en B y cinco en C. La revista Innovar que está en la categoría A1, estuvo durante tres convocatorias en categoría C, luego ascendió a categoría A2 y en la convocatoria 2008-II alcanzó el nivel más alto de las revistas colombianas de ciencias económicas y administrativas, lo cual le da una importante visibilidad internacional en las bases de datos; la cualificación de esta revista ha sido un proceso progresivo que la convierte en modelo para las revistas de los campos cercanos.7 En A2 está la revista i>Cuadernos de Administración,8 que también ha hecho esfuerzos importantes y sostenidos desde 1996 y desde la cual se han dado lineamientos para la investigación en ese campo. En B está la revista Pensamiento & Gestión, de la Universidad del Norte, que se ha formalizado recientemente, pero ha demostrado rápidos niveles de cualificación. De las cinco revistas que están en categoría C, dos han permanecido allí por mucho tiempo, otra está en el mismo nivel desde 2005 y las dos restantes acaban de ingresar a la categoría en la convocatoria 2008-II. En este campo de investigación, hay un número reducido de revistas con alto nivel de calidad y con evidente asimetría entre ellas.

Las revistas de investigación contable se han desarrollado en un ambiente nacional propicio para el avance de la investigación en el área de ciencias económicas y administrativas, con 11 revistas del campo de la economía ya indexadas desde 2004 que han mantenido su dinámica y cuatro de las actuales revistas indexadas en el campo de la administración también indexadas desde 2004; desde entonces, la dinámica se ha duplicado para alcanzar 22 revistas en economía y ocho revistas nacionales en administración. Muchos de los productos que han contribuido al fortalecimiento de los grupos de investigación contable se han publicado precisamente en estas revistas de campos cercanos a la Contaduría Pública.

Sin embargo, la dinámica de la investigación contable en Colombia y el capital simbólico que se ha edificado a partir de ella, aún son bastante modestos. Las revistas contables que han alcanzado indexación con los mismos requisitos y procedimientos que las revistas mencionadas ascienden sólo a tres; además, lo hicieron de manera muy reciente: mientras la dinámica en economía y administración ha sido permanente desde 2004 con altos niveles de calidad, en Contaduría Pública se logró indexar la primera revista en el primer semestre de 2008 y dos más alcanzaron esta meta en el segundo semestre de 2008; las tres ostentan la categoría C, que es la más baja. Las tres revistas que están liderando el proceso de formalización, con la visibilidad que ello implica, son la revista Lúmina, de la Universidad de Manizales; la revista Cuadernos de Contabilidad, de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá y la revista Contaduría, Universidad de Antioquia, de la Universidad de Antioquia, como puede apreciarse en la Tabla 2.

Como se sabe, no todo el trabajo académico se formaliza ante Colciencias, razón por la cual es posible que haya bastante subregistro de los avances en el campo. Algunas revistas, como la Revista Internacional Legis de Contabilidad & Auditoría, publicada por la compañía Legis, han hecho esfuerzos importantes que seguramente les darán visibilidad en el futuro cercano en los espacios formales del campo; esta revista está registrada en el Publindex de Colciencias, aunque no ha participado todavía en las convocatorias. Otro esfuerzo importante que tendrá visibilidad formal en el futuro cercano es la publicación Colombian Accounting Journal, liderada desde la Universidad de Medellín, con periodicidad anual, cuyo primer número se imprimió en 2007 y tiene planes de indexarse próximamente. Los lectores seguramente tendrán en mente otros esfuerzos que se realizan en distintos lugares del país y que pronto harán parte visible del campo de la investigación contable.

Muchas razones justifican los modestos avances alcanzados en la investigación contable colombiana, con enfoques también muy diferentes. El análisis tendrá que incluir la existencia de una sola maestría contable en el país,9 que está desarrollando su primera cohorte, así como la ausencia obvia de programas doctorales nacionales y la escasa formación doctoral de los contadores públicos, en especial en doctorados relacionados con la Contabilidad. Otros acudirán a la comparación con el campo de los negocios internacionales o con el campo del mercadeo, en los que incluso ya hay un número alto de maestrías, pero la trayectoria investigativa objetivada en grupos y en especial en revistas indexadas, es prácticamente inexistente.

Independientemente de los argumentos que se puedan esgrimir para explicar este resultado, dos razones nos llevan a asumir una posición optimista y a ver en este crudo diagnóstico muchas oportunidades. La primera de ellas es que en los campos cercanos a la Contaduría Pública se ha desarrollado la investigación y ha logrado despegar; lo ha hecho en el mismo marco institucional y con recursos disponibles similares, de manera que no es imposible lo que otros han logrado con los mismos recursos. En segundo lugar, contrario a lo que podría esperar alguien que acaba de interesarse por la investigación contable, hay una enorme trayectoria investigativa internacional, en especial en un número abundante de revistas indexadas que circulan a texto completo en las bases de datos donde aparecen las demás revistas científicas. Este último punto es el que se desarrolla en la sección siguiente.

4. Algunas tendencias en la academia contable mundial

En contraste con el escaso desarrollo de las revistas contables nacionales, en distintas regiones del mundo la investigación contable ha prosperado y justamente las revistas exhiben más claramente no sólo los volúmenes de trabajos publicados, sino sus temáticas, sus enfoques, sus metodologías y, algo importante para la academia colombiana: la procedencia institucional de los autores. Como ya se indicó, en aquellas regiones donde el campo está más desarrollado, las luchas por la apropiación y el control del capital cultural acumulado son más evidentes; las tensiones, las tendencias dominantes y los grupos de poder son más claros. En esta sección se presenta un panorama de las revistas del campo más visibles en las bases de datos internacionales como referente para el desarrollo cercano tanto de las revistas colombianas, como de las publicaciones de los grupos.

A pesar de que la comercialización de las publicaciones científicas ha terminado en manos de grandes compañías editoriales privadas, se han mantenido los niveles de calidad, en el sentido del reconocimiento por pares académicos y se han superado las dificultades asociadas al crecimiento exponencial del número de publicaciones y a su correspondiente incremento de costos para circular en versión impresa. Las mismas compañías privadas han promovido el acceso a las revistas científicas por parte de las universidades e instituciones de investigación en los diferentes continentes, al utilizar bases de datos cuya información está clasificada y se facilita el acceso a los usuarios. Las universidades colombianas tienen acceso a la mayoría de estas bases de datos, lo cual abre un panorama con amplio potencial para los investigadores del campo contable.

Entre los criterios para seleccionar las revistas con mayor calidad en el campo, están su disponibilidad en las bases de datos más exigentes para incluir las publicaciones y, obviamente, el criterio fino de los investigadores que leen habitualmente este tipo de literatura y que también publican en las revistas más prestigiosas. Estudiosos destacados de la evolución de las publicaciones contables como Chen, Chan y Cheng,10 identifican estos 24 journals como los principales en investigación contable: Abacus; Accounting, Auditing and Accountability Journal; Accounting and Business Research; Accounting and Finance; Accounting Review; Accounting, Organizations and Society; Auditing: a Journal of Practice & Theory; Behavioral Research in Accounting, BRIA; British Accounting Review; Contemporary Accounting Research, CAR; European Accounting Review, EAR; Issues in Accounting Education; Journal of Accounting and Economics, JAE; Journal of Accounting and Public Policy; Journal of Accounting Literature, JAL; Journal of Accounting Research; Journal of Accounting, Auditing and Finance, JAAF; Journal of Management Accounting Research, JMAR; Journal of the American Taxation Association, JATA; Journal of Business, Finance and Accounting, JBFA; Management Accounting Research, MAR; National Tax Journal, NTJ; Review of Accounting Studies, RAST y Review of Quantitative Finance and Accounting. Los journals que ocupan los cinco primeros lugares son Accounting, Organizations and Society; Accounting Review; Contemporary Accounting Research; Journal of Accounting and Economics y Journal of Accounting Research. Para su selección, se utilizaron los siguientes criterios: que superaran unas condiciones mínimas de calidad analizadas en dos artículos de James Hasselback, publicados en 1995 y 2003; que hayan tenido ediciones ininterrumpidas al menos por 15 años y que aborden bien sea aspectos genéricos o especializados del campo contable (Chen, Chan & Cheng, 2007, pp. 189-190).11 La mayoría de ellos se puede consultar a texto completo en las bases de datos disponibles en las universidades colombianas.

Ese número de publicaciones que han mantenido alto nivel de calidad, da cuenta de un campo de investigación maduro en algunas regiones y de oportunidades para los investigadores colombianos. Como era de esperarse por el diagnóstico local, no hay ningún artículo de investigadores colombianos publicado en estos journals (al menos en el período analizado por los autores mencionados) y la academia iberoamericana cumple un papel apenas marginal: de los 8.327 artículos publicados entre 1991 y 2005 en esas 24 revistas, sólo 68 (menos del 1%) fueron escritos por autores que trabajan en instituciones españolas, uno por un autor que trabaja en Jamaica, otro por alguien de Chile y un último escrito en coautoría por alguien que trabaja en México (Chen, Chan & Cheng, 2007, pp. 195-196). Insistimos en que ese panorama debe ser visto como una oportunidad para la región colombiana del campo contable y que se puede conquistar un lugar en la academia mundial conociendo los detalles de su funcionamiento.

Para la región europea, Carl Chen, Kam Chan y Louis Cheng publicaron un artículo en Accounting and Business Research, en 2006, en el que establecieron una clasificación de la investigación contable durante el período 1991- 2002. A partir de los artículos publicados en 19 journals de contabilidad, establecieron un ranking para 253 universidades europeas con programas de Contaduría, en el que tres universidades del Reino Unido se ubicaron en los primeros lugares: Universidad de Manchester, London School of Economics y Universidad de Edimburgo, seguidas por Cardiff University y University of Dundee. A pesar de que muchos programas de Contaduría europeos incrementaron de manera visible sus publicaciones con resultados de investigación durante el período estudiado, en realidad la productividad académica sigue concentrada en un número muy pequeño de países e instituciones. Si bien la mayoría de los resultados de investigación se produce en el Reino Unido, otras instituciones europeas muestran avances importantes.12 El estudio de estos tres autores tuvo cuidado en seleccionar los journals pertinentes y en no tener en cuenta las publicaciones que aparecían allí procedentes de otras áreas del conocimiento, aunque permanece la limitación de que las publicaciones son sólo en inglés (Chen, Chan & Cheng, 2006).

Un aspecto que resaltaron los autores de ese trabajo es que la contabilidad es una disciplina relativamente localizada, con un fuerte vínculo entre los profesionales y los académicos. Ésa es una invitación a reflexionar acerca de la necesaria disposición escolástica en los investigadores colombianos, pero también sobre los límites de esa disposición y la necesidad de estar en sintonía no sólo con el mundo real de las empresas, sino con sus características locales. En Europa, los autores encontraron que los países con diferente desarrollo económico y cultura empresarial también difieren en sus aportes al campo científico de la contabilidad, de manera que el seguimiento a los productos y a sus características en los diferentes territorios contribuye a la mayor claridad sobre lo que ya ha ocurrido y a la dirección que está tomando la investigación para el futuro cercano (Chen, Chan & Cheng, 2006, p. 14).

En el artículo publicado por los mismos autores en Accounting and Finance, en 2007, analizaron la investigación contable en el ámbito mundial y establecieron el nivel de concentración y el efecto élite, entendido como la influencia de las escuelas de contabilidad más prestigiosas del planeta sobre el mundo formal de la investigación contable. Para el estudio se basaron en los 24 journals ya mencionados, durante el período 1991-2005. Allí encontraron que la productividad académica del Reino Unido es superada por Estados Unidos y que por debajo de ellos, pero muy cerca, están Australia, Canadá y Hong Kong. Encontraron para las publicaciones de vanguardia en Contaduría Pública una alta concentración de artículos escritos por egresados de programas de Contaduría mundialmente considerados como de élite o que están afiliados a instituciones de élite (Chen, Chan & Cheng, 2007).

El trabajo tuvo en cuenta 6.218 autores de 1.087 instituciones académicas que publicaron por lo menos un artículo en este grupo de revistas. En promedio, cada institución publicó 14,42 artículos durante los 15 años, pero la distribución es muy desigual; el 73% de los autores publicó dos artículos o menos durante todo el período.13 A pesar de que estas cifras se refieren a la academia más calificada, en realidad la producción de artículos no es masiva: se trata de un artículo por institución y por año, publicado en una de las revistas más visibles del campo, lo cual no sería difícil de alcanzar en nuestras facultades colombianas si fuera un propósito explícito y se pusieran a disposición los recursos necesarios para lograrlo; además, los promedios hacen referencia a uno o dos artículos "clásicos" por investigador en un período de 15 años, que no es una meta difícil de alcanzar. Es necesario fijar una meta por investigador superior al promedio que se espera alcanzar, para que sea más factible conseguir resultados positivos; si algún investigador del campo contable logra publicar un artículo al año en revistas de este nivel, aunque lo haga en coautoría, ingresará a la lista del 1% de los autores más productivos del campo.

El 58% del total de artículos analizados tiene origen en Estados Unidos, seguido por Australia, Canadá y Hong Kong. Si se tienen en cuenta las publicaciones de las 24 revistas, en las 100 instituciones que más publicaron, 60 son de Estados Unidos, seguidas por las instituciones del Reino Unido, Canadá, Australia, Hong Kong y Singapur. De las 100 instituciones que publicaron el mayor número de artículos en los cinco principales journals de contabilidad, 73 son de Estados Unidos, seguido por Canadá, Australia, Hong Kong y Singapur; el Reino Unido no tiene una posición destacada en el número de artículos publicados en los cinco principales journals de contabilidad, de manera que Estados Unidos tiene el liderazgo mundial indiscutible en número de artículos, vinculación de sus autores y sede de las principales unidades académicas de investigación contable.

Las universidades con mayor nivel de publicación en los 24 journals son en su orden la Universidad de Manchester (Reino Unido), la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), la Universidad de Michigan (Estados Unidos) y la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos). Sin embargo, cuando se tienen en cuenta sólo las principales cinco revistas, la Universidad de Manchester y la Universidad de Nueva Gales del Sur salen de los cinco primeros lugares y son reemplazadas por la Universidad de Chicago y la Universidad de Stanford. Cuatro de estas cinco instituciones estadounidenses con más publicaciones en las cinco principales revistas tienen también los doctorados en contabilidad que aparecieron en los primeros cinco lugares del ranking publicado en Public Accounting Report Survey de 2003 (Chen, Chan & Cheng, 2007, p. 205). A pesar de que algunas universidades españolas tienen participación activa en el campo, en las primeras 100 escuelas contables no aparece ninguna latinoamericana.

Las instituciones académicas que presentaron el mayor crecimiento en la productividad durante esos 15 años fueron el Massachusetts Institute of Technology - MIT, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, la Universidad Estatal de Georgia, la Universidad de Emory y la Universidad Politécnica de Hong Kong; estas unidades académicas han realizado esfuerzos significativos en incremento del número de docentes investigadores y han impulsado el reemplazo de profesores que no son activos en investigación por profesores que sí lo son. Algunas de ellas han logrado cambios muy visibles, como el MIT, que pasó de 9 profesores que publican en las 24 revistas en el período 1991-1997 a 20 profesores que publican en las mismas revistas en el período 1998-2005 y la Universidad de Sydney, que pasó de un profesor en el primer período, a 35 en el segundo. Las instituciones de Asia y el Pacífico han recibido importantes apoyos financieros estatales para el crecimiento y cualificación de su talento humano; esto se ha reflejado en incrementos de la productividad, tal como lo plantea Bourdieu, cuando presenta la necesidad de que los recursos públicos permitan a los investigadores asumir una disposición escolástica (Chen, Chan & Cheng, 2007, pp. 204-205).

En contraste, las instituciones académicas que mostraron el mayor retroceso en la productividad fueron la Universidad de Leeds, la Universidad de Rochester, la Universidad de Minnesota, la Universidad de Strathclyde y la Case Western Reserve University; una explicación a la disminución de la productividad tiene qué ver con la publicación en revistas que están por fuera de las mejores, además de que la tendencia es a que las mejores revistas publiquen artículos de las mejores instituciones, es decir, la concentración de las élites tiende a aumentar.14 Otra característica de las instituciones que han disminuido su productividad es que el número de investigadores que trabajan para ellas está en declive constante, lo cual puede parecer obvio, pero es importante para Colombia, porque la menor dedicación se relaciona directamente con la disminución en el rendimiento de los investigadores y se reflejará rápidamente en menor cualificación en la producción de los grupos. Es posible que allí esté la explicación a lo que pasó en los grupos colombianos de investigación contable entre 2006 y 2008.

Hay una especie de mito alrededor de que el requisito principal para publicar en una de estas revistas es ser egresado de alguno de los 20 doctorados más prestigiosos en contabilidad; de hecho, muchos de los artículos publicados son las tesis doctorales, lo cual explica que la mayoría de los autores no haya escrito más de dos artículos en 15 años. Sin embargo, entre los 100 autores con mayor productividad, sólo el 39% es egresado de alguno de los 20 doctorados de élite; mientras que el 60% de los autores que han publicado en las 24 principales revistas no hizo su doctorado allí. No contar con un doctorado en una de esas escuelas no implica que el artículo propuesto sea rechazado, pero resulta necesario admitir que hay mayor probabilidad de publicación al asociarse con un coautor egresado de un programa prestigioso o que trabaje en una de esas escuelas.

Queda claro pues que en la región anglosajona del campo contable se han dado avances significativos, que hay un número alto y estable de publicaciones con altos estándares de calidad y que la institución más prolífica es la Universidad de Manchester, acompañada de otras instituciones del Reino Unido. También queda claro que en Estados Unidos está el mayor número de instituciones, autores y publicaciones, que además ocupan un lugar destacado Canadá, Australia y Hong Kong, y que un alto porcentaje de autores realizó su doctorado en escuelas estadounidenses de élite, pero éste no es un requisito indispensable. A lo largo de la sección se presentaron diferentes apreciaciones que pueden contribuir a las discusiones sobre el futuro de la investigación contable en los diferentes grupos del país.

Conclusiones

El profesor Anthony Hopwood no estaba lejos de la realidad cuando anotó que "hay un creciente sentimiento de malestar sobre el estado y la dirección de la investigación contable". Aunque se refería en especial a la investigación en Estados Unidos, algo similar pasa con la región europea del campo contable, con Asia, con Iberoamérica y, en particular, con Colombia. La dinámica de los grupos no ha logrado que la investigación del campo despegue en el país; los grupos que han tomado la delantera no han logrado implementar acciones de sostenibilidad y las revistas han empezado de manera tardía su proceso de formalización. El rezago nacional es evidente con respecto a los campos de la economía y la administración, que se han desarrollado en un ambiente institucional muy similar. No obstante, para los interesados en desarrollar la investigación contable, este panorama puede ser tomado como una oportunidad, dado que hay varios caminos de cualificación que están llenos de señales.

El sistema conceptual de Pierre Bourdieu, expresado en la relación campo-capital-habitus, resulta útil para comprender los actores y las relaciones existentes dentro de este campo científico. Por un lado, permite identificar y caracterizar el capital simbólico y cultural que se va acumulando históricamente en las distintas regiones del campo, los cuerpos en los cuales ese capital está objetivado y los mecanismos de reproducción de ese capital (capital). En segundo lugar, permite detallar la disposición necesaria para que un investigador entre a hacer parte del campo y para sostenerse en él (habitus), lo cual no es un asunto menor, ni está cerca de elevarse a los niveles deseables en la academia contable colombiana. Por último, el sistema de relaciones entre los actores (campo), sus aportes a la acumulación de nuevo capital, la lucha por la apropiación del capital existente y la defensa de los intereses logran dar cuenta cercana de lo que ocurre en el campo mismo, que tiene más una dinámica de campo bourdieusiano que de comunidad académica.

En el contexto europeo, el Reino Unido tiene un claro liderazgo en investigación contable, a juzgar por el volumen y la calidad de artículos publicados. Sin embargo, cuando el análisis se amplía al ámbito mundial, Estados Unidos toma la delantera, seguido por el Reino Unido, Canadá, Australia y Hong Kong. Entre las instituciones con profesores que hacen mayores aportes al campo están la Universidad de Manchester (Reino Unido), la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), la Universidad de Michigan (Estados Unidos), la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos), la Universidad de Chicago (Estados Unidos) y la Universidad de Stanford (Estados Unidos). Desarrollar actividades científicas con instituciones como éstas (estudios de doctorado, pasantías, proyectos cofinanciados, participación en eventos, participación en redes, publicaciones) hará posible movilizarse hacia la frontera de la investigación contable, con todas las dificultades inherentes a las luchas bourdieusianas dentro del campo científico.

Entre 1991 y 2005, cerca del 40% de los artículos publicados en las cinco principales revistas estaba escrito por autores pertenecientes a las 20 principales instituciones académicas, pero un dato importante para los investigadores colombianos es que la publicación de autores que pertenecen a las instituciones de élite, en coautoría con académicos de instituciones que no están en los primeros lugares del ranking se ha incrementado. Una manera "rápida" de empezar a tener publicaciones en este tipo de revistas es construir relaciones académicas con profesores de las universidades más prestigiosas y publicar en coautoría con ellos; obviamente, la construcción de estas relaciones no es una actividad menor ni hay un único camino para conseguirlo.

Los retos tienen qué ver entonces con construir una conciencia nacional sobre el estado y la dirección de la investigación contable, en primer lugar, para que cada grupo identifique más claramente su lugar y sus oportunidades dentro del campo; esto último requiere una intención de construir un habitus específico entre los investigadores y de un reconocimiento del capital simbólico.15 Los retos intermedios son consolidar las publicaciones existentes, lograr publicaciones internacionales en las revistas más reconocidas y participar en eventos e intercambios internacionales de profesores y estudiantes, para consolidar los grupos de investigación.16 El gran reto es que la investigación contable colombiana despegue y tome el camino hacia su consolidación.

En este artículo se analizaron en detalle dos componentes importantes del campo: los grupos de investigación y las revistas que, si bien son los más importantes, no son los únicos. Queda pendiente desarrollar un seguimiento más detallado a las tendencias en líneas de investigación, los libros publicados, los encuentros de investigación, los programas de maestría, la internacionalización de la investigación, la participación en redes, la relación con el entorno latinoamericano, la caracterización de las diferentes escuelas, entre otros aspectos. Este artículo pretendió ser sólo un abrebocas a las oportunidades que tienen los investigadores del campo contable, que uno de los autores ya no podrá aprovechar.


Pie de página

1La preocupación central era que la investigación contable tiene que desarrollarse en los contextos en los que opera, es decir, dentro de las empresas.
2En especial a partir del trabajo clásico Towards a positive theory of the determination of Accounting Standards, de Ross Watts y Jerold Zimmerman publicado en 1978.
3Para el campo de la de economía, el profesor Gabriel Misas, de la Universidad Nacional, construyó un análisis con el marco de Pierre Bourdieu (Misas, 2004), que ha continuado desarrollando (Misas, 2007). Estos trabajos fueron utilizados como referente en la elaboración de este artículo.
4El concepto de campo científico desde la perspectiva de Pierre Bourdieu ya ha sido trabajado por algunos investigadores de la Contaduría Pública en Colombia, como la profesora Aída Patricia Calvo (Calvo, 2002, p. 57).
5El número de líneas de investigación declaradas por los grupos varía mucho: algunos desarrollan sólo una línea de investigación, mientras que otros desarrollan un número muy alto. Entre los 12 grupos de mayor escalafón, dos desarrollan una sola línea, pero uno desarrolla siete líneas, dos desarrollan ocho líneas y uno desarrolla 10 líneas; el promedio es de 4,66 líneas en los 12 grupos. Los grupos con mayor número de líneas tienen más integrantes y muchos de ellos son estudiantes de pregrado.
6Las tres revistas que alcanzaron la categoría A2 después de haber pasado por la categoría B son Estudios gerenciales, de la Universidad ICESI - Cali; Cuadernos de Economía, de la Universidad Nacional de Colombia en la Sede Bogotá y Ensayos sobre Política Económica - ESPE, del Banco de la República en Bogotá. Las dos revistas que se han escalafonado en A2 en todas las convocatorias en que han participado son Revista de Economía Institucional - REI, de la Universidad Externado de Colombia y la Revista de Economía del Rosario, de la Universidad del Rosario.
7En los datos de la Revista Innovar que aparecen registrados tanto en Publindex como en los números impresos, se indica que es una publicación de la Escuela de Administración de Empresas y Contaduría Pública, de la Universidad Nacional de Colombia. A pesar de que algunos contadores públicos escriben allí con alguna frecuencia, ésta no ha sido considerada tradicional ni formalmente como una revista contable.
8Se hace referencia a la revista de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, que tiene una larga tradición y no a la revista de la Universidad del Valle con el mismo nombre que llegó a la categoría C en la más reciente convocatoria.
9La maestría en Ciencias Contables de la Universidad de Antioquia inició su primera cohorte en el segundo semestre de 2009, bajo la dirección del profesor Marco Antonio Machado; uno de los autores de este artículo hizo parte de esa cohorte. A finales de 2009, varios programas similares iniciaron su proceso de formalización ante el Ministerio de Educación Nacional, pero al cierre de este artículo aún no contaban con registro calificado (SNIES, 2009).
10Los dos primeros trabajan en universidades diferentes de Estados Unidos y el tercero en la Universidad Politécnica de Hong Kong. Publicaron juntos un artículo sobre la investigación contable en Asia en 2005, otro sobre la investigación contable en Europa en 2006 y dos más con alcance mundial en 2002 y 2007 (Chen, Chan & Cheng, 2007, p. 188).
11Entre las revistas estudiadas, 13 son editadas en Estados Unidos y 11 fuera de ese país. Con ello se evita un poco el sesgo estadounidense de otros estudios, aunque las revistas estadounidenses siguen siendo las más influyentes en el campo.
12"En sus trabajos históricos, Richard Mattessich ha destacado la academia contable italiana, que hizo importantes contribuciones en la Edad Media y en el siglo XIX (Mattessich, 2003), pero sus aportes recientes han sido menos relevantes, en parte porque las instituciones han tomado caminos independientes que han impedido unificación de esfuerzos" (Agasisti, Arnaboldi & Azzone, 2008).
13Chen, Chan y Cheng hacen tres advertencias metodológicas con respecto a la elección de las revistas: (1) no todos los autores pertenecen a las escuelas de Contabilidad, hay aportes de escuelas de Economía, Finanzas y Estadística; (2) algunas revistas publican artículos relacionados, pero no son estrictamente contables y (3) la calidad entre las revistas no es idéntica.
14Aquí se hacen evidentes las luchas de poder dentro del campo, resaltadas por Bourdieu, y las estrategias de conservación ideadas e implementadas por quienes han hecho mayores aportes al campo.
15Un campo científico en el sentido de Bourdieu no es una comunidad; por tanto, la lucha entre los integrantes también es una característica permanente. No se trata de consensos ni de sociedades de mutuo elogio, sino de una construcción académica incluso en la confrontación. El campo científico admite y valora también la deconstrucción.
16Es posible que por distintas razones aún haya dinámicas de investigación no formalizadas ante Colciencias, que no han adquirido la visibilidad en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. En esos casos, es necesario evaluar los mecanismos de validación y el impacto de los resultados desarrollados.


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