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Cuadernos de Contabilidad

Print version ISSN 0123-1472

Cuad. Contab. vol.12 no.31 Bogotá July/Dec. 2011

 

En torno al cine y la contabilidad

Conversación con las profesoras Gloria Milena Valero y Sandra Milena Barrios

Por Jorge Emiro Pinzón-Pinto1

1Profesor del Departamento de Ciencias Contables de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Correo electrónico: pinzon.jorge@javeriana.edu.co Transcripción de Leticia Marcela Rincón-Cortés, Contadora Pública de la Pontificia Universidad Javeriana.


En la hoja de la programación, rezaba "9:10. Hitos de la historia de la contabilidad a través del cine", por las profesoras Gloria Valero y Sandra Barrios, de la Universidad Santo Tomás. Esta ponencia, por supuesto, llamó poderosamente mi atención y la de otros cuantos participantes en el Segundo Encuentro de Profesores de Contaduría Pública, celebrado en la Universidad Nacional de Colombia los días 23, 24 y 25 de marzo de 2011.

Para iniciar su intervención, las profesoras lanzan, así como si nada, la pregunta a los asistentes: ¿Cuál ha sido la película que más los ha impactado? Entonces, la cosa comienza a ponerse interesante y suponiendo que buena parte del auditorio contestaría aludiendo a cintas con temas cercanos a la profesión contable, a mí se me aparecen al instante y mágicamente escenas sueltas de Ladrón de bicicletas, de Vittorio de Sica y Los olvidados, de Luis Buñuel, realizada en México, que no tienen mucho qué ver con la contabilidad.

Como se sabe, la película del italiano hace parte de ese magnífico cine del neorrealismo que en los 40 y 50 se hizo en la península; De Sica realiza esta cinta en 1948; la del español es de su época en México también por los 50.

En ese momento, sentado en el auditorio C, me pregunto sobre el porqué de mi escogencia y entonces comienzo a hallar puntos de encuentro en estas dos películas que tal vez den una respuesta inicial:

  • Son cintas en blanco y negro.
  • Son narrativas acerca de la pobreza y la marginalidad generadas por las crisis sociales y económicas.
  • Transmiten y despiertan una gran sensibilidad respecto de sus protagonistas.
  • Son obras maestras y aparecen en esas inoficiosas listas de las mejores películas de todos los tiempos.

Con esta sensación, me apresto a escuchar a las profesoras, cosa que resulta bastante agradable; al final de la exposición, me acerco a ellas y les propongo reunirnos para conversar sobre lo que acaban de presentar y ellas acceden, de manera generosa.
Sandra Milena Barrios: Soy contadora pública de la Universidad Nacional, estudiante de último semestre de la Maestría en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional y estoy cursando segundo semestre de la Maestría en Protección Social. Docente de la Facultad de Economía, en la asignatura de Introducción a la Economía; por otro lado, trabajo en los posgrados de seguridad social de la Universidad Santo Tomás.
Gloria Milena Valero: Soy egresada de Contaduría Pública de la Universidad Nacional, también en último semestre de la Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo, docente de la Facultad de Contaduría Pública; he dictado las materias de Metodología de la Inducción, Metodología de la Investigación e Introducción a la Contaduría y estoy dictando Contabilidad Ambiental, temática que quería dictar desde hace un buen tiempo.

Jorge Pinzón: Profesoras, ¿por qué recurrir al cine para la enseñanza de lo contable?
S.B.: Nosotras entendemos la contabilidad como una construcción social, en la medida en que la práctica contable es un ejercicio de representación de la realidad, a partir de unos acuerdos sociales. Entendemos ese proceso social tanto para la contabilidad como para otras formas de expresar el entendimiento del mundo, una de esas formas es el cine. En la expresión audiovisual, identificamos también las expresiones documentales; sin embargo, el cine nos permite ver en momentos particulares cuál era la visión de directores o movimientos cinematográficos de una realidad o de un hecho en particular.
G.V.: Bueno, yo quisiera referirme a nuestras discusiones y cómo -a pesar de que aún somos jóvenes en los procesos de enseñanza-aprendizaje- empezamos a sentir que nos alejábamos de los estudiantes; la generación actual es radicalmente diferente a la nuestra. Entonces, nos pareció que el cine podía acercarnos a los estudiantes, en especial en un área o en una temática que para ellos es tan pesada como la historia del pensamiento contable; el cine nos puede ayudar a aproximarnos como una herramienta adicional en el seminario en el que venimos trabajando.

J.P.: Esto supone una vivencia de ustedes en relación con el cine, las cosas no surgen porque sí, sino que debe haber allí una referencia que es vivencial seguramente. ¿Cuál es esa vivencia?
S.B.: Siempre que hablamos del tema lo hacemos en términos emocionales: el gusto por el cine es una pasión y en nuestro quehacer, la contabilidad también lo es. En nuestro modo de entender los fenómenos que nos rodean, el cine -como experiencia- es una pasión que nos permite abordar un mundo cultural y otras realidades; hay muchas realidades por descubrir a las cuales a veces no tenemos posibilidades de llegar. Me acerqué a la experiencia del cine por la forma de contar historias del escritor, actor y director estadounidense Woody Allen. Una vez vimos lo relevante de nuestras experiencias, empezamos a hacer otras búsquedas y exploraciones.
G.V.: Sería valioso contar que esto es producto de una experiencia muy particular, de unos ejercicios desde la amistad más que de pensar en la docencia en sí misma; esto surge a partir de unas tertulias que teníamos Sandra Milena, otra amiga que también es docente y yo. Estas primeras tertulias se enlazan con la pasión por el cine y desarrollan la idea de vincular esa herramienta a las clases junto a la historia y el pensamiento contable.
S.B.: Además, como yo lo entiendo, el cine es un ejercicio muy completo en el marco de lo artístico; a partir del cine, uno puede hacer una reflexión de las imágenes, la música, la literatura, la historia, la filosofía... El cine es una descarga cultural, dependiendo -claro- de la película que estemos abordando; algunas representaciones te ponen en confrontación con lo que sabes y generas diferentes análisis. No somos observadoras pasivas, sino más bien observadoras muy activas y nos gusta poner todo en entredicho, todo lo que se nos presenta.

J.P.: Una experiencia estética.
S.B.: Exacto.

J.P.: Metiéndonos en materia, ¿saben ustedes si hay otras experiencias en la enseñanza de la contabilidad por medio del cine?
G.V: Como tal, no hemos encontrado una experiencia particular del cine con la contabilidad; pero sí hemos encontrado experiencias del pensamiento económico por medio del cine y de los comics, en un artículo de la Universidad del Rosario. Por otro lado, hemos identificado experiencias similares que vinculan el cine, pero en casos particulares como la Guerra Civil Española; es decir, en contextos muy particulares y en etapas de la historia muy específicas; sin embargo, en relación con el cine y la contabilidad, a la fecha, no hemos encontrado un documento; pero es posible que exista.

J.P.: Profesoras ¿de qué se trata específicamente esta propuesta?
G.V.: La propuesta ha tenido muchos cambios y hay que ser sinceras en eso. Inicialmente, nosotros nos propusimos hacer un recorrido histórico del pensamiento contable por medio de una estructura que planteó el profesor español Vicente Montesinos-Julve y, a partir de eso, pensábamos vincular como documento base ciertas películas; es decir, establecer una película que reflejara aspectos del período empírico, el científico y el clásico; pero entonces nos dimos cuenta de que no había películas que se acercaran a unas características mínimas de cada período contable; por esto, vale la pena decir que ha sido un proceso de aprendizaje para nosotras desde lo contable. Ahora, tenemos la capacidad de identificar dos perspectivas para abordar la historia del pensamiento contable: la perspectiva heterodoxa, una visión que surge de la nueva historia de la contabilidad; y la vertiente ortodoxa, una vertiente lineal en cuanto a cómo da cuenta de los hechos y se centra en la historiografía. Este reconocimiento nos permite darnos cuenta de la imposibilidad de apuntarle a una sola vertiente, porque parte del proceso es que los estudiantes comprendan que hay dos vertientes. En ese orden de ideas, nos hemos replanteado y vamos a abordar el seminario desde las perspectivas ortodoxa y heterodoxa. Hemos identificado momentos en los cuales la contabilidad genera un hito, con el cual la contabilidad cambia o con el cual la contabilidad se ve cambiada por el contexto, momentos muy específicos en la historia del pensamiento contable.
S.B.: Resumiendo, estamos organizando un seminario electivo para los estudiantes de Contaduría Pública entre tercero y décimo semestre, que hace parte del currículo complementario que ellos tienen como opción para ver durante su carrera. Este seminario les permitirá acercarse a los hechos más importantes que determinan la historia de la contabilidad y el pensamiento contable y vamos a facilitar ese acercamiento, a partir de un abordaje audiovisual con el complemento de unas lecturas clave.

J.P.: En la primera idea, parece que el cine es incidental en un seminario o en una materia; es decir, se toma el cine a partir de o a propósito de un momento determinado de la historia de la Contabilidad. En la segunda idea, se pensaría que el cine es el eje.
S.B.: No, el objetivo principal es acercar al estudiante al lenguaje y al pensamiento contable. Una de las preocupaciones por las cuales surgió el seminario es por el proceso de diálogo entre los contables, para ir más allá de las normas tributarias o de la práctica de auditoría que realizamos. El reto es, por tanto, ser capaces como contables de discutir en términos teóricos, incluyendo las bases de nuestra disciplina y poner en jaque las realidades a partir del análisis y la práctica. Vemos que esa es una dificultad de los contadores en Colombia; por ello, el objetivo principal es acercar a los estudiantes al lenguaje y al pensamiento contable. ¿Cómo lo vamos a hacer? Con unas lecturas particulares que acerquen a una realidad histórica, a un contexto contable y con una reflexión audiovisual, porque lo audiovisual permite ver la integralidad de un hecho.

J.P.: En el caso de la electiva, ¿habría un cierto requisito no académico, quizás en relación con el cine para tomarla?
G.V.: Realmente, nosotras no lo hemos planteado así. Tenemos en mente que la electiva salga para el segundo semestre de 2011 y no hemos querido generar el prerrequisito; pero es posible que en esta primera experiencia nos encontremos con que, por la naturaleza de la electiva, se requiera cierto nivel de formación en aspectos propios de la carrera o de pronto que los estudiantes estén más "grandecitos"; lo cual puede ser un error en sí mismo, porque a veces nos llevamos sorpresas con los estudiantes, puede ser que los más pequeños tengan una visión más amplia del cine y no crean que la materia va a ser una cuestión de ir a ver películas y ya.
S.B.: Partimos de un conocimiento básico en los fundamentos de la contabilidad y como el seminario es electivo, se da paso a la elección para aquellos a quienes les interese el tema. El seminario no hace parte del núcleo básico del currículo y quienes quieran acompañarnos en este ejercicio tienen la posibilidad de estar allí. A medida que nosotras vayamos avanzando, veremos si es necesario realizar ejercicios previos de aproximación a lo audiovisual y que complementen lo visto; pero en ese sentido es muy importante la pregunta que nos plantea: lo contable tiene que ser lo más central del seminario, ese es el centro de nuestra preocupación.

J.P.: Pero sospecho que hay un propósito encubierto de acercar al estudiante a descubrir el cine. Ustedes están hablando de lo audiovisual, pero yo lo limitaría al cine y al descubrimiento de lo que implica el cine como expresión estética, como construcción humana. ¿Debe haber esa intencionalidad?
G.V.: Confiamos en que, a partir del seminario, los estudiantes salgan con unos conocimientos adicionales en torno al cine y a todas esas emociones que se pueden tener a partir de él. Y que adquieran conocimientos técnicos de una película, en gran parte, porque hemos notado que los estudiantes se han alejado de esas otras miradas del mundo, como la música, la literatura y el cine, entre otras. No sabemos si es una situación propia de la universidad o es algo de todas las facultades de Contaduría Pública. Por ejemplo, si se les pregunta cuál es la última película que vieron, se quedan en aspectos muy comerciales o algunos hace mucho tiempo no van a cine y eso mismo pasa con otros intereses como la lectura, con otro tipo de lectura, no solamente contable sino otro tipo de lecturas que también hace parte de esa formación integral de los individuos.
S.B.: Gloria ha mencionado lo clave del asunto: nosotras consideramos que la formación es integral y es la misma formación integral que nosotras estamos todavía construyendo, a partir de lo cual buscamos otro tipo de expresiones para nutrir muchos de los análisis que hacemos. Nos damos cuenta de que el acercamiento de nuestros estudiantes a la realidad nacional es muy limitado y esto es así porque esta realidad hay que alimentarla de muchas otras cosas, como el contexto histórico y político, para que se apropien de sus valores como ciudadanos. Todo eso hace parte de un proceso; creemos que una aproximación tan compleja y que abarca tantos temas como lo audiovisual y particularmente el cine, puede despertar muchas sensibilidades e inquietudes en los estudiantes.

J.P.: ¿Cuáles han sido los resultados de esta experiencia hasta ahora?
G.V.: Nosotros estamos en un proceso "preoperativo" y hemos venido participando en diferentes eventos para plantear esta propuesta, tanto fuera como en la casa y hemos notado que los estudiantes tienen la expectativa de ese seminario, de participar en él y de las materias que cada una desarrolla. Hemos intentado ir aplicando la experiencia de las películas como un documento más de abordaje de un tema en particular; por ejemplo, yo lo he venido haciendo con el código de ética o la ética principalmente y he abordado la película Las locuras de Dick y Jane, al igual que un capítulo de Crime Scene Investigation, CSI. La experiencia ha sido muy motivante, porque los estudiantes han logrado identificar situaciones de la realidad, en las cuales se pueden ver involucrados.
En el tema de ética, como es tan coyuntural y ambiguo, a veces uno ni siquiera sabe cómo abordarlo, pero por medio de lo audiovisual, los estudiantes se han dado cuenta de que uno puede tomar diferentes posiciones y que es una cuestión individual; la clase logra extraer y compartir vivencias. Lo audiovisual ha logrado sensibilizarlos y comprender cuestiones del contexto, lo que les exige utilizar muchas herramientas al respecto.
S.B.: Esto es muy complejo, en la asignatura de Introducción a la Economía vemos un tema asociado a la política monetaria y al ordenamiento financiero de la economía. En el marco de esta propuesta, por sugerencia de Gloria, vimos la película Concursante, de Rodrigo Cortés, una película española con actores argentinos, muy interesante, porque les hice una pregunta sobre detalles de la película, acerca de en dónde se desarrolla y muchos no identificaron el lugar. ¿Fue en Argentina? El protagonista es un argentino, sí, pero la película se desarrolla en España; el ejercicio de reflexión audiovisual va despertando estos pequeños detalles. Concursante plantea una reflexión individual sobre las decisiones financieras que enfrento y qué cuidados debo tener. También vimos un especial del canal de televisión Infinito acerca de la crisis financiera en Argentina en el año 2001 y sus causas históricas. El documental presenta muchos aspectos políticos, históricos y económicos; la recepción fue muy buena y la complementamos con lecturas para que ellos pudieran identificar conceptos allí expresados lo que les dejó bastante inquietud. "Como ese tema me interesa, sobre este quiero investigar", es ya una primera expectativa frente a un planteamiento diferente.

J.P.: ¿Qué reacciones ha generado su propuesta en la comunidad académica de la universidad?
G.V.: La propuesta ha sido bien aceptada. El decano nos ha apoyado bastante con la participación en diferentes eventos y a él, de acuerdo con lo que nos ha comentado, le parece que la electiva puede ser una electiva no solo de la Facultad sino cursada por estudiantes de economía o de las diferentes carreras de la división. Esto es algo que nos motiva y a la vez es un reto interesante: poder mostrarles a otras disciplinas el saber contable desde una experiencia tan particular como la audiovisual.
S.B.: Adicionalmente, todo el tiempo, les hemos expresado a los colegas nuestra inquietud y ellos constantemente nos hacen aportes. En ocasiones, hay que aclarar que no estamos buscando películas con contadores como protagonistas, algunos nos hacen la referencia y nos llaman "hoy vi una película en la que el contador protagonista hacía tal o cual cosa". Nuestros colegas y amigos son muy inquietos, somos un grupo de "locos", muy inquietos en el marco de lo cultural y siempre estamos recibiendo nuevas ideas, que alimentan nuestra propuesta de inclusión de lo audiovisual. La Universidad nos ha apoyado para asistir a eventos y presentar nuestra experiencia; en marzo, estuvimos en un simposio de investigación contable organizado por la Universidad de Cartagena. En este Tercer Encuentro de Docentes de Contaduría Pública, hemos tenido una buena recepción, la tarea que tenemos actualmente es hacer ese primer ejercicio aquí en la Universidad para ver cómo lo asimilan los verdaderos protagonistas de esta historia, los estudiantes y futuros contables.

J.P.: Pensar en una propuesta como esta, necesariamente orienta la mirada sobre los aspectos pedagógicos y didácticos. ¿Cuál ha sido esa mirada por parte de ustedes?
G.V.: Yo creo que esa mirada surge de la búsqueda de nuevas dinámicas para abordar el tema que uno sabe que es complejo; entonces, nosotras empezamos a cuestionarnos acerca de qué formación se está impartiendo en teoría contable, esa materia que nosotros vimos en nuestro proceso de formación y que aquí no es tan rigurosa. Pensamos cómo podíamos nosotras motivar a los estudiantes para que no presenten tanta resistencia, teniendo en cuenta que estas temáticas están asociadas a unos conceptos epistemológicos complejos; entonces, el cine surgió como una posibilidad pedagógica.
S.B.: Lo pedagógico siempre está allí en la medida en que esa función de la docencia está atravesada en nuestro quehacer, es decir, somos formadas en contaduría y en lo contable; pero la formación pedagógica ha sido más la búsqueda que nosotras hemos realizado y cómo lo hemos venido experimentando en la clase. Claro, esto es una experiencia alternativa a la forma tradicional en que hacemos el abordaje de la clase. En ese primer espacio, la preocupación es por lo pedagógico pues ¿cómo acercarnos al estudiante para generar inquietudes y complementar su formación integral? Es decir, que no se lleve solamente un apartado de conceptos técnicos, sino que se lleve una formación desde muchos otros campos y la preocupación por lo pedagógico viene del reto que implica llevar este ejercicio a la práctica. Parte de nuestra tarea es hacer la lectura para incluir lo audiovisual como un documento más, sin que se convierta en el centro de la actividad pedagógica y ese es un reto de nuestro ejercicio desde las lecturas que hemos hecho. Entonces, siempre hay un proceso previo de preparación para el estudiante y para el grupo de personas que van a hacer el abordaje del tema, sobre qué vamos a ver, cuáles son las temáticas principales sobre las cuales tenemos que poner atención; de las lecturas que hemos revisado, qué conceptos centrales plantean y cuál es el hecho particular que nosotros vamos a revisar. A partir de ahí, vamos a generar unos indicadores de inquietud para los estudiantes y en ese momento debemos abordar lo audiovisual. No se debe abordar lo audiovisual sin un abordaje previo de otros materiales.

J.P.: En el cine -como en la literatura- seguramente aparecen personajes de la profesión, contadores. De lo que ustedes han encontrado, ¿cuál es la imagen de esos personajes? ¿Qué proyectan?
S.B.: Esa fue otra inquietud que surgió. En nuestras tertulias, veíamos alguna película en particular y decíamos "ahí aparece un contador y mire cómo lo presenta". Por lo general, la visión del contador en el marco de las películas es la de un personaje muy serio, muy plaño, casi invisible, con gafas, muy gris, a veces como ya canosito, escondido en el último rincón de la organización en la que se encuentra, supremamente psicorrígido; eso me parece preocupante. Digamos que no puede ir más allá de la exactitud de los números y eso nos preocupa. Cada una tiene sus elementos de psicorrigidez, pero lo cuantitativo nunca ha sido una limitación para nosotras, pues podemos hacer un análisis más allá de los números: podemos revisar un estado financiero y somos capaces de hacerlo, pero somos capaces de hacerle unas preguntas particulares a ese estado financiero en el marco de lo social. ¿Cuáles son las condiciones sociales que este estado me presenta sobre la situación laboral de los trabajadores en particular? Yo sé que hay una relación detrás de eso. La visión que se presenta del contador es muy plana. También hemos visto películas en las que el ejercicio contable se convierte en un espacio muy clave y claramente se identifica el espacio de lo contable con el ejercicio del poder, porque se tiene la información y ese ejercicio del poder y de la confianza se refleja en varias de las películas que nosotros aprovechamos y mostramos en la reflexión.

J.P.: El lenguaje del cine requiere no solo de la interpretación de una historia, sino que además propone la comprensión de la fotografía, de la narrativa, del color, de la música y de la actuación. ¿Logran ustedes trascender hasta esos lugares en su propuesta?
S.B.: Cuando nosotras empezamos a hacer un acercamiento al cine, empezamos a notar diferencias en las propuestas de aproximación a lo visual y esas aproximaciones inicialmente se sienten desde la emoción que nos genera una determinada película. Ese fue el primer elemento sobre el que vimos que hay algo diferente, ¿qué es? Es lo que la película genera, para que haya más emoción en una que otra o por qué esta me parece más completa que la otra, a partir de qué elementos. Como espectador, yo voy construyendo mi propio criterio para poder evaluar la calidad de una presentación visual frente a otra. ¿Por qué un grupo particular de gente considera que la telenovela es un espacio muy limitado para presentar ejercicios audiovisuales complejos? Poder entender esta diferencia hace parte de comprender esos elementos técnicos de la presentación, construcción y demás; ese es un aprendizaje que se logra viendo cosas y leyendo sobre el tema y preguntándose, preguntándole a la gente y sobre todo tratando de identificar esos aspectos. ¿Cómo enriquece eso el ejercicio del seminario? Teniendo nosotras claridad sobre lo que estamos viendo y tratando de generar en nuestros estudiantes inquietudes sobre esos aspectos particulares. Por ejemplo, en relación con los aspectos técnicos hay que diferenciar que una fotografía en blanco y negro nos genera emociones distintas a una fotografía a color; eso es una impresión básica que revisamos pero que muy pocas veces logramos. La música acompaña muchos elementos de la película, pero hay películas que no tienen música o hay películas que tienen música todo el tiempo, o la música no se siente. ¿eso tenía música?, ¿y en qué momento? No la sentí, no la identifiqué; esto hace parte del ejercicio visual y nosotras pretendemos integrarlo. Adicionalmente, podemos identificar las preguntas claves que uno le hace a la película, en términos técnicos: quién es el director, cómo se ha caracterizado ese director en su presentación o en su forma de contar historias, cómo se caracteriza, hace parte de un movimiento artístico. Porque el cine también participa en movimientos artísticos y si hace parte de este, cómo se mueve allí. Consideramos que es importante abordar esa mirada desde lo técnico, porque nos permite sacarle más información a la película.
G.V.: Yo sí estoy convencida de que tenemos ese adicional y en el seminario va a ser evidente; los estudiantes que pasen por este seminario, al igual que nosotras, van a salir con una visión muy diferente y con unas sensibilidades importantes sobre el cine. Lo que decía Sandra es clave como factor adicional; por ejemplo, yo me he esforzado más en conocer a los directores y la experiencia ha sido clave; el ejercicio que hago es revisar la historia de ese director, qué más ha hecho y si eso le da a uno otro bagaje; si la película ganó un premio Oscar o ganó un Cannes, eso también permite identificar si es cine comercial o es cine independiente y ese ejercicio sencillo no solo informa, sino que sitúa, porque el cine independiente hace otro tipo de apuestas: sensibilizar a las personas en otros escenarios más allá de garantizar una taquilla. Yo soy una convencida de que lo vamos a lograr.

J.P.: A raíz de lo que están diciendo, les preguntaría por los criterios, pues sospecho que uno de esos criterios tiende a escoger el cine que ustedes denominan independiente sobre el cine comercial. ¿Hay otros criterios para escoger determinadas películas para el trabajo con los estudiantes?
S.B.: Sí, el eje de ejercicio del seminario es lo contable. A partir de lo contable, nosotras identificamos momentos claves o hechos históricos claves que queremos destacar, para la época que seleccionemos, buscamos qué representaciones desde lo audiovisual hay y a partir de ahí, elegimos. No podemos descartar el cine comercial, porque esa es una mirada válida. El reto que nos impone el seminario es que en la medida en que tengamos material para poder trabajar un determinado hecho particular, podamos presentar las diferentes aproximaciones. La caída de las torres gemelas es un hecho muy importante -no sé si aplicaría tanto para el tema contable-, con aproximaciones desde el cine comercial y con esa mirada particular; también hay aproximaciones desde la mirada independiente con mayor elaboración; poder hacer esas dos aproximaciones sería un abordaje vital para los estudiantes. Lo ideal es poder construir un criterio y consideramos que construir un criterio crítico es una falencia de los contables. ¿Cómo se hace ese ejercicio crítico? El criterio se inicia desde la individualidad, preguntándonos ¿yo con qué estoy de acuerdo y con qué no? Necesitamos tener criterios claros para poder decir y decidir, creo que ese es el ejercicio adicional que podemos hacer allí.

J.P.: Con la preocupación y la reiteración de ustedes de que el eje es lo contable, me ponen a pensar lo contrario. ¿Qué pasaría si el eje no fuera necesariamente lo contable, sino que fuera por ejemplo la misma perspectiva del cine? ¿Habría un cierto propósito velado en el hecho de que los estudiantes en un momento terminaran inclinándose mucho más por la valoración del cine que por lo contable?
G.V.: El ejercicio particular que hacemos parte de identificar aspectos económicos, qué pasó en la película desde lo económico, cómo afecta eso a la sociedad. La invitación que se hace con esa dinámica es que los estudiantes tengan esa capacidad. No para que estén de acuerdo con la visión de nosotras, sino para que ellos tengan la capacidad de abordar la película con unos conocimientos desde su disciplina. No es lo mismo ver La lista de Schindler con unos conocimientos contables base y partiendo de la importancia que tiene un individuo con un rol de contador en ese contexto. No es el mismo ejercicio verla sin tener ese bagaje que verla pensando, ¿cuál fue el contexto socioeconómico de ese momento?, ¿cómo la contabilidad se vio afectada a partir de esa fecha? Nosotras queremos que ellos tengan la capacidad de hacer ese abordaje pero con una serie de conceptos propios de su disciplina, pues esperamos que no se inclinen hacia el cine o bueno, si lo hacen, que lo hagan desde lo contable.
S.B.: Esto lo hemos hablado en ocasiones anteriores. Se pretende abrir una ventana para dar cuenta de la forma en que el hombre representa la realidad; una de ellas es la contabilidad, porque representa unos hechos particulares; otra forma es la historia, porque la historia consiste en contar historias, a veces las historias de los ganadores. En lo audiovisual, el cine, que es la representación de ficciones; lo documental, que es representación de las realidades; y otras formas como la novela, la literatura... hay una gama de expresiones artísticas, a las cuales estamos expuestos todo el tiempo. Nosotras podríamos hacer otro tipo de ejercicios; por ejemplo, en alguna ocasión en la Universidad Nacional, asistí a un seminario sobre el análisis del discurso mediático y cómo se maneja ese discurso en la presentación de noticias en particular. Nosotras podríamos hacer una revisión de archivo de diferentes momentos de la historia colombiana y cómo se ve allí lo contable, es decir, podemos hacer miles de ejercicios con diferentes cosas pero siempre la inquietud que va a estar allí: va a ser la inquietud de despertar el ejercicio crítico y permitir una reflexión compleja sobre los alcances que tiene la contabilidad en la sociedad y sus implicaciones.

J.P.: Preguntaría no tanto qué sigue en la propuesta, porque hay que ponerla a marchar y saber qué resultados se obtienen, sino por la perspectiva y el alcance mismo de esta propuesta. ¿Hasta dónde dimensionan ustedes que puede llegar la propuesta?
S.B.: Primero, hay que realizar el seminario en la Universidad Santo Tomás y llevar la experiencia a otras universidades y otros espacios. Una ganancia sería la posibilidad de que el seminario que nosotras estamos proponiendo de carácter electivo, sea también aceptado para los otros estudiantes de las otras disciplinas económicas, los de mercadeo, estadística, economía, administración y los contadores; esto permitiría ampliar la visión sobre la formación de los contables, que no se limitaría a esa visión profesionalizante tradicional. Es un reconocimiento de la contabilidad como disciplina, como una disciplina económica, social y adicionalmente, sería el reconocimiento de una forma diferente de abordar unos temas críticos para la sociedad, construcciones sociales que van cambiando, con implicaciones éticas y sociales muy importantes. A largo plazo, quiero continuar con la formación de apreciación de lo audiovisual. El reto es también abordar lo documental; quisiera especializarme en esos temas, pues me interesan bastante. No sé qué pueda hacer yo con eso en un futuro, pero por ahora quiero satisfacer la inquietud.
G.V.: Con respecto a las potencialidades del seminario, sí, creo que lo hemos tenido muy claro: si no logramos consolidar la electiva en otros contextos, queremos seguir transmitiendo la experiencia con lo que implica la realización del seminario en sí mismo. La experiencia real de esa herramienta audiovisual en el marco del pensamiento y la historia contable con los estudiantes, nos parece clave en la medida en que ha sido un planteamiento bien recibido por otras personas de la academia.

J.P.: ¿Es en cierta manera un descreer?
S.B.: Pero es un descreer no negativo. Nadie niega las potencialidades del cine para analizar fenómenos. Por ello, el cine es muy valioso dentro de la propuesta que tenemos, igual sucede con la caricatura. Pero no hay dudas sobre lo que uno logra con lo audiovisual; las dudas son desde la disciplina contable, pues se duda de la contabilidad para realizar un análisis de contexto. Por esto, insistimos en que el eje de la reflexión tiene que ser la contabilidad, porque lo podemos hacer con otro tipo de experiencias desde lo cultural; esa es la hipótesis que estamos manejando. Hay dudas desde lo contable, de si el análisis nos da para eso, de si hemos desarrollado tanta teoría contable como para desarrollar un seminario sobre ese tema, de si la historia de la contabilidad existe y si han escrito sobre eso, o si hay tendencias ortodoxas y heterodoxas de la contabilidad. ¿Qué es eso? Entonces, claro, como todo eso existe y como los contadores se estrellan con todos esos lineamientos cuando salen al mundo y esto también se ve en la academia, nuestro reto es generar un espacio para que todos esos contables que están allí puedan hablar en términos de su disciplina y puedan reconocerse como tales.
G.V.: Bueno, adicional a lo que dice Sandra que es fundamental, los comentarios siempre han sido en la tónica de cómo la contabilidad nos puede dar para tanto. Pero creo que también hemos tenido retrocesos y entendemos los retrocesos como parte del avance; desde el planteamiento que teníamos inicialmente del seminario y creo que han sido retrocesos y avances a la vez, en la medida en que nos han permitido tener una visión más integral de lo que queremos hacer; desde lo contable y cómo el cine nos va a permitir esa aproximación, porque evidentemente si esta entrevista hubiera sido hace un año, el ejercicio hubiese sido muy diferente en la medida en que estábamos apostándole solo a una visión de la contabilidad, pero ahora ya vinculamos las dos visiones y sabemos a lo que hay que apostarle y a que los estudiantes logren manejar ese conocimiento, de manera que por lo menos identifiquen que la contabilidad sí da para tanto y que la contabilidad ha tenido unos constructos desde esas dos perspectivas y que ellos no necesariamente tienen que casarse con una, pero sí aprovechar las potencialidades que tiene cada perspectiva del conocimiento contable.

J.P.: Seguramente, ustedes no solo pensado en sistematizar la experiencia sino también en generar algún proyecto de investigación en torno a la experiencia y en torno a la misma relación cine-contabilidad. ¿Cómo piensan esto?
S.B.: Claro, como esto surgió de la discusión grupal y de la tertulia, ha venido evolucionando y por eso, los alcances pueden ser muchos y ya tenemos un primer documento, el cual se presentó al Segundo Encuentro de Docentes de Contaduría Pública que se realizó en la Universidad Nacional. A partir de esta experiencia, surgen variaciones en las cosas que nosotras queremos escribir y por tanto, queremos compartir y publicar. Vienen varios ejercicios: primero, la revisión desde lo contable de cuáles son los momentos históricos que identificamos que se deberían revisar para la aproximación de los estudiantes. Segundo, de revisión de lo audiovisual como una herramienta pedagógica y tercero, que tiene qué ver con los alcances que nosotras podamos tener, al unir las representaciones económicas a otro tipo de expresiones culturales. Es un esfuerzo de largo aliento, pero sí queremos compartirlo con otros, hacer "economías de escala" y aprovechar lo que estamos haciendo y -como nos lo sugiere- sistematizarlo, ir sacando "cositas" para ir generando inquietudes y respuestas.
G.V.: Algo adicional a lo que decía Sandra es que cuando surge la idea, surge también un requerimiento institucional, el diplomado El docente del siglo XXI, en el cual nos exigían un módulo. Nosotras pensamos "qué chévere construir el módulo sobre el cine y la contabilidad y que lo podamos aplicar en el seminario", de forma que ese resulte ser el documento pedagógico que guíe las sesiones del seminario electivo.
S.B.: Ese es un ejercicio de publicación que la Universidad apoya y es un espacio que tenemos allí para aprovecharlo.

J.P.: Yo terminaría haciéndoles la misma pregunta que ustedes hacen al comienzo de su ponencia. Ustedes saben cuál es.
S.B.: La pregunta es ¿cuál o cuáles películas cambiaron su vida y por qué? Claro, la pregunta tiende a ser un poco trascendental. Sin embargo, yo no diría una película en particular, sino un personaje o un director en particular: Woody Allen. La primera película que yo vi de él, sin estar consciente de quién era el personaje; me llamó mucho la atención la historia que estaban narrando que -en ese momento- me parecía una total locura y no entendía lo que veía, estamos hablando de Amor y muerte o La última noche de Boris Grushenko; esta película generó en mí todo tipo de inquietudes, porque tenía una revisión de lo político diferente, una presentación histórica en fuera de lugar, el protagonista tenía unos medios que, para su época, uno diría que este señor está en otro tiempo. Decidí indagar sobre lo que había visto y descubrí a Woody Allen y su particular forma de contar historias; son películas que te dejan con una sensación de insatisfacción, como que no cuentan el final que uno quiere. Las películas de Woody Allen son una experiencia del cine a la cual yo no estaba acostumbrada. Usualmente, uno tiene un final, un final feliz, un héroe; en estas historias encuentras un antihéroe y todo ese tipo de ejercicios me empezaron a llamar la atención. A partir de aquí, empecé a indagar sobre otros directores; dije si este es Woody Allen, ¿quién es Martin Scorsese?, ¿quién es Clint Eastwood?, ¿quién es Jean-Luc Godard?, ¿quién es Pedro Almodóvar?, ¿quién es en Colombia Víctor Gaviria?... Ya hemos descubierto que ese tipo de cosas hace parte de una nueva mirada del cine, que se centra en los directores, pero hay tendencias o momentos históricos, por ejemplo ¿quién era Charles Chaplin y por qué era importante? Empecé a revisar ese tipo de cosas, a partir del descubrimiento de Woody Allen como una figura del cine.
G.V.: Bueno, para mí, el ejercicio ha sido más fashion, no tan estructurado como el de Sandra. A mí, la película que me encantó y la que siempre quiero resaltar es El eterno resplandor de una mente sin recuerdos, de Michel Gondry; lo que me llamó la atención de esta película es la manera en que se desarrolla la historia y cómo logra meternos en eso que es un misterio hasta para los psicoanalistas: la mente humana, el cerebro. Es una de mis favoritas, la repito sin miedo, los colores, las imágenes en un contexto de lo no real, porque te encuentras con la cama al lado de la playa que es una de las reseñas entre los recuerdos que más me gustan. Por otro lado, yo me acerqué mucho a Tim Burton porque tenía una fascinación con Johnny Depp y comencé a ver muchas películas de Tim Burton, el cual me ha marcado por su capacidad de contar las historias y de vincular lo colorido, por ejemplo, en Charlie y la fábrica de chocolates, me seduce la magia que encierra; también me he acercado a Pedro Almodóvar y él me ha llenado de otras satisfacciones en la medida en que las historias son como una telenovela. Almodóvar me ha permitido tener un encuentro bien particular con mi mamá, porque compartimos y disfrutamos juntas sus películas, porque tienen una visión muy real desde lo femenino, entonces es espectacular, pero creo que uno podría empezar a listar un montón de películas más. Sin ir más lejos, El Gran Concierto, del rumano Radu Mihãileanu, también nos marcó mucho; pues lo llena a uno de mucha sensibilidad.
S.B.: Pensé que ibas a hablar de Dogville.
G.V.: Esa es otra película que vimos juntas.
S.B.: Podría decirse que Dogyüle -de Lars von Trier- nos marcó a las dos al mismo tiempo.
G.V.: Esta película fue un reto para nosotras, porque el director generó una tendencia que implica no utilizar efectos especiales y procurar que el escenario sea muy natural; entonces nos encontramos con que la película no tiene escenario, los actores todo el tiempo se imaginan la puerta, abren la puerta, los sonidos del carro, se ven las divisiones de las casas, pero no hay nada, los actores hablan del ocaso, del sol pero todo para nosotras es un primer plaño de un cuarto.
S.B.: Ver esta película fue impactante, porque la vista es el sentido más desarrollado que tenemos, los colores, los ambientes; si hace sol, la gente tiene otro estado anímico; si está lloviendo. y eso impacta mucho en términos de lo visual y cuando nosotras vimos esta película, vimos que no había escenario; y si uno compara con la espectacularidad de una película como Titanic y al final encontramos que esta película que no tiene nada, son otros los aspectos que empezamos a evaluar. En Dogville, todo el peso de la historia recae sobre los actores, pues -al no tener un escenario- ellos hacen el ejercicio de abrir la puerta y cerrarla, y si era creíble para ellos, tendría que serlo igualmente para el espectador. La forma de presentar esta película exige un reto para uno como espectador, centrarse en la historia que ellos estaban allí mostrando y fue un ejercicio muy fuerte; además, es larga para lo que estamos habituados. Definitivamente, Dogville es una propuesta diferente y para mí fue la oportunidad de hacer evidente la importancia del actor en una película, que va más allá de los ambientes o los efectos especiales.
G.V.: Para nosotros, ha sido nuestra frase de batalla: es un experimento. Para nosotras, esto es un experimento.

J.P.: Y una experiencia.
G.V.: Sí, una experiencia, pero también es un experimento con nosotras mismas y con los estudiantes, porque nosotros les estamos apostando y esperamos encontrarnos con gente muy inquieta, porque el seminario se puede prestar para un diálogo, para que realmente las clases sean mediadas, para que uno actúe como un mediador; nosotros queremos apostarle a eso, a que uno venga a aprender también del estudiante, aprender de las visiones que ellos tienen de la realidad y de lo que pueda surgir de ese ejercicio contabilidad por medio del cine.
S.B.: Esta experiencia es una aproximación que tenemos para formarnos también como seres más integrales. Siempre hemos dicho que no queremos perder la capacidad para sorprendernos; bueno, uno se sorprende día a día por las noticias que aparecen; con tanta información que nos inunda en el mundo de hoy, se pierde la sensibilidad y ese es un temor. Con el cine, cuando hay historias lo suficientemente sutiles y bien narradas, empiezas a poner atención sobre algunos detalles; ese es el interés, generar inquietud en los estudiantes, para que siempre lo sean, no solo con el cine. Cuando uno habla con los colegas que están ejerciendo la Contaduría en las firmas o llevan la contabilidad, sienten que no tienen muchos espacios para la cultura, que están absolutamente capturados por el trabajo y que no pueden desarrollarse desde lo humano; entonces, la invitación a ellos es a que nunca pierdan esa parte humana y desarrollen las pasiones que tengan: que si les gusta la pintura que lo hagan, que les gusta leer que lo hagan, que si les gusta la música que lo hagan y mucha gente lo hace, pero a veces la dinámica del día a día nos absorbe totalmente y se pierde ese contacto con el mundo en sus elementos sensibles.

J.P.: Profesoras, muchísimas gracias.

Ahora las imágenes de las dos películas se entremezclan en mi mente y aparecen los rostros de angustia de los personajes, de sus desgracias y sus desesperanzas en un escenario común: la crisis social, la violencia y la desigualdad.

Las profesoras se alejan y me queda la sensación de que sí es posible.

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