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Cuadernos de Contabilidad

versión impresa ISSN 0123-1472

Cuad. Contab. vol.13 no.32 Bogotá ene./jun. 2012

 

Sobre una conversación incidental: el Observatorio Colombiano de Educación Contable, OCEC

Por Jorge Emiro Pinzón-Pinto*

*Profesor del Departamento de Ciencias Contables de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Correo electrónico: jorge.pinzon@javeriana.edu.co


A finales del año 2011 y en el transcurso de una interesante conversación con la profesora Gloria Valero acerca de la disciplina contable y la profesión, surgió el tema de la educación y la formación de los contadores en el país. Desde nuestras distintas experiencias personales como profesores de programas de Contaduría Pública y con los referentes de otros docentes que han reflexionado y escrito sobre el tema, apareció el comentario sobre las posibilidades de la constitución de un Observatorio de Educación Contable. Entonces, la profesora Gloria me respondió que esta idea también ha venido rondando a algunos profesores de la Universidad Santo Tomás. Quedamos en enviarnos los materiales escritos y, por supuesto, en reunirnos por esos días.

La reunión solo se pudo realizar a comienzos de 2012 con la asistencia de la profesora Gloria, la profesora Alejandra Patiño, el profesor Jairo Bautista y quien esto escribe. A partir de allí, el entusiasmo por trabajarle al proyecto del Observatorio es evidente hasta hoy. A este entusiasmo, muy pronto se sumaron los profesores Gabriel Moreno y Alejandro Romero.1

Compartiendo un reconfortante café en la sala de reuniones del tercer piso de la Universidad Santo Tomás, surgió esta animada conversación informal con los profesores en torno a los asuntos del Observatorio.

Jorge Pinzón: Profesores, a la larga, en los procesos realizados por los grupos, resulta importante poder establecer una versión más o menos oficial de cómo se originaron. Entonces, cabe preguntar: ¿cómo surgió la idea del OCEC?

Alejandra Patiño: En el año 2006, surgió un proyecto de investigación en el tema de educación contable, motivado por intereses comunes de un grupo de profesores que teníamos una preocupación generalizada acerca de cómo y en qué forma estábamos respondiendo ante el entorno y ante las necesidades en la formación del contador público; el proyecto de investigación se llevó a cabo y producto de ello se publicó en la Revista Internacional Legis de Contabilidad & Auditoría, 37, el artículo Planes de estudio de contaduría pública en Colombia y las propuestas de formación profesional, en coautoría con el profesor Gerardo Santos. El objetivo primordial era determinar qué se estaba impartiendo en los planes de estudio de Contaduría Pública, a partir de una muestra de 42 programas de universidades colombianas; al agrupar las asignaturas por áreas de formación, buscamos características específicas como la investigación, los espacios dedicados a habilidades comunicativas, la flexibilidad y el idioma extranjero, entre otras, para reconocer algunos rasgos de la formación y contrastarlos con las propuestas de modelos tanto internacionales, como nacionales que han impactado sobre aspectos curriculares.

Posteriormente, siguiendo con la línea de investigación en formación profesional contable, surgieron trabajos en investigación for-mativa y formal en los diferentes programas nacionales, con la idea fundamental de establecer el estado de la investigación de las diferentes clases en la disciplina y directamente asociadas a programas académicos de instituciones de educación superior. En este conjunto de trabajos investigativos, logramos algunos avances; sin embargo, una conclusión común a ellos era que la información es insuficiente y que la mayoría de las ocasiones resultaba dispendioso obtenerla, ya que no es de acceso público. Esto nos llevó a pensar en la necesidad de contar con la información directa de los programas de Contaduría Pública, de tal forma que se pudieran realizar trabajos investigativos más profundos y propositivos con el fin de contribuir al mejoramiento de la profesión y la disciplina mediante los procesos educativos.

Evidenciar esta necesidad nos llevó a madurar la idea de la creación del Observatorio, cuya finalidad es generar información oportuna para las investigaciones en educación contable para posteriormente hacer aportes críticos y proponer alternativas frente al tema en cuestión.

J.P.: ¿Y cuáles fueron las actividades que dieron inicio al OCEC?

Gloria Valero: La primera actividad que recuerdo en cuanto a la iniciación del OCEC, tiene qué ver con la V Jornada Académica Internacional, desarrollada en la Universidad Santo Tomás en el año 2009, que abordó el tema de la formación profesional contable y contó con la participación de conferencistas nacionales que venían trabajando en esta temática, como el profesor John Cardona y la profesora Alejandra Patiño. En esa Jornada, se presentó una primera aproximación a la propuesta del Observatorio, que tuvo una excelente acogida pero no logró trascender a otras esferas académicas. En este año 2012, después de dialogar extraoficialmen-te con colegas y amigos, se dieron las condiciones para reunirnos en enero y comprometernos con este interesante proyecto.

J.P.: Recuerdo que nuestro primer interrogante en esa reunión de enero fue: ¿y para qué un Observatorio de Educación Contable? Hoy, creo que podemos tener mayor claridad sobre esto: ¿para qué un Observatorio de Educación Contable?

Jairo Bautista: La propuesta de un Observatorio de Educación Contable busca llenar el vacío en materia de estudios detallados sobre los procesos de formación de los futuros contadores públicos. Hasta ahora, los análisis que se han hecho sobre la educación contable se limitan a reflexiones personales de docentes y estudiantes que incorporan un grado de teoría y se basan fundamentalmente en lugares comunes y creencias sobre las formas de pedagogía y enseñanza de la contabilidad; por ejemplo, reafirman el carácter conservador y técnico de la enseñanza contable, pero hacen afirmaciones sin el debido soporte empírico que permita validarlas o invalidarlas.

Algunas de estas reflexiones tienen un nivel de calidad académica importante, pero lamentablemente buena parte de ellas desconoce el conjunto del proceso educativo, las prácticas pedagógicas, las motivaciones de quienes estudian y enseñan contabilidad, los contenidos curriculares y demás, o se basan en experiencias que se producen en las grandes ciudades, mientras que la ausencia de análisis sobre las regiones es total.

El Observatorio quiere cubrir este vacío, al recopilar y analizar lo que hay en materia de estudios sobre educación contable y crear nuevas líneas de investigación que les permitan a las instituciones y grupos interesados, universidades, gremios de la profesión, asociaciones de facultades de contaduría pública e instituciones del gobierno, mejorar el ámbito de la autorregulación, de la calidad de los programas de contaduría pública y los niveles de control social sobre los procesos y resultados de la formación de los contadores públicos.

Sin duda, el Observatorio de Educación Contable debe ser un proceso que dinamice las discusiones sobre el ámbito académico y profesional de la contabilidad, un campo que en Colombia ha sido tradicionalmente estéril, pero que comienza a animarse con varios interesantes procesos, que aún no logran la fuerza necesaria para ser determinantes en la regulación de la contabilidad y en particular de su enseñanza en la educación superior.

J.P.: El trabajo del Observatorio ha venido avanzando en su construcción conceptual y organizativa. ¿Cuáles son los criterios y principios teóricos, conceptuales, filosóficos, políticos, culturales y educativos que orientan el Observatorio?

J.B.: Inicialmente, todo observatorio público -o de política pública- tiene como función ser un instrumento de evaluación de un espacio problémico que resulta de interés para un grupo amplio de la sociedad. Esto implica una evaluación crítica permanente sobre las estructuras del objeto a observar o estudiar. Por ello, los observatorios ciudadanos deben mantener un debate permanente sobre la evolución de los elementos que estudian, pues de ello depende que logren el objetivo de contribuir efectivamente al mejoramiento de los problemas que analiza.

Plantear un marco teórico es aún prematuro. Aunque quienes conformamos actualmente el Observatorio nos identificamos con la teoría crítica, buscamos analizar no solo las consecuencias o resultados de los problemas sino sus causas generadoras; buscamos incorporar un arsenal de herramientas interdisciplinares al estudio de la educación contable, pues es imposible analizarla desde una sola perspectiva; buscamos incorporar diferentes visiones políticas sobre el sentido y la utilidad del proceso educativo contable, de tal manera que esto ha permitido un diálogo importante de saberes. Esta riqueza de conceptos es el principal capital con el que contamos y ha generado un amplísimo debate dentro del equipo sobre los temas que aborda el Observatorio. Lo importante es la democracia del debate y en este sentido, el equipo de trabajo ha planteado una filosofía en la cual todos los saberes son bienvenidos con tal de que aporten al desarrollo conceptual del Observatorio.

Finalmente, para hacer honor al nombre de Observatorio Colombiano, hemos abierto progresivamente la puerta a compañeros y compañeras de otras regiones del país, pues el proyecto se plantea con una mirada nacional, que desborde los típicos razonamientos centralistas y que escuche la experiencia de las regiones y los procesos particulares de educación contable que en ellas se desarrollan.

De igual manera, se han incorporado al trabajo estudiantes, inicialmente de las universidades Central, Javeriana y Santo Tomás, lo cual promete ser una fusión exitosa de trabajo, en especial porque la energía, los cuestiona-mientos y el interés de nuestros estudiantes alimentan permanentemente las discusiones, que se convierten en una forma de enseñanza contable. Así, el OCEC es también una escuela de pensamiento que aspira a consolidarse en el tiempo.

J.P.: A propósito de esto, encuentro que aún somos pocos profesores y pocas instituciones. ¿Quienes pueden participar en el Observatorio?

A.P.: Por el momento -y aspiramos a que sea solo por el momento-, venimos participando un conjunto de profesores y estudiantes de la Universidad Santo Tomás y la Universidad Javeriana con una característica común: el interés por el tema de educación contable; sin embargo, la invitación está abierta para cualquier persona, docentes o investigadores interesados en hacer parte del OCEC, así como a las universidades y otras organizaciones que consideren que pueden aportar en materia de la educación contable.

J.P.: ¿Cómo está organizado y cómo funciona el Observatorio?

Gabriel Moreno: El Observatorio Colombiano de Educación Contable adquiere sentido por varias líneas de trabajo, que lo configuran articuladas de forma consistente. El concepto de Observatorio es el marco general y se desarrolla por medio de las líneas, asociadas a temas como el currículo, la regulación, la historia y los actores. Cada línea de trabajo realiza una labor planificada y periódicamente, nos reunimos todos en plenaria para informar acerca de los desarrollos del Observatorio en su conjunto. Seguramente, en muy poco tiempo, esta manera de funcionar deba transformarse en la medida en que se vinculen nuevos colegas, amigos e instituciones de todo el país; entonces, se tendrá que pensar en otras formas de organización y funcionamiento.

J.P.: Sabemos que mantener en el tiempo un proyecto como este requiere un apoyo financiero y recursos. ¿Quién o quiénes patrocinan el funcionamiento del Observatorio?

A.P.: Inicialmente, lo financia la Universidad Santo Tomás, por medio del tiempo de investigación asignado a cada uno de los profesores participantes; sin embargo, el proyecto se presentó a una convocatoria que realizó la Asociación Colombiana de Facultades de Contaduría Pública, ASFACOP, de tal forma que se pretende conseguir recursos principalmente para una página web y posteriormente la idea es que se vinculen más instituciones. Es claro que se requiere el concurso y el aporte de todos para que el proyecto pueda mantenerse de manera adecuada.

J.P.: ¿Cuáles son las tareas inmediatas que se ha propuesto el Observatorio?

G.V.: Por la naturaleza del OCEC, se han definido etapas de corto y mediano plazo; la etapa que estamos desarrollando actualmente tiene qué ver con la consolidación del mismo Observatorio y las tareas previstas están centradas en robustecer las cuatro líneas de trabajo: Historia de la educación contable en Colombia, Política y regulación de la educación contable en Colombia, Currículos contables y Actores de la comunidad académica contable; además, estamos interesados en comenzar a visibilizar el trabajo del OCEC ante la comunidad académica.

J.P.: Pensar en estas tareas implica que en el día a día, en cada una de las líneas de trabajo se amplíen las posibilidades temáticas y por consiguiente, se amplíe la labor del Observatorio. En este sentido, ¿cuáles son las perspectivas de desarrollo del Observatorio?

J.B.: Aunque inicialmente nos hemos planteado un enfoque académico, es decir, orientado al análisis y construcción de reflexiones que incrementen nuestro conocimiento sobre el campo de la educación contable en Colombia, en el mediano plazo queremos que el OCEC sea una fuerza con capacidad de influencia en decisiones concretas de política pública, que sea un referente en términos de conocimiento sobre la educación contable y que ayude a las instituciones universitarias a mejorar la calidad de sus procesos pedagógicos, curriculares y docentes.

Esto no es una tarea sencilla, pero finalmente es la esencia de un Observatorio. Este proceso implica desarrollar una dimensión de trabajo que aborde los espacios concretos de incidencia que transformen las realidades de la educación contable en Colombia; para ello, es necesario tener un conocimiento previo amplio, serio, académico con evidencia empírica y conocimiento teórico sobre esos problemas y un diagnóstico que permita tomar decisiones concretas para superar las limitaciones del proceso educativo contable.

J.P.: La participación en el Observatorio ha tenido el mérito de dar cabida a docentes con formación distinta a la de la disciplina contable; esto hace que las miradas sobre la educación y particularmente la educación contable puedan ser diversas e incluso antagónicas en algunos casos. Pensar que no solo académicos de la Contabilidad y de la Psicología, como en es el caso actual, sino de otras disciplinas puedan integrarse al Observatorio, resultaría muy valioso y garantizaría de cierta forma que los sesgos no se hicieran tan evidentes.

J.P.: Pensando en este recorrido incipiente aún, les pregunto, profesores: ¿cómo ha resultado en lo personal esta experiencia de trabajo en el Observatorio?

G.V.: Ha sido una experiencia de aprendizaje y de interacción con otros sentires alrededor de la educación contable; ha sido una dinámica que promueve el relacionamiento con colegas profesores y estudiantes en un ambiente de camaradería; cada sesión realmente potencia la construcción de academia. El OCEC comenzó como una reunión de cuatro personas y ahora es un equipo de más de diez que disfruta cada encuentro, en el marco del respeto y el reconocimiento del otro.

J.B.: Una de las primeras impresiones del trabajo en el OCEC es la fraternidad del equipo de docentes. Creo que sin lazos de fraternidad, la academia resulta un proceso estéril de discusión, la fraternidad implica franqueza y respeto, dos elementos que son fundamentales en el debate académico.

Además como ya lo señalé con anterioridad, la oportunidad de construir escuela de pensamiento implica retos importantes en la medida en que también conlleva un ejercicio más riguroso de escritura y de diálogo.

A.P.: Para mí, el trabajo es muy enriquecedor, ya que estamos diferentes personas, con formación y fortalezas muy distintas; esto hace que el proyecto sea de constante aprendizaje tanto académico como personal; las reuniones son muy agradables, ya que lo estamos haciendo por gusto; adicionalmente, el proyecto tiene tales pretensiones en el largo plazo que la motivación para el trabajo que se está desarrollando en este momento es muy grande.

G.M.: En lo personal, la experiencia es positiva, amén de enriquecedora, dado que el perfil de la mayoría de los miembros actuales del Observatorio es diferente. Debo reconocer que si bien es enriquecedor, al principio no es fácil adaptarse a un lenguaje diferente al de mi formación básica.

J.P.: Como también quiero contestar esta última pregunta, pienso en el corto recorrido que he realizado al lado de estos profesores amigos, generosos y abiertos a los discursos de los otros. Este ha sido uno de esos muy buenos encuentros que de cuando en cuando se dan en nuestros quehaceres. Además de ser una experiencia enriquecedora, como los han expresado ustedes, también deseo permanecer y continuar siendo parte de esta aventura, con el entusiasmo que los colegas contagian.

Algo nos indica que debemos interrumpir la conversación, que de seguro no va a ser la única, sabemos que la tarea consiste en contagiar a otros porque trabajo es lo que nos espera.


Pie de página

1El profesor Romero, si bien no interviene en la conversación que se documenta, sí hace parte del proceso de constitución del Observatorio.


Referencias

Patiño, Alejandra & Santos, Gerardo (2009). Planes de estudio de contaduría pública en Colombia y las propuestas de formación profesional. Revista Internacional Legis de Contabilidad & Auditoría, 37, 131-163.         [ Links ]