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Cuadernos de Contabilidad
versión impresa ISSN 0123-1472
Cuad. Contab. vol.16 no.40 Bogotá ene./abr. 2015
https://doi.org/10.11144/Javeriana.cc16-40.eacc
Entrevista: a 20 años de la aparición de Cuadernos de Contabilidad
Interview: 20 years after the beginning of Cuadernos de Contabilidad
Entrevista: 20 anos após o início de Cuadernos de Contabilidad
Para citar este artículo
Pinzón-Pinto, Jorge Emiro (2015). Editorial. Entrevista: a 20 años de la aparición de Cuadernos de Contabilidad. Cuadernos de Contabilidad, 16 (40), 11-18. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.cc16-40.eacc
Mantener, mejorando cada vez la calidad y la audiencia, una revista en nuestro medio no es tarea fácil, aun contando con el apoyo de una institución académica sólida como la Pontificia Universidad Javeriana; y este es el caso de la revista Cuadernos de Contabilidad, del departamento de Ciencias Contables. Y hoy la revista está de plácemes, pues cumple 20 años de haber publicado su primer número. Los que conocen de cerca este recorrido, saben que la labor no ha sido sencilla, saben también de las dificultades, de los obstáculos, pero también de cómo número tras número, la revista se ha agigantado abriéndose paso en el ámbito nacional y obteniendo un importante reconocimiento académico internacional. Para saber sobre estas cosas y otras más, el profesor Gabriel Rueda-Delgado, editor de Cuadernos de Contabilidad desde 2007, nos dedicó este tiempo para conversar sobre la publicación, pero algo hace sospechar que no solo fue conversación, tal vez y sin decirlo, para el profesor Rueda este tiempo también fue evocación y a lo mejor algo de emoción y de nostalgia.
¡Feliz cumpleaños, Cuadernos de Contabilidad!
Jorge Pinzón. Profesor Rueda, ¿en qué circunstancias surgió la idea de organizar y publicar la revista Cuadernos de Contabilidad? Gabriel Rueda.
La revista surgió en 1995, por iniciativa de José Joaquín Maldonado, primer director del recién creado departamento, y su contenido era propuesto por los profesores de esa unidad académica. En total, se crearon 12 números de la revista que, por definición, era una publicación interna. Luego, a partir del número 13 y hasta el número 22, el profesor Samuel Alberto Mantilla, nuevo director de departamento de Ciencias Contables, asumió la edición e implementó una serie de estrategias diversas, manteniendo en algunos casos los números creados individualmente por los profesores del departamento y en otros, por ejemplo, transcribiendo conferencias realizadas en la Universidad, o configurando números a partir de artículos propuestos por profesores.
Recuerdo que una de mis primeras tareas en la dirección del departamento fue solicitar a la biblioteca de la Pontificia Universidad Javeriana el debido reconocimiento de los autores de los números 13 al 22, con una adecuada clasificación de los artículos, porque en ese momento solo figuraba como autor de cada número el editor de la revista, es decir, el profesor Mantilla, cosa que, además de ilógica, era alejada de la verdad. El editor de esos números era el único evaluador de los textos y decidía de manera personal qué se publicaba y qué no.
A partir del número 23, asumí la edición de la revista, también en condición de director del departamento, pero con el propósito de hacerla un espacio menos interno y cada vez más sometida a procesos de evaluación externa. Como es obvio, podré contarle con más detalle de mi experiencia a partir de ese número que editamos en 2007 pero que veníamos haciendo desde 2005.
Asumir la edición de Cuadernos de Contabilidad fue una propuesta del doctor Guillermo Galán-Correa, decano de la facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana, en el año 2005, que terminó concretándose apenas en 2007 con el número 23 correspondiente al año 2007, es decir, la generamos con dos años de atraso.
La revista venía de un proceso en el que se pensaba para la divulgación de labores de docencia o, mejor, de los docentes del departamento de Ciencias Contables y, en algunas ocasiones, en torno a un solo tema que era abordado por uno o varios profesores. La solicitud del decano de la época era además muy directa: la responsabilidad era llevar la revista a un proceso de indexación conforme había ocurrido con otras dos publicaciones de la Facultad.
Esta instrucción fue objeto de varias reuniones en las que mis argumentos giraban en torno a la dificultad de configurar números periódicos derivados de investigación en temas contables por la dinámica propia de la disciplina y la profesión en Colombia, y la inexistencia de redes de investigación con otras universidades del país o del exterior.
Sin embargo, se acordó hacer un esfuerzo de gestión que permitiera generar al menos los tres primeros números y una vez realizados, volveríamos a evaluar la factibilidad de tener la revista en categorías altas, dentro del que hoy se conoce como Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, SNCTI.
En ese contexto, asumí la revista Cuadernos de Contabilidad, para transformarla de un espacio de divulgación de trabajos académicos de profesores del departamento, en una revista abierta a la comunidad contable de Bogotá, el país y el exterior y que, además, se convirtiera en un espacio arbitrado por pares.
Tras haber generado los primeros números y con muchas dificultades en el proceso, presentamos la revista a una convocatoria de Publindex y obtuvimos la categoría C, que para su momento era la más baja del escalafón nacional. El proceso fue tan positivo que no tuvimos necesidad de revisar la conveniencia o no de mantener la revista en esta idea de indexación. Quiero decir con esto que antes de ser un proceso solamente formal o de generarnos unos afanes administrativos, vimos en el proceso la oportunidad de fortalecer académica y temáticamente la revista.
En su lugar, le apostamos a un proceso escalonado de crecimiento dentro del Sistema que nos permitiera para 2016 (primer horizonte de planeación decenal de la Universidad y la Facultad) tenerla en categoría A1, meta que estamos próximos a cumplir.
¿Quiénes recuerda o reconoce usted que fueron en ese entonces las personas que impulsaron esta idea?
Antes me gustaría recordar que Cuadernos de Contabilidad pasó entonces a ser una revista indexada, a partir del número 23 hasta junio de 2009, es decir, los números 24 y 25 (años 2008) y 26 (año 2009) estuvieron en esa categoría C. Luego nos volvimos a presentar a reclasificación y con los números 27 y 28 (años 2009 y 2010) pasamos a la categoría B, la cual nos fue concedida por dos años más, es decir, hasta junio de 2012, que luego ampliamos por un año más al presentarnos a una convocatoria general promovida por la Universidad Javeriana. Con los números 33 y 34, nos presentamos a una nueva medición y en junio de 2013, obtuvimos la clasificación a categoría A2, que tenía un período inicial de dos años, es decir, cubre los números publicados hasta junio de 2015, pero recientemente Colciencias acaba de ampliar estas clasificaciones a todas las revistas científicas del país, seguramente hasta 2016.
En resumen, la revista estuvo dos años en categoría C (entre 2008 y 2010), tres años en categoría B (de 2010 a 2013) y desde hace dos años, está en categoría A2.
En ese contexto, creo que puedo contestar mejor su pregunta. Hoy puedo valorar mucho poder hacer una revista como Cuadernos de Contabilidad en una universidad como la Pontificia Universidad Javeriana, que apoya decididamente estos procesos y brinda el apoyo institucional para lograrlo. Al tiempo con ello, la labor de la Editorial ha sido fundamental en este crecimiento permanente y acompañado. Dentro del equipo de trabajo de la editorial, el compromiso de personas como nuestra correctora de estilo, Olga Lucía López, ha sido invaluable en estos años de avance en la calidad de lo que publicamos y la manera como lo hacemos.
En ese mismo contexto institucional, sin duda, el apoyo del decano académico de la época, Guillermo Galán fue decisivo, porque abrir la revista a comunidades distintas a la Javeriana no iba a ser sencillo.
Desde la idea de la indexación, muchos profesores que han actuado en calidad de autores, evaluadores y miembros de los comités han sido fundamentales y a veces invisibles. Sin la participación de todos ellos, la revista no podría haberse estabilizado en su publicación y muchos menos habría llegado a la categoría A2, que tenemos en 2015. Agradezco sinceramente a todos los docentes que han actuado como autores y evaluadores.
Varios docentes de planta participaron en el proceso operativo y editorial inicial. Espero no olvidar ningún nombre, pero en esto han apoyado el profesor Mauricio Gómez-Villegas cuando estuvo en la Javeriana, los profesores Irene Ulloa, Milena Castillo, María Victoria Uribe y Germán Benítez.
Una vez terminó mi período de dirección del departamento, pude dedicar más tiempo a la edición de la revista, el esquema de trabajo cambió y empecé a contar con el apoyo de estudiantes vinculados como monitores administrativos. Esto evidenció que la revista puede transitar mejor cuando su editor no es al mismo tiempo el director del departamento, y ojalá esto siga siendo así en el futuro.
Desde el momento en que dejé la dirección del departamento, pero me mantuve como editor de Cuadernos de Contabilidad, a pesar de haber iniciado mis estudios doctorales, la labor de personas que en su momento eran estudiantes como Paula Andrea Grajales (quien a partir de 2015 regresa a labores editoriales de la revista luego de terminar su carrera e iniciar su vida laboral), Lina Villarreal, Angie Alejandra Perea, Estefanía Santos, Laura Marcela Triana, Javier Alberto Muñoz, María Alejandra Vélez, Ingrid Andrea González y Rosa Melisa Pava ha sido fundamental. Estos espacios no solo dan oportunidades laborales, sino que son sobre todo espacios de formación que varios de los estudiantes y profesores han sabido aprovechar de muy buena manera.
Para terminar esta respuesta, quiero volver a insistir que hay muchos nombres que se hacen invisibles pero que participan decididamente de la construcción de la revista y que nos apoyan desde temas logísticos, operativos, financieros...
¿Es posible establecer, aunque de manera no tan delimitada y exacta, algunos momentos por los que ha atravesado la revista en los 8 años que ha ejercido como editor, algo así como el inicio, el momento de los desarrollos, el momento de la consolidación, u otros?
Ahora que lo pregunta, creo que la revista o, mejor, mi labor frente a la revista tuvo una fase de aprendizaje de lo que significa hacer una publicación periódica, comprometer autores, convocar comité de evaluadores, conformar comités y en general, aprender la dinámica operativa inicial para estabilizar la publicación. Un segundo momento en ese mismo aprendizaje fue la presentación de la revista a los criterios administrados por Publindex, lo que implicaba cumplir indicadores de evaluación, etc.
Una vez esa fase ha sido controlada (aunque no puedo afirmar que sea así del todo), han surgido preocupaciones muy profundas sobre la calidad y el impacto de la revista, pero más allá de lo que significa ser medido en índices de citación como ISI o Scopus, o seguir ascendiendo en la clasificación de Publindex a la categoría A1, a la que esperamos llegar el año próximo (es decir, 2016).
Se trata de preocupaciones por hacer que los artículos que publicamos sean incluidos como referentes temáticos en las clases de contabilidad o de los temas que divulgamos para que esto a su vez mejore, actualice y refuerce lo que se enseña. No tiene mucho sentido una revista académica en contabilidad que no sea leída y usada por profesores y estudiantes de las disciplinas contables, aunque sabemos que ahí tenemos un importante reto de trabajo, que no depende solo de nosotros.
Esperamos de otra parte, poder hacer que los productos académicos que publicamos sirvan de referentes para formular nuevos y mejores proyectos de investigación contable en Colombia y en otros países. En esa medida, la revista tiene sentido como producto académico, si mejora y jalona una mayor y mejor investigación.
En esencia, el reto es superar las mediciones de calidad desde la forma y convertir a la revista Cuadernos de Contabilidad en un referente cada vez más consultado y usado por la comunidad contable en los temas que publicamos.
Presiento que la etapa que ha empezado recientemente tiene dos dimensiones. Por una parte, acudir cada vez con más frecuencia a verdaderos números monográficos para convocar a la comunidad especializada a presentar artículos que podamos evaluar y finalmente publicar. Esta estrategia, que recién probamos con nuestro primer número especial de 2013, ha sido bien acogida y hay que trabajarla y fortalecerla.
La segunda dimensión es el aumento de periodicidad anual, es decir, pasar de una revista semestral a una cuatrimestral. Este reto implica esfuerzos de gestión significativos pero hasta el momento, con los números de 2015 empezamos a transitarlo.
Finalmente, creo que si la revista entra a índices como Scopus, su dinámica cambiará, espero que para bien. Sin embargo, ello empezará a ocurrir en 2016.
En esos momentos, seguramente se han obtenido valiosos y significativos logros. ¿Cuáles destacaría usted?
Yo creo que el más importante es tener un espacio académico ganado entre la comunidad contable del país y del exterior. Aunque sabemos que las lógicas de otorgamiento de puntos para ascensos promueven que los profesores remitan cada vez más artículos, al mismo tiempo esa circunstancia nos ha permitido aumentar el nivel de exigencia de evaluación, y eso motiva a los autores a buscar la revista, más allá de los puntos, como un espacio para validar sus trabajos, propuestas y desarrollos. Esto no hubiera sido posible si la revista no se crea como un espacio abierto, plural, incluyente y no como uno endogámico y cerrado.
Al mismo tiempo, cada vez es más satisfactorio ir configurando números de mayor calidad en la producción temática, epistemológica, metodológica..., por parte de los autores. Querer seguir por ese camino es sin duda uno de los mejores logros que hoy podemos tener.
De otro lado, creo que es significativo ir construyendo una revista con "músculo" suficiente para tener publicaciones especializadas, cada vez más frecuentes y seguir transitando hacia criterios de mayor escalafón en el SNCTI.
Sin embargo, creo que el principal logro es el no creernos la historia de la calidad como sinónimo de la categoría alcanzada y seguir trabajando por mejorar la revista y su uso en espacios académicos e investigativos es el camino que debemos transitar a futuro.
No menos importante es haber configurado redes de autores y evaluadores en torno a temas especializados de la contabilidad, la contaduría, las finanzas y demás. Sin duda, esto es una herramienta potente para la Universidad Javeriana y el conocimiento contable.
Para terminar, el hecho de que el programa de contaduría pública en el reciente informe para la renovación de la acreditación reconozca el proceso de indexación y reclasificación permanente de Cuadernos de Contabilidad como uno de los principales logros alcanzados en los últimos años, sin duda es importante, lo mismo que el incipiente proceso de consolidación de la revista estudiantil Identidad Contable, que finalmente ha nacido del interés de replicar este esfuerzo editorial con la producción intelectual de nuestros estudiantes de pre y posgrado.
Pero también hay algunas dificultades que se podrían determinar, como dificultades de la coyuntura o del momento y otras dificultades que han permanecido en el tiempo. ¿Como cuáles?
A pesar de las condiciones institucionales de apoyo decidido a estos esfuerzos editoriales, los procesos de "reforma" administrativa que adelantó hace unos años la administración central de la Universidad han producido mucho daño, pues han dificultado la consolidación de un equipo de trabajo exclusivamente dedicado a la revista. Las revisiones de estructura desde los escritorios, sin hablar con los involucrados y con una mirada estrictamente administrativa, son una gran amenaza para cualquier proceso con pretensiones de largo aliento como Cuadernos de Contabilidad. Por suerte, el compromiso de autores, evaluadores y otros actores ha sido vital para reducir estos impactos tan desfavorables.
De otra parte, a mí me preocupa mucho cuando pasan varios números de la revista y los profesores del departamento de ciencias contables no aparecen como autores o coautores de los artículos que publicamos, porque siempre he pensado la revista como el espacio natural para que los docentes de la Javeriana publiquen. Detrás de eso puede haber esquemas inadecuados de gestión o un sistema de estímulos de la administración central que, por momentos y en contra de su filosofía, en la práctica no incentiva a publicar. Pero estoy seguro de que un profesor que hace investigación debería preocuparse permanentemente por difundir sus avances y resultados alcanzados mediante artículos académicos que sean evaluados por pares. Esto debe nacer de la dimensión ética del docente investigador que se preocupa legítimamente por su avance en el escalafón, pero que sobre todo se mueve por su interés en el conocimiento y la labor de investigación que la revista puede promover.
También creo que cuando se evalúan artículos en condición de árbitro, o se reciben conceptos sobre documentos que los profesores han escrito, se logran aprendizajes, mejoras y reflexiones permanentes para seguir avanzando en la construcción de más y mejores productos. Y esto no solo tiene qué ver con desarrollar mejores habilidades de escritura y redacción, sino sobre todo con opciones ontológicas, epistemológicas y metodológicas que de ser bien aprovechadas pueden mejorar las habilidades de los profesores investigadores. Normalmente, la labor de evaluación se toma como una tarea más que se hace y ya, pero no trasciende y no se aprende de lo que se hace.
También preocupa que la revista sea a veces más leída y aprovechada por fuera de la Universidad Javeriana. Nuestras clases de investigación contable —que se dictan de sexto semestre hacia arriba— evidencian que casi en un 100% los estudiantes no conocen la revista hasta que llegan a esta asignatura y nunca han leído algún artículo publicado allí. En cambio, cuando tengo la oportunidad de ser abordado por personas que comentan lo que hemos publicado (bien sea para apoyar lo escrito o cuestionarlo), encuentro evidencia de esto y claro, se percibe que nuestra revista se lee más por fuera de la Universidad que dentro de ella.
La revista recorre un arduo pero importante y provechoso camino para alcanzar su reconocimiento social/académico. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Es muy grato saber que la revista cuenta con un importante reconocimiento nacional y que cada vez más autores extranjeros nos remiten sus trabajos. El que se sienta que la revista es un espacio para la evaluación rigurosa realmente anima.
El reconocimiento llega por los avances permanentes en el SNCTI, pero lo importante no es quedarnos pensando que esos escalafones nos hacen buenos. Debemos seguir trabajando, como en cualquier espacio y oficio, pero en este caso para hacer que la revista impacte cada vez más la docencia y la formulación de proyectos y, sin embargo, trabajar al tiempo en aumentar la visibilidad, citación e impacto.
Mantener la revista abierta a múltiples miradas de lo contable e irla combinando cada vez más con números especializados ha sido también parte de una estrategia que considero adecuada y que nos posiciona en general en la comunidad contable y, a la vez, en las subcomunidades académicas especializadas.
En todo caso, resulta muy satisfactorio recibir cada vez más reconocimiento por un producto gestado dentro de la Pontificia Universidad Javeriana y que ha sabido aprovechar la circunstancia de contar con el apoyo de una institución académica que comprende lo que este tipo de espacios implica.
A propósito del debate reciente entre algunos profesores en relación con la pertinencia de las publicaciones universitarias nacionales en el ámbito de la Contabilidad y la contaduría, ¿cómo ve usted la situación de las escasas publicaciones que hay actualmente y sus posibilidades?
Este debate, me parece a mí, fue la semilla para un proyecto que está convocando a trabajar en red a los editores de revistas contables, de revistas académicas, profesionales y de estudiantes y que hasta donde hemos acordado, buscará hacer más visibles y evidentes los distintos espacios editoriales que hay en el país. En principio, hay que decir que no son tan escasas como parece, que hay una amplia diversidad y eso incluye variedades temáticas, metodológicas, de autores y alcances de los documentos, etc.
Detrás de cada publicación hay importantes y diversas apuestas institucionales y personales de los editores. Creo, sin embargo, que las revistas deben evitar caer en dos trampas: la primera es pensar que la calidad está asociada necesariamente a una mayor o mejor clasificación. Como lo he dicho antes en esta charla y en varios editoriales, de nada sirve que la revista llegue a categoría A1 y cuartiles 3 o 2 en ISI y Scopus, si los estudiantes y profesores no alteran sus prácticas y conocimiento al leer lo que publicamos. La incidencia no solo puede verse desde la cantidad de veces que citan los artículos que divulgamos, sino en general el uso que se les da a los artículos y eso supera el alcance de los índices de citación. Sin embargo, creo que no son propósitos contradictorios entre sí.
La segunda trampa es pensar que acceder a los procesos de indexación y medición limita las líneas de trabajo editorial de las revistas o que eso impone serias restricciones temáticas, metodológicas o epistemológicas sobre lo que se publica. En mi experiencia, los procesos de indexación y reclasificación no han impuesto límites a la revista o a lo que divulgamos, más allá de los resultados de los procesos de evaluación académica que adelantamos. Creo que varios editores de revistas contables piensan por ejemplo que si buscan categorización en Publindex, van a tener que dejar de publicar trabajos críticos y eso es falso. Espero que la red y los espacios colaborativos que estamos configurando ayuden a disminuir ambas trampas.
Por encima de esas trampas, la falta de constancia en su publicación es lo que más pone en riesgo las publicaciones contables, bien sea por la falta de apoyo sistemático de las instituciones o por la falta de trabajo permanente de los editores. Una revista implica un permanente proceso de trabajo que va desde lo más académico hasta lo más operativo. Si no se asumen todas estas dimensiones bajo adecuados esquemas de gestión y con recursos suficientes, las publicaciones pueden correr el peligro de desaparecer.
Profesor, ¿cuál considera usted que va a ser el futuro inmediato (las proyecciones y perspectivas) de Cuadernos de Contabilidad?
Yo veo varias que se han venido mencionando en esta conversación, que tienen qué ver con distintas circunstancias y son de diferente alcance.
En lo inmediato, debemos ser capaces de gestionar el proceso para aumentar la publicación a cada cuatro meses. Pese a que esto lo hemos hecho en los dos últimos años, se genera un reto muy importante en la gestión de la revista. Esto significa generar un ritmo distinto de trabajo en autores, árbitros, comités, recursos financieros y personas en la gestión.
De otra parte, queremos presentar la revista a índices Scopus. En eso, el apoyo de la Editorial de la Universidad será fundamental. Con ello estamos buscando que cuando seamos convocados nuevamente por Publindex logremos la categoría A1, a partir de 2016.
Pero también deseamos contribuir a la red de editores en la que esperamos tener un espacio de trabajo para ver de qué manera las publicaciones, entre ellas Cuadernos de Contabilidad, contribuyen a la docencia y la investigación en el país. También esperamos aportar allí nuestras ideas y experiencias para que más revistas colombianas en temas contables se indexen.
Finalmente, por la experiencia reciente, esperamos hacer cada vez más frecuentes las revistas monográficas. Hoy, la revista puede mantener un número regular, con diversidad temática y alternarlo con números especializados. Por ejemplo, ya hemos convocado un número especial en el tema de convergencia contable en Colombia, otro en costos, viene uno en auditoría forense y se han propuesto números monográficos en temas como tendencias de la teoría crítica en contabilidad, educación contable, valoración, y otros más.
Felicitándolo una vez más por este esfuerzo grande, termino por preguntarle si la revista va a celebrar de alguna manera esta llegada a la mayoría de edad.
Pues creo que seguir trabajando en conseguir lo que queremos es la mejor celebración que podemos hacer en este espacio editorial que esperamos siga siendo cada vez más abierto, usado, riguroso y aportante.
Jorge Emiro Pinzón-Pinto
pinzon.jorge13@gmail.com