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Íkala, Revista de Lenguaje y Cultura

Print version ISSN 0123-3432

Íkala vol.13 no.20 Medellín July/Dec. 2008

 

ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN

 

La crítica de traducción filosófica: el caso de Jacques J. Derrida*1

 

Criticism of philosophical translation: the case of Jacques J. Derrida

 

 

Nayelli Castro Ramírez**
** Nayelli Castro Ramírez es licenciada en filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Magíster en Traducción por El Colegio de México. Profesora de francés como lengua extranjera (FLE) de la Alianza Francesa de México y traductora oficial del francés y del inglés al español desde 2004. Correo electrónico: nmcastro@colmex.mx

 

 


Resumen

El artículo aborda la crítica de la traducción filosófica desde los textos derridianos. La primera parte revisa la crítica del autor a la traducción francesa del Fedro platónico. Las reservas de Derrida con respecto a esa traducción evidencian el tejido textual equívoco de la filosofía y definen la crítica deconstructiva. En la segunda parte presento algunas de las características de la traducción filosófica desde una perspectiva terminológica y analizo la retraducción del concepto hegeliano Aufhebung al francés y al español. En la tercera, muestro la necesidad de considerar el texto derridiano desde una crítica de traducción filosófica que recupera a la vez los proyectos de Berman y Meschonnic.

Palabras clave: crítica de traducción filosófica, crítica deconstructiva, terminología


Abstract

This article discusses philosophical translation criticism based on the Derridian texts. Firstly, I review some of the critiques made by J. Derrida on the French translation of Plato's Phaedrus. Some of the problems raised there allow me to demonstrate the polysemous textual fabric of philosophy and define the notion of deconstructive criticism. The second part presents some of the characteristics of philosophical translation from terminology's point of view and analyzes the Spanish and French retranslations of the Hegelian concept Aufhebung. Finally, in the third part I attempt to show that Derridian texts require a sort of criticism borrowing both from A. Berman's and H. Meschonnic's translation criticism projects.

Key words: philosophical translation criticism, deconstructive criticism, terminology


Résumé

La critique de la traduction philosophique est ici abordée à partir des textes derridiens. L'on propose tout d'abord une révision de la critique que fait Derrida à la traduction française du Phèdre de Platon. Ses réserves exprimées quant à ce document révèlent le tissu textuel équivoque de la philosophie et définissent la critique déconstructive. Nous proposons ensuite quelques caractéristiques de la traduction de la philosophie selon la perspective terminologique et nous analysons la retraduction française et espagnole du concept hégélien d'Aufhebung. Nous essayons enfin de montrer que le texte derridien a besoin d'une critique de traduction philosophique empruntant à la fois des éléments des projets critiques de A. Berman et de H. Meschonnic.

Mots-clés: critique de traduction philosophique, critique dé-constructive, terminologie


 

 

La crítica de la traducción de filosofía puede abordarse, en el caso de Jacques Derrida, de dos maneras. Por un lado, podemos partir de la mirada crítica que el autor dirige a las traducciones al francés de algunos filósofos griegos (Platón) y alemanes (Hegel, Husserl, Heidegger). Me ocuparé de este tipo de crítica en la primera parte de este artículo. Por otro, desde un punto de vista traductológico, podemos observar la manera en que algunos de los textos derridianos han sido traducidos a otras lenguas, tema que trataré en la segunda parte. Es necesario mencionar, además, que ninguno de estos dos modos de proceder puede desprenderse de la traducción per se, pues ya sea que se considere el carácter problemático de la traducción de los conceptos platónicos, o de las nociones derridianas, ambos casos implican con frecuencia la necesidad de traducir de nuevo.

 

1. LA CRÍTICA DE DERRIDA A LA TRADUCCIÓN FILOSÓFICA

Para Berman (1995: 43), toda retraducción implica una labor de crítica y la labor de ésta es, a su vez, enmendar o completar las fallas y fracasos de la primera traducción. Por su parte, para Derrida, no se tratará de corregir o superar las fallas de una traducción anterior, sino de ver cuáles son las lecturas producidas por ésta. Su crítica a algunas traducciones filosóficas no conduce al prescriptivismo, esto es, a lo que debe ser una buena traducción; antes bien, constituye una parte fundamental de su trabajo teórico y cumple en él con una función de argumentación importante.2

Un análisis exhaustivo de las diferentes funciones que la traducción desempeña en el trabajo de Derrida es imposible en el espacio de estas líneas. Carreres ha emprendido esa labor, en mi opinión con éxito, en su libro Cruzando límites. La retórica de la traducción en Jacques Derrida (2005). Para nosotros aquí sólo será cuestión de ilustrar con algunos ejemplos este ejercicio de crítica de traducción.

Así, en su lectura del Fedro de Platón (Derrida: 1972a, versión castellana: 1975), el autor busca mostrar que la traducción filosófica parte con frecuencia del prejuicio de la univocidad lingüística y, al hacerlo, la impone como canon de la expresión filosófica, pasando por alto la equivocidad inherente de su tejido textual. En este sentido, la crítica de traducción puede llamarse también crítica deconstructiva.

La traducción francesa del término griego pharmakon es un caso paradigmático de este ejercicio crítico. El término aparece en el Fedro, en el momento en que Platón condena la escritura como copia imperfecta de las ideas, recurriendo al mito de Zot (divinidad egipcia de la escritura), cuando éste presenta al rey el descubrimiento de un nuevo fármaco capaz de aliviar los problemas de la memoria. El fármaco en cuestión es la escritura y, con ésta, la memoria queda vacunada contra el olvido. Para el rey, esta invención, lejos de solucionar los problemas de desmemoria, los multiplicará, pues provocará que todos aquellos que recurran al fármaco pierdan la capacidad de recordar, en la medida en que dependerán cada vez más de esta extraña droga. Por tanto, el rey concluye que la propuesta de Zot es más bien un veneno y no un remedio.

Como se muestra en la comparación del texto francés con el griego, en este último, pharmakon cubre el campo semántico de ''remedio'' y ''veneno''. La versión francesa ''autorizada'', de Robin, alterna ambas posibilidades de traducción y reduce con ello la polisemia del término. El propósito del ejercicio al que los textos son sometidos es mostrar:

[...] esa polisemia regulada que ha permitido, por deformación, indeterminación o sobredeterminación, pero sin contrasentido, traducir la misma palabra por ''remedio'', ''veneno'', ''droga'', ''filtro'', etcétera. Se verá también hasta qué punto la unidad plástica de ese concepto, más bien su regla, y la extraña lógica que la vincula a su significante, han sido dispersadas, enmascaradas, tachadas, ocultadas con una relativa ilegibilidad por la imprudencia o empirismo de los traductores, sí, pero en primer lugar por la temible e irreductible dificultad de la traducción. Dificultad de principio, relacionada menos con el paso de una lengua a otra, de una lengua filosófica a otra, que [...] con la tradición del griego respecto al griego, y [...] de un no-filosofema a un filosofema. Con este problema de traducción nos topamos con el problema del paso a la filosofía (Derrida, 1975: 104).

Mostrar que la traducción francesa dejó una reserva semántica intacta no descalifica la traducción de Robin en nombre de un significado perdido en el camino entre el griego y el francés. Más adelante, en el mismo texto, el autor comenta crípticamente que no podría aceptar ni rechazar esta traducción. Para la crítica deconstructiva que Derrida emprende, se trata más bien de mostrar que el texto platónico se construye sobre fuerzas opuestas que socavan su sistema, sin que ni siquiera el propio Platón pueda hacer algo al respecto.

El ejemplo del pharmakon platónico muestra cómo la crítica de traducción se convierte en crítica deconstructiva, entendida ésta como un ejercicio de relectura situado entre las lenguas, en una zona limítrofe de los textos, entre autor y traductor; pero también en la grieta abierta en una lengua y en un discurso por la equivocidad de las palabras. La importancia que Derrida concede a este tipo de ejercicio crítico es de primer orden, pues el conjunto de sus textos no cesará de cuestionar y criticar las traducciones de la filosofía, poniendo al descubierto su íntima construcción textual.

Debemos recordar que no es la primera vez en la historia de la filosofía que un ejercicio de este tipo se lleva a cabo. Heidegger es quizá el predecesor más inmediato del autor. Sin embargo, para este autor, habría que volver a la filosofía griega, con el fin recuperar la relación original con el ser y la tarea de la filosofía se concibe como una tarea de retraducción y recuperación de aquello olvidado por las ''malas'' traducciones. Para Derrida, la traducción de algunos conceptos de la filosofía griega no ha hecho que nos olvidemos del ser; por el contrario, lo ha producido.

 

2. CARACTERÍSTICAS DE LA TRADUCCIÓN FILOSÓFICA DESDE UNA PERSPECTIVA TERMINOLÓGICA

Ahora, consideremos el problema de la traducción filosófica, tomando a Derrida como caso de estudio, es decir, examinemos la manera en que se ha traducido al español y al inglés.

En aras de la exposición y por falta de espacio, no compararé el conjunto de su obra traducida a esas dos lenguas. Antes bien, en un primer momento, la perspectiva terminológica de Brownlie (2002) guía el análisis, permitiendo tomar sólo algunos conceptos (Aufhebung, re-trait) como eje de la comparación.

La importancia de la perspectiva terminológica para la traducción de filosofía reside en que, a menudo, sus textos están construidos alrededor de ciertos ''conceptos'' que, a su vez, son empleados de maneras distintas por cada filósofo y son objeto de múltiples interpretaciones en la comunidad filosófica.

Comparar las traducciones de algunos fragmentos tomados de La dissémination (1972a, versión castellana: 1975), ''Le retrait de la métaphore'' (Psyché, 1998) y la conferencia ''La différance'' (1968 y 1972b, versiones castellanas: 1971 y 2003 [1989]), no tiene el propósito de cubrir exhaustivamente el campo de la traducción derridiana. Antes bien, con esta fragmentación, un tanto azarosa, tratamos de mostrar algunos ejemplos que, presentes con demasiada frecuencia en los textos del filósofo, permiten reflexionar sobre lo que se juega en las traducciones de su trabajo.

Desde la perspectiva de la terminología, Brownlie subraya la función del autor en un texto filosófico, al mostrar que

[...] a diferencia de la terminología técnica o científica en la cual los términos se elaboran en el seno de una comunidad de especialistas, los términos filosóficos se asocian íntimamente con individuos (2002: 296, [MT]).3

En Derrida esto es particularmente acertado, pues recordemos que su trabajo se caracteriza, en gran medida, por acuñar términos como différance, déconstruction, restance, etc., que constituyen importantes barreras para la traducción.

Brownlie señala también que ''mientras la terminología de un filósofo implica más bien la individualidad, la traducción de la terminología filosófica es un asunto de comunidad'' (2002: 303, [MT]). Así, como muestro a continuación, la traducción de algunos conceptos derridianos, que a su vez son retraducciones de conceptos de la filosofía alemana, obligan al traductor a revisar las traducciones anteriores de un concepto determinado.

En este tipo de traducción hay entonces una tensión entre la individualidad del autor y la comunidad de sus lectores y traductores. Un ejemplo de ello es la manera en que Derrida se sirve del concepto Aufhebung de Hegel (término que representa la síntesis dialéctica de una tesis y una antítesis en una unidad superior).

En ''Qu'est-ce qu'une traduction relevante?'', el autor examina la cuestión de la traducción a partir de El mercader de Venecia, pero también recuerda que el término relève, propuesto en ese momento para retraducir un fragmento del texto de Shakespeare, le sirvió también para retraducir el concepto hegeliano citado. Derrida justifica su retraducción diciendo que este término le

[...] permitiría guardar, al conjuntarlo en una sola palabra, el doble motivo de la elevación y reemplazo que conserva lo que niega o destruye, guardando aquello que hace desaparecer (1999: 40, [MT]).

Ahora bien, anteriormente el concepto había sido traducido al francés de diversas maneras (sublimation, sursomption, suppression), pero, a partir de la retraducción propuesta, el término empieza a emplearse de ese modo en muchas discusiones académicas sobre Hegel y es incluso referente para nuevas traducciones. Resulta sugerente que el propio Derrida dude de su labor traductora al preguntarse: ''¿Esta operación fue una traducción? No estoy seguro de que merezca ese nombre'' (1999: 40, [MT]).

En español, Ferrater Mora propone la palabra ''conservación'' (1975: 813). En su versión de la Ciencia de la lógica de Hegel (1968), A. y R. Mondolfo traducen ''eliminación'', y en una edición posterior que revisa una parte de esta traducción, un equipo coordinado por Pérez Soto (2002), de la Universidad de Santiago de Chile, decide traducir el mismo concepto por ''superación''.

La dificultad que resulta de estas redes de traducción es que traducir el concepto al español desde los textos derridianos implica, necesariamente, contravenir las traducciones existentes de Hegel. De modo que, por ejemplo, en la traducción de González Marín de ''El pozo y la pirámide'' (2003 [1989]: 123-124), la Aufhebung hegeliana se traduce como ''relevo''.

Para el lector del ensayo en español, esto no representa grandes complicaciones, pues Derrida autor explica en el texto que se trata de una propuesta de retraducción. Sin embargo, los problemas surgen en textos posteriores, cuando el autor se refiere al ''relevo'' y no hay una explicación de por medio para el lector en español. Es verdad que cuando esto ocurre, el término Aufhebung aparece junto a ''relevo'' y puede, de esa manera, servir de orientación. Sin embargo, pueden surgir confusiones para la persona que conoce la obra de Hegel en español y no reconoce esta traducción del concepto. Así, en la conferencia ''La différance'' (versiones en francés: 1968 y 1972b; versiones castellanas: 1971 y 2003 [1989]), el fragmento donde aparece el concepto se traduce así:

Par cette mise en rapport de l'économie restreinte et de l'économie générale on déplace et on réinscrit le projet même de la philosophie, sous l'espèce privilégiée du hégélianisme. On plie l'Aufhebung — la relève — à s'écrire autrement. Peut-être, tout simplement, à s'écrire (Derrida, 1972b: 20-21, [MR]).

Mediante esta relación de la economía restringida y general, reemplazamos y reinscribimos el propio proyecto de la filosofía, bajo la especie privilegiada del hegelianismo [omisión] (Derrida, 1971: 69-70, [MR]).

Por esta puesta en contacto de la economía limitada y de la economía general se desplaza y se reinscribe el proyecto mismo de la filosofía, bajo la especie privilegiada del hegelianismo. Se doblega la Aufhebung —el relevo— a escribirse de otra manera. Quizá, simplemente, a escribirse (Derrida, 2003 [1989]: 55, [MR]).

La traducción de este fragmento rompe a todas luces con la tradición hegeliana en español. Tal vez ésta sea la razón por la cual los primeros traductores de la conferencia, Oliva, Comadira y Oller, decidieron omitir las líneas en las que el autor se refiere al concepto hegeliano. En la retraducción de González Marín, las líneas son restituidas, pero la Aufhebung de Hegel deja de ser tal, para adoptar la fisonomía de un concepto deportivo.

Así, la perspectiva terminológica permite constatar que en la traducción de filosofía no basta con encontrar el término que traduce adecuadamente un concepto determinado. También es necesario insertarlo en la tradición filosófica traducida. Para hacerlo, es necesario que el traductor se manifieste, convirtiéndose de paso en comentador de la obra que traduce y, por ende, en agente de cierta intertextualidad filosófica.

Las dificultades de traducción de los textos derridianos no se limitan a las cuestiones terminológicas que hemos descrito; también explotan de manera importante la sintaxis de las oraciones y proponen juegos de palabras muchas veces intraducibles, que dan lugar a cierta poética filosófica. Para su análisis adoptaré los enfoques propuestos por Berman y Meschonnic.

 

3. LA CRÍTICA DE TRADUCCIÓN FILOSÓFICA DESDE LOS PROYECTOS DE BERMAN Y MESCHONNIC

Pasemos ahora a los proyectos de crítica propuestos por Meschonnic y Berman para intentar mostrar la necesidad de basar la traducción de la filosofía sobre una poética del texto filosófico.

Para Berman, la crítica de traducción hace visibles los logros del texto traducido y lo estudia a la luz de su propio sistema y no de aquel del texto fuente. En otros términos, la crítica bermaniana abandona la comparación de texto fuente y texto meta, que buscaba los errores de la traducción y las pérdidas que el segundo representaba para el primero. Éste será su principal desacuerdo con la crítica propuesta por Meschonnic, pues para aquél, la propuesta de crítica de este último aún se sirve del ''discurso de la pérdida'', que habría que superar. La crítica y la obra están ontológicamente relacionadas, dice Berman. Una necesita de la otra para sobrevivir. Siguiendo al autor, en lo que a la traducción se refiere, un proyecto de crítica tendría que tomar esto en cuenta, pues toda traducción es como una ''obra original'' (Berman, 1995: 42).

Desde la perspectiva de Meschonnic, a pesar de contemplar cierta poética de la traducción, la crítica bermaniana no logra desprenderse de su herencia hermenéutica. En efecto, el valor que Berman concede al ''sentido'' y a la noción de ''obra original'' y ''grandes traducciones'', corre el riesgo de reforzar la función de autor, en vez de debilitarla. Este autor recae en el discurso de la pérdida que intenta superar y reafirma la preeminencia del texto fuente sobre el texto meta, al afirmar que la crítica de traducciones

[...] tiene por objeto textos críticos que pueden ser o bien simples ecos debilitados de los originales (como ocurre las más de las veces), o verdaderas obras (como ocurre muy pocas veces) (1995: 43, [MT], [MR]).

Uno de los principios de la crítica de traducciones de Meschonnic es volver la mirada hacia la dimensión poética del texto filosófico. Incluso en éste, dice el autor, ''se trata de saber lo que se hace (y de saber cómo se hace) con las palabras'' (1990: 21 [MT]). El texto filosófico no es aleatorio, las formas lingüísticas que lo construyen no obedecen a fines retóricos, sino que constituyen el tejido mismo de su discurso. Con todo, habrá que decir que tampoco Meschonnic supera la jerarquía entre texto fuente y texto meta. Su propuesta de crítica de traducción filosófica (un texto de Humboldt) descalifica de manera violenta el trabajo de otros traductores.

A pesar de sus diferencias, ambos proyectos resultan útiles para criticar las traducciones del autor que nos ocupa. Así, siguiendo a Berman, hemos dejado de lado la comparación del texto fuente y del texto meta, que se emprende buscando el error y las deficiencias del segundo y, a la vez, recuperamos de Meschonnic la concepción del texto filosófico como construido por un trabajo lingüístico sistematizado textualmente.

De esta manera, al enfrentarse a los textos derridianos, Peñalver y Johnson asumen la responsabilidad de organizar un sistema textual poético diferente, que reconoce la distancia que Derrida toma ante una expresión estándar para forzar al máximo las posibilidades de la lengua. Así, Peñalver, uno de sus traductores al español, afirma que la obra de Derrida representa una ''contribución indiscutible para la revitalización internacional de la lengua francesa'' (2005), y Johnson, una de sus traductoras al inglés, considera que una de las principales dificultades para traducirlo es plasmar la distancia entre el francés del autor y el francés estándar. Su sintaxis, dice Johnson, ''respeta las leyes de la escritura, pero no necesariamente la cadencia del discurso'' (1981: xviii, [MT]).

Veamos un ejemplo del trabajo de Peñalver. En su traducción de ''Le retrait de la métaphore'' (en Psyché, 1998: versión francesa; en La deconstrucción en las fronteras de la filosofía, 2001: versión castellana), uno de los obstáculos que el traductor debe vencer es el juego con re-trait [re-trazo] y retrait [retirada], y con tour [vuelta] y re-tour [regreso]. La ''retirada'' y el ''re-trazo'' a los que el autor se refiere son los de la metáfora. Así, según Derrida, es imposible dejar de recurrir a ella, pues aunque se pretenda retirarla o hacerla a un lado, el gesto mismo que intentaría hacerlo se sirve de la metáfora; por ello:

Son retrait alors aurait la forme paradoxale d'une insistance indiscrète et débordante, d'une rémanence surabondante, d'une répétition intrusive, marquant toujours d'un trait supplémentaire, d'un tour de plus, d'un re-tour et d'un re-trait le trait qu'elle aura laissé à même le texte (Derrida, 1998: 65, [MR]).

Su retirada tendría entonces la forma paradójica de una insistencia indiscreta y desbordante, de una remanencia sobreabundante, de una repetición intrusiva, dejando siempre la señal de un trazo suplementario de un giro más, de un re-torno y de un re-trazo (re-trait) en el trazo (trait) que habrá dejado en el mismo texto (Derrida, 2001: 37-38, [MR]).

La dificultad sintáctica y los juegos de palabras no pasan desapercibidos para Derrida. En su texto, la construcción se justifica a partir de la polisemia de la palabra retrait en francés. Así, afirma que la palabra le

[...] viene impuesta por razones económicas (ley del oikos y del idioma nuevo) teniendo en cuenta o intentándolo, sus capacidades de traducción, de captura o de captación traductora (2001: 53).

Peñalver, filósofo y traductor, se ve en la necesidad de desplegar al lado de su traducción un paréntesis con el término fuente; a dejar su huella, su escritura, su lengua. El paréntesis cumple, en este texto, una función radicalmente performativa: muestra el término fuente en franca retirada, muestra la retirada del traductor, es decir, la ''intraducción'',4 y expone textualmente una de las tesis del ensayo: ''la metáfora [al igual que el traductor] se retira en el momento de su más invasora extensión'' (2001: 37).

Propongo ahora un ejemplo de la traducción de Derrida al inglés. En este caso, Johnson debe sustituir el juego de palabras derridiano con uno muy distinto que, no obstante, reconstruye la complejidad sintáctica a la que se enfrenta como traductora. En lo que concierne a la traducción de la red terminológica, en algunas ocasiones recurre al préstamo, como en restance, pero también echa mano de la tradición filosófica traducida al inglés, al proponer el término sublation para traducir la Aufhebung hegeliana.

[...] c'est justement l'impossibilité de réduire un texte comme tel à ses effets de sens, de contenu, de thèse ou de thème. Non pas l'impossibilité, peut-être, puisque cela se fait couramment, mais la résistance —nous dirons la restance— d'une écriture qui ne s'y fait pas plus qu'elle ne se laisse faire (Derrida, 1972: 13, [MR]).

[...] precisely the impossibility of reducing a text as such to its effects of meaning, content, thesis or theme. Not the impossibility, perhaps, since it is commonly done,

but the resistence —we shall call it the restance—-of a sort of writing that can neither adapt nor adopt such a reduction (Derrida, 1981: 7-8, [MR]).

La traducción de Jonsohn alterna las dos tendencias que, de acuerdo con Lewis, caracterizan la traducción de los textos derridianos al inglés. Por un lado, dice este último,

[...] una perspectiva purista mantiene una posición que hace las menos concesiones posibles respecto a la integridad del proyecto filosófico de J. Derrida; por el otro, una visión adaptadora permite una versión domesticada de la deconstrucción que la describiría, por ejemplo, como un método para la crítica literaria (1985: 60, [MT]).

Paradójicamente, el viejo debate que opone la traducción-adaptación (aquella que capta el sentido para recuperarlo idiomáticamente) a la traducción-extranjerizante (aquella que plasma la letra ajena), vuelve respecto a la traducción de una de las obras que cuestiona las mismas dicotomías conceptuales que dan sustento a ese debate, esto es, la diferencia entre significado y significante, letra y sentido, voz y escritura. La crítica de traducción de los textos derridianos requiere de una perspectiva distinta, situada entre ambos extremos, tal vez en el espacio de lo que Derrida llamó el double-bind.

 

4. CONCLUSIONES

Hemos abordado la crítica de la traducción filosófica desde el interior del texto derridiano y desde la perspectiva traductológica. Las críticas que el filósofo dirige a las traducciones filosóficas que él lee en su lengua de trabajo, el francés, permiten establecer cierto paralelismo con la traducción de su escritura a otras lenguas. La diferencia principal entre los dos tipos de ejercicio es que cuando se lleva a cabo como parte de la crítica deconstructiva, la traducción parece dejarse en suspenso (como el caso pharmakon platónico) o limitarse a la reformulación de un concepto determinado (como la Aufhebung). En cambio, si se considera la escritura derridiana como un corpus textual sujeto a la traducción, es imposible que los traductores, como parte de la comunidad lectora, se concedan ese lujo: el texto tiene que reescribirse y esta reescritura debe tener las características de las traducciones filosóficas.

La perspectiva terminológica de Brownlie nos ha permitido constatar que el traductor de filosofía no sólo se enfrenta a empleos, a veces inusitados, de ciertos conceptos, y a términos de nuevo cuño; también se ve en la necesidad de hacer coincidir el concepto traducido con una traducción anterior. A esto se añaden la complejidad sintáctica y los juegos de palabras que, al estar íntimamente ligados al francés, obligan al traductor a adaptar, a reformular y, en suma, a tomar distancia de su texto fuente.

Por su parte, la crítica bermaniana permite al traductor construir un texto crítico de su texto fuente, pues las traducciones obligan al traductor a comentar, criticar y a hacerse visible, contraviniendo una de las normas de la traducción filosófica, esto es, aquella que prescribe la traduction effaçante para el texto filosófico.

Por otra parte, la propuesta de una poética de la traducción filosófica, de Meschonnic, reivindica el valor de la escritura filosófica como elemento imprescindible en la manufactura de los ''sentidos universales'', tan caros a la filosofía. Volver la mirada al tejido textual filosófico es una de las tareas de la crítica de las traducciones de filosofía.

La crítica de la traducción filosófica en los textos derridianos y en sus traducciones al inglés y al español puede aún considerarse de dos maneras distintas a las que hemos tratado hasta aquí. Por un lado, leer a Derrida en sus traducciones permite apreciar un fenómeno de diseminación textual que transgrede los límites y las jerarquías entre los textos. El texto en español y el texto en inglés cobran vida propia y son, en cierta forma, independientes del texto francés. Cada uno debe tomar bajo su cargo un funcionamiento textual propio, construido con los recursos que la lengua meta ofrece. Por otro, traducir a Derrida implica criticar su texto, comentarlo y hacerse presente como traductor. En otros términos, se trata de deconstruir el texto derridiano mediante una lengua que le es ajena. Las ricas introducciones y prefacios, a menudo a cargo de sus traductores o editores, dan buena cuenta de ello. La traducción y la filosofía manifiestan en este caso sus más secretas complicidades. La crítica de la traducción filosófica no puede evitar ser traducción y al mismo tiempo, filosofía.

BIBLIOGRAFÍA

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* Recibido: 26-11-2007
Aceptado: 08-07-2008

 

 

NOTAS

1 Este artículo es fruto de la investigación que la autora llevó a cabo para redactar su tesis de maestría: ''Jacques Derrida traductor, Jacques Derrida traducido: entre la filosofía y la literatura''. El trabajo documental empezó en los primeros meses de 2005 y terminó en los primeros de 2007.
2 Es conveniente mencionar, además, que el autor también tradujo y retradujo. Así, su primera traducción in extenso, la de ''El origen de la geometría'' de E. Husserl (1962, versión castellana: 2000) es también la primera versión francesa de ese texto, y muchos de sus textos problematizan las traducciones francesas de algunos conceptos de la filosofía alemana, como la Aufhebung hegeliana o la Destruktion de Heidegger.
3 Cuando la traducción y el subrayado de las citas corre a mi cargo lo indico con las siglas MT [mi traducción] y MR [mi resaltado] respectivamente.
4 Tomo el neologismo ''intraducción'' de Meschonnic (1999), quien lo emplea para referirse a la primera traducción de una obra a una lengua fuente determinada. Para mí, no se trata de esta primera traducción, sino de la no-traducción de un concepto.

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