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Perspectiva Geográfica

Print version ISSN 0123-3769

Perspectiva Geográfica vol.23 no.1 Tunja Jan./June 2018

https://doi.org/10.19053/01233769.7087 

Artículos

LA TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE DE SANTA FE DE ANTIOQUIA: RECONFIGURACIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO Y SU ENTORNO NATURAL*

THE TRANSFORMATION OF THE SANTA FE DE ANTIOQUIA LANDSCAPE: RECONFIGURATION OF THE HISTORIC CENTER AND ITS NATURAL ENVIRONMENT

A TRANSFORMAÇÃO DA PAISAGEM DE SANTA FÉ DE ANTIOQUIA: A RECONFIGURAÇÃO DO CENTRO HISTÓRICO E SEU AMBIENTE NATURAL

Lina María Escobar Ocampoa 

Catalina Montoya Arenasb 

Evelyn Patiño Zuluagac 

Luis Fernando González Escobard 

aArquitecta, magíster en Diseño del Paisaje. Coordinadora académica de la Maestría en Diseño del Paisaje UPB. Docente e investigadora de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Grupo de Investigación GAUP en la Línea de Paisaje, Colombia. Correo electrónico: linam.escobar@upb.edu.co.

bArquitecta, DEA en Urbanismo de la Universidad Politécnica de Valencia. Docente e investigadora de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Grupo de Investigación GAUP en la Línea de Paisaje, Colombia. Correo electrónico: catalina.montoyaarenas@upb.edu.co

cArquitecta, magíster en Restauración de Monumentos Arquitectónicos. Docente e investigadora de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del Grupo de Investigación GAUP en la Línea de Territorio y Ciudad. Coordinadora de la Especialización en Gestión e Intervención del Patrimonio Construido, Colombia. Correo electrónico: evelyn.patino@upb.edu.co.

dArquitecto constructor, doctor en Historia y magíster en Estudios Urbano Regionales. Investigador del Grupo Escuela del Hábitat-CEHAP y docente de la Maestría en Hábitat y en el programa de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, Colombia. Correo electrónico: lfgonzal@unal.edu.co.


Resumen

Los cambios y transformaciones recientes del paisaje del centro histórico y los bordes urbanos en Santa Fe de Antioquia han sido procesos acelerados que dejan a su paso el deterioro y la pérdida del patrimonio natural y cultural que brinda identidad al lugar. Dichos efectos son producidos, entre otros factores, por la incidencia del marketing turístico y patrimonial que reconfigura el tejido socioespacial y el entorno natural. A través de la delimitación y el análisis de unidades de paisaje en el denominado paisaje cotidiano y la caracterización del paisaje natural, se pudo establecer la estrecha relación entre la pérdida de cobertura vegetal, el uso del suelo y la subdivisión predial como indicadores de los cambios en el modelo de ocupación, identificando así los impactos ambientales y antrópicos en el bosque seco tropical y la incidencia que dichos cambios culturales están imprimiendo en la actualidad a la relación dialógica entre el centro histórico y su entorno natural. La relevancia de esta reflexión se enmarca en la interpretación de las dinámicas históricas recientes en simultáneo con información cualitativa y cuantitativa para el análisis del paisaje como recurso patrimonial en una planificación territorial más equilibrada, que incluya la revisión de transversalidades paisajísticas.

Palabras clave: paisaje; paisaje cultural; transformación del paisaje

Abstract

The changes and recent transformations of the landscape of the historic center and urban edges in Santa Fe de Antioquia have been accelerated processes that leave deterioration and loss of the natural and cultural heritage that provides identity to the place. These effects are produced, among other factors, by the incidence of tourism and patrimonial marketing that reconfigures the socio-spatial fabric and the natural environment. Through the delimitation and analysis of landscape units in the so-called "Everyday landscape" and the characterization of the "Natural landscape", it was possible to establish the close relationship between the loss of vegetation cover, land use and the subdivision of the land as indicators of changes in the model of occupation, identifying environmental and anthropic impacts in the Tropical Dry Forest and the incidence that cultural changes are currently imprinting on the dialogical relationship between the historical center and its natural environment. The relevance of this reflection is framed in the interpretation of the recent historical dynamics in simultaneous with qualitative and quantitative information, for the analysis of the landscape as patrimonial resource in a more balanced territorial planning, which includes the revision of landscape transversalities.

Keywords: landscape; cultural landscape; globalization processes; landscape transformation

Resumo

As mudanças e transformações recentes da paisagem do centro histórico e das bordas urbanas de Santa Fé de Antioquia foram processos acelerados que deixam em seu rastro a deterioração e a perda do patrimônio natural e cultural que dá identidade ao lugar. Esses efeitos são produzidos, entre outros fatores, pela incidência do turismo e do marketing patrimonial que reconfigura o tecido socioespacial e o ambiente natural. Através da delimitação e análise de unidades de paisagem na chamada paisagem cotidiana e a caracterização da paisagem natural foi possível estabelecer a estreita relação entre a perda de cobertura vegetal, o uso da terra e a subdivisão da fazenda como indicadores de mudanças no modelo de ocupação, identificando impactos ambientais e antrópicos na Floresta Tropical Seca e o impacto que essas mudanças culturais imprimem atualmente na relação dialógica entre o centro histórico e seu ambiente natural. A relevância desta reflexão enquadra-se na interpretação de dinâmicas históricas recentes em simultâneo com informação qualitativa e quantitativa para a análise da paisagem como recurso patrimonial em um planejamento territorial mais equilibrado, que inclui a revisão das transversalizações da paisagem.

Palavras-chave: paisagem; paisagem cultural; transformação da paisagem

Introducción

Los estudios de paisaje en Colombia tienen como valor presentar las dinámicas del mismo e identificar la singularidad territorial, y pueden incidir sobre la definición de la estructura ecológica y las unidades de paisaje para ser incluidas en apartados de los instrumentos de ordenación (planes de ordenamiento territorial) de segunda generación, es decir, en elementos fundamentales de la visión pp. 71-88 territorial. En este caso en particular, se propone una lectura espacial de las transformaciones del paisaje de Santa Fe de Antioquia revisadas a través de transversalidades paisajísticas (Montoya, Patiño, Escobar y González, 2017), que abarcan un amplio ámbito de observación de los cambios físicos que se escenifican desde el centro histórico (declarado en 1959 como patrimonio nacional), el área urbana circundante (crecimiento formal e informal de la ciudad) hasta el borde urbano-rural (ver Figura 1).

Fuente: Montoya et al. (2017).

FIGURA 1 Área de estudio: panorámica de Santa Fe de Antioquia (Antioquia, Colombia). 

Este reconocimiento del orden nacional supuso la puesta en valor del centro de la ciudad, pero, a pesar de diversos esfuerzos posteriores para su conservación, mantiene una tendencia al deterioro espacial de la arquitectura patrimonial y no monumental que la singulariza. La pérdida acelerada del bosque seco tropical (BST) y la demanda creciente de recursos como el agua, debido a procesos de urbanización recientes, han sido orientados en su mayoría desde el marketing territorial y patrimonial y entran en conflicto con este ecosistema amenazado, donde continúa la degradación de sus recursos y se fomentan cambios en las actividades productivas, así como en sus comunidades y en la ocupación del territorio, amenazando así tanto el patrimonio cultural como el natural. Es decir, los procesos de transformación del territorio en Santa Fe de Antioquia afectan elementos físico-espaciales como el tejido urbano y social, el ecosistema del BST, las actividades productivas y en definitiva el paisaje, minando paulatinamente su representatividad y su valor patrimonial construido y natural. Estas transformaciones se caracterizan por ser muy rápidas en el tiempo, y evidencian el sincretismo entre los valores patrimoniales del paisaje y la arquitectura y su incidencia en las tendencias de cambio del territorio.

Como lo menciona Mata Olmo (2010), el paisaje cultural es un medio para entender la materialidad y la representación de los espacios rurales productivos, y para definir instrumentos desde lo patrimonial, lo urbano y lo territorial para su gestión. Los paisajes rurales que articulan la relación urbe-naturaleza tienen importancia y valor no solo por su propio carácter, por su condición de espacio abierto y productivo, sino por lo que significan para la sostenibilidad, que representa un desafío para las sociedades contemporáneas consumidoras de territorio.

La relación cultura-naturaleza se expresa claramente en la definición realizada por la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria, donde se menciona que los paisajes culturales son "partes específicas de un territorio, formadas por la combinación del trabajo del hombre y de la naturaleza que ilustran la evolución de la sociedad humana y sus asentamientos en el espacio y en el tiempo" (art. 49, Ley 11 de 1998), donde se incluye la variable temporal que evidencia los cambios y las transformaciones en relación con su morfología, su función y su simbología en el territorio.

La perspectiva del paisaje cultural para la revisión de la situación actual1 de Santa Fe de Antioquia permite entender las transformaciones que ha tenido el territorio como ciudad patrimonial asentada en una base natural única, con un fondo escénico singular. Este tipo de revisiones son pertinentes en la medida en que evidencian la celeridad que requiere el análisis ante el dramatismo de los efectos en el paisaje, donde se integren criterios analíticos adicionales, como los cambios culturales en el espacio, a los que la planificación y ordenación nacional, departamental y local prevé, con el fin de proteger los recursos naturales y paisajísticos que brindan soporte y justifican las actividades productivas turísticas, como el turismo recreativo de sol y piscina de fin de semana, la industria inmobiliaria de segundas residencias y el turismo cultural (aunque en menor porcentaje) que, en este momento, son complejas y generan gran incertidumbre sobre el desarrollo equilibrado del territorio. En este sentido, las periferias han sido históricamente el lugar de crecimiento y expansión de la ciudad y son protagonistas de los grandes cambios y presiones, tanto con experiencias exitosas como con procesos de segregación social, marginación, conflicto de usos, actividades confusas, degradadoras y sin planificación (Arias Sierra, 2003).

Ahora bien, si el paisaje cultural es la verificación histórica de las transformaciones en las que la cultura interactúa con el medio natural, es importante revisar la espacialidad que configura el paisaje urbano, en estrecha relación de lo construido con la base natural, para identificar el carácter de su identidad y las huellas de las transformaciones históricas y actuales, es decir, su condición patrimonial. Esta revisión2 se realizó a través de un análisis del cambio de cobertura natural y de tipologías arquitectónicas y urbanas, mediadas por la presión inmobiliaria y la industria turística como efecto y causa de paradigmas vigentes de la competitividad, a través del marketing territorial y patrimonial en el borde norte del municipio (Londoño, 2017) y en un sector del centro histórico (Calle, 2016)3.

Dentro de los impactos del turismo como agente globalizador del paisaje, se encuentran la presión inmobiliaria, la gentrificación y el aumento en la demanda de recursos, entre otros. Las escasas investigaciones registradas en nuestro país sobre el paisaje cultural han adolecido de establecer vínculos teórico-prácticos entre el proceso histórico, estético y simbólico, contrastados con agentes transformadores del modelo económico (discurso de la competitividad, la industria turística y la presión inmobiliaria). De esta interacción surgen efectos espaciales que pueden ser leídos en la estructura territorial, centrada de manera fundamental en el reparto de cargas poblacionales.

En cuanto a estos efectos espaciales, la presión sobre los ecosistemas de soporte se da desde diversos aspectos como la demanda de suelo, de recursos hídricos y alimenticios y de recursos para la construcción, entre otros, que inciden en el deterioro y la disminución de la oferta ambiental. El bosque seco tropical (BST) es un ecosistema en riesgo de desaparición, pues solo queda el 8 % en Colombia. A pesar su fragilidad, es una gran despensa de recursos y también de servicios, como la regulación climática y la protección de suelos, entre otros (Pizano y García, 2014). Las actuales presiones de crecimiento urbano aumentan la demanda de recursos y a su vez consumen suelos valiosos para conservación y producción agrícola, aumentando así la pérdida del BST y mermando sus beneficios.

Los bordes ya no tienen vocación rural y productiva agrícola, y se sustituyen las fincas y los predios de gran tamaño por parcelaciones y condominios:

En este municipio la producción agrícola ha disminuido; no obstante, esto no tiene que ver solo con problemas de deforestación o uso indiscriminado de los suelos, sino que puede sustentarse en la pérdida de poder adquisitivo de los campesinos debido a la presión generada por el turismo, el mercado inmobiliario, los megaproyectos y la migración campo-ciudad. En el sector no hay mecanismos que permitan dar luz a este problema, pues se reconoce que, en el caso de sectores potenciales como el turismo, es beneficiosa la proximidad geográfica y comercial con el área metropolitana (Gómez y Giraldo, 2014, p, 98).

Esta situación fomenta procesos de gentrificación, igual que en el centro histórico, que se reflejan en el nuevo paisaje que trae el turismo.

2. Transformación del paisaje de Santa Fe de Antioquia

Santa Fe de Antioquia es la "ciudad madre" por excelencia de la región de Antioquia4, poseedora de una importante arquitectura y un gran valor patrimonial e histórico. Adicionalmente, está asentada sobre un ecosistema de BST, uno de los más amenazados de Colombia y el mundo y, tal vez, uno de los menos estudiados (Pizano y García, 2014). La ciudad de Santa Fe de Antioquia se ha desarrollado en las riberas del río Tonusco, cerca de la desembocadura al río Cauca (el segundo en importancia del país); posee un clima y paisajes únicos que han atraído el desarrollo turístico en la región. Este conjunto urbano- paisajístico, al que se suma el reconocimiento de su centro histórico, está en grave deterioro debido a múltiples presiones del modelo económico, que ponen en riesgo sus valores urbanos, arquitectónicos, naturales y paisajísticos y generan una alta segregación socio-espacial, un acelerado desequilibrio ambiental y reconfiguraciones barriales, urbanas y rururbanas de borde que llegan incluso a afectar dinámicas regionales.

La relación intrínseca del centro histórico con el área urbana circundante y su entorno natural posibilitó el crecimiento y el desarrollo de la ciudad: los pobladores de las periferias de Santa Fe de Antioquia aportaron la mano de obra y el capital laboral para la construcción y el mantenimiento del centro declarado. La materialidad de la arquitectura monumental del centro histórico provenía y proviene de los recursos de las periferias y los bordes urbanos, y de la explotación de maderas del BST y materiales de playa de los ríos Cauca y Tonusco, que fue fundamental en la edificación y la construcción del centro. Como consecuencia, existen diferencias en el tipo de arquitectura, ya que la periferia del centro histórico, como el Llano de Bolívar y La Barranca, está ocupada con edificaciones para las clases obreras y base de la sociedad, con materiales como techos de paja y paredes de barro, mientras en el centro de la ciudad se observan edificaciones monumentales, con materiales como tejas de barro y piedra, así como trabajos en madera decorativos en las puertas y las ventanas, que indican riqueza y poder (ver Figura 2). Esta configuración espacial permite inferir la dependencia de la minería de material de playa extraída para construcción y de la mano de obra que precisaba el centro de la ciudad, ubicada en los asentamientos de borde.

Fuente: Montoya et al. (2017).

FIGURA 2 Configuración espacial histórica en terrazas. 

Es imposible hablar de ciudad sin hablar de su entorno rural y de aquellos espacios urbanos en constante transformación, denominados bordes urbano-rurales, pues son los lugares donde se observan con mayor facilidad las tendencias de crecimiento urbano y su impacto directo en un entorno natural en el caso de la periferia de Santa Fe de Antioquia. Específicamente en uno de los lugares analizados, el sector del Llano de Bolívar (ver Figura 2), la subdivisión predial muestra variaciones del 34%, en el año 2005, al 87% en el 2014 (Londoño, 2016).

La relación del centro histórico con los bordes urbanos ha estado condicionada por la topografía en terrazas, lo que ha estructurado el crecimiento urbano del centro hacia las partes bajas y altas y ha transformado el ecosistema para diferentes usos, principalmente productivos, que anteriormente estaban relacionados con actividades agrícolas de bajo impacto. En la actualidad, esta condición topográfica permite que existan todavía relaciones visuales con el centro histórico y con el entorno del BST, lo cual brinda un valor intangible a los bordes urbanos para la expansión y el desarrollo de la industria inmobiliaria y aumenta la presión sobre el contexto con coberturas vegetales propias de entornos rurales.

La configuración topográfica en terrazas determinó el asentamiento original y el crecimiento posterior (ver Figura 2). En la terraza baja de la ribera del Tonusco, el río ha actuado como límite del crecimiento, aunque se viene presentando un acelerado cambio de uso del suelo, donde se observa el paso de suelos agrícolas a fincas de recreo, lo cual aumenta la densidad de la ocupación de los predios, como lo propone el nuevo modelo reflejado en los proyectos de vivienda multifamiliar que se han desarrollado en los últimos años, que incluyen la ocupación de zonas de ribera (ver Figura 3). Esta forma de ocupación combina casas de recreo con edificaciones en altura y responde a la demanda turística de segundas residencias con una expectativa de recreación y ocio que no se relaciona directamente con el centro histórico, pero que lo afectan directamente debido al aumento de los usuarios de usos comerciales y la tercerización de servicios, el aprovechamiento de las condiciones de ubicación cercanas al polígono para el aumento de rentas del suelo, y al tipo de relaciones urbanas, donde el centro se convierte en accesorio y escenario de una nueva ocupación que promueve el disfrute de atributos al interior de las mismas unidades residenciales o vacacionales.

Fuente: elaboración propia

FIGURA 3 Urbanización de la primera terraza, ribera del río Tonusco: 2005, 2010 y 2014. 

Desde el Llano de Bolívar, la visual sobre el paisaje urbano del centro histórico es uno de los principales atractivos. La divisoria de aguas hacia el río Cauca solía ser un límite definido del crecimiento urbano, sin embargo, actualmente ya sobrepasa esta línea y se proyecta hacia el río Cauca con un modelo de ocupación de suburbanización, con una alta demanda de recursos como suelo y agua. Los cambios en el paisaje de este sector se ven reflejados igualmente en el cambio, a través del tiempo, del uso del suelo rural por residencial (expansión urbana), en el aumento de la subdivisión predial y el cambio de residencia permanente por segunda residencia (principalmente con fines recreativos). El aumento acelerado de la densidad poblacional (permanente y flotante) ha hecho que las vías sean insuficientes por el flujo y la frecuencia, teniendo en cuenta que además coincide con la vía de salida hacia el puente de Occidente, reconocido recurso turístico de valor patrimonial.

En la terraza central se encuentra el centro histórico declarado, con trazado en damero y edificaciones monumentales y no monumentales de alto valor urbano, arquitectónico y cultural. La transformación que ha sufrido el centro histórico responde de manera similar a la demanda turística, reflejada en la alta densificación, la subdivisión predial, el reemplazo de patios centrales por piscinas, la pérdida de coberturas vegetales al interior de las edificaciones, el cambio de uso residencial por comercial o mixto, la oferta de servicios turísticos de hotelería y restaurantes y la canalización de acequias originales. Estos cambios afectan las dinámicas del centro histórico y su relación con los bordes urbano-rurales, aumentando la demanda de recursos y servicios mencionados y, especialmente, fomentando nuevos procesos de segregación socioespacial, gentrificación y cambio tipológico.

El área urbana circundante al centro histórico declarado puede ser entendida también como contexto no monumental debido a que tiene también valores patrimoniales arquitectónicos y urbanos. Esta franja se constituye como un tránsito hacia el borde rural y no solo mantiene algunas reminiscencias de la ubicación de la clase obrera (ahora trabajadores del sector turístico), sino que, ante los procesos propios de la ciudad informal, la pobreza se espacializa en algunos sectores limítrofes, con el borde natural transformando el hábitat en la medida en que afectan nacimientos de agua, bordes de quebradas o zonas geológicamente inestables. La paradoja, propia de nuestras ciudades, es que en otros sectores del mismo borde emergen más urbanizaciones no solo de segunda vivienda, sino que ya pueden verificarse procesos de primera vivienda, ambos con una alta segregación socioespacial.

Estas veloces transformaciones tienen un alto impacto en el ecosistema y aumentan drásticamente la demanda de recursos, principalmente el hídrico, que se asocia a muchos otros. En el caso de Santa Fe de Antioquia esto es fundamental, pues el turismo está principal y directamente asociado al uso de piscinas debido al clima cálido de la zona de vida donde se encuentra. La representatividad del BST y los valores que ha aportado al desarrollo de la ciudad deberían ser atributos para conservar como parte de la identidad del paisaje de Santa Fe de Antioquia y como un recurso turístico en sí mismo, que, gestionado de manera adecuada, podría tener mucha influencia en el ordenamiento territorial. Igualmente ocurre con el centro histórico si se mira como recurso turístico, pues cada vez más se evidencia la pérdida de sus valores patrimoniales, lo cual afecta directamente la configuración socioespacial y el paisaje urbano.

3. Metodología

Para verificar los cambios espaciales ocasionados por el marketing turístico y patrimonial en el centro histórico y en el borde, se analizó la transversalidad paisajística como ámbito espacial en relación con lo patrimonial (en el centro histórico) y lo excepcional (en el borde con el BST). De este modo, se toma como gradiente del modelo de ocupación del territorio, las relaciones espaciales entre el centro histórico declarado, el contexto urbano inmediato, los bordes urbanos rurales y el BST para reconocer los factores de cambio en su transformación a través del tiempo.

El paisaje cultural se asume como producto de la integración de los conceptos de paisaje y patrimonio como constructos culturales (en todos se requiere de soportes teóricos y métodos de aproximación cartográficos y etnográficos para la lectura del territorio). Para la revisión del paisaje cultural de Santa Fe de Antioquia se propuso la identificación de la singularidad del territorio desde la cartografía, la corografía y la narrativa histórica, literaria y pictórica, que combinó métodos de lectura multiescalar y multitemporal propia de los estudios del paisaje. Ahora bien, para la revisión espacial y temporal del paisaje cotidiano, se eligieron tres momentos clave en el desarrollo urbano reciente de la ciudad de Santa Fe de Antioquia: inicialmente, el año 2000, que coincide con el plan de ordenamiento territorial (POT), un segundo momento en el año 2005, marcado por la presencia del túnel de Occidente como obra de infraestructura que aumenta la presión sobre el territorio al permitir la reducción de los tiempos de desplazamiento hacia el valle de Aburrá, donde se ubica Medellín, y un tercer momento en el 2014, por ser el límite temporal en el que el esquema de ordenamiento territorial (EOT) debió ser ajustado.

Un elemento de análisis en particular en este caso fue el número de piscinas que se ven aparecer durante los períodos temporales de análisis, pues es un indicador de la demanda turística y, a su vez, un agente transformador del paisaje doméstico, urbano y natural. Dentro del análisis espacial se tomaron criterios como el cambio de cobertura del suelo, la subdivisión predial y las piscinas, principalmente en los bordes. Para el centro histórico se tomaron criterios como los cambios en el uso y la transformación arquitectónica de predios y manzanas para suplir las demandas del turismo.

La elaboración de una cartografía reflexiva, relacional, basada en las dinámicas y las relaciones más que en hechos estáticos en el tiempo y el espacio, facilitó la identificación de indicadores de cambios y transformaciones en el paisaje. A su vez, se convierte en una herramienta complementaria para la ordenación, ya que facilita la espacialización de las problemáticas y las oportunidades del paisaje en relaciones con diversas escalas, y hace énfasis en la relación centro-borde planteada en la investigación como eje conceptual para la nueva lectura propuesta para el territorio desde el paisaje cultural. A continuación se resumen brevemente los cambios espaciales, ilustrados en la transversalidad paisajística, y los temporales, producto de la comparación en diversas etapas.

4. Resultados

4.1 Cambios espaciales por agentes globalizadores

En Santa Fe de Antioquia se pudieron identificar, dentro de un grupo de diez paisajes, dos con estrecha relación con el BST, el asentamiento y los procesos de urbanización. Ese diálogo espacio-temporal ha terminado por configurar un paisaje de lo cotidiano (ver Figura 4) donde los espacios se singularizan a partir de la apropiación social (Montoya et al., 2017) y en relación estrecha con los cambios culturales que introducen modificaciones físicas al paisaje a través de modelos de ocupación. En ese sentido, la unidad de paisaje UP3, "ocupación formal en altiplano con actividad turística alta",

[...] sintetiza buena parte de los conflictos paisajísticos (Londoño, 2017) por el cambio de cobertura para dar lugar a parcelaciones privadas aisladas del centro histórico, aunque con visuales hacia él. El acceso vial es tangencial al mismo y cuenta con el turismo de sol y piscina como principal atractivo. Es una muestra de suelos destinados en el EOT para construir vivienda de interés social (VIS) que son ocupados por viviendas que siguen las pautas de la ciudad dispersa; así, aprovechan rentas diferenciales de ubicación, soportadas, en este caso, únicamente en la visual más no de su conectividad o relación con lo público, y promueven una nueva ciudad para el turista con visuales al centro histórico. Este elemento, junto con el paisaje general, pasa a ser anecdóticos porque todos los servicios que este turista/habitante requiere son suplidos por el programa. La arquitectura de estos conjuntos promueve una tipología propia de estándares urbanos, tecnología constructiva ajena a las tradicionales, materiales foráneos y una densidad que presiona la desaparición de cobertura vegetal (Montoya et al., 2017).

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 4 Paisaje cotidiano. 

Por otro lado, el paisaje natural (ver Figura 5) "evidencia la desaparición paulatina del bosque seco tropical y recoge la estructura ambiental en relación con el soporte natural que abarca el relieve, la hidrografía, las cuencas visuales, la zonificación de conservación del EOT y la conflictividad que le otorga la urbanización dispersa al borde urbano, el entorno paisajístico y el patrimonio geológico" (Montoya et al., 2017).

Fuente: elaboración propia

FIGURA 5 Paisaje natural. 

Los fenómenos espaciales de transformación acelerada se presentan tanto en el centro histórico como en el contexto no monumental y en el borde urbano-rural y se manifiestan de diferentes formas que resultan en cambios drásticos en la configuración arquitectónica y en el tejido urbano, impactando así el tejido social y el entorno natural. La acelerada transformación pareciera ir en aumento, pues la tendencia del incremento en la demanda de segundas residencias con propósitos recreativos y de ocio es evidente en la cantidad, cada vez mayor, de salas de venta de proyectos inmobiliarios de diferentes tipos (ver Figura 6), enfocados en diversos usuarios y presupuestos que amplían el mercado inmobiliario y aumentan peligrosamente la densidad poblacional, que, aunque tiene picos de temporada, siempre genera una alta demanda de recursos, principalmente hídricos, como también de infraestructura, equipamientos y servicios.

Fuente: elaboración propia.

FIGURA 6 Mosaico del nuevo modelo de ocupación. 

La actividad o industria turística es una de las estrategias que, bajo la denominación de marketing patrimonial, ha permitido la "comercialización" de los sitios patrimoniales con altos valores culturales y naturales y los ha convertido en un importante nicho económico, ya que en muchos territorios la demanda de visitantes es tan elevada que, en ocasiones, garantiza una gran estabilidad financiera y hace que muchos dependan de esta. Sin embargo, esta actividad, que muchos ven como la "tabla de salvación" en términos de sostenibilidad para los sitios patrimoniales, no necesariamente va en la misma dirección que la preservación y la conservación de sus valores, sino que, por el contrario, tiene más factores en su contra que a su favor. Fenómenos como este, sumados a factores como la presión que ejerce la urbanización acelerada sobre el territorio y sus poblaciones, incita el cambio de uso del suelo, la desaparición de actividades productivas asociadas al campo, la alta subdivisión predial y el agotamiento del BST, que impactan directamente en la conservación y la preservación de los paisajes culturales creados a través de la historia.

4.2 Centro histórico en transformación

Algunas de las transformaciones del paisaje se observan a través de la lectura de los predios del centro histórico declarado que tienen características de uso turístico, como, por ejemplo, piscinas, lo cual muestra los cambios en la tipología arquitectónica, la agrupación de lotes al interior de manzanas (tejido urbano) y en el tejido social que hace uso de este. El análisis multivariable y multitemporal de la cartografía del EOT municipal del 2000 (en mora de ajuste) y la elaboración de una nueva cartografía, que evalúa las zonas destinadas al ocio y la recreación ubicadas en arquitectura originariamente con vocación residencial, refleja la presión que ejercen los procesos asociados a la demanda turística, como se muestra en la Figura 4, donde se evidencia que un 51 % corresponde a la variación del índice de ocupación en el centro histórico de Santa Fe de Antioquia y se muestran los impactos de la falta de actualización del EOT. Todos estos cambios generan procesos de gentrificación y pérdida de la identidad (ver Figura 7).

Fuente: Londoño (2017).

FIGURA 7 Sucesión en el tejido residencial. 

El análisis muestra, en relación con el índice de ocupación, que:

La variación en el periodo de análisis indica que el 49 % de los predios del centro histórico, han pasado de ser de uso residencial a comercial, lo que indica no solo el fenómeno de la sustitución poblacional, sino además la transformación física y arquitectónica sufrida por la adecuación de un nuevo uso. Indicadores de actividad recreativa, reflejo de la transformación del tejido residencial y la sustitución de sus habitantes. Por otro lado, la aparición de piscinas indica un 18,59 % en los predios que constituyen el centro histórico, lo que a su vez demuestra un factor adicional a la transformación de las características y condiciones de la declaratoria (Londoño, 2016, p. 143).

Las piscinas son elementos indicadores de la transformación del paisaje tanto en el centro histórico como en el borde (ver Figura 8). Se observa cómo se remplazan coberturas vegetales y patios centrales por piscinas de viviendas tradicionales, incluso en edificaciones con características patrimoniales, en respuesta a la demanda turística que busca estos servicios ya no solo por temporadas, sino incluso como segunda residencia. Son reflejo del proceso de gentrificación, del cambio poblacional, social, cultural y de identidad que esto implica. A su vez, traslada el uso residencial al contexto no monumental y a los bordes urbanos rurales, densificando algunas zonas y modificando el modelo de ocupación en otras.

Fuente: Londoño (2016).

FIGURA 8 Predios con piscina en el centro histórico. 

Adicionalmente, estos cambios vienen acompañados de modificaciones en la arquitectura patrimonial, bien sea por la transformación al interior de las manzanas, por el estado de conservación o por la técnica y la materialidad, o incluso por cambios de función de la vivienda para albergar comercio o servicios donde se desarrollan practicas consecuentes con el turismo (Calle, 2016).

Todos estos factores, por supuesto, tienen impactos directos en el paisaje natural, afectan el medio ambiente debido al aumento de contaminación de diversa índole y demanda de recursos, como se ha insistido desde el comienzo. El BST no solo se ve afectado por la pérdida de suelo, de espacio para el ecosistema, sino también por las presiones que surgen con el crecimiento de la ciudad, particularmente si no se planifica y gestiona constantemente.

4.3 Contexto no monumental y borde

Como una muestra de los cambios, se focalizan los bordes urbano-rurales, donde las dinámicas de transformación y dispersión se hacen más intensas y claras. Para ello, se toma un sector de la unidad de paisaje 3 que muestra los cambios en las coberturas, las edificaciones, la subdivisión predial y los usos del suelo, propios de las presiones que ejercen los procesos globalizadores del turismo en el paisaje. En un período de nueve años (2005 a 2014), es posible identificar cambios espaciales en la distribución de la tenencia del suelo y la escala de las edificaciones en planta y alzado, resultado de los acelerados procesos de expansión urbana que afectan directamente el BST y aumentan aceleradamente la demanda hídrica (Figura 9).

Fuente: Londoño (2016).

FIGURA 9 Subdivisión predial y densificación comparada: 2005, 2009 y 2014. 

Este tipo de desarrollo disperso en los bordes ha presionado el ecosistema natural, ha degradado los recursos y ha disminuido las actividades productivas agrícolas, dando pie a desequilibrios ambientales y a un aumento inesperado de demanda hídrica para todo tipo de nuevas actividades, no solo residenciales, sino de soporte al turismo. La evolución en el tiempo de la subdivisión predial permite identificar los cambios en las coberturas, la tenencia del suelo y el proceso de urbanización, entre otros. En el período entre 2006 y 2009 la subdivisión predial aumentó, lo cual coincide con la aparición del túnel que conecta el valle de Aburrá con el occidente cercano, en el valle del río Cauca. Esta obra de infraestructura disminuyó el tiempo de viaje a 40 minutos, lo que fomentó el aumento de visitantes flotantes, turistas de fin de semana, de días de sol o de segunda residencia.

El borde de la ciudad suele ser el receptor de impactos dramáticos y en ese sentido, entendiéndolo como límite y, a su vez, espacio articulador, está en contacto con el centro histórico y su contexto no monumental, así como con el término rural donde el protagonismo escénico del BST es innegable:

El valor histórico cultural del urbanismo y la arquitectura de Santa Fe de Antioquia sucumbe ante la arremetida turística, comercial y urbanizadora. No solo se trata del centro histórico sino también de sus entornos inmediatos, desde Los Llanos de Bolívar hasta la ruralidad inmediata, pues cada vez más los suelos aledaños se habilitan, incorporan y sirven para el desarrollo de centros vacacionales, supermercados, estaderos o unidades cerradas de viviendas, con lo cual se busca suplir la demanda de ocio y recreación o de primeras residencias de quienes se ha ido a vivir allí (González, 2015, p. 120).

El BST es un ecosistema de gran importancia para la regulación hídrica, la estabilización de suelos y la provisión de alimentos y otros servicios, como el control climático. Factores antrópicos como la expansión agrícola y ganadera, la minería y el crecimiento urbano son vectores de amenaza para estos lugares. La favorabilidad del clima, la fertilidad media de sus suelos y la baja pérdida de nutrientes por lixiviación han hecho de este ecosistema un paisaje natural que históricamente ha sido atractivo para gran cantidad de pobladores que se han asentado en él y han ejercido presiones y transformaciones evidentes en el paisaje (Pizano y García, 2014). Las periferias que se han ido conformando están en un roce continuo con el entorno natural que, aunque ya se encuentra en un alto nivel de transformación, conserva características que son atractivas para el asentamiento humano, como las visuales y el contacto con algo de vegetación remanente, entre otros.

A través del análisis temporal de la subdivisión predial fue posible identificar cambios y tendencias en la tenencia del suelo, el proceso de urbanización y las coberturas del suelo, entre otros (Figura 9). Para el año 2009 se aprecia el aumento en las viviendas y la aparición de construcciones y urbanizaciones cerradas de alta densidad y baja altura, con piscinas que aumentan la demanda de agua en un ecosistema seco por naturaleza. Así mismo, alrededor de estas urbanizaciones se observan nuevas vías, carreteras de tierra que llevan a parcelaciones donde los predios son más grandes y van en acelerada subdivisión. Por lo general, al turista que le atraen este tipo de instalaciones de sol y piscina, no le interesa mucho la relación directa con el centro histórico y pasa los fines de semana adentro de estas urbanizaciones, sin relacionarse mucho con su entorno social, patrimonial y natural. El índice de ocupación del suelo ha tenido un aumento mayor al 800 % entre 2005 y 2014 y el período de mayor transformación estuvo entre el 2005 y el 2009. Esto coincide con las estadísticas de pérdida de cobertura vegetal, que entre 2005 y 2014 fue del 13 %, con un 10 % en el período 2005-2009 (Londoño, 2016). A mayor cantidad de urbanizaciones, más pérdida de BST.

5. Conclusiones

La revisión de los fenómenos, las dinámicas y las relaciones en el territorio a través del paisaje cultural como categoría analítica permite observar y conectar diversos factores en el espacio, en diferentes momentos que inciden en la transformación de los entornos naturales y culturales. Es importante continuar con este tipo de estudios que permiten poner en evidencia aspectos problemáticos, pero, a su vez, oportunidades del paisaje para la ordenación territorial. El paisaje es un gran libro donde se pueden observar y rastrear transformaciones en el tiempo, a través de huellas en la actualidad y análisis de tendencias de cambio.

La transversalidad paisajística, como ámbito de análisis espacial, permite observar dinámicas y fenómenos en la relación que se establece desde el centro histórico hasta la periferia, incluyendo el contexto no monumental, con lo cual se tiene en cuenta la continuidad del paisaje y no cada franja espacial aisladamente. Esta identificación y caracterización de los fenómenos espaciales realza la interdependencia existente entre centro y periferia. En el centro histórico, por ejemplo, la aparición continua de piscinas que reemplazan los patios centrales en la arquitectura colonial aumenta la presión sobre el recurso hídrico e incide directamente en el cambio de coberturas generado por la presión urbanística de segundas residencias, principalmente turísticas, en las periferias. La metodología, adicionalmente, permitió entender los cambios en el paisaje a partir del análisis temporal de la ocupación, que evidencia que el turismo es un agente activo y determinante en la transformación del paisaje.

El gran crecimiento de suburbios se da sin preocupación por el paisaje, por el entorno natural y productivo inmediato, y apunta a un modelo de desarrollo poco sostenible y altamente demandante de recursos naturales e infraestructura urbana debido a la alta demanda de recursos hídricos, la ocupación e impermeabilización del suelo, la densificación de áreas frágiles ambientalmente, como riveras y divisorias de aguas, y la ocupación de rondas hídricas, como se observa en la ribera del río Tonusco.

Este borde sufre transformaciones en la actualidad, donde se presentan fenómenos de segunda residencia en diferentes modelos, como desarrollo en altura, casas en conjuntos cerrados que comparten paramentos y también parcelaciones tipo suburbio que ocupan suelo antes productivo que, por la presión inmobiliaria, cambia para recibir nuevos habitantes. Este modelo de ocupación de borde y el mencionado antes son reflejo de los desequilibrios ambientales que ha generado el crecimiento no planificado, que aumenta la demanda de recursos no solo del suelo, sino de agua y alimentos, ejerciendo así mayores fuerzas de transformación sobre el ecosistema. Debido a este tipo de desarrollo se dan ciertas condiciones visuales hacia el centro histórico desde las periferias altas que impulsan la transformación de estas casas tradicionales de trabajadores asociados a las haciendas agrícolas por nuevas segundas residencias de tipo turístico y recreativo, lo cual incide en los cambios socioespaciales del territorio en la actualidad.

El cambio en las coberturas influye directamente en los recursos naturales y afecta los beneficios ecosistémicos que estos entornos pueden brindar en cuanto a control climático y confort. La llegada de los nuevos modelos de ocupación y desarrollo urbano trasladan y yuxtaponen nuevos manejos de la vegetación, por lo general controlada y uniforme, que poco aporta al funcionamiento ecosistémico porque recurre a especies foráneas que terminan siendo más demandantes de agua y nutrientes que las condiciones naturales del BST no puede ofrecer debido a su naturaleza.

Es importante tener presente la función ecológica de la propiedad, la prevalencia del bien común sobre el interés particular y la distribución equitativa de cargas y beneficios como conceptos fundamentales en la ordenación y la gestión territorial y del paisaje para planificar el uso de los recursos de manera adecuada. La urgente actualización de EOT es una manera directa de posibilitar la conservación de los recursos naturales, espaciales y socioculturales, que son partes integrales de la identidad del lugar.

Referencias

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*Este artículo es producto de la investigación "Procesos globalizadores como agentes de transformación del paisaje cultural. Caso de estudio: Santa Fe de Antioquia", radicado en el CIDI (Centro de Investigación Desarrollo e Innovación) de la Universidad Pontificia Bolivariana en convocatoria UPB Innova 2016, Facultad de Arquitectura, Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje (GAUP), y se apoya en los resultados presentados en el Seminario Internacional IFLA URBIO 2016.

1 Reflexión que se inserta en el proyecto de investigación interinstitucional titulado “Procesos globalizadores como agentes de transformación del paisaje cultural. Caso de estudio Santa Fe de Antioquia” del Centro de Investigación para el desarrollo y la innovación (CIDI) de la Universidad Pontificia Bolivariana.

2Los resultados cuantitativos acá se descritos se desarrollan dentro de la tesis de Maestría en Diseño del Paisaje Lectura normativa de una transversalidad paisajística de Santa Fe de Antioquia a través del paisaje artificio y el modelo de ocupación (Londoño, 2016), desarrollada en el marco de la misma investigación, dirigida y asesorada por Catalina Montoya Arenas y Lina María Escobar.

3Monografía de grado para optar al título de arquitecto titulada Efectos del turismo en un entorno de carácter patrimonial y no patrimonial a la luz de la declaratoria, desarrollado por Elisa Calle y dirigido por Catalina Montoya Arenas.

4Fue fundada el 4 de diciembre de 1541 en el valle de Ebéjico con el nombre de Antioquia, como resultado de las conquistas españolas. Entre 1548 y 1549 se fusionó con la villa de Santa Fe, fundada en junio de 1546, y desde fines del siglo XVI comenzó a llamarse ciudad de Santa Fe de Antioquia.

Para citar este artículo: Escobar Ocampo, L. M., Montoya Arenas, C., Patiño Zuluaga, E. y González Escobar, L. F. (2018). La transformación del paisaje de Santa Fe de Antioquia: reconfiguración del centro histórico y su entorno natural. Perspectiva Geográfica, 23(1), 71-88. doi: 10.19053/01233769.7087

Recibido: 28 de Junio de 2017; Revisado: 26 de Abril de 2018; Aprobado: 03 de Mayo de 2018

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