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Perspectiva Geográfica

Print version ISSN 0123-3769

Perspectiva Geográfica vol.28 no.1 Tunja Jan./June 2023  Epub Nov 23, 2023

 

Artículos

Momentos de lugar de un asentamiento informal: una apuesta metodológica

Territorial moments of an informal settlement: a methodological proposal

Momentos de lugar em um assentamento informal: um desafio metodológico

WLADIMIR MEJÍA AYALA1 
http://orcid.org/0000-0002-4091-9885

1 Doctor en Geografía de la Université d'Angers, Francia. Coordinador académico de Estudios de Posgrado en Geografía (EPG) - Convenio UPTC-IGAC Correo: wladimir.mejia@uptc.edu.co. Orcid: https://orcid.org/0000-0002-4091-9885


Resumen

Partiendo de la manera en la que diferentes autores comprenden el fenómeno de los asentamientos informales, se expone una metodología: "momentos de lugar de un asentamiento informal", la cual se construyó inspirándose en teorías de la geografía del turismo, sin necesidad de hacer alusión a esta actividad socioeconómica. A partir de un ejercicio de aplicación desarrollado entre 2017 y 2018, se presentan las características de cada momen to: origen, inicio, desarrollo, estancamiento y futuro. Los resultados muestran que la herramienta metodológica expuesta permite poner en valor la trayectoria de un asentamiento informal y posibilita la comprensión de cada uno de sus momentos, desde las dificultades experimenta das por sus habitantes hasta las oportunidades encontradas por ellos mismos para solucionar algunos problemas para construir así su propio espacio de vida.

Palabras clave: asentamientos informales; periferia; ciclo de vida de los destinos turísticos; saberes otros; pre-lugar; geografía

ABSTRACT

Abstract: The "territorial moments of an informal settlement" methodology is proposed based on how different actors understand the informal settlement phenomenon. This methodology was built on the basis of tourism geography theories without referring to that socioeconomic activity. From the implementation of an exercise conducted between 2017 and 2018, the characteristics of each moment are presented: origin, beginning, development, stagnation, and future. The results show that the methodological tool proposed allows to value the experiences of an informal settlement and understand each of its moments, from the difficulties experienced by its inhabitants to the opportunities they found to solve some problems and build their own living space.

Keywords: informal settlement; periphery; touristic destination life cycle; other knowledge; pre-place; geo graphy

Resumo

A partir da forma como diferentes autores entendem o fenômeno dos assentamentos informais, é apresentada uma metodologia: "momentos de lugar de um assentamento informal", que foi construída tendo como inspiração teorias da geografia do turismo, sem a necessidade de aludir a esta atividade sócio-econômica. Com base num exercício de aplicação desenvolvido entre 2017 e 2018, são apresentadas as características de cada momento: origem, início, desenvolvimento, estagnação e futuro. Os resultados mostram que a ferramenta metodológica exposta permite destacar a trajetória de um assentamento informal e possibilita a compreensão de cada um de seus momentos, desde as dificuldades experimentadas por seus habitantes até as oportunidades encontradas por eles para resolver alguns problemas, a fim de construir seu próprio espaço de vida.

Palavras-chave: assentamentos informais; periferia; ciclo de vida dos destinos turísticos; conhecimentos outros; pré-lugar; geografía

1. Introducción

El origen de esta propuesta se encuentra en la defini ción que, de los asentamientos informales, hacen di ferentes autores (UN-Habitat, 2012; Lazcano, 2009; Willis, 2009; Barjor & Arish, 2008; Clichevsky, 2000; April-Gniset, 1992), quienes coinciden en cinco pun tos, principalmente, que caracterizan a este tipo de lugares:

  1. Áreas ocupadas por grupos de muy bajos recursos que tienen escasas o nulas oportunidades de acceder a los bienes y servicios necesarios para satisfacer sus necesidades básicas.

  2. La ocupación se hace de manera ilegal y se lleva a cabo en terrenos públicos o privados y, en muchos casos, en zonas de riesgo, con pendientes pronunciadas y suelos muy po bres.

  3. No se siguen las normas de vivienda estable cidas por la municipalidad o el Estado.

  4. Se practica la autoconstrucción o autoayuda, utilizando otro tipo de materiales y métodos de construcción.

  5. Acceso inadecuado al agua potable, al equi pamiento, infraestructura y saneamiento, calidad estructural reducida en la vivienda, superpoblación y estatus residencial precario.

La caracterización de los asentamientos informales sintetizada aquí arriba es una generalización que no se aplica forzosamente a todos los contextos geográficos, no obstante, se encuentran en la mayoría de ellos o al menos en el imaginario común sobre estos lugares.

Tomando en cuenta lo planteado por Max-Neef (1994 en cuanto a que las necesidades humanas son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos, pero lo que cambia a través del tiempo es la manera o los medios utilizados para satisfacer esas necesidades, es decir que cada (¿micro, meso, macro?) sistema económico, social y político adopta diferentes estilos para satisfacer las necesidades humanas funda mentales, la intención de este escrito no es la de negar que en los asentamientos informales los problemas sociales, económicos y ambientales son muy impor tantes, sino que, al contrario, se trata de sobrepasar, a manera de ejercicio metodológico, el concebirlos como espacios periféricos (pobres, segregados, nega dos, invisibilizados) para examinarlos a partir de su singularidad, es decir, como lugares vistos desde, con y en sí mismos. Se espera reconocer cómo, a la espera de una respuesta por parte del Estado, diversos pro blemas, necesidades o carencias sociales, económicas, ambientales y tecnológicas, así como intereses políti cos, son solucionados/negociados y satisfechos por la misma comunidad en su cotidianidad y con la partici pación de diversos actores, en función de su historia, localización, materialidad y rasgos geofísicos predo minantes en el paisaje, pero también en función de los medios con los que cuentan, su economía, las formas de convivencia, su organización y las actividades cul turales que en él se desarrollan. Metodológicamente, pensar los asentamientos informales desde sus parti cularidades y desde la cultura ahí presente posibilita el ejercicio de la comunicación y el relacionamiento con los demás, pero también muestra a estos lugares como espacios del presente desde donde se interpreta el pasado y se construye el futuro.

Es así como el objetivo de este escrito se limita a exponer una herramienta de análisis de los asenta mientos informales desde sus temporalidades, frag mentando la trayectoria de un lugar de este tipo ha cia la búsqueda de su derecho a la ciudad (Lefebvre, 1968) en cinco momentos: origen, inicio, desarrollo, estancamiento y futuro, para que en cada uno de ellos se identifiquen, en términos de objetos, actores y procesos, esas soluciones/negociaciones a las que se hizo referencia en el párrafo anterior, como con dición inicial para comprender, junto a los habitantes y desde su cotidianidad, la realidad de estos lugares, de manera integral y desde toda su complejidad. De este modo, los asentamientos informales, como luga res, también estructuran, cohesionan y le dan sentido al espacio geográfico al ser dotados, desde sus habi tantes, de significados y de emociones (Nogué, 2014), quienes, por medio de sus actos, los crean, construyen y reconstruyen, le dan sentido al mundo, se organizan y se sienten parte de esos lugares, vinculados desde su historia y experiencia personal y colectiva, mal o bien, a una región, a un Estado y a una globalidad.

En cuanto a lo anterior, el derecho a la ciudad es entendido aquí como una lucha por el derecho, en todo el sentido del término, a ocupar un lugar dentro de la ciudad, al rescate del hombre como protago nista y elemento principal en y de un espacio que él mismo ha construido y en donde se desarrolla la vida colectiva, digna, ambientalmente sustentable, con oportunidades de trabajo, salud, educación, vivien da, participación y representación, entre otras cosas. No obstante, también representa el poder mantener el tejido social, la identidad y la cotidianidad, no en términos de rutinas, sino de ritmos, tiempos y sentidos de los lugares. Es por esta razón que la propuesta de "momentos de lugar de un asentamiento informal" trata de sugerir que, contradictoriamente, la trayec toria que sigue un asentamiento informal en la bús queda "tradicional" del reconocimiento pleno como barrio formal puede llevar a su destrucción como lu gar, entendido este desde los términos propuestos an teriormente. De esta manera, es en los momentos de lugar donde, de manera participativa, pueden identi ficarse como mejores oportunidades otras trayectorias posibles en las cuales el lugar no desaparezca, sino que sea la base de un futuro otro.

La herramienta "momentos de lugar de un asen tamiento informal" se construyó a partir de dos mo delos teóricos que han sido propuestos en la teoría de la geografía del turismo para comprender las trayec torias de los destinos y lugares turísticos: ciclo de vida de los destinos turísticos (Tourism Area Life Cycle Mo del) (Butler, 1980) y momentos de lugares (Moments de Lieux) (Équipe MIT, 2005). Estos modelos se encontra ron pertinentes puesto que, sin necesidad de referirse al turismo, permiten ir de manera crítica al detalle o a la particularidad de los asentamientos informales y comprender el fenómeno desde adentro, en cada una de sus fases de desarrollo.

Es así como el escrito se organiza en cuatro partes. En la primera, se hace un recorrido que parte de las miradas clásicas del fenómeno de los asentamientos informales hasta las propuestas que algunos autores hacen desde miradas alternativas. En la segunda par te, se describe la manera como se construyó la herra mienta a partir de las teorías y los conceptos en donde se encuentra la inspiración para el desarrollo de este ejercicio. En la tercera, se presenta cada uno de los momentos de lugar a partir de la aplicación de la he rramienta en un asentamiento informal localizado en el municipio de Soacha, Colombia, durante 2017 y 2018. Se advierte que el periodo propuesto para cada uno de los momentos corresponde a un recurso meto dológico que permite operacionalizar la herramienta para poderla aplicar, es decir que estos periodos po drían acortarse o prolongarse según las particularida des (objetos, actores y procesos) y la trayectoria del lugar observado. Finalmente, se presentan algunas conclusiones preliminares.

2. Base teórica: hacia otras miradas del fenómeno

En las ciudades del Sur global, donde las tasas de cre cimiento urbano son más altas que en otros países, los gobiernos no pueden o no están dispuestos a pro porcionar viviendas suficientes y su provisión desde el sector privado es demasiado costosa para la mayoría de los hogares (Willis, 2009). Es así como se han de sarrollado soluciones alternas que a menudo consis ten en ocupar tierras y construir viviendas que si bien ofrecen calidades bajas y acceso a servicios limitados, brindan refugio a millones de personas. Este fenóme no ha sido asociado a diferentes términos como squa tter settlements (asentamientos ilegales) y shanty town en Estados Unidos; slum en la india; habitat non-reglamen taire, clandestin, spontané, non-structuré (haciendo referen cia a la ausencia de urbanismo) o bidonville en Francia, a pesar de que esta última expresión nació en Casa blanca, Marruecos, en 1920 (Cadène, 2003); gececondu en Turquía; asentamiento de chabolas en España; fave las en Brasil, barriadas bruja o de emergencia en Panamá; cantegril en Uruguay; ciudad perdida, colonia de paracaídas o colonia proletaria en México; población callampa en Chile; villa miseria en Argentina y Paraguay; barriada

0 pueblo joven en Perú; tugurio, invasión o barrio subnormal en Colombia , entre otros. El contenido peyorativo de las expresiones contribuye a estigmatizar los barrios que estas definen y las poblaciones que ahí residen (Cadène, 2003).

El término más frecuente y que da título a este trabajo, "asentamiento informal", se refiere, como los demás, a los cinco puntos expuestos en la introduc ción: ocupación de terrenos públicos o privados no urbanizables según la municipalidad, al estar ubica dos en áreas de conservación ambiental, polígonos mineros o de riesgo; por grupos de muy bajos re cursos, a través de mediadores informales o ilegales -tierreros en Colombia; fraccionadores clandestinos en México -; sin seguridad de tenencia con respecto a la tierra o las viviendas que se construyen con mate riales reciclados o recuperados en la ciudad y desde las cuales se accede de manera inadecuada a los servicios básicos, las áreas verdes y la infraestructura urbana, y donde la exposición de los habitantes a enfermedades y violencia es una constante (UN-Habitat, 2012; Lazcano; 2009; Barjor & Arish; 2008; Clichevsky, 2000).

El fenómeno ha tomado forma a gran escala en las periferias de las ciudades, con un gradiente socioeco nómico decreciente desde el centro o centros de poder económico de la ciudad hasta la periferia, de modo que los ricos viven en el centro y los pobres en los márgenes . Según Willis (2009, esto ha dado forma al modelo de la ciudad del tercer mundo, al contrastar con los modelos de ciudades industriales donde, re gularmente, las poblaciones de bajos ingresos residen en el centro de la ciudad y los ricos en alojamientos espaciosos en los suburbios; no obstante, esta realidad cambia constante y rápidamente gracias a los proce sos de gentrificación y de apropiación del espacio que se dan, por ejemplo, por y para el turismo.

Para UN-Habitat (2012), Dematteis (2011, Lazcano (2009), Barjor y Arish (2008 y Clichevsky (2000, el origen de los asentamientos informales se explica por la falta de empleo, los bajos salarios y el consecuente empobrecimiento de la población, las políticas del Estado y el funcionamiento de los mer cados de tierra urbana y de vivienda, así como por la inequidad y desbalance económico en el que nos encontramos inmersos hoy en el mundo, en el que se concentra gran cantidad de recursos materiales en pocas personas (Oxfam, 2020).

Es así como el fenómeno de los asentamientos in formales ha sido estudiado a partir de conceptos como bordes urbano y periurbano, metropolización y pro ducción del espacio urbano, pero también en térmi nos de políticas para su integración y articulación a las ciudades, de hábitat, segregación socioespacial, riesgo, guetización, exclusión y delincuencia común y orga nizada (Castro et al., 2015; Carvajal, 2015; Camargo & Hurtado, 2013; Lunecke, 2012; Dematteis, 2011; Mertins, 2009; Sabatini & Brain, 2008; Winchester, 2008; Andreatta, 2005; Clichevsky, 2000). Tal vez el concepto más importante ha sido el de derecho a la ciudad, acuñado por Lefebvre (1968 y retomado por Harvey (2014, quien, adaptándolo a los problemas del siglo XXI, propone que la búsqueda de satisfacer ese derecho surge en las calles y barrios como una res puesta a la población angustiada por los problemas enfrentados en el día a día en las ciudades, pero que va más allá del acceso grupal o individual a los recur sos que estas incorporan, como el derecho de cam biarlas y reinventarlas. No obstante, tal como lo señala el autor, esa posibilidad permanece aún en manos de pocos, principalmente en las de las elites políticas.

De esta manera, es importante señalar que el fe nómeno implica procesos que se distancian de un de finido orden formal muy presente en el centro, pero, al mismo tiempo, en los que existen alternativas y me canismos que posibilitan formalizar el acceso al suelo y la vivienda: la presión mediante una fuerte organi zación de líderes de grupos sociales o políticos con intereses sobre el suelo ya adquirido de manera infor mal para demandar servicios e infraestructura. Por lo tanto, se hace necesario identificar y tomar en cuenta voces complementarias, relacionadas desde sus inves tigaciones directa o indirectamente con los asenta mientos informales, con las cuales se busca avanzar en la discusión y establecer una base para exponer la propuesta metodológica objeto de este texto.

De esa manera, para Massey (2005 es necesario identificar las particularidades y los propios ritmos de los lugares, así como las oportunidades que estos ofrecen en cuanto a las formas inusuales y origina les de adaptación que despliegan las sociedades que los habitan frente a las limitaciones ambientales y económicas ahí presentes. Si bien la autora no hace alusión directamente a los asentamientos informales, sus ideas son apropiadas, puesto que al final de cuen tas, tal como ella lo propone, se trata de no colocar en un solo eje temporal espacios muy diferentes, sino más bien de identificar la diversidad de trayectorias. En cuanto a lo que podría considerarse como asen tamientos formales en contraposición a los informa les, tanto las trayectorias de los primeros como las de los segundos coexisten al mismo tiempo y van en la misma dirección: ser considerados plenamente como parte de la ciudad.

La idea anterior puede complementarse desde la geografía de márgenes , en la cual un asentamien to informal puede pensarse como una porción de territorio con vida propia en el sistema tradicional: nace, se desarrolla, muere, pero también puede vivir para generar su propio sistema, sin desconocer que, tal como señala Prost (2004, cualquier sistema tradicional conlleva desigualdades. Desde una mirada sistémica, el asentamiento informal, entendido como margen, puede autoorganizarse: el margen será una forma de crear el lugar de los habitantes. Según Prost (2004), es desde la propia dinámica del fenómeno que sus formas y discontinuidades (endógenas) emergen en gran medida, incluso si los eventos externos son, por supuesto, capaces de influir en él (discontinuida des exógenas).

Giglia (2018, a partir del caso de la Ciudad de México, plantea que los barrios marginales de la pe riferia pueden ser valorizados como parte del patri monio cultural urbano. Según la autora, el patrimo nio es algo que debe ser proyectado hacia un futuro y debe ser entonces cuidado y preservado, puesto que, como conjunto de bienes a los cuales se reconoce un valor colectivo como memoria y como base para el futuro, su importancia radica en que puede repre sentar lo que un grupo humano es como sociedad y, en este caso, como ciudad: de qué está hecha y de dónde viene. En consecuencia, es necesario pensar el urbanismo popular como otra forma de producir la ciudad puesto que el fenómeno de los asentamientos informales no es nuevo ni casual o espontáneo, sino que responde a patrones repetitivos, a un modelo que a su vez remite a necesidades colectivas de grandes masas de población que se encuentran empujadas por las mismas fuerzas sociales que las llevan a pensar y desarrollar ese tipo de soluciones e implica un conjun to de arreglos con diversas instancias de la autoridad local previos a la ocupación del terreno.

Para la misma ciudad, Hiernaux y Lindón (2004, al preguntarse "¿cómo es posible la transferencia de centralidad hacia espacios periféricos, cuando esta sólo es miseria, carencia, falta, ausencia?" (p. 116), señalan la falta de efectividad de la proliferación de términos para nombrar estos espacios en cuanto a la posibilidad de aclarar la complejidad del fenómeno: megalópolis, exópolis, metápolis, archipiélago urba no. Según los autores, la transferencia ha sido posible porque mientras los discursos especializados conti núan profundizando la reducción semántica de la voz periferia, el fenómeno se hace cada vez más complejo y diversificado:

[...] es importante tener en cuenta que la expan sión de las periferias de las ciudades latinoamerica nas ocurre al mismo tiempo que los centros de las grandes ciudades pierden no sólo su burguesía, sino también muchas funciones centrales, aquellas que economistas y geógrafos urbanos tradicionales iden tificaban como paradigmáticas de la centralidad. La articulación de estos dos procesos se da en términos de transferencia de centralidad a los espacios perifé ricos (p. 116).

Para los autores, la evocación de las desventajas de las márgenes apunta a una concepción de la pla nificación del territorio que busca no ordenarlas, sino hacerlas desaparecer, es decir, borrar las diferencias, pensarlas como espacios homogéneos. Los asenta mientos informales son entendidos por los autores, entre otras cosas, como territorialidades otras donde no solo se trata de lograr hacer un hogar, sino de la oportunidad de emprender un negocio, generalmente una tiendita u otra actividad productiva en la propia vivienda.

Finalmente, Mejía y Duquino (2021) proponen pensar un asentamiento informal como una heterotopía (Foucault, 1984). Según los autores, este término permite revestir el lugar de características diferentes a las de los lugares no periféricos. Así, un asentamiento informal es un espacio efectivo y localizable que fun ciona como un contraespacio: dentro de este, todos los demás espacios reales se pueden hallar, al mismo tiempo, representados, impugnados o invertidos, por lo que también es un localizador de fenómenos socia les. Es un espacio lleno de sentido de vida y existencia, de complemento y cooperación, de anhelos colecti vos, pero también son espacios de tensiones, conflictos y contradicciones: estando en este, un individuo pue de, más que sentirse, descubrirse ausente. Los autores buscan provocar un giro reflexivo en los habitantes de estos lugares "que resulte en una toma de consciencia para una consecuente puesta en valor del lugar, en base a su redescubrimiento, que, si bien debe funcio nar en colectividad, se debe generar desde adentro de cada quien" (p. 255).

3. Teorías de otras disciplinas: inspiración para una apuesta metodológica

La herramienta se construye a partir de dos mode los de la teoría de la geografía del turismo que han sido utilizados para comprender las trayectorias de los destinos y lugares turísticos: el ciclo de vida de los destinos turísticos (Butler, 1980) y los momentos de lu gares (Équipe MIT, 2005) . Es importante anotar que las teorías citadas no tienen valor por sí mismas en cuanto a la resolución o comprensión de problemas asociados con el tema de interés de este trabajo. Su importancia radica en la inspiración que provocan en el investigador para que, por medio de un trabajo de campo que se desarrolla desde, con y para la gente, genere un espacio para acercarse metodológicamente y desde su interior a la realidad de los asentamientos informales. Es decir, la propuesta no resulta del sim ple tránsito del investigador por las teorías, sino, sobre todo, del trabajo con la gente en su espacio de vida .

Proponiendo su aplicación a los destinos turísticos, estas permiten realizar un análisis de las fases evoluti vas de su desarrollo a partir de los cambios en el cre cimiento de visitantes (número de turistas) y la con secuente expansión de infraestructuras (alojamiento y transporte), dando relevancia a la planificación y gestión que acompañan el proceso, a la caracteriza ción de los visitantes, de los locales y de la relación entre ambos. Lo anterior se organiza sobre dos ejes que proyectan la trayectoria de esos lugares: uno que presenta el aumento del número de turistas; otro, la relación con el tiempo. Para Butler (1980, el ciclo es similar al de los productos y servicios. Compren de cinco etapas: exploración, implicación, desarrollo, consolidación, estancamiento y declive o rejuveneci miento (Figura 1).

FUENTE: Butler (1980) .

FIGURA 1 Etapas en la teoría del ciclo de vida de los destinos turísticos 

Al sustituir algunos términos que tienen que ver con el turismo, los cuales aparecen en la descripción que el autor hace de cada una de estas etapas, por tér minos relacionados con los objetos, actores y procesos presentes en los asentamientos informales, se logra identificar también los rasgos de las fases evolutivas del desarrollo de este tipo de lugares (Tabla 1).

TABLA 1 Fases evolutivas de los destinos turísticos versus las de los asentamientos informales 

FUENTE: elaboración propia a partir de Butler (1980.

En cuanto a los momentos de lugares (Équipe MIT, 2005), esta teoría propone definir un rango de tiempo más o menos preciso donde un lugar dado encarna una situación de alcance general, sobrepasando sus propias dimensiones. Es el momento donde el lugar ha constituido y se ha constituido en un referente e inclu so como un modelo para otros lugares. Dicho de otro modo, con esta teoría se busca realizar una aproxima ción exploratoria, en términos de periodos de tiempo, para realizar la caracterización del lugar a partir de los objetos y actores presentes y, sobre todo, los proce sos de cada una de las fases examinadas en el ejercicio anterior. El momento de lugar permite caracterizar el desarrollo de un proceso que se inventa a largo plazo y se realiza en una sucesión de eventos datados general mente en la escala de un pequeño número de decenas.

El concepto momentos de lugar no implica pensar que el fenómeno emerge en espacios homogéneos desde el punto de vista de sus condiciones geográficas (accesi bilidad, posición absoluta y relativa, medio biofísico) y sociales (económicas, políticas, simbólicas, etc.), sino diferenciados espacialmente (Équipe MIT, 2005). Es así como a partir del concepto se construye la hipótesis: el fenómeno es el resultado de un entramado (en un momento y lugar precisos) de actores, prácticas, valo res sociales, normas jurídicas, económicas y técnicas. Es un juego complejo de interacciones localizadas y localizadoras. Según Équipe MIT (2005), esta hipótesis asigna a la posición espaciotemporal una importancia crucial desde dos puntos de vista teóricos: 1) periodización del fenómeno que se articula alrededor de lugares por y en los cuales los cambios emergen (di mensión geográfica del trabajo); y 2) comprensión del fenómeno no solamente como difusión (con lugares centrales como punto de partida), sino también como invención, en muchos lugares al mismo tiempo, de otras maneras de hacer y de ser (otros saberes, otras innovaciones, otras maneras de resolver problemas, otras formas de producir espacio), rompiendo así, tanto en la teoría como en la praxis, la dependencia con el centro, por lo menos en ese sentido.

Por otra parte, la teoría de los momentos de lugar permite poner en valor la necesidad de tomar en cuenta la historicidad de las sociedades, puesto que todo even to, situación o fenómeno es el fruto de un estado irre mediablemente fechado del funcionamiento del sistema que forma la sociedad. La historicidad de todo fenóme no es integral y radical, lo que se traduce en la noción de irreversibilidad (no puede volver a un estado o situación anterior) (Lussault, 2003). Es así como los momentos de lugar identificados en este ejercicio de investigación sintetizan lo esencial del fenómeno estudiado (los asen tamientos informales) sin tratar de negar la regionalización de otras maneras de producir el espacio.

4. Resultados y discusión

Todo asentamiento informal, durante su trayectoria hacia la búsqueda de su derecho a la ciudad, experi menta cinco momentos de lugar: pre-lugar u origen, inicio, desarrollo, estancamiento y futuro. Las dura ciones de cada momento, en relación con las propues tas de este escrito, pueden variar de acuerdo con las particularidades de cada lugar donde se observen las temporalidades del fenómeno . Para este ejercicio, se acudió al caso del barrio Altos de La Florida, asen tamiento informal localizado en el borde de Soacha (municipio conurbado con la ciudad de Bogotá D. C.), en el departamento de Cundinamarca, Colom bia, entre el suelo urbano y el rural, superpuesto so bre zonas de conservación, polígonos mineros y sitios de arte rupestre, fuera del perímetro de servicios bá sicos y en zonas de riesgo por deslizamiento (Figura 2). No se encuentra legalizado por la municipalidad y ninguna vivienda posee título de propiedad. Su po blación asciende a 4.000 individuos, entre los que se encuentran desplazados por la violencia, desplazados económicos e interurbanos, oriundos de Bogotá, Tolima, Huila, Choco, Atlántico, Caquetá, Soacha y Ve nezuela, entre otros .

FUENTE: elaboración propia a partir de Google Earth.

FIGURA 2 Localización de la zona de estudio 

1. Pre-lugar u origen. Corresponde no sola mente a las características del área objeto de ocupa ción en sí misma (emplazamiento) y a su situación (localización con relación a), que llevan a las personas a desplazarse hacia este, sino también a razones exógenas, es decir, a una combinación de condiciones que crean el caldo de cultivo adecuado/singular dentro de un contexto histórico. Para el caso de Colombia y, en particular, el caso de Altos de La Florida, el fenómeno se asocia a constantes que han estructurado la histo ria de la sociedad colombiana: procesos de despla zamiento forzado (April-Gniset, 1992), migraciones en busca de bienestar y progreso (Carvajal, 2015) e incapacidad institucional para dar respuesta a las de mandas de vivienda que se dieron entre finales de los años ochenta e inicios de los noventa y que llevaron a muchas personas de las zonas rurales del país, escenarios del conflicto armado y el narcotráfico, a buscar protección y oportunidades de vida en las ciudades, lo cual al ser difícil, sobre todo en lo que respecta al acceso a vivienda, generó, entre otras cosas, procesos de ocupación informal de terrenos y, de esa manera, marginación, exclusión y pobreza. Así mismo, se pre sentan desplazamientos inter e intraurbanos y despla zamientos relacionados con problemas económicos, ambientales y políticos nacionales e internacionales, como en el caso de los migrantes venezolanos.

Es así como, para el caso de Altos de La Florida, el emplazamiento reunía las características adecuadas para ser ocupado de manera informal. Antes de esto, no se trataba realmente de un espacio deshabitado, sino más bien de un lugar no urbano con usos diferen tes al de vivienda, principalmente relacionados, desde la mirada de la municipalidad, con la conservación ambiental y patrimonial; desde la industria, con la extracción de materiales de construcción de manera legal e ilegal; desde los vecinos habitantes del suelo rural, con el pastoreo; y desde los vecinos habitantes del casco urbano, con la recreación u otro uso que no entra en contradicción con aquel propuesto desde la mirada de la municipalidad (paseos en familia, sali das de campo de estudiantes, entre otros), o incluso se presentaban todos al mismo tiempo .

Por lo general, en este tipo de emplazamientos el suelo no tiene un alto valor comercial puesto que, a pesar de encontrarse cerca del perímetro urbano, no se encuentra dentro del perímetro posible para la prestación de servicios básicos, principalmente cone xión a redes de agua potable, a causa de característi cas geológicas y del relieve. En una situación contra ria a la anterior, la subutilización del suelo se explica por razones relacionadas con la incapacidad econó mica del propietario para explotarlo o por problemas jurídicos relacionados con herencias, lo que en ciertas condiciones llevaría al propietario a crear alianzas para comercializar su propiedad de manera informal, pero con mejores beneficios económicos.

Finalmente, el hecho de encontrarse en posición de borde en continuidad a la ciudad formal permite pensar que el futuro asentamiento informal logrará ser legalizado por parte de la municipalidad, lo cual le otorgará acceso a los servicios mínimos vitales, princi palmente al agua y, al mismo tiempo, a ser tomado en cuenta en la planificación para su posible reubicación o para llevar a cabo acciones de mitigación del riesgo y, consecuentemente, ampliación del perímetro urba no y formalización de la tenencia para acceder a ser vicios básicos, al sistema de transporte, la educación, la salud, los comercios y demás servicios.

2. Inicio. Para el caso de Altos de La Florida, la temporalidad de este momento se establece entre el cero y el quinto año de la historia del lugar. Durante este periodo se encuentran las primeras marcas que la lotización deja en el espacio y, consecuentemente, la venta de lotes, la llegada de los primeros ocupantes y la construcción de las primeras viviendas que, por lo general, se hará con materiales como plástico, ma dera, cartón, lata, alambre de púas y otros que pue dan ser reciclados y transportados al lugar o que se encuentren en este. También aparecen las primeras vías que, en ocasiones, son la reafirmación de los ca minos que ya existían en el pre-lugar. En un principio, no posee ningún servicio; luego el agua llega por ca rro tanque y el gas domiciliario en cilindros, a pesar de que algunos habitantes cocinen aún con leña. Las comunicaciones por teléfono celular siempre se dan a pesar de que no haya energía en las casas. El ser vicio de transporte se presta con jeeps 4x4 antiguos que son los únicos que pueden hacerlo, puesto que las vías, por el relieve accidentado, no son las mejores, ni estables ni seguras. Se presentan, por parte de la municipalidad, amenazas de desalojo.

3. Desarrollo. Los rasgos que lo caracterizan empiezan a evidenciarse en Altos de La Florida a los cinco años de historia del lugar y pueden prolongarse hasta los 35. Los habitantes tienen orígenes diversos, rurales y urbanos, lejanos y próximos, incluso provienen del casco urbano del mismo municipio en el que se encuentra el asentamiento (Soacha y, como resul tado de un proceso de conurbación, Bogotá). En vista de las condiciones comunes de precariedad y vulnera bilidad en las que se encuentran los nuevos habitantes, el tejido social se fortalece, sin negar que se presentan tensiones continuas con orígenes diversos relaciona das con intenciones, intereses y comportamientos a veces contrarios de miembros de la comunidad. Con el paso del tiempo y con la participación de actores públicos y privados, se empieza a trabajar en la conse cución de obras de equipamiento, como una pequeña biblioteca, una casa de la cultura, una escuela o una capilla, el servicio de electricidad y gas por tubería, la construcción de un tanque para el almacenamiento y la distribución de agua, a pesar de que esta llegue aún en carro tanques, o la construcción de un alcan tarillado que no está conectado a la red municipal de saneamiento público, sino que se dirige hacia las la deras del terreno.

Lo anterior resulta de sinergias de relaciones de interdependencia que los presidentes de las juntas de acción comunal (JAC) establecen con las organi zaciones no gubernamentales y humanitarias, con la academia, las iglesias, la policía o el ejército e, indi rectamente, con la alcaldía o municipalidad. Durante el tiempo que dura este momento de lugar, se puede llegar a una ocupación de un 90% de los lotes. Las viviendas, en un principio construidas con materiales reciclados, se construyen ahora con cemento y hierro; las organizaciones humanitarias entregan viviendas prefabricadas.

A pesar de no contar aún, principalmente, con la red de agua potable por tuberías, algunos lotes son re vendidos a inversores que construyen casas y edificios para venta o alquiler; los anteriores ocupantes se des plazarán a otros pre-lugares (la periferia de la periferia / el borde del borde); o, si se quedan, pueden aumentar los problemas de hacinamiento; hay viviendas que alo jan a más de una familia. Las vías se reafirman y, ade más de los camperos 4x4, el servicio de transporte se presta por una ruta de buses, pero con horarios restringidos. Se ponen en valor, a partir de proyectos finan ciados y desarrollados por actores como los nombrados anteriormente, iniciativas de economías propias como huertos, comercios y microempresas, al mismo tiempo que aparecen nuevas territorialidades: bandas delincuenciales ligadas, entre otras cosas, al microtráfico. A pesar de eso, hay un sentimiento de que el barrio avanza hacia su legalización, la mitigación del riesgo y el derecho a la ciudad; también que los jóvenes tienen más oportunidades de estudio y de formarse como lí deres. Por otra parte, con el manejo inadecuado de los desechos, principalmente orgánicos (desechos de coci nas y baños), que, como se dijo anteriormente, recaen en las laderas del terreno ahora habitadas, se crearán con el paso del tiempo escenarios de riesgo por remo ción en masa durante un evento de lluvias fuertes. La amenaza de desalojo está aún presente.

4. Estancamiento. Para el caso de Altos de La Florida, este momento comienza después de los 35 años y puede prolongarse hasta los 70 o incluso más años de la historia del lugar. Se llega a la máxima ocu pación y diversificación en cuanto a usos y, frente a esa densificación, aparecen más problemas de haci namiento. Se mantienen condiciones similares a las que se presentan durante el momento de desarrollo. No obstante, las calles pueden reafirmarse y es posible que parte del barrio pueda acceder a la red de agua potable del municipio. La organización comunitaria por la JAC se mantiene, pero los presidentes empiezan a mostrar síntomas de agotamiento y pérdida de la esperanza, puesto que la legalización del barrio no se logra. La gente no puede acceder a un préstamo en el banco porque no tiene título de propiedad, sin em bargo, las asociaciones y organizaciones no guberna mentales y religiosas presentes en el territorio ofrecen préstamos para mejorar la vivienda y desarrollar emprendimientos para mejorar la situación económica de las familias. El microtráfico mantiene su territo rialidad como en los momentos anteriores; los niños y los jóvenes siguen siendo vulnerables, pero pueden acceder a la educación, a la recreación y al deporte.

5. Futuro. En principio, representa el anhelo e ideal. Durante este momento se logra la legalización y la ciudad absorbe el asentamiento informal; el lugar, como constructo cultural particular, desaparece, así como lo hace el tejido social, el cual ya se venía des vaneciendo durante el estancamiento; y lo que es peor, ya no se contará, muy probablemente, con las ayudas recibidas, principalmente de organizaciones no guber namentales. Se tiene acceso a todo lo que el municipio ofrece en materia de servicios básicos, salud, educa ción, comercio y otros. No obstante, las desigualdades e injusticias persisten y, así mismo, persiste la estigmatización y el microtráfico. Este último, en algunos ca sos, se puede mermar a partir, como se da en el caso de Altos de LA FLorida, del control social que practican los mismos habitantes cuando reconocen brotes de delincuencia. El control social no solamente castiga, también concientiza, principalmente a los jóvenes.

De manera didáctica, se presenta en la Figura 3, desde una vista aérea, la materialidad o marca que dejan en el espacio, con el pasar del tiempo, los mo mentos de los asentamientos informales. Para ello, se han utilizado fotografías satelitales recuperadas de Google Earth, gracias a su herramienta "historia", en 2018, de tres acercamientos que corresponden a la vereda Panamá y la Comuna Seis, localizadas en los cerros del suroccidente del municipio de Soacha, donde se encuentra el asentamiento informal de Altos de LA FLorida y, a sus alrededores, el sector de Piedras Blancas y Carbonera; también se observa la parte pla na del municipio donde se encuentra su casco urbano.

FUENTE: elaboración propia a partir de Google Earth (2018).

FIGURA 3 Materialidad de los momentos de lugar 

Para representar el origen, se utilizó la imagen de un terreno vecino a Carbonera y Piedras Blancas (continuidad de Altos de La Florida como fenómeno) que, en ese momento, era susceptible de ser ocupado de manera informal. El inicio está representado en una fotografía del sector de Piedras Blancas y Carbonera que tiene, como asentamiento informal, entre 3 y 5 años de historia. El desarrollo está representado por el sector III de Altos de La Florida y el estancamiento por los sectores I, II y IV del mismo asentamiento. El mo mento futuro está representado por el barrio legal de El Altico, localizado al borde de la vía principal, en la parte plana del municipio. Como se ve en la imagen, tiene todas las características de la ciudad.

Continuando con la misma dinámica, se tomó como ejemplo el sector III de Altos de La Florida, en vista de que se encuentra actualmente en su momento de desarrollo, para representarlo junto a sus dos mo mentos anteriores, pre-lugar e inicio. Para ello se utiliza ron igualmente fotografías históricas recuperadas de Google Earth. Las imágenes corresponden a los años de 1969 (pre-lugar u origen), 2010 (inicio) y hoy (desarro llo) e incluyen referentes simbólicos históricos para los habitantes: el punto de color verde, que representa el Árbol del Amor; el punto de color amarillo, La Y; el punto de color blanco, la Piedra del Dios Varón; el punto de color rojo, la Ladrillera Santa Fe; y el punto azul, el cerro de las Tres Cruces (Figura 4).

FUENTE: elaboración propia a partir de Google Earth.

FIGURA 4 Momentos de lugar, sector III, Altos de La Florida 

Siguiendo con el caso del sector III de Altos de La Florida, todos sus momentos se encuentran reunidos en la Figura 5, representados en el reflejo de los luga res vecinos. Paradójicamente, en esta imagen el futuro se encuentra localizado hacia el centro del municipio (parte plana, casco urbano), en sentido contrario al que el fenómeno avanza, y el pasado hacia la zona rural o periferia (colinas, laderas), a saber: polígono blanco-pre-lugar/origen, verde-inicio, azul-desarrollo, ro jo-estancamiento y negro-futuro.

FUENTE: elaboración propia a partir de Google Earth (2018).

FIGURA 5 Momentos de lugar del sector III, Altos de La Florida, vista aérea 

Más allá de la materialidad observada a vuelo de ave en las imágenes presentadas, las características o particularidades de cada uno de los momentos se pue den observar a escala de lugar a partir del diálogo y los intercambios con los habitantes. De esta forma, las particularidades socioespaciales identificadas para el caso del sector III de Altos de La Florida se presen tan en la Tabla 2, organizadas por categorías: objetos, actores y procesos. No se trata de definir cada cate goría ni los elementos que se enmarcan en cada una de ellas, eso será posiblemente algo para desarrollar en otra publicación. Se trata simplemente de reagru par en estas categorías lo que en un primer momento se puede identificar con los habitantes, desde su co tidianidad y en espera de su reconocimiento como parte de la ciudad, como soluciones/negociaciones encontradas y puestas en marcha por ellos mismos, en alianza con otros actores, en función de su historia, localización y rasgos geofísicos predominantes en el paisaje, pero también en función de los medios con los que cuentan, las formas de convivencia y las activi dades culturales que se desarrollan y que, de esta manera, producen una espacialidad. Estas soluciones/ negociaciones se entienden como procesos de diálo go, construcción, innovaciones y puesta en marcha de saberes situados .

TABLA 2 Particularidades socioespaciales del sector III de Altos de La Florida 

FUENTE: elaboración propia.

5. Conclusiones

Los resultados muestran que la herramienta expuesta permite poner en valor la trayectoria de un asenta miento informal al fragmentarla en momentos o tem poralidades, desde las dificultades experimentadas por sus habitantes hasta las oportunidades encontra das por ellos mismos para solucionar algunos proble mas y en esa dinámica construir su propio espacio de vida. Al ser una propuesta, la herramienta se encuen tra inacabada, por lo que existen muchas oportunida des de mejora.

La importancia de la propuesta radica en el hecho de que, por un lado, permite afirmar que todo asentamiento informal, como sistema y artefacto espacial, tiene como objetivo alcanzar el reconocimiento for mal como parte de la ciudad y, de esta manera, ac ceder a todo lo que esta última ofrece en términos de servicios, conectividad, salud, educación y empleo; lo que, al mismo tiempo, no significa que se acaben las desigualdades e injusticias espaciales, pero sí, contra riamente, que el lugar como constructo cultural des aparezca. Por otro lado, el fragmentar la historia de estos lugares en cinco momentos permite, a partir de la caracterización y el análisis profundo de cada uno de ellos, ojalá desde, con y para sus habitantes, y desde ciencias, métodos mixtos y actores diversos y comple mentarios, identificar cuándo, dónde, de qué mane ra y a qué precio puede pensarse un futuro diferente al que le espera normalmente con la inserción legal del barrio a la ciudad. Es posible que sea durante los momentos de inicio y desarrollo, incluso de estancamiento, cuando pueda pensarse un futuro diferente, en vista de que una intervención, en términos de planificación, es menos costosa, o incluso en términos de reubicación, con menos impactos socioeconómicos y socioambientales, si se piensa el asentamiento de manera integral, como espacio de vida, desde el sentido de lugar y de pertenencia a algo, la identidad y unas economías propias. Siguiendo el pensamiento de Butler (2011, en momentos posteriores a los nombrados la satura ción del lugar produce impactos socioambientales y socioeconómicos suficientemente fuertes como para que el mismo pierda calidad y transite a su declive, es decir, sobrepase los límites del entorno específico, en términos sociales y naturales, perdiendo su capacidad de perdurar o continuar (desarrollo insostenible). Esto reconociendo, en términos metodológicos, la dificul tad de contar con datos completos, principalmente en cuanto a la llegada de nuevos residentes y la diversifi cación de usos, que den cuenta de la complejidad del fenómeno. No obstante, Agarwal (2006 propone la inserción de una etapa adicional al modelo de Butler para tener en cuenta la serie de esfuerzos de reestruc turación que se inauguran, desde diferentes esferas, antes de que comience el declive y reconociendo la incapacidad para anticiparlo. Es posible que esa reorientación, que se operaría en momentos posteriores al de desarrollo, permita mantener la sostenibilidad del asentamiento como lugar e incluso que llegue a llamar la atención de multinacionales para asentar sus plan tas industriales o empresariales, como es el caso de Amazon en Cartolandia o de Norma Group, Sanko, Safariland, Tecma, Npa de México, Jabil, XB Fullfilment y Avantti Medi Clear, localizadas en la periferia de Tijuana, México. Todos estos, más que vacíos, son elementos que surgen de la propuesta como oportuni dades de mejora, con el desarrollo de otros trabajos de investigación y desde miradas críticas.

Sin embargo, si no existen esas posibilidades an teriores, los dos momentos, inicio y desarrollo, más que los otros, se caracterizan por el fuerte tejido social que mantiene la población, el cual, junto con su di versidad cultural y los rasgos geofísicos y del paisaje presentes en el espacio, representa una singularidad difícil de encontrar en otro lugar. Desde, con y para la gente, de manera participativa, es posible proyectar otro futuro a partir de esa singularidad, posiblemente, estructurando un discurso que dé paso, por ejemplo, a una llegada de turistas, con el riesgo de que esto sig nifique la institucionalización de la pobreza o que se cosifique y represente un espectáculo como objeto de consumo (Álvarez, 2014; Mano et al., 2017; Sánchez, 2020).

Así mismo, la herramienta permite evitar gene ralizaciones que se encuentran, entre otras cosas, en el manejo superficial de categorías como "centro" y "periferia", en vista de que tanto los diversos espa cios céntricos como los periféricos se encuentran en fases distintas de su ciclo de vida y por ende mues tran momentos del lugar que difieren entre sí. Vale la pena señalar, remitiéndonos nuevamente a la impor tancia de la temporalidad de cualquier asentamien to, que los centros de ciudad también transitan por "momentos" o etapas y pueden, inclusive, iniciar un nuevo ciclo de vida a partir de procesos como la turistificación y la gentrificación. En casos como los que acabamos de señalar, la teoría de Butler (2004 cobra más sentido aún.

Finalmente, desde un análisis sociopolítico, la he rramienta resulta esencial para entender las organi zaciones sociales, las reivindicaciones y las expectati vas mismas de los líderes y habitantes del lugar. Por todo ello, el breve ejercicio conceptual ofrecido en las páginas anteriores cobra interés como una manera de evocar cualquier situación concreta en su espacio-temporalidad, lo que permite evitar generalizaciones o la puesta en marcha de políticas erróneas desde la esfera pública.

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Recibido: 18 de Julio de 2022; Revisado: 27 de Enero de 2023; Aprobado: 05 de Febrero de 2023

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