Introduccción
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (2022) ha estimado que el 8% de los niños y el 14% de los adolescentes en todo el mundo padecen una enfermedad mental incapacitante que les impide un adecuado desarrollo psíquico, lo cual afecta su desempeño escolar y social. Es así como los síntomas psiquiátricos se han asociado constantemente con resultados educativos negativos (Pagerols et al., 2022). Los estudiantes con una buena experiencia escolar hacen una transición más fácil a la edad adulta, obtienen un nivel más alto de educación y tienen más probabilidades de lograr el éxito ocupacional y económico y mantener una mejor salud (Weckström et al., 2023).
Se ha definido el rendimiento académico como el conjunto de destrezas cognitivas, afectivas y sociales que un estudiante adquiere de modo progresivo, relacionadas con la adquisición y utilización de los conocimientos relativos a los diferentes niveles educativos (Rehman et al., 2021). El rendimiento académico con frecuencia usa como indicadores de medición las calificaciones o las asignaturas aprobadas (Reynolds et al., 2021).
El bajo rendimiento escolar se ha asociado con aproximadamente un riesgo de 2.5 veces de cualquier trastorno mental posterior (Plana-Ripoll et al., 2019). Así mismo, de acuerdo a la edad, se ha encontrado que los escolares con trastorno por déficit de atención e hiperactividad tienen malas calificaciones, bajas puntuaciones en las pruebas estandarizadas de lectura y aritméticas, y mayores tasas de retención de calificaciones (Rigoni et al., 2020). En los adolescentes se ha encontrado asociaciones significativas con el bajo rendimiento académico y el fracaso para completar la escuela secundaria por problemas de conducta y comportamientos agresivos (Plomo et al.; 2017).
En cuanto a los problemas de salud mental, es importante tener en cuenta que hay otros factores que podrían influir, dentro de los que se incluyen las variables sociodemográficas, eventos estresantes en la infancia, estilo de vida, factores genéticos, entre otros (Hoover & Bostic, 2021). Por lo tanto las dificultades emocionales y comportamentales son el resultado de una serie de factores, que terminarán impactando en la capacidad de aprender, de disfrutar el proceso escolar y en un bajo rendimiento académico, dando como resultado una mala experiencia escolar (Guerra et al., 2019; Hoover & Bostic, 2021).
En este sentido, otro factor a considerar es el acoso escolar. Se ha encontrado que las víctimas de acoso escolar tienen un mayor riesgo de mala salud mental y un menor rendimiento educativo, con consecuencias comparables a las del maltrato infantil en la infancia (Lereya et al., 2015). La angustia y el sufrimiento por el acoso es enorme, mostrando fuertes asocianes tanto en la autolesión no suicida como en las muertes por suicidio (Barzilay et al., 2017). Una revisión sistemática realizada en 2020, que incluyó 22 estudios, evaluó la experiencia de múltiples y distintos tipos de victimización infantil y sus consecuencias en niños, niñas y adolescentes (polivictimización), encontrando una asociación positiva entre la polivictimización y problemas externalizantes e internalizantes (Haahr- Pedersen et al., 2020).
Identificar los factores de riesgo independientes para el bajo rendimieno académico y la mala experiecia escolar es de gran importancia. Sin embargo, la evidencia sobre los efectos de los problemas en salud mental en la experiencia escolar aún es escasa (Menken et al., 2022). De igual forma, el entorno escolar es un lugar privilegiado para la detección del maltrato infantil y de otras alteraciones psicosociales (Greco et al., 2020), al igual que para la intervención temprana, ya que reúne a la población por curso de vida que, a su vez, pueden informar de otros riesgos (Lereya et al., 2015).
Se tiene entonces que el logro educativo es un predictor clave de la salud, el bienestar y los resultados económicos posteriores de las personas (Yamada et al.,2019), además de contribuir al crecimiento económico y al desarrollo sostenible (Patel et al., 2018). Mejorar los factores que favorecen un mejor nivel educativo es una prioridad política en la mayoría de los países, por lo que resulta prioritario explorar la relación existente entre problemas de salud mental y factores relacionados con la experiencia escolar. Por lo anterior, el objetivo de este estudio fue determinar la asociacion entre las alteraciones afectivo-comportamentales y variables que impactan en la experiencia escolar, como el acoso escolar y el rendimiento académico en una población de Caldas, Colombia. Se plantea como hipótesis que las variables relacionadas con síntomas en la salud mental, se asocian con la experiencia escolar.
Metodología
Tipo de estudio
Se llevó a cabo un estudio observacional analítico transversal o de prevalencia analítica. Se realizó entre el segundo semestre del año 2019 y el primer trimestre del 2020 en 17 colegios públicos en las ciudades de Manizales y Aranzazu, localizadas en el departamento de Caldas, Colombia.
Población
Fueron incluidos todos los niños, niñas y adolescentes pertenecientes a dichas entidades educativas con edades comprendidas entre los cuatro y 18 años, y cuyos acudientes de manera voluntaria firmaron el consentimiento informado para hacer parte de la investigación, previa explicación de los objetivos de esta. Se excluyeron niños con diagnóstico previo anotado en historia clínica de discapacidad cognitiva leve, moderada o severa, además de los niños con trastornos neurológicos.
La muestra estuvo constituida por 1533 niños con edades mínimas de cinco años y mayores de dieciocho años (media de 11.1 años y desviación estándar de 3.4 años). Se contó con 721 participantes de género masculino (47.6%), 793 de género femenino (52.4%) . El 82 % de ellas tenían como municipio de residencia Manizales (1257) y el 18% restante vivían en Aranzazu (276).
Las variables fueron seleccionadas de acuerdo al objetivo del estudio. Para la valoración de la experienca escolar, el acoso escolar y el tiempo de juego, se realizó la evaluación mediante múltiples variables de tipo sociodemográfico como Aficiones, Problemas serios de salud, Comparado con otros niños cómo hace tareas, Amigos íntimos, Veces de juego a la semana con amigos, Rendimiento en asignaturas como lectura, escritura, matemáticas, lenguaje, sociales, naturales y otras, Acude a clase especial, Repitió curso, Hace acoso escolar, Recibe acoso escolar y Hace y recibe acoso escolar, además de Género, Edad, Antecedentes familiares en salud mental. Con el instrumento Child Behavior Checklist 4-18 (CBCL/4-18), se determinó la presencia de síntomas afectivos o comportamentales, y fue diligenciado por los acudientes.
Instrumentos
Child Behavior Checklist 4-18 (CBCL/4-18)
Desarrollado por Achenbach (2001), sirve para obtener información de los niños a partir de sus padres o cuidadores. Se obtienen dos tipos de información sobre las habilidades o competencias de los niños (Escala de Competencia social) y acerca de sus comportamientos problemáticos (Escala de Problemas). Consta de 112 ítems, que constituyen un listado de conductas problemáticas que se valoran en una escala de tres puntos (0=no es cierto; 1=algunas veces cierto y 2=cierto, muy a menudo) que se integran en ocho síndromes empíricos de banda estrecha o factores de primer orden: ansiedad/depresión, aislamiento, quejas somáticas, problemas sociales, problemas de pensamientos, problemas de atención, rompimiento de reglas, y conducta agresiva.
Estos ocho síndromes, se agrupan a su vez para formar dos grupos de síndromes de banda ancha o factores de segundo orden conocidos también como problemas internalizados y problemas externalizados, los cuales dan como resultado un total de problemas; este cuestionario tiene una confiabilidad test-retest r= .84 y una alfa de consistencia interna de .97. Entre más alto se encuentre el puntaje de los percentiles de cada uno de los síndromes del test, se considera mayor alteración.
El tiempo de administración es de 25 a 30 minutos. Validada en población de habla hispana, se ha determinado una alta fiabilidad y una alta consistencia interna (Achenbach, 2001) y ha presentado un proceso de validación en contextos similares de América Latina (Barcelata-Eguiarte et al., 2019; Lecannelier et al., 2014; Rocha et al., 2013), además en la pobación caldense (Agudelo-Hernández et al., 2022; Delgado-Reyes & Agudelo-Hernández, 2022), lo que permitió definir los percentiles de puntuación al momento de calificar las pruebas.
Experiencia escolar
Para indagar la experiencia escolar se tuvieron en cuenta factores como la asistencia a clases especiales, si es sometido a acoso escolar, si ha sido reportado por acoso escolar, si el estudiante había repetido años o si había sido reportado por problemas académicos a nivel escolar y por la presencia de amigos en el colegio, estas preguntas tuvieron opciones de respuesta dicotómicas. De igual forma, se indagó mediante respuestas tipo likert por el rendimiento académico en las principales, usadas además por la Encuesta Nacional de Salud Mental (Gómez-Restrepo et al., 2016).
Procedimiento
Los objetivos y la metodología del proyecto de investigación fueron presentados al comité de ética de la Universidad de Manizales. Una vez aprobado por el Comité de Bioética mediante acta CB_019 de 2019 se socializaron los objetivos de la investigación a los directivos de 33 instituciones educativas (28 urbanas y 5 rurales), quienes citaron a las familias en el marco de la escuela de padres. Posterior a la manifestación expresa de participar se realizó la firma del consentimiento informado por parte de los padres o representantes legales, y asentimiento informado para los estudiantes. Se realizó el diligenciamiento de los instrumentos por los padres de familia.
Los estudiantes que puntuaron con riesgo de salud mental fueron remitidos a medicina general, psicología, psiquiatría infantil y neuropsicología, y neuropsicopedagogía ante la sospecha de trastornos del aprendizaje, a través de las rutas de atención propias del sistema de salud. Después de tener toda la información recolectada y sistematizada en una base de datos se procedió a seleccionar las variables de acuerdo al objetivo del estudio.
Análisis Estadístico
Se realizó utilizando el software SPSS versión 26. Para la presentación de las variables cualitativas se elaboraron tablas de frecuencia. Cuando se compararon dos medias se utilizó la t de Student o la U de Mann-Whitney, dependiendo si la variable cuantitativa cumplía con los supuestos de normalidad y varianzas homogéneas para dos medias, mientras que en la comparación de más de dos medias se empleó tablas anovas o el estadístico de Kruskal-Wallis, nuevamente dependiendo de si los datos cumplían con el supuesto de normalidad y varianzas homogéneas para más de dos medias.
En caso de encontrar diferencias entre las medias, se realizó la prueba de Tukey o de Bonferroni. La verificación del supuesto de normalidad para cada una de las variables de tipo cuantitativo fue a través de la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Se realizó correlación bivariada entre las variables de estudio relativas al rendimiento académico y los dominios del CBCL 4-18.
Resultados
Dentro de los hallazgos, en cuanto a las variables sociodemográficas relacionadas con la experiencia escolar, se encontró que el 23.2% de los niños tenían antecedentes familiares de salud mental, un porcentaje bajo del 15.2% tenía algún problema serio de salud. Dentro de las aficiones, las más frecuente fue el arte con 69.3%. Se evidenció problemas académicos en un 18.2% de niños, niñas y adolescentes, 15.3% asistieron a clases especiales y un 28.9% repitieron año escolar.
El 40.8% tenían tres o más amigos, un porcentaje similar del 41.7% jugaban tres o más veces por semana con sus amigos. El 69.6% no hacía manoteo y la mayoría de los padres consideraban que sus hijos hacían las tareas igual que los otros niños (tabla 1).
Al realizar una valoración del rendimiento escolar de los niños por áreas de estudio, en general el porcentaje es alto o medio en todas ellas. Matemáticas, escritura y lectura, son las asignaturas donde el porcentaje de rendimiento bajo y muy bajo fue mayor (tabla 2).
Entre los síndromes de banda estrecha, los porcentajes más altos de alteración se presentaron en Aislamiento y Alteraciones del pensamiento, tanto en el grupo de los hombres como el grupo de las mujeres. Si observamos los síndromes empíricos de banda ancha, la internalización mostró mayor porcentaje de alteración en ambos grupos (tabla 3).
No se encontró relación estadísticamente significativa entre las variables género y los niños que acuden a clases especiales con alguno de los síndromes evaluados por el CBCL 418, mientras que para las variables antecedentes familiares de salud mental, problemas serios de salud y problemas académicos en el colegio, se evidenció que los niños, niñas y adolescentes que presentan estas características tienden a tener una media de percentiles más elevados en cada uno de los síndromes valorados por el CBCL, siendo esta relación significativa con p <.05 en cada uno de los casos (tabla 4).
Al analizar la relación entre la variable Comparado con otros niños la variable cómo hace las tareas (a consideración de los padres) y los percentiles de los síndromes del CBCL 4-18, se evidenció que los niños que hacen menos tareas tiene una media de percentil más alta para síntomas en comparación con los niños que hacen más o igual las tareas, siendo esta relación estadísticamente significativa (p<0.05). Resultados similares se encontraron con la variable acoso escolar, donde fueron mayores los síntomas en los niños que hacen, reciben acoso, y hacen y reciben acoso escolar, en comparación con los niños sin estas variables (p <0.05). Para las otras características de la experiencia escolar no se encontró significancia estadística (tabla 5).
Dentro del análisis del rendimiento escolar por asignaturas no se incluyó a los niños que cursaban transición, debido a que estos generalmente tienen criterios de evaluación diferentes. En las relaciones de las asignaturas con cada uno de los síndromes del CBCL se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p<0.05), en la mayoría de los casos con algunas excepciones. No se encontró relación entre el síndrome Quejas somáticas y las asignaturas de Lectura, Escritura, Lenguaje, Sociales, Naturales y Otras. Generalmente los niños con mejores rendimientos en sus asignaturas, tienden a tener medias más bajas en los percentiles de cada uno de los síndromes (tabla 6).
Discusión
Ante la evidente relación que existe entre la salud mental y la experiencia escolar, este estudio se planteó como objetivo determinar la asociación entre las alteraciones afectivas y comportamentales, el acoso escolar y la experiencia escolar en población estudiantil de colegios públicos en Caldas-Colombia. Se encontraron múltiples asociaciones entre estas variables y se confirmá la hipótesis de la asociación entre problemas de salud mental y una mala experiencia escolar.
En la presente investigación se mostró un alto porcentaje de síntomas internalizantes del 17,6% para hombres y del 18,7% para mujeres. Otro estudio realizado en Antioquia, mostró que el 26.4% dice sentirse solo siempre, el 29.3% expresa no poder divertirse en el colegio frecuentemente y el 34.8% manifiesta no tener amigos; además el 38% de la población expresa tener dificultades a la hora de hacer las tareas; el 36,3% de la población expresa sentirse insatisfecho con su desempeño académico y el 8.1% de los menores manifiesta sentirse "malo" o ineficaz como los demás compañeros; este estudio aplicó el CDI (Child Depression Inventory), y mostró que el 25,2 de los entrevistados podría presentar depresión (Vinaccia et al., 2006). Un estudio realizado en Bogotá-Colombia evidenció que, en cuanto al rendimiento académico, el 15.9 % de los adolescentes se encuentra en un nivel alto, el 71.4 % tiene un nivel medio y el 12.7 % se encuentra en un nivel bajo (Moreno et al., 2014).
Una investigación realizada también en Colombia con adolescentes, usando el CBCL, encontró que un 19,56% presentaba conductas internalizantes determinando asociación estadística, y proponiendo el estilo parental como fundamental en el rendimiento académico (Moreno et al., 2014). Este estudió evidenció mayores percentiles en cada uno de los dominios del CBCL al asociarse con las variables de antecedentes familiares de salud mental, problemas serios de salud y problemas académicos en el colegio (Moreno et al., 2014). Esto es congruente con los resultados de esta investigación, donde se mostró que niños con rendimiento académico más alto, tienen menos síntomas afectivos y comportamentales, según el CBCL. Lo anterior, también fue reportado en un estudio realizado en el Caribe, el cual relacionó síntomas depresivos y autoestima, con rendimiento académico (Ferrel et al., 2014), y en Caldas, en el marco de la pandemia, donde influyeron además los estilos parentales (Cañón-Buitrago et al., 2022).
Otro estudio describió la relación entre acoso escolar, síntomas depresivos y alto nivel de ideación suicida en adolescentes, el cual contó con la participación de 350 estudiantes entre 10 y 17 años, de sexto a undécimo grado escolar, de los cuales un 16,6% informó recibir acoso escolar, un 16,9% síntomas depresivos y un 9,4% alto nivel de ideación suicida; además de concluir una asociación estadísticamente significativa con ideación suicida (OR=3,1; IC95% 1,3-7,9) (Ceballos et al., 2015). Estos resultados no difieren de los encontrados en la presente investigación los cuales relacionan la presencia de síntomas internalizantes con el acoso escolar.
Por otra parte, los resultados de la presente investigación mostraron que los percentiles para los síndromes del CBCL son mayores en los niños que hacen acoso escolar, reciben acoso escolar, hacen y reciben acoso escolar, en comparación con los niños sin estas variables. Dentro de las investigaciones que han estudiado la relación entre acoso escolar y la presencia de psicopatología, se encuentra un estudio realizado en población asiática con 532 estudiantes, con el CBCL como prueba de evaluación, encontrando una prevalencia de niños que reciben, hacen y hacen-reciben acoso escolar del 48%, 45% y 30%, respectivamente (Kim et al., 2015). Además de una asociación estadísticamente significativa entre los síntomas del CBCL y el acoso escolar (Kim et al., 2015).
En este sentido, González-Valenzuela & Martín Ruiz (2019), estudiaron en población escolar española, la relación entre motivación y rendimiento lectoescrito, donde un análisis de regresión señaló que la correlación entre comprensión lectora, composición escrita y motivación con el rendimiento académico, es alta [r(62) = 0 .66, p = 0.001]. Además mostró que esta motivación estaba asociada con síntomas internalizantes, repetir cursos, un bajo rendimiento escolar en asignaturas como lectura, escritura, matemáticas, lenguaje, sociales y naturales (González-Valenzuela & Martín Ruiz, 2019). Esto fue reafirmado también por el presente estudio.
Como limitaciones se encuentran que en este estudio no se aplicó un instrumento a los docentes ni se usó la versión de autorreporte, lo cual es fundamental para complementar la información aportada por los padres. De igual forma, no se aplicó el instrumento a aquellos padres que no asistieron a la convocatoria realizada por los docentes y, aunque fue una minoría, esta inasistencia podría indicar también dificultades psicosociales. También se considera un reto usar métodos de reporte para niños y adolescentes con trastornos neurológicos.
Futuros estudios podrían usar estas tres fuentes de información (padres, hijos y maestros) para precisar mejor los factores que afectan la experiencia escolar, además de usar métodos cualitativos para indagar las vivencias de estos factores de riesgo descritos en la literatura y reafirmados por la presente investigación en población colombiana. Se deben considerar estas variables y tener un diseño longitudinal para determinar factores de riesgo, de pronóstico y proponer modelos de intervención integral.
Conclusiones
Las escuelas ofrecen entornos excelentes para la salud mental de los niños, tanto a nivel de la detección temprana, como de su manejo, por lo que es necesario, como primer paso, evidenciar las manifestaciones afectivo-comportamentales y los factores psicosociales asociados con riesgo de psicopatología pediátrica. En este estudio se encontró una importante frecuencia de síntomas internalizantes y externalizantes en la población estudiantil, además de alteraciones en la experiencia escolar, determinada por el rendimiento académico y el acoso escolar, evidenciando asociaciones entre estas entidades. Esto lleva a pensarse la experiencia escolar más allá del rendimiento académico y considerarla como un determinante de la salud mental.