SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número1CONSCIENCIA, ESTRATEGIA: VIOLENCIALECTURAS EN COMPETENCIA índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Literatura: Teoría, Historia, Crítica

versão impressa ISSN 0123-5931

Lit. teor. hist. crit. vol.16 no.1 Bogotá jan./jun. 2014

https://doi.org/10.15446/lthc.v16n1.44334 

http://dx.doi.org/10.15446/lthc.v16n1.44334

LA DIALÉCTICA ENTRE CENTRO Y PERIFERIA, ENTRE FORMA LITERARIA Y PROCESO SOCIAL

 

Nota de presentación de
Mario René Rodríguez
Universidade Federal do Rio de Janeiro - Brasil
mr984@hotmail.com


ROBERTO SCHWARZ -que nació en Austria y emigró a Brasil desde muy pequeño- es uno de los pensadores brasileños más importantes de los últimos cincuenta años. Su nombre es ineludible para los estudiosos de Machado de Assis, pues a este autor dedicó dos libros que son hoy referencia obligatoria -Ao vencedor as batatas (1977) y Um mestre na periferia do capitalismo (1990)-, además de varios ensayos, entre los que se encuentra el que a continuación presentamos en traducción al lector. Su primer libro sobre Machado de Assis incluye el que es sin duda su texto más conocido, "Las ideas fuera de lugar", que se convirtió en un clásico tanto de los estudios literarios como de los sociales. Este hecho revela algo de la trayectoria (y methodos) del crítico, que estudió ciencias sociales en la Universidad de São Paulo y enseñó literatura en la Universidad de Campinas hasta su jubilación.

Vale la pena detenerse un poco en "Las ideas fuera de lugar", pues en este ensayo aparece en funcionamiento el característico método dialéctico de Schwarz, así como algunas formulaciones que continuarán siendo centrales a lo largo de su obra. Como se dijo, el texto hace parte de Ao vencedor as batatas, que originalmente fue la tesis de doctorado que Roberto Schwarz escribió en la Universidad de París III. El crítico se había trasladado a Francia en 1968, como consecuencia del recrudecimiento de la dictadura militar, que vino a imponer -según nos dice en un ensayo de la época- una nueva fase de modernización conservadora en Brasil:

Así la integración imperialista, que de inmediato modernizó para sus propósitos la economía del país, revive y tonifica la parte del arcaísmo ideológico y político que necesita para su estabilidad. De obstáculo y residuo, el arcaísmo pasa a ser instrumento internacional de la opresión más moderna, como, además, la modernización, de liberadora y nacional, pasa a ser una forma de sumisión. (2008, 73-74)

La situación confirmaría la tesis central de la teoría de la dependencia: el llamado "subdesarrollo" no es algo destinado a desaparecer con el tiempo, cuando todos los países o regiones alcancen el desarrollo de los países centrales del capitalismo, porque el "subdesarrollo" (el "atraso" contra el cual se define la modernización, y que esta última promete acabar) es funcional al sistema y creado por este. En otras palabras, el "subdesarrollo" siempre es reproducido y por eso la modernidad nunca se hace completamente presente. Para Schwarz, en estas circunstancias, la convivencia de elementos "nuevos" y "arcaicos" se vuelve emblemática de países como Brasil:

La coexistencia de lo antiguo y de lo nuevo es un hecho común (y siempre sugestivo) de todas las sociedades capitalistas y de muchas otras también. Sin embargo, para los países colonizados y luego subdesarrollados, ella es central y tiene fuerza de emblema. Esto se debe a que estos países fueron incorporados al mercado mundial -al mundo moderno- en la condición de económica y socialmente atrasados, de proveedores de materia prima y trabajo barato. Su conexión con lo nuevo se da a través, estructuralmente a través de su atraso social, que se reproduce en lugar de extinguirse. En la composición insoluble, pero funcional de los dos términos, por lo tanto, está figurado un destino nacional, que dura desde los inicios. (2008, 77)

Esos inicios son rastreados por Schwarz en "Las ideas fuera de lugar". Su intención no es la simple reconstrucción histórica, sino intentar entender esa "figura" emblemática de Brasil aún vigente a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta. Su comentario sobre el escritor José de Alencar, en el segundo capítulo de Ao vencedor as batatas, es claro al respecto: "Estamos frente a una figura inicial de aquella modernización conservadora cuya historia aún hoy no ha acabado" (2000b, 71). La "figura" es definida con relación a Alencar como la "adhesión simultánea a términos enteramente heterogéneos, incompatibles en cuanto a los principios, y armonizados en la práctica de nuestro 'paternalismo iluminado'" (70-71). Alencar combina una forma europea burguesa -la novela- con formas de socialización locales no burguesas; una combinación que se puede contar entre las consecuencias de la presencia de las ideas liberales en el Brasil esclavista.

El examen de dicha presencia sirve de eje de "Las ideas fuera de lugar". Schwarz formula en este ensayo que los desajustes que definen la nación brasileña son el resultado de "la falta de transparencia social, impuesta por el nexo colonial y por la dependencia que lo continuó" (2000a, 59). Tanto el nexo colonial como la dependencia obligan a que Brasil adopte ideas y expresiones culturales de las metrópolis, a pesar de las diferencias de su realidad local. Solo que mientras en la colonia tal adopción podía ser vista como normal -por lo menos por las élites-, en la independencia pasa a ser un problema.1

Así, tras la independencia, Brasil adopta la ideología liberal, "que era la ideología de las jóvenes naciones", pese a que no había pasado por las revoluciones sociales que modelaron esa ideología en Europa. En el país sudamericano se mantenían las relaciones productivo-sociales de la colonia, que aún eran funcionales en el mercado mundial. Es decir, el país adoptó las ideas liberales europeas sin modificar su "relación productiva fundamental": la esclavitud (Schwarz 2000a, 48). Como consecuencia, en Brasil, las ideas liberales hacen "un movimiento" particular, una singular "armonización", que se manifiesta no en las relaciones entre propietarios y esclavos (explotados y silenciados a la fuerza), sino entre los primeros y los hombres libres, que es entre los cuales ocurre "la vida ideológica" del país (49).

Para Schwarz -que sigue en este punto las observaciones de Maria Sylvia Carvalho Franco en Homens livres na ordem escravocrata-, la relación entre propietario y hombre libre ("en realidad dependiente" [2000a, 48]) está mediada por el favor, que pese a ser tan incompatible con las ideas liberales como la esclavitud, "las absorbe y disloca, generando un modelo particular" (49). Así, las ideas liberales que debían llevar a una crítica de las relaciones de favor, les sirven de sustento o, más exactamente, de "aparente" sustento: les dan la "apariencia" de relaciones racionales y modernas. Con ironía, el crítico señala que esa fue frecuentemente la función de los argumentos "ilustrados" en Brasil: servir como herramienta para dar "lustre", como "marca de hidalguía" (51) que hacía parecer distinguido y moderno.

Al ser resultado de la armonización de términos "heterogéneos", "incompatibles", la figura generada -la razón ilustrada al servicio del favor, ideas liberales en una sociedad esclavista- crearía la sensación de disparate, de despropósito, de artificialidad, es decir, de "ideas fuera de lugar". Esta es una sensación que acompañaría al Brasil desde sus comienzos hasta el presente, dado que las ideas se transformarían y (bien o mal) se modernizarían sin que las relaciones sociales locales cambiaran significativamente. La sensación de fuera de lugar sería, por eso, sintomática de un problema fundacional y aún irresuelto del país.2

En estas pocas páginas es imposible trazar un panorama de las múltiples discusiones que la tesis de "Las ideas fuera de lugar" ha generado desde el momento de su publicación hasta hoy. Nos limitamos por eso a señalar que la fuerza de la propuesta parece depender de que no se la reduzca al dualismo ideas fuera de lugar/ideas en el lugar.3 Una frecuente malinterpretación del ensayo de Schwarz sostiene que el crítico incurre en una reducción de ese tipo al afirmar que las ideas están fuera de lugar en Brasil y en su lugar en Europa, afirmación que una lectura cuidadosa del ensayo desmiente. Para Schwarz las ideas no están en su lugar en (algunos países de) Europa: solo dan la impresión de estarlo, como dan la impresión de no estarlo en Brasil. Es decir, al hablar de "ideas fuera de lugar" estaríamos hablando de impresiones o sensaciones, no de hechos. Si las ideas liberales causan la sensación de estar en su lugar en Europa es porque allá fueron el resultado de procesos sociales que no se produjeron, o no de la misma manera, en las excolonias donde fueron adaptadas. Las circunstancias de un lado y de otro no pueden ser equiparadas. Así, por ejemplo, incluso si en Europa hubo pensadores liberales que defendieron la esclavitud (como argumenta, contra Schwarz, Alfredo Bosi [1996]), eso no modifica el hecho de que en Europa, en el siglo XIX, la esclavitud no tenía la presencia que tenía en Brasil, o, en otras palabras, que la esclavitud tenía una visibilidad en Brasil que no tenía en Europa.

Este último punto es importante porque de él se desprende -para Schwarz- cierta ventaja en sentir que las ideas están "fuera de lugar" y, por tanto, en estar en la periferia del capitalismo. En este lugar se hace evidente algo que es más difícil percibir en los centros. Si en Brasil las ideas liberales daban la sensación de fuera de lugar, allí se podía percibir más fácilmente que las ideas liberales no eran lo que aparentaban: "al volverse despropósito, estas ideas dejan también de engañar" (Schwarz 2000a, 51). Si las ideas liberales eran sentidas como despropósito en Brasil (como también ocurriría en Rusia, según nos mostrarían sus escritores [57]), entonces, no eran universales como se pretendían. De hecho, tras 1848, "la marea de las luchas sociales en Europa mostró que la universalidad disfraza antagonismos de clase" (52). Para Schwarz, por lo tanto, pensar que las ideas liberales estaban en su lugar en Europa es un equívoco, pues allá, como en esta parte del continente, engañaban, solo que de manera diferente: eran ideología en primer grado. Ese carácter ideológico es lo que desde siempre nos habría revelado nuestra ideología en segundo grado.4

La cuestión no es, por consiguiente, definir cuáles ideas están en el lugar y cuáles no, sino qué ideas ayudan a entender y a cambiar la situación que genera la incomodidad de sentir "las ideas fuera de lugar". Como ya se dijo, la sensación se origina por el desplazamiento de ideas a lugares con condiciones sociales diferentes de aquellas en que se produjeron o modelaron. Ahora bien, la sensación de estar fuera de lugar no es resultado simplemente de ese desplazamiento, sino de las relaciones asimétricas de poder implicadas en él. Para Schwarz, si en Brasil frecuentemente se produce la sensación de fuera de lugar eso se debe a su situación dependiente que le somete a una constante importación de ideas. Por eso afirma que el análisis de la sensación de fuera de lugar, que es una particularidad local, lo llevó "a reflexionar sobre el proceso de colonización en su conjunto, que es internacional"; y que el "tictac de las conversiones y reconversiones de liberalismo y favor es el efecto local y opaco de un mecanismo planetario" (2000a, 59). Ese mecanismo es el del capitalismo que en su expansión por el globo generó un desarrollo desigual y combinado, del que se desprendería la sensación de fuera de lugar (Schwarz 2008, 137).

El fin de la sensación pasaría necesariamente, entonces, por una crítica al capitalismo y por un reconocimiento de los desajustes que este crea a nivel global (por supuesto, a esos desajustes no escaparían las críticas al capitalismo formuladas en los países centrales, que tendrían que ser continuamente "reajustadas" por las periferias a su realidad). Es por esto último que Machado de Assis es una figura tan importante para Schwarz. Machado habría sido un maestro en percibir los desajustes que caracterizan a la sociedad brasileña y en reducirlos formalmente en sus obras literarias, ofreciendo al lector una imagen precisa de ellos.5 Si, para Schwarz, Machado es un escritor que parece tan en su lugar (tan característicamente brasileño), es porque en sus obras nos revela que su lugar (Brasil) es el del desajuste.6

La manera en que las obras de Machado nos ofrecen revelaciones sobre los desajustes que caracterizan a la sociedad brasileña (pero que son más que un producto local) es lo que Schwarz desarrolla en la tercera parte de su libro Ao vencedor as batatas, así como en Um mestre na periferia do capitalismo, y en ensayos como "Lecturas en competencia".7 En este último, Schwarz retoma el análisis de las relaciones entre centro y periferia desde un ángulo nuevo. Parte del examen dialéctico entre una crítica machadiana "localista" que se esfuerza por leer y valorar el tratamiento que de lo nacional hace el escritor en sus obras, y una crítica "universalista" que ubica a Machado "en el espacio aparentemente atemporal y homogéneo de las obras maestras de Occidente", para lo cual deja de lado el componente nacional. Como se verá, el análisis no tiene como finalidad decretar un ganador entre esas diferentes lecturas que compiten entre sí ni hacer una simple enumeración de las virtudes y limitaciones de cada una. Se trata más bien de aclarar lo que se entiende por "local" y por "universal", así como lo que está en juego en la confrontación: "lucha de clases, lucha entre naciones, niveles desiguales de acumulación cultural, además de lucha artística y crítica".

La dramatización que del conflicto entre "local" y "universal" hace Machado de Assis en una crónica ayuda a comprender aquello. Se trata de "El puñal de Martica", cuya traducción al español ofrecemos también al lector. En esta crónica, son contrapuestos los destinos de la clásica Lucrecia de la Historia de Roma de Tito Livio -que se suicidó con un puñal luego de ser ultrajada por Sexto Tarquinio- y de Martica, una muchacha de dudosa reputación de la Cachoeira -ciudad del estado de Bahía-, que mata de una puñalada a un tal Juan Limero, que la quería ultrajar. Esa contraposición es presentada -como observa Schwarz- "desde la perspectiva del literato ultraafectado de Río de Janeiro"; un literato que, no obstante, fluctúa entre su distanciamiento de Martica y la identificación con ella, pues no deja de verse reflejado en la pobre muchacha: "el olvido en que desaparecerá la muchacha de la Cachoeira merece las lágrimas de cocodrilo del humorista de salón, así como las lágrimas sentidas, aunque confusas del escritor nacional, quien lamenta en ella la oscuridad en que vegetan su país y él mismo".

En su análisis de la crónica, Schwarz nos muestra cómo la contraposición humorística y aparentemente extravagante entre Martica y Lucrecia, la Cachoeira y Roma, más "el cronista culto, portador de un despecho histórico-mundial" que no logra definir su lugar entre esos polos, revela algo del presente no solo brasileño, sino mundial, haciéndonos dudar "de la universalidad de lo universal" y "del localismo de lo local". Esa duda, ciertamente, ya inquietaba a Schwarz a finales de los años sesenta e inicios de los setenta, cuando comenzaba a pensar dialécticamente el centro y la periferia, la forma literaria y el proceso social; una manera de proceder cuyas virtudes puede juzgar el lector en el artículo que le presentamos a continuación.


1 En "Nacional por sustracción" (publicado en portugués en 1986) esa misma idea es formulada así: "Digamos, esquematizando al extremo, que en la situación colonial el letrado es solidario de la metrópoli, de la tradición de Occidente y también de sus colegas, pero no de la población local. En tales circunstancias, el cultivo del modelo metropolitano y el alejamiento cultural con relación al medio no aparecen como deficiencia, antes por el contrario. [...] Por lo tanto, la copia no nació con la apertura de los puertos y con la independencia, como pretendía Silvio Romero, pero es verdad que solo a partir de entonces se vio convertida en el insoluble problema que hasta hoy se discute, y que solicita términos como remedo, imitación de macacos o pastiche" (1987, 20).

2 "Consolidada por su gran papel en el mercado internacional, y más tarde en la política interna, la combinación de latifundio y trabajo compulsivo atravesó impávida la Colonia, Reinados y Regencias, la Abolición, la Primera República, siendo aún hoy materia de controversia y tiros" (Schwarz 2000a, 55).

3 En este sentido, véase el artículo "Lugares y no lugares de las ideas en América Latina", de Elías José Palti (2007), que incluye un buen recuento de las principales discusiones que ha generado el texto de Schwarz.

4 Tal vez se podría formular la cuestión también de la siguiente forma, recurriendo a la tradición psicoanalítica lacaniana: en algunos países de Europa la realidad creaba la impresión de recubrir bien el vacío de lo real (principalmente a nuestros ojos periféricos), mientras que en Brasil, y en los otros países de América Latina, la realidad no llegaba a crear una impresión de consistencia; de ahí que Schwarz al hablar de "ideas fuera de lugar" también hable de "una especie de hueco dentro de lo hueco" (2000a, 52).

5 La tesis de Schwarz de que la forma literaria puede y debe ser dialécticamente relacionada con los procesos sociales es deudora, por supuesto, de Theodor Adorno y la Escuela de Frankfurt; pero no menos -según señala el crítico- de Antonio Candido, que en los años sesenta estaba desarrollando una crítica materialista de la forma literaria (Schwarz 2012, 48).

6 Vale la pena enfatizar que Schwarz no cree que exista ninguna esencia que defina la identidad nacional. Para él, lo que define lo "brasileño" son formas particulares de relación social que resultaron de procesos históricos (al respecto, véase Schwarz 1987). De todas maneras, cabe anotar que la perspectiva nacional de Schwarz es objeto de controversia, dado que algunos consideran que ella no deja de ser una totalización que ignora parte de la heterogeneidad del país. El debate está abierto.

7 "Lecturas en competencia" se publicó por primera vez en el 2006, en la revista Novos Estudos CEBRAP 75. Posteriormente, pasó a ser parte del libro Martinha versus Lucrécia: ensaios e entrevistas (2012). En 2007, apareció una versión del artículo en inglés, con traducción al español a partir de esa versión en lengua inglesa, en la New Left Review 48, revista de la que Schwarz ha sido colaborador en varias ocasiones. La nuestra es la primera traducción directa del portugués y fue hecha a partir de la última versión del ensayo, que es la publicada en libro.


Obras citadas

Bosi, Alfredo. 1996. Dialética da colonização. São Paulo: Companhia das Letras.         [ Links ]

Palti, Elías José. 2007. "Lugares y no lugares de las ideas en América Latina". En El tiempo de la política. El siglo XIX reconsiderado, 259-308. Buenos Aires: Siglo XXI.         [ Links ]

Schwarz, Roberto. 1987. "Nacional por sustracción". Punto de vista 28: 15-22.         [ Links ]

___. 2000a. "Las ideas fuera de lugar". En Absurdo Brasil: polémicas en la cultura brasileña. Comps. y trads. Adriana Amante y Florencia Garramuño. Buenos Aires: Biblos.         [ Links ]

___. 2000b. Ao vencedor as batatas. São Paulo: Duas Cidades.         [ Links ]

___. 2008. O pai de família e outros estudos. São Paulo: Companhia das Letras.         [ Links ]

___. 2012. Martinha versus Lucrécia: ensaios e entrevistas. São Paulo: Companhia das Letras.         [ Links ]