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Literatura: Teoría, Historia, Crítica

versión impresa ISSN 0123-5931

Lit. teor. hist. crit. vol.24 no.2 Bogotá jul./dic. 2022  Epub 23-Ago-2022

https://doi.org/10.15446/lthc.v24n2.102228 

Notas

Ale'eya conformación de todo lo que existe: la ley de origen de la cultura wayuu

Ale'eya Conformation of All That Exists: The Law of Origin of the Wayuu Culture

Ale'eya conformação de tudo o que existe: a lei de origem da cultura Wayuu

Rafael Segundo Mercado, Epieyu, Tiko'u Epinayuu 1 

1 Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia Universidad de La Guajira, Riohacha, Colombia nativodesupropiohogar@gmail.com


RESUMEN

Este texto es una reflexión a partir de la interacción con los mayores wayuu. Narra la edición de una obra póstuma de Ramón Paz Ipuana y la fundación de una biblioteca pública en la Alta Guajira. Hace visible el debilitamiento del sistema de gobierno de nosotros los wayuu y propone que la educación wayuu debe partir desde los relatos sagrados. Se presentan dos gráficas sobre los principios formadores y las e'irukuu wayuu. Se concluye que las ciencias que estudiemos deben servir para el fortalecimiento interno de nuestros procesos para que la escritura sea de gran importancia para nuestros mayores; para esto es necesario volver a nuestra ley de origen llamada ale'eya: conformación de lo que existe. Todas estas actividades que se nombran, se gestaron desde mi formación como wayuu y como lingüista de la Universidad Nacional de Colombia.

Palabras clave: ale'eya: ley de origen; educación; e'iruku; escritura; wayuu marakucho

ABSTRACT

This text is a reflection based on the interaction with the Wayuu elders. It narrates the edition of a posthumous work by Ramón Paz Ipuana and the foundation of a public library in Alta Guajira. It makes visible the weakening of the system of government of us, the Wayuu, and proposes that the Wayuu education should start from the sacred stories. Two graphs on the formative principles and the eirukuu wayuu are presented. It is concluded that the sciences that we study should serve for the internal strengthening of our processes so that writing is of great importance for our elders; for this, it is necessary to return to our law of origin called aleeya: conformation of what exists. All these activities mentioned were gestated from my training as a Wayuu and as a linguist at the National University of Colombia.

Keywords: Ale'eya: law of origin; education; e'iruku; writing; Wayuu marakucho

RESUMO

Este texto é uma reflexão a partir da interação com os mayores Wayuu. Conta a publicação de uma obra póstuma de Ramón Paz Ipuana e a fundação de uma biblioteca pública na Alta Guajira. Também torna visível o enfraquecimento do sistema de governo Wayuu e propõe que a educação Wayuu deve começar a partir das histórias sagradas. O artigo apresenta dois gráficos sobre os princípios formativos e as e'irukuu wayuu. Conclui-se que as ciências que estudamos devem servir para fortalecer nossos processos internos para que a escrita seja de grande importância para nossos mayores; para isso é necessário voltar à nossa lei de origem chamada ale'eya: conformação do que existe. Todas estas atividades nomeadas foram desenvolvidas a partir de minha formação como Wayuu e como linguista na Universidade Nacional da Colômbia.

Palavras-chave: ale'eya: lei de origem; educação; e'iruku; escrita; Wayuu marakucho

EN EL CAMINAR DEL TERRITORIO he encontrado al wayuu que está contento con el retorno de sus familiares a sus territorios de origen, y tristemente he encontrado también a los wayuu que agreden física y verbalmente a sus familiares retornados. La siguiente apreciación por parte de un anciano wayuu la escuché en una comunidad que se encuentra en la Alta Guajira; el nombre originario de esta comunidad es Junuunaipana, pero también es conocida en castellano como Pasadena, queda a tres horas de distancia de Puerto Estrella.

-Ahora tengo familiares, ya veo a mis hijas, sobrinos, nietos y yernos, gracias a Maduro porque nos los ha devuelto, ya no me siento solo- dijo uno de los ancianos que se encontraba en una tienda.

-Chávez sí es mala gente porque me los retenía por allá, los mantenía alejados de mí por la plata que les daba- concluyó el anciano mientras degustaba una cerveza llamada Polarcita.

En ese momento me causó mucha curiosidad y desde ese día he venido reflexionando sobre esas palabras del anciano, porque he visto muchos de mis familiares que hace años se encontraban en Venezuela o más bien en Marakaya, los barrios que quedan en las periferias de la ciudad de Maracaibo. Hace dos meses aproximadamente hice parte de un grupo de personas que fueron a dialogar con unos wayuu que estaban taponeando la vía férrea. Me causó curiosidad cuando dijeron que cerrando la vía férrea era la única manera de hacerse respetar. Luego de unos cuantos minutos de intercambio de palabras, me di cuenta de que la mayoría de los wayuu que se encontraban enojados, porque consideran que no son escuchados ni respetados, eran wayuu marakucho; al hablar les hice recordar que los ancianos y las ancianas wayuu tienen un lugar donde dialogar sobre los problemas que se les presentan en el territorio y este lugar se llama luma' enramada, a lo cual inmediatamente los mayores aceptaron. Reforcé lo que estaba diciendo con estas palabras:

-Un anciano o una anciana no busca los caminos, no busca las carreteras ni mucho menos busca cerrar esta vía metálica, ¿por qué? Porque nosotros los wayuu tenemos una forma de gobierno y el lugar donde se imparte la armonización de la palabra de nuestra forma de gobernar es bajo la luma' enramada. Quiero compartir unas historias a ustedes, pero para ello, quiero visitarlos bajo su enramada y así compartir algo de nuestra propia historia mientras saboreamos un sabroso café preparado en el fogón de la abuela.

Se quedaron un poco en silencio y durante ese tiempo sentí el temor de que no aceptaran mi proposición. En medio de nosotros, hicieron un gesto de dialogar entre ellos y al instante aceptaron mi propuesta. Se acordó visitarlos cinco días después de nuestro encuentro en la vía férrea y ese mismo día se levantó el bloqueo a la vía.

Nos esperaron bajo una ¡urna' enramada del cementerio tradicional. Ahí estaban muchos wayuu listos para escuchar la historia que les había prometido, pero antes quise escucharlos. Uno de los ancianos que se encontraba taponeando la vía dijo:

-Nosotros somos wayuu de aquí, puedes pasear tu mirada para que contemples por un momento las bóvedas que se encuentran aquí, ahí están nuestros antepasados, cuando los sembramos en la tierra, muchos wayuu de otras e'iruku1 llegaron a llorarlos, pero existe otra realidad- dijo el anciano mientras le deba vuelta a su bastón.

-Cuando éramos jóvenes fuimos a Venezuela a trabajar pero siempre veníamos a fin de año o enviábamos compra para nuestras familiares que se quedaron aquí. Ahora que hemos vuelto, nos desconocen y nos dicen que somos wayuu marakucho y que no tenemos ningún tipo de derecho aquí en este país llamado Colombia. Nos quieren desplazar dentro de nuestro propio territorio. Lo más triste es que son nuestras propias familias las que se están encargando de esto, el que se conoce aquí como autoridad tradicional no nos colabora en nada, nos estamos muriendo de sed pero hemos ido a la alcaldía y nos dicen que debemos llevar el acta de posesión de la autoridad tradicional y así sí nos pueden despachar un viaje de agua a la ranchería donde estamos. No tenemos atención inmediata de salud, no somos beneficiados en medio de esta enfermedad que nos ha obligado a llevar tapabocas, hace muchos años hemos estado en esta situación, no sabemos qué hacer y lo único que se nos ocurrió fue taponear la vía del tren, concluyó el anciano.

-Es muy cierto lo que usted ha dicho -le dije- allá en mi territorio sucede lo mismo, y eso que no soy retornado. Ya no tenemos una convivencia armónica con nuestros parientes, los achon, los hijos de nosotros, los hombres no respetan a los ancianos que somos nosotros sus padres, el Keraü, el wayuu o la wayuu que se ha casado dentro de nuestro territorio con nuestras hermanas o hermanos se ha adueñado de la propiedad colectiva de nuestro territorio y eso es lo que ha golpeado nuestras formas de convivencia. Es difícil la convivencia en estos momentos en nuestros territorios- les dije.

En ese momento recordé y compartí con ellos las palabras de una anciana wayuu:

-Existen innumerables problemas referentes al territorio. ¿Por qué? Porque los jóvenes, las señoritas no escuchan a los viejos. Irrespetan lo que dicen. Hay que llamarles la atención. Hay que sentarlos para que escuchen y sepan sobre la importancia de un territorio para una familia y por qué están ahí, por qué son los dueños; tienen que saber de dónde son, su origen, para que conozcan su territorio verdadero y así no se adueñen de territorios ajenos. Deben conocer qué es lo que nos hace que seamos wayuu, eso lo debemos buscar para que todos estemos bien en unión, así como en tiempos anteriores como lo hacían los viejos, y así volvamos a lo que era antes. Me entusiasma mucho escuchar a los viejos aquí presentes, que aún existe la solidaridad, la reciprocidad, la unión, el saber compartir, el sentimiento comunitario que siempre hemos manejado los wayuu, por eso los felicito realmente y ojalá no se dejen contaminar por un peso. Un peso es lo que hace dañar el corazón de las personas, eso es lo que han hecho los recursos de transferencias del Sistema General de Participación, dividir la familia, dividir al territorio y llenar de resentimiento el corazón del wayuu. Los invito para que sigamos juntos y luchemos por recuperar el ser wayuu que nos dejaron nuestros ancestros. Ser wayuu es ser honesto, tener palabra, ser solidario.

Al compartir estas palabras, sentí ese calor humano de aceptación de unas palabras acertadas a la realidad a la que estábamos convocados.

-La historia que les voy a compartir sirve como punto de reflexión para volver a intentar convivir nuevamente como antes- les dije.

-Son tres momentos muy significativos y de ellos debemos aprender. El primer momento se trata de la época cuando nuestros antepasados vivían a partir de las comprensiones de las diferentes posiciones de las estrellas o de la luna, el canto de las aves y el vuelo de los insectos. Nuestros antepasados, cuando veían a las potshonoi ["libélulas"] juguetear por los barrancos, interpretaban que en los próximos meses por ahí correrían aguas de lluvia. Si veían en la luna naciente sus cachos inclinados hacia el sur o al norte, significaba que el verano sería intenso y tenían que buscar la manera como conseguir agua mientras llegaba el invierno. Esa era la época cuando nuestros antepasados dialogaban a partir de la manifestación de la naturaleza. Esa capacidad de lectura la hemos olvidado, ahí está, solo que lo hemos echado a un lado- les dije -.Llega un segundo momento: la actividad económica que hicieron por medio de la mar. La mar, para nuestros antepasados y para los pescadores actuales, es un gran territorio que está poblado de espíritus femeninos que se llaman püloi, son las señoras de las tortugas y de todos los peces. Estas señoras püloi gustan mucho del olor de la alouka ["malambo"] que es ofrendada por los pescadores antes de ir a la pesca para solicitar protección y guía para tener una buena faena de la actividad de pescar. Nuestro territorio está poblado de seres espirituales que se pasean durante la noche y también los podemos ver por medio de nuestros sueños. La watchuashii ["desierto"], en las noches se puede ver prenderse el fuego de keeralia, guardianes de los lugares por donde no podemos transitar nosotros los wayuu de noche. Está también wanülü, espíritu terrible que es enviado por las püloi cuando perturbamos estos lugares sagrados, con la presencia de wanülü nos podemos enfermar hasta morir. Nuestro sistema de gobierno parte del mundo de la espiritualidad, por eso es que debemos estar en armonía, no solamente entre nosotros los wayuu, sino con todo lo que existe en nuestro territorio -les dije-. Por medio de la mar - continué diciendo- llegó la ka'ula ["cabra"] y la anneerü ["carnero"]. Inmediatamente nuestros antepasados se dieron cuenta de que esta nueva presencia iba a fortalecer la economía que se practicaba por medio de la pesca. A partir de esta nueva presencia se crearon nuevos aprendizajes, como el caso del niño que pastorea: conoce desde temprana edad todo su territorio, los nombres de los lugares que existe dentro de este, como el lugar de pastar sus ka'ula y anneerü, donde se ejercita el cuerpo por medio de los juegos propios de la cultura nuestra, la ubicación de las plantas medicinales y comestibles. Existe otro aprendizaje que va de acuerdo con nuestra dinámica social de ser colectivos. Apaala es entregar una ka'ula o una anneerü a un niño de siete años de edad aproximadamente, el anciano le entrega al niño con palabras de consejo, "aquí te entrego este animal, si lo cuidas bien se multiplicará y tendrás para el maíz que tanto te gusta tomar, para comprar tus guaireñas, tus ropas y para muchas cosas, pero deberás desprenderte de él cuando alguien venga a solicitarte ayuda para que lo apoyes por medio de lo que se llama ounuwawaa,2 deberás entregarlo para que no dejes desamparado al wayuu que ha llegado a tu enramada a solicitar tu apoyo. También en el transcurrir de los días, estarás en la misma situación". Como podrán notar -les dije-, nuestros antepasados nos educaron para que no fuéramos egoístas, individualistas, para que no rechazáramos a nuestros parientes wayuu. La economía de nuestros antepasados fue floreciente con los intercambios de productos vegetales con otras naciones por medio de la mar. Fueron dueños de grandes barcos pero esta actividad fue condenada y cerrada por la creación de las dos repúblicas Colombia y Venezuela. Aquí aparece el tercer momento: la creación de las fronteras. Aparecieron nuevos wanülü en nuestros territorios que se llaman Guardia Nacional y Ejército Nacional. Muchos de nuestros antepasados murieron por ellos, fueron perseguidos en sus propios territorios y se descalificaron sus actividades económicas con el calificativo de contrabando y bachaquero. En medio de este calificativo, nuestros antepasados fueron grandes conductores de camiones, aquí también el conocimiento fue compartido, los mayores enseñaron a sus menores. En esta época, se empezó a debilitar la memoria sobre nuestro origen, sobre todo los wayuu que nacieron y se profesionalizaron en las ciudades nuevas de las dos repúblicas. Con el pasar del tiempo aparecieron las leyes y los decretos que buscaban proteger y fortalecer las culturas indígenas. Aquí aparece el nuevo wayuu egoísta e individualista, el que niega y detesta a sus parientes, la autoridad tradicional. Esta nueva presencia ha golpeado fuertemente a nuestro sistema de gobierno, los menores están asesinando a sus mayores, hay una degradación de nuestra organización social y política por esta nueva presencia. Por eso, ustedes los wayuu, llamados retornados, están siendo rechazados y negados por los propios wayuu, es una tristeza decirlo, pero es la realidad- les dije a todos los wayuu que se encontraban ese día.

Todos los momentos históricos que les estaba narrando tuvieron buenos comentarios por parte de los ancianos y las ancianas presentes.

-Para este desorden de nuestro sistema de gobierno, la solución la tienen ustedes los mayores, ustedes son sabios -les dije-. Las oficinas étnicas del gobierno no son nuestra abuela para que busque la manera de solucionar este problema que tenemos internamente, estas oficinas no son nuestros alaülayuu para dar fin a estas diferencias que existen entre nosotros por la aparición de la autoridad tradicional. Debemos entregar a estas oficinas del Gobierno nacional la estructura real de nuestro sistema de gobierno que se fundamenta en la armonía y en el equilibrio -les dije y continué hablándoles.

-Se dice que existen bandas criminales entre nosotros los wayuu, los wayuu retornados tienen un grupo de delincuentes que asesinan y roban. Aunque esto sea cierto, nos hemos vuelto delincuentes en nuestros propios territorios porque hace siglos hemos sido golpeados violentamente, nos quitaron y cerraron las vías marítimas por donde se intercambiaban productos de nuestros territorios, no hay oportunidad de trabajo, existe un sistema de educación que no funciona y eso es producto de la corrupción que existe. La autoridad tradicional es solo una muestra de esta corrupción que existe entre nosotros y el Gobierno nacional, por eso hay delincuencia y prostitución; ustedes los ancianos y ancianas sabias tienen la solución, ustedes son los que pueden guiar hacia la sanación a nuestro sistema de gobierno para que las futuras generaciones wayuu convivan bajo el principio de la armonía y el equilibrio con la diversidad de vida que va a llegar a nuestros territorios-. Así les hablé y me escucharon atentamente durante cinco horas. El diálogo fue pausado, escogiendo las palabras apropiadas para que el mensaje llegara con éxito a ellos. Al terminar mi narración, hubo un suspiro de aceptación de mis palabras.

Los principios formadores

No será suficiente narrar nuestras historias entre nosotros los wayuu. Se debe involucrar a todas las organizaciones y asociaciones wayuu que trabajan y administran la educación de la niñez wayuu en territorio wayuu. La educación debe partir de los relatos sagrados: la niñez debe ser guiada y acompañada para mostrarles los seres que hacen parte de nuestras vidas dentro de nuestros territorios. El fondo editorial Wayuu Araurayu publicó, en el 2016, las obras inéditas de Ramón Paz Ipuana. En el 2018 se inauguró la Biblioteca Pública Ramón Paz Ipuana en Puerto Estrella, zona norte de la Alta Guajira, corregimiento del municipio de Uribia, capital indígena de Colombia. Para este evento se invitaron escritores y poetas a nivel regional, nacional e internacional con el apoyo de la filbo (Feria Internacional del Libro de Bogotá). En el primer tomo, que se titula Ale'eya: cosmovisión wayuu relatos sagrados, Paz Ipuana denomina los principios formadores, los cuales anexo inmediatamente:

  • Deidad Suprema: se identifica como la imagen arquetípica primigenia, que nos nutre y nos devora a lo largo de toda su existencia.

  • Sawai-Piuushi: la gran abuela y siempre madre. Las tinieblas de la Noche, la gran Noche.

  • Araliatu'u Warattuy. Latu'u Rülapü: el Gran abuelo y siempre Padre. Claridad del cielo.

  • Mma': Tierra, la gran madre nuestra. De las fecundas entrañas de Mma', nacieron los wunuu ["las plantas"], seres vivientes cuyo conjunto conforma el dominio vegetal. En un principio formaron la segunda generación humana sobre la faz de la tierra. Los wunuu fueron gigantes provistos de sabiduría que, tras haber cumplido su ciclo de existencia, fueron transformados en vegetales. Los uchii: su conjunto forma el dominio de las bestias y todos los animales grandes, pequeños, alados insignificantes, etc. En un principio formaron la tercera generación humana. Estos uchii fueron hombres provistos de inteligencias y voluntad, pero que, posteriormente, debido a sus errores fueron castigados y transformados en animales de todo género.

  • Los wayuu: su conjunto forma la humanidad a la cual hoy pertenecemos, es decir a la generación actual del hombre. Los hombres actuales se consideran nietos de Mma'. Fueron hechos directamente por Mmaleiwa en el cerro de Aa'üü. Los hizo de sustancias mezcladas: de la savia de las plantas, de los frutos de las plantas, del corazón de los animales, de los sesos de los animales. Esa es la razón por la cual los hombres se comportan como animales y se nutren de lo que dan las plantas.

  • Palaa: Mar, la gran madre nuestra. La gran madre salada que todo lo purifica con su movimiento. En su fondo hay noches tenebrosas.

  • Juya': Lluvia. Genio fecundante. Rige las estaciones, las constelaciones. Los cambios del tiempo están representados en 24 tipos de Juya', según las condiciones meteorológicas o ecológicas que predominan en el ambiente en un momento dado.

  • Jouttay: viento. Genio infecundo. Preside los veranos, la sequía y desolación. Se conocen más de 15 vientos.

  • She'e palaa: gérmenes vivientes bajo el mar.

  • Jemiay: el frío atmosférico.

  • Mannuuya: la niebla, el rocío.

  • Maintüsü: la gran calma. También se le llama Jimatuy, la suprema quietud.

  • Maiññatuu: la bonanza, el silencio.

  • Outaa: la muerte.

  • Wanülüü: el mal. El espíritu maligno.

  • Lapü: el sueño.

Constelaciones

  • Shiliwala: estrellas.

  • Patünainjanaa: orión.

  • Iiwa: pléyades.

  • Ma'ayui ee ulapiuy: géminis.

  • Sütüna juyo'u: osa mayor.

  • Juyo'u: estrella siria del can mayor.

Existen, además, otras constelaciones y estrellas, cuyo nombre no se identifica en castellano, por ejemplo, Walirü, Olotsü o Jolotsü: la estrella matutina o vespertina. Se incluyen también las estrellas tenidas como anunciadoras de abundancia, hambre, sequía, calamidad, pestes, etc. (Paz Ipuana, Cosmovisión wayuu 46).

Se debe enseñar esto a cada uno de los estudiantes wayuu y, seguramente, aprenderán a valorarlos y respetarlos, no como dioses, sino, como nuestros mayores, nuestros antepasados pero que conviven con nosotros en nuestra cotidianidad. Hoy en día es admirado y valorado este tipo de trabajo que hizo Ramón Paz Ipuana. Antes, según me cuentan los ancianos wayuu, para los grandes criadores de animales, la escritura no era bien vista, ir a la escuela era perder la memoria sobre su origen de e'iruku,3 era negar las creencias de sus abuelas; mientras que dedicar el tiempo y su vida a la cría de animales era muy bueno porque era conocer muy bien su territorio, los nombres donde quedan los mejores pastos para sus animales, era conocer el lugar de las plantas medicinales, era llegar a la madurez desde la reflexión en medio del silencio de los montes y ser desapegado de las cosas, aprender a compartir y valorar la vida desde la colectividad. La cría de animales es vigente, existen abuelos y abuelas que tienen muchos animales y viven bien. La escritura se valora como una herramienta de guardar la memoria de la cultura, los abuelos y las abuelas ven la forma de aprender la escritura como la práctica de pastorear a los animales, el wayuu que ha aprendido el oficio de escribir es como el que cuida a los animales, debe trasnochar, debe pasar sed y hambre, debe ir a recorrer grandes trayectos, aprender de otros que han vivido mucho y se han vuelto sabios en los oficios que les ha correspondido aprender. Para poder escribir los pensamientos y las historias de nuestros mayores se debe tener paciencia para escuchar, estar en silencio, visitar varios territorios de las e'iruku, aprender los nombres de los territorios incluso ser tolerante con los extranjeros que llegan a nuestras comunidades e irrespetan a nuestros territorios que guardan nuestras memorias milenarias. Sentir esas emociones de hambre y de sed, según nuestros mayores, solo así se logra tener una buena cría de animales y la admiración y el respeto de los wayuu. Sucede igual para llegar a manejar una buena escritura. Volver a reflexionar sobre nuestra ley de origen, ale'eya, hay que recrearla por medio de la escritura para que pueda ser compartida a un público amplio y sobre todo a las generaciones jóvenes wayuu.

La intención de la Imagen 1 es mostrar los momentos en que aparecen los "principios formadores de la cultura wayuu" que Ramón Paz Ipuana registró en su texto Cosmovisión wayuu: relatos sagrados. Realizaré unas traducciones de los nombres que quiero explicar. Sawai-Piushi, ya lo he enunciado un poco al inicio de este texto, Noche-Oscuridad, es la gran madre. Lapü, Sueños, es el canal de comunicación con el mundo de la espiritualidad que tenemos los wayuu: por medio de la actividad de dormir, podemos tener un diálogo con nuestros familiares que han partido a ese mundo. Warattui, la claridad, Araliatui, el esplendor, y aparece Latu'urülapü, la región luminosa del cosmos. A partir de estos abuelos nace Palaa, la mar, la madre de los vientos; también es madre de ]uya\ lluvia. Por medio del incesto con Ka'i nacen los hermanos Juya', los lluvias, ellos son nuestros abuelos. Kashi' Luna, junto con Shili'iwala, las constelaciones, son los que guían nuestro sistema nutricional y la fertilidad en la madre tierra, en los vegetales, animales y wayuu. Luego aparece Mma\ Tierra, y se une con su hermano Mannuuya, uno de los hermanos menores de Manü'üliwai, el lluvia más anciano de todos. De esta unión nace Manna y esta se une con su tío llamado Semiriui, el invierno bravo, y nacen los hermanos trillizos, Ma'ayüi, Mma'leiwa y Ulapuyui; en la versión que Paz Ipuana escribió en su libro Mitos, leyendas cuentos guajiros, publicado en Venezuela en 1976, se llaman "los mellizos transformadores". El aporte que hago por medio de este trabajo es que estos hermanos son trillizos, aquí el nieto de Mma\ Mma'leiwa, será el que se encarga de organizar el mundo para que aparezcamos nosotros los wayuu. Él posee una sabiduría y él será el encargado de orientar nuestro sistema social junto con los demás ancianos animales (lo veremos en la Imagen 2). Es importante aclarar que nuestra organización social parte del mundo femenino, y eso lo vemos desde el inicio del tiempo porque todos estos abuelos que acabo de nombrar son todos hijos de la madre y abuela Sawai-Piushi. También es significativo decir que Mma'leiwa no es ese ser que han dicho los católicos, cristianos, testigos de Jehová, etc. Mma'leiwa es nuestro abuelo. En mi monografía para graduarme de lingüista había desarrollado un análisis y propuse que así se llamaba la época cuando la tierra aún era joven, al igual que afirmó el fotógrafo wayuu Hébert Chacón Gonzáles: Sümaleiwa, nnojolüiwa kasa..., antiguamente, antes de la existencia de las cosas y del hombre... (7).

Elaboración propia basado en Paz Ipuana, Ramón. Cosmovisón Wayuu: Relatos Sagrados. Vol. 1 Aleeya. Fondo Editorial Wayuu Araurayu, 2016.

Imagen 1 La Gran Madre.  

Elaboración propia.

Imagen 2 La distribución de las e'irukuu en cuatro grupos.  

La palabra sümaleia significa "antiguamente". Seguramente los primeros colonizadores escucharon a los ancianos repetidas veces decir esta palabra y llegarían a la conclusión de que así se llamaba Dios. Pero, como se podrá notar, seguí profundizando mis conocimientos sobre los relatos sagrados y encontré que es un abuelo que nace entre el mundo de lo animal y de lo vegetal. Finalmente, aparece Kalamantunay, hija de la naturaleza y madre de los wayuu tigres, de las wayuu aves. Leer estos nombres de nuestros mayores antiguos es volver a caminar con nuestro corazón y dentro de él la palabra florida danza con nuestra historia.

En esta imagen aparece la manera en que se organizó nuestro nacimiento, el de los wayuu. Recordemos un poco nuestra creación:

Ma'leiwa los hizo de muchas substancias y les dio consistencia dentro de un gran caldero de barro cocido. Después, ese mismo caldero lo transformó en un cerro (‘a’üü) y lo identificó con el vientre de las hembras, donde se cuaja y se forma la vida. Esta es la relación: "Del vientre de 'MÁ' -LA TIERRA-, germinó ' ‘a’üü’ ', la semilla, la primera simiente de la cual nacieron los wayuu" (Paz Ipuana, Mitos 196).

Es así, de este modo, en que fuimos creados desde el vientre de la Tierra, y luego Ma'leiwa con la ayuda de Lapü fue entregando los nombres de los abuelos Juchi', el mono aullador, y de Utta, el abuelo pájaro. Los nombres que están subrayados en la Imagen 2 son de los abuelos Iperü, sapo, Jouttai, viento, Kaarai, alcaraván, pero ellos no tenían la sabiduría suficiente para esta tarea: barajar varios nombres es la manera para encontrar los mejores pütchipui conocidos hoy como palabreros. El abuelo Juchi' es el típico pütchipui ambicioso, pero no realiza bien su trabajo, mientras que el abuelo Utta sí es un sabio y realiza bien lo que le encargan que haga. Así como está representado en la Imagen 2 todos nosotros somos hermanos y entre todos tenemos que ayudarnos y no estar en contra de otra e'iruku. Eso lo sabían muy bien nuestros antepasados. En los relatos sagrados está lo que realmente somos. Hay que recorrer nuevamente el territorio para escuchar a nuestros ancianos y ancianas, el norte de nuestra lucha política y nuestro sistema nutricional están ahí en sus palabras y así nos guiarán para seguir siendo wayuu, para construir nuestro sistema de educación wayuu, para no entregar nuestros territorios a las multinacionales. Debemos pensar en nuestros menores que están por nacer, es urgente que todos nos unamos y dejar nuestras divisiones internas, debemos aprender de las historias sagradas que nos dejaron nuestros mayores, las secretarías de educación y las universidades deben aceptar finalmente que nosotros los wayuu sí tenemos una sabiduría que puede aportar a este país. Aportes como los que hizo Ramón Paz Ipuana son los que hay retomar para crear un sistema de educación acorde a nuestro modo de vida y de ser en la tierra. Para practicar mi sistema de gobierno debo formarme primero en los relatos sagrados para poder entender la manera de mantener el equilibrio y la armonía entre nosotros los wayuu y con todos los seres que se encuentran a mi alrededor. Para no corromper más el corazón de nosotros los wayuu, en el momento de ejercer mi sistema de gobierno, sugiero que es importante suprimir la moneda pesos oros porque es la que desarmoniza. Para fortalecer el sistema tiene que ser por medio de las plantas sagradas, las palabras de consejo, las piedras preciosas y la práctica de los sueños; si tenemos pesos oros, será para usarlo en el pueblo o en las ciudades. Se debe diseñar un modelo de educación a partir de los relatos sagrados; para ello, debemos caminar y visitar a nuestros mayores a lo largo y ancho del territorio wayuu.

Obras citadas

Chacón González, Hébert. Flora y Fauna Intensa. Maracaibo, Agencia de Publicidad C.A., 2007. [ Links ]

Mercado Epieyu, Rafael Segundo. LINGÜÍSTICA: Herramienta fundamental para hacer algunas reflexiones sobre el cambio de significado de palabras en wayuunaiki y de la creencia del Wayuu. 2010. Monografía de pregrado, Universidad Nacional de Colombia. [ Links ]

Paz Ipuana, Ramón. Aleeya. Conceptos y descripciones de la cultura Wayuu. Vol. 2. Riohacha, Wayuu Araurayu, 2016. [ Links ]

______. Aleeya. Cosmovisión Wayuu: Relatos Sagrados. Vol. 1. Riohacha, Wayuu Araurayu, 2016. [ Links ]

______. Mitos, leyendas y cuentos guajiros. Caracas, Gerencia de Promoción y [ Links ]

Rodríguez Delgado, Camilo Andrés. "¿Los animales son mis abuelos o son parte de una organización política? A propósito de las metáforas en la educación intercultural bilingüe Wayúu". Revista Forma y Función, vol. 25, núm. 2, 2012. [ Links ]

1 Familia extensa por línea materna.

2 Recolectar, pedir animales, prendas, dinero entre los familiares y amigos para satisfacer algún daño y para la dote de una mujer.

3 Significa familia extensa por línea materna.

Cómo citar este artículo (MLA): Mercado Epieyu, Rafael Segundo. "Ale'eya conformación de todo lo que existe: la ley de origen de la cultura wayuu". Literatura: teoría, historia, crítica, vol. 24, núm. 2, 2022, págs. 269-284.

Sobre el autor

Rafael Segundo Mercado Epieyu, nombre originario Tikou Epinayuu, es magíster en Educación. Es coordinador del grupo de investigación Alekerüyaa, así como la araña, de la Asociación Wayuu Araurayu. Bajo la modalidad virtual, es docente de horas cátedra en la Licenciatura de Pedagogía de la Madre Tierra de la Universidad de Antioquia, así como en la Licenciatura de Etnoeducación e Interculturalidad en la Universidad de La Guajira.

Recibido: 03 de Junio de 2021; Revisado: 01 de Abril de 2022; Aprobado: 01 de Julio de 2022

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