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Revista de Estudios Sociales

versión impresa ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  no.17 Bogotá ene./abr. 2004

 

En busca del diálogo y la transformación: consecuencias de los supuestos detrás de la investigación social

Roberto Gutierrez*

* Roberto Gutiérrez es profesor-investigador en la Universidad de los Andes (Carrera 1E No. 18M0, Bogotá, Colombia). Cualquier comentario diríjalo, por favor, a la siguiente dirección electrónica: robgutie@uniandes.edu.co.


Resumen

En este trabajo se comparan algunas de las características y resultados obtenidos de dos aproximaciones distintas, utilizadas para investigar el trabajo en el sector informal. Por un lado, aplico el análisis factorial confirmatorio para estudiar la relación entre estructura social, condiciones de vida y funcionamiento psicológico. Por otro, con la participación de los trabajadores en la recuperación crítica de su historia laboral y en la discusión de sus testimonios y los análisis sobre éstos, investigo cómo algunos de nosotros entendemos, comunicamos y reaccionamos ante nuestras condiciones de trabajo. El objetivo es explorar en qué medida son complementarias estas dos aproximaciones.

Las perspectivas cuantitativa y cualitativa usadas, responden a diferentes interrogantes, utilizan distintas categorías analíticas, exploran diferentes patrones de interrelaciones, conllevan una relación distinta entre los involucrados en la investigación, y sirven para diferentes propósitos y a personas distintas. Las diferencias entre las dos metodologías de investigación tienen origen en dos concepciones distintas de la naturaleza del mundo social y de la forma en que un investigador puede llegar a conocerlo. De ahí la dificultad de combinarlas, más allá de admitir que implican la observación de dos dimensiones diferentes del mismo fenómeno.

El científico es responsable de escoger una metodología de investigación que determinará cómo serán revelados los fenómenos que ha decidido estudiar y cuáles serán las consecuencias del conocimiento obtenido. El método condiciona el conocimiento. A su vez, la escogencia de una metodología está relacionada con los supuestos personales sobre la naturaleza del ser humano y su realidad social. El estar conscientes de estas relaciones es fundamental para la labor de un investigador que quiera colaborar en la construcción de una sociedad diferente.

Palabras clave:

Metodología cuantitativa, metodología cualitativa, sector informal, investigación.


Abstract

In this work I compare some characteristics and results obtained from two different methodologies used to study work in the informal sector. On the one hand, I used confirmatory factor analysis to study the relationships between social structure, life conditions, and psychological functioning. On the other hand, workers participated in the critical retrieval of their work histories, and in the discussion and analyses of their testimonies to research how we understand, communicate, and react to our work conditions. My aim is to explore how do these two methodologies complement each other.

The quantitative and qualitative approaches respond to different questions, use different analytic categories, explore distinct patterns of relationships, imply very different relations between those who participate in the research, and serve different purposes for distinct people. The differences between research methodologies stem from distinct assumptions about the social world and the ways people perceive their world. Therefore, the task of combining both approaches becomes impossible, and one must accept that they only provide accounts of the same phenomenon from two different standpoints.

The scientist is responsible for choosing a research methodology that determines how the phenomenon of his interest will be revealed and what will be the consequences of the knowledge thus obtained. Methods condition knowledge. The choice of methodology is related to personal assumptions about human beings and the world in which they live. Awareness of these relationships is basic for the work of a researcher who aims to help in the making of a different society.

Key words:

Cuantitative methodology, qualitative methodology, investigation.


¿Cuál es el resultado de combinar diferentes aproximaciones metodológicas en la investigación de un fenómeno social? Por lo general, se acepta sin más afirmar que los métodos de investigación cualitativa y cuantitativa son complementarios. ¿Bajo qué circunstancias sí lo son? O, ¿en qué ocasiones su combinación es apenas la suma de las respectivas aproximaciones?

La investigación que nos permitió explorar estas reflexiones consistió en el estudio, a partir de dos aproximaciones distintas, del trabajo en el sector informal. Por un lado, utilizamos análisis factorial confirmatorio para estudiar la relación entre estructura social, condiciones de vida y funcionamiento psicológico. Por otro, con la participación de los trabajadores en la recuperación crítica de su historia laboral y en la discusión de sus testimonios y los análisis sobre éstos, investigamos cómo algunos de nosotros entendemos, comunicamos y reaccionamos ante nuestras condiciones de trabajo.

Michael Burawoy (1998, p.12) sugiere la posibilidad de combinar las dos aproximaciones: "sociology's distinction -its disciplinary calling in the information age- lies in rejecting scientific monotheism in favor of a duality of scientific models that portends a mutually enriching, reciprocal engagement of positive and reflexive science." Explorar esta posibilidad y los límites del esfuerzo por combinar perspectivas es el objetivo de este texto.

Este ensayo es un estudio de caso que ilustra la responsabilidad del científico cuya investigación es una actividad tanto política, ética y moral, como técnica. El científico es responsable de escoger una metodología de investigación que determinará cómo serán revelados los fenómenos que ha decidido estudiar y cuáles serán las consecuencias del conocimiento obtenido. El método condiciona el conocimiento. A su vez, la escogencia de una metodología está relacionada con los supuestos que se tiene sobre la naturaleza del ser humano y su realidad social. El estar conscientes de estas relaciones es fundamental para la labor de un investigador que quiera colaborar en la construcción de una sociedad diferente.

Antecedentes de la investigación

La investigación sobre las condiciones laborales en el sector informal constituyó una tesis de grado para el título de doctor en sociología. Desde el momento en que comencé a escribir la propuesta de tesis, hasta que fue aprobada como disertación, tres transcurrieron. Antes de comenzar la investigación ya había sido impactado por ciertas características de la ortodoxia académica norteamericana. Por ejemplo, me sorprendió el papel de la sociología dentro de la sociedad y la academia estadounidense. Lejos del rol emancipatorio con el cual se asoció la sociología en Latinoamérica durante los años 60 y 70, la sociología en Estados Unidos tiene un papel menos contestatario y muchos de sus practicantes, siguiendo una división del trabajo bastante marcada, dejan en manos ajenas los proyectos políticos de cambio social. "¿A quién sirven mis investigaciones?", no ha sido una pregunta central para muchos sociólogos norteamericanos. Aunque existen corrientes alternativas, en el grueso de las investigaciones se privilegia la separación entre sujeto y objeto.

Con este marco general y situado en un departamento académico pequeño y tradicional, emprendí mi investigación. Nunca dudé en estudiar un tema colombiano y quise usar diferentes metodologías para aprender sobre éstas. Al no tener una licenciatura en sociología era más fácil aceptar mi ignorancia en muchos temas y poder manifestar mi interés por aprender. Tenía la esperanza de poder combinar distintas metodologías para aumentar las posibilidades de comprender y explicar nuestra realidad. Ahora exploro si la combinación fue fructífera o si es más realista decir que realicé dos investigaciones sobre dos dimensiones diferentes del mismo fenómeno.

La investigación en sí

La perspectiva tradicional

Decidí estudiar las condiciones laborales en el sector informal desde dos perspectivas distintas. La primera tuvo origen en un grupo de investigaciones sobre la relación entre estructura social, condiciones laborales y características psicológicas individuales. Estos estudios hacen uso extensivo de métodos cuantitativos para el análisis de encuestas. Por mi parte, adapté el cuestionario original e incluí nuevas preguntas pertinentes para el contexto colombiano. Con esta encuesta recolecté información sobre la posición de los trabajadores en la estructura de clases y en la estratificación social, sobre sus condiciones laborales y otras condiciones de vida, y sobre algunas dimensiones de su psicología. Para las variables psicológicas y algunas variables laborales construí modelos de medición, primero con un análisis factorial exploratorio y luego con la técnica del análisis factorial confirmatorio. Con estos modelos estadísticos exploré las relaciones, previstas por la teoría, entre posición en la estructura social, condiciones laborales y personalidad del trabajador (Gutiérrez, 1995/1996). Un paso adicional fue corroborar algunos de los hallazgos de las investigaciones originales realizadas en países industrializados.

En resumen, con base en el análisis cuantitativo de una encuesta a ciento ochenta trabajadores colombianos, observé el notorio efecto psicológico de tres condiciones laborales (la complejidad, la rutina y la supervisión de un trabajo). Aquellas personas cuyos trabajos son más complejos, menos rutinarios y supervisados a distancia, exhiben -en promedio- mayor bienestar psicológico. Los trabajos con estas características están, por lo general, reservados a los trabajadores que ocupan las posiciones más privilegiadas en la estructura social (i.e. clases sociales aventajadas o altas posiciones en la estratificación social). Por otro lado, la misma ocupación en el sector formal de la economía colombiana es más compleja y menos rutinaria que una ocupación similar en el sector informal. Estos resultados sugieren el diseño de trabajos complejos, variados y supervisados a distancia. Igual advierten sobre las desfavorables condiciones laborales que caracterizan el trabajo de las pequeñas unidades productivas.

Esta perspectiva de investigación no se apartó de lo que preví: hubo una clara separación mía, sujeto de la investigación, de los trabajadores objeto de ésta. La confiabilidad y validez del conocimiento que generé está circunscrita a ciertos aspectos del trabajo en el sector informal. Para garantizar esta confiabilidad y validez fue necesario definir y delimitar con precisión los fenómenos que quería estudiar (e.g. las condiciones laborales, el apoyo social). Dejé de lado, en esta perspectiva, aquellos aspectos que escapaban a una precisa aprehensión.

Las posibles consecuencias de los hallazgos de esta parte de la investigación son variadas. Puede ser que la complejidad, la rutina y la supervisión sean consideradas en el momento de diseñar puestos de trabajo; pero los mismos resultados también pueden ser utilizados, por ejemplo al promover la meritocracia, para justificar el estado actual de las cosas. Como investigador tuve el control de lo que se hacía y producía. La concentración del poder y el pasivo distanciamiento de la gente, presente en este tipo de producción de conocimiento, se da en muchas otras esferas productivas. ¿Es útil este conocimiento? ¿A quién sirve? ¿Cuál es la historia del impacto que ha tenido un conocimiento similar? Los resultados de mi manipulación de los datos, en calidad de experto alejado de la realidad de los trabajadores, pueden ser nocivos para algunos de ellos y -cuando menos- contribuyen a trasladar la responsabilidad de un mayor bienestar psicológico a quienes diseñan los trabajos que otros han de soportar.

Una perspectiva alternativa

La segunda perspectiva de estudio partió de la decisión de profundizar en la interacción con un grupo de los 180 trabajadores encuestados. Escogí a 14 trabajadores del sector informal con características especiales (e.g. profesoras sin título de bachiller, trabajadores subcontratados por el Estado, artesanas vinculadas con el sector informal rural) y realicé largas entrevistas con cada uno de ellos. Intenté averiguar por la complejidad de sus trabajos, su supervisión y lo rutinarios que eran. Pronto comprendí que no podría, como en la investigación original, establecer relaciones entre estas condiciones laborales y el funcionamiento psicológico de los trabajadores. Decidí entonces aprovechar de la mejor manera las fortalezas del método de entrevistas en profundidad. Dejé de concentrarme en relaciones entre variables para tratar de entender significados. En cada entrevista recogí la historia laboral del trabajador, su definición de la actividad que realizaba, el significado que ésta tenía para él o ella, y una evaluación personal de sus condiciones laborales. Una vez transcritas las entrevistas, procedí a codificarlas y a buscar algunos patrones en aquellos temas que me interesaban.

En estas entrevistas aparecieron diferencias de género sustanciales en cuanto al significado que el trabajo tiene para cada quien, y los conflictos entre los roles de unos y otros. Además, fue visible la gran movilidad laboral de los trabajadores en el sector informal, lo limitado de sus redes sociales de apoyo y sus pocas oportunidades de mejores ocupaciones (por ejemplo, el tiempo es un recurso muy escaso para dedicarlo a capacitación o a buscar un mejor trabajo). Esta segunda perspectiva de estudio poco interesó a mis asesores de tesis, apenas conocedores de las metodologías cualitativas. Sin criterios afinados para evaluar el rigor y la calidad de este tipo de investigación, incluirlo con el estudio cuantitativo fue mi decisión. Era mi problema si quería acortar la distancia entre sujeto y objeto de estudio. Era mi problema asomarme a la complejidad de la realidad cotidiana y correr el riesgo de sucumbir ante ésta. Dejaba la cómoda posición de ser quien elige e impone unos conceptos para estar en el nivel de los trabajadores que tratan de entender su situación laboral a partir de sus experiencias.

Las recompensas de este enfoque alternativo no se hicieron esperar: pude acercarme al ser de los trabajadores, escuchar sus historias y su visión del mundo, y aprender de sus perspectivas. Los beneficiarios de este tipo de investigación han sido los mismos trabajadores. Los efectos aparecieron desde el momento de acopio de los testimonios y continúan hoy con las reacciones a los análisis de las vidas laborales de cada uno. Si la perspectiva tradicional me dio el título de doctor, la perspectiva alternativa me dio la satisfacción personal de conocer a un grupo admirable de trabajadores.

El primer enfoque utilizado, ejemplo de ciencia positivista, poco ha contribuido a cambiar la realidad social de los colombianos que trabajan en el sector informal, a pesar de ser un análisis de clase sobre un tema importante. El segundo enfoque, ejemplo de ciencia interpretativa, ha podido ir más allá: la recuperación crítica de las historias laborales y su devolución sistemática a los trabajadores han afectado, en distinta medida, a quienes hemos estado involucrados en la investigación.

Los intentos por combinar ambas perspectivas

Antes de iniciar el proyecto, en mi inexperiencia, creía sencillo combinar las dos perspectivas descritas. Solo ahora, bastante tiempo después, comprendo la dificultad de realizar una integración en mi investigación sobre condiciones laborales. Lo cuantitativo y lo cualitativo responden a diferentes interrogantes, utilizan categorías analíticas distintas, exploran diferentes patrones de interrelaciones, conllevan una relación distinta entre los involucrados en la investigación, y sirven para diferentes propósitos y a personas distintas. En forma breve ilustraré cada una de estas diferencias con el estudio de las condiciones laborales desde las dos perspectivas escogidas para ello. La primera gran diferencia entre las dos metodologías de investigación está en el tipo de preguntas que se plantean. Hay una gran distancia entre las siguientes preguntas:

    ¿Cuál es la relación entre la estructura social, las condiciones laborales y el bienestar psicológico?

    ¿Cómo entendemos, comunicamos y reaccionamos ante nuestras condiciones de trabajo?

La primera pregunta presupone unas relaciones causales entre el comportamiento humano y el contexto social. El mundo social es algo real y externo que afecta a cada quien de acuerdo a sus circunstancias. En la segunda pregunta, en cambio, ese mundo social está compuesto por una red de significados subjetivos detrás de las acciones regulares. Los seres humanos, en esta última concepción del mundo, interpretan su medio y orientan sus acciones de maneras significativas para ellos; buscan dilucidar significados antes que determinar causalidades.

Para abordar la primera pregunta está la ciencia positiva y surge con ella una teoría del aprendizaje social. Las dimensiones de la estructura social (e.g. la estructura de clases y los estratos sociales), de las condiciones de trabajo (e.g. las presiones, la autodirección, la posición en la estructura organizacional, los riesgos y las recompensas), y las dimensiones del funcionamiento psicológico (e.g. autoestima, ansiedad, confianza en los demás, receptividad al cambio), son algunas de las categorías analíticas utilizadas para responder a la pregunta por la relación entre los tres conceptos generales. Una vez operacionalizados los conceptos se busca la mayor precisión posible en la medición.

La segunda pregunta apunta a descubrir relaciones simbólicas, a entender los patrones del discurso simbólico de los trabajadores. La atención se centra en los roles, en los rótulos, los mitos y las rutinas para poder desarrollar una teoría de la acción social. La realidad no está definida por reglas, sino por un sistema de acciones con significado que aparece ante los observadores externos como reglas.

El mismo enunciado de las preguntas connota unas relaciones distintas entre los involucrados en la investigación. Como mencioné en la descripción inicial de las dos perspectivas, la aproximación cuantitativa impone una separación tajante entre sujeto y objeto de la investigación. El sujeto asume el rol de experto, es el responsable de generar y transmitir el conocimiento, es quien define las alternativas de acción y quien impone su visión a lo largo de todo el proceso. Los investigados son considerados seres pasivos, y serán quienes al cabo del tiempo pueden sufrir el impacto de las alternativas planteadas por el investigador y puestas en práctica por un tercero, en favor de unos intereses que pueden ser los de cualquiera. Mientras tanto, en la aproximación cualitativa es posible reducir la distancia entre sujeto y objetos. La misma pregunta de investigación utiliza el plural porque el método exige la exploración conjunta. A mí, como sujeto de la investigación, ambas aproximaciones me afectaron de manera distinta: la investigación cuantitativa tuvo su mayor impacto en mis destrezas para manipular datos, mientras la investigación cualitativa me exigió reflexiones profundas sobre el significado de mi trabajo, las condiciones en que laboro, la relación de éstas con mis rasgos personales, y mi relación con los "objetos" en un contexto social.

¿Por qué son tan distintas las preguntas? ¿Tienen las diferencias entre las dos metodologías de investigación algo en común? Sí, todas ellas se originan en dos visiones distintas del mundo, en dos concepciones distintas de la naturaleza del mundo social y de la forma en que un investigador puede llegar a conocerlo. De ahí la dificultad de combinar estas dos perspectivas más allá de admitir que implican la observación del mismo fenómeno desde dos ángulos distintos.

Diferencias ontológicas y epistemológicas

Hasta ahora he discutido los resultados de partir de dos concepciones distintas de lo que es el mundo social. Me detendré en describir estas y otras concepciones dentro del continuo de posiciones distintas sobre la naturaleza de las cosas y de los seres humanos. Cada una de estas concepciones es más o menos afín con diferentes maneras de entender el mundo y de comunicar este conocimiento a otros. Así mismo, existen formas más o menos adecuadas para investigar y obtener conocimiento sobre el mundo social de acuerdo con los supuestos ontológicos y con la posición epistemológica que se asuma.

Burrell y Morgan (1979) distinguen cuatro tipos de supuestos presentes en la naturaleza de la ciencia social: supuestos ontológicos, supuestos acerca de la naturaleza humana, posiciones epistemológicas y métodos de investigación. Cada grupo de supuestos constituye un conjunto de posiciones que van desde un extremo donde predomina un enfoque objetivo hasta un enfoque que resalta la subjetividad en las ciencias sociales. El resumen que Morgan y Smircich (1980) proveen sobre estas posiciones aparece en la Figura1.

Los supuestos sobre la esencia de los fenómenos bajo investigación van desde el realismo hasta el nominalismo. En el extremo realista, la realidad social es externa al individuo, es tangible y está compuesta por estructuras relativamente inmutables. La realidad existe sin importar que la conozcamos o no. El mundo social es tan concreto como el mundo natural. Mientras tanto, en el extremo nominalista, la realidad social es el producto de mentes individuales. No hay una estructura en el mundo social más allá de la conciencia individual. La realidad es una proyección de la imaginación humana.

Los supuestos acerca de la naturaleza humana tratan sobre las relaciones entre los seres humanos y su medio ambiente. En un extremo, el determinismo concibe al ser humano y sus experiencias como productos del medio ambiente. Los humanos responden a los condicionamientos de sus circunstancias externas. En el otro, el voluntarismo sostiene que los humanos crean su ambiente y lo controlan. El tercer conjunto de supuestos, relacionado con la epistemología, está constituido por diversas posiciones sobre cómo entendemos el mundo y cómo comunicamos este conocimiento a otros. El punto de partida del positivismo es que el conocimiento puede explicar y predecir lo que acontece en el mundo social al buscar sus regularidades y relaciones causales. Incrementar el conocimiento es, entonces, un proceso acumulativo. Por el contrario, el antipositivismo considera que el conocimiento es subjetivo y se basa en experiencias y descubrimientos de una naturaleza única y personal. El mundo social sólo puede ser entendido desde el punto de vista de quienes están involucrados en él.

El último grupo de supuestos tiene que ver con las formas con las cuales investigamos y obtenemos conocimiento sobre el mundo social. En el extremo, en el análisis nomotético se utilizan protocolos y técnicas sistemáticas de recolección de la información para formular leyes generales que expliquen los patrones y regularidades de un fenómeno social. En el otro extremo, el análisis ideográfico busca comprender el mundo social a partir del conocimiento de primera mano del sujeto de investigación. Esta aproximación es histórica y hace énfasis en lo particular y único del fenómeno.

Estos supuestos están interrelacionados en los distintos enfoques de la ciencia social. Es más, Burawoy (1998) advierte que cada enfoque tiene sus propios criterios de evaluación y es importante no confundirlos o combinarlos. Cada una de las columnas en el cuadro 1 describe uno de estos enfoques. Pueden juzgarse la coherencia de un enfoque y los resultados de una investigación de acuerdo a los supuestos de los cuales parte, pero no es posible juzgar la validez de unos u otros supuestos. La ciencia, como la religión, parte de supuestos que no pueden ser probados. Morgan (1983) enumera cinco alternativas para cuando haya diversos conjuntos de supuestos en una situación. Descarta la opción de evaluar cada conjunto porque no existe un punto de vista independiente desde el cual hacerlo. Es posible, por el contrario, aceptar que cada conjunto tiene algo que ofrecer y -como Feyerabend (1975)- opinar que "cualquier idea aumenta nuestro conocimiento." Existen otras tres alternativas a este relativismo y a una forzada evaluación: la síntesis, una aproximación contingente o una aproximación dialéctica.

El problema con una síntesis es continuar con la búsqueda de un mejor conjunto de supuestos. Pero, igual, ¿quién puede juzgar que este nuevo conjunto es superior a cualquier otro? Las aproximaciones contingentes aceptan que no hay un mejor conjunto de supuestos y herramientas para investigar, aunque sí es posible juzgar sus bondades y limitaciones de acuerdo a lo útiles que sean para unos u otros intereses, en una situación determinada. Por último, supuestos diferentes pueden ser tratados dialécticamente. Esta aproximación no trata de eliminar la diversidad entre perspectivas sino de aprovecharla para construir un nuevo entendimiento del fenómeno investigado.

Hasta el momento he intentado varias de estas alternativas para trabajar, a la vez, con los modelos cuantitativos y con las interpretaciones cualitativas del trabajo en el sector informal. Ya he dejado de intentar la síntesis entre ambas aproximaciones y considero fútil declarar la supremacía de una sobre otra. Reconozco los aportes de cada una y su utilidad dentro de ciertos contextos específicos. Lo que aún no he logrado es ir más allá de sus aportes individuales para obtener, mediante su combinación, una mejor comprensión y un nuevo modo de actuar frente al trabajo no regulado por la legislación laboral.

Diferencias metodológicas

En mi investigación sobre las condiciones laborales en el sector informal no sólo hubo distintos métodos, sino que cada aproximación partió de diferentes supuestos sobre la naturaleza de la realidad social a investigar. Combinar lo cuantitativo con lo cualitativo en este caso no resultó sinérgico. Cada metodología trató sobre una dimensión del fenómeno, pero no contribuyó a la comprensión de la otra dimensión explorada por la otra metodología.

¿Existen casos en que sea fructífera la integración de métodos? Sí lo creo: es necesario, sin embargo, utilizar los distintos métodos para tratar la misma dimensión del fenómeno, para responder a la misma pregunta. No basta con estudiar el mismo fenómeno; es necesario considerar el mismo interrogante sobre el fenómeno en cuestión. Es el caso de la triangulación, el uso de distintas aproximaciones a una sola pregunta de investigación. Aunque la clave en la triangulación es el uso de métodos y medidas distintas que no compartan los mismos sesgos, métodos muy diferentes pueden ser más apropiados para distintos tipos de interrogantes. De ser así, al usar estos métodos diferentes para abordar una misma pregunta se sacrifica parte del potencial de las metodologías que se ajustan mejor a otro tipo de interrogantes.

Es posible, dentro de la visión más objetivista de la realidad social, combinar metodologías cualitativas y cuantitativas. La comprensión de los fenómenos así estudiados será mayor, aún cuando los métodos cualitativos no sean utilizados en todo su potencial. De igual manera, una visión subjetivista puede utilizar limitados métodos cuantitativos para complementar los hallazgos de las metodologías cualitativas más apropiadas para el estudio de ese fenómeno social. Sin embargo, como advierte Burawoy (1998, p.18): "we may combine methods, but that does not translate into choosing methods according to the problem at hand." Y agrega:

    Our commitments to positive or reflexive science occur before and indeed govern the choice and definition of problems. We may change the topics of investigation, the questions we pose, even the theoretical frameworks we use, but we rarely change our reflexive or positive convictions.

Implicaciones de las diferencias ontológicas

Las diferencias entre supuestos sobre la naturaleza del mundo social y sobre los seres humanos generan diferencias en la manera de aproximarse a los fenómenos y en los métodos utilizados para generar conocimiento acerca de éstos. Un conjunto de supuestos permite arribar a cierto conocimiento que no es posible obtener si uno parte de un conjunto distinto.

Diferentes supuestos promueven distintos tipos de interacción que, a su vez, generan distintos tipos de conocimiento. Para poner un ejemplo sencillo: mi interacción con una manzana puede ser a través de cualquiera de mis sentidos (aunque sea difícil escuchar una manzana), y cada una de estas interacciones proporciona un conocimiento distinto e incompleto. Además, en ocasiones, una interacción impide que existan otras interacciones (una vez nos comamos la manzana no podemos ver su forma original): en un momento dado del tiempo, cierto conocimiento (e.g. el sabor) precluye otro tipo de conocimiento (e.g. el color y la forma). La luz puede estudiarse como partícula o como onda, pero no como ambas a la vez. Las ideas que tengamos sobre un sujeto condicionan nuestra interacción con éste y guían lo que observamos del mismo. Según Heisenberg (1958), el científico no genera conocimiento sobre el mundo sino sobre su interacción con ese mundo, y los hallazgos de la ciencia dicen tanto del científico como del fenómeno investigado.

Dado que uno escoge lo que quiere conocer, es responsabilidad del investigador decidir cómo será revelado un fenómeno y cuáles serán las consecuencias de ese conocimiento. Como existen múltiples conocimientos posibles, la ciencia es la realización de algunas de estas posibilidades. Los distintos logros de unos y otros científicos los dividen, al menos, en escuelas de pensamiento. ¿Vale la pena reproducir los diferentes logros o entender de dónde surgen éstos? ¿No sería útil tener conciencia de qué es lo que hacemos, por qué lo hacemos y cómo lo podríamos hacer de forma distinta? Esta conciencia permite, entre otras, apreciar los méritos y el significado de los distintos puntos de vista. El énfasis, entonces, deja de estar en una evaluación que descalifica aquello que no se ajusta a los supuestos de partida. Investigar, por lo tanto, es un proceso humano en el cual participan los valores, la moral y las ideas individuales. No es un proceso técnico neutral. El investigador construye el conocimiento, no lo descubre. Es más que un funcionario técnico; de ahí su inescapable responsabilidad para con la forma y las consecuencias de las investigaciones.

Una investigación puede, entre otras, explicar hechos empíricos, ayudar en la comprensión de significados, guiar la acción, contribuir con conocimiento crítico y emancipatorio, revelar vínculos entre la realidad cotidiana y la lógica estructural que reproduce esta realidad, y promover ciertos intereses políticos. El científico escoge, consciente o inconscientemente, una metodología; el conocimiento que con ella se produzca favorecerá unos intereses. ¿Cuál es el conocimiento que queremos y necesitamos? ¿A quién beneficia este conocimiento?

En Colombia los investigadores podemos o no favorecer los intereses de los privilegiados. Tenemos, eso sí, una responsabilidad con quienes nunca han tenido voz. Dentro de varias opciones podemos escoger entre una ciencia positiva que puede llegar a deshumanizar y mantener el control en quien ya lo tiene, o una ciencia reflexiva que apunte a restituir en los individuos su capacidad de ser responsables por y de controlar su propia vida. No se puede negar la dimensión ideológica de la actividad investigativa.

Durante los últimos treinta años una ciencia propia autónoma ha ido consolidándose en los países periféricos. Sus aportes al conocimiento de la realidad cultural y humana de la periferia son innegables. Sin embargo, la crisis de nuestras sociedades se profundiza. Los distintos tipos de discriminación, las enormes inequidades y el deterioro ambiental se perpetúan a pesar de "nuestra" ciencia. Pretender resolver nuestros problemas con los conocimientos de las ciencias sociales es ignorar lo acontecido en este siglo. "El sujeto actúa sobre la verdad, pero la verdad ha dejado de actuar sobre el sujeto" (Foucault, 1994, p. 41). ¿En qué fundar, entonces, una esperanza?

Gadamer (1975) sostiene que la investigación nos forma y transforma como seres humanos. Los supuestos moldean lo que somos, condicionan nuestras relaciones. Retarlos y cambiarlos nos afecta como individuos y transforma la sociedad. No se trata de trazar un plan para convertirnos en seres sensibles a las injusticias. Ello, como afirma Krishnamurti (1996), tan sólo sería una muestra adicional de nuestra necedad. Sí es necesario entender cuáles son los supuestos en los cuales se funda nuestro actuar. Esta conciencia inicia nuestra transformación.

Tal vez el mayor beneficio que obtuve del trabajo de investigación sobre las condiciones laborales de ciertos trabajadores fue comprender cuáles supuestos estaban detrás de las metodologías que utilicé y las implicaciones de los caminos escogidos. Fue importante adquirir experiencia con el uso de distintas herramientas y aproximaciones mientras podía observar su potencial y limitaciones. Las investigaciones que ahora desarrollo se han beneficiado de la conciencia que he adquirido del camino recorrido.

A manera de conclusión

La primera característica que destaqué sobre mi investigación de las condiciones laborales en el sector informal fue la utilización de dos metodologías distintas para su estudio. Detrás de esta diferencia formal y visible hay dos tipos distintos de preguntas de investigación y, más importante aún, dos visiones del mundo, cada una basada en un conjunto diferente de supuestos.

Partir de dos visiones diferentes del mundo dificulta la integración de aquellas aproximaciones metodológicas que se ajustan a cada una de esas visiones. En estos casos, los métodos ayudan a construir conocimiento de diferentes dimensiones de la realidad social. Para volver a un ejemplo del mundo natural, se tendrá conocimiento del sabor de una manzana, pero éste nada aportará al conocimiento de la forma y el color de la fruta; son dos dimensiones distintas y el investigador usa diferentes métodos para construir conocimiento sobre cada una de ellas. Los resultados de las aproximaciones no se integran porque cada una responde a una pregunta de investigación distinta. Una fructífera combinación surge cuando se utilizan diferentes métodos en la investigación de la misma pregunta, aunque ello implica sacrificar parte del potencial de alguna de las aproximaciones metodológicas. Integrar perspectivas sobre diferentes aspectos de un fenómeno es más un ideal que una realidad.

Los supuestos personales privilegian el estudio de unas dimensiones sociales en detrimento de otras. Distintos supuestos permiten producir diferentes conocimientos. Decidir cuáles son los conocimientos que quiere producir es responsabilidad del investigador. Hacer explícitas las consecuencias sociales de su decisión es un deber fundamental, más, si se trata de investigaciones en sociedades periféricas donde, dadas las realidades sociales, son inaceptables la indiferencia y la perpetuación de estas condiciones.


Bibliográfía

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