SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número24"Faúndez" and other textsThe new suspect índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Em processo de indexaçãoCitado por Google
  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO
  • Em processo de indexaçãoSimilares em Google

Compartilhar


Revista de Estudios Sociales

versão impressa ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  n.24 Bogotá maio(ago. 2006

 

EL CANCILLER

THE CHANCELLOR

María Teresa Ronderos

Periodista colombiana. Ha sido editora política de El Tiempo y Editora de la Revista SEMANA. Maestra en Ciencias Políticas de la Universidad de Syracuse, obtuvo la Knight Fellowship de la Universidad de Stanford.


Resumen

Por veinte años, sin ejércitos y sin control de rutas, a pura diplomacia, Gabriel Puerta se ganó la confianza de narcotraficantes y paramilitares colombianos. Esta es su historia.

Palabras clave

Narcotráfico, paramilitares, confianza, extradición, violencia.

Abstract

Without armies or route-control, but based on pure diplomacy, Gabriel Puerta gained the trust of Colombian drug traffickers and paramilitaries throughout a period of 20 years. This is his story.

Keywords

Drug trafficking, paramilitaries, trust, extradition, violence.


Por segunda vez el doctor Gabriel Puerta está en el patíbulo. Hace 14 años, con once amigos, resolvieron enfrentar al narcotraficante Pablo Escobar, reclutando informantes y desertores de su organización y colaborar con la justicia colombiana para que diera con él. Los llamaron los Doce del Patíbulo por su desafío temerario a un Escobar paranoico dispuesto a matar hasta su sombra. Ahora su supervivencia no está en juego. Pero sí la posibilidad de vivir. Puerta, de 63 años, aguarda en una cárcel de máxima seguridad en Valledupar; cuarenta grados centígrados de las dos de la tarde, dormir sobre suelo mojado para mitigar el bochorno al nororiente colombiano. Falta el último trámite para que un avión de la DEA se lo lleve a Estados Unidos. Quizás para cuando esta nota esté publicada, él ya esté en una prisión del país del Norte. Una corte de Florida lo señala de "conspirar para poseer cocaína con la intención de distribuirla en Estados Unidos" y otra de Washington, bajo la norma Rico (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations), de ser uno de los "líderes del cartel del Norte del Valle", el último de los grandes carteles de la droga colombiana, que floreció en el espacio que dejó una guerra tremenda entre el cartel de Medellín de Escobar y el de Cali de los Rodríguez Orejuela. El Departamento del Tesoro lo puso a él y a sus empresas en la lista de los designados narcotraficantes, para "poner al descubierto y socavar la red financiera de éste cartel". "Conocía muchas personas señaladas por las autoridades como miembros del Cartel del Norte del Valle, como también a otras de distintos carteles nacionales, debido a mi actividad salvando vidas y con ocasión del conflicto colombiano. Ni líder ni jefe de nada. Llevo 42 años viviendo en Bogotá y 25 con dedicación completa a las actividades agropecuarias en Antioquia, Boyacá, la Sabana de Bogotá y en otros municipios de Guaduas, Cambao y Chaguaní. No en el Norte del Valle. ¿Quién me podría aceptar como jefe a control remoto?"

Para capturar a Puerta, según aseguró un investigador colombiano cercano al caso, el gobierno estadounidense pagó la más grande recompensa que jamás haya girado por narcotraficante alguno (la Embajada de ese país en Bogotá ni negó ni confirmó esta información); muy cercana a los cinco millones de dólares que ofrecieron cuando lo pusieron en la lista de los más buscados. Y cuando supieron dónde estaba, fue tal su celo para que no se les escapara que, contraviniendo las normas que impiden a oficiales extranjeros emprender acciones policiales en territorio nacional, cinco agentes de la DEA en persona y quince experimentados oficiales de la policía colombiana salieron a media noche a buscarlo, se perdieron, subieron trochas, hasta que irrumpieron blandiendo sus armas, en la finca donde estaba Puerta. No encontraron resistencia, ni droga. Sólo una pistola en la mesa de noche a la mano de Puerta y un cuchillo de cocina que ofreció la empleada doméstica cuando le preguntaron dónde estaban las armas. Gabriel Puerta despertó sobresaltado con el alborto, pero pronto se identificó, llamó a la calma, y salió tranquilo con los policías.

Puerta no es un Escobar, emperador del tráfico y del terror. Tampoco es un trofeo simbólico de un cartel desmantelado, como lo son los envejecidos Rodríguez Orejuela, a quienes extraditaron a comienzos del 2005. Y, aunque ha sido entrañable al fenómeno de las autodefensas, tampoco es uno de los señores de la guerra paramilitar, traficantes de droga y de armas. Incluso, la acusación que le hace la justicia de la Florida por el envío de la droga a ese estado, es más genérica de lo que suelen ser estos" indictments", sin fechas exactas, ni circunstancias precisas (Puerta dijo que explicará esta acusación allá y tendrá "que ver con la incursión de las autodefensas en el conflicto colombiano"). Sin control de rutas, ni ejércitos, ni territorios, ¿por qué tanto empeño de los gringos en llevárselo?

El narcotráfico

La señora de Puerta dice que está a dieta. Por la ansiedad se ha engordado casi tantos kilos como su marido ha perdido en la cárcel. Nerviosa, saca carpetas y papeles, que están en varias cajas en el comedor de su departamento. Para que no piense que lleva una vida lujosa, aclara que el Guyasamín que exhibe en la pared de la escalera es una copia. Las autoridades colombianas los acusan de haber obtenido sus bienes con las ganancias de actividades ilícitas y, mientras avanza el proceso para extinguirles el dominio, se los han incautado casi todos: la hacienda Aguas Vivas de más de 800 hectáreas en las tierras calientes del valle del Magdalena Medio, otra de 300 hectáreas de las valiosas tierras en la Sabana de Bogotá, otras empresas agrícolas y mineras y la oficina en un barrio bogotano de clase media. El departamento donde vive la familia Puerta hace 18 años también entró al proceso, pero por ahora le dejaron el bien en custodia. En la biblioteca donde nos sentamos a conversar, no parece que faltara ninguno de los libros que se han publicado en los últimos años sobre narcotráfico y paramilitarismo en Colombia.

No se sabe bien cuándo Puerta empezó a tener que ver con ese mundo de carteles de la droga y negocios clandestinos. Nació en San Carlos, un pueblo montañoso al oriente de Antioquia. Creció, como muchos colombianos del país rural en los años cincuenta, viendo a conservadores y liberales matar por política. Su papá fue alcalde, juez y concejal del pueblo, y cuando murió su mamá—de una familia de alcurnia del pueblo, los Parra París— entre ella y sus hermanas mayores sostuvieron la casa cosiendo, trabajando en oficinas públicas, como pudieron.

"En los últimos 20 años San Carlos ha sido uno de los lugares donde se han cometido cantidad de masacres, con historias que aún me trastornan y me condicionan. Personalmente fui y sigo siendo víctima de esa violencia, y un ser desplazado y desarraigado de la tierra chica." Estudió derecho en Medellín y luego en Bogotá. Luego de varios cargos públicos, se fue a vivir a un pueblo en la frontera con Ecuador, dice él que "huyéndole a problemas sentimentales", a probar suerte con una tienda de cerámicas. Quebró y puso un negocio de cambio de divisas con el que prosperó, invirtió en minas y compró fincas en su natal Antioquia.

"La confianza que yo le inspiraba a los clientes hacía que depositaran sus dineros, para devolverlos cambiados a la moneda requerida—dólar, sucre o pesos—a los tres o a los 30 días y muchas veces hasta dos y tres meses, cuando regresaban, sabe Dios de dónde. Los negocios de frontera son así. Adquirí desde entonces fama de hombre correcto y serio. Principio de todas mis intervenciones futuras en las autodefensas y paramilitarismo."

Extendió su negocio de cambista a Cali. Ya separado de su primera esposa, madre de sus tres hijos mayores, se enamoró precisamente de la gerente del banco donde tenía las cuentas de sus casas de cambio, y, a juzgar por las emotivas tarjetas que le ha enviado desde la cárcel, sigue enamorado de ella 25 años después.

En 1985, poco después de vender las casas, y ya metido de lleno en las fincas ganaderas, compró el 17 por ciento de una aerolínea llamada Intercontinental de Aviación. Según las autoridades colombianas y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la empresa fue creada para camuflar viajes de droga a Estados Unidos y para lavar dinero a través de sus múltiples subsidiarias, algunas registradas en paraísos fiscales como Islas Vanuatu y Gran Caimán. Aseguran que Orlando Henao Montoya—la figura fundadora del cartel del Norte del Valle—fue su socio principal. La fiscalía colombiana ordenó la incautación de todas las empresas asociadas a la quebrada Inter, incluidos hoteles en San Andrés, y acusó a Puerta de ser uno de sus dueños. Los Puerta niegan estas acusaciones:

"Eso de que Inter sirvió para facilitar el tráfico de drogas ilícitas es la mentira más mal diseñada y orientada a exagerar y a destruirla junto con sus dueños. La compañía jamás estuvo envuelta en asuntos de narcotráfico. Eso es un invento asqueroso. Que investiguen y al final tendrán que decir la verdad."

El paramilitarismo

La vida de ganadero no alejó a Puerta Parra del conflicto colombiano. Fue víctima de atentados guerrilleros. Fue secuestrado dos veces, y, en 1990, en su finca de Puerto Bélgica, dieciséis bombas le volaron casa, bodegas y maquinarias. Luego también hubo de enfrentar a Pablo Escobar que estaba secuestrando narcotraficantes y hacendados. Entonces fue cuando crearon los Doce del Patíbulo.

"El problema social formado por las acciones de Escobar y su aspiración política, sumado a esto el empuje de la guerrilla y la necesidad de suplir las deficiencias de seguridad inherentes al Estado, nos llevó a muchos, de distinta clase social y económica, a enfrentar el reto de la guerra y de la descomposición social. El narcotráfico no era la meta, pero había que conocerlo a fondo para tratarlo, pues las FARCylas autodefensas comenzaban a nutrirse de esa fuente".

El trato de los Doce con la Fiscalía para limpiar sus prontuarios a cambio de ayudar a frenar la sangrienta guerra de Escobar contra todos, se filtró en la prensa. Y desde entonces comenzaron los estadounidenses a seguirle la pista a Puerta.

"Sobre mí (los americanos) hurgaron y encontraron, pues en desarrollo y atención del conflicto armado interno, los conocedores del tema fuimos requeridos, directa o indirectamente, para que aportáramos ideas, dinero y contactos. Así fue que las autodefensas, que los ganaderos sosteníamos por presión gubernamental y social, se transformaron en poderosos ejércitos paramilitares." "Los paras, para 1995, ya abandonados por los promotores, terratenientes, industriales, comerciantes y militares que encontraron difícil el financiamiento conocido de cuotas anuales, le entregaron de lleno la responsabilidad a los narcotraficantes. Autodefensas campesinas que desaparecen, se transforman en paramilitarismo y "agarran" el negocio de la coca cobrando impuestos de bodega y salida al mar y de aeropuertos y luego el mercadeo redondo. Ellos y la guerrilla, por una necesidad de financiación que no encuentran suficiente en el secuestro, cuando los fusiles pasan de costar 300 dólares a 8.000 sin oferta fluida. Además por la necesidad de dinero para sus ejércitos." "Políticos, industriales, gerentes gremiales, militares, "gentes de bien" visitan a los unos y a los otros y muchos de nosotros servimos de enlace y coordinación con los jefes. Unos siguen bien camuflados y otros, más arrojados o ingenuos, caso personal, salvando vidas y evitando conflictos internos o solucionándolos, al descubierto, caímos fácilmente."

La mediación

En la misma amplia biblioteca, es imposible no ver una estatuilla de un metro de alta de Mahatma Gandhi. Está hecha en una sola pieza en madera de sándalo. Puerta la trajo cuando estuvo en India, durante 45 días, con otros colombianos y venezolanos. Según escribió luego en la revista de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Cebú (Asocebú), fue a ese país "en plan ganadero, para recorrer los caminos abiertos por los brasileros desde 1885 y a conocer la hazaña realizada por estos", pues trajeron a América los bos indicus, las razas primogenias del Cebú.

Su admiración por Gandhi parece auténtica. Quienes lo conocen saben que medió entre hombres malos para arreglar desavenencias y llamar a la cordura, lo que en el mundo del crimen implica evitar muchas muertes. Así, hace unos años, cuenta un investigador policial, un transportista chileno que prestaba sus servicios a los jefes del Norte del Valle llevaba una cocaína en altamar cuando se vio alcanzado por los guardacostas estadounidenses. Éste creyó que alguien lo había "vendido" porque era la segunda vez que lo interceptaban. Furioso hundió el barco con cinco toneladas. Una fortuna, que puesta en México habría podido valer unos 20 millones de dólares. Cuando volvió a Colombia, lo aguardaban los patrones con una condena a muerte. Desesperado acudió al "doctor Puerta" y él logró que lo perdonaran.

Un conocedor de las autodefensas relató, hace unos meses, cómo fue determinante su gestión para que los jefes paramilitares del Magdalena Medio finalmente accedieran a entrar a la mesa de negociación entre las Autodefensas Unidas de Colombia con el gobierno de Alvaro Uribe en Santafé de Ralito. A Puerta también lo invitaron a meterse bajo ese paraguas, que ha impedido que varios jefes de las AUC, pedidos en extradición por narcotráfico, como Salvatore Mancuso, Don Berna y Vicente Castaño, sean enviados a Estados Unidos. Pero él declinó la oferta. Se supo porque cuando lo capturaron, encontraron en su computador una carta a los jefes de Ralito explicando sus motivos.

"El asunto mal informado de mi intención de acogerme a los diálogos de Ralito, para la fecha de mi captura es cierto, pero anticipadamente me arrepentí de hacerlo porque estaba planteándose en forma vulgar y no conceptual, como era mi derecho dentro de las autodefensas...Los líderes de las autodefensas siempre me han reconocido y me han apoyado, pero fue mi decisión no agravarles su situación con mi presencia, ni causarle complicaciones al gobierno nacional con mi aparición allí."

En otra ocasión, una viuda de un banquero, que había estado preso por delitos financieros, intentó recuperar una finca de su marido en el Magdalena Medio que estaba a nombre de un testaferro. Éste se negó a devolverla. Acudió a un jefe paramilitar para conseguirla a las malas, pero éste no sólo no le ayudó sino que se quedó con parte de la finca. A la postre fue a dar donde Puerta. Y el doctor Gabriel arregló el asunto e hizo que le devolvieran sus tierras. "Nunca cobró un peso por estos favores, dijo alguien que lo conoce hace veinte años, y eso le granjeó aún mayor confianza y respeto de todos". El investigador policial matiza: "De todos modos, todos ellos terminan recibiendo regalos considerables—una finca, una plata— de los agradecidos beneficiarios de esas gestiones". No todas las mediaciones de Puerta tuvieron que ver con negocios oscuros de la mafia. También abogó a favor de guerrilleros desmovilizados. Luego de firmar la paz con el gobierno en 1993, la Corriente de Renovación Socialista (CRS), una facción de la guerrilla castrista, Ejército de Liberación Nacional, comenzó a recibir un embate feroz de los narcotraficantes en el Valle. Estos se querían vengar porque resentían algunas acciones de las CRS del pasado y creían que su desmovilización era mera fachada. "Fue Gabriel Puerta el que los convenció de que estaban errados y gracias a su gestión se salvaron decenas de vidas de hombres y mujeres que ya estaban en la paz", dijo un testigo directo de los hechos. Puerta puede aconsejar y mediar y ser escuchado por varias razones. Como él mismo lo dice siempre ha sido serio en los negocios. Parece haber construido un código de honor que nunca rompe, y que tiene algo del silencio, la lealtad y el valor de la palabra de las viejas mafias sicilianas. Y alguien así es muy valioso en el ambiente de feroz desconfianza y traiciones en el que se mueven los actores de la guerra colombiana. Esta carta es una prueba fehaciente de ello:

Doctor
Gabriel Puerta Parra
E.S.M.

"….. Dejas entre tus compañeros de este presidio un recuerdo gratísimo, un vacío insondable porque fuiste maestro sin par y protector celoso de tus discípulos, atentos siempre a tus directrices y dispuestos a tu consejo atinado. Hoy nos abrazamos a tu ausencia determinada por burócratas que son como Roquetín, el héroe de la naúsea sartriana: "unos hombres sin importancia alguna, exactamente unos individuos"….. (Tu familia) tienen nuestro afecto y reconocimiento por su solidaridad con este suplicio que nos enseñaste a sobrellevar. "Quien tiene un por qué para vivir puede soportar cualquier cómo", sentenció Nietzsche. Dios te bendice Gabriel, porque eres íntegro, eres inmensamente humano, eres amigo y como lo consignó Yupanqui, "un amigo es uno mismo en otra piel". Te añoramos y abrazamos tus compañeros de siempre, (Firman 102 reclusos del pabellón de extraditables en la cárcel de máxima seguridad de Combita, Boyacá).

El liderazgo que ejerció en la cárcel de Cómbita, donde cientos de acusados de narcotráfico o delitos conexos, aguardan los trámites para ser enviados a Estados Unidos, lo metió en problemas. Inició con ellos una cruzada contra la extradición a las buenas, según su estilo, persuadiéndolos de que era mejor dar la batalla en los estrados judiciales y de opinión, mediante avisos en los diarios. Por esto fue trasladado a la cárcel de Valledupar a una celda de vigilancia permanente.

"En Combita está el patio 7 exclusivo de los extraditables, como Campo de Concentración, donde el director y la guardia los miran como los peores bandidos del mundo. De "arriba" les han vendido esa idea. Claro cada uno de los extraditables es oro en polvo. Setecientos millones de dólares anuales de ayuda para acabar (¿ ?) con el conflicto. Por atreverme a escribir y denunciar pacíficamente me mandaron a un pasillo de Atención Especial, al lado de delincuentes violentos, con encierro de 24 horas….."

Es que a diferencia de los consiglieri de la mafia italiana, Puerta cree en la razón, más que en las armas. Por eso cuando lo capturaron le encontraron sólo una pistola, pero miles de documentos de reflexión sobre cómo buscarle una salida al narcotráfico. Está convencido de que pese a la represión estatal, el negocio ilícito no decrece en el mundo, enriquece a los violentos, y corrompe a las clases dirigentes.

"En Colombia se está cogiendo el toro por la cola y no por los cuernos en la lucha contra el narcotráfico. Creer que al terminar con este flagelo la guerrilla se someterá y el paramilitarismo terminará es un cuento de hadas. Primero el narcotráfico no se acabará, pues 250 millones de habitantes de este planeta consumiendo no lo permitirán. Segundo ese es un negocio que ya los venezolanos, argentinos, peruanos, brasileros, ecuatorianos y centroamericanos, especialmente mexicanos, realizan con mayor solvencia que Colombia. La mayor parte de las ganancias se quedan en México y en los países consumidores, que hoy suman a ellos mercados incipientes como los de India y China y la insaciable Europa...¡qué horror! ¿Se acabará el fenómeno porque fumiguen, extraditen y encarcelen? No.

... todos los pueblos del mundo deben reaccionar a favor de los consumidores, con campañas masivas de concientización y alternativas...toda esa gran fortuna que se gasta ahora en la represión debe destinarse a convencer al consumidor social y al desadaptado que consume diariamente por necesidad, que deje la droga….. Los dirigentes actuales están engañando a los pueblos y al mundo en general, respecto a la droga...Despenalizar la droga sería un paso trascendental y atender su consumo con educación y salud pública es el remedio inicial. No nos engañemos, asumamos correctamente el compromiso con la humanidad."

El ganadero

La señora de Puerta quiere que suba a mirar el estudio donde trabajaba su marido. Allí tenía otra biblioteca, pero muy distinta: colecciones de revistas empastadas del mundo pecuario, como la brasilera DBO rural y la Carta Ganadera, entre otras, libros como La geometría del Cebú y una decena de libretas con notas sobre los potreros que necesitan corte de pasto, los pagos al veterinario, las cercas que hacían falta, etc.. "Del 2000 y al 2002 seguimos a Puerta intensamente, dice el investigador policial. Le interceptamos teléfonos, vigilamos sus pasos, conseguimos informantes y no encontramos sino una vida normal de un ganadero que iba a ferias y daba conferencias".

Puerta tuvo fincas desde los años setenta, pero no fue un terrateniente convencional. Se obsesionó con mejorar la productividad ganadera del país y para ello importó del Brasil razas (originarias de la India) de alto rendimiento en carne y leche, como la Gir y de triple fin como la Guzerá, para carne, leche y trabajo (bueyes de arado). Desarrolló cruces nuevos y predicó en cuanta reunión ganadera la necesidad de usar medios científicos para mejorar las razas. Publicó varios artículos en revistas especializadas y le dieron menciones y premios. Dirigentes ganaderos buscaron su apoyo para lograr influir en el gobierno en cuestiones que les afectaban, como la importación de leche en polvo. Abrió las puertas de sus fincas a decenas de estudiantes de veterinaria y zootecnia de planteles de todo el país para talleres y prácticas.

"Mención especial le debo al hecho de despertar la conciencia gremial sobre la necesidad urgente de promover las pruebas—evaluación genética, prueba de desempeño o pastoreo y prueba de progenie— que posicionen al país en el concierto mundial pecuario. Sobre todo a emplear el organismo bovino apropiado para las zonas templadas y cálidas y para el cinturón tropical del mundo. Una acertada política que nos ayude a vencer la eterna humillación de ser los dueños del 75 por ciento del hato bovino mundial y a producir apenas el 25 por ciento de la carne y la leche que se extraen diariamente en la tierra".

Puerta cree, como dijo en una charla en el Magdalena Medio en 2000, que es fundamental no continuar "sumergidos en el colonialismo, copiando los mandamientos de la pecuaria europea, sino conocer y profundizar en los fundamentos de la tropicología pecuaria". Es la misma filosofía nacionalista detrás de su rechazo a la forma como se ha combatido el narcotráfico en el mundo: "Debemos vencerla desconfianza y la falta de fe recurriendo a lo sencillo, a lo elemental de la agronomía y la genética, practicando investigaciones propias: además debemos exigir la paz inmediatamente, de la cual fuimos dueños y nos la arrebataron los violentos e incluso los gobiernos de turno".

Paradójicamente el conocimiento y la veneración de Puerta por el ganado también hicieron que muchos narcotraficantes y paramilitares confiaran en él y lo consultaran. Prácticamente no hay narco colombiano que no tenga cientos de hectáreas de tierras y que no se enorgullezca de ellas, sin importarle si las consiguió con dineros ilícitos, o peor, a plomo, arrasando miles de hogares campesinos, como si allí, en sus anchos pastizales y bellos paisajes, pudieran borrar el horror que han causado.

El poder

Puerta se ganó la confianza de muchos en un mundo implacable donde cualquier desliz se puede pagar con la vida. Él ha podido mantenerse fiel a su código de honor, sin decepcionar. Lo que no lo hace ningún santo, y él lo sabe. Pero sí le dio la posibilidad de ser uno de los pocos sobrevivientes de las guerras colombianas de los últimos veinte años, y quizás el único que ha tenido contacto directo con tantos de sus protagonistas. Ha sido testigo excepcional de los cruces entre autodefensas y narcotráfico, y de éste último con las guerrillas. Ha sabido de las sórdidas relaciones entre todos ellos y la política colombiana. Esa condición de consejero de fiar, le dio acceso privilegiado a la información, que es en realidad la base de su poder. Ahí puede estar la clave de por qué los estadounidenses lo han buscado tanto.

Por lo que sabe, preocupa su visión pesimista del rumbo de Colombia, a pesar de la creciente sensación de seguridad que se percibe.

"No debemos seguir equivocándonos en el hallazgo del camino de la paz con alegaciones futiles….. La paradoja de mi historia se entenderá cuando conozcamos la historia real de la Colombia actual y aceptemos la responsabilidad que todos tenemos en la expansión del narcotráfico y en la no solución de los problemas de los más necesitados. Cuando los poderosos entiendan que su aberración criminal por los credos ajenos los está también acercando al final. La historia individual no importa, pero la colectiva conmueve. Ojalá no lleguemos a extremos terribles." En la última conversación telefónica con la señora Puerta, me dice que teme que ya esté muy cerca la hora de la partida. Pronto su marido—quien vivió en las arenas movedizas en las que suelen sucumbir quienes creen que el fin justifica los medios—será un reo más del congestionado sistema penitenciario estadounidense, vestido de naranja y con grilletes.

(Gabriel Puerta fue extraditado a fines de mayo de 2006, cuando una versión más corta de esta historia salió publicada en la revista argentina Surcos).

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons