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Revista de Estudios Sociales

versão impressa ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  n.24 Bogotá maio(ago. 2006

 

"PERDÍ A MI ESPOSO Y A MI HIJO" Y OTRAS HISTORIAS DE DESPLAZADOS Y DESPLAZADAS (I)

"I LOST MY HUSBAND AND MY SON” AND OTHER STORIES OF FORCED DISPLACEMENT VICTIMS (I)

Graciela Uribe

Coautora del libro El orden de la guerra. Las FARC-Ep, entre la organización y la política. Asesora de la Fundación Sinergia. Estas entrevistas fueron realizadas dentro del marco de la investigación "Desarraigos e imaginarios religiosos", llevada a cabo por la Facultad de Estudios Ambientales y Sociales de la Universidad Javeriana con el apoyo de Colciencias.


"Perdí a mi esposo y a mi hijo" 1

CCEh

Vivíamos en la pobreza pero vivíamos bien

Mi situación es la siguiente: me mataron a mi esposo y me desaparecieron a mi hijo. Yo quedé sola con mis cuatro hijos. Pues sí, digamos que para mí esto fue un cambio total. Y eso de pronto ha hecho que yo haga cosas para acercarse más a Dios. Y pues uno a veces espera a que sucedan las cosas, para después sí acercarse más a Dios y decir, "Dios mío, perdóname porque yo he estado alejada de ti". Porque yo he estado lejos de Dios y todo eso 2. Pero enfrentar uno una situación con cuatro hijos no es cosa fácil. Eso es algo terrible. Mejor dicho, en donde uno tiene que hacer de mamá y papá. Mis cuatro hijos estudiaban todos en el colegio, en un colegio que cuando estaba mi esposo pues él les pagaba, pues era un colegio más o menos. Pero cuando yo ya me quedé sola me tocó retirar mis hijos y buscar mejor dicho al acomode mío, porque ya uno no está en capacidad, sin trabajo, sin casa. Porque yo me quedé en la calle, completamente en la calle, porque pagábamos un arriendo y a los ocho días me tocó desocupar, porque yo no me sentía en capacidad de pagar un arriendo de esos.

Sí, pues entonces yo pienso que es algo que le puede pasar a uno en la vida, muy duro, para comenzar uno a sufrir con los hijos y pues uno unos días tiene para comer y otros días no, pero a pesar de todo uno como que va acogiendo esa rutina diaria. De pronto yo le pido mucho a mi Dios que me dé esas capacidades de yo acabar de levantar a mis hijos y de poder salir adelante. Yo todavía tengo las esperanzas de que me consigo un buen trabajo, puede ser con el que tengo, con el mismo trabajo, o de otra manera, pero guardo las esperanzas de poder trabajar y de poder darle a mis hijos. En este momento no tengo a mi hijo estudiando, el que tiene quince años que es el menor. Pues no está estudiando, porque me dejé colgar con las pensiones. Entonces pues no puede estudiar, está trabajando, el niño necesita estudiar, el niño necesita capacitarse, pero si no puede uno, pues qué se va hacer, ¿cierto? Cuando a uno le matan y le desaparecen a alguien uno siente, sinceramente que todo va a terminar ahí, ¿no es cierto?, pues cuando perdí a mi esposo para mí fue algo muy terrible, yo sinceramente yo vivía mejor dicho desorientada, pues ahora ¿qué iremos hacer? Tantas cosas que piensa uno, le va a faltar todo a mis hijos, porque yo no trabajaba, mis hijos estudiaban, nosotros vivíamos bien en la pobreza pero vivíamos bien. Vivíamos bien en el hogar, pues cómo le digo, yo tenía un hogar bien bonito, y esas son las cosas que le llegan al corazón, porque si hubiera sido un hogar mal formado, todo eso, pues yo creo que a uno no se le da tan duro con esos hechos, pero no, a lo contrario.

Y al año fue cuando mataron a mi hijo, eso fue otro golpe mejor dicho, terrible. Yo sinceramente decía, cuando no ha pasado por ahí, uno no siente. Uno sí siente el dolor de los amigos de uno, pero cuando uno ha pasado por ahí, uno dice: "Dios mío, bendito", uno quiere desvanecerse, como que uno no quiere seguir luchando. Pero uno vuelve y recapacita otra vez, y dice ¿pero qué me está pasando?, tengo que salir adelante, tengo que luchar hasta que Dios lo tenga a uno con vida. Eso que me ha pasado a mí, son unas experiencias.

Yo conté mi historia y no me la creyeron 3

Yo fui, cuando me pasó todo eso, a pasarme como desplazada, yo conté mi historia tal como era, yo no mentí porque uno de pronto no es la persona que está a acostumbrada a venir y pedir, pero pues yo dije no, a mi me pasó esto y esto y lo otro, pues yo conté mi historia ¡y no me la creyeron! Como les dije yo allá, no es porque ustedes me ven a mí, pues lo único que yo necesito es un seguro, algo como un carné para salud. Porque yo pensaba tantas cosas, se enferma alguno y no tenemos el carné, no tenemos nada, eso fue lo único que yo les dije allá, yo no necesito sino eso. Es más, si ustedes no me quieren pasar por desplazada, pues ayúdenme, yo les pedí, les rogué, les pedí el favor que me dieran una ayuda. Tenía la ficha del SISBEN, porque a mí me habían aceptado cuando estaba mi esposo, pues tenía un puntaje alto pero ya yo conté mi historia, ellos me habían podido dar un carné o algo, pero dijeron que esas historias pasaban a diario y que había gente que iba con mentiras y que decían que les habían matado el hijo, que les habían matado el esposo y yo no sé cuántas cosas, y no salí favorecida.

Le cuento que eso a mí me dio mucha impaciencia, porque yo decía cuántos no hay que sinceramente no lo necesitan y van y se hacen pasar por desplazados y lo tienen todo, porque así hay, uno aquí conoce personas que van así. Y eso me desilusionó mucho.

Dios, aquí estoy con mis hijos

Cuando me siento tan sola y desamparada, los primeros pasos que doy son buscar a Dios realmente, decir: "Dios mío, aquí estoy con mis hijos, en tus manos dejo todas mis dificultades, mis necesidades y todo lo que ha pasado". Yo no tuve otra alternativa, decirle a Él: "¡aquí estoy!". Yo me la pasaba malgeniada de todo lo que me pasaba, los muchachos estudiando y no tenía con qué cubrir las necesidades y pues a mí me daba desesperación, yo me desesperaba y decía: "Dios mío, yo qué hago". Pero he aprendido y Dios me ha dado esa capacidad de enfrentar las situaciones tal y cual como le vienen a uno y sin desesperación. Mire que a mí ahora soy una mujer humilde, no me desespero, si no hay nada, pues a veces la niña me dice: "mañana no hay con qué comer, con qué vamos hacer almuerzo, con qué vamos hacer comida". Y yo pues, siempre le digo que tranquila, pues tengo como esa tranquilidad y eso de saber que Dios está con uno y que Dios siempre le va a tender la mano a uno.

Sí, yo no siento que estaba tan alejada de Dios, porque nosotros vivimos mucho tiempo, ocho años así sin casarnos, solamente así, después nos pusimos de acuerdo nos casamos e íbamos muy bien. Nosotros éramos unas personas que no teníamos nada, pagábamos un arriendo pero mi esposo trabajaba, vivía uno bien, pero entonces yo si iba a misa, él también iba, mis hijos también, íbamos todos y siempre practicábamos lo que siempre tiene que practicar uno. Pero pienso que después de todo esto yo me he acercado más a Dios, yo participo en los grupos, aunque antes yo participaba de los grupos pues no con esas ganas, pues como decir uno que el día domingo es para Dios o es para la Santa Misa, para ir a orar por las tardes.

Yo no pienso que estuviera así como tan alejada, pero sí he pensado en tantas cosas que uno ha sido, pues yo me considero que yo había sido una persona negativa, y todo eso es falta de estar uno como más cerca de Dios, para aprender a ser positivo. Ahora, yo le he pedido mucho a Dios y le he dicho: Dios mío—en todo momento que yo oro—: "yo te entrego esas personas y te pido por ellos", porque el único que tiene derecho de juzgar es Dios. Yo soy inocente de lo que esas personas hicieron con mi esposo, sé que se lo llevaron y todo, pero yo digo que si yo me los llegara a encontrar algún día y de frente, pues yo no siento ese odio, de que mejor dicho, que le voy hacer esto o lo otro. Me siento como en paz, pues todo pasó. Antes pues yo sentía odio, yo dije que lo van a pagar, tantas cosas que dice uno con rabia, pues yo le he pedido tanto a Dios de que me enseñe a perdonar a las personas, a perdonar al que le hace mal a uno, que Dios es el que me ha concedido todo.

Pedirle primeramente perdón por los errores de uno y yo pienso que si Dios le perdona a uno y que si Dios escucha las súplicas de uno, Dios va a estar conmigo yo estoy con paz siempre, hay sanidad, ¡hay todo lo bueno! Yo lo veo así de esa manera.

Lo único que tengo que hacer es luchar

Frente a la vida de antes y la de ahora hay como diferentes actitudes porque yo pienso que cuando una mujer se queda sola, lo primero que hace es decir que se va a conseguir una persona, un compañero para que le ayude a sostener el hogar, ¡bueno, tantas cosas que puede pensar uno! Y yo diría que esa es la diferencia que hay, porque mire que a mí no se me ha pasado por mi mente eso, yo he pensado que lo único que tengo que hacer yo es luchar, por salir adelante. Y lo que más he aprendido es a respetar a la persona que tiene al lado. Y yo siento de que si de pronto yo ahora me consigo un compañero estoy faltando ante Dios, o ese es el temor de uno. Uno cometer un error de pronto yo, que por tener aquello, que esto y lo otro, ¡no puede ser! Y por ese motivo lucho, salgo, voy, trabajo, salgo que una cosa o la otra pero mejor dicho muy juiciosamente, y todo eso lo he logrado porque Dios me lo ha concedido.

En mis hijos he notado que hay resentimiento, en mi hijo mayor. No sé, yo trataba de controlarlo, de hacerle caer en cuenta las cosas, pero él me decía: "no, mami, es que por qué tienen que hacer una cosa de esas con mi papá". Y por lo menos el niño menor que tiene quince años él es también así. Y para mí es preocupante porque yo me siento, un cambio, a mí no me gusta lo que él dice, lo que él explota, no sé, eso no es bueno. Yo trato de hablar con ellos, trato de hacerles entender las cosas, que todo pasó. Pero a él no se le quita de la cabeza, tiene como un resentimiento, y como decir él dice: "yo me voy a pagar servicio porque yo tengo que encontrarlos" y pues eso no es nada normal. Y en este momento es eso lo que preocupa más. 4

Ahora tengo que responder por dos hijos no más. Mi otra niña, la mayor y la otra, la que le sigue vive en Neiva con el marido. Y esta niña también tiene su marido pero está aquí. Son cuatro hijos. Pues para dónde me voy a ir a pagar un arriendo sin tener con qué, y vea que Dios le pone en las manos de uno las cosas, yo desesperada nueve o diez meses pagando un arriendo que eso si conseguía para pagar un arriendo no conseguía para comer, o si comía, pues mentirosos sería si uno no comiera, pero mire, gracias a Dios este rancho esta aquí, al menos tenemos en donde estar. Es propio yo un día desesperada salí y me vine y dije: "yo tengo que conseguir una casa con la ayuda de mi Dios", y yo salí y me vine, y esto era muy feo, era un parqueadero, pero entonces Nidia, una amiga, y el compañero, me prestaron una plata para que yo comprara este lote. Esto era un ranchito muy pequeñito, y eso apenas cabíamos ahí, eso eran apenas las camas. Gracias a Dios, ya lo tengo libre, ya pagué la deuda, y pues así, aquí estamos, aquí estoy, luchando. Pero yo considero que yo ya pasé el peor momento, porque ya uno va aprendiendo. Nada se mueve sin la voluntad de Dios, pero a veces pienso si será que uno se las busca, o por qué me pasó a mí, todas esas cosas. Mejor dicho, comienza uno a preguntarse a uno mismo, pero qué está pasando.

Me la pasaba durmiendo

Pero yo pienso que yo ya me superé, para mí fueron días sobre días en donde yo no trabajaba porque yo no me sentía. A mí sí me dio muy duro, pero yo si le cuento una cosa yo me la pasé dos, cuatro, seis meses durmiendo día y noche, y la comida, la cuñada, la hermana de mi esposo, ellos me mandaban de comer. ¡Qué sería de mí, todo el día durmiendo! Y mis hijos estudiando. Cuando fue lo del desplazamiento yo me vine inmediatamente desde Curillo, cuando mataron a mi esposo y a mi hijo. Me vine acá porque yo dije, qué voy hacer, uno solo, quedarse uno en ese pueblo. Pues yo pensé que uno acá tenía salida, de pronto para trabajar, para todo eso, y pues gracias a Dios, me hice amiga de una señora que pasaba todos los días a trabajar y yo le dije para dónde va, y me dijo a trabajar, entonces yo le comenté y ella me consiguió trabajo, me ayudó a conseguir un trabajo con almacenes, en un taller de corsetería. Eso me sirvió demasiado, aún cuando yo me dormía en la máquina, porque yo no quería vivir sino durmiendo, durmiendo, me decía el médico que eso era normal, que uno disipaba las angustias de distintas maneras.

Mis hijos todos perdieron el año 5

Pero yo ahorita yo siento, y a pesar de todo, pues yo he aprendido a sacar a mis hijos adelante y uno se vuelve fuerte, yo digo que los muchachos aman lo que yo digo, ¿cierto? Porque yo pienso que cuando está la persona al lado de uno, ellos le ayudan a corregir a uno o le ayudan a corregir o los muchachos pues por lo que como uno dice una cosa y el otro otra. Pero ya uno mirándose de que yo soy la que tengo que luchar, que soy yo la que todo, como dice el cuento, a uno como que le pone sabor amargo. Y de pronto a veces toca con mano dura con los hijos porque no es por uno cansón, sino porque le toca. Por ejemplo a mi hija, la gordita que está en Neiva, no sé si como a mi se me vinieron muchos problemas encima. A mí me dicen que psicológicamente uno los enferma a los hijos, mis hijos todos, sólo una no me perdió el año, de resto todos, al año siguiente de que pasó eso, todos tres me perdieron el año. El niño, la niña que está embarazada,—la que salió—me llamaban los rectores y me decían: "mire, venga y mire a su hija, con las rodillas así y con la cabeza entre las piernas y no le ponía atención a la profesora y el niño también". Entonces fue ahí que me dijo la profesora: "si usted no pone estos niños con un psicólogo, con grande pena yo no se los puedo aceptar más en el colegio, no por indisciplinados ni nada de eso, sino porque ellos no prestaban atención", la profesora hablaba y ellos se hacían los que hacían la tarea pero no, eso fue perdido todo. Y de repeso a mi niña, la gorda, ella me decía a mí, ella me decía: "mami, me vienen siguiendo". Pues no sé como puede que haya sido real o como puede que se lo imaginaba, pues ella me decía que no se lo imaginaba, que la perseguían, a mí me daba mucho miedo y me vi obligada por eso a sacarla de aquí, mandarla por allá, para el Putumayo a que terminara el bachillerato. Porque le estaba yendo bien, estaba en décimo, sólo le faltaba el once. Yo dije, no puede ser que mi hija pierda el último año y yo la saqué de aquí y ella se fue por allá. Eso es algo muy duro para uno, porque desprenderse uno de un hijo y mandarlo por allá, tener ella que trabajar, tener que luchar duro para ayudarse porque yo a veces no tenía qué mandarle, entonces ella tenía que trabajar. Ella duró más de un año por allá.

No quiero volver a escuchar que mi papá está muerto

Terrible y yo pienso que a todos, pues yo no sentía que me siguieran, yo salía y normal, y pues como yo iba en mi búsqueda, pues yo no sentía nervios hasta que un día me fui para La Novia, para ese pueblo, solita, con Dios y la Virgen y por allá me pararon y me dijeron ¿usted qué hace? (la guerrilla) Increíble todo lo que pasa pero es cierto. Y porque a mí me dijeron que fuera a La Novia6, para hablar con uno de ellos. Yo fui, yo no sentía miedo por nada, pero ese día sí sentí, ese día sí dije no vuelvo por acá porque tengo resto de hijos por quien responder, ellos me dijeron no la queremos ver más por acá, yo qué más tuve que hacer, volver como a las seis de la tarde, pasó una de esas líneas, de esos motores (lanchas con motor fuera de borda) y me vine para Curillo y nunca jamás volví a salir por ninguna parte a buscarlo, a ninguna parte. Pues pensé que eso de la muerte de él está como raro, o sea, yo no puedo decir ahora está muerto, porque los muchachos me lo prohibieron. Yo primero decía, a lo mejor viene un día molestando, entonces mi papá me dijo, no mijita no siga molestando, a lo mejor está muerto y ustedes acá haciéndose ilusiones. Ese día la hija mayor me dice: "¿sabe qué mamá? le digo que no quiero volver a escuchar esa palabra acá en la casa, que mi papá está muerto". Aún cuando pienso que uno está así porque uno no lo ha visto muerto, pues uno dice, vive, de pronto dice, no, está muerto, entonces eso es una cosa que no se ha superado. Porque uno piensa, uno trata de hacer que las cosas queden así, pero no se puede. Le digo porque la gente le dice a uno cosas. Por lo menos hace poquito alguien dijo que a él lo tenían en una finca, por allá en Suncillas7 en el Putumayo. Sí, por allá que lo tenían manejando un carro, entonces todas esas cosas hacen de que como que uno mantiene con la duda, Dios mío, ¿estará muerto, estará vivo?

Si él estuviera vivo, él hubiera hecho lo posible por hacernos saber. Eso lo he pensado, yo he pensado, porque, pues dicen, uno se atiene a lo que dicen allá, ¿cierto?, que ellos (se refiere a la guerrilla) cuando los tienen allá no los dejan ni hablar con nadie, que no sea persona ni familiares ni nada y hasta pasan cinco o seis años. Ahora hace dos meses apareció un muchacho, que hace seis años se lo llevaron, la familia lo hacía muerto, y ahora que pasaron por televisión eso que la ley rescató como a setenta, cuando el nombre del muchacho ahí, seis años y apareció y ahí vino aquí a Florencia y a la Finca porque vive por acá cerca por Pueblitos. Entonces todo eso le hace a uno de pronto guardar esa esperanza, ¿cierto?8

Cuando uno puede hacer el novenario, como que descansa

No haberlo visto es lo que hace más difícil hacer un verdadero duelo. Yo por lo menos cuando lo de mi hijo, ya uno sabe que fuimos lo dejamos allá en el cementerio, sabe uno que ahí está, ¿cierto? en ese pedacito de tierra está mi hijo, y ya, uno siempre lo tiene aquí, y sabe que está muerto cierto, que ya no vive. Pero entonces lo otro, por lo menos no, por lo menos cuando llegamos de buscarlo de por allá (el lugar donde le decían que la guerrilla se había llevado a mi esposo), estaba toda la gente esperando y le habían traído coronas, nosotros llegamos solos. La niña, la embarazadita, esa niña sí muy positiva no sé, ella dice, que su papá no está muerto, ella no lo siente muerto, ella fue grosera en ese momento, tiró las coronas en la sala y dijo: "aquí no ha pasado nada". Tenía en ese tiempo trece años, eso hace cuatro años, tiene diecisiete, dijo: "aquí no ha pasado nada, mi papá no está muerto, ¿dónde está mi papá para que ustedes traigan coronas aquí?" y desbarató el altar, cogió todos esos manteles, los dobló, las coronas por allá las tiró y se acabó el altar, se acabó la novena. Para mí, entonces si tiene mucho sentido hacerle el novenario a los muertos para que el alma no se quede por ahí. Y primero que todo digo que como aquí ha habido una tradición, cierto, que viene desde muy atrás. Yo por lo menos voy al cementerio, yo rezo el Padre Nuestro por él, yo todas las noches yo oro por él, tal vez por lo que le han enseñado a uno de que uno debe orar por lo difuntos, ¿cierto? Y el sentido de que hacen una novena, para mí eso es algo que como uno descansa. Uno dice le hice el novenario, le mandé hacer la misa todo eso, uno siente que como que ha cumplido con un deber.

Y eso de no hacerle la novena al muerto, eso téngalo por seguro que eso le mortifica a uno, yo me digo de noche: "Dios mío, si está contigo acógelo pero si está en este mundo acuérdese de él". Yo por lo menos no digo por el alma de José Ignacio, yo no le rezo un Padre Nuestro así, cuando rezamos el rosario por las almas benditas del purgatorio en mí digo, por José, si está muerto, cierto, pero
yo no abro mi boca para decirlo, ¡eso es tenaz!

Eso es lo más duro y yo les dije (a la guerrilla): "Entréguenlo, por errores que tengamos, por malos que seamos merecemos darle una sepultura, entréguenlo." Dijeron "no, ¿para qué se lo vamos a entregar?". Imagínese con lo que le sale a uno esta gente tan ignorante, entonces yo les dije, yo tenía mucha ira, yo les dije muchas cosas, les dije: "yo no les estoy pidiendo a ustedes para darles sepultura, simplemente les exijo, les estoy pidiéndoles que por favor me lo entreguen, para llevármelo". Y me dijeron: "Para evitarle gastos no se lo vamos a entregar"9.

Porque yo lo hubiera visto, me lo entregaron, lo trajimos, lo enterramos, ya, sabemos que está ahí, es muy diferente. Uno no tiene paz, tranquilidad, yo le pido mucho a Dios que me dé esas capacidades de poder hacerle entender a mis hijos de que ya son cuatro años, que ya estoy en paz, ¿qué podemos hacer ya? Pero no, porque yo no siento ya mucha desesperación, pero uno tiene ahí como esa cosita que no lo deja tranquilo.

Hasta ahora nadie ha dicho nada y él (el marido) era una persona conocida por el Putumayo, por toda parte, nadie ha dicho, aquí en mi finca lo enterramos, todo el mundo sabe quién es José Ignacio. Nadie nos ha dicho aquí está enterrado, que vaya que allá lo enterraron en tal parte, nosotros vimos. Porque ellos (los milicianos) no están alejados de las casas en donde ellos viven, ellos moran en casas de familias y en fincas y en el momento ninguno dice, aquí está muerto, vamos a ir a mirarlo. En una ocasión un señor me dijo que si yo no iba a hacer nada por él, como a los dos años. Yo le dije "pero yo qué voy a hacer" le dije, "si de allá me dijeron que estaba muerto", y me dijeron "no señora, él no está muerto, a él lo tienen castigado".

Y cuando le dicen a uno esas cosas vuelve y reviven esas esperanzas así uno quiera olvidarlo, no lo dejan, no puede. Yo todo eso le hacía caer en cuenta a él. Y él decía que no que él no debía nada, lo mismo que decía José Ignacio "no debemos nada, ¿por qué tenemos que escondernos?, ¿por qué tenemos que irnos?". Porque cuando él estaba yo le decía: "si esto sigue nos vamos todos de acá". Para sacarlo a él, para evitar y no fue posible convencerlo, sólo lo convencí que se fuera un buen tiempo, meses, pero volvió y ahí fue donde pasaron las cosas.

Dios mío por qué lo mataron

A mi hijo me lo mataron un domingo por la tarde. Él venía todos los domingos con la mujer y el bebé y ese domingo no vino, Dios mío por qué lo mataron si ese muchacho era muy especial conmigo, estaba pendiente, yo estaba trabajando en ese tiempo. El lunes me fui a trabajar por la tarde porque salimos a las seis de trabajar fui y me senté, pensando siempre en qué pasó con él, cuando yo que me acababa de sentar, y me dijeron que el lunes por la tarde, lo habían llevado por allá que dicen que es una casa sola, que es una calle oscura, por Villa Mónica10, así, esa calle que da la vuelta a la Iglesia Carismática. Cuando a mí me avisaron, ya lo tenían acá, ya lo había recogido una funeraria de ahí, lo tenían en el hospital. Yo fui esa noche, a mí me dijeron que no me dejaban entrar yo no se si era mentira, pero no me dejaron entrar. Mi amiga se quedó conmigo aquí, esa noche vine, me dormí y mejor dicho vine me acosté, al otro día me despertaron, por la mañana, imagínese con todos estos problemas y yo como si me hubieran dopado.

Esas ganas de llorar se me convertía en sueño11

A mí la dificultad, la angustia, me hace dormir. Allá lo tenían, cuando lo dejaron ver yo fui y lo mire, y yo le pedía mucho a mi Dios de que no me fuera a desmayar, ¿sí?, como a tener una reacción embarazosa, yo le vi a él, pero al mismo tiempo sentí como más fuerzas, como decir Dios mío Bendito, que se haga toda tu santa voluntad. Y todos no me querían dejar verlo, yo dije "no, déjenme verlo que es mi hijo", que porque él ya estaba descompuesto, ya estaba negro. En esos momentos yo no siento que me vaya a desmayar o siento que vaya a gritar, no. Y lo mismo pasó el día del entierro, yo fui al entierro, yo sí lloré pero no me dió esa desesperación que una mamá siente, ¿cierto?, que era mi hijo y mejor dicho, eso es algo mucho tremendo ¡Dios mío! Pero Dios me dio esas fuerzas para llorar, de yo poder enfrentar hasta ahí. Yo no me explico qué pasa en uno.

Después yo seguía con mucha angustia, no pasármela llorando no, mucho sueño, horrible, yo mejor dicho, la señora esa donde yo trabajaba, Magdalena, ella me miraba que yo estaba dormida. Una gran persona, me cogía y me decía, "Oliva levántese de esas máquinas, vaya a la tienda". Cualquier cosa me ponía a hacer, para no tenerme sentada frente a las máquinas porque era que yo me dormía, cerraba los ojos completamente. Es decir esas ganas de llorar, se me convertían en sueño. Ese día en el entierro yo sentía que me dormía. Aunque uno quiere recordar, a veces como que evita hablar de eso, a mí me dicen de mi hijo ya definitivamente no lo voy a volver a ver, si algo me preguntan yo de una vez contesto dos o tres palabras y el resto desvío para no hablar del tema porque esto para mí es algo muy doloroso.

LAS HERMANAS CHOCUE12

CDPi

Uno realmente sí ve la presencia de Dios

Mi nombre es Leonila Chocué, soy profesora de la escuela La Cabaña, en una región donde hay la presencia de los actores armados. Mi experiencia en un momento de conflicto, digo que se siente miedo, se siente angustia, pero a la vez hay como esa esperanza y esa fe en algo divino en una fuerza superior y que uno después de los casos, de los hechos, uno realmente sí ve la presencia de Dios, la fortaleza de Él. Cómo sucedió, no recuerdo, el año pasado, cuando la guerrilla atacó al ejército en la población El Dorado13 y la guerrilla tomó el camino y pasó por la vereda, al otro día pasó el ejército, los siguió y no llegaron prácticamente a la escuela, pero sí llegaron derecho a la casa14. Pues uno viendo que el día anterior pasó la guerrilla, se escucharon los estruendos y todo lo que habían hecho, al otro día, ya la presencia del ejército en la región pues eso causó miedo15. Pues la forma en que llegaron, que era sembrando terror, pues, la presencia de Dios ahí está muy clara16.

También nosotros salimos y nos preguntaron que si había pasado el ejército. Nosotros le dijimos que no habíamos visto ejercito y nos dijeron que qué habíamos visto, así bravos ellos. Pero entonces les dijimos que nosotros lo que habíamos visto era guerrilla y nos dijeron: "¿Qué porqué decíamos que era guerrilla?"; y nosotros les dijimos que porque ellos dijeron que eran guerrilleros, que eran de las FARC. Nos preguntaban: "Iban mujeres armadas y gente armada" y nosotros les dijimos,”aquí entraron, pidieron agua, se les dió agua y se fueron". En ese momento salió mi hermana y les dijo " ¡sí! Ellos pasaron por aquí y no están lejos", entonces ese teniente dijo que por qué decía que no estaban lejos; y ella les dijo "que porque aquí como a las nueve vinieron a pedir una aguja con hilo, que seguro necesitaban y dijeron que estaban por ahí, y anoche los perros molestaron mucho no dejaron dormir, por eso creemos que ellos no están lejos".

Entonces de una vez ellos cambiaron el tono de voz dominante y entraron como a un diálogo con nosotros17 y nos pidieron comida, porque no habían desayunado, no habían almorzado, eran como las cuatro de la tarde. Entonces llegaron y se estuvieron ahí hasta las cuatro de la tarde, cuatro y treinta del día y se fueron. Y de ahí para acá pues siguieron como en especie de persecución con nosotros. Eso hasta el Batallón me tocó ir y cada que mandaban cajas de material para la escuela en los retenes me sacudían todo, me esculcaban, que porque, ya estaba fichada. Entonces yo vine a la Procuraduría, hablé con el Procurador, le dije cómo habían sido las cosas, la situación en que estábamos y un señor de la Procuraduría me acompañó hasta el Batallón. Allá también hablamos con los altos mandos militares y como a los dos meses volvieron y me llamaron, yo fui al Batallón y contesté las preguntas que me hacían.

Últimamente me dijeron que si yo era auxiliadora de la guerrilla, le dije "yo sí, yo soy auxiliadora de la guerrilla, pero de ustedes también. Porque en mi casa han estado los guerrilleros, han pedido agua, agua se les ha dado y ha pasado el ejército, han pedido comida y lo que se ha podido dar se les ha dado. Porque son dos grupos armados que andan y juntos matan y uno si le brinda un tinto o lo que sea, no lo brinda por amor, por voluntad, sino por miedo18. Porque uno lo que tiene que defender es la vida y uno de campesino no tiene ninguna arma sino pues la voluntad de Dios, lo que Dios quiera hacer". Y entonces, ahí se rieron, se miraron, de lo que yo les decía, dijo que por qué; "porque uno está entre la espada y la pared, si llegan los unos, uno tiene que responderle y si llegan los otros pues lo mismo. Uno no tiene la culpa de que llegue, de que uno no puede decir: bueno, usted, de qué bando es, se le puede servir o no se le puede servir, uno tiene que servirles necesariamente".

Yo invoqué el salmo 9119

Así siguieron hasta que ya me dejaron la vida quieta en ese entonces. Pero la verdad es que la gente también, ellos confían mucho en uno20 y uno también les hace ver de que uno tiene que andar pues con la presencia de Dios porque ¿quién más lo defiende a uno por allá, porque está en manos de los unos y de los otros? Nosotros tenemos las experiencias, estas son muy grandes, de la presencia de Dios y entonces hay que agradecerle la presencia de él en muchas cosas de nuestra vida. Yo entiendo la presencia de Dios como la fortaleza, es como la fortaleza, porque el momento en que a mí me dijeron vea ahí están ellos y los niños ya iban saliendo de la escuela, cuando me dijeron, cuando una señora llegó a la escuela corriendo, iba muy asustada y me dijo: "profesora viene el ejército, viene el ejército, ¿ahora qué hacemos? ¿Qué decimos?". Le dije yo: "pues qué va a decir, lo que se ha vivido, diga lo que usted ha vivido, lo que usted ha visto y no es más. Váyase para la casa".

Ella se devolvió para la casa, yo me fui también para la casa, mandé a los niños a sus casas y ellos se fueron. Yo llegué a la casa, ya en la casa le dije yo a los que estaban allá: "que viene el ejército, que viene en tal parte el ejército". Y como el que nada debe, nada teme, entonces nos sentamos a comer y espere y espere que llegaran y nada que se miraba el ejército. Ya como a las dos horas y algo más fue cuando empezaron a latir los perros. Ya cuando llegaron ya nos tenían la casa era rodeada. Entonces y me acuerdo tanto que yo invoqué como al Salmo 91, yo entré y yo leí la Biblia, el Salmo 91. Y a mí como ese miedo, esa angustia a mí se me quitó, a mí se me quitó. Yo tuve el valor de salir y contestarle a ese teniente tan bravo que llegó porque de una vez llegó "¿quién trabaja ahí?", le dije yo; "¡ah!, ¿usted?"; "sí yo soy la profesora"; "¿Cómo se llama?"; "soy Leonila Chocué".

Ahí fue cuando me dijo: "¿y usted, sabe si hace rato pasó el ejercito?"; le dije yo: "no, por aquí no ha pasado el ejército"; "¿cómo que no?"; "no señor por aquí, ejército no ha pasado, lo que pasó fue guerrilla". Yo se lo dije así, yo ya no tenía miedo, entonces, pues yo atribuyo que es Dios el que le da a uno esa fuerza y ese poder de decir. Había unas botas allí y dijeron,"estas son las botas de los guerrilleros". Dije yo, "pues yo no sé si nosotros seremos guerrilleros o qué". Y él decía: "porque éstas son las botas de las FARC", le dije yo: "pues yo no sé si serán de las FARC, pues esas botas son de aquí, de los que vivimos aquí de los que estamos aquí". Dije yo, "pues ustedes también llevan de esas botas", apenas se sonrió. Había un cabo del ejército que se hizo al pie de un árbol que hay en la casa y dijo: "¿y hace rato pasaron?" Le dije: "no, ellos pasaron ayer". "Y a qué hora"; "como a las cinco de la tarde". "¿Y entonces qué camino cogieron?", "este camino fue el que cogieron, bien puedan, sigan". Ya dijeron" ¡no!, llevamos mucha hambre, regálenos agua". Entonces salió Elvia21 y les dijo:" ¿y van de mucha prisa para hacerles tinto?"; dijo: "claro esperamos el tinto". Ahí se le acabó la carrera y todo el afán que ellos llevaban22. Adelante encontraron las huellas donde había estado la guerrilla. El Salmo 91 nos lo sabemos de memoria, por ejemplo la Biblia la tenemos abierta en el salmo 91. Yo sí, me lo sé y es como la profesión que Dios le tiene para el que lo invoque. Me acuerdo que vino una vez el padre Fabio, él me habló del salmo 91 y él me dijo: "frecuente mucho el salmo 91, que es una oración muy bella y muy linda y tiene un significado muy grande". Yo recuerdo al Padre Fabio con el Salmo 91 y sí, es una oración muy bella, como la presencia de Dios, como esa voz, como ese aliento, esa fortaleza y que uno no está solo lo uno y lo otro que hay una fuerza superior a todas las fuerzas humanas que es Dios23.

Me hacían acordar del caso de María Magdalena y las Marías

Toda la comunidad donde yo vivo, yo creo que todos sienten el mismo temor y el miedo. Porque después de esa experiencia tan negativa digamos, llegaron los paramilitares, a la vereda vecina. Se llevaron un muchacho pues él era de allí de La Cabaña. Él ya se había casado, tenía su hogar en la siguiente vereda, cuando a la seis de la tarde llegó la razón que se lo habían llevado la noche anterior. Y nosotras, todas las mujeres dijimos que se sabía que eran los paramilitares y unas decían pues que mi marido no vaya, porque se lo llevan. Y entonces era el miedo de cómo defendernos. Así nos reunimos mujeres, como unas cinco mujeres y nos fuimos acompañar a la mamá del muchacho que se habían llevado, él vivía en la Cabaña. Nos fuimos y llegamos al lugar donde estaba la viuda y pues sí, que se lo llevaron a las nueve de la noche y dijeron que no venía y nos vinimos porque habían dicho que ellos lo devolvían, entonces nos vinimos.

Al otro día mandaron razón que si ya había llegado y él no había llegado, ya al tercer día dijimos, "hay que ir" y ya la gente se reunió y fuimos como veinte personas incluida gente de la otra vereda24. Nos unimos y nos fuimos a buscarlo y sí lo rescataron como a los cuatro días. Ellos lo habían matado25, lo habían dejado sepultado por allá cerca de Santiago de la Selva26. La comunidad fue y lo sacó, lo trajimos. Y el día en que se lo llevaron cuando nosotros bajamos, porque nosotros hicimos varios viajes, al regreso la sorpresa era que toda la vereda estaba minadita de esa gente (los paramilitares), las casas, la escuela, en toda esa región estaban ellos, era mucha gente, hombres que iban por ahí, entonces llegamos y la casa invadida de ellos y nos encontramos con un retén.

Al otro día nos íbamos cuatro mujeres y me hacían acordar el caso de María Magdalena y las Marías que se veían tristes, porque con lo que le había pasado a Jesús era parecido a lo que le había pasado al muchacho27. Yo iba pensando en Luis Alfonso y pidiendo a la vez al Señor de que estuviera bien, que le diera fortaleza, que fuera fuerte, que se acordara que él iba a tener un bebé, que bueno, ¡tantas cosas! Y entonces cuando de sorpresa, los gritos ¡alto! Nosotros paramos íbamos cuatro mujeres. Paramos ahí. "¿Que de dónde vienen?"" Venimos de por ahí"; "que ustedes por qué miran tanto para atrás"; "no, que con quién vienen"; "venimos solas"; "que para dónde van"; "nosotras vivimos aquí, en esta vereda, nosotros somos de esta vereda", entonces dijo: "¡Preséntese al Comando Mayor allá, el Comando Mayor está en la casa". Y ellos nos preguntan, que de dónde veníamos; "venimos de por allá, de buscar un muchacho que se había perdido que no sabemos quién se lo llevó" y nos preguntaron que cuándo se lo llevaron; nosotras le dijimos "anoche"; y "para dónde lo llevaron"; "rumbo a Santiago de la Selva", y dijo: "eso es guerrilla, es que nosotros vamos detrás de la guerrilla y vamos detrás de ellos", yo dije: "¡pues ojalá! nosotros le recomendamos de allí de la vereda se llevaron el presidente de la Junta y el muchacho, son de ahí, son gente de ahí, entonces se lo recomendamos".

¡Virgen Santísima ya la presencia de esta gente aquí!

Después se fueron, bueno eso también a nosotros nos dió mucho miedo porque comienza uno por radio, por las noticias, por la televisión escucha de cómo es que llegan ellos a los pueblos. ¡No, todas las cosas tan inhumanas que se cometen! y nosotros decíamos: "¡Virgen Santísima ya la presencia de esta gente por aquí! (los paramilitares)". Así pasó que esa noche se quedaron por ahí, pero ellos ya no iban bravos, no iban violentos; ellos hablaban, conversaban ahí. Cuando yo me di cuenta que ya iban arreglando las hamacas, iban organizando dormitorios y pensé en mis adentros, estos se van a quedar. Ya entró uno y se puso a conversar, entonces me dijo: "¿usted conoce las autodefensas?" le dije: "sí, yo los he visto";" y en dónde", me preguntó, "pues en la televisión y en los retenes". Me preguntó:"¿usted ha estado en los retenes de las autodefensas?"; dije yo: "sí, en el kilómetro cuatro antes de llegar a Albania28". Entonces me dijo: "nosotros somos autodefensas, ¿ustedes qué conocimiento tienen de ellos?"; y yo le dije: "sí, que cometen, cosas muy inhumanas". Dijo: "no, pero eso es pura fama que nos tienen a nosotros, que nosotros vamos antes defendiendo al campesino, vamos combatiendo sí la guerrilla, combatimos a los ladrones, a esa gente sí los eliminamos, pero al campesino no. Antes más vamos defendiendo al campesino". Yo le dije: "siquiera, ¡ojalá que así sea!" dijo: "pero ¿qué más sabe usted de los autodefensas?". Dije: "no, de lo que se ve en la televisión, en las noticias pero a mí no me consta nada".

Entonces me preguntó que por qué; yo le respondí: "porque hasta ahora, es la primera vez que se ven las autodefensas". Entonces fue cuando me dijo: "ahora de una vez, váyase borrando esa idea negativa que tiene de nosotros, no es como nos pintan". Para qué le digo mentiras, yo les tenía mucho miedo. Pero a ellos yo no les conté que ya habíamos encontrado al muchacho que se habían llevado, porque cuando ya al otro día se jueron y como al cuarto día de haberse ido ellos, encontramos al muchacho. Entonces también nosotros reflexionábamos, pensamos con las señoras, hay que confiar en la presencia de Dios. Pero qué presencia de Dios, si lo hubieran entregado vivo. Yo dije: "bueno, no lo encontramos vivo, pero lo encontramos, que es un descanso para todos". Y era el momento en que todavía estábamos con ese pensamiento, estará vivo ó estará muerto; lo encontramos, le dimos cristiana sepultura29 y ya.

Lo más fuerte es la solidaridad

Es un alivio y que uno ve que a pesar de tanto conflicto como el que había, la gente más bien salió, más bien la gente salió, fue a traer el cadáver, con mucho miedo porque dizque estaban buscando la pala cuando un señor les dijo: "¡vea, váyanse porque esa gente se devuelve, la gente se devuelve y que no dejan sacar el muerto!" Y a pesar de esa noticia, la gente más se afanó en ir, sacarlo, montar en los caballos y corra y corra hasta donde habían dejado el carro, montaron y se fueron, unos para las casas, otros se fueron a reunir a la casa del difunto y otros se fueron para Valparaíso30 a hacerle el arreglo y entonces no se vio la viuda sola, ni la mamá del muchacho sola.

Entonces uno ve eso, que la gente siempre, a pesar de todo, la gente no huyó sino que más bien se hicieron presentes. Al velorio, al entierro, le hicieron velorio y fueron al entierro. Lo más fuerte es la solidaridad. Y yo digo también por otro caso, porque yo he sido muy de buenas, esos casos tan difíciles y tan duros que tuvo la Cabaña y yo no los presencié fue cuando la muerte de los Polanía, que fueron de la vereda los Andes31. Que estaba la presencia de la guerrilla porque estaban por ahí, y así la gente bajó fueron a alzarlo, lo sacaron, lo alzaron, lo trajeron, cuando ellos llegaron ya a la escuela de la Cabaña, ya saliendo con los cadáveres, allí los detuvieron. Uno ve que la gente se solidariza, en un sentido, porque no fue solamente la Cabaña los Andes, y las Margaritas. Eso como que uno, viendo harta gente, pues hasta el miedo se acaba; ya uno lo que piensa no es en lo que ha pasado, sino cómo seguir hacia delante.

Y la gente le dedica tiempo a buscar el muerto y a darle la cristiana sepultura. Pero lo otro es que no utilizan el aguardiente para acompañar al muerto32, más bien la gente muy sana muy puesta en sus razones, ellos van y hasta que terminan la novena y la gente acompaña, mucho a los familiares. Y yo tampoco veo que la gente diga, tal vez que porque ya pasó esto vámonos, la gente sigue firme y ahí está acompañando a la viuda y a los familiares del muerto. Y entonces yo me pregunto ¿Qué significa para la gente hacerle el novenario a un difunto? Pues yo creo que es como esa religiosidad del pueblo, como esa fe que tienen, como su costumbre y lo hacen. Y también depende, porque si uno hace un novenario con mucha reflexión eso ayuda a la gente, a que la gente tiene como la fe, como la esperanza de seguir adelante. Yo creo que todo depende de cómo ayudarle a la gente y que la gente le ayude a uno. No solamente en el llorar o sentarse uno a decir pobrecito ya lo mataron, ya murió, ya se acabó, ya lo mataron ahora qué vamos hacer. En fin yo pienso que si todavía hay gente que culpa a Dios como el culpable de la situación, pero hay otros que ya no, ya entiende que no es Dios el que se ha alejado, sino uno el que se aleja de Él, como que no cree que el supremo es Dios.

El miedo es el que solidariza

Y es que yo creo que es el miedo el que solidariza, yo creo que esto hace que se busque cómo unificar la familia, las personas, se buscan los más allegados: qué vamos a hacer. Por ejemplo, así en las reuniones de Junta de Acción Comunal, se escuchaba, se comentaba el caso de tal parte, que la gente se jué, le tocó salir, ya se jueron, bueno, están amenazados, bueno, nosotros ¿cuál es la posición en un caso de estos? si nos llega aquí la nota "se van o... se queda o qué camino van a coger", qué vamos hacer. Entonces me contesta Isabel, "no, si usted dobla cobija, y se va, yo me voy atrás". Digo "pues nos vamos las dos, nos salvamos las dos y el resto, ¿el resto qué? No, ahí tenemos como comunidad que tomar una decisión, nos vamos todos o nos quedamos, pero nos quedamos todos", entonces el miedo que las personas sienten es que hace que ellos busquen unificar a las personas.Yo no sé si llamarlo miedo, o es un miedo que viene revuelto con tristeza. Porque a mí por ejemplo cuando las Marchas Campesinas33 a mí me dolía el alma de ver esas familias, marchar niñitos de siete años con su maletincito y caminando sin saber a dónde van a parar, sin saber las consecuencias. Porque yo tengo que ir con la cobija al hombro o sin cobija, a mí me dolía eso, a mí me mortificaba bastante y considerar pedirle al Señor que mi familia, no vaya a sufrir estas consecuencias, y a Dios gracias que hasta ahora no.

En el Mandur, tiene uno que vivir en solitario34

Es algo como triste, sí, triste en el sentido de que uno no quiere el mal para ninguno, y ¡sí! más bien se ha buscado que haya la confianza, mucha confianza entre la comunidad, entre las veredas. Que si algo se oyó pues que mire, entonces, buscar la forma de cómo enfrentar y no salir corriendo, que si ya tocó, pues hay que correr. Pero, yo lo tomo en ese sentido, más bien pensar, ¡qué vamos hacer! Si esto se da, qué hacemos, como la situación en el Putumayo, en el Putumayo se sufre y se sufrirá y hay una desolación muy tremenda, por la desunión, porque allá no es como el caso de por acá de la Cabaña de por estos lados de aquí. Acá la gente es más unida y como que saca su tiempito para sus reuniones, sus charlas y todo.

La verdad es que en la Cabaña se ha tenido mucha concientización, si es la Navidad, si es la Semana Santa, es caso de que se concientiza mucho la gente y eso ha ayudado a mucho. En cambio en el Putumayo no, porque la gente vive muy ocupada, porque la gente no tiene tiempo para nada, ni mujeres, ni niños, ni hombres porque están pendientes de la coca. Entonces en ese sentido es difícil, la situación en el Putumayo, tiene uno que vivir por allá solitario, el que tuvo bien y el que no tuvo pues también. El caso es horrible, lo mismo la desunión que hay, que no hay confianza, no hay nada, no hay esperanza de nada, nadie confía en nadie, entonces vinieron los otros (la guerrilla) ysí, vinieron y agarraron, a todo el mundo lo concientizan, de la manera en que se les dé la gana y como lo mejor que yo pueda allí es donde la cuestión está tan grave, tan difícil, de reunir a la gente en la escuela y meterles toda la cháchara que ellos quieren a su favor.

El miedo es el que hace desocupar35

Porque eso fue lo que sucedió últimamente. Dijeron (las FARC) que, el profesor, el inspector, el promotor y todos los empleados que hayan, tienen que ser pagados por la misma comunidad. La comunidad tiene que dar veinte mil pesos en cada reunión, para ir almacenando para pagar a esa gente. La otra, la cátedra que se da, ya tiene que ser el profesor es la de Simón Bolívar. Los profesores saben que eso no es válido y que no se puede recibir un aporte del gobierno, nada. El profesor no puede salir a cobrar el sueldo a Curillo, ni puede ir Puerto Guzmán, a ninguna parte. Allá, como el cuento, el que sale y entra es por que anda trayendo de allá para acá o llevando de aquí para allá.36

Cuando decían todas esas cosas, que no se paga el maestro, que no reciba del gobierno nada, yo me cuestionaba, yo estaba sentada y la gente toda agachando la cabeza, decía sí, sí. Entonces yo me dije, como cada cabeza es un mundo y tiene sus formas de pensar, mi pregunta era ¿quién es el que privatiza ahora la educación? ¿es la guerrilla o es el gobierno?, porque dicen que no se recibe el sueldo, la plata de allá del Estado y que tenemos que pagar nosotros, los que tienen pagan y los que no tenemos, ¿cómo pagamos? Menos mal que el profesor se solidariza con la comunidad y dice: "me pagan aún cuando sea el mínimo trescientos mil" y eso hay que pagarle. ¿Y de dónde plata si no tenemos? Si no hubiera pasado la fumigación, que acabó hasta con el nido de la perra como el cuento, había de dónde sacar la plata. Entonces la guerrilla dice "el que queda aquí, es porque está al lado de nosotros y el que no, pues que salga." Entonces eso es una cuestión. La otra cuestión de la gente es por qué no se hacen a la idea de ellos (de la guerrilla). Entonces, váyase, tiene que salir. Por lo mismo que les da miedo es que hacen desocupar, salen, ahí mismo acomodan y salen. Dejan todo botado y salen, por lo mismo que da miedo y por lo mismo que no hay como esa unión, como esa confianza del uno con el otro. No, nada está organizado, cada uno a su manera, entonces qué puede hacer la gente, la gente que medio entiende, que medio quiere tal vez trabajar, entonces ya no puede.

Hablo del Caño del Mandur, (en el Putumayo) de por allá donde yo viví. Ellos no salen, porque ellos ya quitaron la persecución que hubo con los motoristas (que manejan las canoas a motor), todo motorizado que salía, lo cogían. A muchos los mataron, otros se volaron. Bueno en fin, a muchos que no los cogieron les quitaron la canoa, se las quemaron, se las robaron. Entonces la gente no sale. Ahora pusieron que dejan salir únicamente el lunes, el sábado, el domingo y el viernes. El resto no hay salida, nadie sale porque no dejan mover las canoas.

Yo salí hasta fácil, pero con mucho miedo. Porque imagínese en Curillo, estaban los paracos y todo el que salía de allí lo agarraban. Y yo soy tan de buenas, porque yo me venía y a mí nunca me preguntaron en Curillo, usted de dónde viene, una sola vez me pregunta un militar que de dónde venía. De resto no. Yo salía y entraba, últimamente ya no. Porque ya me dijo mi yerno y Esperanza (mi hija):" ¡mami es mejor que si se va usted no venga de tan de seguido, porque eso es una ley y hay que cumplirla. Entonces usted pa' ya y usted pa' ca, la cogen, de pronto la cogen!" Y sí, en una ocasión nos quitaron la canoa, nos dejaron a pie por allá en el río. Siempre anotan los nombres y mucha requisa y eso era quitándole la cédula y ya ellos lo anotaban Pero siempre el afán de salir era por ella, (la hija) y ya últimamente embarazada me preocupé. Yo me arriesgué y yo fui. La verdad que no encontramos a nadie pero sí hubo una cuestión muy tremenda, a los motoristas que mataron pero eso ya fue los paracos, que los mataron delante de toda la gente que iba allí.

Por allá no hay confianza en nadie. Y allá hay mucho machismo. Entonces uno no tiene qué hablar ni con quién coordinar nada. Uno se atreve a preguntar, bueno, "¿y será que uno no puede hacer la denuncia con alguien en Florencia?", Porque por allá nadie conoce de los derechos humanos, por allá la desunión es la que mata, pero el deseo de ellos (la guerrilla) es acabar los paracos, eso sí. Pero lo otro es que en cuanto a los políticos, ellos lucharon mucho. Pero como ya la gente a pesar de todo ya no les come cuento, ni con el voto ni con nada. Todo el mundo quedó que nadie sale a votar, porque lo uno la guerrilla no dejó, lo otro cuando ellos quisieron que la gente saliera a votar por el candidato que ellos querían, yo ni supe quien era, la gente no salió, la gente no le dio el voto. Y lo otro es que la gente lo que piensa es eso, que la coca es todo.

Pero yo veo que a la guerrilla más que todo como que le interesa la coca, porque cuando salió el Plan Colombia el gobierno pedía arrancarla. Entonces ya la guerrilla dijo que el que llegara a arrancar la coca, que de una vez fuera doblando maleta y se juera. Entonces ellos están favoreciendo también la coca. No dejan vender la coca libremente, ellos son los que la compran y eso está por todos lados.

El Dios de allá es el Dios Coca37

En cuanto a la religión de allá, el Dios de allá es el Dios Coca. Por allá no se puede hacer ningún trabajo38. Lo poquito que se hace es lo que se haga con el vecino ahí más cercano, con el amigo más cercano pero ya no. Yo nunca logre allá, yo mis celebraciones que se hacían era ahí la casa, con la familia, y los vecinos por ahí cerquita pero ya no. Es que ahora ni el padre va ha visitar allá, cuando baja y nadie lo acompaña porque no hay tiempo. Yo creo que la gente de la única manera que se vuelve a acordar de Dios es cuando tienen que salir o están en peligro. Si creo que ahí sí corren y a pesar de todo el padre siempre cuando llega ha ido a la Esmeralda y el obispo también y allá dizque corren a confirmar y a bautizar, pero de resto ellos no se preocupan por una concientización por algo así, no. Eso no. Este caso es distinto al de La Cabaña. Con respecto a la presión de los grupos armados yo creo que se siente más presión por la guerrilla, por la coca. Por la guerrilla porque si ellos no permiten, ni que se venda ni que salga, eso lo tienen ellos de su cuenta. Lo del Putumayo como lo más grave es que ellos utilicen a las comunidades, por ejemplo, a las Juntas de Acción Comunal para que las Juntas sean las transmisoras de todo el ideal de ellos y muchos de las Juntas están cumpliendo esa misión. Yo creo que algunos es por convicción y otros ya lo hacen es como a la fuerza, ¿porque qué más pueden hacer?

Habla Leonila, de nuevo toma el caso de los muertos y desaparecidos en La Cabaña:

En eso que estaba pasando, la desconfianza de la guerrilla, nos llegó la razón de que había unos muertos. Porque en la casa habían matado uno y el otro estaba desaparecido. Entonces nosotros éramos amigos con el Inspector, él dijo: "esperen yo voy con ustedes" y nos juimos, como unas quince personas, juimos de ahí con el Inspector. Entonces el inspector dijo: "camine vamos en gallada grande" y nos juimos hasta allá, y allá el hizo el levantamiento (del cadáver). Entonces allá nos dijeron que estaba buscando el otro, porque el otro estaba desaparecido y que lo habían visto que venía de Valparaíso como a las cuatro de la tarde. Y hasta cierto punto lo habían visto ahí, no llegó a la casa. Entonces, cuando unos iban por un camino, los otros venían por otro camino con el otro muchacho que habían encontrado.

Bajaron uno y subieron el otro, entonces hablaron así: "que se devuelvan porque el carro que subió con el ataúd ya se fue y ya encontramos el otro". Se devolvió, nos devolvimos porque nosotros también íbamos allá, nos devolvimos y sí, y los dos muchachos ahí, ya quedaron ahí arreglados y nosotros nos vinimos para la casa, veníamos cuando ya cerca de la casa nos encontramos con la guerrilla. Estaban ahí sentados, entonces nos pararon, nos preguntaron "ustedes de dónde vienen"; "venimos de por allá"; "¿de allá de los finados?"; entonces dijimos que sí; "¿y quién los mató?", " ¡Ah!, nosotros no sabemos, no sabemos quién fue que los Mató"; "¿y los muchachos...?"; "que no son muchachos de aquí de la región, no le conocemos delito". Nos dejaron ir, pero iba un muchacho con nosotros y a él lo detuvieron," ¡venga pa cá!"; y entonces nosotros cuadramos las bestias más allá y nos paramos a esperarlo. A él también le volvieron a preguntar que quién había matado a los muchachos y que por qué los habrán matado; "nosotros no sabemos".

Entonces dijo: "váyase porque allá lo están esperando" y entonces nos fuimos y llegamos a la casa. Llegamos a la casa, y llegando los primeros guerrilleros y nos dijeron "¿ustedes de a dónde venían?"; "de allá abajo donde hay unos muertos"; "¿y ustedes conocen a esa familia?" "sí nosotros los conocemos, es que esos muchachos estaban cuidando la finca porque los viejitos están por allá haciéndose un tratamiento pues están enfermos y ellos estaban ahí cuidando." Y entonces dijo: "pero es que hay otros de ellos que son torcidos";" ¡nosotros no sabemos!" les dijimos. Se quedaron por allá cerca a la escuela, cuando pasaba el carro con los dos muchachos, los dos finados. Y ahí los detuvieron, ahí mismo que pa'qué cargaban, que pa'qué se los llevaban, que por qué no los dejaban, que los habían matado por ladrones, que porque yo no sé qué. La guerrilla los había matado y la verdad es que nosotros no sabíamos, nosotros no les conocíamos cosas indebidas a los muchachos, los acusaron así, y así los mataron, ese día el momento en que los vi a mí me dio como miedo. Y ya estaba gente armada ahí, que sabíamos que eran ellos. Antes ya habían matado a otros, primero los Polanía y después losTike. También llegaron a la casa y ahí en presencia de la mamá los mataron. Habían matado un viejito y allá como a los ocho días de los Polanía fueron los Tike y todas esas mortandades así. Y como la razón, como a la una de la tarde que llegaron a la casa, que me fueran avisar que habían matado a "Turupi" y dijeron entonces "¿qué hacemos?"; "vayan avisen al Dorado que lo vayan a recoger o que den la orden de recogerlo", y nos juimos como a las seis de la tarde. Y me decía "¿usted va a ir al velorio?" Y sí, llegamos pero la gente tenía mucho miedo.

Cuando nosotros llegamos habían unos en la pieza, estaba ahí, el cadáver de los hermanos, sí, la verdad es que uno sentía miedo. Esto es parte de nuestra fe, de nuestra creencia la gente tarde en la noche fue al velorio. Una parte se fue al velorio, una parte se fue al entierro.

Es que realmente esa gente no tiene corazón

La gente frente a los actores armados, cuando ya saben que son ellos los que están matando, que ya los dos casos que ha contado unos fueron asesinados por los paramilitares y otros por la guerrilla. Bueno la gente dice: "es que realmente esta gente no tiene corazón". Esta gente comete las cosas tan inhumanas que se da para creer que no tiene corazón, que no tiene miedo a Dios. Ya el Dios para ellos ya no lo hay.

De las veces que yo he hablado con los grupos armados, sólo más bien con las autodefensas, fue que sí tocamos el punto de ese Dios, de esa fuerza, de esa presencia y fue tanto que iba un autodefensa y llevaba un librito del Divino Niño y él se fue. Puso el arma así, se sentó y se puso a hacer la novena del Divino Niño y leyó la Novena del Divino Niño y llamó un niño de ahí de la casa y le dijo: "¿por aquí hay tiendas cerquita?"; y él le dijo: "no pues, sí hay una, pero está bien arriba." Y dijo: "¿a usted lo dejan ir a la tienda?" dije "sí pero, qué se le ofrece"; dijo: "es para que me compre tres velas y se las prenda al Divino Niño". Entonces ya le dije yo que por ahí hay velas, "pues sáqueselas y páseselas" porque él pensó que se las iba a llevar y dijo: "no, es que usted la va ha prender aquí. Y es para el Divino Niño", entonces, en ellos, como que tienen ellos, no sé cómo es allí, porque si él tenía como esa fe o como pedía la ayuda del Divino Niño, yo no sé allí esa fe cómo actúa, cómo es. Otro también me dijo: "si Dios me da licencia de trabajar, yo no trabajo sino dos años, porque la meta mía es comprarle casa a mis hijos y a mi mamá, yo comprándole casa a mi mamá y a mis hijitos yo me salgo de esto, porque esto no es vida." Entonces pues yo digo que también están en eso es por tanto desempleo que hay, que ya no encuentran otro camino sino que buscar como que la forma de subsistir, y hay tantas formas de entenderlos. Con la guerrilla hubo con uno que sí se pudo hablar. Hablando con él yo le dije: "bueno, ustedes hoy están aquí, nosotros estamos hablando con ustedes aquí hoy. Ya mañana nos toca con el ejército o con los paramilitares, nosotros ¿qué tenemos que hacer? ¿cómo nos vamos a defender?" Y él nos dijo: "pues díganles que nosotros estuvimos aquí, y que nos busquen. Ellos nos buscan y nosotros también los buscamos", entonces le dije yo: "sí es la verdad que los busquen. Pero uno piensa en una forma como en un ser divino que hay, que lo puede ayudar, ¿qué lo pueda sacar?" Y dijo que no, lo hecho estaba, que ellos habían hecho un compromiso y que eso era un compromiso que ellos tenían que cumplirlo.

Yo se lo atribuyo todo es a Dios

En todo esto que ha pasado yo me pongo a pensar, cuál ha sido mi experiencia como maestra frente al conflicto armado que se vive en el Caquetá. Pues yo creo que el apoyo más fuerte que uno recibe como maestra es de la misma comunidad, es la misma comunidad pues es donde uno vive, donde uno ha vivido, donde uno ha sentido las consecuencias de los conflictos, los siento yo, los siente el vecino, los sentimos todos. Hay muchos maestros que han tenido que venir acá, amenazados y hasta perder el puesto porque no se van, porque no están trabajando, le retienen el sueldo. Hay casos tremendos, entonces que el compañero está amenazado, vamos a ubicarlo en otra parte, vamos a cambiarlo de plaza, no porque los traslados están congelados, las permutas no se aceptan, entonces o hay prácticamente un apoyo, me atrevo a decir eso pero pues la verdad es que la comunidad, el apoyo de la comunidad, porque eso yo lo he sentido.

Este apoyo yo se lo atribuyo todo es a Dios, porque, cuántos inocentes no han matado, no se han llevado, no han desaparecido, que son inocentes pero yo digo, pero más que todo es esa confianza y el pedir al Espíritu Santo, que lo que yo vaya a decir, seas Tú el que vas a hablar por mí, la fuerza del Espíritu Santo, que sea Él que va hablar, me va a defender, que sea Él, el que va a estar enfrente como salvador de una comunidad. Entonces no es como que yo porque soy un poco más estudiada que los demás, ¡no! Si no como esa esperanza y esa fe y la fuerza del Espíritu Santo en que está en uno y le da la fortaleza y más que todo yo les digo no les dé miedo, no sientan miedo, contesten tranquilos lo que ustedes sepan, no por miedo. Ustedes tienen que ser muy prudentes en dar sus repuestas, no quiten, no agreguen, porque eso ha pasado en algunas partes. Entonces los van comprometiendo y los van agarrando, y los agarran y los llevan. Entonces más que todo en eso yo les he dicho sean tranquilos, que si vienen, esperen, hablen. Porque sí en una ocasión llegaron muy bravos los de la guerrilla, que uno alzaba la mano y un señor con palabras ¡no!, ¡nada!, Acusándolo y todo. Inclusive llamaron, citaron a los pelados, los directivos de la Junta pero como ellos no eran directiva, ahí mismo me metieron, entonces yo les dije tranquilos, vayan tranquilos, sean serenos, eh, las preguntas piensen muy bien, si ustedes no entienden las preguntas que se las vuelvan a repetir, que sean claros y que ustedes sepan dar la respuesta.

No es más, estén tranquilos, que si los van a acusar por esto y esto pidan que a ustedes los acusen la comunidad, que si a mí me acusan que sea la comunidad, la que vaya a decir, es esto, es esto, es lo otro que sea la comunidad, pero no uno, ni dos personas que vayan a decir es que julano, que hable la comunidad entonces eso uno lo va aprendiendo a medida de que va sintiendo las cosas y la confianza. La confianza en que con zutano o julano yo puedo contar y eso nos hace fuertes a todos y nos hace resistir y responderles a ellos y acaba el miedo.

RESISTIR LAS PRUEBAS39

CDRm

Él perdió las elecciones

Mi nombre es Rosa María Prieto. Para empezar a contar mi historia quiero decir que todo empezó cuando mi esposo se lanzó como alcalde en Curillo 40, Caquetá, y fue amenazado. Teníamos una finquita y casita ahí en el pueblo y también teníamos un carro, él perdió las elecciones y después por todo eso quedó sin recursos. Además también por las amenazas, todo se volvió conflictivo para él, todo era problemas y entonces por eso abandonó el hogar. Y yo quedé abandonada con cuatro niños, y viendo el orden público y a veces se escuchaba que de pronto la gente del monte iba a coger jóvenes41 que estuvieran por ahí deambulantes.

Entonces por el conflicto que se vivió ahí en Curillo, que era dramático, entonces tuvimos que salir y pues me ha tocado muy duro. Mis hijos escuchaban que había la posibilidad de reclutar jóvenes42 para ir a trabajar y entonces yo mirándome en esa situación tanto económica, como de angustia, decidimos que saliéramos para que ellos consiguieran trabajo, así ellos vendían maíz, yo les hacía empanaditas o agüita, a ver si de alguna manera ellos hasta en las partes más humildes ayudaban a rebuscar el salario.

Yo me acerqué sola

Entonces me dijeron que había la Red de Solidaridad, sin embargo yo me acerqué sola y no pude hacer nada. Luego un amigo me ubicó con el Personero, donde él le testificó al personero que me pusieran atención, que yo venía de Curillo, prácticamente desplazada, con cuatro hijos y no tenía vivienda ni nada. Entonces él me dijo, pues venga le tomo la declaración. Él me dijo que por qué no lo había hecho más antes, yo le dije que porque no había podido yo sola, sino que fue que me encontré otro amigo que me distinguía. Entonces él ya me ubicó y me dio una carta para que me presentara en la Cruz Roja. Entonces en la Cruz Roja me dieron dos remecitas43 y después en Curiplaya44 me dieron otra. No he recibido más ayuda, pero después quise renovar el carné del Sisben, porque fui una vez donde el médico con mis hijos al hospital y me recibieron. Ya la segunda vez me dijeron que el carné tenía que volverlo a renovar. Ya ha sido más difícil, porque me dijeron que entre más tiempo que hubiera, entre más tiempo pasaba, que era tiempo que yo solventara la economía.

Ha sido muy difícil la situación

Y no era posible, porque yo no tenía los recursos para la capacitación. Me tocó fue lavar con mis hijos carros, y lavar ropa, planchar en casas de familia y mis hijos pues también me colaboraban lavando carros. Pero eso ha sido muy difícil la situación porque aunque dicen que el gobierno da ayudas, pero ahí yo no he podido, ni siquiera que me den un lote, porque me han exigido que tengo que tener una cuenta. También es jodido decir que: "es que tengo una cuentita en el banco". Pero si uno no consigue sino por ahí puramente para una libra de arroz. Si hace una sola comida en el día, es una bendición de Dios, a veces es dura la situación y me encuentro aquí desplazada y muy dura la circunstancia.

Cuando salí desplazada, yo llegué a donde unos familiares, pero ellos me han exigido ahora que les desocupe, que no me pueden dar más posada. Y porque allá siempre lo invitan a uno a que se prostituya. O sea, ese es el mensaje, que vaya a sitios de prostitución. Y no, yo pienso que esa no es la manera, yo sé que existen ayudas del gobierno, lo que pasa es que no llegan a toda la gente. La misma familia, la misma sociedad y el entorno es el que a uno le exige que se prostituya. ¿Sí? hay muchos mensajes respecto a eso. Sino que yo pienso que no solamente de ese trabajo se vive, sino que también honradamente aunque se sufra, aunque es duro enfrentarlo, hay que de verdad pedirle a Dios coraje, pero se puede enfrentar con la voluntad de Dios y uno mismo.

Yo no habría podido vivir esta situación sin Dios

En este momento estoy con mis cuatro hijos y ellos son los que me dan la fuerza45. Pues gracias a mi Dios ya ahorita hay dos que tienen obligación (es decir ya tienen mujer e hijos), pero todavía tengo dos a mi cargo. Y ellos, una niña de dieciséis años y un joven de dieciocho que no han podido conseguir trabajo. Cuando estaba más pequeño vendía pan, pero ya llegó a la edad adolescente, donde ellos sienten y por él ha querido seguir estudiando, pero ha sido muy difícil, ha sido muy difícil para él. Y además pues, yo vivo, aunque pobre y de pronto uno tienen sus complejos grandes, pero con mucho agradecimiento a Dios que ellos hasta la presente no me han cogido ningún vicio. Yo soy evangélica y creo que yo no habría podido vivir esta situación, sin Dios no habría podido vivir esta situación46. A Dios le doy las gracias, aunque no tengo dinero, pero me ha dado un gran valor para salir adelante honestamente, aunque pobre, con mis hijos. Pero yo le agradezco al Señor que nos ha llenado de ese valor, de esas virtudes que solamente en los pies de él se pueden alcanzar. Porque si Él no tuvo en dónde recostar la cabeza47, entonces a veces a uno también le toca así de duro como le toco a él. Porque Dios en algunos momentos prueba, aunque me decía mi niña: "No, pero esta prueba está muy dura".

Porque hoy más que nunca tengo una situación muy crítica, donde tengo corte de agua y de luz, porque mi familia ya no quiere convivir más, no quieren que yo viva, no me quieren dar más posada. Y por eso, pues escuché a la hermana que me habló de la ayuda, que de pronto había posibilidades de ayuda y por eso pues yo dije: "No, en el nombre de Dios, yo voy a ir" porque me decía la joven: "Mamá, pero ya esta prueba está muy dura, porque vivir sin agua es muy duro". Yo le decía a ella: "pero más duro pensar que de pronto a uno le van a amputar una mano, un pie". Eso es más duro, lo que pasa es que la adolescencia, un joven no puede entender eso" Y pues ella de pronto que es mujer, de pronto es más duro, a veces el enemigo o el mundo, le ofrece ofertas.

Ser fuerte y resistir la prueba

Pero sabemos que hay engaños y que si uno es valiente y resiste la prueba, Dios también lo coronará de muchos favores, porque la vida así es pasajera48. No sabemos, estamos en frente de dos acontecimientos, la muerte y la venida del Señor, porque no sabemos ni el día ni la hora, y la muerte es lo mismo, ni el día ni la hora. Porque de pronto quizá qué pasaría y uno de qué se va a morir. Y entonces por eso debemos estar preparados. Y para mí esto ha sido una gran ayuda espiritual, si todo Colombia se entregara a Cristo, no habría tanto dolor, pero la verdad es que son pocos los que miran al Señor, porque de pronto hay que pagar un precio, como Él lo pagó en la cruz del Calvario y muchos o sea, es difícil, se les hace difícil.

Y esto me da esperanzas en cuanto a lo espiritual49. Me da esperanza porque Dios nos promete vida eterna, y en la Biblia miramos que sus promesas son fieles y pues yo sé que en la lucha Dios ha estado conmigo, me ha ayudado. Es que lo más importante de una crisis es que Dios coloque paz en el corazón de la persona y pueda enfrentar, como se dice, con los pies en el suelo y no desesperarse. La verdad es que manejar adolescentes, y por lo menos, como madre, como cabeza, llevo tanto económico como espiritual, una gran carga, hago de papá, de mamá. Eso es duro, por ejemplo he estado aquí también desde la una y pensándola porque la dejé sola y ella es adolescente, pero pues le he pedido mucho a Dios que la guarde, que la guarde, que le dé conocimiento, que la ayude. Y ella hay veces me dice: "Ay, mamá, yo estoy muy aburrida, muy aburrida, porque estamos sin agua, sin luz y eso es muy perezoso uno estar pidiéndole a los vecinos". Y yo le digo: "Ay, mamita tranquila, de pronto es una prueba y de pronto Dios nos va a dar una mejor bendición". Entonces ella me dice: "Ay, pero esta prueba está muy dura, está muy larga, esto no parece prueba50".

Pero es decir, es que es tan diferente una persona de pronto mayor, que una joven que le faltan años, es tan diferente la mentalidad por la falta de experiencia, tanto con Dios como con la misma vida. Pero he ayunado y le he clamado al Señor, con lágrimas en los ojos, que le dé gracia y que la guarde, porque ella llegara a hacer una locura, lo primero que dice la sociedad dice es: "la mamá no la supo criar", "o le dio mucha rienda", de uno u otra manera lo acusan a uno de malo. Pero yo confío en el Señor, que el Señor me va a dar la victoria. Y que le he pedido mucho que me regale aquí una casa, porque me parece que eso es muy triste, en medio de la pobreza y la escasez económica y de sobremesa uno no tener una vivienda, eso es muy duro.

Dios hizo una sanidad en mi vida

Mi marido no era el evangélico y creo que por eso fue que él no pudo enfrentar el problema, la amenaza y el no haberse quedado en la Alcaldía. Además él se gastó la fortuna que teníamos, mucha plata, porque él estaba seguro que ganaba. Y yo le aconsejaba que no, pero usted sabe que el hombre poco caso le hace a uno de mujer, ellos siempre piensan que saben cómo enfrentar los problemas. Y dejó botada la obligación y todo, y también porque él recibió amenazas. Pero aquí estoy, y yo tenía confianza en Dios y mi confianza era en Dios.

Antes de la campaña yo sí tenía problemas con mi marido por ser evangélica. Lo que pasa es que él no aceptaba que yo hubiera cambiado. Antes de lanzarse como candidato, él era muy cerrado en su manera de ver las cosas, pero luego a él lo relacionaron allá políticamente y era un hombre que de pronto no tenía estudio, pero sí tenía una que agrada al hablar con los demás. Y él cayó como muy bien allá en el Consejo, él estuvo hasta presidente del Consejo. Entonces ya lo pusieron presidente y del Hogar Infantil y entonces él ya me empezó a mirarme como raro, ya como diferente. Entonces ya dizque empezó a añorar la vida que yo antes vivía. Pues yo no sé, yo me pintaba, me mandaba hacer corte de cabello, me había ondulado las puntas y yo me depilaba, me echaba la pestañina, y bueno y era fiestera con él y todo.

Pero entonces Dios hizo una sanidad hace mucho tiempo en mi vida, por allá en San Agustín51, que él trabajó en el DAS52 también, y entonces fueron unos de la iglesia pentecostal, porque el médico no podía conmigo y entonces él conoció un señor allá y él le testificó que se volvió evangélico y dijo: "Ay, mire que él era toma trago y peleador con la familia y ahora dizque se volvió evangélico", y entonces dijo que Cristo sanaba y salvaba, y entonces yo le dije que mi esposa que estaba enferma, que porqué no iban a orar" Y el señor le dijo: "Vaya pregúntele a su esposa si ella quiere" Entonces él fue y me sentó. "Que si quiere los evangélicos vienen y oran por usted" y yo "pues claro", no ve que el médico no podía conmigo, droga y droga todo el tiempo y yo estaba cada día más sequita, yo estaba joven cuando eso. Entonces sí fueron un grupo de hombres, y me echaron aceite y oraron en el nombre del Señor Jesucristo y de una vez fue la sanidad para mí. Y entonces se sentaban, testificaban y me leyeron la Biblia y el pastor me dijo que él era un perdido antes de conocer a Cristo, pero ahora por la Palabra de Dios, Dios había obrado maravillas en la vida de él, que él antes era muy dado a las mujeres y el Señor lo había transformado y cambiado53.

Y yo era temerosa de Dios, pero de pronto no en esa plenitud, y para mí fue grato escuchar la voz de un hombre testificando de una vida a otro paso. Entonces en Curillo, cuando me hablaron, él fue el primero que dijo: "Mi esposa seguro sí se vuelve evangélica y ellos fueron a orar y fue sana". O sea, él me reconoció la sanidad que Dios había hecho en mi vida. Y me decía: "Que esa gente no peleaba, que no tomaba, que testificaba que eran borrachos, mujeriegos, que eran ladrones y que Dios los había transformado. Y que habían muchachas bonitas, con el cabello largo y cantan y son muy lindas". Yo le decía: "Ay, cuando me trae un señor, para que me hable bien cómo es eso". Entonces mi esposo aceptó bien que yo me volviera evangélica. Pero entonces luego fue que él tuvo ese cambio, que fue cuando lo relacionaron políticamente y socialmente. Entonces claro ya en esas relaciones él ya cambió conmigo.

Al principio él me dijo: "Vuélvase usted primero, que yo después me vuelvo" Y yo le dije: "No Misael pues si usted quiere". Y el aceptaba todo, todo, iban y le leían la Biblia y le contaban testimonio, o la Biblia: "Mire que el Señor esto, lo otro"," Ah, sí claro, así es" él decía que así era. Entonces él dijo que me volviera yo primero evangélica. Entonces yo me llevaba un niño que tenía de un año y no me dejaba escuchar el culto bien, entonces yo le dije: "No, yo no vuelvo por allá". Entonces el me dijo: "¿Por qué?" -"Porque el niño no me deja escuchar" - "Si es por eso, yo le tengo el niño". O sea, Dios lo usó de apoyo y entonces así yo iba y entonces yo ahí sí escuché y todo, y yo me entregué al Evangelio y me hice bautizar. Y después fue que él empezó a llorar y a decir que yo antes me pintaba y que me arreglaba más, que era más cariñosa con él. Pero él era el que estaba equivocado, yo no había cambiado, porque allá antes a uno le dicen que debe tratar muy bien al esposo, que debe ser muy atenta con el esposo, y yo mejoré ya en esa parte, pero yo no me volví a pintar. Poquito a poco le fui pidiendo a Dios, que me ayudara para que yo no me depilara y todas esas cosas. Pero entonces él ya estaba muy envuelto en esa política y dijo: "No, a mí me hace falta es una mujer que salga a bailar y tomar".

Resulta que allá el cuñado que era del partido conservador y un día llega aburrido y yo le dije: "Ay, sí ve, su cuñado le hizo a usted lo que usted me hizo a mí - le dije - usted me apoyó para que yo me volviera evangélica y si no, yo no me vuelvo evangélica. Usted me apoyó y ahora que me volví evangélica usted me ha hecho le vida imposible". Entonces me dijo: "Es que eso es bonito uno vencer con un enemigo". Entonces yo a él no lo tengo por enemigo, pero si él compartió conmigo la idea de que yo me volviera evangélica, a mí me parece eso muy respetable, porque uno hace un trato a solas con Dios.

Y a uno, antes, le enseñan a mejorar en sus relaciones con su esposo. Lo que pasa es que él vio fue la vanidad, de cuando uno está pintada, maquillada. Y él me exigía unas cosas muy horribles, yo no sé si las digo. Él me exigía cosas, o sea, después de ser evangélica y él haberse metido en todo ese ambiente, él me exigía relaciones no normales. Y entonces yo cogí la Biblia y se la leí, yo le dije: "Si yo no fuera evangélica, ni esto dijera aquí en la Palabra Santa, yo haría todo lo que usted me exige, pero yo no lo hago por esto. Aquí me dice la palabra que se debe tener a la esposa en amor". Allá no es que le prohíban hacer a uno esas cosas, pero es todo lo normal cuantas veces le pida y desde que uno esté en esas capacidades, pero normal como el Señor lo ha mandado pero él empezó a exigirme cosas, o sea, a hacer las cosas como Dios mío no las ha dejado. Y entonces yo le dije: "Mire, esto es contra la ley de Dios, porque Dios a cada cosa le dio un lugar. Si yo no fuera evangélica yo puedo resultar haciéndolo, porque yo a usted lo quiero, pero yo por esta bendita Palabra " y se la leí - y él me decía: "deje el fanatismo" yo le contestaba:" esto no es fanatismo, esta es la Palabra Santa y además de esto, a mí me va a enfermar, estas relaciones así como usted me las exige".

Entonces él también ha dicho que por fanática me dejó, pero porque él esa parte íntima me la exigía y antes no me la había exigido. Yo creo que él con las otras esposas que él ha tenido comparte esas cosas, porque él me dijo: "Vea, es que ese es el problema, porque si no todo se arregla" -Yo dije: "Vea, yo lo quiero mucho a usted, después de Dios, usted es la segunda persona en mi corazón, pero yo no puedo cambiar esto, yo no puedo cambiar la salvación por darle ese placer a usted, cuando Dios me ha hecho a mí normal". Así, y él me exigía unas cosas muy horribles. Él o sea, él se puso exagerado en esa parte, pero normalmente la iglesia a mí me dice: "Atienda a su esposo cuantas veces él quiera y después cuando usted quiera que él la atienda". Pero normalmente, pero así no, eso ya es como Sodoma y Gomorra que cambiaron sus usos naturales.

Yo no he tenido deseos de volver a ser católica

A pesar de todo esto que pasó con mi marido yo no he tenido deseos de volver a ser católica. Porque yo salí de una familia que es la más católica. A mí me gustaba mucho ir a misa, me gustaba ir a rezar novenas. Bueno yo hacía sacrificios que para que Dios me ayudara. Cuando yo era católica yo era con las almas benditas y Virgen Santísima, más que todo así es que lo enseñan los padres. Pero entonces nunca sentí un cambio, una paz. Yo digo que ahora es que yo he sentido algo dentro de mí misma, es que si Dios no hubiera tratado conmigo, o sea, Él no me hubiera llamado, yo no hubiera podido resistir la separación de mi esposo, yo no había podido sin conocimiento de Dios. Porque el contorno que a uno lo rodea la gente, le dice: "No sea boba, haga lo mismo, usted está joven" bueno, eso unos mensajes terribles. Y usted va a creer que yo en una condición que era una persona que yo no sabía hacer nada, no fui estudiada, con cuatro niños pequeños, desprotegida, yo hubiera cogido un mal camino. Pero yo le doy gracias a Dios, al conocimiento que él me dio. Y el Señor me llenó de paz, de valor y pude soportar cuantas cosas tentativas que me ofrecía la gente, pero a cambio de mi perdición, porque nadie le dice a uno: "Vea yo le voy a regalar esto, solamente para que usted se supere". No. Siempre lo dan a cambio el cuerpo, la persona. Nadie es que diga: "Yo la voy a ayudar para que se haga un curso para que usted se defienda" No, siempre a cambio de algo. Entonces si yo no hubiera tenido este temor a Dios, yo lo había hecho, yo me había entregado a lo más fácil, porque teniendo cuatro niños pequeños sin saber hacer nada, desprotegida, yo me había entregado, tranquilamente, sin el conocimiento de Dios yo me había entregado a la prostitución, a lo malo que me ofrecían, dinero, me ofrecían cosas, hasta casa me ofrecieron, porque yo estaba más joven cuando él me dejó, ya son trece años desde que él me dejó, tenía veintiocho, ahora ya tengo cuarenta y dos. Yo sí estoy muy agradecida con Dios que mis hijos aunque pobres se sienten orgullosos de mí. Y he recibido elogios, sin pensarlo, de la misma sociedad que me dijeron: "Qué hermoso, qué bello que usted se paró en la raya, eso es lo más lindo que usted ha tenido". Entonces he visto que sí Dios hizo una obra en mi vida. O sea, porque la gente me llegó a elogiar de esa manera antes de venirme de allá. Y de pronto, aquí también la gente también se han aterrado de que: "¿Esa señora vive sola? ¿Cómo así? ¿Por qué?" En Curillo, también me llamaban: "¿Cómo así, es que es algo biológico, pero usted porqué vive sola?". Cuando estaba más joven me decían y entonces yo les decía: "Para que vean que Dios trasforma, cambia y capacita. Es que es obra de Dios". Inclusive en la misma iglesia también se aterraban y se admiraban cuando me dejó mi esposo decía que yo no era capaz. O sea, el Señor colocó como eso en mi vida tanto el querer como el hacer para buscarlo en ayuno y oración y gracias a Dios, pude superarlo y mis hijos tienen que agradecer que en esa situación crítica. Yo me siento muy agradecida con el Señor que dentro de la pobreza, pero no hemos estirado la mano, la gloria es toda para Dios, que me siga guardando y guardando mis hijos. En la pobreza, todos, pero no hemos estirado la mano a la inequidad aunque mis hijos también han tenido ofertas de cobardes, de hacer cosas. Y yo sé que hay una mano poderosa interviniendo, porque cualquiera no.

Pero no todos mis hijos son evangélicos, tengo dos hombres y dos mujeres, las dos mujeres sí. Los dos hombres saben y que siempre me dicen: "Mamá ore por mí, porque yo sé que si yo me muero, yo me pierdo", y ellos no rechazan nada, sino que la edad de la juventud es dura. Ahorita el mayor tiene problemas económicos duros y él está yendo a la iglesia, primero le prometió a Dios que si un préstamo le salía que él estaba yendo todos los sábados, y no, entonces: "ya me di cuenta que al Señor no le gusta eso".

Pero a pesar de toda la pobreza me ofrecieron muchas ofertas, inclusive que me colocaban muy bien económicamente, a superarme intelectualmente, mis hijos también. Pero eso era con la estrategia de que dejara los caminos de Dios. Entonces no, que pena, yo no dejo los caminos de Dios. Porque ya el día que yo me muera, la plata no me va a rescatar, pero Él derramó su sangre preciosa y solamente por Él, somos salvos por gracia, no por intelectualidad ni el dinero. Aunque hace falta, pero si Él no me la quiere dar, Él suplirá las necesidades. Sabemos que es duro, pero Él también tuvo caídas camino a la cruz.

UN DESPLAZADO54

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Uno tiene que sudarlo para comprarlo

Entonces el problema es que vea, allá es muy diferente a conseguir la comidita uno aquí, aquí para comprar un plátano hermano, eso tiene es que sudarla para comprarlo. Porque aquí nadie va a venir a decirle a usted, se lo regalo. En cambio nosotros allá, como se dice, no teníamos riquezas, no teníamos plata, pero la comidita no se nos envolataba. Y para venirnos nosotros acá para aguantar hambre, sufrimiento, que la gente lo mire feo a usted "vea que estos son desplazados, quién sabe por qué se vinieron, que de pronto eran ladrones"55. ¿No? hay muchas cosas.

Yo soy el primero que arranco

Entonces todo le da tristeza a uno y si algún día vuelve y se arregla esto, vea yo soy el primero que arranco. Porque no cambio el campo nunca. Vea, yo llevo doce años viviendo con la mujer y ella me decía "Compremos un rancho" Cuando teníamos la forma de comprar un rancho acá y no, yo no, nunca, a mí no me gustaba el pueblo. Porque yo siempre he sido así, criado en el monte. Y venirme yo al pueblo a qué, hermano. El trabajo es muy diferente allá, de pronto se jode uno más allá trabajando, pero como le digo, se consiguen las cositas más suave. Y aquí no hermano, aquí usted se toma un vaso de agua y tiene que pagarla, para que no quede en la oscuridad tiene que pagar entonces la luz. Y todo es, desde que usted salga de la casa, para fuera, ya es plata. Entonces es muy diferente acá el campo a aquí. Yo primero fui desplazado del Putumayo. En el Putumayo no sé quién sería, no sé nada lo único que sé es que la casa la encontré toda dañada. Una casa que tenía ocho metros de frente, como por quince de fondo. Allá yo tenía coca, allá sí y tenía comida y animales. Y no sé qué motivo sería pero me la destruyeron. Eso fue un sábado, exactamente para el veinticuatro de febrero, de este febrero que pasó dos años. Y entonces yo quedé con la ropa que tenía puesta, la mujer y los niños. Nadie quiere decir, qué pasó. Me entraba a mí fue mucha rabia. Entonces ya arranqué yo, y dije: "Vámonos". Y entonces por ahí los buenos corazones, fui a Puerto Guzmán56 y allá hablé con el padre y el padre me ayudó para que fuera a Mocoa57. Allá fui y hablé a la parroquia de Mocoa y ahí llegué a la Cruz Roja y el alcalde, allá sí para qué, me dieron sí, me dieron cobijas, me dieron todo. De ahí del Putumayo me fui al Sinaí y ahí compré, ahí también hice una casa de ocho metros, casi por ocho. Y ahí también, no la alcancé ni a construir toda, me faltaba y ahí tampoco tuve la dicha de terminarla.

En los once años que yo llevo viviendo con mi mujer, fui a vivir en la Hacienda La Macarena y vivimos cinco meses, porque la verdad no tenía con qué vivir. Entonces me salían contratos, también me ayudaba y me metí de trabajador ahí, hice un cambuche. Y una vez tuve un agarrón con el patrón y le dije: "Hermano, no le vuelvo a trabajar, no vuelvo a salir con la mujer a vivir a otro lado". Y desde ahí hermano, lo único fue ahí en esa casa, de resto todo el tiempo he vivido en la propiedad.

Eso es casi como humillarlo a uno

El desplazamiento eso es casi como humillarlo a uno. Es casi humillarlo a uno porque todos somos humanos y de pronto, por lo menos lo que me pasó a mí, dejar las cosas, venirme para acá casi a mendigar58. Eso es berraco y yo no le deseo a nadie eso. Y como yo digo, yo tuviera la dicha de volver otra vez, yo volvía otra vez. El primero que volvía allá era yo. Yo por ejemplo voy a entender qué es ser desplazado. Por ejemplo a un vecino de aquí, yo tuve un vecino que me dijo: "Usted se vino por ladrón". Y a mí me dio tanta rabia que le dije a la mujer: "Si me toca morirme pues hoy me muero", y me fui de una vez. Y saqué el apellido y le dije: "Ladrón hermano, usted. Porque yo no soy ladrón, ni soy ladrón ni ratero ni nada de eso. Honradamente hermano, porque tengo familia". Y a mi señora yo le digo: "Si usted me pone a barrer, yo me pongo a barrer"59.

Pero la gente cree hermano, que si uno se viene de allá "Ese se fue tumbando algo por allá y lo echaron. Ese mató a alguien por allá y lo echaron". Entonces la gente cuando le dicen uno: "Y usted ¿De dónde viene?" - "No yo vengo de allá" -Y entonces ahí mismo "¡Ah!" Entonces siempre le hacía a uno como el feo. Y siempre uno miraba el cambio de la gente. Entonces a lo último uno decía: "Yo no vuelvo a bajar por allá" Que a la gente le estaban dando ayudas allá y usted de desplazado y siempre lo miraban a uno como con distancia ¿Sí? entonces yo dije: "Por allá no vuelvo más".

Vea yo aquí veo trabajadores que fueron trabajadores míos. Y yo cuando estuve en el Putumayo, llegué a tener hasta quince trabajadores a cuenta mía, cada cuarenta y cinco días yo tenía trabajadores, diez, catorce trabajadores. Y me los encuentro aquí y me dicen: "Uy, hermano ¿a usted qué le pasó?" Le digo: "Hermano, la vida es así". Me encuentran por allá descargando un camión y me dice: "¿A usted qué le pasó?" Y digo: "hermano ¿qué puedo hacer? Yo ponerme a robar, no me voy a poner a robar, yo trabajo en lo que medio pueda, para ponerme a trabajar".

Entonces la gente, que me ha distinguido a mí sí sabe quién soy yo. Y la gente que no lo distingue a uno dice: "¿Quién sabe que fue, por qué causa se vino, de pronto lo echaron?". Muchas cosas, a uno le quedan muchas cosas.

Antes del desplazamiento

Antes del desplazamiento allá pal Putumayo, había proyectos que la gente iba y ayudaba a construir un pozo, llevaban sus vacas. Pero entonces llegó el problema de la guerrilla y allá recogieron yo no sé cuántos miles de cabezas de ganado, del Fondo Ganadero. Entonces un man dijo: "El día que vengan aquí y traigan la ayuda se la llevan". Entonces la gente ¿Cómo va a decir: "Voy a una entidad a que me presten para comprar una vaca" o "Voy para que me den para un trapiche de moler caña"? ¿Cómo? Si ellos llegan a saber que usted tiene eso se lo hacen invertir. Allá hay gente que quedó así, vea, sin nada. Gente con plata Don Chucho Patiño, a ese cucho le cogieron ciento veinte reses. Hermano, él dijo con los ojos llenos de lágrimas: "Vea, duré cinco años para tener ese ganado, para que vengan y se lo lleven". Y lo más doloroso es que tenía que llevarlas él mismo, usted no tenía que mandar a nadie, usted mismo ir a llevar el ganado. Entonces es muy berraco, hermano60.

Yo me pongo a ver, cuánto no se jode uno. Por lo menos, cuánto no se jode la mujer, por lo menos para hacer una gallina, para que venga uno a decirle: "Hermano, necesito una gallina". Vaya diga que no, de una se enojan. Entonces tiene que recoger. Entonces eso es muy berraco. Y como yo digo si yo tuviera la dicha de volver otra vez, yo me volvía otra vez.

Nunca me metí en una pelea

Vea, la verdad yo nunca, nunca me metí en una pelea. Yo nací en un pueblo que es Solita61, que fue el que más muertos daba. Y yo nunca tengo problemas, nunca tengo el cuero marcado de nada, ni rayones ni nada de eso, no sé qué es una pelea. Pero yo no sé hermano. Allá cuando a lo último estaba tranquilo cuando una reunión. "Vea que esto pasa, esto y esto y el que no le gusta que se vaya"62. Ellos63 nos decían que tenían que participar con ellos, que si no en un momento de guerra se llevaban a la mujer. A uno de hombre, o los niños mayores de doce años se los llevaban, niñas o niños64. Entonces yo dije "No, la verdad es que yo no nací para eso, la verdad es que mis hijos, ni mis hijos ni mi mujer, nadie nació para eso". Entonces me dijeron: "Si usted no está de acuerdo es porque no está con nosotros".

Los otros no65, yo con los otros nunca, nunca llegué a hablar. Y sí los distinguí, pero yo nunca nada con ellos. Yo lo único que asistí de reuniones es las que hizo la guerrilla. Pero que los paracos nunca, no sé qué reuniones hacen ellos. Entonces, como le dije a usted, si uno se sale de allá, y regresa le dicen a uno: "No, ya usted es informante, usted es un soldado campesino"66. Entonces el que la embarró más fue el Presidente, ese sí fue el que le metió más la pata. Sí, porque si él no lleva a cabo esos soldados campesinos informantes, de pronto uno llama más unión. Pero ahora que vuelva allá y "no hermano, esperar a ver qué información irá a llevar". Entonces a todo le buscan la caída, hasta que le encuentran la caída. Ese es el problema.

Yo le pongo cuidado a los hijos

Vea, yo le pongo cuidado es en los hijos. Yo ahí veces me siento y se me van lágrimas por los hijos, yo quiero mucho mis hijos y es lo que me hace vivir. Yo le he dicho a mi mujer, que el día que yo no pueda encontrar un poco de comida, ese día yo me voy. Sabe cuál fue el primer trabajo que me conseguí, que me metiera a los paracos, eso sí hermano, como a los cinco días hermano. Sí. Y eso sí fue lo primero, hermano. Nadie dijo venga le doy un trabajo… pero ellos me llevaban para Cali, me daban comida para los hijos y yo dije: "No hermano, para darle a eso mejor me quedo acá peleando". Yo para qué voy a dar nada. Bueno eso fue como en marzo, en abril me cogió otro: "Hermano, váyase con nosotros, que allá les pagamos seiscientos mil pesos lo que usted hace es…". "Yo le dije: "Hermano, yo no nací para pelear ni para matar a otros". Y entonces aquí nadie le ofrece a usted un trabajo, así no sea un trabajo millonario, pero un trabajo firme. Pero que allá sale un trabajo y seguro que lo consigue67.

Entonces yo como le dije, yo para eso me hubiera quedado allá, allá tengo mi casa y mis hijos y allá peleando con ellos. Pero no, yo no nací para eso. Yo vengo le hago, como le digo, si a mí me mandan a barrer yo voy y barro, a mí no me da pena, porque ya me curé del dolor, porque qué más hace uno aquí, a lo que salga. Por aquí hay como tres o cuatro familias en la misma situación que yo, y entonces he pensado en que nos debemos asociar. Yo les había dicho y les había comentado. Pero se va uno a una entidad y primero le meten un taco de papeleos y le dicen en qué mes venga. Y le dicen: "No hermano, no ha salido nada" Y vuelve otra vez, "Que no que no ha salido nada" Entonces uno se aburre, ya empieza uno a sentir que se están burlando de uno. Entonces va usted a una entidad y dicen: "No, no hay" Listo entonces usted ya sabe que no va hacer nada, pero "que venga en veinte días, que venga en ocho días, que venga mañana". Entonces ahí se armó el lío. Pero sí hay una entidad que le diga: "Vea que allí salió y de pronto le ayudamos" ¡Ah! esa es otra cosa. Así nos pasó con la Red, que nos pagaba la Red que vinieran mañana, que no que quince días, que veinte. No, yo me aburrí.

La Semana Santa la vivíamos diferente

Cuando nosotros vivíamos en el Putumayo, la Semana Santa la vivíamos diferente. Nosotros allá en el pueblo arreglábamos las calles, por ahí unas dos cuadras, con hojas de palma en un arco. Y por ahí pasaba la gente y cada casa tenía su altar y el padre iba rezando en cada altar. De pronto la tradición de un pueblo a aquí a la ciudad es muy diferente. A ver, eso nosotros en un Domingo de Ramos es más bonito que el que usted ve aquí. Vea, eso la gente va dos tres cuadras, con ramos hartísimos, bien arreglados los ramitos y eso la calle bien cuadrada, bien aseadita y vamos lejos, con ramos así y el padre pasaba y haciéndolo más o menos como pasó en el tiempo de Jesús. Ya en un pueblo grande de estos no es lo mismo. Ya no es lo mismo porque ya la gente de aquí ya tiene por lo menos, gente rica que tiene ya forma, entonces ya no se presta a eso68.

En cambio allá en los pueblos sí es gente humilde, pero bien arregladitas las cosas. Muy diferente a nosotros allá. Aquí no, aquí el rico ya se va por lo menos a una iglesia y está en misa. En cambio el pobre le pone más interés a esas cosas que un rico. Porque un rico está pensando más en los negocios que en Dios69. Aquí por lo menos lo que hay es pura gente pobre, aquí no hay rica, pero ya allá más para allá ya hay gente de plata70.

Y la iglesia que hay allá ya se deforma. Claro, imagínese que nosotros casi aparentamos a lo mismo que hizo María con Jesucristo, con Dios. Pero imagínese que ella andaba con Dios, de lado a lado, casi de desplazados, echan para allá para librarlo de la muerte a Él. Y así somos nosotros, nosotros por librarnos la vida vamos para allá y si tenemos que volver, volvemos otra vez, pero puramente como lo hizo María71.

Y ese desplazamiento viene, de pronto, poniéndonos a ver eso viene de mucho tiempo, por lo menos desde María. Si nos ponemos a ver a Él casi lo dejan, lo mismo que estamos viviendo nosotros hoy en día. De pronto por librarnos la vida entonces "Vámonos para allá" y si se fueron para allá, "Vamos para otro lado". Pero puramente para librar uno la vida, no por plata, sino porque la vida es lo único que no hay más.

Yo leo la Biblia

Para enfrentar las situaciones de peligro, yo leo la Biblia. Por ejemplo los Salmos que hay unos bonitos para cuando están en problemas. Yo tuve por allá, en una ocasión, un problema con un vecino, yo sí ese día pensaba de todo corazón, pensaba matarlo y me acosté como a las siete y déle con el tema, y yo con las ganas de matarlo. Y como siempre leo la Biblia y entonces la meto por debajo de la cama. Y como a las dos de la mañana me levanté, ya estaba tan decidido, ya tenía ganas de irme para allá cuando amaneció, muchas ganas de irme para allá, y entonces me levanté y leí un salmo de la Biblia, el 91. Yo me levanté y me cogí de la Biblia y me puse a leer. Entonces yo leí el Salmo y me volvía a acostar y me desperté a las ocho de la mañana y se me olvidó todo hermano, hasta las ocho de la noche pude dormir. Nada de problemas nada, de ahí para allá nada de problemas. Entonces hay veces, hay ocasiones que sí lo ayudan a uno a olvidar las preocupaciones que tiene uno o a recordar. De pronto a olvidarse de tanto problema72.

Nadie sabe cómo está uno por dentro

Es que nosotros, así como estuvimos depronto desplazados, depronto nos miran contentos, pero nadie sabe cómo está uno por dentro. Como me pasa con el taita73, yo llevo aquí cuatro años y el taita me llamó como dos veces y no fue nada más de volver a llamarme ni de nada. Y yo le dije a mi mamá, bueno es que de pronto usted no se acordó más de que yo estaba acá, pero eso es muy berraco. Muy berraco de llamar a la familia y que no se acuerde.

Yo tengo una tía que es la que me da la mano cuando yo la necesito. Y por eso, cuando estuve allá en esa balacera y no tenía ni para el pasaje, no tenía ni con qué venirme y entonces me tocó mandarle un papel a la tía y la tía de una vez me mandó para el pasaje y que me fuera de allá, que me saliera de allá como fuera.

Entonces saqué el trasteo a las ocho de la mañana y eran las cinco de la tarde y no pasaba el bus y esos bandidos que había ahí, llegaron cuatro comandantes de esos que eran guerrilleros. Y me dijeron: "Oiga, oiga, no se vaya". Sí, yo le dije: "Vea yo me voy así sea a pie, pero yo me voy hoy". Y de una vez y a las cinco y media pasó el bus. No, no, es que con ellos, con los que estaba ahí no había problemas. Sino que ese día de la pelea, gracias a Dios no se tenía problemas era con los que llegaban de otras partes. De Putumayo, del Cauca, del Huila, del Putumayo hubo como seis de ahí. Entonces con los que estaban con nosotros ellos no, esos eran diferentes, no operaban ahí, estaban de paseo, de paso. Y entonces me llamaron y me dijeron: "Hermano, usted va a sufrir" y yo le comenté, le dije: "Hermano, me pasa esto y esto" Entonces no me dijo nada más. Y yo: "No, yo me voy hoy, así sea a pie, pero yo me voy hoy". Y como a las cinco y media pasó el bus. Yo le dije al del bus: "Hermano lléveme" Y sí, cargamos todo eso y salí.

Pero esto es muy berraco, eso no se lo deseo a nadie. Es que lo poco que uno tenga para irse, yo no tengo plata, pero sí la casa y la casa es lo más bonito que puede tener un hogar de uno. Usted llegó a cualquier hora y se acostó y nadie le dice: "Párese hermano". Entonces ahora es muy duro, muy diferente.


Comentarios

1 Entrevista a María Oliva Pérez. A María Oliva le desaparecieron a su esposo en el Municipio de Curillo. Con cuatro hijos se desplazó a Florencia. Allí fue asesinado su hijo mayor.
Lugar: Curillo. Vicaría del Sur
Entrevistada por: Graciela Uribe
Fecha: Julio de 2003

2 Es recurrente en los relatos de la mayor parte de la población desplazada, entrevistada para este proyecto, el hacer alusión a que siempre han estado alejados de Dios y que sólo en el momento en que se vieron en peligro y perdieron todo es que recurrieron a él.

3 Hecho muy frecuente en la atención a la población desplazada.

4 Se resalta el hecho de los jóvenes que buscan vengar la muerte de su padre. Resentimientos que hacen de la violencia una cadena que no se acaba.

5 Los efectos psicológicos del conflicto en la población constituyen una seria dificultad, en cuanto no hay una ayuda profesional para ayudar y superar los efectos traumáticos del desplazamiento y las muertes violentas.

6 Caserío del municipio de Curillo de dominio de las FARC. Hasta allá fue María Oliva en la búsqueda de su esposo.

7 Sector del bajo Putumayo a orillas de la quebrada Suncillas. Aunque está en el Putumayo, la población tiene más vínculo comercial con el Caquetá en el municipio de Curillo.

8 Cuando las personas han sido desaparecidas y no se encuentra el cadáver es más difícil asumir su muerte.

9 María Oliva resalta la importancia de poder dar una sepultura digna al difunto, porque su cuerpo merece respeto, hacer el novenario y sentir que ha cumplido con su deber para que el alma descanse en paz (ver cap. 3, interpretación entrevista a Monseñor Múnera).

10 Un barrio de Florencia.

11 La situación vivida por María Oliva pone en evidencia a los cientos de mujeres que solas deben enfrentar el dolor de la muerte y desaparición de sus hijos y esposos, al tiempo que asumir las responsabilidades inherentes a la crianza y educación de los hijos en un estado de enorme vulnerabilidad.

12 Leonila Chocué es profesora de la escuela de la vereda la Cabaña, municipio de Albania, departamento del Caquetá. Su hermana Elvia, es animadora cristiana de la comunidad, la situación que describe en la entrevista es la región del bajo Putumayo, bañada por el río Mandur. El centro de referencia de esta región más importante es el municipio de Curillo en el departamento del Caquetá, los separa el río de su mismo nombre. Entrevistada por: Graciela Uribe. Florencia, Julio del 2003.

13 Caserío del Municipio de Albania.

14 Hace referencia a su casa, espacio donde llego el ejercito, sin necesariamente pasar por la escuela.

15 Es común en los relatos que las personas hagan énfasis en el miedo que produce la llegada de otro grupo armado a un territorio controlado por otro.

16 Nótese como necesariamente la vulnerabilidad, facilita la invocación de Dios.

17 Nótese la culpabilización que el ejército hace de la sociedad civil, por simple sospecha.

18 Nótese como las personas son capaces de discernir entre las intenciones del ejército y la guerrilla, cuestionándolos, sin que en ello medie la valoración emocional.

19 El Salmo 91 hace parte del bagaje de creencias de las comunidades campesinas, se ha constituido en una oración a través de las cuales se invoca el poder milagroso y protector de Dios. Muchos de los relatos de personas que se han visto en peligro por la presencia de grupos armados invocan este salmo.

20 Los maestros son parte muy importante de la vereda donde la escuela es el centro que convoca la comunidad. De ahí la influencia que tienen en la organización y el papel que desempeñan en situaciones de conflicto.

21 Hermana de Leonila.

22 Nótese cómo el actor armado también tiene sentimientos, que muchas veces son invisibilizados por el rol que se les otorga.

23 Nótese cómo se identifica a Dios como la suprema fuerza del universo, fuerza que resume la dinámica de lo que nos rodea.

24 Nótese cómo los hechos luctuosos, que afecten a una persona de la comunidad, tienen un efecto movilizador en la comunidad.

25 Hace referencia al asesinato del joven cometido por los paramilitares.

26 Santiago de la Selva, Inspección de Policía del municipio de Valparaíso.

27 El sufrimiento de la madre, la esposa y otras mujeres que acompañaron a las primeras en la búsqueda del muchacho muerto a mano de los paramilitares para Leonila es un símil de la imagen de María Magdalena, María la madre de Jesús y otras cuando acompañaron a Jesús en su muerte. El hecho de que las mujeres de las comunidades sufrientes de los desaparecidos o asesinados se unan para la búsqueda de cadáveres o para interceder entre los grupos armados es una práctica muy común en el contexto de la guerra. Posiblemente se debe a lo que Gilligan llama la "Ética del cuidado", es decir la serie de prácticas y acciones que las mujeres despliegan de acompañamiento y apoyo a los otros.

28 Municipio del sur del departamento.

29 Para las personas que sufren la desaparición de sus seres queridos es de vital importancia encontrarlos para darles cristiana sepultura, creencia ligada a que si el cadáver no se encuentra y se entierra con los correspondientes rituales el alma queda divagando y sin descanso.

30 Valparaíso, municipio ubicado al sur del departamento.

31 Del municipio de Albania.

32 El consumo de licor es una práctica muy común en los velorios de muertos, acción generalizada en las zonas rurales del país. Aunque cabe aclarar que esto ha cambiado bastante.

33 Marchas de cultivadores de coca que duraron 45 días y paralizaron todo el departamento del Caquetá durante los meses de agosto y septiembre de 1996.

34 Elvia habla de su experiencia en la región del río Mandar (en el Bajo Putumayo, límite con el municipio de Currillo en el Caquetá) de alta producción de coca y control de las FARC. Nótese cómo la organización de las comunidades es diferente según las regiones. Donde la producción de coca es muy grande, prima el individualismo.

35 En la mayor parte de los relatos obtenidos en el departamento del Caquetá se observa la decisión de migrar relacionada con el miedo a la llegada de los paramilitares y las consecuencias por vivir en zonas de presencia guerrillera.

36 Se refiere a traer y llevar información para alguno de los actores armados.

37 La siembra, producción y comercialización de coca en el Departamento se origina desde mediados de la década de los 70, teniendo su auge durante el 80. Como se observó en el primer capítulo, esta actividad implica un cambio radical en todos los aspectos de la vida de las comunidades. De igual manera este proceso incide significativamente en la secularización de la población, tal como lo afirma Elvia en su relato.

38 Elvia se refiere a su trabajo como animadora cristiana de la comunidad.

39 Entrevista a: Rosa María Prieto. Mujer desplazada del municipio de Curillo. Entrevistada hecha por Graciela Uribe, en Florencia, en julio del 2003.

40 Municipio del sur del Departamento, puerto sobre el río Caquetá. El conflicto en este municipio ha sido particularmente duro. Desde hace muchos años ha estado bajo el control de las FARC, una vez llegan los paramilitares, la lucha por el control territorial es la constante. El pueblo se encuentra totalmente militarizado: Ejército, Policía, soldados campesinos y paramilitares Las FARC por su parte tienen el pueblo rodeado y las escaramuzas son constantes, tanto que el pueblo ya lo entiende como parte de su rutina diaria. También es un pueblo de comercialización de coca.

41 Los casos de madres de familia que deciden migrar por las intenciones de parte de los grupos armados por reclutar jóvenes de la comunidad. Este tipo de desplazamiento puede ser considerado como una estrategia de supervivencia, ligada a la ética del cuidado.

42 Muchas familias se desplazan por miedo a que sus hijos jóvenes terminen con alguno de los actores armados.

43 Hace referencia a los mercados que da la Red de Solidaridad Social y otras instituciones de ayuda humanitaria.

44 Edificio en Florencia donde funciona una de las oficinas de desplazados.

45 La motivación de muchas mujeres desplazadas para salir adelante son sus hijos, principal motor de esperanza.

46 Nótese cómo para Rosa, parte de su fortaleza emana de la confianza en Dios.

47 Hace referencia al pasaje bíblico sobre Jesús camino al Calvario, no tenía como descansar. Rosa, entonces compara su experiencia del desplazamiento con la pasión y muerte de Jesús. Establece que Dios pone pruebas, las vivencias duras y traumáticas son tomadas como una prueba más y es finalmente lo que ella trae como justificación de sus penurias.

48 La vivencia de las pruebas que pone Dios finalmente conducirá a una mejor vida, pensamiento constante en los grupos evangélicos. Pasar la prueba es la posibilidad de conseguir una mejor vida, vida eterna como lo plantea más adelante.

49 Nótese como lo espiritual está por encima de lo material.

50 Entre hija y madre hay diferentes percepciones frente a la prueba que están viviendo, la madre parece más convencida de esto, mientras que la hija cuestiona la experiencia que enfrentan. En este sentido se pueden observar que las diferencias generacionales tienen una incidencia importante en la forma como desde lo religioso las personas explican lo que viven.

51 Municipio del Huila.

52 Departamento Administrativo de Seguridad.

53 El caso de Rosa María es bastante común en el proceso de conversión hacia las iglesias evangélicas a través de la sanación y el cambio radical en la forma de vida.

54 Señor desplazado, entrevistado por: Graciela Uribe y Manuel Pérez. Lugar: Florencia.

55 Otorgar una identidad culpabilizadora, por parte de las personas habitantes de los centros de recepción, es una situación bastante común.

56 Municipio del departamento del Putumayo, situado a orillas del Río Caquetá.

57 Capital del departamento del Putumayo.

58 Nótese como la valoración de la dignidad está mediada por el acceso a los recursos, logrado a través del trabajo.

59 Nótese la culpabilidad otorgada por otros a las personas en situación de desplazamiento.

60 Las FARC recogieron todo el ganado que el fondo Ganadero del Caquetá tenía en el municipio de San José porque había sido adquirido con recursos del Plan Colombia.

61 Municipio del departamento de Caquetá.

62 Nótese cómo enfatiza sobre su comportamiento, el cual fue bueno y no justificaba su desplazamiento. Este tipo de valoración de la vida, es muy común, tras experiencias de cambio, por medio de las cuales se intenta explicar el por qué de los hechos.

63 Hace referencia a la guerrilla.

64 Nótese el temor al reclutamiento de sus seres queridos. Este tipo de amenaza es bastante común en departamentos como el Caquetá, Putumayo y Guaviare, motivando la migración.

65 Hace referencia a los paramilitares.

66 Figura creada por el actual gobierno, para definir a jóvenes campesinos enrolados en el ejército. Este hecho puede ser analizado, desde la óptica del DIH, como una vinculación de la sociedad civil en el conflicto, motivada por el Estado.

67 La vinculación con los grupos armados, se ha constituido en una estrategia de inserción laboral en Colombia.

68 Nótese la apreciación que él hace sobre los cambios en la celebración, en relación al acceso a recursos económicos.

69 Afirmación de lo material como la causa del debilitamiento de lo espiritual.

70 Nótese como distingue la delimitación de la ciudad de Florencia, entre barrios pobres y ricos. Valoración que en el campo no es vigente.

71 Nótese cómo compara la situación de su desplazamiento con lo que vivió Cristo, de camino a la crucifixión. Hace énfasis en la figura de María, como la madre - mujer, que acompaño a su hijo en las horas de martirio.

72 Obsérvese otra de las cualidades del Salmo 91, el debilitamiento del odio hacia el otro.

73 Hace referencia a su padre.

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