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Revista de Estudios Sociales

versão impressa ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  n.39 Bogotá maio/ago. 2011

 

El liberalismo comoonto-tecnología de la autorregulación. Una lectura de la analítica foucaultiana de la gubernamentalidad

Gustavo Chirolla

Filósofo de la Pontificia Universidad Javeriana. Doctorando en Filosofía de la Universidad Javeriana. Actualmente es profesor de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana. Entre sus publicaciones más recientes se encuentra: The Politics of the Scream in a Threnody. En Deleuze And Contemporary Art, eds. Stephen Zepke y Simon O'Sullivan, 15-33. Edimburgo: Edinburgh University Press, 2010. Coeditor de El cuerpo, fábrica del yo. Producción de subjetividad en el arte de Luis Caballero y Lorenzo Jaramillo (con Rubén Sánchez, Ana María Brigante y Gabriela Häbich). Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2005. Correo electrónico: chirolla@javeriana.edu.co


El control se realiza a través de la libertad
[...] Foucault muestra que el objetivo de las
tecnologías neoliberales de gobierno es la
autorregulación de los sujetos.
(Castro-Gómez 2010, 216 y 224)

Es notable la influencia de Michel Foucault en algunos libros de Santiago Castro-Gómez, especialmente en La hybris del punto cero (2005) y en Tejidos oníricos (2009). Se ha tratado en estos trabajos de "usar" las herramientas conceptuales creadas por el filósofo francés, en provecho de una investigación centrada en el análisis de ciertas prácticas localizadas geográfica e históricamente. Por supuesto, servirse de las herramientas aportadas por Foucault implica, dado el carácter peculiar de la investigación que ha de realizarse, que éstas tengan que modificarse o transformarse en relación con nuevos contextos que exigen un ejercicio atento de problematización tanto conceptual como metodológico. No sorprende, entonces, la reciente aparición del libro de Castro-Gómez: Historia de la gubernamentalidad. Razón de Estado, liberalismo y neoliberalismo en Michel Foucault (2010). El autor le ha apostado a una lectura e interpretación de un momento crucial en el pensamiento de Foucault, momento en que éste vive una crisis teórica y práctica que lo llevará a replantear el curso de sus investigaciones en el Collège de France. En este sentido, Historia de la gubernamentalidad está dedicado especialmente a los cursos de 1978 y 1979, "Seguridad, territorio, población" y "Nacimiento de la biopolítica", respectivamente, y muestra cómo la cuestión de la gubernamentalidad, que allí aparece y es fundamental para una genealogía del liberalismo, conlleva un cambio, un movimiento sísmico, que tendrá consecuencias en la obra del filósofo francés. El interés por este asunto, en particular el tránsito de la biopolítica a la gubernamentalidad liberal, ofrecerá, así mismo, indicios para la comprensión de los libros de Castro-Gómez a los que nos hemos referido.

La primera apuesta interpretativa, la más significativa según nuestro criterio, que aparece en Historia de la gubernamentalidad, reside en mostrar en qué consiste el "impasse teórico" en que se encuentra Foucault alrededor de los años 1976 y 1978, e indicar dónde y cómo va a encontrar una salida, una solución al obstáculo que venía agobiándolo. Se trata, pues, del desplazamiento del modelo bélico al modelo gubernamental de las relaciones de poder. Las confrontaciones agonísticas, por mucho que permitieran un juego múltiple de estrategias y tácticas entre las formas de dominación y de resistencias, resultaban ya insuficientes para comprender las relaciones de poder. Castro-Gómez rastrea este malestar experimentado por el propio Foucault hasta la lección del 7 de enero de 1976 del curso "Defender la sociedad". El profesor del Collège de France manifiesta públicamente que se encuentra atrapado en ciertas nociones, que su investigación se atasca, no avanza, y que se repite constantemente.

Existen repeticiones que conducen al pensamiento hacia nuevas dimensiones; sin embargo, el leitmotiv sobre el que no cesa de volver Foucault, y que representa más bien el mayor obstáculo, sería éste: "donde hay poder hay resistencias". Se encuentra atrapado en él, precisamente, porque las resistencias son concebidas siempre a partir de las relaciones de poder, se hallan implicadas en las formas de dominación a las que eventualmente se enfrentan; confrontación, entonces, que tiene a la guerra como parámetro. Para Castro-Gómez la aparición del concepto de gubernamentalidad será la clave que le permitirá a Foucault salir del "impasse teórico" en el que se encontraba. La gubernamentalidad como tecnología del poder aporta una diferencia significativa respecto del modelo bélico, no se busca "simplemente determinar la conducta de los otros, sino dirigirla de un modo eficaz, ya que presupone la capacidad de acción (libertad) de aquellas personas que deben ser gobernadas [...] Es, entonces, a estas relaciones de poder, donde siempre hay campo para el ejercicio de la libertad de los sujetos, que Foucault denomina 'prácticas de gobierno'" (2010, 39 y 43).

Al leer los cursos de Foucault asistimos a su laboratorio filosófico, a una investigación en proceso que se tropieza con obstáculos, que se ve obligada a revisar ciertos conceptos, a abandonar unos y a proponer otros, que va afinando sus métodos a medida que surgen y se plantean nuevos problemas. Diríamos que, respecto de sus propias investigaciones, estos cursos han significado para Castro-Gómez todo un aprendizaje filosófico; de ahí la insistencia en su lectura de dar cuenta de las cuestiones de método, en no avanzar en un qué si no se ha mostrado un cómo. Lejos estamos, entonces, de un libro que sólo pretenda exponer y a lo sumo discutir un conjunto de tesis sostenidas por Foucault acerca del tema del liberalismo y su historia.

Cuando se busca explicitar las herramientas con las que Foucault trabaja, se requiere mostrar la especificidad de los campos de intervención que ha elegido y cómo opera sobre ellos; los conceptos, los métodos y los campos problemáticos constituyen una unidad. En Historia de la gubernamentalidad no se ahorran esfuerzos en este sentido; en un apartado ejemplar titulado "Prácticas, racionalidades, tecnologías", el autor nos pone de presente este objetivo, con el que será consecuente a través de todo el libro. La perspectiva filosófica de Foucault siempre será diferenciada y en ocasiones confrontada con la de otros pensadores. Si Foucault realiza una historia de las prácticas, entendiendo por práctica lo que los hombres "realmente hacen cuando hablan o actúan" (2010, 28), ésta tendrá que distinguirse de una historia de las ideas; cuando se refiere a los "regímenes de prácticas" afirmando que a cada uno le corresponde una racionalidad, esto es, que cada uno funciona conforme a ciertas reglas, el concepto de racionalidad tendrá que distinguirse y confrontarse con el concepto de Max Weber: "la racionalidad no es vista como anclada en una filosofía del sujeto, ni como derivada de una invariante antropológica (la 'Razón')" (2010, 31); así, cuando habla de gubernamentalidad habrá que aclarar que no se trata de una teoría del Estado, de la legitimidad o ilegitimidad de ciertas formas de gobierno, sino de una tecnología de poder; que esta tecnología de gobierno de las conductas no es exclusiva de los aparatos de Estado, que en determinadas circunstancias históricas al acoger e institucionalizar tales prácticas, es el Estado quien se gubernamentaliza.

Una vez explicitado el estatuto de las prácticas y de la "racionalidad política" que a cada régimen le compete, Castro-Gómez no dejará pasar ocasión en la que pueda realizar una crítica nominalista de los "universales" políticos, tales como "Estado", "sociedad civil" e, incluso, "capitalismo". Las prácticas, pues, no se derivan de estos universales como si hubiesen existido desde siempre. Siguiendo la perspectiva de Foucault, estas nociones y entidades aparecen más bien como correlatos de las prácticas mismas. Por ejemplo: "en lugar, por tanto, de estudiar las prácticas políticas a partir del Estado, se propone estudiar el Estado a partir de las prácticas políticas" (2010, 177). Otro tanto podemos decir del "capitalismo": "El capitalismo, no es otra cosa que el correlato de una serie de prácticas históricas que deben ser estudiadas en su singularidad" (2010, 222).

Otro importante aspecto metodológico analizado por Castro-Gómez, concerniente a la obra de Foucault en general, es aquel que gira alrededor de la noción de tecnología. En principio, este término aparece a propósito de las relaciones de poder, para enfatizar su carácter funcional: el poder, recordémoslo, no es una sustancia, no posee una esencia, no hay que preguntar qué es el poder sino cómo se ejerce. De modo que podemos hablar de "mecanismos", de "dispositivos", de "técnicas" o de "tecnologías" de poder; tales términos son usados por Foucault como sinónimos o correlativos. Pese a esta ambigüedad, Castro-Gómez, basándose en la conferencia que Foucault dictó en otoño de 1982 en la Universidad de Stanford, bajo el título "Tecnologías del Yo", intenta retrospectivamente una sistematización de esta pragmática. En primer lugar, define tecnología como "la aplicación de unos medios orientados de forma consciente por la reflexión y la experiencia para alcanzar ciertos fines" (2010, 34). Luego prosigue comentando la taxonomía presentada por Foucault en "Tecnologías del Yo"; allí se establecen cuatro tipos de tecnologías: tecnologías de producción, tecnologías de significación, tecnologías de poder y tecnologías del yo. Dejando de lado las tecnologías de producción, que no hacen parte de los intereses de Foucault, resulta, entonces, que la noción de tecnología se extiende más allá de los mecanismos de poder: hacia atrás, hasta las tecnologías de significación, desarrolladas en Las palabras y las cosas; hacia adelante, hasta las tecnologías del yo, desarrolladas en la última etapa de la vida del filósofo. El comentario de Castro-Gómez va dirigido a complementar esta taxonomía con otros textos de Foucault; se trata, dice, de "una quinta familia tecnológica": las tecnologías de gobierno. Éstas aparecen como una especie de bisagra entre las tecnologías del poder y las tecnologías del yo. Las tecnologías gubernamentales se pueden referir tanto a aquellos ejercicios del poder dirigidos, desde el exterior, a gestionar la conducta de seres que se presuponen libres, como a ciertas operaciones efectuadas por los propios individuos o con ayuda de otros que tienen por objeto el gobierno de sí mismos.

Debemos subrayar, como lo hace Castro-Gómez en este punto, que la noción de tecnología no implica la intencionalidad de un sujeto sino el modo en que las prácticas, discursivas y no discursivas, se articulan entre sí. Una tecnología expresa la racionalidad de las prácticas, pues a partir de ella se entiende que a través de ciertos medios calculados, una acción pueda orientarse conforme a tal o cual fin. Una tecnología se define por "un conjunto múltiple de estrategias a través de las cuales los animales humanos devienen sujetos. Las tecnologías son, propiamente hablando, onto-tecnologías" (2010, 36).

Después de señalar a grandes rasgos en qué consistirían las apuestas interpretativas de Castro-Gómez sobre aquellos conceptos que asisten al lector de Foucault en la comprensión de sus preocupaciones y métodos, podemos presentar de modo sumario algunas de las tesis más relevantes que presenta Historia de la gubernamentalidad:

1. El liberalismo ha de entenderse no como una doctrina económica o como una ideología, sino como "una tecnología de gobierno sobre la conducta económica y moral de los hombres" (2010, 152). Esta tecnología busca gestionar la conducta de los individuos presuponiendo la capacidad que tienen éstos de autogobernarse. La tecnología liberal de gobierno sigue siendo una tecnología de poder, sólo que, en este caso, no se actúa directamente sobre los cuerpos individuales como en las disciplinas, sino indirectamente a través de la creación y regulación de un "medio" a partir del cual se generan las condiciones de libertad. "El liberalismo entiende que la libertad conlleva necesariamente su autoproducción como sujeto moral" (2010, 153).

2. La historia de las prácticas neoliberales, desde su vertiente alemana (Ordoliberalismo) hasta la estadounidense (Escuela de Chicago), muestra cómo una determinada tecnología de poder gobierna la conducta de los individuos, desde la comprensión que éstos han de asumir de sí mismos como seres libres, esto es, como sujetos de autorregulación: "el control se realiza a través de la libertad" (2010, 216). Los ordoliberales alemanes "buscan crear una sociedad sometida enteramente a la dinámica competitiva [...] Para ello es preciso construir una trama social en la que todas sus unidades básicas (la familia, las instituciones de la sociedad civil, el Estado, los individuos) adquieran 'la forma-empresa'" (2010, 193-194). Por su parte, el neoliberalismo norteamericano moleculariza hasta tal punto la forma-empresa que promueve una comprensión del individuo como empresario de sí mismo; en este sentido, se acuña el término "Capital humano", transformándose así plenamente la noción tradicional de "capital". La multiplicación de la forma-empresa y la modulación del sujeto como administrador de su propio capital humano hacen que la analítica de la gubernamentalidad neoliberal desarrollada por Foucault coincida con las características atribuidas por Deleuze a las sociedades de control.

3. Castro-Gómez necesitará redefinir la biopolítica de nuestros días, cosa que Foucault dejó por hacer, ya que la vida misma, más allá de sus variables enteramente biológicas, se ha convertido en objeto de gestión por parte de las tecnologías de gobierno neoliberal. A través de la molecularización y modulación de la subjetividad, haciendo de cada decisión una estrategia económica, se busca la "optimización de sí mismo como máquina productora de capital. Hablamos, pues, de una biopolítica que, mediante la multiplicación de la forma-empresa hacia ámbitos no económicos, tiene como objetivo el gobierno de la intimidad" (2010, 208).

Foucault es consciente al final de su curso "Nacimiento de la biopolítica" que una genealogía de la gubernamentalidad liberal quedó sin terminar. Castro-Gómez se encarga, en el anexo titulado "Historia de la gubernamentalidad después de Foucault", de hacer un mapa de cómo algunos discípulos de Foucault, que asistieron a sus cursos en el Collège de France, y recientemente teóricos del ámbito angloamericano, bajo la égida de los Governmentality Studies, asumen esa tarea y prolongan sus análisis.


REFERENCIAS

1. Castro-Gómez, Santiago. 2005. La Hybris del punto cero: ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750-1816). Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.        [ Links ]

2. Castro-Gómez, Santiago. 2009. Tejidos oníricos: movilidad, capitalismo y biopolítica en Bogotá (1910-1930). Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.        [ Links ]

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