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Revista de Estudios Sociales

versión impresa ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  no.42 Bogotá ene./abr. 2012

 

La diáspora china: un acercamiento a la migración china en Colombia*

Friederike Fleischer

Ph.D. en Antropología Cultural del Graduate Center, City University of New York, Estados Unidos. Profesora Asistente del Departamento de Antropología de la Universidad de los Andes, Colombia. Correo electrónico: f.fleischer406@uniandes.edu.co


RESUMEN

La diáspora china es la más numerosa y la más extendida entre todas las poblaciones migrantes del mundo. Hoy se estima que el número de emigrantes ha llegado a los 40 millones. Lejos de ser un grupo homogéneo, los miembros de la diáspora china tienen distintos antecedentes económicos, culturales, sociales, educativos y personales, así como historias de vida y emigración muy diferentes. A pesar del creciente interés académico en la cuenca del Pacífico y en la constante inmigración china hacia América en el siglo XX, casi no existe información sobre los chinos en Colombia. El presente artículo ofrece un acercamiento al tema desde el punto de vista histórico, con el fin de llenar el vacío existente, poniendo lo poco que se sabe del tema en el contexto de la discusión sobre la diáspora, para enfatizar la transnacionalidad y la multiplicidad de identidades de este grupo de migrantes. Por otra parte, el artículo analiza las diferencias y similitudes entre la inmigración china en Colombia y la de otros países de América Latina y de otros continentes, relacionando esas particularidades con el contexto local.

PALABRAS CLAVE

Diáspora china, migración, identidad.


The Chinese Diaspora: Exploring Chinese Migration in Colombia

ABSTRACT

The Chinese diaspora is the largest and most extensive among the world's migrant populations. Recent estimates put the number of Chinese emigrants at 40 million people. Far from being a homogenous group, members of the Chinese diaspora have diverse economic, cultural, social, educational, and personal backgrounds as well as very different life stories and emigration experiences. Despite the growing interest in the Pacific Rim and the constant immigration of Chinese to the Americas through the 20th century, there is very little information about their migration to Colombia. This article explores the topic from a historical point of view in order to fill this void. The little that is known about Chinese migrants to Colombia is presented in the context of a discussion on the diaspora in order to highlight the transnationality and multiplicity of identities among this migrant group. The article also examines the similarities and differences between Chinese migration to Colombia and other countries in Latin America and on other continents, relating these particularities to local contexts.

KEY WORDS

Chinese Diaspora, Migration, identity.


A diáspora chinesa: uma aproximação à migração chinesa na Colômbia

RESUMO

A diáspora chinesa é a mais numerosa e a mais extensa entre todas as populações migrantes do mundo. Hoje se estima que o número de emigrantes já tenha chegado aos 40 milhões. Longe de ser um grupo homogêneo, os membros da diáspora chinesa têm diferentes antecedentes econômicos, culturais, sociais, educativos e pessoais, assim como histórias de vida e emigração muito diferentes. Apesar do crescente interesse acadêmico na bacia do Pacífico e na constante imigração chinesa à América no século XX, quase não existe informação sobre os chineses na Colômbia. O presente artigo oferece uma aproximação ao tema do ponto de vista histórico, com o objetivo de preencher o vazio existente, pondo o pouco que se sabe do tema no contexto da discussão sobre a diáspora, para enfatizar a transnacionalidade e a multiplicidade de identidades desse grupo de migrantes. Por outro lado, o artigo analisa as diferenças e similitudes entre a imigração chinesa na Colômbia e a de outros países da América Latina e de outros continentes, relacionando essas particularidades com o contexto local.

PALAVRAS CHAVE

Diáspora chinesa, migração, identidade.


La diáspora china es la más numerosa y extendida entre todas las poblaciones migrantes del mundo. Incluidas todas las personas de ascendencia china, a comienzos de la década de 1980 la diáspora ascendía a una cifra entre 26,8 y 27,5 millones de personas en más de 130 países alrededor del mundo (Segal 1993). Hoy se estima que el número de emigrantes ha llegado a los 40 millones. Lejos de ser un grupo homogéneo, los miembros de la diáspora china tienen distintos antecedentes económicos, culturales, sociales, educativos y personales, así como historias de vida y emigración muy diferentes. Hoy en día se encuentran chinos en los cinco continentes, y continúan emigrando hacia y entre todos los rincones del globo (New World Encyclopedia 2008).

A pesar del creciente interés académico en la cuenca del Pacífico y en la constante inmigración china hacia América en el siglo XX, existen solamente dos cortas investigaciones sobre los chinos en Colombia, o más precisamente, sobre los chinos en Bogotá. Restrepo (2001) intentó llevar a cabo un análisis de las razones por las que no existe un Barrio Chino o Chinatown en la ciudad, pero aparte de un enorme esfuerzo por ubicar todos los restaurantes chinos de Bogotá, no logró encontrar información de peso. Por su parte, la corta investigación de Zhang (1991) sobre la comunidad china en Bogotá trata de explicar la "asimilación" china dentro de los estrechos límites teóricos del modelo de Talcott Parsons. Aunque contiene algo de información, la investigación tiene el defecto de estar basada en una muestra de apenas 28 dueños de restaurantes pertenecientes a la más reciente generación de inmigrantes en Colombia.

El presente artículo ofrece un acercamiento al tema desde el punto de vista histórico, con el fin de ayudar a llenar el vacío existente. Abordo la migración de chinos a Colombia mediante una revisión de la literatura, poniendo lo poco que se sabe del tema en el contexto de la discusión sobre la diáspora, para enfatizar la transnacionalidad y multiplicidad de identidades de este grupo de migrantes. Por otra parte, el artículo analiza las diferencias y similitudes entre la inmigración china en Colombia y la de otros países de América Latina y de otros continentes, relacionando esas particularidades con el contexto local. De esta manera, se podrá apreciar no sólo el poder formativo de los lugares específicos, sino también la influencia más amplia de factores como la economía global y las circunstancias espacio-temporales específicas.

La importancia de este trabajo yace, por lo tanto, en su contribución al estudio de la inmigración china en diferentes lugares del mundo, por una parte, y en el impulso a la investigación de esta parte ignorada de la historia de Colombia. En esta época en la que existe un creciente interés en las relaciones entre China y Colombia, este estudio también puede ayudar a contrarrestar la impresión errónea que generalmente se tiene, según la cual estas relaciones son recientes y puramente comerciales.


Marco teórico

La perspectiva diaspórica

La idea de migración está fuertemente ligada a las perspectivas basadas en la nacionalidad. Esto puede verse en el vocabulario utilizado en este contexto: dicotomías como inmigración y emigración, atracción y repulsión (push and pull), metáforas como arrancado y trasplantado, y procesos como asentamiento, asimilación y aculturación. Estos conceptos se combinan para concebir la migración como un proceso de reubicación monodireccional, caracterizado por un rompimiento con lo viejo y una acomodación en lo nuevo. El interés en la migración se justifica generalmente por la preocupación más amplia por la integración de los inmigrantes a la nación, o por saber hasta qué punto son el producto de los lugares que abandonaron y cómo contribuyen a esos lugares. La migración en dirección opuesta y las asociaciones que facilitan la circulación de bienes, dinero y personas son reconocidas e incluso investigadas por los historiadores de las migraciones, pero rara vez son incorporadas a la historia de una forma significativa. Los emigrantes que regresan a sus países son personas que desaparecen de una historia y reaparecen en la historia de la tierra que habían abandonado, y las redes de circulación son de interés sólo en la medida en que son las causas que empujaron a la gente a emigrar a su nueva nación.

En una manera similar, Wang Gungwu (1991) ha utilizado las siguientes patrones para categorizar la migración china: comerciante, culi, trabajador temporal (sojourners) y descendiente (huashang, huagong, huaqiao y huayi). Estos patrones citados frecuentemente se complementan con su formulación de las categorías de identidad histórica: nacionalista china, comunal, local, cultural, étnica y de clase. Ambos conjuntos de patrones están basados, sin embargo, en la noción de identidad nacional. McKeown (1999) señala que Wang no le presta suficiente atención a la forma en que estas categorías de patrones de identidad y migración están inmersas en eventos históricos y políticos. Yo añadiría que la concepción de Wang también descuida el hecho de que los migrantes (pero no sólo ellos) desarrollan múltiples identidades a lo largo del tiempo, algunas en paralelo, y que adoptan alguna de ellas dependiendo de la situación. Estas identidades también se sobreponen y se mezclan. Del mismo modo, los patrones de migración pueden cambiar a lo largo del tiempo en una misma persona. Un trabajador temporal (sojourner) se puede convertir en comerciante y colono, por ejemplo.

Los movimientos de independencia, los refugiados y los exiliados son fenómenos globales que desafían la idea tradicional de identidades culturales enmarcadas o definidas geopolíticamente. La filiación de una nación con una cultura o una identidad es cuestionable. Como resultado, durante los últimos años se ha despertado un interés dentro de la sociología y la antropología sociocultural en estudiar la producción y reproducción de culturas definidas en términos distintos a su mera localización. Términos tales como transnacionalismo y globalización, así como el concepto de diáspora, han tomado un papel central como paradigmas para analizar temas de migración, así como aquellas organizaciones e identidades sociales que traspasan las fronteras nacionales y culturales. Estas aproximaciones se enfocan en la movilidad y la dispersión como base para el análisis, y no en el simple flujo de personas de una historia nacional a otra o como un fenómeno marginal de las identidades nacionales (Glick-Schiller et al. 1992; Ong 1999).

La palabra griega "diáspora"1 ha sido aplicada siempre a grupos de personas que han experimentado un trauma colectivo y una expulsión, que viven en el exilio y que aspiran a regresar a un hogar. Los ejemplos típicos son los judíos y los armenios. Recientemente, dentro de la literatura en las ciencias sociales, el término ha sido empleado de manera más amplia para describir comunidades de migrantes disímiles, incluidos expatriados, expulsados, refugiados políticos, extranjeros y minorías étnicas (Safran 1991). Aunque todavía existe un debate considerable en las ciencias sociales acerca de la utilidad del concepto y de su aplicabilidad a grupos altamente disímiles de emigrantes (Ang 2003; Chan 1999; Li 2004; Mackie 2003), la ventaja de la perspectiva diaspórica es que complementa y expande la perspectiva basada en nacionalidades al dirigir nuestra mirada hacia las conexiones, redes, actividades y conciencias globales que crean puentes entre puntos de referencia más locales (McKeown 1999).

En lugar de analizar y entender la migración china en términos, por ejemplo, de asimilación -un paradigma basado en una concepción estática de cultura-, la perspectiva diaspórica hace énfasis en la conexión entre diferentes lugares, y el flujo, las interacciones y las transformaciones que ocurren a través de estas conexiones. De este modo, la perspectiva diaspórica evita algunas de las dicotomías que a menudo afectan negativamente las discusiones de la identidad de los emigrantes y hace visibles los supuestos y problemas subyacentes, en vez de darlos por sentados. Por lo tanto, en el contexto de este artículo, uso el concepto de diáspora para describir el grupo disperso de chinos que viven fuera de la China y que mantienen conexiones, relaciones y redes con su país de origen, su país de adopción y otras comunidades en diversos lugares del mundo.

La importancia de factores histórico-locales

En otro lugar (Fleischer 1997) estudié la diáspora china en Estados Unidos, mostrando cómo la identidad del inmigrante chino y su vida cotidiana han sido influidas por la situación socioeconómica, ideológica y política en ese país y en el mundo, pero también por las conexiones globales y los flujos internacionales de personas, bienes, ideologías, etc. En Estados Unidos, así como en muchos otros países, los chinos fueron bienvenidos como mano de obra barata, pero posteriormente fueron discriminados y excluidos legalmente. Durante la Segunda Guerra Mundial, los chinos fueron aclamados como aliados, pero después de la Revolución China, en 1949, se convirtieron en sospechosos de ser conspiradores comunistas. En años recientes, los chinos han sido elogiados como una "minoría modelo" por su relativo éxito económico, y son buscados como agentes que facilitan el establecimiento de nuevas relaciones entre sus países de residencia y la poderosa economía de China. Es dentro de estas coordinadas socioeconómicas, ideológicas y políticas a través del tiempo que los chinos en la diáspora construyen sus identidades culturales específicas, diseñan sus vidas e interactúan con otros (Fleischer 1997).

De manera similar, los estudios sobre los chinos en Latinoamérica han mostrado la importancia de factores históricos y locales (Hui 1992), tales como la situación socioeconómica (Mackie 2003), que influencia y, de hecho, determina las vidas de los inmigrantes chinos. Wong (1982) sugiere un análisis enmarcado por variables macroambientales de la sociedad a lo largo del tiempo. Su estudio comparativo de los chinos en Nueva York y Lima se enfoca en los factores estructurales que definen la naturaleza del contacto interétnico, determinan el modo de las respuestas adaptativas e influencian el uso o no uso de identidad étnica. Wong identifica específicamente a los factores político-legales, sociales y económicos como lo que determinó la diferencia en la situación de los chinos en las dos ciudades. Luego muestra que los chinos en Nueva York y Lima desarrollaron sus diferentes estilos de vida -uno en un vecindario marcado étnicamente, Chinatown, en Nueva York, y el otro altamente integrado, asimilado y mezclado con la sociedad de Lima- como resultado de estos factores, y de la reacción frente a ellos a través del tiempo.

Como puede verse, la vida de los chinos en la diáspora sufre la influencia de las relaciones entre sus países de residencia y China, así como de las cambiantes políticas e ideologías globales y locales. Los factores económicos, políticos e ideológicos globales no pueden ser ignorados en un análisis de las vidas de los inmigrantes chinos.

Historia de la migración hasta el siglo XX

La abolición de la esclavitud en el siglo XIX y la resultante demanda de mano de obra barata en los países latinoamericanos coincidieron con varios levantamientos políticos y sociales en China que facilitaron la migración de chinos a diferentes partes del mundo. Las guerras del opio (1839-1842, 1856-1864), luchas sangrientas por la tierra entre migrantes internos, así como la Rebelión Taiping (1851-1864), que tuvieron un costo de 20 millones de muertos, dejaron devastado al país y empobrecida a la población. Las demandas de reparación por parte de las potencias coloniales europeas ocasionaron un alza de impuestos que, a su vez, llevó a muchos campesinos a la pérdida de sus tierras. Las industrias nativas (por ejemplo, la producción textil) fueron debilitadas por la competencia internacional impuesta, y el comercio prácticamente se paralizó. El desempleo se convirtió en un problema generalizado. El fuerte crecimiento poblacional de las décadas anteriores fue seguido de sequías e inundaciones, lo que agravó la escasez y contribuyó a las hambrunas. Todos estos factores afectaron en particular a las provincias surorientales de China, debido a su mayor densidad poblacional. Como resultado, en busca de mejor vida, miles de refugiados, especialmente de las provincias de Guangdong y Fujian, se convirtieron en inmigrantes a ciudades, áreas fronterizas y otras localidades chinas, así como a lugares por fuera del país (Lyman 1986; Takaki 1989).

En ese momento, los europeos y los chinos habían establecido agencias en puertos controlados por europeos como Hong Kong y Macao, por ejemplo, que manejaban la contratación y el transporte de trabajadores chinos alrededor del mundo. Las agencias empleaban reclutadores chinos, a quienes se les pagaba por cada trabajador que reclutaran para el mercado culi2 de trabajadores por contrato, y que usaban una variedad de medios para tentar a emigrantes potenciales, incluidos redes de parentesco, avances materiales, promesas de fortuna, pago de deudas por apuestas, engaño, compra de prisioneros tomados en luchas y secuestro. Muchos chinos no veían otra opción diferente a emigrar para escapar del hambre y mantener a sus familias, a quienes dejaban atrás. Frecuentemente, grandes familias, o incluso clanes y pueblos enteros, decidían de manera colectiva mandar a sus hijos afuera, convirtiéndose en dependientes de las remesas que les enviaban para sobrevivir. La mayoría de estos emigrantes se iban con la intención de regresar a China después de un período de trabajo por fuera (Takaki 1989; Tsai 1983). Usualmente firmaban contratos de ocho años, que los forzaban a trabajar para el tenedor del contrato en cualquier trabajo que se les asignara. El contrato también estipulaba su salario, los beneficios que el patrón ofrecería (por ejemplo, servicios médicos, ropa, acomodación, etc.), y obligaba al culi a abstenerse de hacer reclamos laborales (Hui 1992).

No se ha escrito nada acerca del arribo inicial de los chinos a Colombia, aunque sabemos que la inmigración inicial china a Colombia ocurrió durante un tiempo en el que el país intentaba abrir o adaptar su economía local a los mercados mundiales. Estos esfuerzos generaron el boom del tabaco, en la década de 1840, y en la década de 1850, con un alza en las exportaciones de quina. Además, a comienzos de la década de 1860, pero especialmente en la de 1870, fueron construidas vías férreas, como la que se creó entre Bogotá y el río Magdalena. Todos estos esfuerzos económicos incrementaron la demanda de mano de obra barata, que puede haber sido un factor para la contratación inicial de trabajadores chinos, como sucedió en otros países latinoamericanos (Chilean Library of Congress 2008; Hui 1992).

De acuerdo con Hui (1992) y con la corta historia publicada por la embajada de la República Popular China en Bogotá (1999), hubo alrededor de 800 chinos en Colombia entre 1848 y 1875. Lo poco que se sabe de ellos es que la mayoría provenía de las provincias de Guangdong y Fujian, en el sur de China, y que en Colombia trabajaban principalmente en agricultura, en especial en el cultivo de caña de azúcar, así como en pequeñas industrias de alimentos y textiles. Lo que en general se omite, sin embargo, es el número considerable de trabajadores chinos en Panamá, que en la época era parte de Colombia. Entre 1852 y 1890, alrededor de 25.000 trabajadores chinos (culis que trabajaban por contrato) fueron traídos al país para la construcción del ferrocarril y, posteriormente, del canal de Panamá.

De otros países latinoamericanos sabemos que los terratenientes trataban a los trabajadores chinos de la misma manera en que trataban a los esclavos: la norma eran los látigos, grilletes, largas horas de trabajo e insuficientes provisiones. Los chinos eran bienvenidos sólo para suministrar trabajo manual. Sus contratos estipulaban que no podían cambiarse a otras profesiones y que al final de su período de trabajo, a menos que fueran contratados bajo condiciones similares, debían regresar a China por sus propios medios. Para asegurar el retorno de los inmigrantes chinos a su casa, en muchos países no les era permitido traer a sus esposas e hijos (Chilean Library of Congress 2008; Hui 1992).

A pesar de las restricciones impuestas a los inmigrantes chinos para que no cambiaran de profesión, los trabajadores chinos buscaban y lograban moverse a otros negocios, tales como lavanderías, cultivos de vegetales, mercados de comida, comercio, etc. Este cambio de profesión no siempre estaba basado en decisiones libres. Durante la recesión económica de Estados Unidos, por ejemplo, la legislación mantenía a los chinos por fuera de más y más profesiones. Los negocios de lavandería, hoy en día vistos como los típicos "negocios étnicos", eran considerados trabajo de mujeres, y, por lo tanto, no eran lo suficientemente importantes como para restringir el ingreso de los chinos. De forma similar, los restaurantes y tiendas de provisión de manera inicial servían a inmigrantes chinos, supliendo sus necesidades y gustos. Los restaurantes también daban oportunidades de trabajo que no requerían un manejo muy avanzado del idioma (Wong 1982; Zhou 1992).

Donde los chinos comenzaban negocios, frecuentemente quebraban los negocios locales rivales, y muchos académicos siguen atribuyendo el éxito de los chinos en los negocios a características "culturales" o étnicas, tales como las relaciones fraternales que suministraban capital y trabajo, así como las redes de distribución y oferta (Butterfield 1986). Lo que este análisis ignora, sin embargo, es que éstas eran y siguen siendo estrategias necesarias para la supervivencia de una minoría inmigrante, usualmente con pocas habilidades de lenguaje, y de personas que, desde el principio, fueron consideradas extranjeros raros que no eran bienvenidos como colonos permanentes (New World Encyclopedia 2008). Además, la razón por la que los chinos podían reinvertir una mayor parte de sus ganancias en su negocio se fundamentaba en que no les era permitido traer a sus familias (Management Today 2007; Zhou 1992).

Es significativo dentro del contexto de las vidas de los chinos en Colombia que este país nunca estableció legislación antichina que los mantuviera fuera de profesiones específicas o que eventualmente prohibiera su inmigración, como sí lo hicieron Estados Unidos (en 1882), Jamaica (en 1905) y México (en 1922). En México, por ejemplo, durante la segunda mitad del siglo XIX, la inmigración europea era particularmente promociona-da no sólo para estimular el desarrollo económico sino también para homogeneizar la nación en cuanto a una identidad europea "civilizada" (Craib 1996). La exclusión de los inmigrantes chinos de la sociedad creó desde sus comienzos un clima social muy hostil (New World Encyclopedia 2008).

Sin embargo, a pesar de que no hubo leyes de exclusión en Colombia, es cuestionable que los chinos estuvieran integrados socialmente en este país. A fines del siglo XIX, aquí también existían ciertos estereotipos raciales, tales como la raza antioqueña, que excluía tanto a negros como a mulatos. Las identificaciones personales propias en los censos de 1851 y 1912 también muestran una cierta ansiedad de la sociedad por "blanquearse": en los sesenta años transcurridos entre los dos censos, el porcentaje de "blancos" en la población se duplicó de un 17 a un 34,4 %. En contraste, el porcentaje de "indios" en la población se redujo a la mitad y la proporción de mestizos disminuyó en una cuarta parte (Safford y Palacios 2002). Sin duda, estos prejuicios raciales (o étnicos) influyeron en una manera significativa (negativa) la vida diaria de los chinos trabajadores en Colombia.

Migración y cambios en la diáspora china en el siglo XX

Existe un gran vacío en nuestro conocimiento sobre la diáspora china en Colombia en el período que va desde el comienzo del siglo XX hasta los años 1970/80. El siglo empezó con los levantamientos políticos en China, que llevaron a la creación de dos facciones políticas entre los chinos dentro y fuera de China, y que finalmente causaron la revolución comunista y la fundación de los dos Estados chinos separados, uno en el continente y el otro en Taiwán. El efecto para la diáspora china no sólo fue la creación de conflictos políticos sino también más diferenciación entre los emigrantes ya distinguidos por localidades de origen, lenguaje e historia de migración. Así, hasta el día de hoy, en cuanto a organización, se encuentran, por un lado, la "Overseas Chinese Association", fundada por chinos que migraron a Colombia en la década de 1980, y por el otro, el Centro Cultural Chino de Bogotá, fundado en 1988 por una institución del Gobierno taiwanés (Zhang 1991).

Por otra parte, sabemos que en 1970 había más de 6.000 chinos que vivían en Colombia, lo que significa que continuaron llegando a este país. Podemos asumir que la atmosfera antiinmigración en muchos países (ver arriba) era la mayor causa de la inmigración continuada de chinos a Colombia. La migración no provenía de China, porque durante los primeras tres décadas de la República Popular de China, la emigración estuvo severamente restringida. De hecho, sabemos que a comienzos del siglo XX, debido a la xenofobia en Estados Unidos, un gran número de chinos emigró a Colombia. Restrepo (2001) afirma que en esta época varios grupos de emigrantes se establecieron en Barranquilla.

Un ejemplo específico del desplazamiento de migrantes chinos a Colombia por razones xenofóbicas, pero también económicas, es Panamá. Los chinos que llegaron a este país para trabajar en la construcción del ferrocarril, y después en la del canal de Panamá, al comienzo del siglo XX mantuvieron un rol importante en otros sectores económicos; eran dueños de 600 almacenes, y se dice que el país dependía de las provisiones de estas tiendas. Sin embargo, la diáspora china experimentó varios desafíos en Panamá. En 1901, por ejemplo, chinos que trabajaban en la construcción del ferrocarril en el istmo de Panamá fueron sometidos a actos de agresión, lo que llevó al cónsul general de Estados Unidos a notificar públicamente a los chinos que tenían el derecho de protección del consulado de Estados Unidos (New York Times 1901).3Además, se introdujeron varias leyes que dificultaron la vida de los chinos en Panamá. En 1903 los declararon "ciudadanos no deseables"; en 1913 se introdujeron impuestos por cabeza;4 en 1928 la ciudadanía para chinos requirió peticiones especiales; y finalmente, en 1941 el Gobierno revocó completamente la ciudadanía de los chinos (Jackson 2004; New York Times 1913). Si bien su ciudadanía fue restituida en 1946, la apertura de más y más grandes almacenes en los años 1950 y 1960 presentó un nuevo desafío para los chinos en Panamá. La competencia económica para los almacenes chinos era tan seria que la mayoría tuvo que cerrar. Unos pocos de los dueños se quedaron en el país, pero muchos chinos luego emigraron a Colombia y/o Estados Unidos, también para escapar del gobierno dictatorial (Jackson 2004; New York Times 1913; Vega 2003). De la misma manera, se puede especular que vinieron más migrantes a Colombia que salieron de otros países latinoamericanos durante estos años de la atmosfera antiinmigrante, contribuyendo así al número creciente de chinos en este país.

Pero en la década de 1980, con el levantamiento de las leyes antiinmigración china en Estados Unidos y el comienzo del período de reformas en la China continental, la situación política, económica y social de los chinos cambio radicalmente. Desde entonces, algunos países buscan que los chinos se establezcan y se hagan ciudadanos, y han instituido criterios educacionales, ocupacionales y lingüísticos que lleven a una mejora para el inmigrante. La emigración desde el continente, que había cesado prácticamente durante los treinta años de maoísmo, ha crecido de nuevo. Hoy en día, sin embargo, más emigrantes chinos vienen de grandes ciudades como Beijing y Shanghái, por ejemplo, son mejor educados, vienen con sus familias nucleares y son guiados cada vez menos por redes extendidas de parentesco u otras relaciones. La mayoría de ellos trabaja en negocios de restaurantes, empresas, y aun en el sector agrícola (Restrepo 2001; Hui 1992). La entrega en 1997 de la colonia británica de Hong Kong a la China continental produjo "hogares de astronauta", en los que muchos adinerados hombres de negocios tenían a sus esposas e hijos por fuera (Vancouver, Canadá, era un destino preferido), mientras que ellos se quedaron en Hong Kong para hacerse cargo de sus negocios, estableciendo de hecho hogares globales (Waters 2002).

El levantamiento de las leyes antiinmigración china en Estados Unidos permitió que durante la década de 1980 muchos chinos emigraran de Colombia a Estados Unidos. Como resultado, de las 5.600 personas de origen chino reportadas en 1982 (Poston y Yu 1990), en la década de 1990 quedaron sólo 3.400, la mayoría de las cuales vive en Bogotá, Barranquilla, Cali, Cartagena, Medellín, Santa Marta, Manizales, Cúcuta y Pereira. Todos estos movimientos migratorios -flujos de personas alrededor del mundo- apoyan la noción de que la "diáspora china" está lejos de quedarse en un país, adoptar una identidad, y/o "asimilarse". Factores políticos, económicos, sociales y personales contribuyeron a la circulación, al movimiento de los chinos entre varios lugares. Estos factores también influyen de manera importante en las formas de residencia y, más recientemente, en el tráfico de personas.

El establecimiento de los patrones de residencia en el área urbana nos dará un esquema de la influencia de la planeación y el crecimiento urbano, así como del lugar de los inmigrantes en estos procesos. En Bogotá no existe un Barrio Chino o Chinatown como en otras ciudades latinoamericanas o en ciudades de Estados Unidos. Así como Wong (1982) muestra que los factores externos, sociales, económicos y legales influenciaron la emergencia de estos enclaves en Estados Unidos, es interesante anotar que en Barranquilla, donde se reporta que vive el segundo mayor número de inmigrantes chinos en Colombia, se desarrolló algo así como un vecindario étnico chino, el cual, debido al limitado número de negocios chinos, consta sólo de una calle.

Más recientemente, se reporta un aumento anual de la población china de 10%. Esto tal vez tiene que ver con el crecimiento de las conexiones económicas entre China y Colombia. Sin embargo, desde el período de las reformas también hubo un aumento significativo en el tráfico de personas: campesinos pobres de las provincias más remotas y olvidadas son llevados de contrabando, a través de extensas redes de profesionales, a destinos donde los emigrantes esperan encontrar una vida mejor, tales como Europa y Estados Unidos. Aparentemente, América Latina se ha convertido en un puerto de entrada en el continente americano para estos inmigrantes ilegales, los cuales son enviados a Estados Unidos a lo largo de diversas rutas que pasan por México.

De hecho, Colombia ahora es considerada como país trampolín que canaliza inmigrantes ilegales a Estados Unidos. Ha habido varios reportes (Kraul 2007; Qiang 2007) sobre este problema. Por un lado, hay los casos de viajeros que entran al país de manera legal (con visa de turista) y se pierden después; no existe ningún registro de su salida de Colombia por canales oficiales cuando se venció su visa. Por otro lado, están los casos en que se descubrieron chinos que vivían embutidos en cuartos de hoteles en las afueras de Bogotá, aparentemente preparándose para ser sacados del país de manera clandestina. Presuntamente, algunos de estos "turistas" pagaron US$60.000 para ser traídos a Colombia, con la promesa de que era la entrada a Estados Unidos. Qiang (2007), por ejemplo, reporta sobre el caso de 101 chinos detenidos que la Policía encontró encerrados en unos cuartos atestados, unos con visas de turismo vencidas, pero la mayoría sin documentos legales.

Aparte de las historias y suertes individuales de estos migrantes ilegales que involucran esperanzas destruidas y muchas veces inversiones económicas ruinosas, la publicidad de estos casos descubiertos afecta de una u otra manera a los chinos legales en este país. Así, este aspecto del tráfico de personas adquiere un rol importante para la diáspora china en Colombia.

Conclusión

La información establecida sobre la diáspora china en Colombia es realmente muy poca. El tema merece más investigación y mayor atención, debido a las circunstancias específicas y "atípicas" que se desarrollaron en este país: la no existencia de leyes antiinmigratorias en el pasado y el hecho de que hoy el país funcione como "trampolín" para la migración ilegal a EE. UU. Este recorrido histórico es sólo un primer acercamiento a este fenómeno.

En este contexto de los chinos como puente hacia el poder económico chino, como minorías ejemplares y como sujetos de contrabando, se muestra especialmente la validez del concepto del transnacionalismo y de la diáspora. Lo que la perspectiva diaspórica ofrece en especial es que complementa y expande la perspectiva basada en nacionalidades al dirigir nuestra mirada hacia las conexiones, redes, actividades y conciencias globales que crean puentes entre puntos de referencia más locales. La perspectiva diaspórica hace énfasis en la conexión entre diferentes lugares, y el flujo, las interacciones y las transformaciones que ocurren a través de estas conexiones. De este modo, la perspectiva diaspórica evita algunas de las dicotomías que a menudo afectan negativamente las discusiones de la identidad de los emigrantes y hace visibles los supuestos y problemas subyacentes, en vez de darlos por sentados.

Así, este artículo muestra cómo la vida de los chinos en la diáspora sufre la influencia de las relaciones entre sus países de residencia y China, así como de las cambiantes políticas e ideologías globales y locales. Los factores socioeconómicos, políticos e ideológicos a través del tiempo y el espacio no pueden ser ignorados en un análisis de las vidas de los inmigrantes chinos a Colombia o a otros países del mundo.


Comentarios

* El artículo es parte de la investigación "La Diáspora China en Colombia" financiada por el Fondo para la promoción de la investigación de profesores asistentes y asociados con doctorado de la Universidad de los Andes.

1 La palabra fue usada para describir la aspersión de semillas, y posteriormente fue aplicada a la colonización griega del Mediterráneo (Cohen 1997).

2 Culi, o coolie, proveniente del hindú, originalmente era solamente una palabra neutral para trabajadores o sirvientes indígenas en Asia, pero se convirtió en un insulto racial para personas de ascendencia asiática.

3 En este período, China y la República de Colombia no habían establecido relaciones oficiales, y el cónsul general de EE. UU. actuaba como representante consular del Imperio chino en este país.

4 Este tipo de impuestos existió en varios países, y fueron introducidos con el fin de no restringir la inmigración de trabajadores, pero evitar que llevaran sus esposas e hijos (que también debían pagar el impuesto), y así garantizar que los migrantes no se quedaran en el país.


Referencias

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Fecha de recepción: 11 de enero de 2011 Fecha de aceptación: 8 de marzo de 2011 Fecha de modificación: 26 de agosto de 2011