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Revista de Estudios Sociales

versión impresa ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  no.45 Bogotá ene./abr. 2013

 

De madres a hijas: trabajo, familia y reproducción social Romero, Mary. 2011. The Maid's Daughter. Living Inside and Outside the American Dream. Nueva York: New York University Press [267 pp.].

Ania Tizziani

Doctora en Sociología de la Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne, Francia. Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), con sede en la Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina. Correo electrónico: atizzian@ungs.edu.ar

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res45.2013.21


The Maid's Daughter es el resultado de un proyecto de investigación que la autora desarrolló por más de veinte años. Este proyecto se organizó en torno de la historia de vida de Olivia Salazar, hija de una trabajadora doméstica e inmigrante mexicana, que vivió gran parte de su infancia y adolescencia junto con su madre en el domicilio de sus empleadores. El libro está basado en un material de una riqueza y una complejidad fuera de lo común. A lo largo de dos décadas (entre los veinte y los cuarenta años de Olivia), una serie de encuentros dan lugar a largas entrevistas, en las cuales investigadora y entrevistada analizan el impacto que ha tenido en la vida de la hija el trabajo de su madre, Carmen. También se detienen en las relaciones que las vinculan a la familia con la que residen y sus roles en el espacio social de los empleadores, un barrio cerrado habitado por sectores acomodados de Los Ángeles.

Esta investigación constituye una prolongación de los estudios que Mary Romero lleva a cabo sobre el trabajo doméstico remunerado en Estados Unidos desde los años 1980. En Maid in USA, una de las grandes referencias en este campo de estudios, la autora aborda las experiencias de trabajo de las empleadas domésticas chicanas en Denver (Romero 2002). Su análisis está centrado en la manera en que las relaciones estructurales de raza, clase y género penetran las interacciones cotidianas entre empleadas y empleadores, y configuran el trabajo en el servicio doméstico como uno de los más opresivos, invisibilizados y desvalorizados.

Esta perspectiva se inscribe en una serie de estudios que conciben el análisis de esta relación laboral como un ángulo privilegiado para el estudio de las jerarquías y desigualdades sociales.1 Este enfoque ha sido también dominante en la literatura sobre esta forma de empleo desarrollada en los países latinoamericanos, en los que el servicio doméstico tiene una extensión significativa y una larga historia. Como sostiene Jurema Brites, en sociedades cada vez más marcadas por la segregación social y económica, las empleadas domésticas parecen representar uno de los más paradigmáticos, y quizás uno de los principales, lazos entre las clases sociales (Brites 2001). Los estudios elaborados por Mary Romero permiten entablar un diálogo sobre la manera en que, en cada contexto, esta forma de empleo contribuye a la construcción de las diferencias sociales, pero también a la comunicación y al contacto cotidiano entre los mundos dispares de trabajadoras y empleadores.

En su investigación más reciente, las experiencias de trabajo en el servicio doméstico son abordadas desde una perspectiva completamente nueva. La autora traslada la mirada desde el domicilio del empleador hacia las familias de las trabajadoras para incorporar nuevas dimensiones al análisis, vinculadas con los costos que implica para los hijos el trabajo efectuado por sus madres. Este cambio de mirada abre nuevas perspectivas para el estudio de la reproducción de las jerarquías sociales. Como muestra Mary Romero, la socialización de los niños de familias acomodadas, que naturalizan la presencia de mujeres de color, migrantes y de clases bajas, contrasta con el déficit de cuidados que afecta a los hijos de quienes cuidan. Las desigualdades en los cuidados a los que tienen acceso los hijos de empleadores y trabajadoras domésticas participan en la atribución de un estatus social que diferencia a unos y otros e ilustran una de las formas de reproducción social que vincula el trabajo y la familia (p. 42).

Así, una de las primeras problemáticas que se destaca en el análisis de la autora es la construcción, en el marco de las interacciones cotidianas entre empleadas y empleadores, del estatus de inferiorización y subordinación social de estas trabajadoras. Un estatus que es también el que se le atribuye a Olivia, pese a que ella no realiza el mismo trabajo que Carmen. Por un lado, ocupar el "cuarto de servicio", restringir sus movimientos dentro del domicilio de los empleadores, hablar su idioma y limitar el uso del español constituyen algunas de las formas de deferencia espacial y lingüística en las que Olivia se ve envuelta a través del trabajo de su madre2 (p. 50). Por otro lado, la desigualdad en el trato que reciben los hijos de los empleadores y el tiempo que sus padres y Carmen -que es quien cuida de ellos- les dedican, en comparación con la atención que ella recibe, es un aprendizaje cotidiano del privilegio y las diferencias sociales.

Aquí, las pertenencias de clase y étnicas, tanto como las experiencias migratorias, configuran una serie de relaciones jerarquizadas que definen el estatus social de unos y otros. Estas relaciones jerarquizadas a través de estereotipos raciales y étnicos en el servicio doméstico, no se originan únicamente en procesos migratorios de los países del Sur hacia los países del Norte como los que describe la autora. En muchas regiones, las migraciones entre países del Sur e internas, o las relaciones entre grupos étnicos nacionales, generan procesos similares de inferiorización y discriminación.3 El análisis de Romero invita a reflexionar en torno de las dinámicas específicas que, en cada contexto, anclan este orden jerarquizado en las prácticas cotidianas y lo reproducen de una generación a otra.

Otro de los grandes temas que la autora examina a la luz de la historia de vida de Olivia tiene que ver con la profunda ambigüedad que marca las relaciones entre empleadas y empleadores del servicio doméstico. Esta ambigüedad es característica del sector en su conjunto, pero se acentúa particularmente en la modalidad residencial, donde las fronteras entre el trabajo y la vida privada se desdibujan. Es por esta razón que numerosos estudios coinciden en destacar que la disminución del trabajo residencial en beneficio de las modalidades externas constituye una transformación fundamental en la configuración de este sector de actividad. Si ésta es una evolución de larga data en Estados Unidos y los países europeos, se constata mucho más recientemente en otras regiones como América Latina (Goldsmith 2007). Diferentes estudios han explorado los rasgos característicos del servicio doméstico residencial, en cuanto a la dureza de las condiciones de trabajo, el grado de aislamiento y dependencia que implican para las trabajadoras. Pero pocos abordaron, como lo hace Mary Romero, su impacto sobre la organización de sus familias y las relaciones con sus hijos.

Por un lado, el testimonio de Olivia vuelve una y otra vez sobre sus dificultades para disponer de un tiempo privado con su madre, por fuera del tiempo de trabajo, y construir una relación que escape a la influencia y la presencia de sus empleadores. Por otro lado, la ficción que sostiene que la trabajadora es "parte de la familia" de los empleadores, paradigmática del servicio doméstico, también afecta las relaciones entre unos y otros. Esto se manifiesta en la capacidad de decisión que adquieren los empleadores respecto de la crianza de Olivia, que debilita la autoridad de su madre. Se expresa también en la posición ambigua de Olivia, que, por un lado, cuenta con algunos beneficios que la igualan a los hijos de los empleadores -puede ir a la misma escuela y, desde los 10 años, contar con una habitación propia en el mismo sector de la casa-, pero es excluida de otras actividades, en particular aquellas que marcan el estatus social de las clases altas, como las fiestas de debutantes.

Uno de los núcleos más originales del trabajo de la autora se sitúa justo en el análisis de esa posición ambigua de Olivia, que comunica dos mundos radicalmente diferentes: el mundo de las clases trabajadoras e inmigrantes; el espacio social de las clases medias y altas blancas en Estados Unidos. Al analizar el pasaje y la comunicación entre esos mundos dispares, la autora retoma uno de los debates centrales en torno de esta forma de empleo, que está ligado a la movilidad social de las trabajadoras domésticas. La perspectiva dominante sostiene que el servicio doméstico constituye una primera ocupación, de carácter transitorio, que permitiría la inserción en el mercado de trabajo de mujeres migrantes y daría lugar a un proceso de "asimilación", en el que las trabajadoras abandonarían sus orígenes étnicos y sociales, para adoptar modos de ser y de comportarse propios de las sociedades de destino.4 En el caso de los hijos de las trabajadoras domésticas, la exposición a los estilos de vida de los empleadores les permitiría incorporar los códigos y las competencias sociales propios de las clases medias y altas, contribuyendo a la movilidad social ascendente.

En el análisis de la autora, la historia de vida de Olivia cuestiona esa narrativa dominante sobre la asimilación y la movilidad. Sin dudas, la trayectoria de Olivia está signada por un marcado ascenso social que la lleva a ser una profesional exitosa, esposa y madre de dos niños. Pero lo que su relato devela son los conflictos, los costos y las formas de resistencia implicados en esa movilidad. Más que un proceso de asimilación, sus relaciones con los empleadores de su madre revelan las dinámicas cotidianas de construcción de las diferencias. Éstas se manifiestan en el enorme esfuerzo que significó para su madre que ella accediera a una educación similar a la de los hijos de sus empleadores, en los límites que éstos trazaban a su participación en la vida social y familiar, en la atribución de un estatus subordinado, entre otros elementos. Como muestra la autora, no es la asimilación la que contribuye a la trayectoria ascendente de Olivia, sino su capacidad de articular competencias que fueron adquiridas en los dos mundos contrapuestos en los que creció. La capacidad de poner en juego sus credenciales educativas y sociales vinculadas a las clases altas, sin renunciar a sus orígenes en las clases trabajadoras migrantes.

La particularidad de la historia de vida de Olivia, en cuanto hija de una trabajadora doméstica en un barrio acomodado de Los Ángeles, es sin duda irreductible. Sin embargo, y ésa es la hipótesis que organiza el libro de Mary Romero, representa un microcosmos de relaciones de poder estructurales que están presentes en la sociedad estadounidense (p. 217). El libro explora así nuevos aspectos del trabajo doméstico remunerado que contribuyen a revelar esas relaciones estructurales de clase, raza, género y ciudadanía, y dialoga no sólo con otros estudios sobre el sector, sino con las problemáticas centrales de las ciencias sociales.


Comentarios

1 Ver en particular la investigación elaborada por Judith Rollins (1985).

2 El concepto de deferencia elaborado por Erving Goffman ha sido utilizado por diferentes autores para caracterizar las interacciones entre empleadas y empleadores del servicio doméstico. Se refiere a aquellos comportamientos que, en una interacción, funcionan como un medio simbólico para expresar aprecio y respeto por el destinatario. En las interacciones entre personas de estatus social desigual, el comportamiento deferencial remite al trato "que los subordinados deben a sus superiores" y tiende a confirmar la desigualdad de la posición de ambos en la relación social (Goffman, 1956).

3 Algunos estudios que analizan estas problemáticas son: Romina Lerus-si (2008), Pei-Chia Lan (2003), Amanda Moras (2010), entre otros.

4 Históricamente, un enfoque similar ha sido frecuente en el caso de los países de América Latina; ver, por ejemplo, Elizabeth Jelin (1976).


Referencias

1. Brites, Jurema. 2001. Afeto, DesigualdadeeRebeldia: bastidores do serviço doméstico. Disertación de Doctorado, Programa de posgraduados en Antropología Social, Universidade Federal do Rio Grande do Sul.         [ Links ]

2. Goffman, Erving. 1956. The Nature of Deference and Demeanor. American Antropologist 58: 473-502.         [ Links ]

3. Goldsmith, Mary. 2007. Disputando fronteras: la movilización de las trabajadoras del hogar en América Latina. Les Cahiers ALHIM 14, http://alhim.revues.org/index2202.html (Recuperado el 11 de diciembre de 2012).         [ Links ]

4. Jelin, Elizabeth. 1976. Migración a las ciudades y participación en la fuerza de trabajo de las mujeres latinoamericanas: el caso del servicio doméstico. Estudios Sociales 4: 2-19.         [ Links ]

5. Lan, Pei-Chia. 2003. They Have More Money but I Speak Better English! Transnational Encounters between Filipina Domestics and Taiwanese Employers. Identities: Global Studies in Culture and Power 10: 133-161.         [ Links ]

6. Lerussi, Romina. 2008. Trabajadoras domésticas nicaragüenses en Costa Rica. En las encrucijadas de un debate feminista. Tesis de Maestría, Universidad Complutense de Madrid.         [ Links ]

7. Moras, Amanda. 2010. Color-blind Discourses in Paid Domestic Work: Foreignness and the Delineation of Alternative Racial Markers. Ethnic and Racial Studies 33, no. 2: 233-252.         [ Links ]

8. Rollins, Judith. 1985. Between Women. Domestics and Their Employers. Filadelfia: Temple University Press.         [ Links ]

9. Romero, Mary. 2002 [1992]. Maid in the USA. Londres: Routledge.         [ Links ]