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Revista de Estudios Sociales

versión impresa ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  no.48 Bogotá ene./abr. 2014

 

La historia de una vida en situación de frontera: migración, superación y trabajo en el "circuito sacoleiro"*

Eric Gustavo Cardin**

** Doctor en Sociología por la Universidad Estatal Paulista Júlio de Mesquita Filho, Brasil. Profesor de la Universidad Estatal del Oeste de Paraná (Brasil) y miembro del grupo de investigación "Historia social del trabajo y de la ciudad". Entre sus más recientes publicaciones se encuentra Laranjas y sacoleiros: un estudio de ia precarización dei trabajo en ei capitalismo contemporáneo. Cascavel: Edunioeste, 2011. Correo electrónico: eric_cardin@hotmail.com

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res48.2014.08


RESUMEN

A través de la investigación realizada, y que ahora se presenta, se buscó construir comprensiones adicionales sobre el fenómeno migratorio y sobre las prácticas de contrabando ocurridas en la frontera de Brasil y Paraguay. Por medio de articulaciones entre los saberes locales y los conocimientos históricamente establecidos, explorando las historias de vida y las trayectorias ocupacionales en las narrativas recogidas, el texto denuncia la dificultad de pensar el mundo por medio de paradigmas y explora las sutilezas de la cotidianidad y su potencialidad en la construcción de la realidad vivida.

PALABRAS CLAVE

Frontera, migración, trabajo, historias de vida.


The Story of a Life in a Border Situation: Migration, Resistance and Work in the "Sacoleiro Circuit"

ABSTRACT

The research undertaken, and now presented here, was aimed at constructing additional understandings of the phenomenon of migration and of the smuggling practices along the border between Brazil and Paraguay. By articulating local knowledge and historically established theories, and exploring the life histories and occupational trajectories in the narratives collected, the text denounces the difficulty of thinking about the world in terms of paradigms and explores the subtleties of everyday life and its potential in the construction of the reality of these lives.

KEY WORDS

Border, migration, labor, life histories.


A história de uma vida em situação de fronteira: migração, superação e trabalho no "circuito sacoleiro"

RESUMO

Por meio da pesquisa realizada, e que agora se apresenta, procurou-se construir compreensões adicionais sobre o fenómeno migratório e sobre as práticas de contrabando ocorridas na fronteira do Brasil com o Paraguai. Mediante articulações entre os saberes locais e os conhecimentos historicamente estabelecidos, que exploram as histórias de vida e as trajetórias ocupacionais nas narrativas coletadas, o texto denuncia a dificuldade de pensar o mundo por meio de paradigmas e explora as sutilezas da cotidianidade e sua potencialidade na construção da realidade vivida.

PALAVRAS CHAVE

Fronteira, migração, trabalho, histórias de vida.


Eran aproximadamente las 16 horas de una tarde muy calurosa en Foz do Iguaçu (Brasil). Yo estaba en un restaurante popular cercano a la aduana brasileña en la frontera con Paraguay esperando a Sandra, una interlocutora que había conocido en el lugar donde yo enseñaba en la época en la que realicé mi investigación de campo. Esperé algunos minutos, quizás una hora, mientras observaba el movimiento en la proximidad del Puente de la Amistad y escuchaba las conversaciones paralelas en las mesas a mi alrededor. Sacoleiros,1 laranjas,2 cigarreros3 y bateadores4 comentaban el día de trabajo y planificaban el retorno a sus ciudades de origen después de las compras realizadas. De forma general, todos se presentaban eufóricos y ansiosos por el regreso a sus hogares y los ingresos que obtendrían durante el viaje.

Cuando ya la impaciencia comenzaba a manifestarse en mis gestos, y el pensamiento impertinente me estimulaba e incentivaba a levantarme de la silla e irme a casa, a descansar, leer o preparar clases, miré, de manera rápida, que estaba llegando la persona que tanto esperaba. Un poco imprudente, tropezando con las palabras y con varias gotas de sudor sobre el rostro, ella me pidió disculpas por el atraso, para luego quejarse de su vida cotidiana y de todas las dificultades que había enfrentado hasta aquel momento. Con el fin de calmarla y atraer su atención hacia los objetivos de aquel encuentro, bebimos un refresco y hablamos durante algunos instantes de asuntos aleatorios y banales, personajes de novelas, resultados de juegos, desempeño escolar, en fin, elementos del mundo vivencial.

Gradualmente la joven señora, que estaba comenzando un curso de licenciatura, y que tuve la oportunidad de conocer en mi práctica como profesor, empezó a presentarse y a revelar una trayectoria cargada de obstáculos, callos, espinos, piedras, elementos que fuerzan el retorno, la reflexión y el suspiro que alimenta la esperanza en los momentos en que lo más fácil es desistir. Podríamos aquí concentrarnos y analizar exclusivamente la historia de vida de una mujer que sintetiza los desafíos de la frontera y las estrategias desarrolladas por los trabajadores. No obstante, si nos vamos por esa opción eliminamos todas las posibilidades presentadas en las conversaciones, que permiten reconstruir aquello que entendemos como circuito sacoleiro, y restringimos el acceso a tantos otros trabajadores que, por indicaciones de Sandra, fueron componiendo la red de contactos que posibilitó el desarrollo de la investigación y una mejor comprensión del universo que pretendía explorar.

Aquello que hemos denominado circuito sacoleiro corresponde a un sistema compuesto por todas las relaciones sociales construidas durante la trayectoria de las mercancías que son negociadas en el microcentro5 de Ciudad del Este (Paraguay). En este sentido, involucra las articulaciones entre los países productores de microelectrónica y las tiendas que venden tales mercaderías (Pinheiro-Machado 2009), las relaciones entre los propietarios de las tiendas, los vendedores, los mesiteros6 en el mercado paraguayo (Rabossi 2004) y, finalmente, la relación de todos estos sujetos con los trabajadores que compran, transportan y revenden tales mercaderías por todo el territorio brasileño (Cardin 2011b). El circuito es una red compleja, que implica múltiples sujetos y pone en evidencia una estructura jerarquizada y oscura. Seguir los caminos recorridos por nuestra interlocutora permite visualizar un poco la formación de todo este universo.

El contrabando, como circuito, requiere el reconocimiento de un proceso de sistematización y pro-fesionalización de las prácticas tradicionales. Las regiones fronterizas tienen como característica el movimiento histórico de personas y mercancías entre los países limítrofes, indiferentes a los límites jurídicos existentes. En este sentido, Godinho (2009) destaca la existencia de una cultura de contrabando antes de la presencia del Estado en los límites internacionales. Esta cultura de contrabando se refiere a las experiencias de los habitantes de las regiones fronterizas, así como a los mecanismos desarrollados para complementar los ingresos, basada en las diferencias entre los países vecinos. El circuito sacoleiro es más amplio. Corresponde a una organización sistemática de las personas y de la logística para explorar de manera más incisiva y productiva las diferencias entre las naciones.

Construir un texto acompañando el desarrollo de la trayectoria personal de un miembro del circuito, valorando y problematizando las situaciones y las narrativas expuestas, es una elección teórica y metodológica que pretende llegar a la elaboración de un saber más integral de la realidad fronteriza. A fin de no deslegitimar los saberes locales, y de no establecer como mecanismo de comprensión una aproximación paradigmática, que restringe la existencia de idiosincrasias y también de la propia praxis social, se busca desarrollar una reflexión sobre las experiencias y prácticas de los sujetos, articulándola con los conocimientos históricamente construidos, para, a partir de este diálogo, producir un saber más integral y relacionado con el todo.

Visualizar las Ciencias Sociales por medio de estas prácticas refleja otras formas de pensar el proceso de obtención de los testimonios, y consecuentemente, de relacionarse con los interlocutores. Huyendo de la formalidad y de las jerarquías insertadas en las técnicas de entrevistas más tradicionales, he estado aplicando y perfeccionando aquello que denomino conversaciones cualitativas. En síntesis, ellas "corresponden a un intento de desarrollar dentro de la metodología de la historia oral, una nueva posibilidad de relación entre las partes involucradas en la producción de la investigación". Para ello, es necesario: a) establecer una relación de confianza con los interlocutores; b) mantener el diálogo con los interlocutores durante toda la producción de la investigación; c) buscar la saturación de los temas tratados; d) desarrollar las conversaciones en un lugar donde el interlocutor se sienta cómodo; e) tener un conocimiento previo del perfil de los sujetos de interés; f) establecer conversaciones estables en núcleos temáticos comunes, y, g) preservar la oralidad durante las transcripciones de las conversaciones (Cardin 2009, 12).

Pensar en el contacto con los interlocutores y la recolección de informaciones que permitan la comprensión de diferentes realidades, por medio de conversaciones, es una reflexión que involucra a los antropólogos brasileños que durante sus trayectorias siempre destacan la importancia de la proximidad y de la atención con el otro, como mecanismo de aproximación en mares que no podemos navegar solos (Cardoso 1998; Damatta 1987). Por lo tanto, intentamos mantener la redacción más fluida, preservando los elementos de la oralidad y destacando los aspectos que le son propios. En este sentido, utilizamos algunos recursos para facilitar la lectura: la cursiva fue empleada en palabras y categorías derivadas de los saberes locales, y para destacar los testimonios más largos y que fueron transcritos completamente, utilizamos un espacio diferenciado en el cuerpo del texto. Además, las transcripciones de las conversaciones estarán entre comillas.

Tal procedimiento presenta sutilezas y exige la valoración de acciones comunes a los investigadores; sin embargo, éstas son esenciales para la comprensión de la realidad social. Cardoso (1998) destaca la importancia de mirar de manera cuidadosa y capacitada, en el esfuerzo de identificar los elementos teóricos en los paisajes que nos rodean, pero destaca también que se presentan límites, derivados de nuestro desconocimiento referente a los significados sociales atribuidos por los grupos. Como parte del proceso, también es necesario escuchar, pues a partir de esta capacidad estamos inmersos en una forma de alfabetización cultural. Por último, es necesario escribir para provocar nuestra capacidad cognitiva, y construir textos de los fenómenos observados.

La realización de un estudio de caso o análisis de una sola historia de vida requiere escapar de lo que Bourdieu (2003) llama "ilusión biográfica". Por lo tanto, condenó la posición metodológica de los investigadores interesados sólo en la presentación de panoramas individuales, como si fueran capaces de realizar proyectos independientes que van más allá de las imposiciones sociales. Las historias de vida son el resultado de la praxis, es decir, del movimiento dialéctico de las experiencias individuales acumuladas con las limitaciones, y las oportunidades proporcionadas por la estructura política y económica. El análisis de las conversaciones mantenidas se desarrolla a través de este enfoque.

Escuchando a nuestra principal interlocutora, observamos que su trayectoria ocupacional se mezcla de forma explícita con su propia historia de vida, otorgándole intensidad a cada detalle de la narrativa. Sandra, a lo largo de numerosas conversaciones que hemos establecido durante todo el proceso de trabajo de campo entre 2006 y 2010, presentaba de forma muy cuidadosa toda su biografía, reconstruyendo paso a paso la telaraña de sus relaciones dentro del circuito sa-coleiro. En líneas generales, el texto presentado sigue el guión de las conversaciones que hemos desarrollado. Así, iniciamos exponiendo la formación de la interlocutora para, gradualmente, discutir su ingreso en el mercado paraguayo, a la organización del circuito y sus interpretaciones sobre el mismo.

    "Yo nací en Santa Catarina y mis padres volvieron para Rio Grande do Sul y de Rio Grande do Sul fuimos para Paraguay, cuando yo tenía unos dos años más o menos. Al llegar allá mi padre trabajaba como mecánico y mi madre trabajaba rozando el campo. Nos quedamos ahí diez años, vivíamos en aquel lugar. Yo salí de casa cuando tenía unos siete años, fui a trabajar como empleada doméstica, para ayudar a mi madre porque mi padre era alcohólico y malgastaba todo lo que ganaba. Mi madre trabajaba limpiando el monte y cuidando de la casa. Entonces yo fui a trabajar como niñera, cuidando a la hija de una vecina, donde yo ganaba un auxilio de alimentación o alguna cosa que pudiese ayudar en casa, a mi madre y a mis hermanos. Trabajé en varios lugares, fincas y casas de las personas". (Sandra 2009)

El inicio de la exposición destaca una variable determinante en la formación de la región oeste brasileña y del este paraguayo, la migración. El proceso de poblamiento del territorio marcado por la confluencia de las fronteras de Brasil, Argentina y Paraguay, se inició al comienzo del siglo XX, pero fue impulsado en la década de 1970 por la influencia de factores externos. Del lado argentino de la frontera, antes de la ocupación, fue paulatinamente movilizado por el fomento del turismo en la región. Del lado brasileño, el poblamiento ocurre en dos períodos distintos: el primero, durante las décadas de 1930 y 1940, cuando el gobierno federal desarrollaba una política de poblamiento conocida como "marcha hacia el oeste" (Freitag 2001). Esta política estuvo marcada por el incentivo al desplazamiento hacia Paraná de familias descendientes de italianos y alemanes, que habitaban en los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina.

El segundo período corresponde a la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú, que empleó aproximadamente 40.000 trabajadores durante su apogeo, forzando a la ampliación de la población local de 30.000 habitantes a 120.000, en tan sólo diez años. A lo largo del tiempo, las obras de la hidroeléctrica promovieron un gran desplazamiento poblacional, barrageiros7 de las más diferentes regiones de Brasil, que migraron hacia Foz do Iguaçu vislumbrando empleo y mejores condiciones de vida. Sin embargo, tal contingente poblacional encontró muchas dificultades en la región, originadas principalmente por la falta de estructura urbana y los conflictos culturales promovidos por la gran heterogeneidad étnica existente en la frontera (Catta 2003).

Finalmente, se constata que el poblamiento del departamento Alto Paraná, en Paraguay, fue promovido por un caso particular marcado por el encuentro, de frente a la expansión brasileña hacia el este. Durante la década de 1970, el gobierno del presidente Stroessner, preocupado por la ocupación territorial y por el mejor aprovechamiento de las tierras fértiles existentes en el país, desarrolló un conjunto de políticas para estimular la migración de brasileños interesados en la producción de soja a gran escala en el territorio paraguayo, como la apertura de crédito agrícola. Tal incentivo posibilitó que parte de los flujos migratorios brasileños involucrados con la "marcha hacia el oeste" fuese más allá de la frontera internacional para establecer residencia en Paraguay (Albuquerque 2010).

El Ministerio de Relaciones Internacionales de Brasil considera que hay más de 300.000 brasileños residiendo en Paraguay actualmente. Un número poblacional representativo y centralizado casi en su totalidad en una misma región, el departamento de Alto Paraná, que garantiza el mantenimiento de un conjunto de prácticas relacionadas con la identidad brasileña: el idioma, la alimentación, la religión, las vestimentas, las músicas e, incluso, los canales de televisión más vistos.8 La familia de Sandra, nuestra interlocutora, corresponde a más de uno de los grupos que se trasladó al sur brasileño para intentar sobrevivir en Paraguay. En su caso, específicamente, se observa que, a diferencia de la mayoría de los migrantes, la inserción en la esfera económica no ocurrió por medio de la compra o arriendo de tierras, pero sí por medio del trabajo de mecánico, de mucama o, como en el caso de su madre, limpiando el monte, o como trabajadora con sueldo mensual.

Esta situación llama la atención hacia un hecho que no se considera en las investigaciones sobre flujos migratorios de brasileños hacia Paraguay. Frecuentemente, cuando tenemos acceso a las publicaciones sobre brasiguayos,9 constatamos una tendencia a considerar que todos los migrantes se han asentado en Paraguay a través de la adquisición de tierras; sin embargo, creemos que en este momento esta tesis no puede ser generalizada. Junto con las familias de agricultores que atravesaron las fronteras internacionales, también se trasladaron otros grupos interesados en vender servicios en las pequeñas comunidades que nacían; en este sentido, el caso que estamos investigando es ejemplar.

Las historias de la infancia de la interlocutora no son expresadas con fluidez. La dificultad para recordar se mezcla con las ganas de olvidar. Relata que cuando era niña, su madre la cedía a las casas de familia, intercambiándola por alimentos, mientras que su padre intercalaba momentos de mucho trabajo con otros marcados por graves problemas derivados de la dependencia al alcohol. Demostrando cierto malestar y un poco de ansiedad, la amarga narrativa la lleva a omitir recuerdos de partes de la infancia, lo que comienza a romperse cuando cuenta que su padre sufrió un grave accidente de trabajo, que lo dejó discapacitado por tiempo indefinido. Sin los ingresos obtenidos por su trabajo de mecánico, las dificultades financieras se agravaron. En este contexto, la familia decide retornar a Brasil buscando el apoyo de los demás familiares.

    "Después, con 13 años, yo vine para Foz do Iguaçu. Llegando a la ciudad continué trabajando como mucama. Ahí descubrimos que mi madre estaba con una enfermedad, con cáncer. Fue difícil en esa época. Pasaron cuatro años y a menudo ella iba al hospital y regresaba a casa. Yo tenía mis hermanos pequeños, soy la mayor y lo que yo ganaba era para ayudar a mis hermanos. Mi hermano menor hoy vive conmigo; después que mi madre falleció él vino a vivir conmigo; él tenía siete años. Mis dos hermanas se fueron a Rio Grande do Sul. Yo me quedé aquí, me casé. Con 15 o 16 años comencé a trabajar en Paraguay [en el comercio del microcentro]. Fue la primera vez que pude tener mi salario, fue una gran alegría y muy [entusiasmada]. Hasta entonces quien tomaba mi sueldo era mi madre, ella iba hasta la casa donde yo trabajaba y lo tomaba". (Sandra 2009)

El regreso a Brasil hace explícita la importancia de las redes sociales en la sustentación de los flujos migratorios. Como observa Brettell (2008), los vínculos de amistad y parentesco son fundamentales en el mantenimiento, adaptación y retorno de los migrantes a sus regiones de origen. Son ellos los que ofrecen el apoyo financiero y emocional en los momentos de carencia y, como los estudios antropológicos han demostrado, son ellos los que determinan el momento del retorno. Mientras que las hermanas menores regresaron a Rio Grande do Sul para vivir con los demás miembros de la familia que se encontraban allí, Sandra fue obligada a quedarse viviendo en la frontera para ayudar económicamente a su madre, que se encontraba enferma. Buscando ampliar y profundizar la exposición relacionada con el ingreso en el mercado de trabajo en Ciudad del Este, la interlocutora gradualmente reorganiza su memoria y la expone de modo más ordenado ante cada nueva situación.

    "Yo no sé explicar exactamente cómo sucedieron las cosas. Sé que fui allá un día en la mañana [en Paraguay], llegué y comencé a trabajar el mismo día, eso era, si no me equivoco, 1994. Esa época tenía mucho movimiento. Trabajé allá tres años más o menos y pasaba muamba10 también. Yo trabajaba de día en la tienda y al final de la tarde yo tomaba mercadería de los clientes y pasaba por el puente. Tenía un policía aduanero que me enviaba cartas informándome cuándo yo debía pasar. Entonces él observaba mi equipaje y no tomaba nada, así yo ganaba mi dinerito. Así fui yendo, sólo yo trabajaba en mi casa". (Sandra 2009)

En este momento, lo primero que debe destacarse es el cambio de postura de la interlocutora durante la conversación. Cuando el tema abordado fue la cotidianidad de su trabajo, las palabras anteriormente tímidas fueron sustituidas por expresiones de buen ánimo y, en algunos momentos, por la euforia. Sandra comenzó a trabajar en el microcentro durante la época de mayor movimiento de comercio de la región. La valorización del real y el poco control de la Receita Federal11 garantizaban un ascenso en la rentabilidad dentro del circuito y un flujo de personas, mercaderías y capitales sin comparación. En el período indicado, durante la conversación realizada y transcrita, existía una gran dependencia de toda la región del oeste de Paraná con relación al mercado paraguayo; se estimaba, por ejemplo, que aproximadamente el 60% de la población económicamente activa de Foz do Iguaçu tenía algún tipo de vínculo, directo o indirecto, con Paraguay en aquel momento (Cardin 2011a).

La reestructuración de los parques industriales de Brasil y el fortalecimiento del neoliberalismo contribuyeron de manera decisiva en la configuración del circuito sacoleiro en la década de 1990. Por un lado, la reestructuración de la producción promovió las tasas de crecimiento del desempleo estructural, que requiere el desarrollo de las actividades del trabajo informal y precario de un gran parte de la población. Por otro, el neoliberalismo ha establecido el aumento de la porosidad de las fronteras con el fin de garantizar una mayor circulación de capitales y aumentar la competencia en el mercado. La reunión de estos dos factores fue decisiva para el fortalecimiento del circuito sacoleiro, y también para entender el funcionamiento del Gobierno brasileño en sus fronteras a finales del siglo XX (Cardin 2011a).

En ese momento existía una fuerte relación de interdependencia entre las ciudades limítrofes, que era fortalecida por la frágil presencia de los aparatos de control y fiscalización del Estado en la región de frontera. Así, era común entre los habitantes locales vivir las diferencias de precios existentes en las mercaderías disponibles en los comercios de Ciudad del Este, Foz do Iguaçu y Puerto Iguazú. En el juego de los intereses y de los mercados, la población regional utiliza las diferencias nacionales en forma estratégica. Las personas entraban y salían de los países con el fin de explotar las particularidades de cada lugar. Los servicios de salud en Brasil, comercios de ropa, alimentos y cosméticos en Argentina y tiendas de juguetes, bebidas y productos electrónicos en Paraguay.

No obstante, la presencia de los gobiernos de Brasil, Argentina y Paraguay en las fronteras no es equivalente. Supuestamente, Argentina tiene un control aduanero estricto, Paraguay se caracteriza por omisión, y Brasil modifica sus políticas de control para satisfacer las necesidades de su mercado interno. Sin embargo, en todos los casos, los límites entre legalidad e ilegalidad son variables. Las definiciones jurídicas que limitan las prácticas aceptadas no siempre se aplican. Los límites entre legales e ilegales se han modificado para cumplir con las demandas económicas de los países limítrofes, y también para satisfacer las demandas locales.

En una investigación llevada a cabo en la frontera de Argentina y Paraguay, Renoldi (2013) muestra que es equivocada la investigación del legalismo sólo a través de las teorías jurídicas. En la frontera hay estrategias que ignoran las definiciones jurídicas. Las estrategias son modificadas satisfaciendo las relaciones entre las personas que viven en las regiones fronterizas. Renoldi (2013) demuestra el esfuerzo de acercamiento social, llevado a cabo por la Policía con el fin de demostrar la autonomía y el poder a los que considera sus amigos. En otra perspectiva, Almeida (2013) toma nota de que la ilegalidad se vincula más a la economía de frontera, a lo que las políticas de seguridad nacional entienden como crimen.

En cualquier caso, la intensidad de la convivencia exigida durante los flujos de personas y productos, algunas veces atraviesa los límites del mercado, alcanzando otras dimensiones de la vida social. Fue en medio del aparente caos de la frontera, durante el trabajo que realizaba en las tiendas de productos electrónicos, y ayudando a sus clientes a pasar las mercaderías adquiridas por el Puente de la Amistad, que Sandra conoció a su compañero y actual esposo. Esta nueva realidad alteró sustancialmente sus relaciones con Paraguay. De un contacto directo, ella pasó tan sólo a ayudarlo en el desempeño de su función de sacoleiro.

    "Yo salí de la tienda debido a mi casamiento. Mi marido se quedó trabajando en Paraguay pasando muamba. Después que yo salí de allá no volví a trabajar en tiendas, me quedé tan sólo ayudando a mi marido a pasar las mercaderías. Llevábamos todo a São Paulo,

    Curitiba y Brasilia. Al comienzo, nosotros llegábamos a São Paulo y mandábamos las encomiendas por correo o por transporte hacia otra ciudad... Que ahora no recuerdo el nombre, pero después de un tiempo comenzamos a llevar hasta el destino final". (Sandra 2009)

Toda encomienda enviada por las agencias de correo en Foz do Iguaçu es cuidadosamente inspeccionada; para ser contabilizadas, las cajas necesitan estar abiertas, y en el caso de que haya cualquier tipo de producto importado es necesario toda la documentación de la compra, incluso el comprobante de pago de los impuestos respectivos. Así, la posibilidad de enviar productos de Paraguay a través de esta vía está muy restringida. Normalmente, para la utilización de los servicios postales, los sacoleiros usan los puestos de envío localizados en otras ciudades, donde la verificación de las encomiendas ocurre de manera aleatoria. El cambio en la forma de actuación de la pareja, dejando de utilizar los servicios del correo para transportar personalmente las mercaderías, fue el inicio de un curso de graduación, que le exigió más tiempo y dedicación, e hizo que Sandra comenzara a desarrollar su actual función, de batedora para el propio esposo.

    "Ahora que comencé la facultad yo no actúo directamente en Paraguay, la única cosa que hago es cuando él va a llevar muamba y voy adelante para certificar que no hay control, y así le aviso. Yo tomo el coche, voy adelante y veo si hay policías, allí en Medianeira, en la aduana de fiscalización, por ejemplo. De ahí llamo y digo '¡puedes venir que está todo bien!'". (Sandra 2009)

El esposo de Sandra también tiene su historia profesional relacionada con Paraguay. Poco después de salir del servicio militar obligatorio consiguió un empleo en una tienda que vendía calzado en el Jardim Jupira en Foz do Iguaçu. Esta región era reconocida como un polo de exportación para Ciudad del Este, lo que permitió el establecimiento de conversaciones con muchas personas que trabajaban en el circuito sacoleiro. Así, en el desempeño de su ocupación, fue invitado a actuar como laranja. Organizando su práctica de una manera que posibilitaba subcontratar a otros trabajadores, rápidamente consiguió acumular algún capital y conquistar la confianza de sacoleiros y patrones que movilizaban grandes cantidades de dinero. Posteriormente, estuvo vinculado a un único patrón, que comercializaba juegos de video y accesorios en la región del Distrito Federal.

Jorge, nombre ficticio que le damos al esposo de nuestra interlocutora, recibía los recursos de su patrón por transferencia bancaria. Con el dinero en la mano, él, Sandra y otros laranjas contratados compraban los productos en Paraguay, pasaban por el Puente de la Amistad, los colocaban en vehículos particulares y los llevaban primero hasta São Paulo y posteriormente hasta el destino final, en Brasilia. En este recorrido, Sandra era responsable de conducir un coche que viajaba delante de los demás para verificar cómo estaba la fiscalización de la Policía Federal a lo largo de todo el recorrido. Sin embargo, con los cambios en la fiscalización aduanera por parte de la Receita Federal en los últimos diez años, gradualmente el uso del puente para la travesía del contrabando comenzó a ser sustituido por el uso de los puertos clandestinos que se encontraban esparcidos por todo el río Paraná.

Se constata entonces que la organización del circuito sacoleiro no depende exclusivamente de las condiciones del mercado de trabajo brasileño, ni de las demandas presentadas por el comercio y por el perfil del consumo. Los niveles de la expansión del capital y la presencia del Estado, como agente fiscalizador y algunas veces incentivador, son fundamentales para la comprensión de las configuraciones que el circuito va adquiriendo con el paso del tiempo. Los puertos, que comenzaron a ser utilizados intensamente en los últimos diez años, corresponden al reaprovechamiento de una estructura ya existente, y también al uso estratégico de deficiencias de control estatal, que se dejan y amplían conforme se presenta la actuación de los aparatos del Estado (Cardin 2011c). Sandra, debido al tiempo que actúa en el circuito, esboza una visión panorámica sobre el tema.

    "Las personas que poseen puertos clandestinos son aquellas que cuando aumentó la fiscalización en la aduana se fueron a la orilla del río. No hubo un proceso exactamente; en general los que se dicen 'dueños' vivían en la orilla del río y se dieron cuenta de aquel espacio; es claro que no cualquiera podía, siempre hay la ley del más 'fuerte' o 'jefe'". (Sandra 2009)

Según nuestra interlocutora, no existe una regla para la constitución de los puertos. Ella afirma, por ejemplo, que en otra región de la ciudad "los dueños de los puertos son aquellas personas que compran una finca con acceso al lago, posibilitando la apertura de los puertos clandestinos". En estos casos, los propietarios "hacen amistades con los paraguayos y acuerdan los valores que cada uno irá a ganar por paquete que pasa por allí, y generalmente no son más de tres reales para cada uno". Según Sandra, su patrón (que para el caso sería su propio esposo) utiliza cuatro puertos diferentes que son administrados por tres personas distintas; dos pertenecen a la misma familia. Sin embargo, ella es cuidadosa al destacar que ellos "no son exactamente dueños, ellos usan los puertos porque están allí más tiempo y son respetados por los demás".

Como la mayoría de nuestros interlocutores, Sandra habla con mucha desconfianza respecto de los conflictos existentes en los puertos clandestinos, e intenta no conversar cuando es invitada a exponer el tema. Sin pretensiones, afirma que no es necesario responder sobre las supuestas disputas territoriales que pudieran existir, y que es posible enterarse de todo viendo los noticieros policiales que cubren la región oeste del estado de Paraná. A pesar de que ella no manifiesta interés en afirmar puntualmente la presencia de las luchas, la forma en que evade el tema nos permite creer en su existencia. En otro momento, ella admite cierto malestar entre los trabajadores que disputan por los patrones dentro del circuitosacoleiro. Sobre eso afirma que:

    "Los 'dueños' no pelean, por lo menos es lo que sé, pero quien siempre intimida son las personas que toman las mercaderías en Paraguay. Por ejemplo, si uno toma el cliente de otro, amenaza allí, y así sucesivamente. Un ejemplo fue cuando mi patrón trabajaba con personal del Distrito Federal y ellos cambiaron el filtro, dejaron a mi patrón y se fueron a trabajar con una mujer; ella pasó dos o tres veces para ellos y dijo que había 'perdido' las mercaderías. Poco después regresaron con mi patrón nuevamente y la mujer comenzó a amenazarlo, diciendo que había tomado sus clientes. Ésos son los tipos de cosas que suceden". (Sandra 2009)

Quizás reconociendo las contradicciones en su propio discurso, la interlocutora de manera un poco más tensa intenta "explicar mejor", "justificar" o "legitimar" su posición frente a la realidad expuesta, presentando de forma un poco más detallada las prácticas sociales involucradas en la actividad que ejerce. Por lo tanto, para aclarar las relaciones del circuito sacoleiro e identificar la ubicación de los posibles conflictos dentro de la jerarquía existente, Sandra realiza una síntesis de las relaciones, describiendo las ocupaciones y los valores movilizados durante las prácticas establecidas.

    "En relación con los diferentes cargos, el patrón es el mandamás, pero éste no tiene acceso a los barqueiros ni a los 'dueños' de los puertos. Todos hacen lo mejor para llegar a la ciudad de destino con sus mercancías porque es él quien define si habrá trabajo o no. Si él pierde las mercancías o no vuelve más no habrá más trabajo, entonces él necesita ser bien atendido. Tiene a su cargo tomar las mercaderías del patrón y pasar al tipo que lleva hasta el puerto, entregar al 'dueño' del puerto [lado paraguayo] y pasar a los barqueiros [que generalmente son niños]. Éstos llevan hasta el otro lado del río, entregan al 'dueño' del puerto del lado brasileño que entrega al mismo tipo que llevó al puerto del lado paraguayo, que entrega la carga que lleva al patrón". (Sandra 2009)

Hasta este punto, en la transcripción expuesta, no son presentados los momentos de mayor tensión. Sandra expresa el circuito dentro de una perspectiva equilibrada y supuestamente armónica, demostrando un supuesto equilibrio entre las partes que componen la organización del trabajo clandestino en la frontera de Brasil con Paraguay. En este sentido, en la continuidad de su narración, destaca otros aspectos que serían importantes para la reflexión sobre las posibilidades de ascenso en la jerarquía en la frontera y, consecuentemente, sobre los lugares de mayor interés para los trabajadores y los motivos de disputa:

    "No hay disputa de cargos para definir quién es el dueño del puerto y éste no se esfuerza mucho para conseguir clientes. 'Los patrones' se quedan cerca del río esperando la ganancia, ¡que es mucha!, pues pasan 500 cajas o más por noche, cobran 10 reales por caja y pagan 3 al barqueiro del lado brasileño y pagan 4 reales más por caja para el puerto de aquí; en total pagan de 15 a 20 reales la caja de un puerto a otro, pero es necesario considerar al pasador y al coche que lo lleva hasta el 'hotel'. Una caja sale por más o menos 90 reales para el patrón. Los únicos que entran en conflictos son las personas que toman los patrones y no quieren muchas veces subir en la jerarquía porque lo más 'difícil' es vender o fijar clientes para volver a pasar las mercaderías. Muchos tienen tiendas, pero necesitan muchas veces de facturas y eso complica, entonces prefieren quedarse cada uno en su puesto y ganar lo suyo". (Sandra 2009)

Encargados o negociadores,12 laranjas o pasadores, sacoleiros, propietarios de puertos, barqueiros,13 carros alienados,14 hoteles y clientes representan las piezas presentes en el inmenso tablero que es la frontera de Brasil con Paraguay. Innumerables estrategias son desarrolladas para que los negocios ocurran de acuerdo con lo planificado, y, de igual manera, innumerables relaciones marcadas por ligeros hilos de confianza dan vida a la realidad estudiada. Disputas y conflictos aparecen en las conversaciones de manera sencilla y, muchas veces, prevenida, abriendo espacio para la suposición de que los vacíos existentes en las conversaciones relacionadas con las peleas por el espacio en el circuito reafirmen su existencia, simplemente por el temor que se percibe cuando se evita hablar sobre ellas. La contradicción de vivir una situación de conflicto, sin identificarlo, también es visualizada en la relación que los trabajadores establecen con los agentes federales responsables de la fiscalización: "cuando la Policía y la Receita Federal incautan, fiscalizan, están haciendo su parte. Ellos tienen razón, necesitan defender sus intereses. Pero nosotros estamos haciendo eso para sobrevivir, falta empleo, no voy a robar" (Sandra 2009).

Durante mucho tiempo Ciudad del Este fue un lugar/ sitio fundamental para la vida cotidiana de Foz do Iguaçu, en momentos en que miles de personas dependían excesivamente de las ocupaciones generadas por el comercio con Paraguay para sobrevivir, reproduciendo y naturalizando un conjunto de prácticas que hoy son criminalizadas por el Gobierno brasileño. En este contexto, la migración pendular o el desplazamiento fronterizo correspondía, y, de cierto modo aún corresponde, a una práctica usual, que garantiza el ingreso al insertar parte de la población en el mercado de trabajo (Cardin 2012). Sandra, por ejemplo, anunciaba un conjunto de ventajas en la actividad que desempeñaba:

    "Primero, porque es un trabajo más fácil, no se necesita levantarse temprano, no se tiene un horario que cumplir, ni un jefe en contacto diario, se gana más que un sueldo mínimo. Aquí en Foz se trabaja todo el mes, obedeciendo órdenes, para ganar un salario de cuatrocientos, quinientos reales. Si fuera a trabajar en Paraguay, por allá dos veces, ya ganarías eso. Entonces en la cabeza del pueblo que vive aquí, por qué trabajar el mes entero, ocho horas por día, si yo yendo por la carretera dos noches yo ya gano el valor que yo ganaría trabajando todo el mes en un empleo corriente". (Sandra 2009)

No obstante, ella también destaca que las actividades en Paraguay tienen aspectos negativos. Ella afirma, por ejemplo, que su "núcleo de amistad está basado en los familiares, a pesar de que todos trabajen con muamba".

De manera general, dice tener pocos amigos, pero todos involucrados con el circuito, hecho que exige una atención especial, pues no todos los trabajadores transportan tan sólo mercancías. En este sentido, ella afirma:

    "Este tipo de relación trae una mayor desconfianza en las relaciones, muchas veces no se sabe bien lo que está siendo pasado, son cajas cerradas. Pero uno se puede dar cuenta, pues quien trabaja con cosas equivocadas de un día para otro figura con un cochazo, ni tienen casa propia, pero anda con coche nuevo. Pasando tan sólo mercancía no alcanzaría eso tan pronto". (Sandra 2009)

En la actualidad, todo lo descrito está en transformación. De manera general, todos nuestros interlocutores a lo largo de diez años de investigaciones creían que el circuito sacoleiro no tendría fin, que siempre se adaptaría a las nuevas configuraciones del mercado y de la fiscalización de la política federal brasileña. Luego de más de una década de predominio de la utilización de los laranjas, que perdieron territorio frente a los servicios prestados por los barqueiros, el comercio de Ciudad del Este está de nuevo redefiniéndose. El método utilizado para abastecer las tiendas brasileñas con mercancías vendidas en la zona libre de Paraguay se está transformando rápidamente, tan rápido como la definición y la distribución espacial de los grupos de control del contrabando y del tráfico en la región analizada. Sin embargo, éste es un tema para otra investigación.


Comentarios

* El texto presentado es producto de las lecturas específicas de las fuentes de búsqueda de la investigación que generó la tesis de doctorado "La expansión del capital y las dinámicas de frontera", defendida en el Programa de Postgrado en Sociología de la Universidad Estatal Paulista Júlio de Mesquita Filho (Brasil). Una versión de este artículo fue presentada y discutida en el Tercer Congreso Latinoamericano de Antropología, realizado en Santiago de Chile en 2012. La traducción del artículo del portugués al español la realizó Diana Giomara Mejia, máster en Desarrollo Urbano de Flacso-Ecuador.

1Trabajadores responsables de la intermediación de las relaciones comerciales entre los empresarios que actúan en Paraguay y los puntos de venta y distribución de las mercaderías adquiridas en el país vecino por todo el territorio brasileño. Son, al mismo tiempo, quienes atraviesan Brasil y distribuyen allí los innumerables productos disponibles en el mercado paraguayo, actuando de for ma autónoma o para un patrón.

2Trabajadores contratados informalmente para transportar determinada cantidad de mercadería a cambio de un valor previamente determinado, que es conocido como "cuota". Ese servicio tiene una función auxiliar de los sacoleiros en la travesía de los productos adquiridos por el Puente de la Amistad y por los puestos de fiscalización de la Policía y de la Receita Federal (agencia del Gobierno brasileño responsable del control de los ingresos fiscales y honorarios derivados de las exportaciones e importaciones).

3Trabajadores responsables exclusivamente del transporte de cigarrillos sobre el Puente de la Amistad, por medio de la utilización de barcos en toda la extensión del río Paraná.

4Conducen los automóviles que van delante de los vehículos que transportan las mercaderías compradas en Paraguay. El objetivo es verificar las "condiciones" de la carretera y comunicar a los sacoleiros. En otras palabras, el trabajo de los bateadores es verificar y alertar si los puestos de fiscalización de la política de la Receita Federal están funcionando y si existe algún tipo de fiscalización realizada a lo largo de la carretera.

5Denominación utilizada por los paraguayos y por el propio municipio de Ciudad del Este para referirse a la zona comercial cercana al Puente de la Amistad, compuesto por un pequeño número de calles y avenidas marcados por la concentración de mesitas ambulantes. Por estas características, su aspecto se diferencia mucho del resto de la ciudad.

6Término utilizado para definir a los comerciantes o vendedores ambulantes de Ciudad del Este. Hace referencia a las mesitas, que son pequeñas mesas utilizadas para exponer las mercaderías.

7Trabajadores que actúan exclusivamente en la construcción de represas y plantas hidroeléctricas. Ellos tienden a estar constantemente desplazándose dentro del territorio brasileño, acompañando el ritmo de desarrollo y ejecución de los proyectos de infraestructura, independientemente de la localidad.

8El fracaso en la realización del Censo de 2012 y la falta de nuevos datos sobre la migración en Paraguay, nos obligan a considerar las informaciones del Censo de 2002. El Censo Nacional de Población y Viviendas (Paraguay 2004) muestra que los inmigrantes brasileños se concentran en los departamentos cercanos a la frontera de Paraguay con Brasil. Según los datos disponibles, 37.226 brasileños viven en el departamento Alto Paraná, 16.171 en Canindeyú, 5.954 en Amambay, 5.253 en Itapúa, 4.184 en Caaguazú y 2.308 en Caazapá.

9 El término brasiguayo contiene varios significados. Sprandel (2006) destaca que el concepto busca homogeneizar sujetos de trayectorias diferentes, haciendo que personas pertenecientes a "grupos familiares de orígenes diferentes (unidades de federación) y de condiciones económicas (pequeños propietarios, arrendatarios, propietarios de inmuebles y asalariados rurales) diversos" (Sprandel 2006, 141) fueran niveladas. Por ello, la unidad de los brasiguayos era garantizada a partir del momento en que los diversos brasileños estaban movilizándose políticamente. Albuquerque (2010) también destaca que la identificación brasiguaya es imprecisa, siendo utilizada de diversas formas en la cotidianidad. Para él, "la nueva denominación funcionaría como una manera de restablecer los lazos con la nacionalidad brasileña" (Albuquerque 2010, 229).

10 En el vocabulario local, la palabra muamba es utilizada para referirse a las mercaderías contrabandeadas.

11 Agencia del Gobierno brasileño responsable del control de los ingresos fiscales y honorarios derivados de las exportaciones e importaciones.

12Trabajadores responsables de las articulaciones entre los diversos sujetos insertados en el circuito, que garantizan los vínculos entre sacoleiros, laranjas y propietarios de puertos. Ellos son fundamentales para el funcionamiento de toda la logística del contrabando, ya que, además de ser los responsables de contratar a las personas que van a actuar en el circuito, también necesitan desarrollar las estrategias para garantizar el paso de las mercaderías.

13La categoría barqueiro es utilizada sin mucho criterio dentro del circuito sacoleiro. En general, se refiere a todas las personas que actúan directamente en los puertos utilizados para atravesar las mercaderías contrabandeadas por el río Paraná.

14Carro alienado es el vehículo registrado como garantía de su propia financiación. Son vehículos que no se venden por el precio establecido. Por lo general, el sacoleiro sólo paga la primera cuota de financiación, sabiendo que se arriesga a perder el coche y toda la inversión en las auditorías de la Policía Federal.


Referencias

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Entrevista

20. Sandra, mujer brasileña de 36 años. Julio de 2009.         [ Links ]

Fecha de recepción: 31 de mayo de 2013 Fecha de aceptación: 26 de septiembre de 2013 Fecha de modificación: 15 de octubre de 2013