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Revista de Estudios Sociales

versión impresa ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  no.58 Bogotá oct./dic. 2016

 

La acción comunitaria en la inserción social en Montreal: un estudio de caso en la colectividad haitiana*

Reina Victoria Vega Vega** - Juan Luis Klein***

** Doctora en Estudios Urbanos por la Université du Québec à Montréal (Canadá). Investigadora, responsable de la gestión de proyectos relacionados con el arte y la multiculturalidad en el Centre International de Documentation et d'information Haïtienne, Caribéenne et Afro-Canadienne (CIDIHCA), Canadá. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: “Seguridad pública y criminalidad: el caso del departamento de Sucre, en 2014” (en coautoría). Criterio Jurídico Garantista 7 (12): 56-79, 2015, y “L'économie sociale et l'insertion des immigrants: le cas du Centre N A Rive à Montréal”. En Les défis de la diversité. Enjeux épistémologiques, méthodologiques, dirigido por Claude Gélinas, Emmanuel Jovelin, Emile-Henri Riard y Michèle Vatz Laaroussi, 153-168. París: L'Harmattan, 2013. vega.reina_victoria@courrier.uqam.ca; reinavg354@gmail.com

*** Doctor en Geografía por la Université Laval (Canadá). Profesor titular de la Université du Québec à Montréal (Canadá); director del Centre de recherche sur les innovations sociales (CRISES). Entre sus últimas publicaciones se encuentran: La transformation sociale par l'innovation sociale (en coautoría). Quebec: Presses de l'Université du Québec à Montréal, 2016, y Vers une nouvelle géographie économique (en coautoría), Quebec: Presses de Université du Québec à Montréal, 2014. klein.juan-luis@uqam.ca

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res58.2016.01


RESUMEN:

Este artículo examina las contribuciones al fortalecimiento de la cohesión social de los organismos comunitarios de inserción social en la ciudad de Montreal, a partir del caso del Centro N A Rive. El objetivo es identificar las estrategias utilizadas por estos organismos, susceptibles de aumentar la cohesión social, a partir de la inserción de los inmigrantes. La metodología utilizada es el estudio de caso. La investigación permitió identificar las innovaciones sociales realizadas por el organismo estudiado en el campo de la alfabetización de los inmigrantes adultos, así como las contribuciones en lo concerniente al acceso al empleo, el empoderamiento ciudadano de los inmigrantes en riesgo de exclusión social y el desarrollo del empresariado social inmigrante.

PALABRAS CLAVE:

Exclusión social, estudio de caso, inmigración (Thesaurus); inserción social, cohesión social (palabras clave de autor).


Community Action and Social Inclusion in Montreal: A Case Study in the Haitian Community

ABSTRACT:

This article examines contributions to the strengthening of social cohesion by community organizations for social integration in the city of Montreal, based on the Center N A Rive case. The aim is to identify the strategies used by these organizations in order to increase social cohesion on the basis of immigrant integration. The methodology used is the case study. The research made it possible to identify the social innovations the organization studied had achieved in the field of literacy among adult immigrants, as well as its contributions in terms of access to employment, civic empowerment of immigrants at risk of social exclusion, and development of social entrepreneurship among immigrants.

KEYWORDS:

Social cohesion, social exclusion, immigration (Thesaurus); social inclusion, case study (Author´s Keyword).


A ação comunitária na inclusão social em Montreal: um estudo de caso na coletividade haitiana

RESUMO:

Este artigo examina as contribuições dos organismos comunitários de inclusão social para o fortalecimento da coesão social na cidade de Montreal, a partir do caso do Centro N A Rive. O objetivo é identificar as estratégias utilizadas por esses organismos, suscetíveis de aumentar a coesão social, a partir da inclusão dos imigrantes. A metodologia utilizada é o estudo de caso. A pesquisa permitiu identificar as inovações sociais realizadas pelo organismo estudado no campo da alfabetização dos imigrantes adultos, bem como as contribuições no concernente ao acesso ao emprego, ao empoderamento cidadão dos imigrantes em risco de exclusão social e ao desenvolvimento do empresariado social imigrante.

PALAVRAS-CHAVE:

Exclusão social, estudo de caso, imigração (Thesaurus); inclusão social, coesão social (palavras do autor).


Introducción

La cohesión social resulta de la toma de conciencia por parte de los actores sociales, los cuales ponen en práctica estrategias de lucha contra las desigualdades y contra la exclusión dentro de la comunidad. En el nivel local, las acciones solidarias de los ciudadanos, la construcción de redes y lazos sociales, el sentido de pertenencia al territorio y la identidad cultural pueden contribuir a facilitar la inclusión, favoreciendo la cohesión social. Las estrategias de inserción y de inclusión sociales pueden ser más eficaces y medibles si estas se desarrollan en el ámbito de espacios bien delimitados como el barrio. Es en este tipo de espacios donde converge una serie de actores sociales, lo que puede favorecer una participación activa en la vida política. Este estudio analiza la manera como las estrategias de la economía social, articuladas a iniciativas de desarrollo local, refuerzan la capacidad de estos actores de llegar a consensos a nivel de barrio y de la ciudad, contribuyendo así a la construcción de lazos sociales y a la disminución de la exclusión social.

En la provincia de Quebec, en Canadá, la economía social se ha convertido en uno de los actores socioeconómicos de más importancia con relación a los procesos de inserción social de la población menos favorecida. Las empresas de economía social ayudan a facilitar el acceso al empleo y a ciertos servicios a grupos desfavorecidos, tales como los inmigrantes, los jóvenes, personas discapacitadas, mujeres cabeza de familia y desertores escolares (Mendell y Neamtan 2006).

El vínculo entre la economía social y los organismos de inserción ha sido descrito por Noiseux (2004). Según este autor, estos organismos obran en sectores de actividades necesarias, pero desatendidas por empresas privadas o por el Estado. La inserción social constituye un campo de acción específico de la economía social; ello toma en cuenta las dimensiones tanto personales y sociales como profesionales de los excluidos. Los medios utilizados por estos organismos son los programas de carácter personalizado enfocados en la reorientación de los individuos, la alfabetización, la preformación, la puesta en empleo y su seguimiento. De esta manera, estos organismos contribuyen a la inserción de personas amenazadas por la exclusión.

Con respecto al problema concreto de la inserción de los inmigrantes, Burstein (2005) afirma que estos, particularmente los nuevos inmigrantes, se encuentran entre las personas más amenazadas por la exclusión social. En efecto, un estudio de Statistique Canada (2007) muestra que, en general, los inmigrantes entre 25 y 54 años de edad que llegaron a Canadá entre 2002 y 2007 son menos susceptibles de encontrar un empleo en los cinco años siguientes de su llegada, si se los compara con el resto de la población. Sin embargo, la tasa de empleo de los inmigrantes varía según el lugar de adquisición de su formación superior. Por ejemplo, quienes han hecho sus estudios en Estados Unidos muestran una tasa de empleo del 77,8%; quienes lo hicieron en Europa, el 73,8%; en Asia, el 65,5%; en América Latina, el 59,7%, y en África, el 50,9%. Con respecto a la provincia de Quebec, Statistique Canada (2007) muestra que los inmigrantes quebequenses, aun siendo escolarizados, ocupan empleos que los descalifican, sobre todo en el caso de los refugiados.

Como se puede presumir, la tasa de desempleo de la población inmigrante, en especial de los inmigrantes recientes, es superior a la tasa de desempleo de la población nativa. En 2011, en la provincia de Quebec, la tasa de desempleo de la población inmigrante era de 18,5%, mientras que la del conjunto de la población era de 7,2%, y la de los nativos canadienses, de 6,5%. En Montreal, para el mismo periodo, la tasa de desempleo de los inmigrantes era de 19,2%, mientras que para el conjunto de la población era de 7,7%, y de 6,3% para los no inmigrantes (Statistique Canada 2014). La integración al mercado del trabajo de los inmigrantes aumenta un poco más con el tiempo de residencia. Así, el alza de la tasa de empleo de las personas de origen inmigrante que llevaban viviendo en la provincia de Quebec entre 5 y 10 años fue de 6,2%, mientras que quienes llevaban más de 10 años registraron un alza del 6,4% en 2014 (Statistique Canada 2015). Pero esto no modifica el hecho de que los inmigrantes en general son desfavorecidos.

Las dificultades que afrontan los inmigrantes para acceder al mercado del trabajo se deben al no reconocimiento de su experiencia y sus competencias, al desconocimiento de la lengua oficial del lugar de establecimiento por los inmigrantes, así como a la ausencia de redes sociales que faciliten la inserción, lo que los afecta en su autoestima (Béji y Pellerin 2010; Renaud y Cayn 2006). Se ha establecido que los problemas de inserción son provocados por la falta de capital social, motivada por la ausencia de redes sociales (Dorais 2000). En tal sentido, los organismos comunitarios tienen un rol importante en la superación de los obstáculos encontrados por estas personas en su proceso de integración a la sociedad de acogida.

El análisis de la empleabilidad de los inmigrantes muestra entonces sesgos racistas, puesto que las personas provenientes de países del Sur, es decir, de países subdesarrollados, y que forman parte de las minorías visibles, son las que tienen más dificultades para integrarse en el mercado laboral. Esto explica que se haya elegido el caso de los inmigrantes haitianos para nuestro estudio. Entre los diferentes grupos étnicos en Montreal, el de los haitianos es uno de los más afectados por el reto de la inserción tanto en lo social como en lo que respecta al mercado del trabajo. El objetivo general de la investigación es conocer las estrategias utilizadas por los organismos que actúan en el medio comunitario y en la economía social para vencer los obstáculos en relación con la inserción de la población inmigrante. Nuestra hipótesis general plantea que por la vía de la acción de intermediación entre los diferentes actores, los organismos de inserción que actúan en el medio comunitario contribuyen a construir las bases del capital social necesario para la inclusión social de los inmigrantes más desposeídos, mediante acciones colectivas que valorizan sus competencias culturales y sociales, facilitan la creación de redes a través de las cuales crean lazos sociales con la sociedad de acogida y favorecen su empoderamiento.

El artículo se divide en seis partes. En primer lugar, con el fin de ubicar esta investigación dentro de la dinámica institucional dominante en Quebec y Montreal, presentaremos el contexto dentro del cual funcionan los organismos económicos y de economía social, llamado Modèle québécois. En segundo lugar presentaremos el modelo de análisis de las iniciativas locales, utilizado para evaluar las estrategias implementadas por el organismo estudiado en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. En tercer lugar haremos referencia a la metodología del estudio de caso, enfoque metodológico utilizado en la investigación. En cuarto lugar presentaremos la comunidad haitiana, las oleadas migratorias, las causas de la emigración y la situación de exclusión de los haitianos en Montreal, frente a las dificultades encontradas en su proceso de inserción socioprofesional. En quinto lugar presentaremos el Centro N A Rive, sus objetivos, su misión, las actividades que desarrolla, los recursos movilizados, la población atendida y sus implicaciones comunitarias. Finalmente, en sexto lugar presentamos el análisis y las conclusiones sobre la contribución del organismo objeto de estudio a la lucha contra la exclusión social de los haitianos que habitan en Montreal.

Los organismos de inserción social y el modelo quebequense de gobernanza

En Quebec, las experiencias de inserción social a través de la acción de organismos comunitarios y de economía social se inscriben en un cuadro más general que corresponde al modelo de gobernanza practicado en esta provincia. Es lo que se conoce como modelo quebequense (modèle québécois).1 Precisemos que se le llama modelo quebequense a un régimen de gobernanza especifico, que diferencia a la sociedad quebequense del resto de América del Norte y de Canadá. Recordemos que Quebec forma parte de Canadá, una confederación formada por un gobierno central (federal) y por gobiernos provinciales. En muchos aspectos, la provincia de Quebec -cuyos orígenes se remontan a la fundación de la ciudad de Quebec en 1608, es decir, 150 años antes de la conquista de Canadá por Inglaterra- constituye una “sociedad distinta”. En primer lugar, se distingue por ser predominantemente de lengua francesa, mientras que el resto del país es de habla inglesa;2 en segundo lugar, por un sistema jurídico específico inspirado en el Código napoleónico, distinto de la Common Law que prevalece en el resto de Canadá; en tercer lugar, por una tradición cultural inscrita en la religión católica, mientras que los ingleses de las otras provincias profesan principalmente la religión protestante.

El modelo quebequense se caracteriza también por la participación de una pluralidad de actores y por la hibridación de diversas formas de gobernanza. Al inicio de la década de 1960, la Revolución Tranquila, un vasto proceso de modernización política, económica, social y cultural por el que atravesó la sociedad de Quebec, dio origen a una gobernanza caracterizada por la presencia dominante del sector público. Algunas de las realizaciones resultantes de la Revolución Tranquila tuvieron efectos positivos incuestionables, como por ejemplo la creación del Ministerio de Educación, de la Red de Universidades de Quebec, de los Colegios de enseñanza general y profesional (CEGEP), del Ministerio de Salud y de los Servicios Sociales, de empresas públicas como Hydro-Québec y la Caisse de dépôt et de placement, etcétera.

La sociedad quebequense se distingue, además, por su modelo de desarrollo económico. Su economía, que se apoya indiscutiblemente en la empresa privada, como es la norma en América del Norte, se apoya también en importantes empresas del sector público (creadas durante la Revolución Tranquila) y en numerosas empresas cooperativas y de economía social y solidaria. Por otro lado, en Quebec los actores sociales, que son los sindicatos y las asociaciones, tienen un estatuto jurídico quebequense, y el horizonte de su acción es el de la provincia de Quebec, y no el de Canadá, lo que deja ver el efecto institucional que tiene la fuerte identidad que orienta a los actores de esta provincia.

La respuesta a la crisis de los ochenta se tradujo en la renovación del modelo quebequense, lo que dio origen a un ciclo de innovaciones sociales que transformaron la sociedad. Este ciclo de innovaciones continuó hasta finales de la década de 1990, cuando la intensidad de la institucionalización limitó su fuerza, cuestionando sus efectos, en especial a partir de 2003, año de la llegada al gobierno de un partido liberal cuyo programa daba prioridad a orientaciones más bien de corte neoliberal. Sin embargo, aunque se han reducido los alcances de estas innovaciones, el gobierno liberal no pudo eliminarlas completamente, debido a su arraigo institucional.

En el modelo quebequense se combinan varias lógicas económicas y sociales. Los actores de la sociedad civil, entre ellos los de la acción comunitaria y de la economía social, desempeñan un papel protagónico en varios niveles, en particular en la inserción social, sobre todo a partir de los años 1980. En 2009, en Quebec, el número de empresas de inserción social por la vía del trabajo era de 47 (CEIQ 2009). La misión principal era la inserción social de personas con serias dificultades de integración al mercado del trabajo, vía inserción/formación y una verdadera actividad económica, sin fines de lucro. Esto permite responder a los deseos de formación y de acompañamiento a las personas, contribuyendo de esta forma a la lucha contra la pobreza y la exclusión. Es en esta lógica que se inscribe el análisis del organismo de inserción social N A Rive, sobre el cual tratamos en este texto.

Modelo de análisis y conceptos operativos

El caso que nos ocupa será analizado teniendo como base las estrategias implementadas por el organismo objeto de estudio. Este análisis lo haremos a través del modelo de análisis de las iniciativas locales que luchan contra la pobreza y la exclusión, movilizando los recursos de la economía social (Klein 2005 y 2008). La adaptación de este modelo nos permite comprender las fases por las cuales debe pasar una acción colectiva para revitalizar una comunidad (ver el gráfico 1).

El modelo utilizado nos permite articular nuestro análisis a partir de los conceptos de exclusión social, acción colectiva, movilización de recursos, concertación de actores, empoderamiento,inclusión social y cohesión social. La reformulación del modelo nos permitirá construir el cuadro de análisis del caso estudiado.

Según el modelo utilizado, la exclusión social es el problema que motiva la necesidad que conduce a los actores a crear una acción colectiva (esta es la fase inicial de muchos grupos u asociaciones). Si la movilización de los recursos que acompañan esta acción colectiva es seguida por la concertación con otros actores, se produce el empoderamiento de los participantes. Estos participantes son generalmente las personas afectadas por la exclusión. Este empoderamiento provoca un efecto inclusivo, lo que favorece la cohesión social, al menos en el medio territorial, concerniente a la creación de redes que antes no existían. Una vez que el ciclo finaliza, una nueva fase toma forma con la reactivación del proceso, permitiendo una posterior renovación de la dinámica descrita. Presentaremos los conceptos operativos que se utilizan en la aplicación de este modelo.

Exclusión social

El concepto exclusión social hace referencia a los individuos que se encuentran por fuera del mercado del trabajo y de las redes de solidaridad. Estar excluido es “encontrarse sin un lugar asignado en la sociedad” (Castel 2001, 2). Según Tremblay et al. (2009), la exclusión social es el resultado de varios factores, tales como la exclusión del mercado del trabajo, la no elegibilidad a los derechos de seguridad social, la falta de acceso o el abandono del sistema educativo, la limitación o ausencia de derechos políticos, la dificultad o imposibilidad de acceso a la vivienda, etcétera. Con el aumento de la inmigración en general, y con las modificaciones acaecidas en el mercado del trabajo, esta situación tiende a acentuarse (Hobson y Phillipson 2006; Tovar 2008).

Acción colectiva

El concepto acción colectiva ha sido abordado por varios autores (Cefaï y Trom 2001). En el contexto de Montreal, varios autores han estudiado la evolución y las mutaciones de la acción colectiva con referencia al desarrollo comunitario (Hamel 1991; Klein et al. 2012b). Estos trabajos permiten analizar la capacidad de los actores de innovar, dentro de sus modalidades de acción, recurriendo a repertorios de acción existentes o creando nuevas modalidades (Tilly 1984). Nuestro estudio de caso nos permitirá analizar un conjunto de acciones que persiguen un objetivo común, el de promover el mejoramiento de calidad de vida de ciudadanos en situación de exclusión.

Movilización de recursos

La movilización de recursos es un concepto estrechamente unido al de acción colectiva: desarrollar una acción colectiva que posee una finalidad requiere la movilización de recursos de diversos tipos, los cuales toman formas diversas. Para encontrarlos y gestionarlos, los organismos tienen la necesidad de establecer redes y alianzas con otros actores sociales que les ayudan a desarrollar su proyecto. La acción colectiva da acceso a los recursos permitiendo aumentar el capital social de los actores (Fontan, Klein y Lévesque 2003; Klein y Morrissette 2013).

Concertación de actores

El proceso de concertación de los actores gira alrededor del consenso. Este procedimiento busca unir los actores alrededor de una problemática común con el fin de elaborar y poner en obra estrategias, políticas y prácticas económicas y sociales innovadoras (Fontan, Klein y Tremblay 2005; René et al. 2001). Los actores desarrollan una conciencia colectiva que los conduce a actuar y concertarse (Klein 2008). La concertación facilita el diálogo entre los actores frente a sus divergencias, permitiendo identificar soluciones a los problemas, construir acuerdos y planificar conjuntamente las acciones por emprender, de donde se desprende el empoderamiento de los actores implicados en el proceso (René y Gervais 2001).

Empoderamiento de los participantes

El empoderamiento significa el paso de un estado sin capacidad de actuar a otro en donde se dispone de la capacidad de actuar, en correspondencia con el proceso de apropiación de un poder por una persona o grupo. El empoderamiento actúa en diferentes niveles (Friedmann 1992). A nivel individual, el empoderamiento corresponde a un proceso de apropiación del poder, que significa actuar en diferentes dimensiones, tales como la participación, las competencias, la autoestima y la conciencia crítica (Sen 1989). Los actores comunitarios persiguen el desarrollo de un empoderamiento que conduzca a la capacidad de actuar en función de los intereses colectivos (Ninacs 2008).

Inclusión social

Las estrategias de inclusión social constituyen una respuesta a la exclusión; estar incluido socialmente significa ser parte activa de la vida social, poseer los recursos materiales y sociales necesarios para ejercer los derechos y alcanzar un nivel de bienestar elemental (Shookner 2002). En Quebec, los actores de la economía social y del movimiento comunitario son claves para alcanzar estos objetivos (Klein y Champagne 2011). El rol de estos actores es el de contribuir a disminuir los desequilibrios existentes en el seno de la sociedad capitalista (Gaiger 1999; Favreau et al. 2005).

Cohesión social

El concepto cohesión social es el resultado de un gran número de factores, entre los cuales están los valores comunes, la cultura cívica, la participación ciudadana, la solidaridad social, la reducción de los desequilibrios económicos, las dinámicas que conducen a la construcción de redes sociales, las estrategias orientadas hacia la acumulación de capital social, la pertenencia territorial y los aspectos relacionados con la identidad cultural (Kearns y Forrest 2000). La escala local, como la del barrio en una urbe metropolitana, por ejemplo, favorece las interrelaciones entre las personas, incluidos los conflictos. Esto favorece el desarrollo de lazos sociales y, por ende, de la cohesión social (Klein, Enríquez y Vega 2010; René et al. 2000).

Estas herramientas conceptuales nos permitirán analizar las estrategias puestas en marcha por el Centro N A Rive con el objeto de la inserción social. Este caso nos permitirá sacar algunas lecciones acerca de la contribución de los organismos comunitarios al desarrollo social y económico de su comunidad.

Metodología

El enfoque metodológico utilizado en esta investigación es de carácter cualitativo, basado en la metodología del estudio de caso. El estudio incluyó la observación directa, el análisis de diferentes fuentes de documentación, la revisión de archivos,3 así como la realización de un vasto trabajo de campo basado en entrevistas individuales (semidirectivas) y en grupo (focus group o grupo focal) y en observaciones de terreno.

La recolección de información comprende la revisión bibliográfica y el análisis de documentos resultado de investigaciones adelantadas sobre la inserción social en Quebec, estudios realizados sobre el organismo objeto de estudio; así como la documentación jurídica, los programas y políticas para la puesta en ejecución de proyectos sobre la inserción social y socioprofesional; la compilación y síntesis de los diferentes tipos de reportes anuales, así como la documentación producida por el organismo, los documentos producidos dentro de la formación y capacitación del personal atendido, etcétera.

Las entrevistas se llevaron a cabo entre julio de 2009 y noviembre de 2012. Ellas incluyeron a 71 personas, 43 de ellas entrevistadas en forma individual, y 28 a través de dos entrevistas colectivas. En las entrevistas participaron 56 mujeres y 15 hombres. La muestra, que se construyó según la técnica de la “bola de nieve”, nos permitió entrevistar a los actores claves del Centro N A Rive (miembros de la dirección, miembros de diferentes comités, formadores), a miembros de diferentes organismos ligados al Centro, a personas que representan a empleadores de personas formadas en el Centro y a residentes del barrio donde este opera. Las entrevistas se realizaron en tres etapas: una primera fase exploratoria, una segunda fase intensiva y finalmente una fase de validación de la información. Las personas fueron seleccionadas en función de la diversidad de la información. Con respecto al origen de este grupo de personas, el 35% tiene origen haitiano, el 17%, canadiense, y el 4%, otros orígenes.

En cuanto a la observación directa, se aprovecharon diferentes actividades y actos culturales organizados por el Centro y por la comunidad haitiana, en los cuales se participó activamente. Las notas de observación en estas actividades fueron consignadas en una bitácora. El conjunto del trabajo de terreno se hizo en conformidad con los principios éticos en vigor en la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM).

Haití: un país de emigración

Según las cifras del Banco Mundial, en 2007, Haití reseñaba 1.009.400 emigrantes, que representaban el 9,9% de su población. Los principales países de destino de los emigrantes haitianos son Estados Unidos, República Dominicana, Canadá, Francia, Las Bahamas, las Antillas Neerlandesas, Bélgica, Venezuela, Suiza y los Países Bajos. Es de anotar que las tasas de emigración de haitianos con estudios superiores se encuentran entre las más altas del mundo, y es una de las primeras en el continente americano (Bellemare 2010). Este estudio se ocupa de los haitianos que decidieron instalarse en la provincia de Quebec, más específicamente, en la ciudad de Montreal.

La emigración de los haitianos no es reciente y se remonta a mediados del segundo decenio del siglo XX, luego de la primera intervención militar de Estados Unidos en Haití. Entre los factores que han estimulado la emigración de los haitianos se encuentran la pobreza, la sobrepoblación del país, el desempleo, los bajos salarios, la necesidad de mano de obra en los países vecinos y la represión política (Bénédique 2008).

Emigración haitiana hacia Canadá (1950-1972)

En el siglo XIX, los contactos entre Haití y Canadá fueron ocasionales. Durante el siglo XX, a raíz de la Primera Guerra Mundial, en el año 1914, las relaciones entre los dos países se intensificaron. Un grupo de religiosos canadienses se instala en Haití para trabajar en los sectores de la educación y de la salud (Ambroise 2009; Icart 2004 y 2006; Voltaire y Péan 2007). Fue a partir de la mitad de los años 1960 que la presencia de haitianos en Canadá se tornó vertiginosa. Entre las causas citamos la disminución de la mano de obra proveniente de Europa y el interés de Quebec de conservar un equilibrio lingüístico y demográfico (Bellemare 2010; Knight 1988).

Respecto del inicio de la migración haitiana hacia Quebec, no se ha establecido una fecha precisa. Para Boucard (2006), en Quebec había alrededor de 200 haitianos a inicios de 1960. Según Icart (1979), la emigración de haitianos hacia Quebec comenzó en 1963 y 1964. Por su parte, Labelle, Larose y Piché (1983) manifiestan que si bien la comunidad haitiana comenzó a formarse a mediados de 1950, es a partir de 1967 que comienza a ser verdaderamente significativa. Entre los factores que estimularon la salida de los haitianos hacia la provincia de Quebec estuvo, en un principio, la intensificación de las hostilidades de la dictadura de Duvalier a partir de 1957 contra la burguesía tradicional haitiana y la élite intelectual (Bénédique 2008; Icart 2006).

Un segundo factor es de naturaleza socioeconómica, ligada a la profundización de la crisis rural haitiana, al estancamiento del sector público y privado, la superproducción de graduados en las universidades y la incapacidad de integrarlos a la vida productiva. Esto sumado a la incapacidad de la clase dirigente para encontrar alternativas a fin de superar el subdesarrollo del país y el crecimiento acelerado de la población.

Por otro lado, la Exposición Universal de Montreal de 1967, una de las realizaciones emblemáticas de Quebec en los años 1960, motivó a muchos haitianos a venir a Quebec. Según Icart (1979), a partir de ese momento hubo en Quebec una representación equilibrada de todas las clases sociales que componían la sociedad haitiana. Esta primera oleada estuvo conformada por hombres jóvenes, donde se destacaron artistas, poetas, escritores y cineastas, quienes se establecieron en la provincia de Quebec, mayoritariamente en Montreal.

La integración de la primera ola de inmigrantes

La documentación consultada y los testimonios de los entrevistados nos indican que a partir de los años 1960 fue importante la emigración hacia Quebec de personas con alto nivel de calificación académica. Muchas de ellas se emplearon en el sector de las manufacturas, los servicios, la restauración o la construcción. Con el tiempo, una cantidad importante de ellas se integraron al mercado del trabajo en el campo de su profesión. El alto grado de escolarización de esta primera oleada de inmigrantes haitianos permitió a la provincia de Quebec beneficiarse de la expansión de los servicios sociales (salud y educación), con la puesta en marcha de la primera fase de la Revolución Tranquila (Klein et al. 2016), que demandaba un alto contingente de personas calificadas que la sociedad quebequense no estaba en capacidad de ofrecer, lo que facilitó su proceso de integración (Déjean 1978; Icart 2006; Labelle, Larose y Piché 1983; Pierre 2007).

Periodo de la diversificación social: segunda ola de inmigración haitiana (1973-1986)

Los análisis estadísticos nos indican que la población haitiana que se instaló en Quebec entre 1973 y 1986 estaba menos calificada que la anterior migración. La inserción social de este grupo se produjo dentro del sector manufacturero y los servicios no especializados (Labelle, Larose y Piché 1983). Esto se debió a varios factores: el cambio de dirigencia en Haití, con la muerte de Duvalier padre (Déjean 1978; Villefranche 2012); la anulación en 1973 de la medida que permitía a los turistas solicitar la residencia permanente luego de la entrada a Canadá (Labelle 1988), y la conversión de Haití en un país de interés para Quebec en materia de inmigración, por razones lingüísticas.

Factores de repulsión en Haití: la represión política y la precariedad económica

Con la muerte de Duvalier (padre), los sectores de la oposición comienzan una presión popular, aprovechándose de la inexperiencia del sucesor del régimen, que tenía 19 años de edad en ese momento. Con el fin de asegurar su poder, los Tontons Macoutes, grupo policial del régimen, provocan una nueva oleada de persecución extendida hasta las zonas rurales más alejadas del país, conduciendo a un gran número de personas al exilio, dice Audebert (2004) evocando el punto de vista de Lundhal (1979).

Los refugiados y los exiliados políticos

Esta categoría de inmigrantes figura en las estadísticas de Quebec en 1980, y el año que registra el mayor número de refugiados es 1984, con 47 casos. El número reducido de refugiados se explica por la visión ideológica de refugiado político por parte de las autoridades canadienses durante las décadas de 1960, 1970 y 1980, de abrir las puertas a solicitantes de asilo provenientes de la órbita socialista y colocar obstáculos a quienes provenían de América del Sur, el Caribe y África (Del Pozo 2009).

Factores de atracción: la política canadiense de reclutamiento de mano de obra y la política migratoria quebequense

Para el año 1975, la reunificación familiar se convirtió, en el caso de Quebec, en la categoría predominante de emigración. En relación con el aspecto lingüístico y cultural, a partir de 1970, Quebec reclama a Ottawa autonomía para seleccionar los inmigrantes destinados a su territorio, evocando el derecho de proteger sus particularidades socioculturales, basadas en sus especificidades lingüísticas (Armony 2012). Estas medidas favorecieron a Haití, quien adquiere una posición de privilegio, y el volumen de inmigración aumentó en proporción de siete a diez veces (Bernèche 1983).

Respuesta comunitaria a la necesidad de integración de los inmigrantes de la segunda oleada

Los integrantes de este nuevo grupo debieron afrontar verdaderas dificultades en su proceso de integración. En su gran mayoría hablaban el créole, y muy pocos el francés. Muchos de los integrantes de este grupo eran analfabetas y su saber hacer no se correspondía con los requerimientos del mercado de trabajo quebequense. Los recién llegados se dirigieron hacia los centros comunitarios en busca de apoyo. Esta situación preocupó a ciertos dirigentes sociales haitianos, que condujo en 1972 a la emergencia de los dos primeros organismos en el seno de esta comunidad, el Bureau de la Communauté Chrétienne des Haïtiens de Montréal(BCCHM), y la Maison d'Haïti. El objetivo: ayudar a los inmigrantes haitianos frente al problema de la integración a la sociedad de acogida.

Tercera oleada: transferencia de mano de obra, inestabilidad política y desastres naturales

Luego de la caída del régimen de Duvalier en Haití, pocos investigadores se han interesado por abordar el tema de la emigración de los haitianos de esta oleada migratoria hacia Quebec. La documentación examinada para este periodo se basó en la consulta a nivel periodístico y la consulta de las estadísticas. Sin embargo, entre 1987-2010, la información estadística no nos permitió hacer un análisis, pues los datos han sido fragmentados a partir de 1997. Con respecto a las categorías migratorias, entre 1987 y 1996, las personas que se instalaron en Canadá por razones económicas totalizaron 10.041 casos, seguidas por los estudiantes, con 8.330; la reunificación familiar, 5.825, y la categoría “otros”, 1.902 casos. A partir de 1996 la información es dispersa. Para el caso de Quebec, la información se centra en cuatro categorías: inmigración económica, reunificación familiar, refugiados y otros.

Consideramos que entre 1987 y 2010, la emigración haitiana hacia Quebec estuvo dinamizada por una de las redes migratorias más sólidas en Norteamérica y la región del Caribe, la red de Port-au-Prince, de Florida, de Nueva York y de Montreal. Con relación a la aceptación de refugiados provenientes de Haití, las estadísticas canadienses nos indican que entre 1991 y 1994, el periodo de Raoul Cédras en el poder, el número de refugiados haitianos aceptados en Canadá fue considerablemente más elevado que el de los años anteriores y posteriores a dicho régimen. Entre 1997 y 2012 se presentaron 44.762 casos de demandas de refugio por parte de haitianos. A mediados de 2013, Haití se beneficiaba, junto a otros países, de una moratoria4 especial por razones humanitarias. El proceso de integración de los haitianos llegados entre 1987 y 2010 es un tema poco conocido. Sin embargo podemos decir que esta se produjo con el apoyo de la infraestructura social creada por sus compatriotas de las dos primeras oleadas migratorias. Sin embargo, uno de los problemas, reflejado en los jóvenes, está relacionado con la falta de identidad socioétnica.

La exclusión de los haitianos en Montreal: efectos de las desigualdades sociales

Según el censo de 2011, 111.570 haitianos viven en la región metropolitana de Montreal, lo que constituye el 80,9% de la población de origen haitiano que vive en Canadá y el 93% de la que vive en la provincia de Quebec. En relación con la etnicidad, el 98,0% de los haitianos de Montreal se identifica como “minoría visible”, y el 97%, como negra. En relación con el lugar de nacimiento, el 57,3% de las personas de esta comunidad son de la primera generación (nacieron en el extranjero), el 38,2% son de segunda generación (nacieron en Canadá), pero al menos uno de los padres nació en el extranjero. El censo de 2011 indica que 960 personas nacieron en otras provincias canadienses, 1.755 en Estados Unidos, 270 en otros países de América y 330 en Europa. Entre los haitianos residentes en Montreal, 19.505 declararon no poseer la ciudadanía canadiense. La obtención de la ciudadanía permite ejercer los derechos cívicos de los individuos.

En cuanto a la religión, el 90% de los haitianos manifiesta ser cristiano, y la confesión religiosa más frecuente es la católica, con el 49% del total. El 9,3% declaró no tener pertenencia religiosa alguna. Según la Confédération des Haïtiens vodouisants du Canada, cerca de las tres cuartas partes de los montrealenses de origen haitiano practican el vaudou (Desjardins 2013).

El francés es la lengua materna del 50,8% de la comunidad haitiana, y el 41,1% declara otra lengua diferente al inglés y al francés como primera lengua hablada durante la infancia; presumimos que esta debe ser el créole. Sin embargo, el 71,3% manifiesta que el francés es la lengua habitualmente más hablada en casa. Una minoría declara no conocer ninguna de las dos lenguas oficiales, la cual es más susceptible de sufrir la exclusión (Leclerc 1992; Statistique Canada 2005; Grondin 2006; Sénat du Canada 2011).

En cuanto al nivel de educación, el 44,2% de las personas de origen haitiano mayores de 15 años no poseen diploma de estudios de nivel secundario, proporción similar a la población de la provincia de Quebec, con el 43,9%, y el 15,8% posee un diploma de estudios universitarios, mientras que en la población quebequense lo posee el 18,6% (Statistique Canada 2011).

En relación con el aspecto económico, el análisis de las fuentes nos permitió constatar que el nivel de integración al mercado del trabajo de la comunidad haitiana es frágil. La población haitiana establecida en la región metropolitana de Montreal presenta un índice de desempleo del 12%, mientras que el índice de la población en general es del 6,6%. Los salarios promedio de los haitianos oscilaban en 2011 alrededor de 34.270 dólares anuales, contra 46.060 de la población total de Montreal. En la categoría denominada sin salario, la cifra de los haitianos se elevaba a 6.710 individuos, que representaban el 8,2% de la población activa, contra 4,5% del promedio de la población montrealesa (Statistique Canada 2006 y 2011).

Este grupo de población está expuesto a una doble exclusión, debido a ciertos factores como la fragilidad de la comunidad inmigrante y la precariedad de redes que los unan a la sociedad de acogida; el racismo y la pobreza como resultado de la exclusión del mercado del trabajo o la ocupación de empleos precarios. La vivienda ha sido otro problema vivido por la comunidad haitiana después de los años 1970. El desempleo o los empleos precarios son factores que explican por qué casi la mitad de la comunidad haitiana vive por debajo del umbral de la pobreza (Icart 2004). La búsqueda de alternativas a los problemas de exclusión social de un número considerable de familias de origen haitiano, y el interés por un grupo de personas de esta comunidad de ayudarlos a sortear dicha situación, dieron origen a la creación de centros comunitarios u organismos como el Centro N A Rive.5

La respuesta comunitaria: el Centro N A Rive y su repertorio de acciones contra la exclusión social

Esta sección presenta las contribuciones más importantes del Centro N A Rive a la lucha contra la exclusión social en el seno de la comunidad haitiana de Montreal. Analizaremos las estrategias de inserción social, así como los mecanismos utilizados para canalizar los recursos movilizados, las asociaciones establecidas con otros organismos y la manera como los diferentes programas de formación contribuyeron al empoderamiento de los participantes.

El Centro N A Rive: sus objetivos y su misión

El Centro N A Rive fue creado en 1973 a partir de una iniciativa del Bureau de la communauté chrétienne haïtienne de Montréal (BCCHM),6 con el fin de facilitar la integración de los inmigrantes de origen haitiano a la sociedad de acogida, la provincia de Quebec. N A Rive es un organismo sin ánimo de lucro, que a través de su historia se ha consagrado en especial a la inserción social de los inmigrantes haitianos con escaso nivel de escolarización.

En sus inicios, el objetivo principal del Centro fue el de ayudar a las personas analfabetas de origen haitiano a desarrollar competencias lingüísticas que les permitieran comunicarse de manera eficaz en los diferentes medios socioculturales frecuentados cotidianamente. En este proceso de formación, el Centro privilegió el desarrollo integral del individuo, a través del desarrollo de competencias, aplicando el pensamiento de Paulo Freire. Con el tiempo, el Centro amplió sus objetivos con el fin de aportar soluciones a nuevas necesidades que afectaban a la comunidad, como la falta de formación orientada a ayudar a la inserción en empleo y el aislamiento social. De igual forma, el Centro puso en marcha una serie de actividades tendientes a la búsqueda de un espacio para la vida comunitaria, con el fin de favorecer la inserción social mediante la creación de programas dirigidos a la actualización y el desarrollo de competencias y de conocimientos que favorecen el acceso al empleo. Esto sumado a la implementación de talleres artísticos y culturales dirigidos a jóvenes adultos, con el fin de estimular el desarrollo de nuevos comportamientos cívicos y habilidades académicas, facilitando el retorno a los estudios o el ingreso al mercado del trabajo. De igual forma, el Centro ha explorado nuevos escenarios poniendo en práctica ideas de tipo empresarial. Estas actividades dieron nacimiento a un proyecto de economía social: Les Services Boukan.

La evolución del Centro ha implicado la puesta en marcha de nuevas actividades dirigidas al gran público, fomentando el acercamiento intercultural, ofreciendo cursos de lengua créole y de cultura haitiana a miembros de la sociedad de acogida (N A Rive 2006). Con el paso del tiempo, el Centro expandió su clientela acogiendo a inmigrantes de otros orígenes, en su gran mayoría mujeres.

Con respecto a la cohesión social, las contribuciones del Centro están ligadas al fomento de valores cívicos, competencias exigidas por el mercado del trabajo y la autoestima. En la actualidad el Centro cuenta con un consejo de administración. Con el fin de concretizar las decisiones y poner en marcha su plan de actividades se crearon varios comités: el Comité Pedagógico, el Comité Créole, el Comité Socio-Cultural y el Comité de la Campaña de Financiación. El equipo de voluntarios está formado por un grupo de personas que actúan con un espíritu de apoyo en el desarrollo de diversas actividades programadas por el Centro (N A Rive 2012).

El Centro N A Rive y sus principales actividades

En el Centro N A Rive, el desafío de alfabetizar las personas con escasa escolaridad o sin ella fue asumido a partir de un principio fundamental: promover el desarrollo de potencialidades del individuo y acompañar su proceso de transformación personal a partir de una ayuda que lo conduce a la toma de conciencia de su condición como sujeto social. Con la orientación por parte de los profesores, los estudiantes desarrollan diversas actividades que les permiten explorar nuevos aprendizajes, reafirmar conceptos, descubrir nuevas formas de expresar sus emociones y sentimientos, aprender principios democráticos y comprender el medioambiente.

Las actividades sociales

Estas actividades están dirigidas a personas adultas y a los jóvenes. Entre las actividades desarrolladas con la población adulta podemos mencionar la actividad Alpha, chanson du groupe Pluie d'étoiles, que terminó con la grabación de un CD; los talleres Mots et merveilles et Pluie d'étoiles y los talleres de Taï Chi, entre otros. Otra de las actividades es Info-alpha, donde las personas aprenden a través de la utilización del computador (Entrevista 1, 2009).

Entre las actividades destinadas a los jóvenes están los Cafés-rencontres du réseau Kontact Jeunes, que giran alrededor de conversaciones y actividades sobre temas de interés de los participantes. De estos encuentros, Anne Bois, una de las participantes, manifiesta que surgieron los proyectos Star-Vox y el proyecto La Relève. La participación de los jóvenes en estas actividades socioculturales, les permitió salir del aislamiento, crear redes de contacto, formar un capital social y una identidad cultural (Entrevista 12, 2012).

La formación con fines profesionales

La inserción socioprofesional se hace a través de los programas de preparación para el empleo (PPEM) y el programa Coup de pouce vers l'emploi. El programa PPEM se dirige a personas entre 35 y 50 años con escasa escolarización. La formación incluye cursos de costura industrial, de cocina y de introducción a la informática.

El programa Coup de pouce vers l'emploi tiene como finalidad promover la inserción de los jóvenes en situación de vulnerabilidad y en riesgo de exclusión. Un programa de corta duración (cuatro semanas), donde los jóvenes participan en los talleres de autoconocimiento, el descubrimiento de sus talentos y sus potencialidades. Esos aprendizajes tienen como fin el desarrollo de competencias para insertarse en el sector del servicio a la clientela y las ventas. Esta formación facilita a los jóvenes la inserción en el mercado del trabajo o el retorno a los estudios (N A Rive 2002-2012).

La práctica en el medio del trabajo: una empresa de economía social

Los servicios alimenticios Boukan son una empresa de economía social y solidaria sin ánimo de lucro, surgida dentro del curso de formación en cocina ofrecido por N A Rive. Su misión es permitir que las personas en dificultades, especialmente mujeres inmigrantes, adquieran cierta autonomía financiera. La empresa está conformada por Paté Boukan (producción de pasteles de pollo, de carne de res, de pescado y de espinacas), el Bouk'entrain, y un bistrot. Este proyecto ha sido financiado desde sus inicios por los fondos de economía social del CDEC-RPP, según lo manifiesta la consejera de dicho organismo (Entrevista 9, 2011).

Recursos movilizados

Las dos terceras partes de los recursos movilizados por el Centro provienen del medio gubernamental, y el resto, de autofinanciación. Los recursos movilizados tienen origen en la localidad y recursos externos. El voluntariado dentro del Centro constituye un aspecto significativo. Gran parte de los actuales trabajadores fueron antiguos voluntarios. Estas personas cumplen diversas funciones, según las necesidades del Centro. Otro aporte significativo proviene de las casas editoriales haitianas de Montreal, que se implican en la organización de la jornada del libro, programada anualmente por N A Rive, aportando un porcentaje sobre las ventas (Entrevista no 10). A esto se suman las donaciones aportadas por la comunidad, comunidades religiosas y organismos. El Centro creó la campaña Rosanam para recolectar fondos destinados a financiar ciertas actividades culturales. Coincide con las anteriores apreciaciones Teri Heenok, del Comité de Financiación “Rosanam” (Entrevista 7, 2010; Entrevista 10, 2011 y 2012; Entrevista 1, 2012).

Los recursos externos provienen del Ministère de l'Éducation, du Loisir et du Sport (MELS), quien apoya el proyecto de inserción social. Las contribuciones gubernamentales están destinadas a la educación de personas adultas (N A Rive 2006). Otras fuentes de financiación provienen del programa d'initiatives conjointes fédérales et provinciales en matière d'alphabétisation (IFPCA), quien financia diversas experiencias pedagógicas en materia de alfabetización; de la Commission scolaire de Montréal (CSDM), quien en el momento del trabajo de campo, y a través del Centre de ressources éducatives et pédagogiques (CREP), subsidiaba dos docentes; de Emploi Québec (EQ), que funciona a partir del plan de acción local por la economía y el empleo (PALEE). Con el apoyo de este programa, los adultos realizan la formación de preparación para empleo por seis meses. Por otro lado, una parte de los recursos proviene de la corporación de desarrollo económico comunitario del barrio Rosemont-Petite-Patrie, en el cual se localiza la sede de N A Rive, entidad que trabaja con organismos comunitarios en proyectos provenientes de iniciativas locales, y la creación de empleos destinados a la clientela alejada del mercado del trabajo (CDEC-RPP 2004).

Los participantes en las actividades de inserción: una clientela femenina

La clientela dentro de las diferentes formaciones ofrecidas por N A Rive es mayoritariamente femenina. En opinión de varias personas entrevistadas, la presencia de mujeres en el Centro se debe a que en los países pobres, las dificultades económicas afectan mayoritariamente a las mujeres, explica Pamela Alcine, estudiante de alfabetización (Entrevista 11, 2012). En el curso de alfabetización, la mayoría de las mujeres tienen en promedio 66 años de edad y llevan en promedio veinticuatro años viviendo en Montreal.

En sus inicios, este programa fue dirigido exclusivamente a personas de origen haitiano, y en la actualidad la clientela es multiétnica. Estas personas provienen de Haití, de diferentes países de Asia, del norte de África y de América Latina. En su mayoría viven en los barrios Montréal-Nord y Saint-Michel. En cuanto a su nivel socioeconómico, en su mayoría dependían del bienestar social. Estas informaciones fueron obtenidas a través de dos encuentros con veintiocho personas que participaban en la formación PPEM.

Los programas de carácter cultural son acogidos por una clientela diversa. Estas personas siguen la formación con el fin de aprender la lengua créole y la cultura haitiana. Otras personas se interesan por seguir los cursos de cocina créole. Hay quienes lo hacen para viajar a Haití, según los comentarios de varias personas entrevistadas, entre ellas el profesor Stanley Laroche (Entrevista 2, 2010; Entrevista 3, 2010 y 2012; Entrevista 4, 2010 y 2012; Entrevista 5, 2010; Entrevista 6, 2010; Entrevista 7, 2011).

La clientela del programa Coup de pouce vers l'emploi la conforman jóvenes entre 18 y 35 años nacidos en Canadá, en su mayoría hijos de inmigrantes. En general son jóvenes que presentan serios problemas de atención, sin motivación para frecuentar la escuela y que mantienen relaciones difíciles con sus padres. Según Martha Díaz, coordinadora del grupo de jóvenes, en su mayoría provienen de la localidad (Entrevista 8, 2010 y 2011). Su objetivo es mejorar sus condiciones de vida, estudiar y trabajar en Quebec.

N A Rive y sus implicaciones comunitarias

El Centro N A Rive está presente en las diferentes mesas de concertación del barrio La Petite-Patrie. La directora participa en la coordinación de otros organismos como el Centre local de services communautaires (CLSC), de la CDEC-RPP, del fondo de economía social. Es miembro del Consejo de Administración (CA) du regroupement des tables de concertation a nivel local, miembro del Comité de Economía Social y Solidaria de Montreal y del Comité de Inserción en Empleo de Personas sin Educación de la Fondation Alpha. El Centro es socio de Regroupement des groupes populaires d'alphabétisation du Québec (RGPAQ), de la Fondation Alpha y de la mesa de concertación de los organismos al servicio de personas refugiadas e inmigrantes (TCRI). De igual forma, el Centro trabaja conjuntamente con el Colectivo de Organismos Comunitarios del Medio Haitiano (COCIMH) y el Consejo Nacional de Ciudadanos de Origen Haitiano (CONACOH).

Análisis: contribución de N A Rive a la cohesión y la inserción sociales

En primera instancia, este estudio nos permitió identificar los factores que influyeron en la salida de los haitianos de su país natal. Nuestro estudio se interesó de manera específica en los haitianos que se instalaron en la provincia de Quebec, especialmente en la ciudad de Montreal.

De igual forma, el estudio nos permitió analizar el rol desempeñado por un grupo de personas procedentes de la élite haitiana instaladas en Montreal, quienes, conociendo las dificultades que afronta un grupo de compatriotas, asumen el rol de líderes para hacer frente a las circunstancias difíciles vividas por un grupo de personas de su mismo origen, en su gran mayoría analfabetas o casi analfabetas, a quienes no conocían y que difícilmente se comunicaban en francés. Esta circunstancia dio origen a la creación de los primeros organismos comunitarios de Montreal, la Maison d'Haïti y el Bureau de la communauté chrétienne haïtienne de Montréal, en 1972, y un año más tarde, en 1973, el Centro N A Rive.

El caso N A Rive es una evidencia de la evolución y la adaptación de un organismo comunitario dedicado a la inserción de los inmigrantes haitianos que llegan a la ciudad de Montreal. Este organismo ha logrado movilizar los recursos humanos, financieros e institucionales, a través de la acción de un capital social fuerte y su imbricación en las redes sectoriales y territoriales, que actúan desde varios frentes de la acción comunitaria y de la economía social. El Centro ha puesto este capital social a la disposición de los inmigrantes haitianos.

El Centro ha privilegiado la educación de la población adulta como campo de acción. En sus inicios, la alfabetización de inmigrantes haitianos, dándoles la oportunidad de aprender a leer, a escribir y a calcular. Pero en especial les ha permitido desarrollar sus capacidades individuales, con el fin de hacer valer sus derechos y de ejercer su autonomía. Las acciones desarrolladas por los líderes de N A Rive han sido renovadas cíclicamente, a través de diferentes acciones, en función de un objetivo común: la inserción de sus compatriotas en riesgo de exclusión.

Entre las contribuciones del Centro podemos mencionar el acercamiento intercultural y el refuerzo de lazos sociales a nivel local y la inclusión social de personas en situación de pobreza, la valoración de la alfabetización como un instrumento de profundización de la comprensión de diferentes manifestaciones culturales y el empoderamiento ciudadano a través del ejercicio de la ciudadanía.

Gracias a la puesta en marcha de una iniciativa inscrita en la economía social, N A Rive ha contribuido a renovar las estrategias de integración social a la sociedad de acogida de personas amenazadas por la exclusión social. Esta iniciativa se ha convertido en un medio para favorecer la inserción de estas personas y el fortalecimiento de la cohesión social, como lo muestra el esquema adoptado por nuestro estudio de caso (ver el gráfico 2).

La acción del Centro N A Rive estuvo motivada por la precariedad en que se encontró un grupo de inmigrantes de origen haitiano que vivían dificultades de inserción en un empleo y la ausencia de redes de contacto para insertarse de manera adecuada en la sociedad de acogida. El Centro N A Rive se creó para apoyar la inmigración de los haitianos y dirigió sus acciones a la implementación de cursos de formación socioprofesional y la posterior formación relacionada con el empresariado social. Los recursos movilizados fueron de diverso orden: el voluntariado y organismos creados por la propia comunidad. Igualmente, el Centro se beneficia de recursos externos a nivel gubernamental, organismos comunitarios y de desarrollo económico comunitario.

Las acciones de N A Rive en las principales redes comunitarias le han permitido desarrollar un capital social importante. Con relación a sus participantes, estos han adquirido competencias individuales y de empoderamiento ciudadano y de autoestima. Las capacidades colectivas se han traducido en elementos que favorecen la inclusión social. La inclusión social de las personas atendidas por N A Rive favorece la cohesión social y al mismo tiempo refuerza la capacidad del Centro para lanzar nuevos proyectos.

Conclusión

El aporte de esta investigación es el análisis de las contribuciones producidas por la acción comunitaria, en el dominio de la inclusión social en la ciudad de Montreal, a través del estudio de caso del Centro N A Rive. En especial, el análisis sobre las estrategias puestas en marcha por este Centro, en lo que respecta a la inserción social y al mercado del trabajo de los inmigrantes. En primera instancia se presentó el contexto institucional dentro del cual funcionan los organismos comunitarios y de economía social en la provincia de Quebec, el Modèle québécois. En segundo lugar se presentó el modelo de análisis de las iniciativas locales que luchan contra la pobreza y la exclusión (Klein 2005 y 2008). En tercer lugar se presentó el enfoque metodológico aplicado en desarrollo de la investigación, de tipo cualitativo, basado en el estudio de caso. Este proceso nos permitió identificar las acciones implementadas por este tipo de organismos en la lucha contra la pobreza y la exclusión. En cuarto lugar, el estudio nos permitió presentar la comunidad haitiana, identificar las diferentes oleadas migratorias, las causas de su emigración, así como las dificultades encontradas en la sociedad de acogida. Finalmente, el estudio del Centro N A Rive nos permitió identificar las actividades que desarrolla en función de la inserción de la población inmigrante con dificultades de inserción.

Así, podemos ver que el Centro se ha convertido en un referente en materia de inserción social de los inmigrantes a través de actividades de formación y de naturaleza cultural, al privilegiar los valores de primacía e integridad de la persona, el respeto, y de principios de ayuda, solidaridad, compromiso y cooperación. Al empoderamiento a nivel organizacional se une el de las personas implicadas en estas actividades, pues cada año, en promedio, 300 personas de origen inmigrante participan en las actividades que el Centro ofrece (el 90% son mujeres).

Además el Centro ha tenido el rol de emprendimiento del empresariado social, gracias al liderazgo de una variedad de actores sociales en el seno de la comunidad haitiana. Las diferentes acciones han engendrado grandes beneficios en términos de inclusión, contribuyendo a reforzar la cohesión social. El examen del proceso seguido por N A Rive nos permite validar nuestra hipótesis según la cual los organismos comunitarios contribuyen al surgimiento de las personas que participan en sus actividades (300 personas en promedio por año), así como a la cohesión social en sus barrios y en las ciudades en su conjunto. De igual forma, el estudio nos permitió identificar que los aportes realizados por la comunidad haitiana han contribuido al desarrollo de Quebec y al enriquecimiento de su cultura.

En conclusión, esta investigación nos permitió abordar el análisis de ciertos problemas que tienen un efecto negativo sobre la cohesión social. Igualmente, nos permitió identificar las contribuciones de la economía social al mejoramiento de la calidad de vida de los inmigrantes amenazados por la exclusión. La economía social es considerada de utilidad para compensar las deficiencias de los sectores público y privado en esta materia, pero hay que subrayar que, como lo muestra el caso estudiado, esta forma parte de un modelo de gobernanza. La economía social y los organismos comunitarios actúan como partners del actor público en la integración de los inmigrantes, lo que muestra que la hibridación es un rasgo general en la provincia de Quebec. Finalmente, es importante destacar que, aunque este aspecto no se analizó en detalle, el estudio muestra el lugar protagónico que ocupa la mujer tanto a nivel de la acción colectiva como del empresariado social en la comunidad haitiana de Montreal.


Comentarios

* Este artículo es el resultado de la tesis de doctorado en Estudios Urbanos de Reina Victoria Vega V. en la Université du Québec à Montréal (Canadá), bajo la supervisión de Juan Luis Klein. La tesis se inscribió en un proyecto más general financiado por el Conseil des recherches en sciences humaines du Canada (CRSH). Título del financiamiento: Le développement économique communautaire et la cohésion socio-territoriale à Montréal. El proyecto formó parte del programa de trabajo del Centre de recherche sur les innovations sociales (CRISES), un centro de excelencia financiado por el Fonds de recherche du Québec-Société et Culture (FRQSC) www.crises.uqam.ca

1 Para la descripción de los principales aspectos del modelo quebequense de gobernanza, retomamos en este texto algunos párrafos de Klein et al. (2012a). También se puede consultar Klein et al. (2016).

2 En algunas provincias hay minorías de habla francesa, pero en ningún caso tienen un efecto determinante sobre el conjunto de su provincia. Es el caso de Nuevo Brunswick, en donde viven les Acadienses y donde el inglés y el francés son lenguas oficiales; de Manitoba, en la ciudad de Saint Boniface, y de la provincia de Ontario, en donde la presencia de población francocanadiense es importante, pero carece de poder político transcendente. Un caso que se puede destacar es el de Nuevo Brunswick. Después de 1970, los trabajos de traducción corresponden a objetivos socioculturales específicos. El fin: integrar el francés dentro de la práctica del derecho asegura la accesibilidad de la documentación jurídica a los francófonos de la provincia. Para mayor información, consultar http://www.cslf.gouv.qc.ca/bibliotheque-virtuelle/publication-html/?tx_iggcpplus_pi4%5Bfile%5D=publications/pubf104/f104p2ch1.html

3 Archivos del Gobierno de Canadá y de inmigración en Quebec, del CDEC-RPP, y archivos privados del Centro N A Rive.

4 La moratoria por razones humanitarias es una medida adoptada con el fin de proteger a las personas provenientes de países afectados por conflictos internos o por desastres naturales

5 N A Rive, en lengua créole, nosotros llegaremos.

6 Oficina de la comunidad cristiana haitiana de Montreal (sigla en francés, BCCHM).


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Entrevistas

67. Entrevista 1. Administración de N A Rive. Julio de 2009 y marzo de 2012.         [ Links ]

68. Entrevista 2. Profesor. Febrero de 2010.         [ Links ]

69. Entrevista 3. Consejo Administrativo. Enero de 2010 y marzo de 2012.         [ Links ]

70. Entrevista 4. Profesor. Febrero de 2010 y marzo de 2012.         [ Links ]

71. Entrevista 5. Profesora. Febrero de 2010.         [ Links ]

72. Entrevista 6. Coordinadora del Comité Créole. Marzo de 2010.         [ Links ]

73. Entrevista 7. Comité ROSANAM. Octubre de 2011.         [ Links ]

74. Entrevista 8. Coordinadora jóvenes. Abril de 2010 y octubre de 2011.         [ Links ]

75. Entrevista 9. Consejera-CDEC-RPP. Junio de 2011.         [ Links ]

76. Entrevista 10. Académico- editor. Noviembre de 2011 y octubre de 2012.         [ Links ]

77. Entrevista 11. Estudiante. Febrero de 2012.         [ Links ]

78. Entrevista 12. Participante en Cafés-rencontres du réseau Kontact Jeunes. Marzo de 2012.         [ Links ]


Fecha de recepción: 02 de mayo de 2016 Fecha de aceptación: 26 de julio de 2016 Fecha de modificación: 12 de agosto de 2016

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