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Revista de Estudios Sociales

Print version ISSN 0123-885X

rev.estud.soc.  no.60 Bogotá Apr./June 2017

https://doi.org/10.7440/res60.2017.04 

Temas Varios

Dinámicas comunitarias en desplazados y no desplazados residentes en zonas de exclusión social en Barranquilla (Colombia)*

Community Dynamics among Displaced and Non-Displaced Residents in Socially Excluded Areas of Barranquilla (Colombia)

Dinâmicas comunitárias em deslocados e não deslocados residentes em áreas de exclusão social em Barranquilla (Colômbia)

Ignacio Ramos-Vidal** 

** Doctor en Psicología Social por la Universidad de Sevilla (España). Profesor titular en la Universidad Pontificia Bolivariana (Colombia) y en la Universidad de Sevilla. Es miembro del Laboratorio de Redes Personales y Comunidades (HUM-059), de la Flacso (España), y del grupo de investigación Cavida. Últimas publicaciones: "Detecting Key Actors in Interorganizational Networks". Cuadernos de Gestión, 2017, y "Patrones de interacción y grupos de discusión política en las redes personales de jóvenes colombianos" (en coautoría). América Latina Hoy, 2017. ignacioramosvidal@hotmail.com; iramos5@us.es


RESUMEN

El sentido de comunidad, la participación y el empoderamiento permiten comprender el proceso de desplazamiento y reasentamiento en el contexto de recepción, así como las consecuencias derivadas de ambos fenómenos. Los objetivos de la investigación son a) evaluar los tres constructos mencionados, b) analizar la sinergia que existe entre estos y c) proponer estrategias para aumentar su capacidad de influencia en los procesos de toma de decisiones. Llevamos a cabo una investigación exploratoria y transversal con población desplazada (n=30) y no desplazada (n=32) en dos localidades de bajos ingresos en Barranquilla (Colombia). Existe retroalimentación positiva entre los procesos evaluados, aunque no se observan diferencias significativas entre el grupo de desplazados y el de no desplazados. La dimensión Pertenencia (sentido de comunidad) es la que mejor explica la varianza del empoderamiento y de la participación en ambos grupos. Presentamos iniciativas para reforzar el sentido de comunidad y facilitar el acceso a los recursos socio-comunitarios en población desplazada.

PALABRAS CLAVE Colombia; desplazamiento; participación; empoderamiento; pertenencia; sentido de comunidad

ABSTRACT

The sense of community, participation and empowerment enable us to understand the process of displacement and resettlement in the context of reception, as well as the consequences of both phenomena. Our objectives are a) to assess the three constructs mentioned above, b) to analyze the synergy existing among them and c) to propose strategies for increasing their capacity to influence the decision-making processes. We carried out a cross-sectional exploratory study with displaced (n=30) and non-displaced (n=32) people in two low-income districts of Barranquilla (Colombia). There is positive feedback between the processes evaluated, although no significant differences are observed between the displaced and the non-displaced groups. The dimension of belonging (sense of community) is the one that best explains the variance of empowerment and participation in both groups. Finally, we present a set of initiatives to reinforce the sense of community and to facilitate access to the community's social resources for the displaced population.

KEYWORDS Colombia; participation; empowerment; displacement; belonging; sense of community

RESUMO

O sentido de comunidade, a participação e o empoderamento permitem compreender o processo de deslocamento e reassentamento no contexto de recepção bem como as consequências derivadas de ambos os fenômenos. Os objetivos desta pesquisa são: a) avaliar os três construtos mencionados; b) analisar a sinergia que existe entre estes e c) propor estratégias para aumentar sua capacidade de influência nos processos de tomada de decisões. Realizamos uma pesquisa exploratória e transversal com população deslocada (n=30) e não deslocada (n=32) em duas localidades de baixa renda em Barranquilla (Colômbia). Existe retroalimentação positiva entre os processos avaliados, embora não se observem diferenças significativas entre o grupo de deslocados e o de não deslocados. A dimensão Pertencimento (sentido de comunidade) é a que melhor explica a variância do empoderamento e da participação em ambos os grupos. Apresentamos iniciativas para reforçar o sentido de comunidade e facilitar o acesso aos recursos sociocomunitários em população deslocada.

PALAVRAS-CHAVE Colômbia; deslocamento; participação; empoderamento; pertencimento; sentimento de comunidade

Introducción

Desplazamiento forzado

En el mundo existen 40,8 millones de desplazados internos por motivos de la violencia política, según los datos reportados por el Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC).1 El desplazamiento forzado implica el abandono de la comunidad de origen, produciendo efectos negativos en el bienestar psicosocial, disminuyendo la calidad de vida y dificultando el acceso a los recursos socio-comunitarios por parte de la población desplazada. Este fenómeno suele estar acompañado de fuertes situaciones de estrés, derivadas de la exposición a la violencia y a la ruptura de vínculos sociales con familiares y amigos en el contexto de origen (Fazel et al. 2012; Husain et al. 2011; Miller y Rasmussen 2010).

En Colombia, el desplazamiento forzado ha determinado la distribución demográfica del país desde el inicio del conflicto armado hace más de cuatro décadas (Gómez, Arias y Minayo 2008). En algunos estudios se pone de manifiesto que el desplazamiento forzado ha definido la propia idiosincrasia del país (Guzmán, Fals Borda y Umaña 2010). En Colombia hay 6,3 millones de personas desplazadas por el conflicto armado. A pesar de la dilatada trayectoria del conflicto, encontramos que cada año se generan cerca de 300.000 nuevos desplazados.2 Algunos de los factores que explican este fenómeno son la expansión de grupos paramilitares vinculados al narcotráfico y de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), para no perder control territorial en la región del Pacífico colombiano (Queirolo y Melo 2012; Restrepo, Spagat y Vargas 2003). Sin embargo, existe la expectativa de que estas cifras se reduzcan de manera progresiva a raíz del proceso de negociación puesto en marcha en La Habana, que culminó con los Acuerdos de Paz, que no llegaron a ser aprobados por el pueblo en el plebiscito3 celebrado el 2 de octubre de 2016. No obstante, a pesar de este resultado, la aprobación del Acuerdo de Paz con las FARC, refrendado el 1 de diciembre de 2016 por el Congreso, presagia un escenario positivo para la restauración de la convivencia pacífica en Colombia.

Para comprender las consecuencias que genera el desplazamiento forzado es necesario evaluar sus efectos desde distintas perspectivas. Investigaciones previas señalan que el desplazamiento es un fenómeno complejo capaz de generar impactos de carácter multinivel (Ramos-Vidal 2017; Ramos-Vidal, Holgado y Maya-Jariego 2014). Las consecuencias del desplazamiento producen efectos a nivel a) individual, b) familiar, c) comunitario y d) macro-social, con la característica distintiva de que todos los niveles se encuentran íntimamente relacionados, incidiendo unos sobre otros.

A nivel individual, la literatura señala que el desplazamiento produce situaciones de estrés y tensión que se derivan del abandono del contexto de origen y de la pérdida de recursos de apoyo social (Betancourt et al. 2012). Algunos estudios documentan el trauma que experimenta la población desplazada y su asociación con el desarrollo de sintomatología depresiva (Rasmussen et al. 2010). Esta evidencia pone de manifiesto la necesidad de realizar estudios comparativos entre población desplazada y no desplazada, para comprender con mayor profundidad las consecuencias de los procesos de movilidad forzada.

El contexto familiar también se ve gravemente dañado por el desplazamiento forzado. En muchos casos, la familia debe separarse y reasentarse en comunidades distantes, lo que implica una ruptura de los vínculos afectivos y la fragmentación de la estructura familiar (World Bank Development Data Group 2012). A nivel familiar, estos cambios vienen acompañados de una redistribución de roles en el seno de la familia. Incluso, algunas investigaciones describen de forma pormenorizada el modo en que la familia queda expuesta a situaciones de riesgo, tales como mayor incidencia de violencia intrafamiliar, dificultades de acceso a una vivienda digna y mayor prevalencia de enfermedades mentales. Otro dato relevante es la extrema dificultad que encuentran las familias desplazadas para romper este círculo vicioso, que hace que la pobreza se reproduzca (Ibáñez y Moya 2010, 168).

A nivel comunitario es posible distinguir efectos que se relacionan con el abandono de regiones o localidades que son tomadas por las FARC, por grupos paramilitares o por la acción de bandas criminales. En algunas regiones es frecuente el abandono masivo de tierras, ante el temor de sufrir violencia por parte de estos grupos (Restrepo, Spagat y Vargas 2003), lo que altera por completo la fisionomía y la composición demográfica del contexto comunitario.

Finalmente, a nivel macro-social es posible señalar algunas consecuencias que resultan difíciles de discernir, por tratarse de cambios de largo alcance que pueden incidir, incluso, en el capital social. David, Janiak y Wasmer (2010) muestran que el desplazamiento prolongado de amplias masas de población debilita la cohesión social y los niveles de confianza; elementos que resultan centrales en la génesis del capital social. Al mismo tiempo, una comprensión efectiva de las consecuencias multinivel derivadas del desplazamiento forzado requiere el desarrollo de diseños de investigación comparativos, que analicen las condiciones diferenciales de vida en población local y en población desplazada. Este tipo de estudios es relevante para conocer cómo influye la movilidad forzada en el proceso de adaptación a la comunidad de destino. Es preciso considerar que las condiciones de vida de la población desplazada y de la población autóctona pueden diferir de manera notable, incluso en los casos en los que ambos colectivos residen en contextos vulnerables. La población desplazada se ve afectada por diferentes adversidades que dificultan la integración natural en el contexto de asentamiento. Algunas de las condiciones que dificultan el proceso de integración en la comunidad de destino son: a) el desconocimiento de las vías de acceso a servicios socio-sanitarios; b) los problemas asociados al estigma social que conlleva la etiqueta de "persona desplazada"; c) la falta de recursos económicos, y d) los bajos niveles de apoyo social. Por su parte, la población local que reside en contextos de recepción de población desplazada, también puede experimentar situaciones adversas, debido a la presión demográfica y a la saturación de los servicios asistenciales a consecuencia del aumento poblacional no planificado. A continuación, presentamos los procesos comunitarios analizados, mostrando las relaciones tanto teóricas como empíricas que existen entre estos. El objetivo de este manuscrito es examinar diferentes procesos de carácter comunitario que afectan al proceso de adaptación que experimenta la población desplazada en el nuevo contexto de asentamiento. Para lograr este fin, en primer lugar, presentamos diversos constructos que son útiles para comprender el proceso de adaptación en la comunidad de destino, mostrando las conexiones que existen entre los distintos procesos evaluados en esta investigación.

El carácter cíclico de los procesos comunitarios

Las situaciones derivadas del desplazamiento forzado, principalmente la movilidad geográfica y la descomposición de las redes sociales, producen otro tipo de consecuencias a nivel meso-social que inciden en los procesos de participación y en el acceso a la toma de decisiones (Downing 2002). Bozzoli, Brück y Wald (2013) evalúan los efectos que genera la exposición a fenómenos violentos perpetrados por diferentes grupos armados en Colombia en el desarrollo de empleos precarios, tanto en el sector agrícola como en el sector terciario. Este estudio constituye una evidencia más del impacto que la violencia provoca en algo tan elemental como realizar actividades económicas remuneradas, en este caso influyendo en la precarización del mercado laboral.

El abandono del contexto local puede suponer la pérdida del registro oficial como residente por parte del desplazado. En lo referido a la participación política, la tarjeta de elector y la correspondiente inscripción en el censo electoral para poder decidir en las elecciones locales dependen de la inscripción en los censos oficiales. Por lo tanto, al radicarse de manera informal, el desplazado pierde, de facto, su derecho a participar en la toma de decisiones a nivel político. Blattman (2009) describe la pérdida de capacidad de decisión de la población desplazada en Uganda, mientras que Cernea (2000) ha documentado este fenómeno en el contexto colombiano.

Si analizamos la participación a nivel local en el contexto de origen, encontramos efectos similares a los anteriormente descritos. La participación en la comunidad conlleva la implicación en organizaciones tales como asociaciones vecinales, y agrupaciones de padres y madres de alumnos. La participación en este tipo de estructuras se efectúa con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la comunidad e incrementar la incidencia a nivel sociopolítico (Bracht y Tsouros 1990; Kloos et al. 2011).

Involucrarse en este tipo de organizaciones hace posible que los miembros de la comunidad a) conozcan los problemas que los afectan y los recursos disponibles para hacer frente a las demandas sociales, b) incrementen la percepción de control sobre su entorno y c) perfeccionen las destrezas y habilidades que se desarrollan durante el proceso participativo (Perkins y Zimmerman 1995; Wandersman 2009). Desde esta lógica, la propuesta de Christens, Peterson y Speer (2011, 1346) indica que la participación en iniciativas de desarrollo comunitario es un antecedente necesario para que se produzca empoderamiento a nivel individual, organizacional y comunitario. Cuando la persona abandona la comunidad de origen y deja de participar en este tipo de actividades, sucede el efecto contrario, que se define por la pérdida de autonomía y el desempoderamiento de la población desplazada (Edelstein y Wandersman 1987; Tomlinson y Egan 2002). Este tipo de estudios refuerza la visión en torno al proceso de participación, entendido como un recurso que produce efectos positivos sobre el grado de fortalecimiento y el sentido de comunidad de forma simultánea (Ramos-Vidal y Maya-Jariego 2014).

Un efecto similar sucede respecto al sentido de pertenencia que los individuos experimentan en relación con la comunidad en la que residen. Chavis y Wandersman (1990) demuestran que el sentido de comunidad facilita que la persona decida participar en la mejora del entorno que habita. La experiencia de formar parte de una colectividad mayor es importante porque reduce la sensación de aislamiento social y hace que la persona se sienta de algún modo responsable del resto de integrantes de la comunidad (McMillan 2011).4 Algunas investigaciones proponen modelos que analizan de forma simultánea la relación entre sentido de comunidad, participación y empoderamiento. Por ejemplo, Peterson y Reid (2003) examinaron de manera conjunta los efectos que producen los tres procesos en la implicación de un grupo de jóvenes en un programa de prevención del consumo de drogas. Sus resultados muestran que el sentido de comunidad incrementa el nivel de participación de los jóvenes en el programa, que a su vez incide positivamente en el nivel de potenciación a nivel individual. Estos resultados sugieren que existe una conexión teórica y empírica entre sentido de comunidad, participación y empoderamiento, por lo que puede resultar pertinente evaluar de forma conjunta los vínculos que existen entre los tres constructos, al objeto de comprender el proceso de adaptación en la comunidad de destino desde el punto de vista de las relaciones que el sujeto establece con la comunidad.

En otra propuesta se analiza la relación entre los tres procesos, en una muestra conformada por 120 trabajadores de organizaciones culturales, identificando una relación positiva y recíproca entre sentido de comunidad y potenciación, y una desconexión respecto a la participación comunitaria (Ramos-Vidal 2011). En este estudio emplearemos un modelo propio para conocer la interacción entre sentido de comunidad, participación y empoderamiento psicológico en un grupo de personas desplazadas y no desplazadas en la región del Caribe colombiano, a causa de la violencia política. El sentido de comunidad es un constructo central dentro de la Psicología Comunitaria (Kloos et al. 2011). Este proceso describe el modo en que los individuos se sienten miembros de una colectividad superior, de una estructura grupal y estable en la que pueden confiar, que les permite satisfacer diferentes tipos de necesidades (Sarason 1974). El sentido de comunidad es un constructo multidimensional formado por cuatro factores (McMillan y Chavis 1986). Estos son: a) la influencia, b) la pertenencia, c) la satisfacción de necesidades y d) la conexión emocional compartida. La influencia evalúa el grado en que los miembros de la comunidad perciben que pueden influir -y ser influidos- sobre el resto de la comunidad. La pertenencia indica la medida en que los miembros de la comunidad se sienten partícipes de una estructura grupal superior. La satisfacción de necesidades refleja el nivel en que los individuos logran satisfacer diferentes tipos de necesidades materiales, afectivas, entre otras, a través de su pertenencia al grupo. Por último, la conexión emocional compartida indica la existencia de un código de valores o una simbología compartidos que permiten diferenciar a los miembros del grupo de aquellos que no lo son.

En cuanto al proceso de potenciación, autores como Zimmerman (1995) proponen que en el proceso de empoderamiento individual (también denominado psicológico) intervienen elementos de carácter cognitivo (desarrollo de conciencia crítica y perfeccionamiento de destrezas), emocional (control percibido y autoeficacia) y comportamentales (estrategias de afrontamiento ante situaciones potencialmente lesivas, y participar en iniciativas de desarrollo comunitario). Recientemente, algunas propuestas conceptuales sugieren que en el proceso de empoderamiento también intervienen factores relacionales, es decir, la capacidad de una persona de establecer vínculos con otros individuos que puedan brindarle distintos tipos de apoyo y al mismo tiempo puedan facilitar el empoderamiento de los demás. Por tanto, la dimensión relacional constituye un elemento crucial para comprender el proceso de fortalecimiento desde un enfoque dinámico y complejo (Christens 2012, 122).

Finalmente, la participación del individuo en la comunidad de residencia es un factor importante para comprender la relación que se establece con el entorno comunitario (Wandersman 2009). La participación comunitaria describe el proceso a través del cual los individuos se involucran en la toma de decisiones de las instituciones, los programas y entornos que los afectan (Heller y Monahan, 1977). Los procesos descritos constituyen indicadores fiables del grado de integración en la comunidad; por este motivo es de vital importancia llevar a cabo estudios comparativos en los que se analice el grado de implicación comunitaria en población autóctona y en población desplazada, para comprender el fenómeno del desplazamiento desde sus múltiples dimensiones. En la siguiente sección introducimos las claves del diseño de investigación y la estrategia de análisis de datos.

Método

Participantes

En el estudio participaron mayoritariamente mujeres (n=55; 88,7%), en relación con la población masculina (n=11; 11,3%). Esto se debe a que las personas fueron entrevistadas en fundaciones de atención a población infantil en horario matinal, por lo que la mayoría de personas que acuden a este tipo de centros (a dejar o recoger a los hijos) son mujeres. En la distribución por sexo entre la población desplazada continúa habiendo mayoría femenina (n=25; 86,2%), en relación con los hombres (n=4; 13,8%); la misma tendencia se observa en los no desplazados (29 mujeres, 90,6%; 3 varones; 9,4%). La población no desplazada se corresponde con el subgrupo de participantes que son residentes habituales de la comunidad, y su asentamiento en la comunidad de destino no responde a un proceso previo de desplazamiento forzado, en los términos que recoge el informe de Acnur5 (2014).

Instrumentos

En esta sección presentaremos las principales características de los instrumentos utilizados para evaluar los procesos de implicación comunitaria. El sentido de comunidad se evalúa a través de la escala SCI-II (Sense of Community Index-II) introducida por Chavis, Lee y Acosta (2008). El SCI-II consta de 24 ítems, que los participantes puntúan en función del nivel de acuerdo que manifiestan ante diferentes afirmaciones6. La comunidad de referencia respecto a la que se evalúa el sentido de pertenencia es el barrio de residencia de los entrevistados. La escala presenta óptimas propiedades psicométricas en la evaluación de las cuatro dimensiones. Si analizamos la fiabilidad de la escala en función de las cuatro dimensiones, vemos que la subescala que evalúa la dimensión satisfacción de necesidades presenta un α=,67, al igual que la subescala que evalúa la pertenencia. La subescala que examina la influencia presenta una fiabilidad moderada, α=,60, y la subescala que mide la conexión emocional compartida presenta una fiabilidad de α=,65. Hemos reportado una fiabilidad total de la escala de α=,86. El índice de fiabilidad de los cuatro factores se encuentra dentro de los parámetros de aceptabilidad establecidos por DeVellis (2011) para el desarrollo y estandarización de escalas.

Se entiende por participación comunitaria la evaluación del grado de participación de los entrevistados se efectuó con el instrumento desarrollado por Speer y Peterson (2000). La escala incluye cinco ítems que analizan el nivel de implicación en acciones participativas en diferentes agencias e instituciones de la comunidad (por ejemplo, firmar una petición para derogar una disposición legislativa). Los participantes debían puntuar en una escala que oscilaba desde "nunca participo" hasta "todas la semanas". La escala de participación comunitaria cuenta con propiedades psicométricas óptimas. En nuestra investigación hemos reportado un valor Alpha de Cronbach aceptable ((=,86).

Para evaluar el empoderamiento psicológico, en esta investigación exploramos el componente intrapersonal del mencionado constructo propuesto por Zimmerman y Zahniser (1991). El proceso de potenciación examina el nivel de autodeterminación y toma de control sobre los programas e instituciones que afectan al individuo. El instrumento de Zimmerman y Zahniser (1991) también evalúa la capacidad de liderazgo en determinadas actividades de promoción y defensa del bienestar de la comunidad. La escala consta de cinco ítems, en los que se le pregunta por diferentes elementos como el liderazgo ejercido sobre el grupo o la capacidad de movilizar recursos para desarrollar alguna iniciativa comunitaria. Identificamos una fiabilidad óptima de la escala completa ((=,73).

Análisis de datos

Diseñamos tres modelos de regresión múltiple. En cada modelo empleamos como variable dependiente cada uno de los procesos, y como variables independientes incluimos los otros dos procesos de forma conjunta. Debido al reducido tamaño de la muestra, llevamos a cabo diferentes pruebas no paramétricas para comprobar el presupuesto de normalidad de la muestra evaluada. Ejecutamos la prueba de Kolmogorov-Smirnov, por tratarse de una muestra superior a cincuenta casos, y el test de rachas de Wald-Wolfowitz, para comparar dos distribuciones cuantitativas independientes, donde pueden detectarse diferencias entre dichas distribuciones en relación con la tendencia central, dispersión y oblicuidad. En ambos casos obtuvimos resultados satisfactorios.

Procedimiento

Llevamos a cabo un estudio transversal con el objetivo de identificar los efectos que provoca el desplazamiento en la evaluación de procesos comunitarios en población desplazada por la violencia política en Colombia. El acceso a los participantes se efectuó a través de la intermediación de dos fundaciones privadas que ofrecen escolaridad gratuita a los hijos de personas en riesgo de exclusión social en Barranquilla (departamento del Atlántico, Colombia). El equipo de investigación se comprometió a entregar un informe con resultados para contribuir a mejorar la calidad de los servicios prestados. De igual modo, los participantes firmaron un consentimiento informado. El trabajo de campo se efectuó entre marzo y junio de 2013. Las entrevistas se llevaron a cabo en las fundaciones, y la duración media osciló entre 60 y 90 minutos.

Resultados

Análisis descriptivos

En primer lugar, se muestran los estadísticos descriptivos de las variables de estudio, y la comparación entre los dos grupos examinados. En segunda instancia, exponemos las correlaciones entre las variables analizadas. Como tercer punto, describimos las variables que integrarán los tres modelos de regresión múltiples diseñados, y, por último, exponemos los resultados de los tres modelos de regresión. En la tabla 1 presentamos las características sociodemográficas de los dos grupos evaluados.7

Tabla 1 Estadísticos descriptivos y comparación de medias de la edad, nivel de ingreso, número de miembros de la familia e ingreso per cápita en población desplazada y no desplazada  

Variables Desplazados (n=30) No desplazados (n=32) Prueba T
M DT M DT t p
Edad 33,5 10,9 33,4 13,9 ,054 ,964 (NS)
Ingreso mensual (US$) 274,47 142,71 289,59 190,65 -,348 ,729 (NS)
Nº miembros unidad familiar 6,1 6,1 4,6 2,8 1,341 ,185 (NS)
Ingreso per cápita mensual 45,7 23,39 62,95 67,85 ,132 ,895 (NS)

Fuente: elaboración propia.

Llevamos a cabo la prueba de t para muestras independientes, a fin de comprobar si las diferencias entre la población desplazada y no desplazada eran significativas, encontrando que las diferencias no son estadísticamente significativas en los indicadores recogidos en la tabla 1. Al observar el nivel de ingreso de la unidad familiar (y per cápita), podemos apreciar que se trata de una población de bajos recursos que se sitúa en el límite de los umbrales de pobreza extrema, según los estándares internacionales (World Bank Development Data Group 2012). De media, los participantes del grupo de desplazados llevan 8,9 años (DT=9,03) en situación de desplazamiento forzado. Una amplia proporción de los entrevistados, cercana al 90% (tanto desplazados como no desplazados), cursó estudios de primaria, siendo una escasa minoría tanto quienes no tienen ningún tipo de estudio como quienes están en posesión de un título universitario.

Análisis exploratorios

En la tabla 2 mostramos los estadísticos descriptivos de las escalas y subescalas de los procesos comunitarios evaluados, diferenciando entre la población desplazada y no desplazada. Efectuamos una comparación de medias mediante la prueba t para muestras independientes, con el propósito de conocer si existen diferencias entre las dos submuestras.

Tabla 2 Estadísticos descriptivos de la evaluación de procesos comunitarios diferenciando entre población desplazada y no desplazada 

Variables Desplazados (n=30) No Desplazados (n=32) Prueba T
M DT M DT t p
Σ Sentido de comunidad† 61,9 15,3 67,2 12,7 -1,457 ,151 (NS)
Σ Satisfacción de necesidades 15,4 4,2 16,2 3,8 -,766 ,444 (NS)
Σ Pertenencia 14,5 4,3 16,5 3,3 -2,032 ,047
Σ Influencia 15,1 3,8 16,6 3,9 -1,168 ,097 (NS)
Σ Conexión emocional 16,9 4,2 17,7 3,5 -,779 ,439 (NS)
Σ Empoderamiento psicológico 10,6 3,6 10,7 3,8 -,169 ,867 (NS)
Σ Participación ciudadana 11,1 4,8 13,1 4,8 -1,620 ,111 (NS)

Fuente: elaboración propia.

En la tabla 3 se muestran las correlaciones bivariadas entre los tres procesos comunitarios, indicando en primer lugar los datos correspondientes a la escala completa, y a continuación diferenciamos las cuatro dimensiones del sentido de comunidad.

Tabla 3 Correlaciones entre los tres procesos evaluados 

Variables 1 2 3 4 5 6 7
1. Σ Sentido de comunidad† --
2. Σ Satisfacción de necesidades ,89** --
3. Σ Pertenencia ,83** ,70** --
4. Σ Influencia ,82** ,67** ,53** --
5. Σ Conexión emocional ,82** ,65** ,57** ,57** --
6. Σ Empoderamiento psi. ,40** ,27* ,41** ,38** ,29* --
7. Σ Participación ciudadana ,45** ,41** ,42** ,35** ,34** ,48** --

Fuente: elaboración propia.

Los datos de la tabla 3 indican la existencia de una intensa conexión entre los tres procesos evaluados. Existe una potente correlación interna entre los cuatro factores que componen el SCI-II, y al mismo tiempo se observa una elevada correlación entre el sumatorio completo de las escalas de participación, potenciación y sentido de comunidad. Al igual que hicimos con las variables sociodemográficas, llevamos a cabo múltiples pruebas no paramétricas para verificar si existen diferencias significativas entre población desplazada y no desplazada, sin encontrar diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos. En la tabla 4 describimos las variables que componen cada uno de los tres modelos de regresión.

Tabla 4 Descripción de las variables incluidas en los tres modelos de regresión 

Variables independientes Variable dependiente
Modelo 1 Empoderamiento psicológico Participación ciudadana Sentido de comunidad
Modelo 2 Sentido de comunidad Participación ciudadana Empoderamiento psicológico
Modelo 3 Sentido de comunidad Empoderamiento psicológico Participación ciudadana

Fuente: elaboración propia.

A continuación presentamos los resultados de los tres modelos de regresión múltiple que hemos descrito en la tabla 4 y que se presentan en detalle en la tabla 5. Los resultados recogidos en la tabla 5 señalan que existe una fuerte interdependencia entre los tres procesos, considerados tanto de manera individual como cuando en el modelo de regresión se agrega el efecto de los otros procesos conjuntamente. La sinergia entre procesos se aprecia cuando existe una asociación positiva entre procesos relacionados y que describen un círculo virtuoso de potenciación mutua.

Tabla 5 Resúmenes de los tres modelos de regresión múltiple 

Variables independientes Variables dependientes
Modelo 1 Sentido de comunidad Modelo 2 Empoderamiento psicológico Modelo 3 Participación ciudadana
Participación ciudadana β=,33**; t=2,62 β=,37*; t=2,96 --
Sentido de comunidad -- β=,23*; t=1,89 β=,31*; t=2,62
Empoderamiento psic. β=,24*; t=1,89 -- β=,35**; t=2,96
,25 ,27 ,31
ΔR² ,22* ,25* ,28*
F 9,929 11,076 13,218
Error de estimación 10,126 3,325 4,152

Fuente: elaboración propia.

La tabla 5 muestra una relación triangular entre los tres procesos evaluados. En el primer modelo podemos apreciar que la participación y el proceso de empoderamiento explican conjuntamente el 22% de la varianza del sentido de comunidad, a un nivel aceptable de significación. En el segundo modelo se observa que la participación y el sentido de comunidad de forma agrupada explican el 25% de la variación del proceso de empoderamiento, que en este modelo actúa como variable criterio. Por último, el tercer modelo es el más robusto, y se aprecia que el sentido de comunidad y el nivel de potenciación explican conjuntamente el 28% de la varianza de la variable dependiente.

Además, desarrollamos ocho análisis de regresión lineal empleando como variables independientes, por un lado, el sumatorio de la escala de empoderamiento, y por otro, el sumatorio de la escala de participación, y como independientes, cada una de las cuatro dimensiones que componen el sentido de comunidad. Los resultados se muestran en la imagen 1.

Fuente: elaboración propia.

Imagen 1 Modelos de regresión lineal en los que las cuatro dimensiones del sentido de comunidad actúan como independientes, y la participación y el empoderamiento actúan como variables dependientes 

Podemos observar que las dimensiones del sentido de comunidad con mayor potencial para explicar la varianza del empoderamiento son la pertenencia y la influencia. En el caso de la participación, la variable con mayor poder explicativo es la pertenencia. Esta evidencia es consonante con estudios previos que muestran que la pertenencia es la dimensión más sólida del sentido de comunidad y la que suele establecer una asociación más potente con el empoderamiento y la participación. En la siguiente sección se contextualizan los principales hallazgos de la investigación.

Discusión

Nuestros resultados son similares a los alcanzados en otras investigaciones que muestran la existencia de una profunda conexión tanto teórica (Kloos et al. 2011; Peterson y Zimmerman 2004; Zimmerman 2000) como empírica (Christens, Peterson y Speer 2011; Hughey et al. 2008; Peterson y Reid 2003; Ramos-Vidal y Maya-Jariego 2014) entre sentido de comunidad, participación y empoderamiento.

Los niveles de varianza explicada en los tres modelos de regresión reflejan la conexión entre los tres procesos, lo que sugiere que son constructos que se retroalimentan y refuerzan mutuamente, tanto en el colectivo de desplazados como en la población local. Si prestamos atención a los valores del primer modelo, en el que el sentido de comunidad actúa como variable dependiente, vemos que la participación contribuye de forma significativa a la proporción de la varianza explicada. Este resultado parece reflejar que colaborar en iniciativas de desarrollo comunitario facilita que los miembros de la comunidad se sientan más identificados con el contexto social y con las estructuras mediadoras en las que participan, como por ejemplo, las Juntas de Acción Comunal y organizaciones no gubernamentales.

Algunas propuestas, como el trabajo de Chavis y Wandersman (1990), indican que la asociación entre sentido de comunidad y participación se produce en sentido inverso con mayor intensidad, es decir, que el sentido de comunidad tiene mayor capacidad para predecir la participación en la comunidad. Nuestros resultados evidencian que el grado en que los miembros de la comunidad deciden implicarse en iniciativas orientadas a mejorar la calidad de vida de la comunidad contribuye a: a) identificar los problemas que afectan a la comunidad, b) conocer mejor a sus miembros y c) generar una historia compartida basada en el propio proceso participativo. Estos factores permiten experimentar mayor apego hacia la comunidad, reforzando las cuatro dimensiones que dan forma al constructo analizado, si bien la dimensión pertenencia parece ser clave para predecir la participación y el empoderamiento.

Por otro lado, identificamos una relación positiva y significativa entre el proceso de potenciación, el sentido de comunidad y el grado de participación. En la literatura es frecuente encontrar una asociación positiva entre sentido de comunidad y empoderamiento. Esto se debe a que un mayor grado de identificación con la comunidad puede hacer que las personas se sientan más partícipes, integradas, con capacidad de influir y de satisfacer sus necesidades a través de su vinculación a la comunidad, lo cual redunda directamente en el nivel de empoderamiento. Sin embargo, el empoderamiento se refiere a una percepción (basada en la experiencia del individuo en relación con los programas e instituciones que operan en la comunidad y que lo afectan), mientras que la participación alude a comportamientos específicos, referidos al desarrollo de actividades para mejorar el entorno comunitario. Por tanto, debemos enfatizar que, aunque la participación conduce a mayores niveles de empoderamiento y percepción de pertenencia a la comunidad, estos procesos también acaban contribuyendo a la decisión de participar, generando una retroalimentación positiva.

No hemos encontrado diferencias estadísticamente significativas en los niveles de sentido de comunidad, participación y empoderamiento entre la población desplazada y no desplazada. Dicho hallazgo no cumple con las expectativas previas. Sin embargo, este resultado parece reflejar que las condiciones adversas que imperan en contextos de vulnerabilidad social, como es el caso de las comunidades donde residen los participantes de la investigación, hacen que la implicación comunitaria y el alcance de niveles óptimos de calidad de vida se conviertan en objetivos difíciles de alcanzar, tanto para la población local como para la población desplazada.

Una posible explicación de la ausencia de diferencias significativas entre ambos grupos puede deberse al tiempo de desplazamiento y de residencia en la comunidad de destino del grupo de desplazados. El tiempo medio de residencia en la comunidad donde se produce el reasentamiento es de nueve años. Al tratarse de desplazados de larga duración, en este período los participantes han tenido tiempo suficiente para recomponer la estructura de sus redes personales, conocer las instituciones de la comunidad e implicarse en iniciativas de desarrollo. En un estudio previo comprobamos que el tiempo de desplazamiento constituye una variable explicativa en los procesos de participación e identificación con la comunidad (Ramos-Vidal 2017). En concreto, se demostró que los desplazados de larga duración (aquellos que llevan más de cinco años residiendo en el nuevo contexto) se involucran más en iniciativas participativas y se sienten más identificados con su comunidad, en comparación con los desplazados recién llegados. Estos datos parecen indicar que el tiempo de residencia en la comunidad de destino es una variable interesante para entender los procesos de afiliación a organizaciones comunitarias y la implicación en iniciativas participativas.

Hemos evaluado tres procesos comunitarios que son fundamentales para comprender la interacción entre el individuo y la comunidad. Propuestas previas demuestran que la participación constituye un antecedente positivo para que la población se empodere a través de la adquisición gradual de competencias y del incremento del conocimiento crítico del contexto sociopolítico (Christens, Peterson y Speer 2011; Hughey et al. 2008; Wilke y Speer 2011). Al mismo tiempo, la literatura reconoce el papel moderador que ejerce el sentido de comunidad como catalizador de la participación comunitaria y como factor que facilita el empoderamiento a diferentes niveles (Perkins y Zimmerman 1995; Peterson y Zimmerman 2004; Zimmerman 2000). Sin embargo, existen pocas iniciativas que examinen simultáneamente la interacción entre estos procesos. Nuestro trabajo pretende superar esa brecha partiendo de antecedentes previos que abordan este tópico (Peterson y Reid 2003).

Para poner a prueba nuestros objetivos, hemos evaluado los tres procesos en una muestra de desplazados y no desplazados por motivos de la violencia residentes en dos comunidades empobrecidas en Barranquilla. La evaluación de procesos comunitarios indica que no existen diferencias significativas entre ambos colectivos; posiblemente este resultado esté mediado porque se trata de desplazados que llevan cerca de una década radicados en la comunidad de destino. Lo anterior expuesto nos permite afirmar que el tiempo de desplazamiento desempeña una función crucial en el proceso de adaptación y permite explicar el nivel en el que los desplazados a) recomponen su estructura de relaciones, b) se implican en organizaciones comunitarias y c) logran incrementar su capacidad para incidir sobre el entorno y controlar sus vidas. Al tratarse de población con bajos recursos tanto sociales como económicos, este proceso describe un camino difícil que exige una trayectoria de esfuerzo, que además requiere dejar atrás toda una vida y radicarse en un contexto desconocido. En este sentido, como señalan Berger y Neuhaus (1977), las organizaciones comunitarias pueden actuar como estructuras mediadoras a nivel mesosocial, haciendo posible conectar al individuo con su comunidad a través del desarrollo de actividades que generen cambios positivos en el contexto de recepción. El mero hecho de participar -por ejemplo, como voluntario- en este tipo de organizaciones, además de producir evidentes efectos positivos para la comunidad, al disponer de una masa crítica de población dispuesta a contribuir a iniciativas de desarrollo, también genera consecuencias positivas sobre el bienestar psicosocial y la satisfacción con la vida de quien participa (Thoits y Hewitt 2001).

A nivel gubernamental es necesario implementar estrategias destinadas a desmitificar la imagen negativa con la que se vincula a la población desplazada. La puesta en práctica de campañas institucionales orientadas a cambiar la percepción del colectivo ayudaría a modificar la imagen social que se ha construido en torno a estas comunidades A nivel departamental es esencial que las administraciones regionales diseñen estrategias de intervención y adapten su oferta de servicios a las demandas específicas de los desplazados. Si esto ocurre, y se vinculan algunos de sus miembros como mediadores comunitarios, es probable que, por una parte, los desplazados incrementen el acceso a los servicios sociales, y por otra, ayuden a darle visibilidad del colectivo. Por ejemplo, en el Programa de Atención Psicosocial y Salud Integral a Víctimas del conflicto armado en Colombia (PAPSIVI)8 trabajan promotores comunitarios que han sido víctimas del conflicto y que actúan como mediadores con las comunidades en las que el programa presta servicios. Esto permite aumentar la accesibilidad a las prestaciones que oferta el programa y al mismo tiempo incrementar la validez ecológica de la intervención.

A nivel comunitario hay que fortalecer la cohesión social del colectivo de desplazados. Esta tarea puede efectuarse aprovechando las organizaciones que ya operan en la comunidad (por ejemplo, asociaciones de vecinos), como punto de encuentro para identificar a la población desplazada y motivarla para que se auto organice, con la finalidad de ejercer presión frente a las instituciones públicas. Una posible opción sería crear asociaciones locales en las comunidades que cuentan con mayor afluencia de desplazados. Existe una larga tradición en el diseño de coaliciones comunitarias que han obtenido excelentes resultados promoviendo el acceso a servicios de salud en diferentes colectivos en riesgo de exclusión social (Berkowitz y Wolff 2000). Estas estrategias favorecen la integración del colectivo y hacen posible captar a los recién llegados facilitando su adaptación en el nuevo asentamiento.

Limitaciones

Los datos reportados en este artículo nos permiten tener una idea aproximada de la interacción entre procesos; sin embargo, sería aventurado afirmar que esta interacción opera de manera similar en la población desplazada en general, debido, entre otros factores, a la diversidad de tipos de desplazamiento y de consecuencias que se derivan de estos procesos de movilidad. En segundo lugar, nuestra investigación es de carácter transversal, por lo que podemos establecer relaciones de dependencia entre variables pero no de causalidad. Sería preciso llevar a cabo estudios longitudinales que posibiliten establecer asociaciones entre los procesos analizados con mayor rigor estadístico. No hemos tenido en consideración variables a nivel macro-social (por ejemplo, efectividad de las políticas públicas, recursos destinados a la población desplazada, nivel de delincuencia, etcétera) que pueden estar incidiendo en la evaluación de los tres procesos y en la adaptación en el contexto de destino. Finalmente, es importante conocer las condiciones de vida antes y después del desplazamiento, porque es probable que tanto los cambios positivos como los negativos estén mediando el proceso de adaptación y la evaluación de los procesos comunitarios examinados en este trabajo.

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*Los datos empleados en este manuscrito se derivan del proyecto de investigación "Redes personales de los menores trabajadores en familias desplazadas por la violencia política en Colombia: indicadores para la evaluación de las acciones de cooperación internacional para el desarrollo (2012-2013)". Proyecto financiado por la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla (España). La versión final del manuscrito se ha enriquecido gracias a los comentarios efectuados por dos evaluadores anónimos. Los posibles errores son responsabilidad exclusiva del autor.

1http://www.internal-displacement.org/globalreport2016/ (Fecha de consulta: 24 de noviembre de 2016).

2http://www.internal-displacement.org/ (Fecha de consulta: 21 de enero de 2016).

3http://www.acuerdodepaz.gov.co/plebiscito (Fecha de consulta: 25 de noviembre de 2016).

4Recomiendo al lector revisar el artículo de Nowell y Boyd (2010) ("Viewing Community as Responsibility as Well as Resource: Deconstructing the Theoretical Roots of Psychological Sense of Community". Journal of Community Psychology 38: 828-841) y la respuesta de McMillan (2011).

5http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/Publicaciones/2015/10072.pdf?view (Fecha de consulta: 25 de noviembre de 2016).

6Ejemplos de ítems de la escala SCI-II: "creo que mi comunidad es un buen lugar en el que trabajar" o "las personas de esta comunidad tienen necesidades, prioridades y metas similares".

7En el informe de investigación derivado del proyecto se ofrece una descripción precisa tanto de los participantes en la investigación como de las fundaciones. Informe disponible bajo petición al autor

8https://www.minsalud.gov.co/proteccionsocial/Paginas/Victimas_PAPSIVI.aspx

Recibido: 11 de Mayo de 2016; Aprobado: 11 de Noviembre de 2016

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