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Acta Colombiana de Psicología

Print version ISSN 0123-9155

Act.Colom.Psicol. vol.11 no.2 Bogotá July/Dec. 2008

 

ARTÍCULO

ESTUDIO EMPÍRICO DEL TRASTORNO NARCISISTA DE LA PERSONALIDAD (TNP)

AN EMPIRICAL STUDY OF NARCISSISTIC PERSONALITY DISORDER (NPD)

ESTUDO EMPÍRICO DO TRANSTORNO NARCISISTA DA PERSONALIDADE (TNP)

JOSÉ LUIS TRECHERAa, GENOVEVA MILLÁN VÁSQUEZ DE LA TORREb, EMILIO FERNÁNDEZ MORALESc
"FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES (ETEA)
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA - ESPAÑA

a Dr. en Psicología. Profesor de Psicología del Trabajo. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ETEA). c/ Escritor Castilla Aguayo nº 4. 14004 CÓRDOBA (ESPAÑA). trechera@etea.com
b Dra. en Ciencias Económicas. Profesora de Estadística y Econometría. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ETEA). c/ Escritor Castilla Aguayo nº 4. 14004 CÓRDOBA (ESPAÑA). gmillan@etea.com
c Dr. en Ciencias Económicas. Profesor de Organización de Empresas.Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ETEA). c/ Escritor Castilla Aguayo nº 4. 14004 CÓRDOBA (ESPAÑA). emorales@etea.com

Recibido, abril 30/2008
Concepto evaluación, octubre 4/2008
Aceptado, octubre 10/2008


Resumen

La investigación pretende profundizar en la descripción y evaluación del Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP). En primer lugar, se define el TNP según cuatro rasgos: autoimagen distorsionada; falta de empatía, hipersensibilidad a la evaluación de los demás y dificultades en la relación interpersonal. A partir de una muestra de 1025 sujetos se construye una prueba de 15 ítems para medir el TNP, con tres factores: narcisismo, maquiavelismo y dominancia. Al mismo tiempo, se elaboran dos escalas falta de empatía y exhibicionismo, relacionadas con la patología narcisista. Los resultados confirman la estructura plurifactorial del concepto (TNP), encontrando importantes diferencias entre el trastorno en el contexto hispano y el norteamericano, así como significativas relaciones con la prueba de Mehrabian & Epstein, la escala Ma4 de Harris & Lingoes y el NPI de Raskin & Hall. También, aparecen significativas relaciones entre el TNP y distintas variables como la edad y el sexo.

Palabras clave: Narcisismo, Personalidad Narcisista, Trastorno de personalidad, Escala de Evaluación.


Abstract

This research aims at getting deep into the description and assessment of narcissistic personality disorder (NPD). Firstly, we define NPD by four characteristics: false self-image, lack of empathy, sensitivity to criticism and disturbances in interpersonal relationships. Taking from a sample of 1025 persons, we elaborated a 15items test to measure NPD with three factors: narcissism, Machiavellianism and dominance. At the same time, we elaborated two tests, lack of empathy and exhibitionism, related to narcissistic pathology. The results confirm the multifactor structure of the concept (NPD), finding important differences between NPD in the Spanish and the American contexts as well as significant relations with the Mehrabian and Epstein Tests, the Ma4 Scale by Harris and Lingoes and the NPI by Raskin and Hall. In addition, there were significant relations between NPD and different variables such as age and gender.

Key words: Narcissism, Narcissistic Personality, Personality Disorder, Evaluation Scale.


Resumo

Esta pesquisa aprofunda na descrição e avaliação do transtorno narcisista da personalidade (TNP). O TNP é definido conforme quatro caraterísticas: auto imagem distorcida, falta de empatia, hipersensibilidade à avaliação dos outros e dificuldade na relação interpessoal. Com base em uma amostra de 1025 sujeitos, foi construída uma prova de 15 itens para medir o TNP com três fatores: narcisismo, maquiavelismo e dominância. Simultaneamente, foram elaboradas duas escalas (falta de empatia e exibicionismo) relacionadas com a patologia narcisista.

Os resultados confirmam a estrutura poli fatorial do conceito TNP. Foram achadas grandes diferenças entre o transtorno no contexto hispano e o norteamericano, assim como notórias relações com a prova de Mehrabian & Epstein, a escala Ma4 de Harris & Lingoes e o NPI de Raskin & Hall. Também foram encontradas relações importantes entre o TNP e diversas variáveis, com idade e sexo.

Palavras-chave: narcisismo, personalidade narcisista, transtorno de personalidade, escala de avaliação.


Introducción

Con rara unanimidad, historiadores, filósofos, sociólogos y analistas sociales en general, coinciden en afirmar que podemos estar viviendo el momento de apogeo del narcisismo como tema central de la cultura (Mazlish, 1982; Valadez & Clignet, 1987; Ronningstam, 2005, Rojas, 2007). Diversos autores han observado que el mundo podía estar viviendo la generación de narciso (Malcolm, 1971), la era del narcisismo (Fine, 1986), o la cultura del yo (Béjar, 1993). El narcisismo se presenta como la enfermedad de nuestro tiempo (Lowen, 2000). En esta perspectiva, destaca la obra de Lasch, La cultura del narcisismo (Lasch, 1979). Según él, cada época desarrolla su propia forma particular de patología y así, la cultura y personalidad narcisista caracterizarían a nuestro tiempo como la represión a la época de Freud.

La patología narcisista aparece como un fenómeno específico resultado de las presiones de la sociedad moderna. Para unos, cumple la misma función que los síntomas histéricos frente a la represión sexual de la sociedad victoriana a finales del siglo XIX (Wrzos, 1987). Para otros, el narcisismo se presenta como uno de los factores principales asociados a los trastornos psíquicos (Kohut, 1971; Kernberg, 1975; Gacono, Meloy & Heaven, 1990, Lowen, 2000, Ronningstam, 2005).

La corriente cultural de la postmodernidad ha reforzado el modelo de hombre narcisista: se potencia el individualismo, se ha producido la segunda revolución individualista (Lipovetsky, 1986, 1991); se suple la ética por la estética (Vattimo, 1987); de la implicación y compromiso personal se ha pasado a la sociedad del contrato temporal (Lyotard, 1984); del gran fragmento (grandes valores) se ha desembocado en el pequeño fragmento (Lyotard, 1987). Ya no hay historia, ésta sólo existe en los libros de texto, sólo se dan acontecimientos sin ninguna conexión entre sí (Fukuyama 1992). Ante la pérdida del futuro, el instante y el ahora se convierten en el tiempo por antonomasia. El resultado es un hombre unidimensional, fragmentado, con pensamiento débil o light, que sin esperanza se aísla del entorno y en su privacidad se dedica al goce de sí mismo (Marcuse, 1968, Vattimo, 1987, Rojas, 1992). El profesor López-Yarto (1991) los describe como hombres con mentalidad de diosecillos

No es raro, por tanto, que el fenómeno narcisista esté recibiendo en la actualidad una gran atención desde el campo de la Psicología. Desde distintas áreas se está potenciando su estudio. Por ejemplo, se intenta relacionar el narcisismo con el comportamiento del consumidor (Sedikides, Gregg, Cisek & Hart, 2007, Dunning, 2007), así como en establecer diferencias interculturales (Juliska, 2003). En especial, se percibe un interés especial por las investigaciones del narcisismo en el entorno de las organizaciones, en concreto en el estudio de los estilos de liderazgo y sus consecuencias: el acoso moral (mobbing), el deterioro del clima laboral o la desmotivación, (McFarlin & Sweeney, 2000; Timothy, Judge, Lepine & Rich, 2006; Chatterjee & Hambrick, 2007).

Definición del Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP)

El término narcisismo fue introducido en 1898 por H. Ellis para explicar la tendencia por estar enteramente absorto en la admiración de sí mismo (Ellis, 1898). Posteriormente, se empleará el concepto narcisismo para referirse a una perversión sexual, la de una persona que trata a su propio cuerpo como objeto sexual (Näcke, 1899).

Diversos autores han descrito cierto tipo de trastornos relacionados con la patología narcisista sin referirse expresamente al TNP. Jones (1913) se centra en individuos con una sintomatología que denomina complejo de Dios que quizá pueda ser la primera descripción del TNP (Akhtar, 1989). Waelder (1925) fue el primero en plantear el caso clínico de un individuo que presentaba una personalidad narcisista, caracterizándose por sentimientos de superioridad, intensa preocupación por su persona, marcada falta de empatía y nula conciencia de los demás. Freud (1914) profundizará en el concepto de narcisismo, lo planteará como una etapa de desarrollo y lo relacionará con diversas alteraciones, la homosexualidad (según la visión de la época), la esquizofrenia (megalomanía y desinterés por el mundo externo) o la hipocondría (centrado en su propio cuerpo). Freud en 1931 se referirá al tipo libidinal narcisista que se caracteriza por un gran interés sobre sí mismo y la autoconservación.

Con posterioridad a Freud, se insistirá en el componente patológico del narcisismo. Olden (1941) plantea el carácter narcisista que se manifiesta en una conducta omnipotente e independiente y con cualidades de liderazgo. Fenichel (1945) describe el don Juan del éxito, sujetos que pagan su tributo al superyó no en forma de sufrimiento sino de éxitos. W.Reich (1949) profundiza en el carácter fálico-narcisista, el cual daría lugar a sujetos ambiciosos, impulsivos, agresivos y arrogantes. Nemiah (1961) se centra en personas con alteración de carácter narcisista que destacan por una gran ambición, por aspirar a metas altas y poco realistas, por la intolerancia a las críticas y por una casi insaciable necesidad de admiración. Tartakoff (1966) refleja individuos con complejo de premio Nobel, caracterizados por su ambición vehemente por ganar algún premio o conseguir riquezas, en especial destacan por fantasías de poder y omnipotencia y por sentirse sujetos especiales que requieren un reconocimiento exclusivo.

Kohut (1968) introducirá el término trastorno narcisista de la personalidad. Tanto Kohut (1971, 1977) como Kernberg (1975) profundizarán en la patología narcisista. Según sus investigaciones, los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad destacarían por excesiva absorción en sí mismos, ambición intensa, fantasías de grandiosidad, necesidad de ser admirados por sus cualidades y falta de empatía. Son sujetos que presentan sentimientos crónicos de aburrimiento, vacío e incertidumbre acerca de su identidad y en su relación con los demás se caracterizan por la explotación de los otros y sentimientos de envidia, defendiéndose contra tal envidia, mediante la devaluación, la omnipotencia y el control de los demás.

La Asociación Americana de Psiquiatría, haciendo eco del interés clínico que ha ido suscitando el trastorno narcisista de la personalidad, lo incluye en 1980 en su clasificación de enfermedades mentales. Así, aparece el trastorno narcisista de la personalidad como trastorno específico en el DSM-III (1980), el DSM-III-R (1987) y el DSM-IV (1994), incorporado al eje II en donde se describen los diversos trastornos de la personalidad.

A partir de esas aportaciones se elabora una definición de TNP en la que podemos destacar los siguientes rasgos:

1. Imagen distorsionada de uno mismo. Incluye sentimientos de omnipotencia, omnisciencia, poder y categoría especial. Dichos sujetos presentan una percepción egocéntrica de la realidad y fantasías de éxito, poder, brillo, belleza o amor ideal ilimitados.

2. Falta de empatía. Las personas con TNP se caracterizarían por una incapacidad para reconocer y experimentar lo que los otros sienten y, especialmente, presentan dificultades para captar las características propias de las personas con las que se relacionan.

3. Hipersensibilidad a la evaluación de los demás. Los individuos narcisistas reaccionan a las críticas con sentimientos de rabia, vergüenza o humillación. Al mismo tiempo, presentan una gran preocupación por la comparación con los otros y desarrollan fuertes sentimientos de envidia.

4. Dificultades en la relación interpersonal. El marco en el que se desarrolla el narcisismo es la intersubjetividad; sin embargo, el tipo de relación que se establece en el narcisismo es patológica, caracterizándose por las siguientes manifestaciones:

  • Exhibicionismo. El narcisismo puede ser definido como la conducta motivada por el placer de ser admirado. Se traduciría en el excesivo deseo o necesidad de atención y admiración, en una tendencia a presentarse como exclusivo y único.
  • Maquiavelismo. Tendencia a ver a los otros como extensiones de uno mismo. Se caracteriza por la manipulación y utilización de los demás en beneficio propio.
  • Sentimiento de tener derecho sobre otros que implica unas expectativas de privilegios especiales. Se traduce en orgullo, engreimiento y conciencia de exigir derechos propios. A su vez, los individuos narcisistas expresan conductas que tienen por objetivo el control de los demás.

Objetivo

El estudio empírico del narcisismo es una empresa compleja. Como Jano, el narcisismo presenta varias caras, una imagen de grandiosidad, otra de sentimiento de inferioridad; a veces manipulador, otras dócil, etc. En general, se suele aceptar la dificultad de su estudio. Para unos, en su diagnóstico clínico se suele presentar un grado considerable de subjetividad y deducción (Widiger & Frances, 1985). Para otros, la fiabilidad del diagnóstico de este trastorno de la personalidad es baja (Spitzer, Forman & Nee, 1979). Por ello, algunos autores (Beck & Freeman, 1992) con el objeto de aumentar la fiabilidad y demostrar la validez conceptual del trastorno narcisista ven necesario una definición más específica de una muestra representativa de conductas independientes y observables.

En la investigación que nos ocupa, se pretendía construir un instrumento que fuese idóneo para medir el trastorno narcisista de la personalidad. Para ello, debía cumplir una serie de criterios: una alta fiabilidad; una buena validez interna (estructura factorial clara) y validez externa (correlación con instrumentos que midan algo parecido); todo ello, presentando un sentido conceptual armónico y que fuera fácil de aplicar (número reducido de ítems).

Método

Muestra

Un total de 1025 sujetos de distintos grupos sociales respondieron a los diversos ítems planteados. Por géneros se presentó la siguiente distribución: 421 hombres, 568 mujeres, 26 homosexuales masculinos, 10 homosexuales femeninos (explícitamente reconocidos).

La distribución de la muestra por grupos fue la siguiente: alumnos de último curso de enseñanzas medias del Colegio de San Estanislao de Kostka (El Palo) de Málaga (117); alumnos de la Escuela Universitaria de Ciencias Económicas y Empresariales (ETEA) de la Universidad de Córdoba (278); alumnos de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ETEA) de la Universidad de Córdoba (435); alumnos de la Escuela de Mandos Intermedios (ETEA) de Córdoba (59); alumnos de la Escuela de Arte Dramático y Danza de Córdoba (41); Colectivo Homosexual de Córdoba (36); Practicantes de aerobic de Córdoba (59).

Instrumentos

A partir de la definición planteada se construyó un banco inicial de 62 ítems, cuya respuesta responde al modelo de escala tipo Likert (de 1, totalmente en desacuerdo, a 6, totalmente de acuerdo,) (Trechera, 1995). Para su elaboración, junto a ítems de creación propia, se utilizaron algunas preguntas de diversas pruebas: MMPI (Hathaway & Mackinley, 1943); la prueba de empatía de Mehrabian & Epstein (1972); el NPI de Raskin & Hall (1979), y la medida de narcisismo de Margolis & Thomas (1980).

A su vez, los sujetos respondieron a otros instrumentos con el objeto de validar externamente el instrumento construido:

1. La prueba de empatía de Mehrabian & Epstein consta de 33 ítems que requieren una respuesta a cada uno de ellos en una escala tipo Likert, de 4 (desacuerdo muy marcado) a +4 (acuerdo muy marcado). Según Mehrabian & Epstein (1972) la fiabilidad de la prueba presentaba un valor α=.84 (N=202). Estudios posteriores la han situado en un valor de .79 entre adultos (N=338, Kalliopuska, 1983) y de .48 entre adolescentes (N=87, Bryant, 1982).

2. La subescala de megalomanía o exaltación del yo del MMPI (Ma4). Harris & Lingoes (1955, 1968) han desarrollado diversas subescalas para seis de las diez escalas estándares del MMPI. En esta investigación trabajamos con la subescala Ma4 que presenta denominaciones distintas según los diversos autores: exaltación del yo (Graham, 1987) o megalomanía (Nuñez, 1987). La subescala Ma4 selecciona nueve ítems de la escala 9-Hipomanía del MMPI. Gocka (1965) en una muestra de 220 pacientes de un hospital de veteranos del ejercito estadounidense, obtuvo una fiabilidad α=.50.

3. El Inventario de la personalidad narcisista (NPI) de Raskin & Hall (1979). La prueba consta de 40 ítems dicotómicos, es decir sólo es posible elegir una de las dos alternativas que se presentan. En una muestra de 1018 universitarios se obtuvo una fiabilidad α=.83 (Raskin & Terry, 1988).

Resultados

Análisis de los ítems y Fiabilidad

Al analizar los ítems, se seleccionaron aquellas preguntas que son significativas respecto al concepto que se quiere medir, y se desecharon aquellos ítems que no responden a la idea propuesta y que aportan poca información a la escala definitiva. Para ello, se calculó la correlación entre el ítem y el resto de la escala menos el ítem en cuestión. La prueba estadística utilizada fue el coeficiente de correlación de Pearson.

Realizando dicho trabajo sobre el banco inicial de 62 ítems (Trechera, 1995), se desembocó en un instrumento de 15 ítems al que denominamos N15 y que presenta los siguientes valores estadísticos: = 41.85; α = 10.60; α = .83.

Validez interna

Como criterio para la construcción del instrumento se pretende que los ítems presenten una buena correlación entre ellos, una alta fiabilidad y al mismo tiempo una estructura factorial, en la que se puedan destacar unos factores claros e interpretables. El método escogido para la construcción de nuestro instrumento es la rotación ortogonal varimax, siguiendo la recomendación de varios autores (Nunnaly, 1978; Morales, 2003). La estructura factorial resultante de la prueba N15 se describe en la tabla 1.

En la escala N15 aparecen tres factores claros que incluyen cada uno cinco ítems con pesos importantes. Dado el sentido conceptual de los ítems que se agrupan en cada factor, se les otorga la siguiente denominación: a) Factor I: Narcisismo. Incluye la idea de imagen distorsionada de sí mismo, necesidad de reconocimiento, o sentimiento de categoría especial. Valores estadísticos: N=5; = 17.18; σ = 4.82; α = .75 .b) Factor II: Maquiavelismo. Expresa la utilización y manejo de las demás personas en beneficio propio. Valores estadísticos: N=5; = 9.82; σ = 3.83; α = .72. c) Factor III: Dominancia. Refleja el componente de liderazgo dominante, sentido de capacidad especial, poder y dominio sobre los demás. Valores estadísticos: N=5; = 14.83; σ = 4.72; α = .72. Los tres factores explican el 50,20 % de la varianza total.

Al mismo tiempo, del trabajo con el resto de los ítems del banco inicial de 62, se construyeron dos subescalas, falta de empatía y exhibicionismo. Aunque tienen relación con el instrumento principal (N15), optamos por no incluirla en dicha prueba, ya que ésta perdería fiabilidad y distorsionaría la estructura factorial.

1. Subescala de Falta de empatía. Presenta los siguientes valores estadísticos: N=9; = 17.95; σ = 5.01; α = .66 (los ítems se describen en el anexo).

2. Subescala de exhibicionismo. Presenta los siguientes valores estadísticos: N=4; = 13.51; σ = 3.85; α = .60 (los ítems se describen en el anexo).

Validez externa

Los sujetos participantes en la investigación respondieron a diversas pruebas con el objetivo de confirmar la validez del instrumento construido (N15). De esa manera, se puede esperar que se correlacione positivamente con aquéllas que intentan medir lo mismo (trastorno narcisista de la personalidad o sus factores) y negativamente con las que midan lo opuesto (por ejemplo, la empatía). Se han utilizado diversos instrumentos:

1. La prueba de empatía de Mehrabian & Epstein (1972). No se ha encontrado una versión en castellano por lo que se ha realizado su estudio. Se obtienen los siguientes valores estadísticos: = 142.73; σ = 14.25; α = .77.

2. La subescala de megalomanía o exaltación del yo (Ma4) del MMPI construida por Harris & Lingoes (1955). Con la muestra utilizada (N=1025) obtenemos una fiabilidad baja, con un valor α = .36. Se obtienen los siguientes valores estadísticos: = 3.60; σ = 1.70; α = .36.

3. El inventario de la personalidad narcisista (NPI) de Raskin & Hall (1979). Dada la utilización de esta prueba en el estudio del narcisismo, le dedicamos un estudio más detallado. Exponemos en la tabla 2 los valores estadísticos del NPI en la muestra estadounidense y en la muestra española:

Aunque estudios anteriores mantenían la estructura factorial del NPI en su validación al castellano (García, y Cortés, 1998), del análisis factorial del NPI, destacamos en especial dos factores en la muestra española: factor I (RI), al que denominamos "superioridad" (N=8; = 1.92; σ = 2.02; α = .75) y factor II (RII) "vanidad-exhibicionismo" (N11; = 3.08; σ = 2.40; α = .72).

Comparación entre distintas variables y entre los -diversos grupos

En la tabla 3 se exponen los valores de las correlaciones entre los diversos instrumentos:

En la tabla 4 se describen los resultados de las relaciones entre las variables edad y sexo con los distintos instrumentos:

Discusión

A través del recorrido realizado por la literatura psicológica se destaca que el TNP ha sido planteado por diversos autores, aunque hasta Kohut (1971) y Kernberg (1975) no se denominó como tal. Se pueden describir dos tradiciones en el origen del concepto del TNP. Por un lado, un enfoque psicoanalítico; a partir de Freud, el narcisismo y la patología relacionada con él, comienzan a tenerse en cuenta por los autores de dicho modelo psicológico. Por otro lado, desde un punto de vista fenomenológico, cristaliza la descripción del trastorno en la clasificación que realiza la Asociación Americana de Psiquiatría, DSM-III (1980), DSM-III-R (1987) y DSM-IV(1994). Por tanto, el TNP es un concepto originario del campo psicoanalítico que posteriormente es asimilado por modelos no psicoanalíticos.

El TNP no se presenta como un constructo unitario, sino pluridimensional. Es decir, no aparece tanto como un concepto único sino como un "síndrome" o conjunto de síntomas o rasgos. Así lo han descrito los autores más significativos (Kohut, 1971 y Kernberg, 1975) y ha sido recogido como tal por el DSM-III, el DSM-III-R y el DSM-IV. A su vez, las diversas pruebas elaboradas para su medición han confirmado su pluridimensionalidad (Raskin & Hall, 1979; Raskin & Terry, 1988; Emmons, 1984, 1987, Kurbarych & Austin, 2004).

La investigación realizada confirma dicha hipótesis. A través del análisis de los ítems y del análisis factorial se construyó una escala básica (N15) pensada inicialmente para medir un rasgo hipotéticamente unidimensional pero se desemboca en tres factores (FI: narcisismo; FII: maquiavelismo; FIII: dominancia) y dos subescalas anexas (falta de empatía y exhibicionismo).

Se logra construir un instrumento básico (N15) con un reducido número de ítems y que mantiene una alta fiabilidad (α= .83475) y puede explicar el 50,20% de la varianza total. La escala está constituida por tres factores de cinco ítems cada uno, con pesos fuertes, con sentido conceptual armónico, con alta fiabilidad en cada uno de sus factores y con un índice de ajuste muy bueno. Los índices de ajuste o adecuación para los factores de la escala (IFFS, "Index of Fit for Factor Scales, Fleming 1985), nos indican hasta qué punto los ítems seleccionados en cada factor explican ese factor mejor que todos los ítems de la escala juntos. Dichos índices presentan un valor elevado. El valor mínimo de ese índice debe ser mayor de .50. Un valor de .50 indica que los ítems no seleccionados explican el factor tan bien como los seleccionados; un valor mayor de .60 es aceptable y uno de .80 puede considerarse como muy bueno (Morales, 2003). El índice de ajuste (IFFS) supera en cada uno de los factores de N15 el valor de .80 (FI: .80; FII: .84; FIII: .82).

Es interesante destacar que la dominancia (liderazgo) no se menciona como rasgo característico del TNP en los criterios apuntados por el DSM-III, el DSM-III-R o el DSM-IV. En tales descripciones, en cuanto a poder sobre los otros, se resalta el componente de explotación interpersonal (es decir, el aprovecharse de los demás para conseguir sus propios fines), que respondería al concepto de maquiavelismo. Sin embargo, en nuestro instrumento la dominancia (el poder, el liderazgo, el control sobre los demás) se presentó como un factor importante del TNP.

Del análisis de las correlaciones entre los diversos instrumentos, tanto los de creación propia como los adaptados de pruebas extranjeras, se obtuvieron correlaciones altas y significativas con los instrumentos adecuados y bajas y negativas con aquéllos que era previsible, convirtiéndose en pruebas de validez convergente. Así, por ejemplo, la escala N15 presentó correlación alta y positiva con el NPI (r= .641, p≤.001) y correlación negativa con la prueba de empatía de Mehrabian & Epstein (r = -.181, p≤.001). El factor I (narcisismo) presentó una alta correlación con el exhibicionismo (r=.548; p≤.001) y el factor RI (superioridad) del NPI (r= .551; p≤.001), así como el NPI en general (r=.504; p≤.001). El factor II (maquiavelismo) obtuvo el valor más alto en la correlación con la falta de empatía (r=.469; p≤.001) y relación negativa importante con la empatía medida por la prueba de Mehrabian & Epstein (r= -.317; p≤.001). El factor III (dominancia) presentó una correlación alta con el NPI (r=.641; p≤.001) y negativa con la empatía medida con la prueba de Mehrabian & Epstein (r= -.182; p≤.001). La subescala de exhibicionismo presentó una correlación alta con el NPI (r= .585, p≤.001), con la escala N15 (r=.568, p≤.001) y el factor I (narcisismo) de dicha prueba (r=.548, p≤.001). La escala de falta de empatía obtiene el valor más alto y negativo con la prueba de empatía de Mehrabian & Epstein (r= -.559, p≤.001) y alta y positiva con el maquiavelismo (r=.469, p≤.001).

En estos análisis se confirmó la validez de los instrumentos construidos, es decir que las pruebas elaboradas tienen significados independientes y coherentes con otras medidas del mismo ámbito conceptual. Por tanto, se reforzó el análisis del concepto de TNP que apareció en nuestra investigación.

Comparando el instrumento construido (N15) con la prueba de Raskin (NPI) se refleja que aunque las dos pruebas miden el narcisismo, el concepto de narcisismo estudiado no era el mismo. El narcisismo del NPI tiene que ver con dos tipos de ideas, la "superioridad" y la "vanidad o el exhibicionismo". No olvidemos que se presenta una relación muy alta entre el NPI y la escala de exhibicionismo (r=.585, p≤.001), mayor que entre el NPI y algunos factores de N15 (por ejemplo, NPI y FI: narcisismo, r=.504, p≤.001). Sin embargo, no aparecen rasgos relacionados con el "maquiavelismo" o la dominancia. Se trata, por tanto, de un concepto más restringido o simplemente distinto del narcisismo.

Comparando los datos de nuestra investigación con los que nos envió R.Raskin, se puede afirmar que los universitarios americanos presentan medias más altas en narcisismo (=15.55) que los universitarios españoles (=11.28). Si comparamos estadísticamente las medias de los universitarios varones estadounidenses y los españoles obtenemos un valor Z= 8.922, p≤.001. La comparación de medias entre las mujeres universitarias estadounidenses y las españolas nos ofrece un valor Z= 11.714, p≤.001. A su vez, el tamaño del efecto (d) que cuantifica la magnitud de la diferencia (Cohen, 1988) presenta los siguientes valores, en los varones d=.60 y en las mujeres d=.70, lo que nos indica que el hombre universitario americano medio (que deja por debajo al 50% de los universitarios americanos) supera en narcisismo al 72% de los universitarios españoles. La mujer universitaria americana media supera en narcisismo al 76% de la muestra española.

Por tanto, podemos afirmar con cierta seguridad que las medias de los universitarios americanos son significativamente más altas que las medias de los universitarios de la muestra española. Siendo éste un dato objetivo, la interpretación no resulta tan clara. La diferencia puede deberse a diversas causas: a) diferentes matices en la traducción; b) distinto contexto cultural. Diversos autores (Lasch, 1979; Mazlish, 1982) han insistido en el mayor cariz narcisista de la sociedad norteamericana. Cabe pensar, con las debidas cautelas, que la sociedad norteamericana, tal como la presenta esta muestra, es más narcisista que la española. Desde una perspectiva psicoanalítica se podría decir que es una sociedad mucho más juvenil que la europea y por ello insiste más en aspectos como el exhibicionismo o la vanidad, mientras que la europea es más vieja, más maquiavélica y dominante. Estudios previos reflejaban, también, el mayor narcisismo de la sociedad norteamericana (Stewart, 1971; Smith, 1990).

¿Son más narcisistas los jóvenes que los adultos? Collins y LaGanza (1982) realizaron una investigación en la que confirmaron que la edad era una variable significativa respecto al narcisismo, siendo los jóvenes más narcisistas que los adultos. A su vez, Freud (1914) fue el primero en plantear la relación entre el sexo y el narcisismo. Para él, las mujeres tenían más probabilidad de ser narcisistas que los hombres. Posteriormente en los estudios fundamentales no se han descrito diferencias significativas en cuanto al género respecto al narcisismo (Kernberg, 1975; Kohut, 1971).

En cuanto a la edad y el sexo, en nuestra investigación la edad aparece como una variable significativa en relación con el TNP (en especial, con el factor I, r= -.116, p≤.001, y el exhibicionismo, r= -.101, p≤.001). Se presenta una relación negativa con el trastorno: a mayor edad, menor TNP. Por tanto, los jóvenes resultaban más narcisistas y exhibicionistas que los mayores. A su vez, el sexo fue una variable significativa en relación con el TNP (en especial, con el factor III, r= -.207, p≤.001, y el factor II, r= -.099, p≤.01. En la investigación realizada se refleja que los hombres son más narcisistas, dominantes y maquiavélicos que las mujeres. Diversos estudios anteriores afirmaban también que el narcisismo predominaba más en los hombres que en las mujeres (Stone, 1989; Wright, O'Leary & Balkin, 1989). A su vez, según el DSM-IV (1994), el 50-70% de los sujetos que reciben el diagnóstico de trastorno narcisista de la personalidad son varones.

Aunque nuestro objetivo no es tanto comparar grupos sino construir un instrumento idóneo, aprovechamos los diversos grupos que han contestado a los ítems para confirmar algunas hipótesis. En estudios anteriores, se habían planteado diferencias respecto al narcisismo entre diferentes grupos. Por ejemplo, ante la excesiva preocupación por la apariencia física y absorción en sí mismo que caracteriza a la personalidad narcisista, podemos preguntarnos si aquellos sujetos que destaquen por dicha actividad (por ejemplo, practicantes de culturismo) apuntarán también un mayor nivel de narcisismo. Caroll (1989) realizó una investigación utilizando el NPI comparando entre practicantes de culturismo (N= 60), atletismo (N= 77) y estudiantes de Psicología no deportistas (N= 95). Los culturistas presentaron un mayor nivel de narcisismo que los restantes grupos.

A pesar de que los análisis de varianza entre los diversos grupos presentan en su mayoría valores estadísticamente significativos, los análisis posteriores (prueba de Scheffé) en general, no describen diferencias significativas. Por lo que se refuerza la idea de que la diferencia puede que no se deba a los grupos como tal, sino a otras variables como la edad o el sexo, que confirmarían los datos observados en las correlaciones.

Respecto al sexo, de nuevo los hombres aparecen más narcisistas (maquiavélicos, dominantes, con mayor falta de empatía, superioridad) que las mujeres. A su vez, las mujeres son más empáticas que los hombres. Aunque la muestra de homosexuales es pequeña, se puede comprobar que las diferencias son apreciables aunque no lleguen a los valores que consideramos significativos (en el sentido de extrapolables a la población). Las puntuaciones medias de los hombres homosexuales superan a las de las mujeres en maquiavelismo, dominancia, falta de empatía, exhibicionismo y vanidad (por ejemplo, el varón medio heterosexual supera en falta de empatía al 72% de las mujeres heterosexuales), y las mujeres son más empáticas que los hombres (z= -3.29, p≤.01), así, la mujer media heterosexual supera en empatía al 77% de los hombres heterosexuales.

Como conclusión se puede afirmar que se ha logrado crear un instrumento idóneo para medir el TNP, que presenta una alta fiabilidad (α=.83), que es fácil de aplicar (número reducido de ítems) que manifiesta una buena validez interna (se confirma la estructura pluridimensional del concepto en la que destacan tres factores: narcisismo, maquiavelismo, dominancia) y validez externa (correlaciones significativas con otras pruebas que miden algo parecido). A su vez, se ha confirmado la relación significativa entre la patología narcisista y las variables edad y sexo. La relación con la edad es negativa, los jóvenes son más narcisistas, maquiavélicos y dominantes que los mayores. En cuanto al sexo, los hombres superan a las mujeres en las mismas variables, siendo éstas más empáticas que los varones. Sin embargo, no se han encontrado relaciones significativas entre los diversos grupos respecto al TNP.

Por tanto, ante la dificultad reconocida por diversos autores (Widiger & Frances, 1985; Beck & Freeman, 1992) de caer en el subjetivismo cuando se juzga la presencia o ausencia de los criterios diagnósticos del trastorno narcisista de la personalidad, se ofrece un instrumento útil para facilitar su diagnóstico y a la vez, seguir profundizando en futuros estudios sobre la patología narcisista.


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