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Acta Colombiana de Psicología

Print version ISSN 0123-9155

Act.Colom.Psicol. vol.14 no.2 Bogotá July/Dec. 2011

 

ARTÍCULO

RELACIÓN DE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y LA IMPULSIVIDAD EN UNA MUESTRA DE ADOLESCENTES MEXICANOS

RELATIONSHIP BETWEEN FAMILY VIOLENCE AND IMPULSIVITY IN A SAMPLE OF MEXICAN ADOLESCENTS

RELAÇÃO DA VIOLÊNCIA FAMILIAR E A IMPULSIVIDADE EM UMA MOSTRA DE ADOLESCENTES MEXICANOS

AGUSTÍN NEGRETE CORTÉSa, ARIEL VITE SIERRAb
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

a Cerrada de Villa Franqueza Mz. 31 Lt. 5. Col. Lomas de Santa Cruz Del. Iztapalapa, México, D.F. CP. 09709. gedmelin@hotmail.com
b Av. Universidad 3004, Col. Copilco Universidad, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, México, Distrito Federal, México, avite@servidor.unam.mx



Recibido, abril 15/2011
Concepto evaluación, octubre 13/2011
Aceptado, noviembre 30/2011

Resumen

El objetivo del presente trabajo fue evaluar la relación entre la violencia familiar y la impulsividad en una muestra de adolescentes mexicanos, y determinar si variables como el género, la ansiedad y los estilos parentales de crianza afectan dicha relación. Participaron un total de 344 alumnos de nivel medio superior de la Ciudad de México, de los cuales 57 reportaron violencia entre sus padres. Los resultados indican una relación baja de la violencia entre los padres y los niveles de impulsividad, siendo esta relación mediada por el grado de presencia del adolecente en dichos actos violentos. Por otra parte, un estilo parental autoritario se asocia principalmente con niveles elevados de impulsividad, siendo la ansiedad mediadora de dicha relación. Los resultados se discuten en función de la transmisión intergeneracional de la violencia.

Palabras clave: violencia familiar, impulsividad, ansiedad, estilos parentales de crianza, adolescentes.


Abstract

The aim of this study was to evaluate the relationship between domestic violence and impulsivity in a sample of Mexican adolescents and to determine whether variables such as gender, parental anxiety and parenting styles affect that relationship. A total of 344 senior high students of the City of Mexico participated in the study, of which 57 reported violence between their parents. Results indicate a low relationship between violence of the parents and their levels of impulsivity, this relationship being mediated by the degree of presence of the adolescent in such episodes of violence. On the other hand, an authoritarian parenting style is mainly associated with high levels of impulsivity, where anxiety is the mediator of such relationship. Results are discussed in terms of the intergenerational transmission of violence.

Key words: domestic violence, impulsivity, anxiety, parenting styles, parenting teenagers.


Resumo

O objetivo do presente trabalho foi avaliar a relação entre a violência familiar e a impulsividade em uma mostra de adolescentes mexicanos, e determinar se variáveis como o gênero, a ansiedade e os estilos parentais de criação afetam essa relação. Participaram um total de 344 alunos de nível médio superior da Cidade do México, dos quais 57 relataram violência entre seus pais. Os resultados indicam uma relação baixa de violência entre os pais e os níveis de impulsividade, sendo esta relação mediada pelo grau de presença do adolescente em tais atos violentos. Por outra parte, um estilo parental autoritário associa-se principalmente com níveis elevados de impulsividade, sendo a ansiedade mediadora dessa relação. Os resultados são discutidos em função da transmissão intergeracional da violência.

Palavras-chave: violência familiar, impulsividade, ansiedade, estilos parentais de criação, adolescentes.


La violencia familiar se manifiesta como uno de los problemas sociales de mayor preocupación en el mundo. Muchos estudios realizados en América Latina y otras regiones han mostrado que este fenómeno es una amenaza para la salud y el bienestar de las personas que la padecen (Garner & Fagan, 1997). Sin embargo, no sólo las lesiones físicas en la madre son las únicas consecuencias de vivir con violencia en la familia. Algunos grupos de investigadores han intentando explorar directamente la experiencia de niños y adolescentes expuestos a la violencia familiar (Benjet, et al. 2009; Buckley, Holt & Whelan, 2007) y han rechazado la idea de que los hijos sean sólo "testigos silenciosos" de los actos violentos entre sus padres (McIntosh, 2003).

Los síntomas de ser testigo de violencia familiar durante la adolescencia han sido documentados ampliamente en la literatura. Por ejemplo, Fantuzzo (1999) encontró que los adolescentes expuestos a la violencia familiar tendían a ser más agresivos y a exhibir conductas violentas, problemas en sus escuelas y comunidades, teniendo un temperamento violento, problemas emocionales, depresión y/o anorexia, bajos niveles de competencia social y un bajo desempeño académico, por su parte, Sasson (2003) reporta mayores problemas de consumo excesivo de drogas y alcohol en comparación con adolescentes no testigos de violencia familiar.

Existegran cantidad de investigación que apoya la relación existente entre la agresión y la violencia familiar percibida por los adolescentes. Por ejemplo, se ha encontrado que hombres adolescentes testigos de violencia familiar usan con mayor frecuencia la agresión en sus relaciones sentimentales y mantienen más conductas agresivas con sus compañeros (Kinsfogel & Grych, 2004). De manera similar, Cohen y White (2004) encontraron que ser testigo de peleas parentales en la infancia y adolescencia predice futuras relaciones sentimentales violentas en hombres jóvenes, pero no así en mujeres jóvenes.

En un estudio realizado por Moretti, Obsuth, Odgars y Reebye (2006) las mujeres que observan la conducta agresiva de sus madres hacia sus padres fueron significativamente más agresivas hacia sus amigos. Los hombres quienes observaron la agresión de sus padres fueron significativamente más agresivos hacia sus compañeros. Ambos, hombres y mujeres adolescentes, reportaron significativamente mayor agresión contra sus parejas románticas.

Para explicar las causas de la violencia y agresión de adolescentes testigos de violencia familiar hacia sus parejas íntimas, algunos autores emplean el modelo de Mc- Murran y colegas (McMurran, Blair & Egan, 2002; Mc- Murran, Duggan, Cristopher & Huban, 2007), en el que se señala que la impulsividad y la agresión están relacionados vía el mediador de la solución de problemas sociales tanto en hombres como en mujeres. Es decir, según Gannon, Ward, Beech y Fisher (2007), la impulsividad lleva a una pobreza en la solución de problemas sociales, y por lo tanto, conlleva a la agresión y/o violencia. En este sentido, como señala Copeland (1985), el autocontrol es una descripción de la influencia del ambiente social que puede ser aprendida o fomentada por los padres o maestros.

Sin embargo, muy poca investigación ha estudiado la relación directa entre el ser o no testigo de violencia familiar y el desarrollo de impulsividad. La importancia para el estudio de la impulsividad radica en que la acción impulsiva ha sido relacionada como factor importante para el desarrollo de diversos problemas tales como la agresión (McMurran, Blair & Egan, 2002), delincuencia, así como en actividades sexuales riesgosas y abuso de sustancias (Baumrind, 1991).

Así mismo, se ha sugerido que los individuos con altos niveles de impulsividad frecuentemente experimentan estados emocionales negativos tales como la ansiedad (Murray, Parkar, Mannelli, DeMaria, Desal, & Vergare, 2003). Se ha señalado, también, que esta relación entre ansiedad e impulsividad es crucial en las características clínicas de adolescentes con problemas de conducta, específicamente la conducta suicida (Azkénazy, Sorci, Benoit, Lestideau, Myquel & Lecrubier, 2003).

Por lo tanto, el objetivo del estudio fue evaluar la relación entre la violencia familiar y la impulsividad en una muestra de adolescentes de la Ciudad de México y determinar si variables como género, ansiedad y los estilos parentales de crianza afectan esta relación.

Método

Participantes

Se evaluaron 344 alumnos asistentes a una escuela de nivel medio superior al oriente de la Ciudad de México, de los cuales 210 eran hombres y 134 mujeres. La edad de los alumnos estuvo comprendida entre los 14 y 21 años de edad, con una media de 15 años (DE= 1.11) y un nivel socioeconómico medio. Todos los alumnos fueron del turno vespertino, 200 del primer año y 144 del segundo año.

Instrumentos

Para cubrir los objetivos propuestos para este estudio se aplicaron diversos instrumentos que se encaminaron a medir las siguientes dimensiones:

Violencia familiar. para detectar la existencia de historia de violencia familiar, se aplicó la subescala de dinámica familiar del inventario salud, estilos de vida y comportamiento (Sánchez-Sosa & Hernández-Guzmán, 1993), la cual consta de 15 preguntas que evalúan la situación y ambiente familiar entre el hijo o hija y los padres, ya sean naturales o adoptivos dentro de una escala de seis puntos que va de nunca a siempre.

Impulsividad. Para evaluar impulsividad se aplicó la Escala de impulsividad de Barratt (BIS-11; Patton, Stanford & Barratt, 1995), la cual consta de 30 reactivos tipo lickert de cuatro puntos que va de 'nunca' a 'siempre'. La prueba está dividida en tres factores que miden a) impulsividad cognitiva, b) impulsividad motora y c) impulsividad no planeada. Para este estudio se eliminó uno de los reactivos, a partir del juicio de expertos, por considerarlo no aplicable en población adolescente. La escala original cuenta con un alfa de Cronbach de 0.79.

Ansiedad. Para evaluar este constructo se empleó el Inventario de ansiedad rasgo-estado, (IDARE; Díaz-Guerrero & Spielberger, 1975), un instrumento autodescriptivo subdividido en dos partes. La primera pretende medir la ansiedad como estado (IDARE-E), con veinte proposiciones y cuatro posibles respuestas: "No, en lo absoluto", "Un poco", Bastante" y "Mucho". En la segunda parte se pretende medir la ansiedad como rasgo (IDARE-R); también tiene veinte proposiciones con cuatroposibles respuestas: "No, en lo absoluto", "Un poco", Bastante" y "Mucho", valoradas desde 1 hasta 4. Ambas escalas han demostrado una alta confiabilidad (alfa de cronbach de 0.83 para el IDARE-R y de 0.92 para el IDARE-E).

Estilos parentales de crianza. Los estilos parentales de crianza se evaluaron a partir de la Escala de estilos parentales (Palacios & Andrade, 2006), de la cual se tomaron los cinco reactivos con valor factorial más alto por cada factor conformándose una prueba más reducida con un total de 46 reactivos divididos en siete factores para el padre y siete para la madre, que en combinación forman dos factores de primer orden, apoyo y control, tanto para el padre como para la madre, y a partir de las cuatro combinaciones posibles de estos dos factores se obtienen lo estilos parentales de autoritario, permisivo, democrático e inconsistente tanto para la madre como para el padre.

Procedimiento

En primera instancia se contactó a los directores del plantel educativo a quienes se les explicaron los objetivos del estudio. Posteriormente, se evaluaron a seis grupos de primer año de preparatoria y a cinco del segundo año de preparatoria. A cada grupo por separado se le aplicaron los instrumentos dentro del área de cómputo del plantel. Antes de cada aplicación se les aclaraba a los alumnos el anonimato y confidencialidad de sus respuestas. Posteriormente, los datos fueron analizados con el paquete estadístico Statistica 8 para Windows.

Resultados

Estadísticas descriptivas

Los resultados referentes a la violencia entre los padres, evaluados a partir de la subescala de Dinámica Familiar del SEViC (Sánchez-Sosa & Hernandez-Guzmán, 1993) señalan que para esta muestra, el 17% (57) de los adolescentes presencia violencia entre sus padres, dividida ésta en tres formas: la violencia de la madre hacia el padre (28%), la violencia del padre hacia la madre (30%) y la violencia ejercida por ambos miembros de la pareja (42%). La forma de violencia que más se presenta en esta submuestra es la verbal (M=9.40, DE=2.03), seguida por las amenazas (M=5.75, DE=2.34) y por último la violencia física (M=4.56, DE=2.33). De estos 57 alumnos, 33 son hombres y 24 mujeres.

Los resultados de la escala de Impulsividad de Barratt (BIS-11; Patton, Stanford & Barratt, 1995), para la muestra total, y tomando en consideración la suma total de los reactivos por factor, arroja una media de Impulsividad total de 47.20 (DE=12.77). Dentro de la escala de cuatro puntos del instrumento las medias que se obtuvieron fueron: para la impulsividad total, 1.62 (DE=0.44); para la impulsividad no planeada, 1.7 (DE=0.51); motora, 1.47 (DE=0.66); y cognitiva, 1.71 (DE=0.55).

Con respecto a la dimensión de ansiedad, evaluada a partir del IDARE, se obtuvo, para la sub-escala de Estado, una media de 36.59 (DE=9.11), y para la sub-escala de Rasgo, una media de 37.96 (DE=9.2); lo que ubica a ambas dentro de un rango de ansiedad baja.

En lo que concierne a los estilos parentales de crianza, se obtuvieron, para el factor de apoyo, una media de 68.65 (DE=20.64) para el padre y 74.01 (DE=14.05) para la madre; para el factor de control, se obtuvo una media de 16.84 (DE=5.75) para el padre y 16.70 (DE=5.85) para la madre.

Comparaciones

Para evaluar si los adolescentes testigos de violencia familiar difieren en sus puntajes de impulsividad, ansiedad y estilos parentales con respecto a los adolescentes no testigos de violencia se formaron dos grupos, el primero conformado con los 57 adolescentes testigos de violencia familiar y el segundo grupo con 57 alumnos seleccionados al azar quienes no reportaron violencia en sus hogares. Los resultados de las comparaciones pueden apreciarse dentro de la tabla 1.

Así mismo, se probó el efecto de interacción entre la violencia familiar y el género para las variables de impulsividad y ansiedad, encontrándose que para ninguna variable existió dicho efecto.

Relaciones

Con la finalidad de determinar la relación entre violencia familiar del padre hacia la madre, o viceversa, y la impulsividad, se llevó a cabo un análisis de correlaciones con la muestra total de adolescentes encuestados que se describe en la tabla 2. Como se puede apreciar, sólo los puntajes de impulsividad motora y los puntajes totales de impulsividad se correlacionan con la violencia del padre a la madre, de la madre al padre y la violencia total (bidireccional), siendo la relación significativa a p<.05. Para este análisis, la violencia ejercida del padre a la madre se relacionó con la impulsividad cognitiva sólo para las mujeres. Por el otro lado, cuando la madre agrede al padre, sólo se relaciona significativamente en los hombres con la impulsividad motora. El nivel en el que los adolescentes son testigos del evento violento se relaciona con todos los tipos de impulsividad, pero por género, sólo las mujeres reaccionan a esta condición.

La relación entre la violencia de los padres y la ansiedad se resume en la tabla 3. Como puede apreciarse, los valores de las correlaciones son positivos indicando que a mayor violencia, mayor ansiedad. De la misma manera, se obtuvieron correlaciones entre la impulsividad y la ansiedad. Las relaciones entre estas variables son más altas y su nivel de confianza es de p<.01. Estos datos pueden observarse en la tabla 4. Como puede apreciarse, la ansiedad Rasgo se relaciona más con la impulsividad; sin embargo, ambos tipos de ansiedad presentan relaciones significativas con la impulsividad.

Por otro lado, la relación existente entre las variables de impulsividad y los factores de los estilos parentales de control y apoyo por parte del padre y de la madre se pueden apreciar en la tabla 5. Como se puede observar, existe una correlación negativa entre los puntajes de impulsividad y el apoyo paterno y materno.Sin embargo, el control, tanto del padre como de la madre, sólo tiene relación (positiva) con la impulsividad motora y cognitiva. Para la impulsividad no planeada, sólo el apoyo paterno y materno tiene relación negativa tanto para la muestra total como para los hombres y mujeres. Para los adolescentes hombres y mujeres, por separado, las relaciones son muy similares a los grupales; sin embargo, un dato importante a resaltar es que el control paterno sólo presenta una relación significativa en los hombres cuando se relaciona con la impulsividad motora.

Para evaluar si la relación entre la impulsividad y la violencia familiar está siendo mediada por el grado de presencia a dicha violencia, la ansiedad y/o los estilos parentales, se realizó el procedimiento de evaluación mediacional descrito por Kazdin (2007). Como primer paso se determina si existe una relación directa de la violencia entre los padres y la impulsividad a partir de un modelo de regresión lineal. El modelo resultante señala una beta para la violencia de .13 (p<0.05) con una varianza explicada de 0.01 (p<0.05). A este primer modelo se le adiciona la variable de ser testigo. Los resultados indican una beta para Violencia de .02 (p>0.05) y para Testigo de 0.15 (p<0.05) con una varianza explicada de 0.03 (p<0.05). Dada la disminución de beta de la variable Violencia y un aumento de la varianza explicada puede sugerir la existencia de un efecto mediador de ser testigos de violencia familiar en la impulsividad de adolescentes.

Por otro lado, en los análisis de correlación se identificó que el apoyo y control materno son factores con mayor peso que la violencia en la relación con la impulsividad. Por tal motivo, se determinó si los estilos parentales de crianza, específicamente los maternos explican la impulsividad y si esta relación está mediada por la ansiedad. En el primer paso, se determina una relación entre los estilos maternos de crianza y la impulsividad. El modelo resultante indica que el apoyo (beta= -0.22) y control (0.16) materno explican el 0.09 de la varianza. Si se le adiciona a este modelo la ansiedad Rasgo se obtienen valores beta para apoyo materno de 0.09 (p>0.05), control materno de 0.07 (p>0.05) y a la ansiedad rasgo de .40 (p<0.05), con lo cual se obtiene una varianza explicada de .22. Estos resultados indican que la relación entre el apoyo y el control materno sobre la impulsividad están mediados por la ansiedad del adolescente.

Discusión

El presente trabajo muestra un intento exploratorio por encontrar la relación existente entre la violencia familiar y la impulsividad en una muestra de adolescentes de la ciudad de México y determinar si variables como el género y la ansiedad del adolescente, así como los estilos parentales de crianza afectan dicha relación.

Tal como muestran los resultados, el grupo de adolescentes que vive con violencia interparental en sus hogares presenta mayores niveles de impulsividad motora que su contraparte control, sin que exista algún efecto de interacción entre vivir o no con violencia y el género de los adolescentes. Sin embargo, los efectos de la violencia familiar sobre la impulsividad y la ansiedad de la presente investigación son coherentes con los reportados en diversos estudios en donde la media del tamaño del efecto encontrado para síntomas internalizantes y externalizantes es de .48 y .47, respectivamente (Davies, Evans & DiLillo, 2008).

El que la diferencia exista en la impulsividad motora y no en la cognitiva y no planeada tiene una importante implicación dentro del círculo intergeneracional de la violencia. Por ejemplo, un acto rápido, sin tomar en consideración las consecuencias se relaciona con la agresión impulsiva (Andreu, 2009) la cual suele estar vinculada a la violencia interparental (Chaux, 2003), que pudo ser modelada por los patrones observados en la infancia y/o adolescencia y que puede corresponder a un bajo control de impulsos y unacarencia de habilidades sociales (Mc- Murran, et al., 2002).

Por otro lado, el análisis correlacional de las diferentes variables de este estudio muestra resultados similares al de comparación, en donde se muestra que a mayor violencia entre los padres,mayor impulsividad motora. Sin embargo, un punto importante a considerar es que la frecuencia en el que los adolescentes son testigos de la violencia entre sus padres presenta niveles de relación mayores para todos los tipos de impulsividad que sólo el hecho de la existencia de violencia. De esta manera, no sólo vivir con violencia familiar impacta de alguna manera en la impulsividad sino que también el ser testigo de dicha violencia repercute en las consecuencias. Estos resultados son similares a los de Edleson (1999) y Shipman, Rossman y West (1999), quienes señalan que los efectos diferenciales de la violencia familiar pueden darse a partir del hecho de que el adolescente presencie o no los actos violentos, y no sólo por las consecuencias de tales actos.

Sin embargo, una variable que diversos autores consideran importante para evaluar los efectos de la violencia familiar entre los padres corresponde al género del padre que ejerce la violencia y del adolescente que la percibe. Los resultados de la comparación de grupos señalan que la interacción entre género y grupo de violencia familiar no presenta efectos significativos, resumiendo únicamente que el grupo de adolescentes testigos de violencia familiar (hombres y mujeres) presenta mayores puntajes de impulsividad (motora y total) que su contraparte control.

A diferencia de Moretti ,Obsuth, Odgars y Reebye (2006)y de Ulman y Straus (2003), quienes encontraron efectos de moderación de las consecuencias de la violencia entre los padres de acuerdo al género del testigo y/o del perpetrador, en este estudio no se encontraron efectos de interacción entre el género y la violencia sobre las medias de impulsividad o ansiedad entre los grupos. Estas diferencias pueden deberse a que en esos estudios se emplearon instrumentos que emplean reactivos que hacían referencia a violencia severa (golpes, aventar cosas o amenazar con pistola). Sin embargo, en este estudio se emplearon reactivos que incluían agresiones verbales y amenazas que podrían hacer referencia a un tipo de violencia cotidiana.

En este sentido, incluir este tipo de violencia puede mezclar los efectos entre hombre y mujeres, a diferencia de las más severas, cuyas consecuencias pueden ser mucho más marcadas y persistentes en hombres y mujeres de acuerdo con el género del padre que la perpetre. Por otro lado, la variable dependiente de estos estudios se relaciona principalmente con el comportamiento agresivo, mientras que en el presente trabajo correspondió directamente al constructo de impulsividad, el cual puede mostrar diferencias sustanciales entre cada individuo por su naturaleza multifactorial, en donde el comportamiento impulsivo de un individuo puede deberse a factores cognitivos, ambientales o de personalidad (Arce & Santisteban, 2006).

Tal construcción multifactorial de la impulsividad puede explicar que las consecuencias de la violencia familiar tiendan a ser diferentes entre hombres y mujeres cuando se considera a la población total, la cual se caracteriza por conformarse por una baja proporción de adolescentes que reportaron altos niveles de violencia en sus hogares relativos al número mayor de adolescentes que reportaron bajos o nulos niveles de violencia entre sus padres.

En este sentido, el análisis correlacional demuestra que cuando el padre agrede a la madre, los efectos en los adolescentes, sin distinción de género, se relacionan con la impulsividad motora, la cual se caracteriza por reacciones rápidas y sin pensar. Esto puede caracterizar a este tipo de adolescentes en el sentido de ser un patrón de respuesta de escape bajo ciertas condiciones y que puede ser indistinto para hombres y mujeres ya que estos suelen ser patrones observables y susceptibles de replicación. Por otro lado, cuando la madre agrede al padre, se relaciona principalmente con la impulsividad motora de los hombres y cuando el padre agrede a la madre se relaciona con la impulsividad cognitiva de las mujeres.

Este efecto cruzado del género del perpetrador y del adolescente testigo puede responder a la manera en que los adolescentes interpretan las causas y consecuencias de la violencia. Por ejemplo, en un hogar donde la madre agrede al padre, las reacciones impulsivas y violentas pueden ser descritas por los miembros de la familia como un medio de defensa ante un sistema patriarcal, a diferencia de cuando un padre agrede a la madre, lo cual puede tener efectos principales en la percepción de control sobre el ambiente en las mujeres.

Los resultados de los análisis de comparación y de correlación tienen una importante implicación dentro del estudio de los efectos de la violencia familiar sobre los adolescentes, en el sentido de que la conformación de grupos de violencia señala un efecto sobre la impulsividad en aquellos adolescentes que sufren mayores tasas de violencia sin importar el género, a diferencia del análisis correlacional, el cual emplea un concepto de violencia medida desde un continuo, bajo el cual, tanto los hombres como las mujeres pueden reaccionar de manera diferenciada sobre el constructo de impulsividad.

Por otro lado, si bien los resultados muestran que la violencia familiar por si sola no tiene un peso muy grande sobre la impulsividad, sí lo tienen otros factores ambientales tales como el apoyo y control de los padres. En este sentido, los niveles de impulsividad aumentan cuando los padres, principalmente la madre, muestran menor apoyo y mayor control;es decir, mostrando un estilo paternal autoritario. Durante la infancia y la adolescencia temprana el estilo autoritario de los padres se asocia con niños que presentan pocos problemas de conducta (Baumrind, 1991).

Sin embargo, se ha asociado a una baja competencia social y baja autorregulación en adolescentes (Gartstein & Fagot, 2003), elementos necesarios para presentar conductas agresivas según el modelo de McMurran, et al.,(2002). Copeland (1985) encontró que los niños con problemas de impulsividad tienen madres que emplean en mayor medida un estilo paterno directivo en comparación con madres de niños autocontrolados. Así mismo, la relación encontrada entre la impulsividad y la violencia familiar es corroborada a partir de estas relaciones ya que un hogar con violencia familiar es asociado con un estilo parental autoritario (Rodríguez, 2010).

En general, los análisis de correlación señalan que la variable que mejor predice la impulsividad es el rasgo de ansiedad. Se ha descrito que esta relación entre ansiedad e impulsividad es relevante debido a que predispone a los individuos al consumo de sustancias como un intento por aliviar las emociones negativas internas (Murray, et al., 2003).

La importancia de estos resultados radica en identificar las variables que posiblemente estén implicadas en el fenómeno conocido como transmisión intergeneracional de la violencia en donde la violencia entre los padres percibida durante la infancia impacta en las relaciones maritales posteriores (Kwong, Bartholomew, Henderson & Trinke, 2003). En este sentido, el ser testigo de violencia familiar y vivir bajo un estilo paterno de crianza caracterizado por el exceso de control durante la adolescencia puede generar niveles mayores de ansiedad e impulsividad, que en conjunto con una falta de habilidades en la solución de problemas sociales puede predisponer, durante la adultez, a resolver los problemas bajo un modelo de violencia y agresión a pesar de saber acerca de los efectos adversos del uso de la violencia.

Así, el conocimiento de las variables implicadas dentro de este fenómeno puede permitir la detección de rasgos en los adolescentes testigos de violencia familiar que ayuden a la planeación de estrategias de prevención de dicha forma de violencia (Rey, 2007).

Sin embargo, es importante señalar algunas limitantes de este estudio que deben considerarse para la generalización de los resultados. La evaluación de la violencia familiar y el nivel de presencia del adolescente en dicha violencia se hizo a partir de una subescala de dinámica familiar que incluye 15 reactivos, de los cuales nueve evalúan violencia entre los padres y,seis, la relación entre padres e hijos. En este sentido, la sensibilidad de la subescala pudo limitar los hallazgos encontrados al centrarse únicamente en la violencia cotidiana y no discriminar aquellos actos de violencia severa que se dan en los hogares.

En resumen, la violencia familiar que viven los adolescentes de esta muestra presenta un ligero impacto sobre la impulsividad y la ansiedad. Sin embargo, la variable que mejor predice la impulsividad sigue siendo la ansiedad, la cual media la relación entre el estilo parental y la impulsividad. Resulta de suma importancia realizar más investigaciones sobre este tema con el fin de resolver las limitantes del presente estudio y poder ampliar la información obtenida acerca de la problemática de la violencia familiar y sus consecuencias.


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